Vamos a precisar los caracteres del diálogo desde la anunciada perspectiva pragmática, y para ello partiremos de definiciones verbales, tal como no...
Vamos a precisar los caracteres del diálogo desde la anunciada perspectiva pragmática, y para ello partiremos de definiciones verbales, tal como nos las ofrecen los principales diccionarios, pues representan más o menos el consenso social sobre lo que es el diálogo. Estas definiciones verbales nos servirán para precisar los rasgos más generales y alcanzar una definición que podremos considerar más científica. María Moliner (Diccionario de uso del español) define el diálogo como «la acción de hablar una con otras dos o más personas, contestando cada una a lo que otra ha dicho antes». El DRAE hace una definición menos analítica y dice que el diálogo es una «plática entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos». En esta definición sobra la última parte porque nada tiene que ver con la naturaleza del diálogo el que sean ideas o afectos de lo que se trata, y falta, por el contrario, alguna nota importante; destaca dos rasgos: la concurrencia de dos o más personas y la alternancia en el uso de la palabra (actividad por turnos), pero no alude a la unidad de sentido, o a la creación progresiva de sentido, que diferencia al diálogo de la conversación o la comunicación en general. María Moliner en la frase «contestando una a otra» alude a esa progresión de sentido y a la unidad y delimita bien los ámbitos del diálogo frente a un monólogo o una comunicación informativa, aun en el caso de que sea doble, como hemos visto más arriba.
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