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Sobre todo dos: la crítica de la vida matrimonial y el elogio de la vida independiente. La crítica del matrimonio es un lugar común de la moral ant...

Sobre todo dos: la crítica de la vida matrimonial y el elogio de la vida independiente. La crítica del matrimonio es un lugar común de la moral antigua que los autores ascéticos del siglo IV reutilizaron sin introducir muchas modificaciones. Todos los que discutían la cuestión familiar en todas las escuelas filosóficas describían incansablemente los disgustos del matrimonio –molestiae nuptiarum–: ¿hay que casarse o no? Teofrasto, citado profusamente por San Jerónimo, es apenas un ejemplo de esas banalidades, de las cuales vemos surgir tres o cuatro temas principales: incompatibilidad entre la vida filosófica y la existencia matrimonial –«No es posible amar a la vez a una mujer y los libros»–; defectos intrínsecos de las mujeres –sus celos, su avidez, su inconstancia–; la perturbación que suscitan en el alma y la existencia de su esposo; preocupaciones de dinero («mantenerlas pobres es muy difícil; soportarlas ricas es un tormento») o necesidad de vigilancia; y por último, el poco valor que adjudicar a los cuidados que pueden proporcionar e incluso a los descendientes que cabe esperar de ellas, si se los compara con los amigos de los que uno sabe rodearse o los herederos que puede elegir con pleno conocimiento de causa[(12)]. La exposición sobre los fastidios del matrimonio es un pasaje casi obligado en los textos cristianos que se ocupan de la virginidad. La encontramos, con mayor o menor prolijidad, en el tratado Peri parthenias de Gregorio de Nisa (III, 2-7); en el de Juan Crisóstomo (especialmente en el capítulo XLIV y la larga serie de los capítulos LI-LXII); en el Peri tes en parthenia alethous aphtorias [De la verdadera integridad de la virginidad] de Basilio de Áncira (capítulo XXIII); en la Homilía VII (15-16) de Eusebio de Emesa; en el De virginibus de San Ambrosio (I, 6), y en el Adversus Helvidium (capítulo XX), la carta 22 (a Eustoquio) y el Adversus Jovinianum, todos de San Jerónimo. Entre todos estos textos, el de Gregorio de Nisa puede servir de ejemplo, ya que su construcción responde con exactitud a la retórica de las diatribas paganas acerca de las ventajas y los inconvenientes del matrimonio. Sin explicitarlo, Gregorio retoma los tres principales argumentos en los que se apoyaban los partidarios de la vida matrimonial: dicha de la vida en pareja, satisfacción de tener hijos, ventaja de contar con una familia a la hora de la enfermedad o la vejez. ¿Dicha de la vida compartida? En la suposición de que exista, está bajo la amenaza incesante de la envidia –responde Gregorio de Nisa– y a cada instante está expuesta al riesgo de que la muerte la destruya. De todas maneras, la edad, la vejez y el tiempo la desgastan poco a poco. Visto que pasa como «una ola para llegar a la nada», la belleza no dejará tras de sí «ninguna huella, ningún recuerdo, ningún resto de su halago presente». Socavada desde dentro por el miedo al cambio, que impide disfrutar realmente de los bienes presentes, la dicha de la vida común no llega a ser más que una apariencia. ¿Los hijos? Con todo, están los sufrimientos del parto y los accidentes que a menudo lo acompañan. Están los muertos a edad temprana, además de que los descendientes que sobreviven suelen ser una fuente de inquietudes permanentes para sus padres. Se entristecen quienes no tienen hijos y quienes los tienen, quienes lloran a los hijos muertos y quienes se arrepienten de los descendientes que sobreviven. En cuanto a la vejez, momento en que los esposos deben ser el uno para el otro un auxilio, pensemos antes bien en la viudez que a veces sobreviene en la juventud y deja a las mujeres sin apoyo ni recursos[(13)]. El elogio de la vida al margen del matrimonio es tan tradicional como el recordatorio de las molestiae nuptiarum, que, en cierto modo, es su contracara. En ocasiones, los autores cristianos representan la existencia liberada de los lazos matrimoniales con inflexiones cercanas a aquellas que utilizaban los filósofos de la Antigüedad cuando prometían a los solteros una vida de tranquilidad y calma. Crisóstomo, por ejemplo, opone a la vida del matrimonio una existencia «sin peligros» y «sin problemas»(14), en la cual el hombre solo depende de sí mismo(15). Y la describe, al menos en algunos de sus aspectos, según los términos de la sabiduría humana y la felicidad filosófica: No hay perturbaciones en la modesta morada [de aquella que no está casada], proscritos están los gritos de su presencia. Como en un remanso de paz reina el silencio en su corazón y, más perfecta aún que el silencio, la serenidad en su alma. […] ¿Qué idioma podría expresar la dicha de la que goza un alma así dispuesta? […] ¡Me encuentro aquí ante una dificultad extrema, porque no puedo comprender cómo es posible que casi todo el género humano, cuando se le ofrece la dicha en la quietud y el reposo del espíritu, ni siquiera vea en ello un placer, mientras que concibe el mayor de sus placeres en la preocupación, las desavenencias y la inquietud!(16). De tal modo, la promoción de la virginidad, al menos en unos cuantos textos, pasa por el elogio de una vida «independiente», con las ventajas que le reconocen los filósofos. Sin coacción exterior, «los pies» son «ligeros y libres de trabas», sin grilletes en los tobillos(17). No hay preocupación alguna por todas las apariencias que constituyen lo esencial de los presuntos bienes del matrimonio: el nacimiento, el renombre familiar, la gloria, la situación prominente(18). No existen las pasiones que perturban el alma cuando la agitan circunstancias exteriores: «Ira, violencia, juramentos, insultos, hipocresía»(19). Por último, y sobre todo, el alma tiene la posibilidad de morar consigo misma y permitir así al pensamiento concentrarse, alejado de todos los objetos exteriores: El soltero, al vivir en sí mismo, o escapa a esas experiencias [las del matrimonio] o supera con mayor

Esta pregunta también está en el material:

Historia Sexualidad IV Las confesiones de la carne
338 pag.

Psicologia, Psicanálise, Psicologia Humano Universidad Nacional De ColombiaUniversidad Nacional De Colombia

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