Un dibujo por muy sencillo que sea puede mostrarle al pedagogo la percepción que los niños y las niñas tienen de sí mismo, como se conciben desde sus perspectivas y si están satisfechos o no, con su ser y su estar en el mundo. Sin entrar en los terrenos de la psicología o la psicografía los dibujos infantiles son herramientas valiosas, para que el docente pueda conocer la identidad de los niños y las niñas en función de conceptos tan relevantes como la autoestima, la autoimagen y el autoconcepto; los que sin lugar a dudas pueden entrar a desempeñar un papel muy importante en la definición de la estrategia pedagógica y de otros intereses de enseñanza que fortalezcan la dimensión socioafectiva. Así como el mirar los ojos y el rostro de una persona puede, en determinado momento, sugerir un viaje hacia su interioridad; el dibujo de los niños y las niñas se constituye en un atisbo de lo de que él internamente está pensando o sintiendo. De ahí la importancia que tiene la conversación acerca de las creaciones y como se dijo en otros párrafos, que a través del niño o la niña y de sus argumentos hacer que el dibujo hable.