Ante esta situación surgen cuestiones constantes sobre la correcta distribución del ingreso. Existen gobiernos que no lo hacen adecuadamente, hay otros más que ni siquiera lo hacen. Por ejemplo, ¿qué sucedió con aquél 3% que nos cobra la Comisión Federal de Electricidad en Guaymas, por instrucciones del “H.” Ayuntamiento, supuestamente para que se pague el alumbrado público? ¿Por qué entonces la CFE nos dio aquél apagón en julio de 2003 en Palacio, Unidad Deportiva, semáforos, alumbrado público, etc.? ¿Por qué la Comisión asegura que la deuda asciende a 6 millones de pesos y nuevamente el “H.” Ayuntamiento se defiende asegurando que no son 6, sino tan sólo 2 millones 800 mil pesos? Pero independientemente del apagón, el problema es la inseguridad de la población al estar sin alumbrado. Aumentan robos, asaltos, vandalismo, etc. Y mientras tanto, el saliente Presidente, Bernardino Cruz Rivas pide auxilio a gritos. ¡Imagínense! Si esto sucede en un municipio de poco más de 100 mil habitantes, ¿de cuánto dinero que misteriosamente desaparece estaremos hablando a nivel nacional? ¿Cuánta inseguridad, falta de atención médica o falta de educación se podría cubrir si nuestros gobernantes distribuyeran el ingreso?