Las emociones nos ayudan de diversas maneras. La tristeza tiende a la reintegración personal, la introspección y la reconciliación. La alegría tiende a la acción, la afiliación, al pensamiento flexible y divergente. La ira nos dota de recursos para la autodefensa o el ataque. La sorpresa tiende a pararse y focalizar la atención en lo imprevisto. El miedo nos prepara para la huida, la evitación, el afrontamiento o la protección ante el peligro. El asco tiende al rechazo o evitación de lo que nos pueda perjudicar. Además, las emociones están relacionadas con la liberación de hormonas como la adrenalina, la melatonina, la oxitocina, los estrógenos, la testosterona, las hormonas tiroideas y el cortisol. Los pilares de la educación emocional incluyen la autoconciencia, la habilidad social, la autorregulación, la motivación y la empatía. Estrategias para trabajar en el aula incluyen enseñar a los estudiantes a dar nombre y reconocer los sentimientos y emociones, reflexionar antes de actuar, aprovechar el espacio de contar cuentos para identificar emociones, relacionar gestos faciales con sentimientos y permitir que los niños expresen sus sentimientos y emociones. La mejor manera de enseñar y educar es a través del ejemplo.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Compartir