Finalmente, la tercera y última fase corresponde a una investigación evaluativa de carácter participativo. En esta fase, hemos de crear dos grupos ...
Finalmente, la tercera y última fase corresponde a una investigación evaluativa de carácter participativo. En esta fase, hemos de crear dos grupos de profesorado de dos instituciones educativas, un grupo por cada institución, no necesariamente que hayan participado en la primera fase, pero si es importante que trabajen en contextos con las características donde se desarrolle esa fase diagnóstica (contextos multiculturales y con problemas de marginación y desigualdad social). Ya con la composición del profesorado participante en esta fase, hemos de proseguir a evaluar la realidad socioeducativa de la institución y del profesorado, con el ánimo de adaptar el programa a las necesidades detectadas para darle viabilidad a su aplicación; y en el desarrollo del proceso de aplicación de las actividades, se posibilitaran espacios de valoración con miras a detectar entre los miembros del profesorado y el investigador (orientador) las posibles fortalezas y debilidades del programa y las oportunidades y amenazas que puede tener, de cara a adaptar sus actividades para que se ajusten a las necesidades y expectativas del profesorado y el entorno donde está inmersa la institución educativa. En general, hemos de buscar la mejora del programa, y sus repercusiones positivas en el profesorado e institución educativa. Desde Bartolomé (1997:49) comprendemos que necesitamos desarrollar la investigación evaluativa en la medida que queremos comprender la complejidad del programa en un contexto particular, de cara a mejorar los aspectos que están en juego.
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