La toxina botulínica se utiliza en el tratamiento de la espasticidad infantil debido a varias ventajas. Estas incluyen la reducción de la espasticidad muscular, el alivio de la rigidez, la mejora de la movilidad y la función, y la disminución del dolor asociado con la espasticidad. Además, puede ayudar a prevenir contracturas musculares y facilitar la terapia física y ocupacional.
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