¿Qué pasa con los hombres feminizados? ¿Debemos negar su pertenencia a la categoría de género hombre por sus comportamientos femeninos? ¿Debemos negar la de mujer a las mujeres que rompan con la feminidad? Limitar la categorización de género a los roles y actitudes atribuidos a este, tal y como se ha hecho hasta el momento, excluye a las mujeres “masculinizadas”, a los hombres “feminizados”, así como a las personas denominadas gender non conforming. Al mismo tiempo, no ofrece lugar a aquellas formas de género no binarias que no poseen unos roles tradicionalmente asignados, las cuales denominó Platero (2014) como géneros independientes. Pyne (2014), determinaba que esta categoría aúna a las personas que: 1) están conformes con su género asignado en el nacimiento por motivos biológicos, pero no encajan en los límites socioculturalmente determinados como apropiados para su género; 2) rechazan los modelos de categorización de género binarios; 3) se identifican con una categoría de género diferente a la asignada en el nacimiento por motivos biológicos y transitan a formas genéricas que van más allá del modelo binario (hombre o mujer). Por tanto, se torna necesario repensar la concepción imbricada entre los dos términos (género y roles de género) ante la acepción heteronormativa hasta ahora otorgada para tomar un sentido propio de la noción de género que se ajuste a la diversidad existente. Así, aquello que tradicionalmente se ha determinado como la percepción comportamental del género y ha supuesto la base conformativa de la categorización de este, tal y como hemos apuntado anteriormente, es lo que podríamos denominar como roles de género. De este modo, se disocia el ámbito de los comportamientos como criterio de categorización de género para dar un nuevo sentido que atienda a las características socialmente minoritarias o subversivas.