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La entrevista de juego Mag. Ps. Elika Capnikas La entrevista de juego es la técnica privilegiada en la clínica con niños para la comprensión del ps...

La entrevista de juego
Mag. Ps. Elika Capnikas
La entrevista de juego es la técnica privilegiada en la clínica con niños para la comprensión del psiquismo infantil, usada tanto en diagnóstico como en tratamientos psicológicos. Es una herramienta valiosa tanto para psicólogos, psiquiatras infantiles y psicoanalistas. Se complementa con las entrevistas de padres, y con otras técnicas cuando se trata de un proceso diagnóstico.
La entrevista de juego, es la técnica que valora el juego como forma de comunicación, así como la palabra en el adulto. El juego y el accionar del niño es un lenguaje, hacer es una manera de decir.
El niño expresa sus vivencias, su sentir, sus conflictos, fantasías y deseos a través del lenguaje gestual, de los actos o de los juegos. El juego le permite repetir a voluntad situaciones penosas o difíciles, hacer activo aquello que vivió pasivamente, a la vez que intentar elaborarlo.
El niño habla con su jugar, pero no sabe qué está diciendo, es por eso que en el encuentro con el otro, en un encuadre clínico, es donde se van dando sentidos y donde se van poniendo palabras a esos juegos. La privilegiada vía para atisbar el sentido inconsciente que hay detrás del síntoma. En la entrevista, el niño va a estructurar el campo de acuerdo a sus variables internas, y a través del vínculo transferencial3, se va aproximando a la comprensión de la conflictiva.
Importancia del juego
El juego es una actividad espontánea que se inicia desde los primeros meses del niño y dura toda la vida. Dice Flesler (2007, pág. 93): “El juego, para el ser humano, es uno de los máximos goces de la existencia”
“El juego es la ocupación más intensa del niño, donde invierte grandes cantidades de afecto. El niño toma muy seriamente su juego” (Freud, 1908)
Los niños juegan para aprender, para comunicarse, para elaborar conflictos emocionales o simplemente porque es una actividad gratificante y placentera. Los niños necesitan jugar porque es saludable. El juego es un «trabajo» placentero, trabajo psíquico que reúne el penar con el gozar, el esfuerzo con la satisfacción.
Para Freud (1920), el juego se relaciona con el principio de placer4 y con la compulsión 3 La transferencia es La función psíquica mediante la cual un sujeto transfiere inconscientemente y revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o deseos infantiles reprimidos…Y es específicamente, la herramienta fundamental con la que cuenta el analista (S. Freud, 1915), condición necesaria, para poder conducir el tratamiento. Laplanche y Pontalis: Diccionario de psicoanálisis 4 Principio de placer: uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental: el conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico. a la repetición5, con la tendencia a gozo y a la reducción de las tensiones. La actividad lúdica es efecto de un pensamiento inconsciente y que responde a leyes del proceso primario como los sueños y los actos fallidos. (Freire de G., 1986)
El juego es parte de la estructuración psíquica del niño. Casas de Pereda (1999) plantea que el niño a través del juego, que es su modo de ser siendo, se va haciendo con el otro, que lo mira ser y hacerse. Imitar, disfrazarse de otro, jugar a ser otros en las variables de cada cultura, son formas de trabajo de estructuración psíquica.
Press (2010), plantea que el niño en su desamparo inicial, necesita de otro para ir constituyéndose como sujeto psíquico. La mirada, la voz, el sostén, acompañan las necesidades básicas de alimentación, cuidado, abrigo, envolviendo al bebe en un manto protector, que le va devolviendo como en espejo, su ser humano en el mundo. Intuitivamente los padres lo hacen jugando. Para eso, es necesario de otro madre-padre que esté disponible pero no avasalle, que ponga un tiempo, un ritmo, para que pueda empezar a representarse la ausencia, germen del pensamiento y juego simbólico.
El vínculo madre-bebé es imprescindible para pensar la construcción psíquica del individuo. Casas de Pereda (1992a) entiende que generalmente la primer persona que juega con el niño es la madre, quien le enseña (sin ser consciente de ello) a jugar el juego de presencia-ausencia. Este juego pone en marcha el deseo promoviendo mecanismos de defensa y también generando marcas y simbolizaciones. Este tipo de juegos inaugura una larga serie de los cuales forman parte el fort-da y la escondida entre otros.
El juego es también un modo de aprendizaje, el niño realiza una puesta en escena, jugando, y a la vez que va estructurándose, va creando el mundo.
Dice Winnicott (1971) que el niño pasará de la ilusión omnipotente de crear el mundo a poder lograr una adaptación lo más creativa posible, por lo que es esa adaptación progresiva lo que le permitirá apropiarse del mundo que lo rodea.
El niño va a poder aprehender el mundo representándolo, simbolizándolo, y el proceso de pensar se va dando desde el poder representar. Jugando el niño va a la vez que representando, haciendo propio los conocimientos del otro.
Por otro lado, el niño estructura su coordinación perceptivo-motriz y las nociones de tiempo y espacio a través de la actividad lúdica.
El juego cumple también una función elaborativa, al jugar el niño puede elaborar conflictos, hacer activo lo que vivió pasivamente, a la vez que va produciendo nuevos sentidos.
“El juguete por su tamaño, por ser algo propio y permitido, le da la posibilidad al niño de ejercer dominio sobre él, convirtiéndose por esto en el instrumento más adecuado para revivir los objetos reales y poder allí dominar situaciones penosas o difíciles para él. (...) al jugar desplaza al exterior miedos y angustias internas, situaciones que por lo general resultan intolerables para su yo, débil aún por no estar aun totalmente estructurado” (Freire de G., 1986, pág. 6) 5 La compulsión de repetición o, simplemente, repetición es un concepto que Sigmund Freud definió para intentar dar un fundamento al impulso de los seres humanos a repetir actos, pensamientos, sueños, juegos, escenas o situaciones desagradables o incluso dolorosas. Laplanche y Pontalis: Diccionario de psicoanálisis

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Intervenciones en psicologia clinica
142 pag.

Pscologia1 Universidad Nacional De ColombiaUniversidad Nacional De Colombia

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