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el contrario, la expresión indirecta de las necesidades en la imaginación no ocurre en virtud de esta correlación y, por lo tanto, sus contenidos m...

el contrario, la expresión indirecta de las necesidades en la imaginación no ocurre en virtud de esta correlación y, por lo tanto, sus contenidos motivacionales dominantes pueden corresponderse o no con la actividad dirigida al cumplimiento de los deberes e ideales sociales asumidos. Los hechos comprobados nos llevan a la conclusión de que en los sujetos de edad escolar o adulta, que se encuentran normalmente insertados en la vida social, existe una correspondencia adecuada entre los deseos conscientes y los deberes asumidos. En el método directo, los trabajadores expresan deseos de laborar en los primeros lugares y en mucha mayor proporción que los estudiantes que no trabajan. Sin embargo, en el método indirecto (en las elaboraciones de la imaginación) no se aprecia, de manera general, esta correspondencia. Es frecuente que jóvenes estudiantes que no trabajan expresen en el indirecto el deseo de trabajar en importantes lugares jerárquicos dentro de los deseos del personaje imaginado. Como esta necesidad de ser útiles y ganar dinero no encuentra posibilidades de satisfacción en su vida actual de estudios, se manifiesta solo en la imaginación y no en los deseos conscientes. En una investigación (Cento F, 1976) donde se aplicó el MDI a dos grupos de enfermeras, unas muy cumplidoras y otras ausentistas, no se hallaron diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a los deseos conscientes de trabajar, pero en las elaboraciones de la imaginación ocurrió que las ausentistas expresaron deseos de trabajar en mucha mayor medida que las cumplidoras (la diferencia resultó altamente significativa). En este caso las manifestaciones en el método indirecto fueron totalmente inversas a la conducta real. En cuanto a las características del personaje imaginado, se ha comprobado en diversas investigaciones, y sobre todo en una representativa de una gran población (Díaz M y otros, 1986), la existencia de 2 tendencias en los datos: una dirigida hacia la correspondencia entre las características del sujeto que responde y las del personaje imaginado; otra, la tendencia opuesta, de no correspondencia. Los hechos favorecen la hipótesis de que la correspondencia ocurre cuando los sujetos se encuentran predominantemente satisfechos consigo mismos y con la situación externa. En cambio, la no correspondencia parece indicar que el sujeto está insatisfecho con sus características personales o con la situación real que confronta (o ambos). Por lo general, los sujetos privados o frustrados imaginan un personaje en una situación que los libera de esa frustración. Los presos imaginan un personaje en libertad; los impedidos físicos y sujetos hospitalizados, un personaje que goza de salud y de una actividad normal; las mujeres imaginan preferentemente un personaje masculino; los jóvenes campesinos, un joven en la ciudad. Correspondencia entre los deseos conscientes y la actividad Se ha comprobado que la expresión de las necesidades en los deseos conscientes se corresponde, por lo general, con la actividad ejecutora real cuando se comparan grupos de sujetos que han asumido diferentes responsabilidades e ideologías, por ejemplo, el trabajo, unos; el estudio, otros; la ideología revolucionaria, unos; la ausencia de esta ideología, otros, o que tienen diferentes necesidades individuales (los jóvenes y adultos expresan el deseo sexual, de casarse, de tener hijos y llevan a cabo actividades en esa dirección, mientras que los niños no). No obstante, dicha correspondencia también tiene sus limitaciones, pues aquellos sujetos que han asumido deberes e ideologías opuestos al medio que se asocia a la aplicación de la técnica, generalmente no los expresan, a menos que exista, por parte de ellos, una franca y pública oposición. A esto es necesario añadir que no todas las motivaciones se expresan espontáneamente en los deseos y aspiraciones, por ejemplo, son relativamente escasas las respuestas referidas a la agresividad y resulta difícil estudiar con esta técnica la gran diversidad de motivaciones relativas a las relaciones interpersonales, como son la actitud dominante, la sumisa y varias otras. De igual forma ocurre que algunas necesidades y motivos, como la de dormir y descansar, que se manifiestan poderosamente en la actividad cotidiana, se expresan de manera muy débil en los deseos conscientes, pero sucede lo contrario, por ejemplo, en grupos de estudiantes, donde la aspiración de casarse, tener hijos y de contacto con hijos y cónyuge se ha manifestado, en mayor proporción, en los deseos que en la actividad ejecutora. La aplicación del RAMDI ha confirmado los resultados de experiencias anteriores, realizadas con el método de inducción motivacional. La expresión de las necesidades en los deseos conscientes no siempre coincide con los objetivos eficientes y actuantes en la realidad: en determinadas relaciones sí, en otras relaciones o circunstancias no. La expresión de las necesidades en los deseos conscientes se corresponde, generalmente, con la actividad ejecutora real cuando se comparan grupos de sujetos que han asumido diferentes responsabilidades e ideologías. Sin embargo, cuando se comparan grupos que han asumido una misma responsabilidad, por ejemplo, el trabajo o el estudio, pero que cumplen con ella de manera muy diferente (unos a la altura de las exigencias y necesidades sociales y otros, por debajo de estas), no existe una correspondencia entre los deseos conscientes expresados, la actividad manifiesta y sus resultados. En una investigación se aplicó el MDI a 2 grupos de enfermeras: unas muy cumplidoras y otras ausentistas. En el método directo no se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos, en lo concerniente a los deseos de trabajar, de cumplir con el trabajo. De igual forma se compararon 2 grupos de estudiantes universitarios: uno de alto rendimiento docente y otro de bajo rendimiento, los cuales mediante otras pruebas no evidenciaron desigualdades entre sus capacidades de pensamiento abstracto y sí diferencias en cuanto a su vocación por la carrera. Aquí tampoco se encontraron desigualdades estadísticamente significativas entre ambos grupos, en cuanto a sus deseos de estudiar, cumplir con sus deberes como estudiantes, salir bien en los exámenes, etc. Lo mismo ocurre con los sujetos delincuentes (jóvenes y adultos), cuyas respuestas no se diferencian de las de sujetos normales, tanto en el método directo como en el indirecto. Una experiencia realizada en un grupo de pescadores evidenció otra forma de manifestarse la no correspondencia entre los deseos y la actividad externa. En el caso de grupos de pescadores que cumplen esforzadamente con su deber, por ejemplo, el trabajo, pero que se sienten muy insatisfechos en dicho cumplimiento, tampoco se corresponde la actividad real con los deseos expresados en el método directo, pues aunque cumplen de manera esforzada con su trabajo, pasan a un primer plano los deseos que indican insatisfacción con el mismo y de regresar a tierra. Los hechos comprobados conducen a fundamentar la hipótesis de que los deseos conscientes, expresados por los sujetos, nos permiten diferenciarlos en cuanto a los deberes e ideales sociales asumidos y a las necesidades individuales que tienen, a diferencia de otros que no han asumido tales deberes ni tienen dichas necesidades, pero no siempre nos permiten saber en qué medida cumplen con esos deberes e ideales, ni con qué intensidad se orientan activamente hacia la satisfacción de sus necesidades individuales, pues cuando el sujeto se encuentra en conflicto consigo mismo o en contradicción con su medio (ya sea porque no cumple con los deberes que ha asumido o porque, aunque cumple, se encuentra muy insatisfecho) entonces existe una discrepancia entre los deseos expresados y la conducta real. Todo lo dicho hasta aquí se refiere fundamentalmente a los deseos, sin embargo, es necesario esclarecer que no todas las vivencias en las que el sujeto toma conciencia de sus necesidades tienen el mismo carácter pasivo. Los hechos parecen indicar que completar la frase "He decidido y me propongo…" evoca contenidos que influyen o van a influir de manera más activa sobre el comportamiento que los evocados por las frases "Yo necesito..." y "Yo deseo...". Correlación entre la expresión de las necesidades en los métodos directo e indirecto Se han encontrado numerosas discrepancias entre las respuestas a los métodos directo e indirecto. A veces el sujeto expresa un determinado tipo de aspiración (en mayor proporción estadísticamente significativa), ya sea en el directo o en el indirecto. Los resultados obtenidos con la aplicación del RAMDI a muy diversos grupos, en diferentes situaciones, sugieren las hipótesis interpretativas que se formulan a continuación: – Los deseos expresados en el método directo resultan de correlacionar las necesidades y los motivos del sujeto con la situación real y actual (externa, material; e interna, psíquica) en la que se encuentra al contestar el RAMDI; mientras que los deseos expresados en el método indirecto resultan de la libre e involuntaria manifestación de las necesidades en la imaginación, sin que sean correlacionadas con la situación real y actual (externa e interna) en la que se encuentra el individuo en el momento de la aplicación de la técnica, por ello, la característica específica de los deseos expresados en el método directo es que aquí las necesidades, aunque

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Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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