La verdad no la conoce nadie en su totalidad y la incógnita persiste, porque aunque se acuda a retransmitir directamente la palabra de los persona...
La verdad no la conoce nadie en su totalidad y la incógnita persiste, porque aunque se acuda a retransmitir directamente la palabra de los personajes, cada uno de ellos no sabe, en el mejor de los casos, más que una parte y no puede dar un testimonio más que parcial; pero en muchas ocasiones el personaje no quiere hablar delante del narrador, que es ajeno al conflicto, o no quiere comprometerse, o no dice más que conjeturas porque carece de datos: refiere lo que ha oído, lo que se dice, lo que se rumorea, lo que es voz pública, y cuando se les pregunta directamente se desdicen, y hasta parecen asustarse de que se les formule expresamente la pregunta sobre algo que ellos mismos han dado a entender.
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