Logo Studenta

Introdução à Antropologia Médica

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

HORACIO LUIS BARRAGÁN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA MÉDICA 
Un enfoque 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La Plata 
2005
Antropología 
 
-2
 
 
Horacio Luis Barragán 
Doctor en Medicina (UNLP) 
Profesor Titular de Ciencias Sociales y Medicina 
Profesor Titular de Salud Pública 
Facultad de Ciencias Médicas 
Universidad Nacional La Plata 
 
 
Emilce Cristina Álvarez 
Doctora en Psicología Clínica 
Universidad Sorbona- París 
Docente de Ciencias Sociales y Medicina 
Facultad de Ciencias Médicas 
Universidad Nacional de La Plata 
 
 
Luis María Sisto 
Licenciado en Antropología (UNLP) 
Docente de Ciencias Sociales y Medicina 
Facultad de Ciencias Médicas 
Universidad Nacional de La Plata 
 
 
 
 
 
 
 
Antropología 
 
-3
1.- EL FENÓMENO DE LA ENFERMEDAD 
 
“La enfermedad es el lado nocturno de la vida, una ciudadanía 
más cara. A todos, al nacer, nos otorgan una doble ciudadanía, la 
del reino de los sanos y la del reino de los enfermos...” 
Susan Sontag 
 
La enfermedad es un fenómeno universal en el tiempo y en el espacio. Lain Entralgo 
(1: 250) la define como: 
 
“Un desorden morfológico y/o funcional, con reacción de carácter defensivo, y 
evolución a la curación, las secuelas o la muerte”. 
 
 
 
1.1.- La enfermedad tiene una dimensión biológica 
 
La ubicación en el espacio del cuerpo define a la enfermedad como un fenómeno biológico. En 
efecto: 
 
- La enfermedad es contemporánea de la vida (2). 
- Un ser viviente no puede escapar del riesgo de enfermar (1: 205). 
- “...el hombre en tanto que sano, enfermable, enfermo y mortal...” (3: 28). 
 
Desde el punto de vista biológico “el hombre es un ser susceptible de enfermedad y muerte 
prematura”, decía el clínico español Letamendi (4: XXXVIII). 
 A mayor complejidad del ser vivo, mayor es el riesgo de enfermedad: los animales parece que 
no sufren, vg., ateroesclerosis, reumatismo y obesidad. 
 
Puede decirse, en general, que la enfermedad es: 
 
- una alteración específica orgánica y/o funcional, 
- causada por agentes múltiples, 
- con reacción de carácter defensivo, 
- y con evolución a la curación, las secuelas o la muerte, 
- afectando al organismo de modo previsible (historia natural). 
 
Antropología 
 
-4
 
 
Es así como, al menos inicialmente, ubicamos la enfermedad en el espacio y el tiempo del cuerpo 
de una persona, le damos especificidad en cuanto a fenómeno, a reacción defensiva y a evolución. 
Por ejemplo la Tuberculosis (TBC) (6: 750): 
 
- se localiza en los pulmones, y puede afectar otros órganos, cambiando su morfología y su 
función. 
- causada por el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis). que vence al organismo cuando 
coadyuvan otras condiciones, vg., la desnutrición de la persona o el hacinamiento en el 
ambiente. 
- despierta una reacción defensiva: en el primer contacto con el bacilo. 
- evoluciona a la curación, a secuelas que pueden reactivar la infección, si se disemina y 
progresa puede llevar a la muerte. 
- y en razón del conocimiento distintas variables afecta al organismo de modo previsible. 
 
La Medicina contemporánea ha sido acusada de biologicista, en parte con razón. Pero el aspecto 
biológico no debe posponerse a las puertas del siglo XXI para el cual, entre diez megatendencias se 
ha preconizado “la edad de la biología” (7: 226). 
Al referir las causas y condiciones de la Tuberculosis se han señalado dos importantes 
coadyuvantes: la desnutrición y el hacinamiento, en los que se ha resumido una secuencia numerosa 
de agentes y condiciones que provienen de la situación social del infectado y su grupo. A ellas se 
agrega hoy la inmunodeficiencia que produce el HIV. 
 
1.2.- La enfermedad tiene una dimensión psicológica 
 
La enfermedad además de alterar al organismo biológico, afecta a la persona y el grupo. ”La 
enfermedad es la vida bajo condiciones alteradas...” (4). 
Es una obsesión de todos los tiempos (8). “La enfermedad muerde el cuerpo y lame la persona” 
(9). 
Hay un modo exclusivamente humano de enfermar, el punto de partida que diferencia la 
Medicina Humana de la Medicina Veterinaria. 
 
La enfermedad implica un cambio de vida y un subsecuente comportamiento (Esq:1.2 A) 
 
- crea inicialmente inquietud y aflicción 
- genera inseguridad y amenaza 
- modifica el humor 
- restringe la vitalidad 
- cambia los roles, la comunicación y las relaciones del enfermo 
 
Antropología 
 
-5
 
 
La enfermedad produce modificaciones en la intimidad de la persona en sus vivencias singulares, 
que se proyecta a su interacción social, a su grupo primario. 
 
 
Relato 1 
Un balcón hacia la muerte (párrafos) 
Ulises Petit de Murat 
 
Veamos un relato de Ulises Petit de Murat en su libro “Un balcón hacia la muerte” (9). La obra 
trata de un paciente (Federico) presuntamente curado de tuberculosis que va a recuperarse a un 
sanatorio en las sierras de Córdoba (“Los Algarrobos”). A los pacientes de clase media alta alrededor 
de 1920, cuando padecían tuberculosis, les recomendaban una estancia larga en las sierras de 
Córdoba. En aquel entonces la enfermedad era de difícil curación. El presunto curado va a ser 
examinado por el médico. Petit de Murat (9: 55 y ss.) dice: 
 
“...Las miradas de Cerruti (el médico) y Federico (el paciente), sin ninguna simpatía, se 
cruzaron abiertamente.- Levántese un poco la ropa, quiero auscultarle, dijo Cerruti. Federico 
quiso desnudarse. 
- No, así basta añadió Cerruti apoyándole el estetoscopio en la espalda (...)Siguieron 
las órdenes habituales, dadas con un tono impersonal, cómo si generaciones de médicos 
encontraran su voz en ellas: 
- Diga treinta y tres... Respire hondo... Tosa más fuerte... El instrumento viajaba por 
los hombros vencidos. Federico, el eterno paciente sin voluntad, obedecía automáticamente. 
Cerruti le dijo: - Bien. Ahora lo veré por rayos. Avanzó, como en el aire el aparato. Se sentía 
fofo, sin consistencia. Se hizo la oscuridad. La pantalla se apoyó en su pecho. Accionada por 
la mano del médico, exploró diferentes zonas. Había en esa mano, llena de pericia, un 
sentido exacerbado, como el que conduce el perro de caza, con fatal seguridad, tras los 
rastros de las bestias despavoridas. Al prender la luz, el doctor Cerruti se adelantó a la 
pregunta que no alcanzaba a adquirir forma en los labios de Federico: - Su caso es difícil. 
Los dos pulmones están tocados.- ¿Los dos?- ¿Cómo? ¿No se lo habían dicho?- No recuerdo. 
…Tal vez sí... Para mí no hay curación ¿no es cierto?- No he dicho tanto. He hablado de un 
caso difícil. Y estos casos son los que me gustan.- ¿Para qué, si el final es lo mismo?- ¿Y si 
pudiéramos retardar ese final diez años? ¿No vale la pena intentarlo?- ¡Sólo diez años!- ¡Qué 
cómico! hace un momento estaba seguro de concluir, en breve plazo. Ahora ya no se 
conforma con diez años. Bueno, pongamos veinte...A Federico no le pareció adecuado el 
tono de Cerruti. El médico apercibiéndose, se puso serio. Aproximándose hasta ponerle una 
mano sobre el hombro, le dijo: - Siéntese, llore, si quiere. Federico, confuso, cayó sobre una 
silla próxima (...). 
- (...) Su mordaza caía: - Estoy nerviosísimo, doctor. A ratos me parece que la 
angustia me va a enloquecer.- Usted cree que va a morirse.- Es algo más concreto. Me 
parece que voy a volver a tener sangre.- Lo autorizo a correr una cuadra, al salir. No le 
pasará nada.- ¡Cuidado, doctor! Mire que le empiezo a tener fe. Si me sucede algo...- No le 
pasará nada. Absolutamente nada. Y ahora, a otra cosa. Su curación // 
 
Antropología 
 
-6
 // 
exige que se interne. La sentencia, tan temida, se había desplomado sobre su cabeza 
inesperadamente. En el abatimiento que lo embargó al oírla, valoraba el desmesurado 
tamaño de sus esperanzas anteriores. Hablaba siempre de la muerte, pensaba que iba a ter-
minar pronto. Pero la esperanza seguía latiendo en algún sitio de su ser. Subsistía 
empecinada, embrutecida, con una obstinación que hacía pedazos sus vagas, orgullosastentativas de estoicismo filosófico. Saliendo a flote, la esperanza se tomaba una vergonzosa 
revancha. Quiso sonreír y no pudo. La cabeza le picaba y no se atrevió a rascársela. Cruzó y 
descruzó la pierna varias veces. Estoy ridículo, pensó. Si hubiera tenido lágrimas, las hubiera 
derramado convulsivamente. Se escuchó, como si hablara otro, cuando dijo: - Me internaría 
¿Cuánto tiempo? (...)”. 
 
Se presenta un encuentro particular, el del médico con el enfermo personal. El capítulo se titula 
“La sentencia” (10: 51 y 55). 
La enfermedad compromete lo biológico, lo personal y lo social de la persona afectada. Véase 
cómo realmente, en el relato, “muerde el cuerpo y lame la persona”. 
Se trata en este caso, de una tuberculosis en la que “los dos pulmones están tocados” en una 
época anterior al descubrimiento de los antibióticos que hoy la curan. 
Dijimos que en el plano personal modifica la intimidad y se proyecta a su interacción social. 
Veamos la intimidad que relata el escritor (cfr. Esq. 1.2.A.). Federico ya venía con inquietud y aflicción 
por una enfermedad que creía casi curada, pero la experiencia social que la TBC entonces le 
generaba, inseguridad y amenaza. El diagnóstico del médico que adquiere la jerarquía de una 
“sentencia”, como un juez que le condena. 
En el transcurso del proceso y del rito que precede al diagnóstico el paciente estaba inquieto y 
afligido: 
 
“Avanzó, como en el aire el aparato” (de radiología). No alcanzaba a “adquirir forma en los 
labios de Federico” la pregunta, y el médico se adelantó: “Su caso es difícil...” 
Inmediatamente se elabora en la intimidad del paciente la secuencia de Mainetti: hombre sano... 
enfermo... mortal. La amenaza se precisa desde la enfermedad concreta, sentencia declarada por el 
médico, hacia la muerte. 
 
 
 
Lersch (4: 249) ubica las emociones ante el tiempo: como “sentimientos de destino”, dirigidos 
hacia el futuro, con la característica de no-estar-todavía-definido. El sentimiento más neutral ante el 
futuro, es la “espera”. En la intimidad de Federico la “espera” se siente súbitamente modificada: 
 
- por la “sorpresa”: emoción que surge de una situación inesperada: el diagnóstico (“... ¿los 
dos?...). 
- por la “esperanza” (“...valoraba el desmesurado tamaño de sus esperanzas anteriores... 
Pero la esperanza seguía latiendo en algún sitio de su ser”), emoción en la que aparece el 
futuro como campo de realizaciones positivas. 
- por el “temor al futuro” (“...Hablaba siempre de la muerte, pensaba que iba a terminar 
pronto...”), emoción con la que pretende proteger el presente contra la amenaza del futuro 
(4: 252). 
 
Antropología 
 
-7
En la espera, estas dos emociones, la esperanza y el temor, se entrelazan en Federico como se 
entrelazan en todo paciente. Ellas no invalidan el surgimiento de otras emociones del destino como la 
resignación o la desesperación, las que aún no se hacen patentes en este caso de Petit de Murat. 
(Esq.: 1.2.C) 
 
 
 
A Federico se le ha modificado “el humor”, un estado emocional que puede afectar todos los 
aspectos de la vida del individuo (11: 349) “...confuso... nerviosísimo...” Quiso sonreír y no pudo...” 
Perdió la alegría, “pues a la esencia de la alegría corresponde irradiar hacia el futuro” (4: 252). 
A Federico, también, le nació una “restricción vital”: “...Lo autorizo a correr una cuadra... Cuidado 
doctor...”: restricción social en el espacio y en el tiempo. 
El modo del enfermar, además del fenómeno biológico, compromete el comportamiento porque 
cada hombre es una historia, una historia personal: una biografía. Ella no es exclusiva de las grandes 
figuras de la Historia sino de cada persona anónima pero singular. 
He aquí que volvemos al epígrafe de Susan Sontag: 
 
“La enfermedad es el lado nocturno de la vida, una ciudadanía más cara. A todos al 
nacer, nos otorgan una doble ciudadanía, la del reino de los sanos y la del reino de los 
enfermos. Y aunque preferimos usar el pasaporte bueno, tarde o temprano, cada uno 
de nosotros se ve obligado a identificarse, al menos por un tiempo, como ciudadano de 
aquel otro lugar”. (12: 9) 
 
Federico había pasado a ser ciudadano del reino de los enfermos, y el médico le anunció su 
“nueva ciudadanía”. 
 
1.3.- La enfermedad tiene una dimensión social 
 
La enfermedad, además de fenómeno biológico, afecta a la persona e impregna y amenaza al 
grupo (5: 114). El sociólogo francés Gurvich (1963) (13: 11) distingue tres planos en el objetivo de la 
Sociología: 
 
- el plano macrosociológico de las sociedades globales. 
- el plano de las agrupaciones parciales (familia, grupos, asociaciones, clases), 
- el plano microsociológico de los modos de vinculación social (“formas de sociabilidad”). 
 
Nos limitaremos a los dos últimos planos, los que Rocher engloba como nivel de “observación 
microsociológica” (13: 11). 
La enfermedad genera en el hombre una modificación en los roles, la comunicación y la relación 
social. 
Una persona inmersa en un grupo social se ubica en una situación determinada y los demás 
esperan de ella que cumpla, siguiendo reglas y normas propias de tal situación, un conjunto de 
tareas. Así: 
 
- la posición que ocupa una persona en un grupo es el STATUS. 
- el conjunto de tareas de un status es su FUNCIÓN social. 
Antropología 
 
-8
- las normas y reglas para el status y función, que se espera que cumpla la persona que lo 
ocupa es el ROL social (Esq.: 1.3.A). 
 
 
 
En el caso de Petit de Murat se relata un encuentro singular entre dos personas, un paciente y su 
médico. En el párrafo trascripto no aparece, sino subyacente, el grupo. 
 
Relato 2 
Tía Tula (párrafos) 
Miguel de Unamuno 
 
Veamos un párrafo de la novela, “La Tía Tula” (1920) de Miguel de Unamuno. Relata la vida y 
actitud de una mujer (Gertrudis), que ocupa en una familia el status de “tía”. Dice: (14: 90-91): 
“Cuando en la casa temían por la pobre Manuela (que estaba embarazada) y todos los 
cuidados eran para ella, cayó de pronto en cama Ramiro (el marido), declarándose desde 
luego una pulmonía. La pobre hospiciana (Manuela) estaba como atontada. 
- Déjame a mí, Manuela –dijo Gertrudis (la Tía Tula)– tú cuida a lo que llevas contigo. No te 
empeñes en atender a tu marido, que eso puede agravarte... 
- Pero yo debo... 
- Tú debes cuidar de lo tuyo. 
- Y mi marido, ¿no es mío? 
- No, ahora no; ahora es tuyo tu hijo que está por venir. La enfermedad de Ramiro se 
agravaba. 
- Temo complicaciones al corazón –sentenció Don Juan (el médico)– le tiene débil; claro, y los 
pesares y los disgustos! 
- Pero ¿se morirá?, Don Juan –preguntó henchida de angustia Gertrudis. 
- Todo pudiera ser... 
- Sálvele, Don Juan, sálvele, como sea... 
- ¡Qué más quisiera yo! 
- ¡Ah, qué desgracia! –y por primera vez se vio aquella mujer tener que sentarse y sufrir un 
desvanecimiento. 
- Es, en efecto, terrible dijo el médico en cuanto Gertrudis se repuso –Dejar así cuatro hijos, 
¿qué digo cuatro? cinco se puede decir, y esa pobre viuda tal como está... 
- Eso es lo de menos, Don Juan, para todo eso me basto y me sobro yo. ¡Qué desgracia!, ¡que 
desgracia!” 
 
La estructura de la familia era así: Ramiro con status de marido y de padre; Manuela con status 
de esposa y de embarazada (los cuatro primeros niños son de la primera mujer de Ramiro; fallecida); 
Gertrudis, la Tía Tula con status de tía; los niños con status de hijos. Cada uno en cuanto la familia 
(podrían tener distinto status en otros medios sociales), tiene su función o conjunto de tareas y su rol 
o normas que se espera que cumpla. 
Es así como en situación normal mientras Ramiro trabaja para mantener el hogar, Manuela cuida 
a los hijos y Gertrudis ayuda. (Esq.: 1.3 B) 
 
Antropología 
 
-9
 
 
Pero la situación no es normal, por de pronto Manuela está embarazada, y con un embarazo 
difícil. A esto se agrega que Ramiro se enferma, el rol cambia, se esperaba que cumpliera la norma de 
trabajar para mantener la familia. Ahora se espera que suspenda el trabajoy se mantenga en cama, 
cumpliendo las indicaciones del médico. Este cambio de rol de Ramiro trastoca los restantes. 
Alguien debe cuidarlo ya que está en cama y eso no lo puede hacer Manuela porque lleva un 
difícil embarazo. Lo asume Gertrudis junto al cuidado de los niños, status de tía pero con funciones y 
roles de madre. Para quien conoce la figura de Tula en la literatura española sabe que tiene un status 
excepcional de madre de todos. 
 
 
 
 
Los roles dentro del grupo microsocial cambian con la enfermedad y en consecuencia la 
comunicación y la relación entre los protagonistas del medio familiar. Unamuno, relata lo que ocurre 
en la realidad. 
 
2.- LA REACCIÓN FRENTE A LA ENFERMEDAD 
 
Se presentó la enfermedad como un fenómeno que compromete las dimensiones biológica, 
psíquica y social y que provoca reacción en esas dimensiones. Veamos la reacción personal y social a 
nivel micro a lo largo del tiempo biográfico de una persona frente a la enfermedad. 
 
2.1.- El complejo médico se da en hechos 
 
La institución social de la Medicina, que llamaremos Complejo Médico, tiene tres protagonistas 
esenciales: el enfermo, el médico y la comunidad. Los tres interactúan en un medio social en función 
de la salud y la enfermedad. Esta interacción está orientada por la cultura que, siendo distinta según 
el tiempo y el lugar, define roles a los participantes. 
Para analizar el Complejo Médico y promover la reflexión sobre él y sus protagonistas, se 
presentarán hechos y problemas consecuentes. 
Los hechos humanos y sociales parece más imprecisos y difusos que los físicos y aún los 
puramente biológicos. Parecen así no porque no sean hechos sino porque juega más la libertad que 
los determinismos, toda vez que en ellos actúan uno y muchos seres humanos. 
Los hechos de la vida médica, humanos y sociales, se ven y se viven en ámbitos o circunstancias 
específicas: consultorios, unidades sanitarias, domicilios, salas hospitalarias, servicios oficiales o 
privados, laboratorios. 
Los relatos literarios ofrecen la posibilidad, aún con limitaciones, de ver los hechos desde diversas 
perspectivas. 
 
Antropología 
 
-10
2.2. - El complejo medico se expresa en relatos 
 
Los hechos del Complejo Médico, críticamente humanos y sociales, exigen relatores calificados. 
Los antropólogos y sociólogos que se han “sumergido” en el medio y la cultura que estudian, 
ofrecen testimonios válidos. No se trata de las anotaciones antropológicas de los antiguos viajeros, 
sino de la “observación participante” que inauguró la Antropología con trabajos de campo en pueblos 
arcaicos y los estudios que desarrolló la Sociología en medios disímiles de la sociedad contemporánea. 
Los médicos, podría decirse, son antropólogos especializados en la salud y la enfermedad de los 
hombres y las comunidades. Así, se incorporan relatos de médicos que escribieron experiencias de su 
vida profesional. 
Se consideran relatos ya que los grandes escritores tienen la virtud de captar las percepciones y 
expectativas de los hombres y, entre ellos, de los enfermos y los afligidos, y también de los médicos. 
La perspectiva del enfermo, sus percepciones y expectativas, son difíciles de captar como unidad. 
 Los correlatos epidemiológicos demuestran que la salud y la enfermedad no son sólo fenómenos 
individuales, sino que afligen a los grupos y comunidades humanas. 
 
2.3.- Cosentino conjuga la dimensión biológica con la personal del enfermo 
 
El profesor Rodolfo Cosentino, maestro de Ortopedia y Traumatología de La Plata, reúne hechos 
de su experiencia profesional en “Recuerdos, semblanzas y otras historias” (15). 
El capítulo “Momentos de la vida en el hospital” relata: 
 
“Me pregunto a veces qué pasa por la cabeza de un enfermo que espera, acostado en 
la camilla, en la antesala de un quirófano. Cuando penetre en él quizá se juegue la 
vida; ¿cuáles son sus pensamientos y temores?” 
“Está dispuesto a encarar una solución; es optimista, pero sin embargo lo sé 
preocupado a pesar de la premedicación. Al pasar a su lado le he acariciado la cabeza 
le he apoyado mi mano en un hombro o le he tomado la suya con el argumento de 
saber cómo estaba su pulso”. 
“Es bueno que en esa circunstancia los enfermos perciban el apoyo y la solidaridad de 
la gente que está más cerca, y del cirujano que está en vísperas de resolver su 
problema. Comprende que quienes están a su alrededor piensan y hacen cosas 
importantes y le agradecen su apoyo, sus suaves desplazamientos y el empeño que 
ponen en respetar su estado de ánimo y sus emociones (...)”. 
 
Se trata de un médico que escribe sus experiencias no sólo del lado biológico sino del lado 
personal. 
 
a) Dimensión Biológica 
 
Dice el maestro Christmann al prolongar una obra de Cosentino, que éste en los albores de su 
carrera, quedó prendado de la anatomía de los huesos y las articulaciones, sobre los que escribió un 
Atlas conocido en todo el mundo (15). 
En su obra sobre la columna vertebral, Cosentino dice: “...hemos querido fundamentar la 
búsqueda y el hallazgo de los signos y síntomas sobre bases fisiopatológicas y etiopatogénicas.” (16). 
 
b) Dimensión Personal 
 
Dado el problema biológico, los huesos y sus lesiones, el médico observó, interpretó y debe 
actuar. 
Dice Cosentino (15: 138) con el título de “Decisión Penosa”: 
 
“Hoy tuve que hacerle saber a un muchacho de 14 años de edad con un tumor 
maligno en el fémur, que era necesario amputarle el miembro” 
 
Un tumor maligno en el fémur es un hecho biológico pero no sólo tal, sino un hecho personal 
para el muchacho del caso y social, para su familia. 
Antropología 
 
-11
Sigue una conversación con el muchacho, que trasunta la compresión del médico con éste 
acento: 
 
“...pero debes saber por anticipado que trataré a tu pierna como si fuera mía...” 
 
Al inaugurar cada año lectivo invito a reflexionar, entre otras cosas, diciendo: 
 
“Ser humano, esencial para el médico, no es simplemente ser bueno, sino dejarse 
impactar, hasta conmover, por el enfermo, para curarlo, mejorarlo o consolarlo”. 
 
El maestro Héctor Giglio, ortopedista del hospital de niños “Sor María Ludovica” de La 
Plata, se ocupaba de la rehabilitación de los niños con secuelas de poliomielitis con todo un 
equipamiento improvisado para aquellos años, alrededor de 1956, y prodigaba un trato 
personalizado orientado a las expectativas y afectos del enfermito. Creó toda una escuela 
de rehabilitación global. 
 
2.4.- El enfermo es el protagonista primordial del complejo medico 
 
El enfermo es el protagonista por antonomasia del Complejo Médico, cuya función es cuidarlo. 
Por eso después de tratar el Complejo Médico como conjunto social interactuante, se presenta al 
enfermo. El punto de partida es el hombre en particular, sus vivencias íntimas en la medida en que 
son accesibles a la mirada de otro, y en el plano microsocial, donde interactúan pocas personas y en 
forma directa, cara a cara. 
El comentario de los textos sigue, convencionalmente, los siguientes parámetros. 
(Esq.: 2.4). 
 
 
 
Se hace hincapié en esta figura la convicción de que la vocación de quien trabaja en salud se 
consolida frente al enfermo, con su tratamiento y cuidado. 
 
 
 
 
2.5.- El médico es protagonista central del cuidado del enfermo 
 
El protagonismo del médico se presenta a partir de la breve descripción de un fenómeno de salud 
y, de seguido, el relato de una acción. Los comentarios siguen aquí los siguientes parámetros: 
 
Antropología 
 
-12
 
La mirada del médico (observar), su conocimiento y su elaboración (interpretar), sus decisiones y 
procedimientos (actuar), las actitudes y gestos frente al hombre y el grupo (comprender), configuran 
un proceso global. 
El médico no es un protagonista solitario, opera en un complejo en el que cuenta el paciente y la 
comunidad. En el polo del cuidado, tiene status y rol junto con otros. En todos los tiempos y lugares 
hubo un equipo de salud encabezado, en general por el médico.Cuánto más hoy que la Medicina 
intenta ser más organizada y tiende a una mayor complejidad. 
Estas circunstancias exigen comprender y actuar en equipo, valorando todos los roles. Por 
ejemplo el enfermero suele ser el que más directa y continuamente convive con el enfermo. 
 
2.6.- La comunidad es el ámbito humano del Complejo Médico 
 
La comunidad es el otro protagonista esencial del Complejo Médico: comunidad en tanto grupo 
de personas que interactúan en un medio social y en el marco normativo de una cultura. 
Hay diversos “tamaños” de comunidades o “medios sociales”, desde la familia y los grupos 
primarios a las comunidades nacionales y aún, la Humanidad. Nuestro análisis se centra en los 
“micromedios” sociales. 
Ellos tienen la impronta de los medios macrosociales y viceversa. El Complejo Médico tiene 
implicancias y condicionantes macrosociales. Lo microsocial es más directo y cotidiano. 
 
3.- EL COMPLEJO MÉDICO EN HECHOS 
 
El primer ejemplo presenta, el Complejo Médico en una organización indígena con una cultura 
mágica. Los dos siguientes son de una organización social moderna con diferentes culturas, ambos en 
la primera mitad del siglo XX. 
Se han seleccionado dos figuras de larga y fuerte vocación médica. Una de proyección universal: 
Albert Schweitzer. Otra de hondos afectos en la población de La Plata: Giordano Bruno Cavazzutti. El 
cuarto ejemplo, más cercano, es el testimonio de un especialista argentino de proyección 
internacional: René Favaloro, cuando era médico en un pueblo de campaña. 
Aunque la concepción de la enfermedad y los procedimientos de diagnóstico y tratamiento son 
distintos y aún opuestos, en el Complejo Médico sus tres protagonistas esenciales: el enfermo, el 
médico y la comunidad. 
 
3.1.- Lévi Strauss describe un complejo primitivo 
 
Se presentará el Complejo Médico según un texto de Claude Lévi Strauss, el teórico del 
estructuralismo en Antropología, que elaboró su doctrina a partir de su convivencia (hechos) con 
tribus primitivas del Mato Grosso. 
En su “Antropología Estructural” (17), recuerda la traducción que hizo el antropólogo 
norteamericano Franz Boas de la autobiografía de Quesalid. 
Éste era un hechicero en una tribu arcaica, la Kwakiutl, de la región oeste del Canadá. 
Quesalid, de joven, descreía de las curaciones de los hechiceros de su pueblo: 
 
“Aguijoneado por la curiosidad de descubrir sus supercherías y el deseo de 
desenmascararlos. Comenzó a frecuentarlos hasta que uno de ellos se ofreció a 
Antropología 
 
-13
introducirlo en el grupo, donde sería iniciado para convertirse rápidamente en uno 
de ellos”. 
 
Quesalid no se hizo rogar y describió sus primeras lecciones: 
 
“extraña mezcla de pantomima, prestidigitación y conocimientos empíricos...donde se 
hallaban mezclados el arte de fingir desmayos... el aprendizaje de cantos 
mágicos...nociones bastantes precisas de auscultaciones y obstetricia...y sobre todo, 
el art magna de ciertas escuelas shamanísticas..., el empleo de un pequeño plumón 
que el practicante disimula en un costado de la boca, para expectorarlo todo 
ensangrentado en el momento oportuno... y presentarlo solemnemente al enfermo y 
a los asistentes como el cuerpo patológico expulsado tras las succiones y 
manipulaciones”. 
 
Quesalid quiso seguir su crítica a los hechiceros pero “ya no era libre”: una familia lo llamó para 
asistir a un enfermo “que había soñado que él era su salvador”. (17) 
A raíz de su éxito en el tratamiento fue considerado un gran hechicero y en sucesivos pacientes 
apreció que muchos de sus cuidados eran eficaces. El antropólogo interpreta: “el sistema comenzaba 
a constituirse subrepticiamente en su espíritu”. 
Con motivo del tratamiento empleado por hechiceros de otra tribu que expectoraban sólo saliva 
no el plumón ensangrentado y decían que era la causa de la enfermedad, entró en competencia con 
ellos y salió más exitoso. 
Despertó así la envidia y curiosidad de otros hechiceros que intentaron en vano que enseñara su 
método. Uno de ellos dijo: “Te ruego que... me digas qué era lo que estaba adherido en la palma de 
tu mano (el plumón ensangrentado supuestamente extraído del cuerpo del enfermo). ¿Era la 
verdadera enfermedad o bien sólo se trataba de algo fabricado?...”. 
Quesalid comparaba los métodos más simples y menos exitosos de sus colegas y se convencía 
del valor del suyo. Conocía su raíz ficticia pero también que, aplicado como remedio empírico, era 
eficaz en muchos enfermos. 
Concluye su autobiografía trasuntando que ejerce a conciencia su profesión y está orgulloso de 
sus éxitos. Observaciones etnológicas señalan que los hechiceros piensan en función de la causalidad: 
la enfermedad es efecto de una causa que hay que buscar para operar sobre ella. Al no conocer las 
estructuras y funciones del organismo, toman el camino erróneo de la magia toda vez que la vida de 
sus propios pueblos está inmersa en un mundo mágico. No descartan procedimientos empíricos, la 
autobiografía dice que aprendían “auscultación y obstetricia”. Con esa suma de procedimientos 
distintos resultan, siquiera parcialmente, eficaces en su rol de cuidar enfermos. Y en ésa eficacia 
cuentan ellos mismos, su presencia, su seguridad y su prestigio. 
Lévi Strauss concibe, a partir de este relato, tres componentes indisociables subconscientemente 
unidos, de lo que llama “Complejo Shamanístico”: 
 
- la experiencia del hechicero (shamán) mismo, por su vocación y por su ejercicio 
del rol de curador. 
- la experiencia del enfermo que, según los casos, alcanza su mejoría o curación. 
- la experiencia del público que participa con su presencia en la curación y genera 
una adhesión colectiva, potenciadora del procedimiento del hechicero. 
( Esq.: 3.1) 
 
 
 
Antropología 
 
-14
El análisis hace hincapié en la experiencia íntima del hechicero y el consenso colectivo. La 
medicina arcaica se erige en espectáculo directo y logra cuidar enfermos. 
Concluye Lévi Strauss: “Quesalid no se convirtió en gran shamán porque curara a sus enfermos; 
sino que sanaba a sus enfermos porque se había convertido en un gran shamán”... El consenso 
colectivo cobra, para él, fuerza de curación. 
 
3.2.- El antropólogo intenta comprender al hombre 
 
La Antropología ha sido presentada como “un discurso sobre el hombre pero pronunciado por el 
hombre”, el hombre es a la vez su objeto y sujeto. Se ha dicho que “los hombres saben más cosas y 
mejor (sobre ellos mismos) que la antropología”, (18). 
Vale la pena citar no sólo la experiencia y el análisis de uno de los grandes antropólogos del siglo 
XX, sino sus sentimientos. La ciencia tiene métodos y los científicos tienen también sentimientos. El 
discurso inaugural de Claude Lévi Strauss en la Cátedra de Antropología Social del Colegio de Francia, 
en 1958, después de hacer un detenido homenaje a los científicos que le precedieron en el estudio del 
hombre, concluye así (17: XLVIII): 
 
“Me será permitido entonces, tras haber rendido homenaje a los maestros de la 
Antropología Social al comenzar esta lección, que mis últimas palabras sean para 
estos salvajes, cuya oscura tenacidad nos ofrece todavía el medio de asignar a los 
hechos humanos sus verdaderas dimensiones: hombres y mujeres que, en el 
momento que hablo, a miles de kilómetros de aquí, en algunas sábanas devoradas 
por los incendios de la maleza o en la jungla brillante de lluvia, retornan al 
campamento para compartir una pobre pitanza y evocar juntos a sus dioses; estos 
indios de los trópicos, y sus semejantes del resto del mundo QUE ME HAN 
ENSEÑADO SU POBRE SABER donde se ENCIERRA, sin embargo, LO ESENCIAL DE 
LOS CONOCIMIENTOS QUE VOSOTROS ME HABEIS ENCARGADO TRANSMITIR A 
OTROS; condenados bien pronto, por desgracia a la extinción, bajo el golpe de las 
enfermedades y los modos de vida -para ellos todavía más horrible- que nosotros 
les hemos llevado, y CON QUIENES HE CONTRAIDO UNA DEUDA DE LA CUAL NO 
ME SENTIRIA LIBERADO aun cuando - en el lugar que me habéis colocado- 
PUDIERAJUSTIFICAR LA TERNURA QUE ME INSPIRAN Y EL RECONOCIMIENTO 
QUE LES DEBO, MOSTRÁNDOME TAL COMO FUI ENTRE ELLOS Y TAL COMO 
QUISIERA NO DEJAR DE SER ENTRE VOSOTROS: SU DISCÍPULO Y SU TESTIGO”. 
 
Este homenaje muestra el alma de las ciencias del hombre a la que no son ajenos sus cultores 
cualquiera sea su filosofía: “la ternura que me inspiran y el reconocimiento que les debo”. Difícilmente 
puedan encuadrarse estos sentimientos en el método de esta ciencia, pero se despierta en el espíritu 
del científico e impulsa su trabajo. El médico es algo así como un antropólogo especializado en la 
salud y enfermedad de los hombres y sus comunidades; cuánto más no le basta el método de su 
oficio. Es “testigo” y aún “discípulo” del paciente, y perderá el alma del oficio si el enfermo no le 
despierta ternura. 
 
 
 
Resumen 
 
• Se presenta el Complejo Médico constituido por tres protagonistas: el enfermo, el médico 
y la comunidad. Ese complejo se analiza a partir de hechos que se pueden apreciar en 
relatos. 
• Los relatos son de antropólogo, sociólogos, o de médicos que han escrito sus memorias, 
o de escritores clásicos. 
• Estos últimos tienen la virtud de captar las percepciones y expectativas de los hombres, 
incluso de los pacientes. La enfermedad y la salud no comprometen sólo a las personas 
individualmente sino al grupo, a las comunidades. 
• El oficio del médico cuyo oficio no es sólo el uso de las ciencias y técnicas sino la práctica 
de su arte y el asumir de una actitud. Para él lo primero es saber, y, ante el paciente, 
Antropología 
 
-15
observar, interpretar y actuar. Su tarea no es especulativa, está ordenada a la acción. 
Pero su acción es relativa a personas a las que debe comprender. Su comprensión no se 
puede limitar al paciente, sino llegar a su entorno. 
• El protagonista por antonomasia es el enfermo en tanto el Complejo se ordena a él en 
todas las dimensiones de su padecimiento. 
• El tercer protagonista es la comunidad, se ha centrado el tema en la pequeña 
comunidad. 
• Se presentan ejemplos del Complejo Médico en distintos medios y culturas. Se glosa un 
texto de Lévi Strauss sobre la autobiografía de un hechicero a partir de la cual elabora el 
concepto del complejo shamanístico y el rol de cada protagonista. Hace hincapié en la 
fuerza de la comunidad y el prestigio con que reconoce la fuerza del hechicero. Concluye 
con los sentimientos de Lévi Strauss, respecto a la comunidad con la que convivió, de la 
cual se reconoce “discípulo y testigo”. 
 
4.- COMPLEJO MÉDICO Y CONCEPTOS DE CIENCIAS SOCIALES 
 
4.1.- En el complejo médico hay interacción 
 
En la autobiografía de Quesalid se marcan conceptos usuales de las ciencias sociales. Se seguirá 
los lineamientos conceptuales del canadiense Guy Rocher (13). 
El complejo shamanístico de Lévi Strauss: 
 
• Resulta de una actividad humana colectiva 
• Condiciona las actividades individuales 
 
En efecto, el complejo está hecho por protagonistas y por interacción entre ellos que lo 
determinan: resulta de una actividad colectiva. 
Al mismo tiempo cada protagonista y aún cada interacción son condicionadas por el complejo 
que constituyen. 
La historia de Quesalid tiene dos etapas: una formativa y otra asistencial: pasa de “estudiante” a 
“profesional”, naturalmente que en su cultura. En la primera etapa hay un Complejo Formativo. 
Quesalid (Q), “uno…que se ofreció a introducirlo” (U) y el grupo de shamanes (G): 
Q.- tuvo curiosidad por descubrirlos y desenmascararlos. 
U.- le invitó al grupo. 
G.- le dio lecciones. 
 
Hay una interacción entre los tres protagonistas y un proceso (iniciación, primeras lecciones…). El 
objetivo era “convertirse rápidamente en uno de ellos”. 
Q tenía una imagen o retrato inicial de los hechiceros: “no creía en su poder”. Este retrato no 
era, sin duda, fruto del azar sino de observaciones e interpretaciones de Q. 
Este retrato “estructurado”, no nacido del azar, no era fijo, sino que se modificaba a lo largo del 
proceso formativo. En realidad la modificación era para peor (“Habiendo confirmado sus peores 
sospechas…”, 17: 159). (Esq. 4.1) 
 
 
Antropología 
 
-16
 
Pero Q de golpe se enfrenta a un complejo distinto. El primero era QUC de su etapa formativa. El 
segundo, el de su etapa asistencial o “profesional”, nace cuando lo llamaron a atender un enfermo. 
Los protagonistas cambian: Q, la familia que lo llama (F) y el enfermo que lo espera (E). 
El enfermo tenía una imagen o retrato del hechicero Q: “había soñado que él era su salvador”. 
Tampoco era fruto del azar sino quizá de la creencia en los hechiceros y de la figura de Q en 
particular: era un retrato estructurado. Tampoco era fijo, se iría modificando a lo largo de la 
asistencia. En este caso para bien: “este primer tratamiento fue un éxito brillante”. E consolidó su 
sueño y Q “no perdió su espíritu critico; interpreta su triunfo por razones psicológicas”. 
De la interacción entre Q, F y E nace un retrato consolidado de Q para E y F, y un nuevo retrato 
del hechicero de sí mismo, Q que admite su triunfo por las razones que sean, pero él, y finalmente los 
hechiceros en cuyo poder inicialmente no creía, triunfaron terapéuticamente. 
En ambos complejos -formativo y asistencial- hay protagonistas, e interacción entre ellos. En 
ambos casos el complejo resulta de esa actividad humana colectiva (tres protagonistas) y en ambos 
condicionan las actividades individuales. Por ejemplo: Q fue tan condicionado que aunque no creía en 
el poder de los hechiceros, siendo llamado por F y E, acudió y aplicó ese poder. 
Estos complejos suelen llamarse “medio social”: 
 
Medio Social es un marco o un cuadro resultante de una actividad humana colectiva y 
condicionante de las actividades humanas individuales” (13: 10) 
 
Hay muchos tipos y tamaños de “medios sociales”: desde una civilización milenaria hasta el 
encuentro de dos personas en la calle. Se ha utilizado aquí el ejemplo de ambos complejos como 
medios sociales en los que interactúan esos protagonistas, de cuya interacción nace y a quienes 
condiciona. La interacción modifica las actitudes y la mentalidad de los protagonistas. 
El psicólogo Jean Piaget (1965) sostiene que la interacción es una totalidad en sí misma que 
produce caracteres nuevos y transforma la estructura mental de cada interviniente. Esta interacción 
como totalidad permite sustentar que la sociedad no es sólo la suma de personas sino la multiplicidad 
de acciones entre ellas. Esas interacciones son la trama y la vida de la sociedad. 
La acción social tiene un carácter subjetivo, en el que insistía el sociólogo alemán Max Weber 
(1947). Cada protagonista percibe e interpreta al otro, se comunica e interactúa con él. E pide a F que 
le traigan a Q, F invita a Q y Q va. 
La acción social tiene también un componente objetivo, en el que insistía el sociólogo francés 
Emile Durkheim (1904). Hay “maneras de obrar, pensar y sentir, externas al individuo que tienen 
poder coercitivo sobre él”. Las maneras de obrar, pensar y sentir de E, transmitidas de E a F 
“coaccionan” a Q a actuar. De los protagonistas mencionados, el que desconfía es Q, el resto, por la 
tradición de ese pueblo, acepta el tratamiento de los hechiceros. De no haber sido así el complejo 
shamanístico hubiera desaparecido. 
 
4.2.- La comunidad socializa y controla a sus miembros 
 
Las “maneras de obrar, pensar y sentir” a las que se refiere Durkheim, en la mayoría de los casos 
responden a normas o reglas. Ella son externas al individuo, “están fuera de él”, en el seno de la 
comunidad o complejo del que forma parte. En ese sentido “coaccionan” u “orientan” a las personas 
en su interacción social. La interacción es posible justamente porque está orientada por normas o 
reglas externas a los individuos. Pueden interactuar porque cada uno tiene una expectativa respecto 
del otro. 
E y F fueron a llamar a Q porque, la norma o regla de su comunidad era que ante una 
enfermedad hay que llamar al hechicero, y tambiénes norma o regla que el hechicero debe atender la 
convocatoria. Es cierto que la expectativa puede no ser cumplida, pero si aquella no existiera ni 
siquiera se iniciaría la interacción social. 
Esa comunidad, como todas, no sólo tiene normas y reglas sino un mecanismo para enseñarlas a 
sus miembros y para lograr que las cumplan. Las enseña por la “socialización” y las logra por el 
“control social”. (Esq.: 4.2) 
 
Antropología 
 
-17
 
 
La socialización es el proceso por el cual la comunidad intenta que sus miembros hagan suyas las 
normas comunes, las interioricen. Por ejemplo, en el complejo formativo el grupo de hechiceros dio 
sus primeras lecciones a Q, que las interiorizó, las hizo suyas. Al fin y al cabo ejerció de hechicero. La 
socialización tiene distintos procedimientos. El más claro es la educación formal que sin embargo no 
es el más importante. Esas normas y reglas de la vida social son transmitidas cotidianamente para 
que cada miembro se “socialice”. Piénsese cuántas cosas interioriza un niño desde que nace, en su 
familia. 
El control social es el proceso por el cual la comunidad intenta que las personas cumplan las 
normas y reglas aceptadas por la mayoría de sus miembros. Para eso todas las comunidades tienen 
un conjunto de sanciones, positivas o premios y negativas o castigos. Piénsese qué le hubiera pasado 
a Q si no hubiera ido a ver a E, su prestigio naciente se hubiera desmoronado: sanción negativa, 
castigo. Pero fue y tuvo éxito. “triunfó y “fue considerado a partir de ese momento, un gran shamán”: 
sanción positiva, premio. (17: 159). 
 
4.3.- La persona en interacción tiene status y rol 
 
La socialización y el control se ejemplificaron en Quesalid (Q), una persona que tiene una 
“situación”, un conjunto de tareas a partir de esa situación y unas normas o reglas específicas que le 
ofrecen orientación para actuar en tales tareas, y hasta lo coaccionan. Si bien hay muchas 
divergencias, según los autores, se dirá: 
 
• una situación en el grupo es el “status” social. 
• un conjunto de tareas propias de ese “status” es la “función” social. 
• unas normas o reglas para ese “status y función”, que se espera que cumpla la persona, 
es el “rol” social (cuadro 4.3). 
 
 
 
 
Cuadro 4.3 
Sobre Status y rol social (19): 
Chinoy E. 
 
“Cuando se considera la variedad de normas o patrones de conducta social, es evidente que 
relativamente pocos de ellos se aplican universalmente a todas las personas. Sirva de ilustración para 
esto una de nuestras fundamentales costumbres y presumiblemente universal: no matarás. La 
persona que comete un asesinato es culpable del más grave de todos los hechos criminales… Pero 
esta disposición no rige para determinadas personas. El policía que se halla cumpliendo con su deber, 
el verdugo que cumple con lo dispuesto por una corte legalmente constituida, el soldado en medio de 
la batalla, (el autor escribe en EEUU) y hasta en ciertas ocasiones el marido traicionado (en algunas 
culturas), todos ellos pueden matar a otra persona sin ser pasibles de críticas o sanción. En realidad 
no llamamos asesinato a esas muertes; nuestras distinciones verbales revelan nuestros valores 
sociales.” 
Antropología 
 
-18
“El hecho fundamental de esta ejemplificación es que la institución- la norma social (Chinoy llama 
aquí institución a esa norma)- no se aplica a las personas que ocupan ciertas posiciones en la 
sociedad”. 
“Los términos utilizados en nuestro ejemplo- policía, verdugo, soldado, marido (engañado)- se 
refieren a tales posiciones o status…Cada uno de estos status (el autor identifica status y función) 
lleva consigo un conjunto de reglas o normas que prescriben cómo debe o no comportarse la persona 
que lo ocupa. El conjunto de esas normas recibe el nombre de rol. Status y rol son así las dos caras 
de una misma moneda. Status es la posición en relación con otras posiciones; rol es la pauta de 
conducta que se espera de las personas que ocupan un status determinado”. 
 
El sociólogo norteamericano Talcott Parsons sostiene que por el rol que cumple, cada persona 
reviste de algún modo la piel de un personaje teatral. El actor en escena tiene libre interpretación 
dentro de los límites de su papel, el que interdepende del de otros actores. 
Así como un actor puede desempeñar varios papeles en un drama, una persona desempeña 
varios papeles (status) en la vida. En una familia, el hombre tiene status de marido con la esposa, de 
padre con los hijos, de trabajador en su fábrica u oficio, de socio de un sindicato o de un club. En 
cada status tiene una función y rol distintos y no puede confundirlos sin detrimento de aquel. 
Sin embargo a pesar de las diferencias de roles el sujeto tiene necesidad de mantener su 
identidad, su persona en unidad. Ya sea por confusión de roles o pérdida de identidad se generan con 
frecuencia problemas psíquicos y sociales. 
Quesalid tenía el status de hechicero–posiblemente además el de hijo, esposo, padre– en el 
complejo shamanístico. En ese complejo tenía una función, la comunidad esperaba que respondiera a 
un rol social, esto es; una norma o regla particular para su status y función, para él en ese papel. 
Si era hechicero, con status y función de curador, debía saber de enfermedades y asistir al 
paciente. En el complejo había también status, función y roles de paciente, de familia, de comunidad 
en cuanto al problema del paciente. 
 
4.4.- La socialización y el control marcan normas y roles 
 
El lenguaje de las Ciencias Sociales está cargado de connotaciones. Diversos autores utilizan 
distintos términos para referirse a la misma realidad. 
Por eso, se tratará de unificar los términos aún a riesgo de simplificar las teorías 
En un medio social, pequeño o grande, la acción de los protagonistas está orientada: 
 
• la interacción social, por normas generales 
• el status y función social, por los roles o normas particulares 
 
Normas y roles son orientaciones ideales, aspiraciones del medio social que las posee. Orientan 
sobre cómo debe interactuarse y cómo debe cumplirse un status. 
En cada medio social hay dos procesos esenciales para las normas y roles (cfr.4.2): 
 
• Un proceso de socialización, mediante el cual la comunidad las presenta para que cada 
miembro las internalice. 
• Un proceso de control social, mediante el cual la comunidad promueve su cumplimiento 
(vg. premios y castigos formales e informales). Cada comunidad requiere conformidad de 
las conductas con las normas/roles pero también ofrece autonomía a sus miembros. Así las 
normas/roles y la autonomía, conviviendo, permiten opciones, variaciones e innovaciones 
en la interacción social. 
• Los grados de coacción y de autonomía, en equilibrio varían según las comunidades. Si 
bien las normas/roles no anulan la autonomía y la libertad, orientan e incluso coaccionan a 
los miembros de una comunidad dentro de ciertos márgenes. En ellos las comunidades 
admiten opciones, variaciones e innovaciones. Más allá de ellas aparecen las desviaciones 
que la comunidad tiende a sancionar negativamente. Se hace referencia a desviaciones 
desde el punto de vista de las normas/roles de una comunidad determinada, no desde la 
moral individual o social. (Esq.: 4.4) 
 
Antropología 
 
-19
 
 
4.5.- Las normas y roles enraízan en valores 
 
Las normas/roles son símbolos de valores que enraízan, en ellos, le dan un justificativo. Este es 
un aspecto controvertido en Ciencias Sociales. 
Hay normas/roles difícilmente discutibles por la jerarquía de los valores en que enraízan: el bien y 
la dignidad de los otros, la maduración y el afecto de los hijos, el bienestar y el respeto de los 
enfermos y la importancia de la salud. 
Son características de los valores los siguientes items: 
 
• dan fundamento a las normas y roles 
• a través de ellos, inspiran la interacción 
• no nacen de la lógica sino de una suerte de mezcla entre razonamiento e intuición 
• inspiran juicios 
• están jerarquizados entre ellos (escala devalores) 
• dan cohesión al medio social y a la personalidad de los interactuantes 
• necesitan ser afirmados por otra cosa: símbolos 
 
 
 
Se volverá al complejo de Lévi Strauss: 
• Quesalid tenía status/función: la de hechicero 
• debía responder a un rol: saber de enfermedades y atender enfermos. 
La comunidad lo socializó: 
• en su etapa formativa: la escuela de hechiceros. 
• en su etapa asistencial: las sucesivas familias que lo llamaron. 
La comunidad también ejercía un control social, probablemente: 
• si hubiera proclamado lo mal que pensaba de ellos, sus colegas le hubieran segregado 
(sanción negativa). 
• si no hubiera ido a asistir al paciente, sus familiares lo hubieran criticado y desprestigiado 
(sanción negativa). 
Pero no proclamó su pensamiento inicial ni dejó de ir a ver el paciente, entonces: 
• los hechiceros lo tuvieron como uno de los suyos, incluso uno de los grandes (sanción 
positiva). 
• los familiares difundieron su prestigio (sanción positiva). 
 
Antropología 
 
-20
Ahora bien, ¿por qué razón Quesalid actuó como lo hizo? 
La primera respuesta podría ser, por atención a las normas de su comunidad y su rol de 
hechicero, los que orientaron su interacción. 
Una segunda respuesta, más profunda sería: actuó así por los valores que sustentan las 
normas/roles y además operan sobre su persona. 
Por hipótesis, toda vez que no se expuso el relato completo y que no se expresan las 
motivaciones personales de los protagonistas, se señalarán tres posibles valores: 
• el prestigio del shamán. 
• la eficacia del procedimiento. 
• el bienestar del paciente. 
 
El prestigio es un valor en toda comunidad, en particular lo era en grado patológico en ésta de 
Quesalid: los Kwakiutl, pueblo muy competitivo. (20). 
La eficacia del procedimiento se mostró en una disputa de prestigio, en una competencia con 
hechiceros de otra tribu. Quesalid descreía de su procedimiento terapéutico pero apreció que el de 
estos otros era menos eficaz. No había otro mejor, el mejor era el suyo. De no haberlo aplicado 
hubiera violado la norma y el rol, pero también hubiera faltado a ese valor de eficacia. 
El bienestar del paciente es un valor en las comunidades, aunque pueda variar su ubicación en 
una escala de valores. Cuanto mayor es el desarrollo humano de una comunidad, más alto está 
ubicado este valor: bienestar del paciente, cuidado de los enfermos. Quesalid interactúa en el 
Complejo Médico respondiendo a una orientación, que, en un plano profundo, le dan esos valores. 
(Esq.: 4.5B) 
 
 
 
Los valores tomados como ejemplos fundamentan las normas/roles, no nacen de la lógica sino de 
una mezcla de razonamiento e intuición, y dan cohesión al medio social y a la personalidad de sus 
protagonistas. 
La magnitud del tema requiere un análisis más profundo para detectar en qué medida los valores 
propuestos responden a cada una de las características destacadas. De su sola mención surge el 
problema del relativismo de los valores. 
En principio, para las Ciencias Sociales, los valores son relativos y específicos de cada cultura. La 
ambición desmedida de prestigio parece ser un valor de la cultura Kwakiutl. (20) En vez, el bienestar 
del paciente, aún variando en el marco de una escala, parece ser un valor universal. Quien escribe 
sostiene que determinados valores son absolutos, válidos en todas las culturas y tiempos. Es un tema 
de controversia. 
La última característica que se atribuyó a los valores es que necesitan ser afirmados por otra 
cosa, símbolo. 
La enfermedad es expresión y símbolo del mal. Lo es en una cultura mágica como la de Quesalid 
y también en una cultura moderna. 
El plumón ensangrentado que supuestamente Quesalid extrae del paciente es lo visible de la 
enfermedad. El procedimiento, en esa cultura, adquiere eficacia por la presentación de ese símbolo, 
que es aceptado como la realidad misma. Ésa es la pregunta de sus colegas: el plumón ¿era la 
verdadera enfermedad o algo prefabricado? Era prefabricado pero sustituía, “afirmaba” la enfermedad 
“extraída” del enfermo ante la comunidad, la simbolizaba. 
 
Antropología 
 
-21
4.6. La cultura da cohesión a la interacción social 
 
Se han utilizado términos de las Ciencias Sociales: interacción, retrato estructurado, medio social, 
normas, status, roles, valores y símbolos, socialización, control social. 
Así planteado y aún relacionados parecen fragmentos, parcialidades de la realidad social. ¿Qué es 
lo que les da coherencia, los une, los interrelaciona? La respuesta se resume en la palabra cultura. Su 
significado fue y aún es, diferente según distintas interpretaciones y escuelas, se presenta un enfoque 
Dada una comunidad: 
 
• Hay maneras de pensar, sentir y obrar (fórmula de Durkheim). 
• Compartidas por una pluralidad de personas (la de la comunidad). 
• Estas maneras no están aisladas sino que configuran un “conjunto trabado”. 
• No se refieren sólo al pensar y sentir, sino también al obrar, son maneras vividas, en 
acción. 
• Son maneras que se presentan con distintos grados de “formalización”: unas son muy 
formalizadas (vg. leyes jurídicas o científicas, lenguaje) otras poco formalizadas (vg. 
lenguaje de gestos, normas de urbanidad). 
• Son compartidas por una pluralidad de personas no por herencia, sino por socialización, se 
aprenden de la tradición de la comunidad y se modifican por la innovación. 
Sobre la base de una definición del antropólogo inglés Tylor (1871), y sin considerar algunos 
aspectos, se presentará la de Rocher (13: 111): 
 
“Cultura es un conjunto trabado de maneras de pensar, de sentir y de obrar más o 
menos formalizadas que, aprendidas y compartidas por una pluralidad de personas 
sirven (…) para constituir a esas personas en una colectividad particular y distinta (de 
las otras). 
 
La cultura constituye a la comunidad como tal y modela la personalidad de sus miembros. 
 
4.7.- Las personas interactúan en una cultura y en una organización social 
 
Una comunidad tiene una cultura y además una organización. La interacción social, la acción de 
las personas en un medio social, se desarrolla en el marco de una cultura y de una organización. 
Se ha visto la cultura. Veamos la organización. En una comunidad hay actividades, redes de 
relaciones, grupos, jerarquías, ámbitos y cosas materiales. La enumeración completa sería 
interminable. Estos elementos estructurales tienen un ordenamiento, algún grado de estabilidad y 
ofrecen una imagen, es la organización social. 
Se puede hacer una analogía con un organismo vivo en el cual hay estructuras y funciones 
interrelacionadas. Ésa es la organización. 
Se reitera el ejemplo de Lévi Strauss: Quesalid operaba en el seno de una cultura y de una 
organización. Su comunidad tenía también una organización fundada en la cultura y compuesta por 
actividades (vg: comunicación de E a F, de F a Q, ida para buscar a Q, venida de Q), redes de 
relaciones (la que constituían el parentesco del enfermo), grupos (los hechiceros que le habían 
enseñado), ámbitos (la casa de Q y la casa de F) y cosas materiales (la indumentaria de Q, el lecho de 
E, los instrumentos que utilizaba Q). 
Hay un cruzamiento entre cultura y organización. En la realidad son indisolubles, las Ciencias 
Sociales las separan para estudiarlos como otras ciencias para estudiar sus objetivos. (Esq.: 4.7) 
 
Antropología 
 
-22
 
 
4.8.- En la interacción social se producen conflictos 
 
En la confluencia cultura-organización- personas, es decir en la interacción social, es habitual el 
conflicto, el enfrentamiento entre normas o valores (cultura), grupos o jerarquías (organización) o 
entre personas. El conflicto, en términos de Ciencias Sociales, puede ser positivo o negativo. La 
resolución positiva de los conflictos es uno de los logros de la interacción social. 
Karl Marx sostenía que los conflictos eran permanentes en toda sociedad y los centraba en los 
enfrentamientos de clases por la propiedad de los medios de producción. 
El sociólogoalemán Ralf Dahrendorf hizo un análisis crítico del pensamiento de Marx y coincidió 
con él en la permanencia de los conflictos. Sin embargo los concibió con mayor amplitud: 
enfrentamientos entre personas, grupos, normas, valores e hizo hincapié en los conflictos de 
autoridad. Los conflictos son inherentes a la vida social, nacen y son parte de la interacción tanto en 
las pequeñas como en las grandes comunidades. En tal sentido, Dahrendorf sostiene que ellos son el 
motor del cambio social (13: 491). 
En la interacción social se generan permanentemente conflictos de cuya resolución, positiva o 
negativa, nace el cambio social, progreso o retraso. (Esq.: 4.8) 
 
 
 
El Complejo Médico expresa la interacción de tres protagonistas (enfermo, médico, comunidad) y 
de la confluencia de cultura-organización-personas. Luego, también en su seno el conflicto, de 
diferentes raíces y proyecciones, es permanente. Por ejemplo: la convicción de Quesalid de la eficacia 
de su procedimiento nació del conflicto-competencia con los otros hechiceros en una misma cultura. 
Hay conflictos globales que afectan el Complejo Médico. Se verá un Complejo en el que el 
enfrentamiento es drástico y claro: el régimen colonial. En él conviven bajo una misma organización, 
aún con conflictos de autoridad, dos o más culturas y grupos de personas. No se hará aquí el análisis 
macrosocial. 
 
4.9.- Fanon patentiza el conflicto en el complejo médico 
 
Antropología 
 
-23
Franz Fanon fue un médico argelino que intervino en la guerra contra los colonos franceses en la 
década de 1960. Analiza el Complejo Médico en el marco de una situación de violencia generalizada, 
la guerra. Dice Fanon (21): 
 
“En una sociedad homogénea, la actitud del hombre enfermo frente al médico es una 
actitud de confianza. El enfermo se pone en manos del médico, se abandona a él. Le 
abandona el cuerpo. Acepta que la mano del médico provoque o exacerbe su 
sufrimiento ya que el enfermo no ignora que el aumento del sufrimiento durante el 
examen anuncia la paz de su cuerpo.” 
 
Por contraposición, dice Fanon: 
 
“…el prisionero alemán que ha de ser operado por un cirujano francés, en la fase 
preanestésica suplica frecuentemente que no lo mate. De igual forma, encontramos 
en el cirujano una preocupación especial por tener éxito en la intervención a causa de 
los otros prisioneros, porque no ignora la interpretación que podría darse a un fracaso 
operatorio…” 
 
Fanon explica la frecuente negativa a internarse por parte de campesinos argelinos: 
 
“Cometeríamos un grave error si renunciáramos a comprender estos hechos, 
asimilando el comportamiento descrito al de las poblaciones rurales pobres de los 
países europeos. El colonizado que desconfía de la hospitalización no parte de valores 
homogéneos como es el miedo a la ciudad, el miedo a la lejanía, el de sentirse 
desamparado al separarse del hogar familiar, el miedo a que se le envíe a morir en el 
hospital, a que se desembaracen de él como de un fardo. El colonizado no se niega a 
enviar al enfermo al hospital, sino enviarlo al hospital de los blancos, de los 
extranjeros, del conquistador” (21). 
 
Fanon compara dos conflictos propios del Complejo Médico en circunstancias opuestas. De un 
lado, en medio de la violencia de la guerra, el paciente enemigo o paciente-nativo y el cirujano 
francés o el del “hospital de los blancos”. El público lo constituye, en el caso de la guerra europea, 
“los otros prisioneros” y, en la guerra argelina, el conjunto de los colonizados. Aquellos sentimientos 
no se generan individualmente sino en la interacción social, particularmente si hay conflictos de 
culturas en una misma organización (vg. cultura argelina y francesa en la misma organización 
colonial). 
Si bien la raíz de estos grandes conflictos es política, la aceptación de las normas y valores de 
solidaridad y de la medicina universales pueden moderarlos. 
Fanon recuerda la carta del Presidente de la Orden de Médicos de Francia (equivalente a un 
Colegio de Médicos) a sus colegas de Argelia en guerra: 
 
“me permito recordaros que en ningún caso y bajo ningún pretexto puede ser violado 
el secreto profesional. También os recuerdo que los médicos deben atender con la 
misma dedicación a todas las personas, cualesquiera sean su religión o raza, lo mismo 
se trate de amigos como de enemigos…cualesquiera sea su condición, reputación y 
los sentimientos que le inspiren” (21: 111). 
 
Las situaciones mencionadas presentan el conflicto drástico en un Complejo Médico sumergido en 
circunstancias como la guerra. La Orden Médica de Francia, a la que en ese sentido adhiere Fanon, no 
hace más que explicitar el juramento profesional. 
En la vida médica en cuanto que interacción social, el conflicto también es permanente en 
circunstancias habituales: desconfianza hacia el diagnóstico, resistencia a un tratamiento, decisiones 
en relación a la vida, guarda de un secreto, distinta actitud en la asistencia de diferentes personas o 
grupos. El conflicto se desarrolla en la conciencia del médico, bajo la guía de su convicción y 
juramento, su saber y experiencia. Se desarrolla también en la conciencia de cada protagonista y en la 
interacción entre ellos. El conflicto es permanente, tiene diversas raíces y es motor de cambio social y 
del cambio en salud. La resolución puede ser positiva o negativa. 
 
Antropología 
 
-24
Resumen 
 
• Se desarrollan conceptos de Ciencias Sociales, siguiendo a Guy Rocher, sobre la base del 
ejemplo de Lévi Strauss. 
• Se identifica el complejo shamanístico con un medio social, toda vez que resulta de una 
actitud humana colectiva y condiciona las actividades y relaciones entre ellos. A estas 
relaciones se las llama interacción. 
• Se desglosa la historia de Quesalid en dos complejos sucesivos: uno formativo y otro 
asistencial, compuestos por distintos protagonistas. Se muestra que cada protagonista tiene 
un “retrato” inicial del otro, una imagen que no es fruto del azar así como tampoco es fijo o 
inamovible sino que se modifica en la interacción. 
• Se define medio social como “marco o cuadro resultante de una actividad humana colectiva 
y condicionante de las actividades humanas individuales”. Se refiere el aspecto subjetivo de 
la acción social (M. Weber): cada protagonista percibe e interpreta al otro, se comunica e 
interactúa con él. Se refiere el aspecto objetivo (E. Durkheim): las maneras de pensar, sentir 
y obrar que coaccionan u orientan “desde afuera” a los protagonistas. 
• A partir de esa manera de pensar, sentir y obrar se desarrolla el concepto de normas o 
reglas sin las cuales la interacción social no sería posible. Las comunidades tienen un 
proceso de “socialización” por el cual enseñan las normas a sus miembros. Tienen también 
un proceso de “control social” mediante el cual intenta que las cumplan, usando sanciones 
(premios o castigos). 
• Se plantea que cada persona tiene varios status y roles salvaguardando su identidad. Hay 
normas generales que permiten interactuar en la comunidad, pero además hay normas 
particulares para cada status. Se definió así: 
- status como situación en el grupo. 
- función como conjunto de tareas propias de ese status 
- rol como normas y reglas para ese status y función. 
 
 Los roles dan autonomía dentro de ciertos límites. Si se desbordan se afecta la 
interdependencia de los distintos status. 
• Las normas y los roles son aspiraciones ideales de la comunidad para orientar la interacción 
social. Hay un delicado equilibrio entre autonomía y coacción. Un exceso de autonomía 
dificultaría la interacción, variación dentro de las normas y roles son opciones, variaciones e 
innovaciones. Más allá de ellas hay “desviaciones” que la comunidad tiende a sancionar. 
• Las normas y roles son símbolos de valores, éstos son los que le dan fundamentos. Dan 
cohesión al medio social y a la personalidad. Se concibe al símbolo como una cosa que 
afirma a los valores. 
• Se plantea que todo lo anterior estácohesionado por la cultura. 
• La “organización” se presenta como el ordenamiento de elementos estructurales que 
ofrecen una imagen y permiten la interacción. 
• La acción social nace y se desarrolla en la confluencia de la cultura, la organización y las 
personas. Se introduce el concepto de “conflicto” como fenómeno permanente en la 
interacción social y en el Complejo Médico. 
 
 
5.- TRES MÉDICOS Y EL COMPLEJO CONFLICTUADO 
 
5.1.- Albert Schweitzer quería cuidar enfermos 
 
Albert Schweitzer nació en Alsacia en 1875, estudió Filosofía y Teología en la Universidad de 
Estrasburgo y se hizo predicador evangélico. Concertista de órgano, sus grabaciones de Bach son 
memorables. Se recibió de médico a los 37 años. Murió en Lambárène (Gabon), en 1965. 
Su vocación nació de otra forma que la de Quesalid: 
 
“Quería ser médico lo cual me permitió ir a trabajar sin tener que hablar. Durante 
años me había estado agotando en palabras, y con alegría había respondido al 
llamado como profesor de teología y predicador. Pero me resultaba imposible 
Antropología 
 
-25
representarme esta nueva forma de actividad como hablar sobre la relación del amor, 
sino sólo como llevarla realmente a la práctica” (22). 
 
Para entonces conoció la necesidad de médicos en África Ecuatorial. 
 
“Yo había leído acerca de los padecimientos físicos de los nativos en las selvas 
vírgenes; había oído hablar de ellos a los misioneros; y cuanto más pensaba sobre el 
asunto, tanto más extraño me parecía que nosotros, europeos, nos conmoviésemos 
tan poco respecto a la gran tarea humanitaria que se nos ofrece en tierras lejanas. Me 
pareció que la parábola del rico y Lázaro había sido narrada expresamente para 
nosotros que somos los ricos, pues gracias a los adelantos de la ciencia médica 
sabemos ahora mucho sobre la enfermedad y el dolor y contamos con medios 
innumerables para combatirlos…Sin embargo, allá afuera, en las colonias, se sienta el 
desgraciado Lázaro, la población de color, que sufre por las enfermedades, el dolor 
tanto como nosotros, no, mucho más, y carece de todo medio par combatirlo….” “Era 
catedrático en la Universidad de Estrasburgo, escritor, organista; todo lo abandoné 
para ser médico en el África Ecuatorial…A principios de 1913 me gradué, y 
acompañado de mi esposa- Helen Breslau- partí hacia Ogogué, en el África Ecuatorial 
para iniciar mis actividades…” “La sociedad misionera me ofreció una casa en la 
misión de Lambárène con permiso para construir allí un hospital.” (23) 
 
En medio de la selva del actual Gabon, Schweitzer construyó con sus propias manos, el apoyo de 
los nativos y fondos de periódicos conciertos, el célebre hospital de Lambérène. Describe su tarea 
cotidiana así: 
 
“Cada día trato treinta o cuarenta enfermos, y tardo un tiempo increíble en explicarles 
el uso de los medicamentos. Los casos más corrientes son los de malaria, las úlceras 
de los pies, la enfermedad del sueño; también hay mucha elefantiasis, lepra, 
osteomielitis, disentería y enfermedades del corazón y una forma aguda de sarna que 
atormenta a los negros pues se complica con úlceras supurantes. El tratamiento es 
sencillo, y mi ungüento de polvos de azufre y aceite de palmera, me ha hecho célebre 
en pocas semanas en los sitios más remotos.” (23) 
 
El médico personaliza la asistencia, explica a cada uno el uso de los medicamentos y logra el 
consenso de comunidades de diferentes culturas que acuden a él “de los sitios más remotos”. Se 
enlazan en el complejo de Lévi Strauss protagonistas de distintos sistemas culturales. El médico 
interpreta y asiste la enfermedad de acuerdo a su propia cultura y su formación anatomoclínica. 
El doctor Ricardo Galliani, médico argentino, de Saladillo, visitó dos veces a Schweitzer y dice: 
 
“El hospital de Lambérène es el tomo de oro de sus obras completas. El más rico en 
experiencias humanas. El más denso en satisfacciones y sinsabores. El más duro de 
escribir…Es el manual practico de su filantropía. Es el volumen más dramático, a la 
vez el más dulce y el más tierno.” (24) 
 
Schweitzer recibió el premio Nobel de la Paz en 1953. 
 
5.2.- En el medio de Schweitzer se conflictuaban culturas 
 
El paradigma anatomoclínico de la enfermedad parte del conocimiento de la estructura y 
funciones normales del organismo y busca causas naturales que producen lesiones o trastornos en 
ellas expresado enfermedades diferentes. La clasificación de estas enfermedades puede hacerse de 
acuerdo a las causas o a la localización de las lesiones. Esto orienta el tratamiento y la prevención. 
La concepción nativa de la enfermedad es diferente, lo relata el mismo Schweitzer: 
 
“Buscan la razón de las enfermedades en los malos espíritus, en el encantamiento de 
algún hombre malo y en el “gusano”. El “gusano” es la encarnación del dolor. Y 
cuando relatan su enfermedad, cuentan la historia del gusano que entró por los pies, 
llegó a la cabeza y luego bajó al estómago. Y si logro calmar sus dolores…al otro día 
Antropología 
 
-26
llega el enfermo radiante, diciendo que ha expulsado el gusano del vientre pero que 
ahora está en la cabeza comiéndole el cerebro…” (23) 
 
En el Complejo Médico se conjugan tres sistemas: uno social, uno cultural y otro personal. Si se 
admite que, en el hospital de Lambérène, había una misma organización social (similar red de 
relaciones y de estructuras) sin embargo no había igual sistema cultural (maneras y normas). Al 
menos en lo que hace a “maneras de pensar” sobre la enfermedad. El médico la concebía con su 
criterio anatomoclínico, el nativo con un criterio extranatural. 
El conflicto cultural es muy evidente y no hay que caer en el error de que la concepción nativa es 
simplista, sin elaboración. Muy por el contrario, es fruto de mucho tiempo de elaboración y 
compartida por la mayor parte de la comunidad. La interpretación nativa tiene su lógica, su concepto 
de causalidad y su clasificación. En nuestro medio, los profesores Vivante y Palma de la Facultad de 
Ciencias Naturales y Museo de La Plata han estudiado el concepto de enfermedad en la comunidad 
nativa de la Puna Argentina, su etiología “mística” y “no mística”, su clasificación, sintomatología y 
tratamiento (25). 
Estas concepciones subsisten y aún desbordan su geografía original en razón de las 
emigraciones. Tienen, a no dudarlo, algunos procedimientos terapéuticos eficaces, merecen respeto 
toda vez que son expresiones de una cultura distinta, y aún conviven con la medicina científica. 
 
 
5.3.- La hernia inguinal era frecuente en el medio 
 
Entre las enfermedades que requieren tratamiento quirúrgico cuya alta incidencia relata 
Schweitzer se destaca la hernia estrangulada (cfr 27:28): 
 
“Hay pocos nativos que no hayan visto cuando niños a algún hombre revolcándose en 
la arena de su choza y dando alaridos en un paroxismo hasta que la muerte llega 
como una liberación… ¿Cómo describir mis sentimientos cuando me traen a un pobre 
hombre en esta condición? Soy la única persona en centenares de kilómetros que 
puede ayudarlo…Esto no significa sólo que puedo salvarle la vida. Todos debemos 
morir. Pero lo que siento como mi gran privilegio, siempre nuevo, es que puedo 
evitarle días de tortura. El dolor es un amo de la Humanidad, más terrible aún que la 
propia muerte…” (23: 59) 
“Cuando la pobre criatura llega gimiendo, pongo la mano sobre la frente y le digo:” 
“No tengas miedo. Dentro de una hora te acostarás para dormir y cuando despiertes 
ya no sentirás ningún dolor…”Cuando llega el momento de empezar, ella (la esposa) 
administra el analgésico y José (el asistente nativo), con un par de largos guantes de 
goma, asiste como ayudante…La operación ha terminado, y en el dormitorio apenas 
iluminado, observo en espera de que el hombre se despierte. No bien ha recobrado la 
conciencia…prorrumpe otra vez: ¡”No tengo más dolor! ¡No tengo más dolor!”. Su 
mano procura la mía y no deja que me vaya. Entonces comienzo a contarles a él y a 
los demás del pabellónque el Señor Jesús fue quien ordenó venir hasta Ogowe al 
doctor y a su esposa…El sol africano resplandece a través de los cafetos hasta el 
interior del oscuro cobertizo; pero nosotros, negros y blancos, nos sentamos juntos y 
sentimos que ya sabemos por experiencia el significado de la palabra: Y todos 
vosotros sois hermanos.” (23) 
 
Antropología 
 
-27
5.4.- En un medio social con cultura común hay conflicto 
 
El medio social “tipo” para ubicar el Complejo Médico es el intermedio: una población pequeña 
(pueblo, barrio, ciudad) o un grupo primario (familia, sección de trabajo). 
El medio social en que actuaba Quesalid estaba signado por una cultura mágica, el conjunto de 
maneras de su tribu era aprendido y compartido de tal forma que constituía una colectividad. El 
complejo shamanístico funcionaba con cierta eficacia porque tanto el hechicero como el paciente y el 
público tenían maneras de pensar, sentir y obrar en común. 
 El medio social en que actuó Schweitzer era más conflictivo porque estaba en el límite entre 
dos culturas distintas. Aquella de la que provenía el médico europeo y la que prevalecía entre sus 
pacientes. 
El primero actuaba según las normas de su cultura, que en su oficio se expresan en la medicina 
anatomoclínica. Los pacientes lo admitían porque respondía al valor de la vida y la dignidad, pero 
estaban extrañados porque su manera de pensar era parte de otra cultura. 
Quesalid se había mantenido en el seno de su propia cultura. Schweitzer, en vez, presentaba los 
logros médicos de la suya propia a pacientes de cultura distinta. 
Se propone reflexionar sobre un Complejo Médico más cercano en el tiempo y el espacio, en el 
cual todos los componentes comparten similar cultura. Se trata del testimonio de un antiguo médico 
de La Plata. 
Los editores presentan su libro así: 
 
“El doctor Giordano Bruno Cavazzutti es un médico y ciudadano ejemplar. Durante 
más de cincuenta años ejerció su ministerio en clínicas y hospitales con apostólico 
celo en La Plata su ciudad de adopción que lo cuenta entre uno de sus profesionales 
más estimados y responsables”. 
“A principios del siglo xx, en la provincia de Buenos Aires dada la escasez de médicos, 
la Dirección de Higiene (hoy Ministerio de Salud) permitía que los alumnos del último 
año de la carrera pudieran actuar en los pueblos donde no hubiese profesionales. Era 
la célebre institución de los “médicos autorizados”, que con el andar del tiempo fuera 
abolida, pero que en su momento prestó importantes servicios. Cavazzutti fue uno de 
aquellos heroicos pioneros hipocráticos en un lejano villorrio bonaerense y este libro, 
es, en cierto modo, el testimonio casi novelado de esa experiencia pampeana”. 
“Pero este libro tiene además otro significado aún y, ahí acaso radica su mayor mérito 
de mostrarnos la conducta insobornable al servicio de una verdadera vocación y los 
primeros pasos de un joven que se inicia en el difícil servicio de aliviar el dolor a sus 
semejantes y tiene que ser, a veces, hasta un poco pastor de almas. Así y sin quererlo 
acaso, nos da el retrato de un médico pobre, escrupuloso, humano y lleno de 
recóndita ternura (como la que expresa Lévi Strauss, que quienes conocemos al 
doctor Cavazzutti siempre hemos visto en él: un espejo de médicos (26)” 
 
Cavazzutti relata su viaje hasta un pueblo que él llama Huíncaloo: 
 
“Como médico autorizado, iba a encarar de lleno el lado serio de la vida, iba a 
iniciarme en el ejercicio de una profesión que es una CIENCIA DIFICIL, UN ARTE 
DELICADO, UN HUMILDE OFICIO, UNA NOBLE MISIÓN” (Palabras que repetía un 
maestro de la medicina argentina, el doctor Luis Güemes). 
 
Este médico se encuentra en un pueblo aislado por la distancia en el que conviven gentes de 
diverso origen pero con una cultura común: las maneras generales de pensar, sentir y obrar son 
similares. El nuevo médico tenía conflictos: dos enemigos que le rechazaban y, cuando estaban 
enfermos, acudían al otro pueblo. Hasta que la emergencia les obligó a quedarse (26: 174-175). 
 
5.5.- Cavazzutti asiste a un paciente de prepotencia y cólico renal 
 
En estilo llano, Cavazzutti diagnostica dos enfermedades de una persona de pueblo, Andreieff: la 
prepotencia y el cólico renal. 
La prepotencia es un trastorno social, una forma de violencia que afecta el bienestar de quien la 
padece y quienes la sufren 
Antropología 
 
-28
El diagnóstico y el tratamiento en este caso, estaba previsto por los mismos vecinos. La acción 
social tiene marco en la cultura, compuesta por normas que las personas tienden a hacer suyas y la 
comunidad tiende a “coaccionar” para que acepten. El control social se ejerce mediante “sanciones” 
positivas o negativas. Hay personas que se desvían en sus actitudes más allá de lo permitido por la 
cultura, afectando la convivencia. 
La prepotencia (primera “enfermedad” de Andreieff) se desviaba de las normas, afectaba la 
convivencia y los vecinos querían sancionarlo con un castigo. 
El mismo rechazo del médico era, una manifestación de esa prepotencia. El tratamiento de los 
trastornos sociales no es patrimonio del médico, sino de la comunidad. Parece ser que Andreieff se 
curó sólo de esa dolencia, aunque sin duda porque se percataba del desprestigio con que sus vecinos 
le sancionaban. Pero no pudo con el cólico renal. 
Aquí se presentan los tres componentes del complejo médico: 
 
- el paciente “tuvo un formidable cólico renal, complicado con íleo paralítico y pidió que 
llamaran al doctor Equis por telégrafo” 
- el público: “una comisión de vecinos que querían ayudar al paciente y quizá también darle 
una lección (sanción informal) con un médico que ya tenía en el pueblo “consenso 
colectivo”. Esto se desprende de otros capítulos del libro, pero surge de esta decisión y 
pedido: “Estaba atendiendo en mi consultorio cuando vinieron en comisión… Lo tenemos 
descompuesto, muy descompuesto a Anfreieff; y venimos a pedirle que olvide las 
desatenciones… que ha tenido con usted y venga a verlo”. 
- el médico: “Ni una apalabra más. ¡Andando!” Decisión, diagnóstico, tratamiento y cuidado: 
se quedó a acompañarlo hasta que eliminó el cálculo y seguramente no fueron minutos. 
 
La Medicina científica tiene definidas muchas enfermedades y las agrupa ya sea por causa o 
sistemas que afectan, a partir de una teoría racional. Eso le permite diagnosticarlas, definirlas, 
prevenirlas y tratarlas. 
 
5.6.- Favaloro asiste a dos accidentados en un pueblo rural 
 
Para mostrar la fuerza de la comunidad en un complejo médico local moderno, se considerará un 
relato del doctor René Favaloro, cuando se inició como médico rural. Jacinto Araúz era una población 
pequeña, rural que el autor describe en su libro “Recuerdos de un médico rural” (27). Lo presenta a la 
memoria de su hermano, médico, con esta aclaración “Todo lo relatado es fruto de mis recuerdos, son 
hechos reales, testimonio de una verdad que nos tocó vivir”. 
Se trata de dos accidentes de trabajo. El trabajo humano que debe ser fuente de dignidad y de 
recursos, muchas veces es, penosamente, causa de traumatismo y de enfermedad. Favaloro presenta 
la lesión en dos órganos frecuentemente injuriados por el trabajo manual cuando no se han 
promovido las precauciones convenientes: el ojo y la mano. Vuelven a aparecer los tres protagonistas 
del complejo médico. 
El paciente: “un joven trabajador al que se le había incrustado un trocito de limadura de hierro 
en uno de los cuadrantes de la córnea…” 
 
- el público tácitamente presente por la “coacción” de las normas (costumbres) locales sobre el 
paciente: “me preguntó si no sería mejor ir a Bahía Blanca para ver un oculista; en casos 
semejantes ésa ha sido la norma de la zona”. 
- el médico: “le expresé que en realidad no era necesario, que si colaboraba, en pocos minutos 
terminaríamos con su problema. No obstante, pensaba en la responsabilidad adquirida, y así…” 
 
La “manera de obrar, de pensar y sentir”, la cultura, son aprendidas por los miembros

Continuar navegando