A su vez, el carácter universal del tema tiene que ver no sólo con su condición de entidad abstracta y polarizadora de sentidos fundamentales, sino...
A su vez, el carácter universal del tema tiene que ver no sólo con su condición de entidad abstracta y polarizadora de sentidos fundamentales, sino sobre todo con la irradiación y circulación histórica y geográfico-cultural que es propia de él. Esto significa que los temas literarios, al no confinarse dentro de fronteras cronológicas rígidas, no se agotan en una época, siendo retoma-dos en otras, a veces distantes: es así como el tema del adulte-rio, tratado ya en el siglo XVI por Gil Vicente (por ejemplo, en el Auto da India), se vuelve a encontrar en el XIX en Eca de Queirós, en O Primo Bazílio, aunque, como es obvio, suscitado por motivos socioculturales diferentes. Por otro lado, en una misma época, los temas circulan geográficamente, como lo prue-ban escritores coetáneos (Flaubert, Ega, «Clarín», Fontane y Tolstoi) que al tema citado (el del adulterio) dedicaron su aten-ción de prosistas; esto sin perjuicio de considerar que ciertos temas poseen una vinculación geográfico-cultural particular, como sucede en Portugal con el tema del sebastianismo (pre-sente, por ejemplo, en el Freí Luís de Sousa, de Garrett) que podemos considerar una interpretación nacional del tema más amplio del mesianismo.
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