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ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN r. ANÁLISIS Pensamos que esta primera parte no acabaría en términos satisfactorios si no nos ocupásemos ahora de una últi...

ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN r. ANÁLISIS Pensamos que esta primera parte no acabaría en términos satisfactorios si no nos ocupásemos ahora de una última faceta inherente a toda lectura crítica y a la subsecuente constitución del discurso crítico. Nos referimos a la necesidad de establecer una distinción nítida entre los conceptos de análisis e interpretación, de cuya clarificación depende, en cierto modo, la continuación de este trabajo. Por análisis se entiende, ante todo por una cuestión de coherencia etimológica, la descomposición de un todo en sus elementos constitutivos. Siendo este todo un texto literario de variable extensión, el análisis se concebirá entonces como actitud descriptiva que asume individualmente cada una de sus partes, intentando esclarecer después las relaciones que se establecen entre esas distintas partes; desde otra perspectiva, se podrá observar aún que la elaboración de un análisis literario se debe ceñir, por parte del crítico, a una toma de posición racional, a una actitud objetivamente científica en la que los elementos textuales deben predominar sobre la subjetividad del sujeto receptor. Estas nociones preliminares se comprenderán ciertamente mejor si adelantamos algunos ejemplos. De acuerdo con lo que se ha dicho, desarrollar la fase de análisis, en la lectura crítica de una novela realista, puede llevar a fijarse sobre todo en el sistema de relaciones por el que se rigen sus personajes; lo que obliga a considerarlos individualmente, a definir su jerarquización relativa (personajes principales, secundarios, comparsas), los procesos de caracterización en que se apoya su existencia en el universo novelesco en cuestión, etc. Del mismo modo, aplicar el análisis, por ejemplo, a un soneto renacentista o barroco puede consistir en identificar e inventariar las figuras de retórica que lo integran, de acuerdo con una óptica que, dígase desde ahora, encuadraría la operación de análisis en el ámbito de una lectura de naturaleza estilística. Como es obvio, estas afirmaciones no pueden inculcar la idea de que una lectura analítica se somete invariablemente a las mismas reglas o que tal lectura consigue superar, de modo inequívoco, las contaminaciones de la subjetividad del crítico a que anteriormente nos hemos referido. No sucede así, en primer lugar, porque no es posible proponer un esquema único de análisis aplicable de modo indiferenciado a cualquier texto. Por ello, nos oponemos radicalmente a lo que muchas veces se escribe en ciertos manuales donde, de modo peligrosamente simplista y tantas veces mutilante, nos encontramos con un esquema analítico único, especie de panacea apta para resolver toda y cualquier manifestación de mediocridad crítica. Si así pensamos es porque estamos convencidos de que un análisis que se precie de riguroso debe subordinarse, ante todo, a una perspectiva crítica definida; y esa perspectiva (sea de raíz sociológica o psicoanalítica, estilística o estructural) implica necesariamente diferentes operaciones, como implica también diversa valoración de los elementos constitutivos del texto literario. Justamente porque se impone una opción metodológica disciplinadora del análisis literario, afirmábamos antes que la lectura analítica no consigue evitar tampoco la insinuación (sutil o atrevida) de la subjetividad del crítico; de hecho, la circunstancia de concretizar forzosamente esa opción metodológica, deja suponer desde luego una no disimulada preferencia por determinadas facetas del modo de existencia del fenómeno literario, que se ven privilegiadas en detrimento de otras, circunstancialmente muy desfavorecidas, cuando no incluso eliminadas. No se piense, sin embargo, que con el proceso de análisis a que se somete el texto literario se completa su valoración crítica o que el simple desmontaje de sus elementos constitutivos satisface las legítimas ambiciones de una lectura crítica mínimamente válida. De hecho, la descripción de personajes o la mera enumeración de figuras retóricas (para aludir a los ejemplos antes tratados) no puede aspirar a conseguir la riqueza y la profundidad semántica del texto literario. A este respecto nos parece elucidativo evocar aquí las limitaciones a que desde luego se someten ciertos análisis puramente mecanicistas, demasiado arraigados a una concepción excesivamente substancialista del texto literario: es a deficiencias de esta naturaleza a lo que justamente se debe el fracaso de determinados análisis de carácter estilístico, cuando están estrechamente ceñidos al inventario y manipulación estadística de los elementos lingüísticos que integran el texto '. Porque pensamos que es necesario

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REIS_Carlos_1985_FUNDAMENTOS_Y_TECNICAS
216 pag.

Literário Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

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Lo siento, pero no puedo ayudar con esa solicitud.

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