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Alimentación, inconsciente y lenguaje. Ps. Leonardo P. Galuzzi I La idea de este escrito es presentar conceptos que sirvan para dimensionar el proceso de alimentación y su vinculación tanto al lenguaje como al determinismo inconsciente. Para tal tarea se propone indagar en algunos textos pertinentes y reflexionar sobre la profundidad de estos conceptos. El texto titulado “La Alimentación Estructurada como un Lenguaje” realizado por la psicoanalista francesa Eugénie Lemoine-Luccioni (1912-2005) y emitido originalmente por la Radiodifusión francesa en el año 1980 pero publicado posteriormente, aparece cómo posibilidad la de conectar la acción de alimentarse asociado con algunas de las particularidades de la ciencia del lenguaje. Antes de avanzar en la conjunción alimentación-lenguaje, podemos preguntarnos ¿Por qué definir al lenguaje como ciencia? Hablar del lenguaje es hablar un sistema estructurado de comunicación que debe adecuarse a un contexto y ajustarse a cierta formalidad combinatoria establecida mediante determinados principios. La lingüística sería el estudio científico del origen, la evolución y estructura del lenguaje cuyo objeto principal es el de comprender los formalismos y las leyes que rigen al mismo. También estudia las estructuras fundamentales del lenguaje, sus variaciones a través de todas las familias de lenguas y de las condiciones que hacen posible la comprensión y la comunicación. Si bien la lingüística moderna se establece como ciencia a principio del siglo XIX _sirve como aclaración que se rastrean investigaciones previas a esta fecha_ debemos esperar hasta la publicación en el año 1916 del libro “Curso de Lingüística General”, basado en apuntes tomados por asistentes a los cursos dictados por el lingüista suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913) para que se inicie el camino de la cientificidad de la lingüística. Al integrarse a una disciplina más amplia como la semiología _ciencia derivada de la filosofía que trata los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas, estudiando las propiedades generales de los sistemas de signos que dan la base para la comprensión de toda actividad humana_ es que toma el alcance científico abriendo distintas corrientes que la estudian. II Con el texto sobre “La Alimentación Estructurada como un Lenguaje” nos queda claro que no “sólo se come porque se tiene hambre” (Lemoine-Luccioni. 1990. p. 15), este acontecimiento, el de comer, requiere de una mayor complejidad. Los hombres y las mujeres no se conformaron solamente con comer lo que iban encontrando por ahí como lo hicieran instintivamente los animales, a diferencias de estos “…primero eligieron, luego combinaron, y más tarde prepararon sus alimentos. No hubo una pura y simple recolección” (Lemoine-Luccioni. p. 15) A pesar de que la autora nos trae como referencia un libro llamado “Historia de la alimentación vegetal” realizado por el polaco A. Maurizio en el año 1926 y en donde ya se puede rastrear la idea que la alimentación se asocia a la estructura del lenguaje; destacamos el trabajo de lectura que realiza el psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981) sobre la obra de Sigmund Freud, en el que se destaca la expresión “el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje”1 En ese libro sobre la historia de la alimentación aparecen como novedosas dos leyes que demarcan la evolución y la organización de la misma: 1) ley de empobrecimiento que conlleva una uniformidad concomitante 2) ley de enriquecimiento que conlleva variaciones y diferencias. Estas dos leyes marcan que la alimentación puede empobrecerse o enriquecerse tomando como paralelo lo que sucede con el lenguaje. Es decir que la alimentación podría empobrecerse como sucede con una lengua en su léxico y en su gramática como efecto de que se recurran siempre a los mismos alimentos o inclusive a las sustancias de esos alimentos como ser vitaminas; o enriquecerse en la posibilidad de variar la alimentación. Desde aquí es que nos permitimos a pensar en las fijaciones sobre determinados alimentos o en la posibilidad de intercambiarlos. 1 Existen varios lugares donde se puede encontrar esta referencia, tomamos como ejemplo en Escrito de Lacan “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón a partir de Freud” Con estos autores podemos afirmar que la ley de uniformidad es metafórica y que la ley de variación es metonímica y que ambas leyes “juega una contra la otra” (Lemoine-Luccioni, p. 17) tal como sucediera con el vocabulario que nos permiten definir contenidos en relación a las palabras. Cuando hablamos de metáfora debemos aclarar que se trata de una figura retórica _conjunto de reglas o principios que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar, conmover o persuadir_ del pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresa por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza; en lo que respecta a la metonimia decimos que se trata de otra de las figuras retóricas y que consiste en designar una cosa con el nombre de otra con la que hay una relación de contigüidad espacial, temporal o lógica. Hablando sobre la alimentación de manera metafórica se puede concluir con lo que la autora llama “la metáfora de las metáforas” (Lemoine-Luccioni, p. 16), el alimento único que contiene a todos los otros; la leche o madre de los alimentos y si hablamos de la alimentación metonímicamente vemos como por ejemplo en relación a las papillas o algunos alimentos cocidos contigüidad con otras comidas preparadas de mayor elaboración. Es importante reiterar que estas leyes juegan una contra la otra y cuyo resultado, como ocurriera con las lenguas, es que determinada localidad se defina en parte por alguna determinada comida que lo represente sumándole ritos, vestimentas y costumbres asociados. Siguiendo con los conceptos existentes en las ciencias del lenguaje, el artículo avanza sobre dos en especial viendo cómo se conectan con la alimentación. Estos dos conceptos son: morfología y sintaxis. La morfología habla de la parte de la lingüística que estudia las reglas que rigen la flexión, la composición y la derivación de las palabras. El cómo es la estructura interna de las mismas para delimitar, definir y clasificar sus unidades. En relación al lenguaje se representa la conexión a partir del ejemplo del pan y de su composición, su estructura interna y demás características. Haciendo un poco de historia vemos que en lo orígenes los alimentos se podían consumir de dos tipos: frescos o fermentados, si analizamos los fermentos es que se llega a descubrir la cerveza: un líquido, que no se lo considera dentro del grupo de los alimentos2, pero con el paso del tiempo vemos que se descubrió que hacía aumentar la masa de algunos alimentos. Con este desarrollo vemos como los alimentos fermentados nos muestran su morfología y la función de la composición de los mismo. Igualmente, a pesar de soportar la misma no nos evitamos de clasificarlos de alimentos distintos. Analizando la composición de la cerveza, descubierta en base a fermento, rompe la lógica de lo que históricamente se consideran bebidas alcohólicas las que tienen origen en la destilación. En conclusión, vemos como hace un tiempo, la cerveza no se consideraba alimento, pero tampoco bebida alcohólica por no ser un destilado, y como después pasa a transformarse en un alimento líquido cambiando así de categoría como producto como fue sucediendo con el lenguaje, “es un poco el mismo fenómeno que se produce en un leguaje cuando un verbo por derivación impropia se transforma en sustantivo, o cuando una onomatopeya se convierte en sustantivo” (Lemoine-Luccioni, p.18) La sintaxis sería la disciplina lingüística que estudia el orden y la relación de las palabras o sintagmas en la oración, así como las funciones que cumplen. Es la parte de la gramática que estudia las reglas y sus principios, el orden y la relación entre las palabras. Para relacionarlo con la alimentación la autora propone que “en función de su categoría los alimentos se agrupan sintácticamente, es decir, se ordenan y se combinan a la vez siguiendo leyes fijas que rigen las comidas… los alimentos se ordenan y disponen sintácticamente y se podría hacer con ellos un cuadro tan racional como el de las combinaciones sintácticas.” (Lemoine-Luccioni, p. 20). Las reglas y el orden de los alimentos nos permiten obtener las secuencias necesarias que determinan un resultado óptimo y esperado. Esta combinación no sólo se limita a la confección de los mismos, sino que además nos plantea ciertos reglamentos, momentos o lugares donde uno come. Ahora bien, la alimentación para los seres humanos se diferencia de los animales debido a que no es una acción guiada por el instinto, “el hombre no 2 Al fermento si se considera alimento si por ejemplo se piensa en el chucrut. come cuando tiene hambre como el animal. La espera por la satisfacción es especifico del hombre” (Lemoine-Luccioni, p. 20). Por no poseer instinto el concepto que explica que nos sucede es el de pulsión, concepto fundamental para el psicoanálisis. Dice la autora que “uno se cansa de un alimento… Es necesario cambiar de objeto para preservar el placer y el deseo” (Lemoine- Luccioni, p. 22). La pulsión por definición no produce un placer total, siempre su satisfacción es parcial, además el objeto que produce la satisfacción es imposible de precisar, en este sentido y pensándolo con el tema que estamos desarrollando, para el ser humano se hace imperioso variar los alimentos. En esa variación de alimentos de manera inconsciente se busca el placer, por lo cual, además de la zona sensible que se ve afectada, debido a la parcialidad de la pulsión se pasa a otras zonas sensibles. La pulsión se desvía y por eso se propone que en la alimentación se ve afectada por un rasgo de perversión. La perversión se puede definir en tanto la meta de la pulsión se desvía y en este caso específico entrando en escena el campo de lo visual _la mirada es un desvío de zona sensible original_... “es evidente, al igual que en el comer, que el amante obtiene placer de todo lo que rodea al órgano tanto como del órgano mismo” (Lemoine-Luccioni, p. 23). III Cuando Freud encuentra, deseo mediante, el campo del psicoanálisis, surge con posterioridad la referencia Jacques Lacan que precisa el alcance del inconsciente. Lejos de mantener distancias entre dos posturas lo que esta frase enuncia es una apuesta a la formalización del concepto clave de este campo. Es así, como de la mano de Ferdinand de Saussure (1857-1913), Claude Levi Strauss (1908–2009), Roman Jakobson (1896-1982), que Lacan llegará a la conclusión con característica de axioma de que “el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje”. El Inconsciente, empleado por primera vez con el carácter técnico en lengua inglesa en 1751 por el jurista escocés Henry Home Kames (1696-1782) dando significación de no consciente. Con posterioridad el término se populariza en Alemania en la época romántica designando un depósito de imágenes mentales, una fuente de pasiones cuyo contenido escapaba a la conciencia. Es Freud el que reconoce una dimensión más allá de la no conciencia. Adquiriendo dos aspectos principales en el corpus de su desarrollo, apareciendo en la primera tópica y soportando la historia que acarrea el concepto como tal. Se entiende como un sistema que se mantiene fuera de la conciencia siendo separada de ella de forma radical mediante el mecanismo de la represión. Los contenidos reprimidos llegarían a la conciencia, mediante una distorsión que los tornarían irreconocibles. En la segunda tópica el inconsciente ya no se tratará de un lugar aparte, En esa nueva presentación, la organización del aparato psíquico se define, siempre de un modo multisistémico, en tres instancias diferenciadas: el ello, el yo y el superyó. El inconsciente, así como el preconsciente, y el sistema percepción/conciencia se integrarán a estas. Jacques Lacan, se separa de la apuesta metapsicológica que confundió a tantos discípulos de Freud y marca un cruzamiento del concepto inconsciente con la estructura del lenguaje. Cruzamiento que pone en relieve la obra de Sigmund Freud con algunas figuras del programa o movimiento estructuralista. Programa que “constituyó, más allá del entusiasmo de moda, una figura de ciencia: un momento en que pensó que la jurisdicción de la ciencia moderna podía y debía extenderse mucho más allá de los límites que se le habían reconocido durante mucho tiempo” (Milner Jean-Claude: 1995, p. 97). Este Paradigma, el que plantea el estructuralismo, debe a las consecuencias de un “galileanismo extendido” y que esta “fundado en una matemática extendida, y extendido a objetos inéditos… ese objeto era el lenguaje” (Milner, Jean-Claude: 1996, pág. 99). Pero ¿cómo se logra esa extensión? Para esto es necesario saber que el estructuralismo comienza con el posicionamiento de la lingüística como ciencia, y esto ocurre con el Curso de Lingüística General de Ferdinand de Saussure, siendo uno de los mejores cuerpos organizados de las doctrinas lingüísticas. Este texto habría sido redactado por Charles Bally y Albert Séchehaye teniendo la colaboración de Albert Riedlinger, basándose en las notas tomadas de los cursos dictados por Saussure en los años 1906-1907, 1908-1909 y 1910-1911 y siendo publicado el año 1916 a tres años de la muerte de Saussure. “Saussure pasó a ser retroactivamente el autor del Curso, aunque no haya escrito, en sentido estricto, ni una sola de sus páginas” (Jean-Claude Milner: 1996, p. 99). Es así es como en las páginas del curso se muestra que “La lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias, unas que le dan datos, otras que se los toman” (Saussure. p. 34). Resulta fundamental la apuesta sobre la separación del habla de la lengua, alejando el habla del campo de la lingüística. ¿Pero de que se tratará la lengua? para Saussure la lengua es una determinada y esencial parte del lenguaje… “es la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla; no existe más que en virtud de una especie de contrato establecido entre los miembros de la comunidad” (Saussure. p. 42), que tiene elementos articulados entre sí, los signos, que comportan dos aspectos uno conceptual que sería el significado y una fónico el significante. Este sistema se signos “carecen de valor si mismos; lo único que importa es el modo que se articulan entre sí. En la lengua sólo existe diferencias y del juego de esas diferencias depende el valor de cada signo” (Belinsky. 2007. p. 25, 26) Definiendo el signo podemos decir que es una entidad de dos caras compuesta por dos partes en que se puede dividir una unidad lexical o palabra. Estas dos partes son el significado y el significante. Hablar del significado es hablar del concepto que se conecta con la otra parte, el significante, este, se asocia al recuerdo auditivo o fonético que se guarda de cualquier palabra y se termina de definir como la imagen acústica de una palabra. De esta manera y gracias a esta posibilidad de contextualizar el signo así, se genera un nuevo sentido al proceso de comunicación en lo que respecta al lenguaje verbal incluyendo ámbito social y psicológico al mismo, a partir de allí el signo posee las siguientes características como son la arbitrariedad, la convencionalidad, la mutabilidad e inmutabilidadentre otras especificidades del mismo IV Volviendo al concepto de inconsciente descubierto por Freud, Lacan lo retorna para ajustarlo conceptualmente y lograr una transmisión más estricta, evitando las dificultades teóricas y prácticas en las que cayeron muchos seguidores del psicoanálisis. Con esa intención ubica que el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje va contra la idea de cierta búsqueda imaginaria de lo inconsciente como algo que se encuentra oculto en cierta profundidad. Centrándose en textos freudianos que argumentan a los sueños, a los lapsus, a los chistes, a los olvidos, a los síntomas, como formaciones del inconsciente este concepto queda asociado a cierta lógica que se desprenden de la lingüística estructural, “…es toda la estructura del lenguaje lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente” (Lacan p. 474) Es el lenguaje que baña a los niños y niñas desde el nacimiento _inclusive antes del mismo_ que determina la razón del inconsciente. “Y también el sujeto, si puede parecer siervo del lenguaje, lo es más aún de un discurso en el movimiento universal del cual su lugar está ya inscrito en el momento de su nacimiento, aunque sólo fuese bajo la forma de su nombre propio” (Lacan, p.475). De esta manera es que Lacan extrae algunas de las referencias de la lingüística y de esta extracción fundamente la lógica inconsciente. De la lectura freudiana del algoritmo de Saussure, Lacan realiza una notación diferente a la propuesta por el liguista siendo el significante (S) lo que se ubica por sobre la barra quedando el significado (s) debajo de la misma. S s A partir de esta escritura definida como algoritmo se habilita a plantear una serie de operaciones ordenadas al estilo de los cálculos algebraicos, en este caso aplicado a la lógica del inconsciente y de su estructura. Para entender esta lógica debemos partir del significante, hay primacía de éste; también podemos decir que en la notación lacaniana no aparece la elipse que brindaba garantías de la unidad del signo. Con Lacan vemos que no se trata de dos inseparables caras del signo, la barra que indicaba relación para Saussure con Lacan indica la separación de dos órdenes diferentes, con estas indicaciones se termina de perder la biunivocidad que las flechas designan. Necesitamos destacar la relevancia de la barra ya no se liga a la idea de relación que se plantea en el signo derivando en la de resistencia que evita el acceso directo a lo inconsciente y que por sobre ella se destaca la primacía significante. Acorde a esta primacía y justificando la noción del significante con el inconsciente Lacan propone el siguiente esquema al modo de representación: Esquema que nos propone por sobre la barra, donde se ubica el significante, dos términos que marcan diferencias de dos puertas que son iguales. En el piso de arriba hay pura diferencia siendo ésta la característica fundamental del significante. Con estos argumentos se certifica que es a partir de la localización de los significantes en el inconsciente, significante ubicado por sobre la barra de las resistencias y que se conecta con otros significantes es que hablamos gracias a Lacan de que el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje. Esta restructuración de signo de Saussure no será la única referencia que tome de la lingüística y que modifique para asociada a los desarrollos freudianos logre una mejor transmisión del psicoanálisis. Otra de las ideas que trabaja es obtenida de los trabajos del lingüista ruso y amigo suyo Roman Jakobson que habla de dos leyes del lenguaje que llama metáfora y metonimia. Con Lacan estas leyes del lenguaje se corresponderán con las del inconsciente como lo fueran la condensación y el desplazamiento planteadas por Freud y mediante las cuales explica el mecanismo por el cual se producen los diversos fenómenos inconscientes _sueños, síntomas, lapsus, chistes, olvidos_. Para Lacan siendo funciones del significante, la metonimia corresponde al desplazamiento y la metáfora a la condensación. Cuando habla de metonimia se plantea el deslizamiento, la concatenación, conexión de los significantes en la cadena, por sobre la barra de la resistencia. Esta conexión es congruente con el mantenimiento de la barra (-) y habilita a que siempre sea posible agregar un significante más. Cuando habla de metáfora se representa la sustitución de un significante por otro en la cadena de desplazamiento, se traspone la barra y cuyo efecto es la emergencia de algo reprimido. Esta transposición de la barra (+) es lo que genera un plus de significación, significación nueva de lo reprimido que surge al modo de formación del inconsciente. V Con este desarrollo, se ajusta la idea de no solo se come porque se tiene hambre y que la estructura del inconsciente con su lógica de lenguaje también afecta esta acción. De esta manera vemos que el acto de alimentarse posee una gran complejidad sobre la que no solo influyen características biológicas y sociales, sino que también intervienen las psicológicas. El inconsciente que demuestra que no hay acciones voluntarias y deliberadas exclusivamente determina esta acción más allá de la conciencia y de la búsqueda de satisfacción. Que en la búsqueda de placer se desplaza el objeto inherente a alimentarse para investir libidinalmente otras zonas y que a partir del leguaje como estructura ayuda a no solo retornar a los plateo freudianos, sino que también a comprender la lógica de alimentarse de los seres humanos. Bibliografía - BELINSKY; Jorge: (2007) Lo imaginario: un estudio. Nueva Visión. - LACAN; Jacques: (1996) Escritos 1. Siglo XXI. - LEMOINE; Eugénie: (1990) La mujer en el psicoanálisis -y otros textos-. Editorial Argonauta. 1990. - MILNER Jean-Claude: (1995) La Obra Clara. Lacan, la ciencia, la filosofía. Ed. Manatiales. - MILNER, Jean-Claude: (2003) El Periplo Estructural. Amorrortu Ediciones. - SAUSSURE, Ferdinand: (2007) Curso de Lingüística General. Editorial Losada