¿Quién habrá dispuesto a estas horas aquel noble pueblo de adolescentes? No sé lo que admirar más en él, si su aire elegante y distinguido o sus ca...
¿Quién habrá dispuesto a estas horas aquel noble pueblo de adolescentes? No sé lo que admirar más en él, si su aire elegante y distinguido o sus cabellos ensortijados en derredor de su hermosa frente, o bien sus mejillas sonrosadas y frescas como el melocotón.
Compartir