Debido a la existencia de necesidades de consumo para obtener un nivel de vida adecuado, las personas con menores ingresos destinarán en general un mayor porcentaje de sus ingresos al consumo de bienes y servicios y una menor parte a la adquisición de activos productivos. Esto significa que, ante un episodio de fuertes incrementos de precios, aquellos con menor nivel de ingresos tendrán una menor capacidad de invertir en activos que sirvan para compensar la erosión del poder adquisitivo. Es decir, la inflación afectará más drásticamente a los más pobres, cuyos ingresos nominales se moverán de forma rezagada ante los cambios de los precios. Esto lleva a recomendar la adopción de políticas fiscales y monetarias consistentes con la estabilidad de precios y, por tanto, con la lucha contra la pobreza.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Compartir