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Se hace patente que no tienes ningún marco de referencia para saber en qué consiste estar en un hogar normal. Tampoco tienes ningún marco de refere...

Se hace patente que no tienes ningún marco de referencia para saber en qué consiste estar en un hogar normal. Tampoco tienes ningún marco de referencia para saber qué está bien decir y sentir. En una situación más típica, uno no tiene que andarse con extremo cuidado todo el tiempo. No tiene que poner en duda o reprimir sus sentimientos todo el tiempo. Como tú lo hacías, además resultabas confundido. Muchos elementos del pasado contribuían a que te vieras en la necesidad de adivinar qué es lo normal. Hijos Adultos de Padres Alcohólicos – Janet G. Woititz Pág. 50/177 Hace no mucho tiempo, me enviaron un muchacho de trece años para que le diera orientación sicológica. Sus padres eran alcohólicos en recuperación y los dos eran hijos de alcohólicos. Como el muchacho tenía dificultades en la escuela, el subdirector dijo que tenía graves problemas emocionales y que debía recibir orientación sicológica. Saber que los dos miembros de esta pareja eran hijos de alcohólicos me dio información muy importante: no sabían lo que significa tener trece años. Yo sabía que, como hijos de alcohólicos, no, habían sido unos típicos muchachos de trece años. Desde antes de ver a su hijo, les describí lo que significaba tener trece años y vivir en un hogar típico. Sintieron un enorme alivio, porque les había descrito a su hijo. No es tan fácil vivir con ningún muchacho de trece años. Después de ver al chico un par de veces, me sorprendí gratamente de no encontrar nada malo en él. Cierto, tenía dificultades en la escuela. Cierto, era muy competitivo. Cierto, tenía un conflicto de personalidad con el subdirector. Sin embargo, no había razón para que viera a un terapeuta. Este muchacho no padecía nada que tener más de trece años no pudiera curar. Los trastornos no son exclusivos del sistema de la familia alcohólica. También las familias consideradas 'normales' tienen su cuota de altibajos. Los niños que viven en familias 'normales' pueden tener problemas de comportamiento y trastornos emocionales, lo cual en parte se debe al proceso de crecimiento, y en parte puede ser signo de dificultades más graves. La clave es reconocer la diferencia, y en la familia con problemas de alcoholismo es más difícil saber pasar las cosas por el tamiz de la realidad. Si los padres no hubieran sido hijos de alcohólicos podrían haber reconocido la conducta adolescente típica. Sin duda tienen el mérito de haberse preocupado suficiente para descubrirlo. Sin embargo, resulta un poco triste que no pudieran reconocer qué buenos padres estaban siendo... cómo estaban educando a un niño muy normal y saludable que tenía todas las crisis habituales y normales del crecimiento. Debido a sus propias historias, simplemente no sabían lo que era normal. Este es un ejemplo de cómo el hecho de ser hijo de un alcohólico, y tener que adivinar qué es lo normal, puede influir sobre la paternidad. El siguiente ejemplo muestra cómo puede influir sobre una relación matrimonial. Cuando Beatriz y Jaime vinieron a verme, Jaime se había estado recuperando en Alcohólicos Anónimos durante 16 años y Beatriz había pasado el mismo tiempo en Al-Anón. Eran una pareja muy unida y habían trabajado arduamente y durante mucho tiempo sobre sí mismos en lo individual, sobre sus relaciones familiares y sobre su matrimonio. Beatriz, a la que estaban por practicar una histerectomía, consideraba que esto marcaba un hito en su vida. Había dedicado sus mejores años a cuidar de su marido, sus seis hijos y el hogar. Quería que la consintieran por completo durante una temporada. Quería que sus hijos la cuidaran y que su marido dejara el trabajo si tenía que hacerlo, no obstante que acababan de nombrarlo presidente de una compañía. Ella exigía que él cuidara a los niños y que la apoyara en lo físico y en lo emocional. Dejó claro que este tiempo era para ella y quería que a todo el mundo le pareciera bien. Jaime le dio todo su apoyo y su aliento, pero ella no estaba completamente segura de que lo estuviera haciendo en serio. Cuando entraron en el consultorio estaban de malas. Yo sabía que Jaime, además de ser alcohólico, era hijo de padre alcohólico. Esto significaba que había crecido en un ambiente donde no estaba seguro de cómo sentirse. No estaba seguro de cuál era la respuesta correcta a la situación: estaba desconcertado. Me daba cuenta de que necesitábamos definir el problema. Así que miré a Jaime y le dije: —Yo en tu lugar, en este momento estaría sintiendo muchísimas cosas. Querría darle todo el apoyo a mi esposa, porque me preocuparía mucho por ella. También pensaría que está exagerando el asunto de su histerectomía, que en todo el mundo les hacen histerectomías a las mujeres y, aunque es una operación seria, muy rara vez llega a causar la muerte, y ella francamente está haciendo más escándalo del necesario. Muchas de las esposas de mis amigos se han sometido a esta operación, y no hic

Esta pregunta también está en el material:

Janet Geringer Woititz - Hijos Adultos de Padres Alcoholicos
177 pag.

Psicologia Universidad Nacional Autónoma De MéxicoUniversidad Nacional Autónoma De México

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