¿Pero en qué se cimienta esta competitividad si pensamos que en todas las ciudades existe la creatividad en cuanto cada persona, en su individualid...

¿Pero en qué se cimienta esta competitividad si pensamos que en todas las ciudades existe la creatividad en cuanto cada persona, en su individualidad, es un potencial centro de producción de ideas? Diremos que particularmente Cali, como veremos más adelante, tiene un pasado migratorio fuerte, asentamientos indígenas provenientes del Cauca, migraciones afrodescendientes y grupos de mestizos venidos de las sierras que hacen de la ciudad un prisma de nuevos lenguajes; a eso se debe tanta quinésis, y es ahí donde está el factor diferenciador: en la capacidad de Cali de reinterpretar lo tradicional. Debido al cruce de historias y herramientas interpretativas, las artes escénicas han encontrado en Cali un laboratorio de reformulación. En ese sentido y aunque parezca una obviedad, las migraciones cumplen un papel importante a la hora de promover la creatividad ya que “las personas concretas que migran se están convirtiendo en puentes vivientes, en valiosos nexos entre realidades, en principio lejanas” (OEI, 2011, pág.9) Esto hace referencia a un principio elemental de la creatividad y es el conocimiento de los mundos posibles, la transferencia y contratransferencia de saberes que – con un proceso metodológico – suelen resultar en propuestas disruptivas que, materialicen en productos o servicios creativos aquella variabilidad infinita de fusiones conceptuales y estéticas. Siguiendo a la OEI, consideramos que la movilidad humana de las migraciones definitivamente constituye un potente puente de comunicación y diálogo intercultural, el cual, en definitiva, se manifiesta en el surgimiento de nuevas y diversas subjetividades que son fuente de inspiración creativa. Es en este sentido que Cali, como algunas otras ciudades del mundo, cuenta con una potencia creativa competitiva resultante del dialogo intercultural, de la conversación entre capitales culturales diversos y de la condensación de los mismos en una ciudad que entienda el poder transformador de la creatividad. Pensemos en un ejemplo claro: la salsa. Cali es la capital mundial de la salsa y lo es porque por allá en los años 70 los bailarines ‘envenenaron’ los discos, haciendo que pasaran de girar de 33 a 45 rpm, gestando así el origen de la salsa caleña, estilo ahora patentando y que hizo a la ciudad merecedora del título de ‘capital mundial de la salsa’, así mismo el ballet se ha fusionado con los ritmos andinos, las danzas urbanas se han fusionado con los bailes afrodescendientes y las marimbas se mezclaron con los sintetizadores dando lugar a una potencia creativa que apenas en estos últimos 8 años ha sabido hacerse ver. Entonces en Cali no es que haya mejores bailarines o artistas, lo que pasa es que han sabido hacer nuevos aportes al campo con unos índices de calidad no vistos en otras ciudades del país y del continente; y en eso reside la creatividad, no es que alguien sea más o menos creativo que otro, sino que unos logran irrumpir con innovación en una arena tan compleja, en eso habita el éxito de una economía creativa, en poder crear, en materializar ideas y sorprender, interpelar, en ser disruptivos. En ese sentido, lo que va a posicionarnos son los nuevos lenguajes, Juan Pablo López, asesor del Ministerio de Cultura expresa que: No va a ser necesariamente la salsa, salsa o el folclor, folclor; lo que va a catapultarnos son las reinterpretaciones que se gestan en todos estos chicos que tienen en su mente el bullerengue, la cumbia, la champeta; ese es el éxito y el futuro, y yo creo que a eso es que hay que apuntarle. (Comunicación personal, 28 de noviembre de 2018) Dicho esto, la materia prima existe y la capacidad de generar el producto terminado también, los que todavía trastabillan son los procesos de articulación entre ambos, sobre todo en dos instancias: los procesos administrativos y los procesos de formación. Frente al primero diremos que hay avances y voluntad, y aunque más adelante nos adentraremos en la particularidad del tema, es importante mencionar que hay herramientas incipientes para calcular, conocer e identificar los actores clave de la economía creativa en Cali; por ejemplo la Cuenta Satélite de Cultura (CSC), la cual es un sistema de información estadística sobre las actividades de las industrias culturales de Cali. El problema está en que aun hoy, de los doce sectores comprendidos dentro de las industrias culturales, solo nueve han podido ser medidos, quedando por fuera los sectores de la creación literaria, musical y teatral; la producción y edición musical; y el patrimonio inmaterial. Lo anterior se deriva de la inexistencia de estadística s sobre estos sectores, “de la imposibilidad de crear un marco muestral confiable y del hecho que la información por CIIU no llega a tal grado de detalle” (Alonso, Gallego, & Ríos, 2010, pág. 39). Como vemos dos de los tres hacen parte del subsector de las artes escénicas, con lo cual queda camino por recorrer con el fin de al menos, identificar los potenciales tangibles que tiene Cali en miras a convertirse en una ciudad creativa. Por otro lado, tenemos los procesos de formación donde quisiera detenerme un poco. En el marco del análisis tomaremos los procesos de formación en doble sentido: primero como la cantera que garantice la calidad y continuidad de la producción (una mirada un poco más económica) y segundo como la punta de lanza para lograr que el arte sea un modo de vida sostenible (una mirada social), porque también hay