expresa la relevancia de las actitudes del ser a nivel ético, moral y axiológico. Porque el ser con cada jugar percibe y logra darse cuenta de que ...

expresa la relevancia de las actitudes del ser a nivel ético, moral y axiológico. Porque el ser con cada jugar percibe y logra darse cuenta de que cómo actúa en la vida actúa en el campo –ámbito del juego– y viceversa. Es un territorio lúdico con múltiples posibilidades para aprender a ser, para aprender actitudes tendientes a la virtud. En palabras de MacIntyre (2004): “Una virtud es una cualidad humana adquirida, cuya posesión y ejercicio tiende a hacernos capaces de lograr aquellos bienes que son internos a las prácticas y cuya carencia nos impide efectivamente lograr cualquiera de tales bienes” (p. 252). De este modo, el Movimiento Moral Motivado (M3), es un movimiento –acción y-o reacción dentro de la ejecución y dinámica del juego– que es realizado como respuesta a las circunstancias del juego y al conocimiento que se tiene del mismo para responder a sus exigencias técnicas, tácticas o morales –aprendizaje de virtudes ya elegidas. Esas acciones lúdicas, agónicas, son también reconocidas y contenidas de esencias éticas, de motivaciones humanas hacia el otro y que son parte del ámbito moral que rodea al juego y a las prácticas deportivas. El Movimiento Moral Motivado (M3) además se presenta como un acto de virtud, como acciones que expresan cualidades morales y en relación con las normas y reglas del juego, de la práctica del deporte y de las actividades pedagógicas.