MENORES Y TIC Actualmente, las TIC se encuentran integradas prácticamente en la totalidad de las diferentes esferas sociales, siendo innegable la facilidad del contacto de los menores con las mismas en sus hogares (Bacigalupe, Camara y Buffardi, 2014). El papel de las TIC en la sociedad está provocando cambios sociales y culturales: ampliando las formas de interacción, colaboración y actividad, generando nuevas posibilidades de aprendizaje y oportunidades de intercambio, etc. (Diogo, Silva y Viana, 2018). Uno de ellos, lo conforman los hogares multipantalla, donde se planea un nuevo reto educativo a las familias (Torrecillas-Lacave, Vázquez-Barrio y Monteagudo-Barandalla, 2017). De este modo, los niños se hallan inmersos en un mundo tecnológico desde que nacen, adaptándose al mismo adquiriendo habilidades para el uso de las TIC que le rodean de manera natural. En esta línea, Lepicnik y Samec (2013) analizan cómo la mayoría de niños de 4 años se encuentran en hogares con tecnología y objetivos multimedia que incluso son utilizados para apoyar el aprendizaje por la familia. En el contexto descrito, los padres no son siempre los que enseñan a sus hijos. En numerosas ocasiones son los niños los que enseñan a sus familiares al poseer más habilidades en cuestiones tecnológicas (Busquet, Ballano, Medina, Morón y Ruano, 2010). Sin embargo, no es suficiente el manejo de la tecnología para adquirir una verdadera competencia digital. Es importante concienciar a los menores sobre los posibles riesgos y peligros del uso de esta tecnología, sobre todo en el uso de la red. Así pues, tanto la familia como la escuela y la sociedad deben responsabilizarse de esta educación tecnológica que debe ser destinada a los menores.