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su implicación satisface sus intereses, y qué recursos pueden intercambiar con otros actores para ello: ¿Están interesados en trabajar por el proye...

su implicación satisface sus intereses, y qué recursos pueden intercambiar con otros actores para ello: ¿Están interesados en trabajar por el proyecto? ¿Qué actividades están dispuestos a hacer? ¿Qué relaciones de cooperación se tienen que dar entre actores? Con estos elementos podemos construir un mapa de actores, una tabla en la que en el que incluyamos: en un lado la relación de actores, poniendo en primer lugar los actores gubernamentales, luego los sociales, y luego los públicos objetivos que no se organizan como actores. En el otro lado su posición, sus intereses y prioridades, sus recursos, y otras variables que consideremos relevantes, por ejemplo las relaciones entre los actores. Existen herramientas específicas para analizar de manera concreta en un caso las relaciones entre los actores. De forma sencilla, la relación entre los actores se establece según sus intereses y prioridades. Las relaciones entre los actores las podemos clasificar de: Colaboración: los que tiene capacidades y recursos aportan a los que no. En este caso puede deberse a las normas internas del actor que aporta está muy beneficiado por el logro de los objetivos de la política, o porque las normas culturales externas, del entorno le condicionan. Interdependencia: los actores intercambian de recursos para la consecución de los objetivos, aunque en este aspecto puede darse interdependencia cuando se intercambian recursos en una política o en un programa por recursos en otra política o en otro programa. Confrontación, cuando existe conflicto de intereses entre actores. En este caso, si son necesarios los recursos de los actores confrontados, habría que buscar una estrategia de resolución de los conflictos. Bloqueo: cuando un actor tiene capacidad de veto y la ejerce. Un elemento adicional que hay que analizar respecto a la posible participación de los actores en una intervención o programa, y quedaría fuera del mapa, es explorar el apoyo social que podría obtener la intervención. En esta fase preliminar no existe una definición del proyecto de intervención, por lo que habría que buscar datos de opinión sobre el problema. Recordemos que lo que tratamos de explicar sobre los actores está orientado a la toma de decisiones en el proceso de políticas públicas, lo que implica la búsqueda de alternativas de solución de los problemas públicos para que los proyectos salgan adelante. En muchas políticas, las posibles alternativas surgen de las relaciones entre los actores, que producen negociaciones, cambios de posiciones, acuerdos, y en última instancia producen alternativas de solución. Así, la toma de decisiones es algo dinámico, en la que desde el punto de vista del análisis lo importante es entender las motivaciones de los actores a la hora de posicionarse. Es difícil conocer los costes y beneficios para un actor, y cuáles son sus intereses reales. Una organización y un grupo social pueden tener intereses contrapuestos entre sí. Para conocer los intereses y prioridades de un actor podemos identificar las rutinas de la organización a partir de su misión y su visión, las razones de su fundación, su estructura, y de sus actividades. Las organizaciones tienden a seguir en sus posiciones, y en sus decisiones, un “rumbo de dependencia” (path dependency) según lo define el enfoque del neo-institucionalismo histórico (Pierson, 2004). Los actores, particularmente los gubernamentales, se posicionan a partir de sus posicionamientos anteriores, debido a que de esta manera reducen los costos de información y de transacción internos y externos. Esto nos permite cuál será el comportamiento más probable de una organización y cuál será su estrategia negociadora. Análisis de los problemas Una vez analizados los actores, el Enfoque de Marco Lógico plantea que para llegar a perfilar las alternativas, el actor decisor ha de hacer un análisis de los problemas. Los problemas “van” siempre con las personas o, dicho de otra manera, no hay problemas sin personas. Por lo tanto, el llamado análisis de la situación es, de hecho, el análisis de la participación más el análisis de problemas. Así, el análisis de problemas se complementa la indagación efectuada con anterioridad pero, si antes ésta se efectuaba en función de los distintos agentes sociales que componen una realidad, ahora se trata de identificar los problemas que afectan a los colectivos inicialmente priorizados y de establecer las relaciones que existen entre esos problemas. Las herramientas más comunes elaboran diagramas de causas y efectos, como por ejemplo, el árbol de problemas, que quizás sea el más característico, y que en el ámbito de las organizaciones gubernamentales se comenzó usando en los programas de cooperación al desarrollo. Un árbol de problemas es un método gráfico, basado en un diagrama, que sirve para identificar los problemas a partir de su discusión o deliberación en grupo. Se utiliza tanto en la práctica de las políticas públicas de desarrollo e intervención social, como en mejora de la calidad interna de las organizaciones. Como veremos, es un método orientado al despliegue de objetivos y búsqueda de alternativas. Un árbol de problemas se basa en: Identificar los problemas existentes. Escribir cada problema en una tarjeta, preferiblemente con letras mayúsculas. Determinar cuál es, dentro de los problemas identificados, aquel que ocupa un lugar central que permite ordenar en torno a él la mayor parte de la información recopilada. Colocar esa tarjeta en el centro de un panel. Determinar las causas que provocan ese problema, preguntándose el por qué se produce esa situación considerada indeseable. Situar esas tarjetas en el nivel inmediatamente inferior al del problema considerado focal o central. Avanzar hacia abajo preguntándose por las causas de las causas. parte superior del árbol. Recomprobar las relaciones causales y dibujarlas en el panel. Las tarjetas han de estar expresadas de manera precisa e inequívoca, de forma muy concreta y no general, particularmente en los problemas causa últimos. La clave está en la cadena de causalidad entre los problemas. La verdad es que, en la realidad, las causalidades verticales y unívocas que propone este tipo de análisis funcionan tan sólo a medias. Las relaciones entre los problemas tienden a ser bastante más complejas (Camacho, Cámara, Cascante y Sainz, 2001). Los árboles de problemas tienen una continuación en los árboles de objetivos, la otra cara de la moneda del método de análisis de diagrama de árbol que complementa la herramienta. Análisis de los objetivos Para realizar el análisis de objetivos partimos del árbol método de diagrama de árbol. Esta segunda parte se construye sobre los problemas identificados anteriormente, en el mismo orden causal. Según el enfoque de marco lógico, el árbol de objetivos se basa en convertir la situación negativa que supone el problema para el actor que lo define en una situación positiva que éste pretende alcanzar (Camacho, Cámara, Cascante y Sainz, 2001). Por tanto, los objetivos suponen solucionar los problemas, particularmente los problemas causas, ya que los objetivos causa son los medios con los que se pretende alcanzar el objetivo principal. El resultado viene a ser un espejo del árbol de problemas. Para ello, según Camacho, Cámara, Cascante y Sainz (2001) hemos de tener en cuenta que: A la hora de convertir las tarjetas de problemas en objetivos hay que mantener la coherencia en la redacción, y que la expresión de los objetivos sea razonable. No todas las tarjetas de problemas son abordables, por lo que el grupo que elabora el diagrama de árbol habrá de considerar que problemas no los puede solucionar y pasan al árbol de objetivos como problemas, señalándose de algún modo. Se pueden incluir nuevas tarjetas que puedan suponer objetivos intermedios importantes para garantizar la consecución del objetivo principal. Hay que verificar la relación causal entre medios y fines en cada rama del árbol. Las tarjetas de la parte causa responderán a la pregunta cómo, mientras que la parte de objetivos efecto responderá a la pregunta qué sucederá. El resultado final ha de reflejar la situación a la que quiere llegar el actor que la realiza, que normalmente tendrá un rol principal, de promotor, decisor o ambos a la vez. Hay que tener en cuenta que puede haber más de un actor decisor, dependiendo de la política, y que se requiere más de una decisión, y también que la promoción de una política o de un programa concreto la pueden realizar coaliciones de actores. Es a estos actores o al actor principal al que corresponde plantear las diferentes alternativas de acción y sus posibles consecuencias. En los objetivos se determina también el tipo de futuro, potencial, que se pretende con la decisión. En este sentido podemos extraer los objetivos del árbol, y ordenarlos a partir del objetivo principal del mismo. Los objetivos efecto pasan a ser los resultados esperados de la decisión. Por su parte, los problemas que no se pueden solucionar se excluyen de esta extracción. Por su parte, los objetivos causa se enfocan a las acciones que hay que acometer. El objetivo principal, en la lógica causa-efecto, será el más general, mientras que los objetivos causa son objetivos necesarios para llegar al mismo, y también serán objetivos con una carácter más

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