CONSIDERACIONES FINALES El lenguaje supone, por parte del niño, la integración simultánea de claves acústicas, sociales y lingüísticas, sobre bases...

CONSIDERACIONES FINALES El lenguaje supone, por parte del niño, la integración simultánea de claves acústicas, sociales y lingüísticas, sobre bases cognitivas y de interés, para comprender su entorno. Esto lo induce a desplegar diversos procesos que le permiten la solución de tareas en contexto, a través de su aplicación a múltiples situaciones cuya diversidad le abre distintas posibilidades de solución. En efecto, la puesta en relación entre los subsistemas da lugar a la variabilidad que lleva a la emergencia de la novedad; a su vez estos procesos van a tener una evolución en el tiempo. De los dos a los tres años, al pasar de las acciones a los símbolos, el lenguaje va a jugar un papel preponderante en la organización del desarrollo, en interacción con los otros funcionamientos; posibilitan al niño ampliar su participación en las actividades familiares, académicas, culturales y sociales, como un miembro más de la familia y la sociedad a las que pertenece. Los padres tienen un papel importante en los programas de cuidado de estimulación e intervención temprana ya que ellos van a propiciar contextos para favorecer la comunicación y el desarrollo del niño, y en este sentido se configuran como factores protectores. La propuesta retoma la importancia de la triada (madre-hijo-profesional) para el desarrollo de las competencias comunicativas del niño. Más que ofrecer directrices, invita a descubrir las capacidades y posibilidades tanto del cuidador y del profesional, como del niño, de tal suerte que ésta propicie el desarrollo óptimo del niño. Los elementos que fueron considerados son aquellos que desde nuestro punto de vista favorecen la posibilidad de que los niños se conviertan en sujetos ejecutores, individuos activos en la construcción de su conocimiento, competentes para entablar relaciones afectivas y sociales. Su logro implica el descubrir y entender cómo es, cómo piensa, cómo siente, cómo participa y se integra al mundo. De esta manera, el niño no solamente está aprendiendo el lenguaje, sino su utilización combinatoria como instrumento de pensamiento, acción y comunicación. Esto ha planteado un cambio en la conceptualización del neurodesarrollo y de las estrategias de estimulación e intervención temprana, llevadas a cabo para favorecer el desarrollo infantil, en la medida en que se toma al cuidador y al niño como agentes activos y a las tareas en los diferentes contextos de la vida diaria, como favorecedoras del desarrollo.