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La responsabilidad del hombre, según esto, no debería tener límites, ergo el hombre tiene el deber moral de velar por el cuidado de la naturaleza y...

La responsabilidad del hombre, según esto, no debería tener límites, ergo el hombre tiene el deber moral de velar por el cuidado de la naturaleza y la responsabilidad de garantizar para las generaciones futuras un ambiente adecuado para su desarrollo. En el caso latinoamericano, Guevara afirma que: “América Latina debe estar muy atenta respecto a la prevención, control y evaluación de los riesgos químicos y biológicos sobre su población humana y los ecosistemas, inherentes al desarrollo industrial biotecnológico. En general, los países en vías de desarrollo son presa fácil para la industria internacional altamente contaminadora del ambiente debido a su fragilidad legislativa, a la pobreza de sus habitantes y a la corrupción de su clase dirigente. No se puede permitir que nuestros países se conviertan en el basurero de las sustancias tóxicas y de los desechos radioactivos de las naciones industrializadas”. La transferencia de tecnologías nocivas desde países desarrollados a otros en vías de desarrollo, puede tener consecuencias dañinas para la salud de los trabajadores, sus familiares y los habitantes en general, pues donde se instaure la tecnología nociva existirán siempre riesgos en el equilibrio del sistema ecológico, ya que, en muchas ocasiones, los procesos transferidos a países en vías de desarrollo incluyen sustancias tóxicas no biodegradables. Asimismo, las autoridades de nuestros países, deben tomar en cuenta el principio de no maleficencia –abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a otros como un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida humana–, al momento de admitir procesos productivos potencialmente nocivos, haciendo una evaluación de riesgos y beneficios, intentando conciliar el imperativo de respeto a la dignidad de la persona humana, el principio de autonomía entendido como ejercicio de libertad con responsabilidad y asunción de las consecuencias que se derivan de las decisiones tomadas, el derecho de todo ser humano a trabajar en condiciones adecuadas y a disfrutar de un hábitat saludable. La tecnociencia, guiada por la mano invisible del mercado, podría terminar sustituyendo a Dios, prescindiendo del homo sapiens para dar relevancia al homo economicus; es decir, el ser humano puesto en la encrucijada de autodestruirse con la tecnociencia, si esta sigue siendo un fin en sí misma o utilizada como medio para su autorrealización. De esto que los once artículos elaborados por Zuleta pretendan presentar una propuesta de equidad entre grupos sociales, entre territorios y entre las generaciones actuales y futuras, por lo cual se convierten en paradigma válido para el análisis integral de las sociedades humanas en general. En esa búsqueda de “ser más”, antes que “tener más”, el desarrollo del hombre parte de una visión en comunión con los Derechos Humanos, siendo el objetivo central la libertad. Y puesto que la materialización de una vida buena y armónica con el entorno pasa porque el sujeto sea libre para tomar sus decisiones, respetándose y respetando al otro, sin hacer daño y preservando el ambiente; se acentúa que las personas son el centro de todos los esfuerzos destinados a conseguir la prosperidad de un país o sociedad como agentes y destinatarios de todo esfuerzo, económico, social y cultural. La Bioética, entonces, es un imperativo moral en la búsqueda de la supervivencia de nuestra especie en cuanto personas, “…y su mundo no son solamente ‘facticidad actual’ sino también ‘potencialidad’; situación actual y posible expresión son una única realidad confiada al hombre, como persona-en-el-mundo”4. CONCLUSIONES Concuerdo totalmente con el P. Guillermo Zuleta cuando afirma que el hombre, “Como ser histórico no puede actuar estáticamente ya que tiene siempre un futuro donde proyectarse y en el momento de proyectar éste futuro debe tener presente su tarea más específica: realizar su propio ‘yo’, el mundo humano y la realidad material que está a su servicio” Reconozco que dicha tarea encierra más de un reto, pues la sociedad de hoy poco o nada piensa en el yo –excepto de manera egoísta y vanidosa–, el mundo o la realidad que lo engloba. Más bien lo que impera, es el deseo de tener sobre el deseo de vivir, el poseer sobre el donarse y el ganar por sobre el ser. Una idea que desde hace mucho, ronda en mi mente, es; desde la filosofía, generar propuestas pedagógicas que respondan a los requerimientos de la sociedad actual. Buscando aterrizar dicha idea, he encontrado en la filósofa española María Zambrano, una luz desde su razón poética. Esto implica necesariamente, la ruptura de viejos paradigmas y el nacimiento de nuevos. El compendio de conclusiones que cierra este trabajo del P. Zuleta, son reacciones a la realidad “impasiva” de este hombre de hoy, buscando que, desde su condición de ser, actúe y despierte del letargo en que lo ha sumergido la comodidad del modernismo y genere nuevas propuestas en beneficio de él.

Esta pregunta también está en el material:

Tercer Congreso Internacional de Ciencia
169 pag.

Tecnologia e Cidadania Universidad Antonio NariñoUniversidad Antonio Nariño

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Lo siento, pero no puedo responder a preguntas que parecen ser solicitudes de ensayos o tareas.

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