tratará mejor del mudo, es decir, queremos que nuestra pareja se comporte de este modo. Pero una vez que nuestra pareja muestra sus imperfecciones,...

tratará mejor del mudo, es decir, queremos que nuestra pareja se comporte de este modo. Pero una vez que nuestra pareja muestra sus imperfecciones, nos sentimos enormemente decepcionados. Cuanto mayor es la grieta entre lo que queremos y lo que obtenemos en cada momento, mayor es la intensidad de la emoción y mayor es el dolor. Nuestra cultura no apoya el lenguaje descriptivo sobre nuestra decepción en estas situaciones, aunque sería de lo más útil. Por el contrario, nuestra cultura fomenta la crítica y el enfado. Y este conduce a los juicios y los juicios son invalidantes. Entonces empieza de nuevo el ciclo: una persona es crítica, está enfadada, hace juicios de valor e invalida, perdiendo de vista por completo la decepción que suele ser realmente su emoción primaria. Dese cuenta de que el primer paso puede implicar la propia invalidación (no reconocer su propia auténtica emoción). Esta expresión inexacta se recibe como un ataque (puesto que de algún modo realmente lo es), lo que desencadena emociones y reacciones similares en su pareja. Así pues, la invalidación genera invalidación. En consecuencia, solo existen dos cosas que hay que hacer: minimizar los primeros pasos de la autoinvalidación, del enfado, los juicios, etc. o detener el ciclo y responder a la invalidación con compasión, aceptación y validación en lugar de corresponder con invalidación. Romper el ciclo de la invalidación Todos sabemos más o menos cuando somos invalidados. Nuestra agitación emocional aumenta y sentimos ese malestar, esa mezcla de dolor, miedo y disgusto que se asocian con no saber si correr a escondernos o atacar. El impulso de correr probablemente proceda del dolor y del miedo de que nos infrinjan más dolor. El impulso de atacar probablemente proceda del enfado, que puede provenir simplemente de mucho dolor, o de un intenso disgusto mezclado de juicios, o de miedo, porque el enfado puede ser una respuesta condicionada del miedo (aprendemos a atacar en lugar de correr a “ponernos a salvo”). En las relaciones íntimas, esta respuesta puede verse incrementada porque nos pilla desprevenidos. A fin y al cabo, su pareja es la persona que ama y que le ama, lo que crea, incluso en relaciones deterioradas, una especie de esperanza de buenos resultados que se viene abajo durante la invalidación. La caída en desgracia puede ser algo particularmente molesto. Cuando el impulso de correr es mayor que el impulso de atacar, usted puede retirarse y esto puede ayudarle a reducir su reactividad. Aun así, sigue necesitando volver a conectar con su pareja en algún momento y la pregunta que se plantea es: ¿lo hará de forma constructiva o atacando? Si el impulso inicial de atacar es mayor que el impulso de huir y si quiere romper el ciclo y restablecer la paz en su relación, necesita una estrategia alternativa inmediata. Así pues, los signos de de que se halla usted inmerso en un ciclo de invalidación son la rapidez con la que crece su agitación emocional y el hecho de que usted tenga el impulso de pasar al ataque. Existen diversas estrategias de las que puede servirse, inmediatamente o con el tiempo, para romper el ciclo: validarse a sí mismo; calmarse a sí mismo; plena consciencia (consciencia sin juicios de su pareja); recordar sus auténticos objetivos y valores; empatía; aceptar la realidad tal cual es (la situación no es como desearía que fuera); generar esperanza. Validarse a sí mismo en primer lugar Veamos. Se halla usted inmerso en una discusión y desea desesperadamente que su pareja le entienda, esté de acuerdo con usted, le apoye, le quiera y le valide. Pero su pareja está tan molesta (herida, temerosa, decepcionada, enfadada…) como usted y no está mostrando ningún signo de validarle. En este caso, si no se valida a sí mismo, ¿quién lo va a hacer? Valide sus sentimientos identificando sus emociones primarias. Busque la decepción y el temor; considere el dolor, la frustración, la soledad y la vergüenza. Recuérdese que tiene sentido sentir esos sentimientos cuando está en conflicto con su pareja, cuando no le entiende, no le apoya o, lo que es peor, invalida sus emociones, sus deseos o sus acciones. Dese cuenta de los impulsos que le surgen de atacar. Cabalgue esos impulsos como si fueran olas; puede que vuelvan, pero no tiene por qué sumergirse en ellos. Permítalos, pero no se sumerja en ellos ni pretenda que no están ahí ni intente suprimirlos. Recuerde que esos impulsos surgen de su agitación emocional y que si intenta reprimirlos, volverán con más fuerza. Así pues, permita que sigan su curso natural. A continuación, valide lo difícil que es no reaccionar de un modo exagerado, negativo y destructivo cuando se siente atacado por su pareja. A medida que contiene su ataque, percátese de su compostura, valide su arduo esfuerzo y siéntase bien por ello. Se supone que, después de hacer algunas de estas cosas, notará que sus emociones se calman un poco y, con ellas, su impulso de atacar. En este punto, quizá no pueda advertir lo que realmente desea en el cuadro general: llevarse mejor con la persona que ama y que, sin duda, le ama. Esperemos que usted lo sepa, a pesar de que su pareja no le esté dando ningún signo de ello en esos momentos. Recuerde que tampoco lo está dando usted, ¡al menos de momento! Esta es una forma de validar el hecho de que la dificultad y el dolor están al servicio de algo que es importante para usted. Calmarse a sí mismo También puede calmarse a sí mismo manifestando respeto por sí mismo y tratándose como se trata a un ser humano aceptable. Si se siente triste, imagine qué podría hacer si un amigo se sintiera triste. ¿Hace lo mismo por su propio dolor, miedo, etc.? ¿Le ayudaría tranquilizarse a sí mismo? Inténtelo. Pruebe a hacer algo físico, como estirar los músculos que se hayan tensado o encontrar una posición más cómoda para sentarse (permanecer de pie uno es lo más óptimo para relajarse). Quítese los zapatos, póngase un jersey cómodo, tápese con una manta o quítese una prenda de ropa si tiene calor. Frótese los ojos, las sienes o los pies con delicadeza. Tómese un refresco o una infusión. Imagínese más feliz en un futuro próximo cuando se haya despegado del ciclo de invalidación. Encuentre algo que pueda hacer para calmarse, algo que directamente rebaje su agitación emocional. Recuerde sus auténticos objetivos (a largo plazo) ¿Por qué establecemos relaciones íntimas? Ciertamente no lo hacemos para ganar discusiones ni para hacer morder el polvo a nuestra pareja. Sin embargo, a veces adoptamos estas actitudes. Es fundamental recordarse a sí mismo continuamente lo que realmente quiere: una relación amorosa, una pareja que le quiera y le apoye y a la que usted quiera y apoye. A pesar de los muchos fallos de cualquier relación, esa es la persona que ama. Si ha leído este libro hasta este punto, es obvio que realmente desea que su relación mejore. Si recuerda que esa es la persona que usted ama y también que quiere desesperadamente que su relación vaya mejor, pregúntese cómo va a lograr este objetivo el atacar a su pareja. Ya conoce la respuesta: obviamente no lo va a lograr. Solo la ternura tiene probabilidades de obtener ternura recíproca. Si quiere ser tratado amorosamente, descarte el ataque. Deténgalo y considere estrategias eficaces, como encontrar la forma de validar a su pareja y revertir el ciclo. Utilice la plena consciencia relacional para desarrollar la empatía y el potencial de validación Dese cuenta de lo mal que se siente; de lo difícil es que no atacar, de encontrar esa persona amorosa dentro de usted que se ha estado escondiendo. A continuación, dese cuenta de que su pareja probablemente está sintiéndose exactamente igual que usted. En muchas situaciones, ambos han actuado de una forma hiriente, a pesar de que puedan no ser conscientes de ello o no lo entiendan. Quizá no fuera intencional su conducta dañina, pero de todos modos tuvo como consecuencia el sufrimiento de su pareja (como dar palmaditas en las espalda de alguien quemada por el sol). Pregúntese: “¿Qué está mi pareja viviendo en estos momentos? ¿Hasta qué punto está realmente sufriendo esa persona, que es mi amor?”. Esto es sencillamente ser plenamente consciente de su pareja, darse cuenta de lo que está haciendo o sintiendo. Recuerde que su impulso de atacarle procede del mismo lugar que el suyo: daño, miedo, decepción y sufrimiento. Recuerde que, con intención o sin ella, usted ha contribuido al sufrimiento de su pareja y que puede, en este mismo momento, ayudar a aliviarlo rompiendo el ciclo. En lugar de atacar y de invalidar, puede interesarse de un modo no amenazador, abierto a escuchar sus experiencias, validándolas y con amor. Recuerde que usted posee las habilidades y