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Evolución del número de presas construidas en los ríos españoles a lo largo del periodo considerado (MMA, 2006). Efectos hidrológicos y ecológicos ...

Evolución del número de presas construidas en los ríos españoles a lo largo del periodo considerado (MMA, 2006). Efectos hidrológicos y ecológicos de la regulación de los caudales. Los impactos causados en los ríos españoles por este número tan elevado de presas, que en el último inventario oficial publicado por el Ministerio de Medio Ambiente se cifra en 1.226 (MMA, 2006), quizás no han sido suficientemente analizados hasta la fecha, si bien existen numerosos trabajos sobre el tema, al constituir un problema de índole global que afecta a los principales ríos de todo el mundo (Petts, 1984; Dynesius & Nilsson, 1994; García de Jalón et al., 1992; Nilsson & Berggren, 2000; etc.). En primer lugar hay que mencionar la transformación tan significativa del régimen natural de los caudales, produciendo en los meses de mayor calor y mayor demanda de agua para regadío los caudales más elevados del año, mientras que los caudales mínimos se producen en los meses más fríos y de mayor precipitación en que se trata de llenar los embalses (ver figura 5.5 y figura 5.6). Río Porma en Vegamián 0 10 20 30 40 50 60 O c t N o v D ic E n e F e b M a r A b r M a y J u n J u l A g o S e p H m 3 Periodo no regulado Periodo regulado Figura 5.5.- Régimen de caudales del río Porma (León) afectado por la presa Juan Benet (embalse del Porma destinado al regadío), diferenciando dos periodos, uno sin regulación (1942-1968) y otro posterior a la puesta en explotación de la presa (1969-2004). Figura 5.6.- Presa del Porma, y caudales máximos circulando por el cauce durante los meses de verano para su utilización en la agricultura (Julio, 2007). Con el llenado de los embalses durante los meses de lluvia se eliminan las avenidas ordinarias o de mayor frecuencia, que tienen una gran importancia en el mantenimiento de la morfología natural del cauce y en la renovación de los hábitat y regeneración de la vegetación riparia, y se genera un régimen de caudales mucho más uniforme en el tiempo, donde sólo se mantienen las avenidas extraordinarias (figura 5.7). La transformación del régimen natural de caudales generada con la regulación para regadío depende de la ubicación en la red fluvial del tramo de río considerado. Puede suponer únicamente una modificación de la época en que se producen los caudales máximos, o también incluir una disminución drástica del agua que circula por los cauces respecto a la aportación natural, como sucede en numerosos tramos de la cuenca del Guadalquivir, aguas abajo de las derivaciones de agua para su utilización en la agricultura. Figura 5.7.- Régimen de caudales del río Aragón, aguas abajo del embalse de Yesa. A partir de 1970 en que se inicia la regulación para regadío disminuye notablemente la frecuencia de avenidas ordinarias, entre 100 y 200 m3/s, y aumenta la duración de los caudales mínimos, perdurando estos impactos a lo largo del tiempo. La regulación de los caudales afecta de manera muy significativa a los hábitats físicos de los ríos donde viven las comunidades acuáticas de plantas y animales, o las asociadas a la humedad fluvial. Las afecciones al hábitat acuático pueden referirse a la aparición en determinadas épocas de condiciones de profundidad de las aguas, velocidad de corriente, tensión de arrastre, etc. no apropiadas para las especies nativas, pudiendo repercutir en una falta de adecuación de los frezaderos para la reproducción de los peces en invierno por falta de caudal, o en un exceso de velocidad de las aguas produciendo el arrastre de los individuos de menor tamaño en los meses de verano. También pueden verse alteradas las características físico-químicas de las aguas, apareciendo formas reducidas de sales disueltas, problemas de contenido de oxígeno disuelto o alteraciones en la temperatura del agua relacionadas con las salidas de fondo de los embalses, produciendo en verano temperaturas mucho más frías que las del aire lo que repercute en el desarrollo de los ciclos biológicos de los insectos acuáticos. En los tramos de ríos regulados también se modifica la superficie de cauce habitable útil para cada especie, al variar el área de la lámina de agua y la distribución de profundidades en cada sección del cauce en función del caudal circulante. Asimismo se modifica la granulometría y disposición de los sedimentos del lecho y orillas, produciéndose en ocasiones la acumulación de sedimentos finos en el lecho y el sellado de los microhábitat cuando circulan de forma prolongada los caudales mínimos (meses de otoño e invierno), o el efecto contrario, con el lavado de sedimentos finos y la formación de una granulometría excesivamente gruesa para la retención de humedad y el crecimiento y germinación de las semillas en las orillas cuando circulan de forma continuada los caudales máximos (meses de regadío) (figura 5.8). La consecuencia a veces inmediata y a veces más progresiva de la regulación de los caudales para regadío es la modificación de la composición y estructura de las comunidades biológicas. En general, las nuevas condiciones de caudales regulados son menos favorables para las especies nativas, adaptadas a un régimen natural de carácter mediterráneo con avenidas ordinarias de cierta magnitud y estiajes marcados en los meses más cálidos, y más favorables para especies exóticas procedentes de otras regiones, que se hacen más competitivas que las primeras en los regímenes regulados más uniformes a lo largo del año y similares a los de los ríos de donde proceden. Los efectos de la regulación de los caudales en las especies piscícolas han sido estudiados en profundidad en España y están bien documentados en diferentes trabajos (Elvira,1995; Elvira y Almodóvar, 2001; etc.). Es evidente que el mantenimiento de regímenes de caudales ralentizados por la presencia de embalses, sin fluctuaciones anuales o interanuales que incluyan avenidas ordinarias y extraordinarias necesarias para la regeneración del hábitat, y disminuidos en su magnitud como consecuencia de las derivaciones para regadío, ha provocado una fuerte invasión de nuestros ríos por numerosas especies exóticas, tanto de peces (ej. pez-gato, pez-sol, carpa, lucio, salmón del Danubio, etc.) como de otras especies animales (ej. mejillón cebra en el Ebro) o plantas acuáticas (ej. jacinto de agua en el Guadiana). La sobreexplotación de acuíferos. La sobreexplotación de acuíferos por exceso de bombeo de agua subterránea para regadío es también un fenómeno bien conocido en nuestro país y tiene especial repercusión en la región de La Mancha y en las zonas costeras de Murcia y Almería. En la figura 5.9 se representa la evolución de los niveles piezométricos y bombeos en el acuífero de la Mancha Occidental en las últimas décadas (MMA, 1998). En ella se puede observar la disminución dramática del volumen de agua subterránea debida a su extracción para regadío, lo que ha producido unos daños ambientales difícilmente reparables en los humedales de la cuenca alta del Guadiana, incluyendo las Tablas de Daimiel.

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