la regla para la generación de un número cualquiera consiste en añadir una unidad al número anterior. (Así, Bonitz, 1848-1849, 549; Ross, 1948, II,...
la regla para la generación de un número cualquiera consiste en añadir una unidad al número anterior. (Así, Bonitz, 1848-1849, 549; Ross, 1948, II, 436; Tricot, 1962, II, 752, nota 1; Reale, 1993, II, 376, nota 14; Annas, op. cit., 170, etc.) Pienso, sin embargo, que el modo de introducción de la citada regla es otro: tal regla, a juicio de Aristóteles, es la única manera posible de explicar la generación de los números si se establece (como hace el presunto adversario) que las unidades son, todas ellas, heterogéneas. Aristóteles argumenta del siguiente modo: en lo que hace a la generación de los números, si todas las unidades son heterogéneas, ocurrirá exactamente igual que si todas fueran homogéneas (caso de los números matemáticos), a saber, que cada número de la serie se generará añadiendo una unidad al número anterior (2 = 1 + 1, 3 = 2 + 1, etc.), por muy heterogéneas que sean las unidades. En cuyo supuesto, a) ni habrá Números Ideales (Díada Misma o «en sí», etc.) que cualitativamente se diferencien de un modo definido, puesto que todos ellos se compondrán por igual de unidades heterogéneas, b) ni tampoco su generación podrá explicarse como pretenden los defensores de la teoría. En efecto, la Díada Indefinida perderá su función específica duplicadora: en la generación de la tétrada será una díada más que se añade a la Díada Primera (2 + 2 = 4), mientras que en la generación de la Díada Misma producirá simplemente una unidad que se añadirá al Uno en sí (1 + 1 = 2).
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