La cara de Marco reflejaba su incredulidad. Carlos había sido su compañero en los Laboratorios Lunacorp durante más de siete años y era conocido po...
La cara de Marco reflejaba su incredulidad. Carlos había sido su compañero en los Laboratorios Lunacorp durante más de siete años y era conocido por dedicar algunas horas extra a proyectos poco ortodoxos. Proyectos locos, le decían otros. Pero su éxito con los temas tradicionales era tal, que todo el mundo hacía la vista gorda mientras usaba tiempo y recursos de la compañía para explorar cosas como telequinesis, telepatía y otras tonterías. Pero esto había llegado demasiado lejos. Carlos no sólo había utilizado esta vez para sus experimentos todo un transbordador de carga, supuestamente en mantenimiento, con un costo de millones en pérdidas por su falta de uso, sino que ahora alegaba que lo había convertido en algo sencillamente imposible.
Compartir