Sin embargo, liberado en dosis controladas, el cloro tiene la capacidad de hacer el bien. Nuestro conocimiento del olor acre del cloro gas no proce...
Sin embargo, liberado en dosis controladas, el cloro tiene la capacidad de hacer el bien. Nuestro conocimiento del olor acre del cloro gas no procede del campo de batalla, sino de las piscinas públicas, en las que se emplea como desinfectante, de la lejía que guardamos bajo el fregadero de la cocina, y del botiquín y de productos tales como el TCP* y las tabletas de cloroquina, que tomamos cuando realizamos viajes exóticos. Se ha dicho que el agua potable clorada que se repartió a las tropas en la primera guerra mundial salvó más vidas que las que se perdieron debido al gas utilizado como arma.
Compartir