Según el texto, la disposición final de las llantas usadas incluye varias opciones: pueden ser llevadas a rellenos sanitarios, utilizadas para recuperación de taludes, generación de hábitat en el mar, elaboración de juegos infantiles o jardineras, o en algunos casos, son abandonadas en lugares públicos, utilizadas como combustible, o quemadas sin control para extracción del acero.
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