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MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 1 1
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
 
 
 
 
 
 
 
Lectura 3 
 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología 
Clínica: conceptos, métodos y 
práctica. México, D.F: Manual 
Moderno. pp. 81-110. 
 
Métodos De Investigación En Psicología Clínica........................... 2 
Introducción A La Investigación................................................. 2 
Método .................................................................................... 3 
 
UUNNIIDDAADD IIIIII.. 
 
PPEERRFFIILL PPRROOFFEESSIIOONNAALL DDEELL PPSSIICCÓÓLLOOGGOO 
CCLLÍÍNNIICCOO 
 
 
Observación............................................................................. 3 
Observación no sistemática................................................. 3 
Observación naturalista....................................................... 3 
Observación controlada....................................................... 4 
Estudios de caso .................................................................. 4 
Investigación Epidemiológica................................................. 5 
Métodos Correlativos .............................................................. 8 
La Técnica........................................................................... 8 
El problema de la causalidad............................................. 10 
Análisis factorial ............................................................... 10 
Enfoque Longitudinal Contra Tranovergal ........................... 11 
Método Experimental................................................................ 12 
Diseños Entre Intragrupos..................................................... 13 
Validez Interna ...................................................................... 14 
Validez Externa..................................................................... 15 
Investigación Análoga........................................................... 15 
Una nota final ........................................................................ 16 
Diseños De Un Solo Caso ......................................................... 16 
Los diseños ABAB................................................................ 17 
Diseño de línea base múltiple ............................................... 17 
Diseños Mixto ....................................................................... 18 
Investigación Y Ética ................................................................ 20 
Consentimiento Informado.................................................... 20 
Confidencialidad ................................................................... 20 
Eengaño................................................................................. 21 
Información aclaratoria final............................................. 22 
Dat0s Fraudulent0s............................................................ 23 
 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
 UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL 
MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 2 
 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
 UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
2
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA 
 
Durante mucho tiempo el modelo científico-practicante ha sido la 
filosofía prevaleciente en el entrenamiento del psicólogo clínico. Este 
modelo es responsable de estimular el tipo de entrenamiento que ha 
permitido que los clínicos se vuelvan los expertos en investigación, 
dentro de tantos equipos de salud mental. Sin considerar si los clínicos 
se vuelven investigadores o consumidores activos de investigación, los 
métodos de ésta aún son una preocupación central de ambos grupos. 
En este capítulo se presentará una breve revisión de algunos de los 
métodos, estrategias y aspectos principales en investigación clínica. Las 
preguntas específicas de investigación (por ejemplo, estudios sobre 
resultados de terapia) se abordarán después en los puntos apropiados 
dentro del libro. En otros sitios (por ejemplo, Kazdin, 1992; Kendall y 
Butcher, 1982; Sher y Trull 1996) se encontrarán discusiones más 
completas y técnicas acerca de métodos de investigación en psicología 
clínica. 
 Introducción A La Investigación 
 
Alguna vez alguien señaló que una de las principales partes del 
entrenamiento clínico consiste en borrar los conceptos erróneos de los 
estudiantes acerca de las razones por las cuales las personas se 
comportan de la manera en que lo hacen. Por ejemplo, es verdad que: 
 
1) ¿Si los pacientes hablan acerca de suicidio esto significa que no 
lo intentarán? 
2) ¿Liberar a pacientes de los síntomas sin proporcionarles insight, 
indica que dichos síntomas retornarán después de otra manera? 
3) ¿La homosexualidad masculina siempre puede atribuirse a un 
lazo íntimo y cercano con la madre y a una separación del padre? 
4) ¿Las pruebas proyectivas evitan que los pacientes manejen con 
éxito las impresiones que desean transmitir? 
5) ¿Todo lo que se necesita para volverse un buen terapeuta es 
una actitud cariñosa y empática? 
 
Todas las anteriores son creencias comunes que alguna vez tuvieron 
o, de hecho, aún tienen algunas personas, clínicos y legos por igual. 
¿Son verdaderas? Es probable que no, pero la investigación que emplea 
los métodos que se describen en este capítulo puede iluminar acerca de 
estos aspectos. 
La conducta humana es excesivamente compleja, tanto que abundan 
las teorías que la explican. Tantos factores afectan una conducta dada 
en un momento cualquiera y en un lugar cualquiera, que se debe ser 
escéptico acerca de las explicaciones que parecen simples o inevitables. 
De hecho, un escepticismo sano es la fuerza directiva detrás de la bús-
queda de conocimiento del científico o de la búsqueda del clínico de 
modos más efectivos de servir a sus clientes. 
Debido a que las explicaciones fáciles, simples o tradicionales con 
mucha frecuencia son incorrectas o incompletas, se han desarrollado 
métodos cada vez más elaborados para generar explicaciones 
satisfactorias. Se han llegado a emplear mejores métodos para hacer el 
tipo de observaciones sistemáticas de la conducta que puedan 
verificarse públicamente. Estos métodos han cambiado con los años y 
continuarán modificándose en el futuro. En consecuencia, no existen 
métodos científicos inevitables o perfectos. Pero de alguna manera, las 
ideas, hipótesis o corazonadas deben establecerse con claridad y 
precisión, a fin de que otros observadores puedan someterlas a prueba. 
Sólo son satisfactorias las ideas que se expresan de modo que se ofrece 
una oportunidad clara para la refutación. 
La investigación tiene varios propósitos. Primero que nada, permite 
que escapemos del reino de la pura especulación o de apelar a la 
autoridad. Por ejemplo, no sólo se afirma que la terapia cognoscitiva-
conductual funciona; se conduce el tipo de investigación que demostrará 
su efectividad o falta de ésta. Las preguntas se discuten en el foro de la 
observación objetiva y verificable públicamente. A la larga, estos 
procedimientos son mejores vehículos para aclarar las problemáticas 
que tan sólo apelar a la razón. Estos procedimientos de investigación 
permiten la acumulación de datos, establecimiento de la existencia de 
relaciones, identificación de causas y efectos y generación de principios 
detrás de estos datos y de relaciones. 
La investigación también permite ampliar y modificar las teorías, así 
como establecer su eficiencia y utilidad. Existe una relación íntima entre 
teoría e investigación,en cuanto a que la primera estimula y guía la 
investigación que se realiza. Pero, en sí misma, sufre modificaciones a 
partir de los resultados de investigación. Por ejemplo, Aaron Beck, un 
pionero en el estudio de la depresión, observó hace muchos años que es 
frecuente que los pacientes deprimidos exhiban características de 
personalidad que podrían categorizarse en uno de dos tipos: 
MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 3 3
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
sociotrópicos (con una excesiva dependencia social) y autónomos 
(extremadamente orientados hacia los logros). De inicio, Beck propuso 
que los rasgos sociotrópicos o autónomos extremos predisponen al 
individuo a la depresión. Sin embargo, la investigación subsecuente no 
prestó apoyo a estas proposiciones. Los investigadores encontraron que 
había individuos que presentaban extrema sociotropía o extrema 
autonomía, pero que en la actualidad no estaban deprimidos. Estos 
resultados desafiaron la teoría inicial de Beck y condujeron a una 
reformulación de cómo podrían relacionarse la personalidad y la 
depresión. La teoría revisada, denominada hipótesis de congruencia, 
propone que la interacción del estilo de personalidad (sociotrópica o 
autónoma) y la experiencia de eventos vitales negativos relacionados en 
forma temática, es lo que conduce a la depresión (Beck, 1983). En 
términos específicos, esta teoría pronostica que una persona 
sumamente sociotrópica que experimenta fracasos en las relaciones (es 
decir, eventos muy notables para una persona con alto nivel de 
dependencia) se deprimirá, mientras que esto no necesariamente es 
cierto para individuos con alto nivel de autonomía, porque los eventos 
negativos de este tipo están menos relacionados con sus necesidades 
primarias. En otras palabras, los eventos vitales negativos deben ser 
congruentes con el propio estilo de personalidad a fin de que la 
depresión se desarrolle. En general, los resultados han prestado un 
mayor apoyo a la teoría revisada de Beck (por ejemplo, Bartelstone y 
Trull, 1995; Robins, 1990). 
Este ejemplo sirve para ilustrar la forma en que la investigación 
puede moldear las teorías en una especie de sistema de realimentación-
circuito cerrado. Por supuesto, la razón última de la investigación es 
incrementar la capacidad de los psicólogos clínicos para predecir y 
comprender la conducta, sentimientos y pensamientos de sus clientes. 
En última instancia, sólo una mejor investigación permitirá que los 
clínicos intervengan de manera más sabia y efectiva en su beneficio. 
Método 
Como ya se mencionó, existen muchos métodos de investigación y 
cada uno posee ventajas y limitaciones distintas. Por tanto, ningún 
método por sí solo responderá todas las preguntas de manera definitiva. 
Pero juntos, una variedad de métodos pueden ampliar significativamente 
la capacidad de comprensión y predicción. 
Observación 
 
La observación es, entre todos, el método de investigación más 
básico y generalizado que estudia a fondo la conducta. Los enfoques 
experimental, de estudio de caso y naturalista implican el acto de 
observar lo que alguien hace o ha hecho. 
 
Observación no sistemática 
La observación informal tiene poco significado en sí misma para el 
establecimiento de una base firme de conocimiento. Sin embargo, es a 
través de esta observación que se desarrollan hipótesis que pueden, en 
un momento dado, someterse a prueba. Por ejemplo, supóngase que un 
clínico observa en varias ocasiones diferentes que cuando un paciente 
lucha o tiene dificultad con un reactivo específico en una prueba de 
rendimiento, el efecto parece abarcar al siguiente reactivo y afectar en 
forma adversa al desempeño. Esta observación lo conduce a formular la 
hipótesis de que la ejecución podría mejorarse al asegurarse de que a 
cada reactivo fallado le siga uno fácil en el cual sea probable que el 
paciente tenga éxito. Esto debería ayudar a aumentar la confianza del 
sujeto y con ello mejorar la ejecución. El clínico podría entonces aplicar 
una versión experimental de la prueba de rendimiento, en la que a los 
reactivos difíciles les sigan reactivos fáciles, para someter a prueba esta 
predicción. Como ilustra este ejemplo, sería relativamente fácil 
desarrollar un estudio en el que se probara esta hipótesis en una 
muestra representativa de clientes. 
 
Observación naturalista 
Aquí las observaciones son más sistemáticas y rigurosas. Éstas se 
llevan a cabo en ambientes reales, pero no son ni informales ni sin 
dirección; se planean cuidadosamente de antemano. Sin embargo, el 
observador no ejerce control real y está, en mucho, a merced de los 
eventos que fluyen con libertad. Así, no se puede tener la seguridad de 
qué tanto podrá generalizarse a otras personas o situaciones. En 
algunos casos, incluso es posible que en medio de la observación o del 
registro de respuestas, el observador pueda interferir sin su 
conocimiento en los eventos bajo estudio. 
Un ejemplo de un estudio que utiliza el método de observación 
naturalista podría implicar una investigación de la conducta del paciente 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
 UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
en un hospital psiquiátrico. Quizás un pabellón particular de este hospital 
se compone de pacientes que están ese día programados para un 
tratamiento con terapia electroconvulsiva (TEC). El trabajo de un clínico 
es enfocarse en 10 pacientes y observar a cada uno durante dos 
minutos cada media hora. Se podrían obtener datos interesantes acerca 
de las reacciones de los sujetos antes de la TEC. Pero ¿con sólo 10 
pacientes de este hospital particular se pueden hacer generalizaciones? 
¿Las reacciones de estos enfermos son similares a las de aquellos en 
otros hospitales o unidades donde la atmósfera general puede ser 
diferente? O ¿los pacientes estaban conscientes de la presencia del 
observador y pudieron haber alterado sus reacciones normales a fin de 
impresionarlo de alguna manera? 
En ocasiones, los investigadores comprometidos con métodos 
experimentales más rigurosos condenan la observación naturalista al 
considerarla demasiado poco controlada. Pero con frecuencia éste 
parece ser un juicio injusto. Como en el caso de la observación no 
sistemática, este método puede servir como una fuente rica de hipótesis 
que pueden someterse a un posterior escrutinio cuidadoso. Las 
observaciones naturalistas acercan a los investigadores a los fenómenos 
reales que les interesan. Estas observaciones evitan la artificialidad y 
naturaleza restringida de muchos ambientes experimentales. ¡Y, 
después de todo, allí está Freud! Sin considerar que se esté en favor o 
en contra de la teoría psicodinámica, sus habilidades de observación 
clínica eran muy impresionantes. Freud utilizó sus propias capacidades 
de observación para construir una de las teorías más generales y de 
mayor influencia en la historia de la psicología clínica. Es de igual 
importancia recordar que Freud no tenía pruebas objetivas, programas 
de computadora, ni métodos experimentales complicados. Lo que sí 
poseía era la capacidad para observar, interpretar y generalizar de una 
manera por demás asombrosa. 
Observación controlada 
Para enfrentar en parte las críticas anteriores acerca de las 
observaciones no sistemática y naturalista, algunos investigadores 
clínicos emplean la observación controlada. Aunque la investigación se 
puede llevar a cabo en el campo o en ambientes relativamente 
naturales, el investigador continúaejerciendo cierto grado de control 
sobre los eventos. La observación controlada tiene una larga historia en 
la psicología clínica. Por ejemplo, una cosa es hacer que los pacientes le 
cuenten a sus terapeutas sus temores o que marquen reactivos en un 
cuestionario. Sin embargo, Bernstein y Nietzel (1973) estudiaron la 
naturaleza de la fobia a las serpientes, al colocar a los participantes de 
un estudio en presencia de serpientes verdaderas y después variar la 
distancia entre el participante y la serpiente. Esto les permitió obtener un 
discernimiento verdadero acerca de la naturaleza de las reacciones de 
los participantes. Mathews y Canon (1975) estudiaron los efectos del 
ruido sobre la conducta de ayuda. Pero no lo hicieron en un laboratorio 
psicológico estéril sino en un vecindario real. A medida que un 
participante potencial pasaba por la calle, un asistente del 
experimentador operaba una muy ruidosa cortadora de césped o sólo se 
reclinaba sobre ella en silencio. Al mismo tiempo, otro dejaba caer una 
pila de libros sobre la acera. Mientras sucedía esto, 50% de los sujetos 
ayudaron a recoger los libros cuando no había ruido, pero solo 12.5% de 
ellos lo hicieron mientras funcionaba la cortadora. 
Estudios de caso 
El método de estudio de caso implica el estudio intensivo de un 
cliente o paciente, quien está en tratamiento. Bajo el encabezado de 
estudios de caso se tiene material de entrevistas, respuestas a pruebas 
o informes de tratamiento. También puede haber datos biográficos y 
autobiográficos, cartas, diarios, historias clínicas, historias médicas, 
etcétera. Entonces, los estudios de caso involucran el estudio y 
descripción a fondo de una persona. Estos estudios han sido durante 
mucho tiempo los métodos más importantes en el estudio de la conducta 
anormal y en la descripción de métodos de tratamiento. Su gran valor 
reside en su riqueza como fuentes potenciales de comprensión y como 
generadores de hipótesis. Pueden servir como preludios excelentes a la 
investigación científica (véase apartado 4-1). Sin tomar en cuenta qué 
tan importantes puedan ser los experimentos, los listados de 
computadora o las normas estadísticas, nunca se debe descuidar el 
tomar en consideración casos de tratamiento reales. 
 
Apartado 4—1 
Lo que los estudios de caso pueden explicar acerca de las fobias y 
traumas tempranos 
 
1. Las fobias son temores irracionales que están fuera de proporción 
con cualquier peligro real para el individuo. Muchos teóricos del 
aprendizaje creen que las fobias especificas se adquieren 8 través de 
condicionamiento clásico. Con frecuencia estos teóricos citan, coma; 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
experimento prototiploo, el estudio clásico de Watson y Rayner (1920) 
con el pequeño Albert. Ce condicionó a Albert a temer a las ratas 
blancas asociando un ruido fuerte y displaoentero con cada ocasión en 
que comenzaba a jugar con une de ellas. A través de varios ensayos, 
Albert desarrolló lo que parecía una verdadera fobia a lea ratee y a 
objetos peludos similares. 
Sin embargo, Davison yNeale (1998) han señalado que, a pesar de lo 
que le teoría del aprendizaje parece enseñar, los informes a historias 
clínicas no prestan apoyo al modelo del pequeño Albert. Mientras que 
algunas fobias específicas se desarrollan de esa manera, en general 
ocurren sin ninguna experiencia atemorizante previa con la ecuación. 
Los individuos que temen a elevadores, serpientes o lugares altos rara 
vez comunican una temprana experiencia negativa con estos lugares o 
cosas. Ni siquiera es claro que la investigación acerca de fobias 
específicas ea nave a cabo en entornos sufolentementa reales como 
para que los investigadores puedan afirmar que el laboratorio se 
asemeja a la vida real 
2. Todo mundo «sabe» que es probable que el trauma en la 
temprana infancia predisponen a le persona a la infelicidad y el frecen. 
Tómese el siguiente: 
Una niña poco atractiva y carente de gracia, cuya madre favorece s 
sus dos hermanos menores: la molesta en forma constante, lo cual crea 
sentimientos de vergüenza y de cuando la niña apenas tenía nueve años 
de edad, dejándola bajo el cuidado de una abuela quien la mantuvo 
alejada de otros niños y la privó de le mayor parte de su infancia: estaba 
fan sola que sus únicos interesas eran la lectura, la ensoñación y 
caminar. 
Esta persona debe estar destinada al fracaso, a problemas 
emocionales o quizá a volverse una inadaptada social (Whife, 1978). 
Pero, como White pregunporWhite te con iuía, La quién estamos desiendo? 
No es otra que Eleanor Reveit, descrita como "campeona de los Pobres 
y loe oprimidos: finalmente (se volvió) presidenta [sicj del comité que 
decretó la Declaración de loe Derechos Humanos de Naciones Unidas" 
(White, 19771, 1978, página 522). 
Con el transcurso de los años, muchos estudios de caso han influido 
en el establecimiento de nuestra comprensión acerca de los fenómenos 
clínicos. Algunos de los ejemplos más famosos y clásicos incluyen: 
 
El Caso Dora (Freud, 1905/1953b): explica el concepto de la 
resistencia a la terapia. El Caso del pequeño Hans (Freud, 1909/1955): 
aumentó la comprensión con respecto a la psicodinamia de las fobias. 
Las tres caras de Eva (Thigpen y Cleckley, 1957): delineó la 
anatomía de la personalidad múltiple. 
The Mask of Sanity (Cleckley, 1964): proporcionó informes detallados 
de las vidas de psicópatas. 
Casos en modificación de conducta (Ullman y Krasner, 1965): 
demostraron la eficiencia de tratamientos conductuales con casos 
individuales. 
 
Es poco probable que algo reemplace al estudio de caso, como una 
manera de ayudar a los clínicos a comprender a ese paciente único que 
se sienta ante ellos. Como discutió Allport (1961) de modo tan 
apremiante, debe estudiarse a los individuos individualmente. Sin 
embargo, existe, por supuesto, un inconveniente de los métodos de 
estudio de caso. Por ejemplo, es difícil utilizar casos individuales para el 
desarrollo de leyes universales o principios conductuales que se 
apliquen a todos. De la misma manera, un estudio de caso puede no 
conducir a conclusiones causaefecto debido a que, en general, los 
clínicos no tienen control sobre variables importantes que han operado 
en ese caso. Por ejemplo, un paciente puede beneficiarse en gran 
medida de la terapia psicodinámica, pero esto puede tener menos que 
ver con el método de terapia que con las características de personalidad 
de esa persona. Sólo la investigación controlada subsecuente puede 
establecer las causas exactas —o los factores que influyen— del 
cambio. 
Se puede concluir esta discusión concordando con Davison y Neale 
(1996), quienes afirman que los estudios de caso han sido de especial 
utilidad para: proporcionar descripciones acerca de fenómenos poco 
comunes, extraños o novedosos, métodos característicos de entrevista, 
evaluación o tratamiento de pacientes; desconfirmar información "uni-
versalmente conocida" o aceptada; y generar hipótesis que se puedan 
someter a prueba (apartado 4-2.) 
 Investigación Epidemiológica 
 
Epidemiología se refiere al estudio de la incidencia, ocurrencia y 
distribución de una enfermedad o dolencia en una población dada. 
Varios términos son de uso común en epidemiología. Incidencia se 
refiere a la tasa de nuevos casos de la enfermedad que se desarrollan 
dentro de un periodo dado, mientras que frecuencia se refiere a la tasa 
general de casos —viejos o nuevos— dentro de un periodo dado. La 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
incidencia proporciona cierta impresión de si la tasa de nuevos casos de 
la enfermedad o trastorno está en aumento (por ejemplo, ¿la tasa de 
nuevos casos de SIDA aumentó este año en comparación con el año 
pasado?). Por otro lado, las tasas de frecuencia estiman el porcentaje de 
la población objeto de estudio que está afectada por la enfermedad o 
trastorno. Por ejemplo, la tasa de frecuencia de la esquizofrenia en el 
curso de la vida se estima en 1%, lo cual sugiere que los miembros de la 
población general tienen una posibilidad en 100 de desarrollar el 
trastorno a lo largo de su vida. 
En términos históricos, la epidemiología se ha asociado más con la 
investigación médica diseñada para comprender y controlar las 
principales enfermedades epidémicas, como el cólera y la fiebre 
amarilla. Un aspecto central de este método es el simple conteo de 
casos. La expectativa es que el análisis de la distribución de casos en 
una comunidad o región y el descubrimiento de las características de los 
individuos o grupos afectados, explicará algo con respecto a las causas 
de una enfermedad particular y de los métodos mediante los cuales se 
esparce. Además, los métodos epidemiológicos pueden ser muy 
importantes en la identificación de grupos de individuos en riesgo. 
 
 
 
Apartado 4—2 
Generación de hipótesis a partir de terapia 
El caso de Karl D. se describió por primera vez en Pilares (1976). Karl 
era un veterano soltero, referido a la clínica para pacientes externos de 
la Administración de Veteranos. No le tomó mucho tiempo al terapeuta 
darse cuenta de que los problemas de Karl no eran de la variedad 
neurótica típica. No estaban presentes síntomas neuróticos clásicos, 
bien definidos. Karl estaba un poco ansioso o, en ocasiones, deprimido, 
pero su princi¬pal problema parecía ser una falta casi total de 
habilidades interpersonales y sociales. No tenía un empleo y vivía de su 
pequeña pensión del gobierno, junto con el apoyo que pudiera prestarle 
su madre. Aparte de su madre, con quien vivía, en raras ocasiones 
interactuaba con nadie excepto, quizás, para comprar cigarrillos u 
obtener cambio de un desinteresado chofer de autobús. Realmente no 
tenía amigos. 
Entonces, la terapia no se volvió un proceso de descubrimiento, 
orientado al insighf, sino un proceso de enseñanza. La meta se volvió 
enseñarle a Karl a obtener un trabajo, asistir a la escuela nocturna a 
aprender un oficio e inculcarle al menos unas cuantas habilidades 
sociales básicas. El foco de atención se centró en encontrar un empleo, 
conservarlo, hablar con una mujer y conseguir su interés. Hora tras hora 
de la terapia se ocupaba en estas tareas, pero el progreso era lento. 
No era que Karl no pudiera comprender o que no tuviera el menor 
interés o, inclu¬sive, que estuviera reacio a intentar las habilidades 
recientemente aprendidas; la dificul¬tad era que aun cuando intentaba 
una nueva conducta y tenía éxito, éste parecía tener poco efecto sobre 
su subsecuente conducta. Esto era realmente extraño. Los psicólogos 
aprenden pronto que, dadas condiciones similares, el reforzamiento 
fortalece el potencial de ocurrencia futura de la conducta reforzada. 
Pero eso no ocurría con Karl. La ocurrencia del reforzamiento parecía 
tener poco efecto en elevar las expectativas de que la conducta 
funcionara de nuevo. Karl casi parecía desear ser la excepción singular 
a la regla principal de la teoría del aprendizaje: fique el reforzamiento 
aumenta la fortaleza del hábito! 
El terapeuta y sus asesores se sintieron confundidos con esto durante 
meses. Por ejemplo, después de solicitar un empleo y obtenerlo, la 
confianza de Karl no aumentaba del todo. En lugar de ello, atribuía su 
éxito a la suerte y no a sus propios esfuerzos. A éste le siguieron otros 
episodios similares. Después de que el terapeuta lo instó en muchas 
ocasiones, Karl invitó a salir a una compañera de trabajo. Ella aceptó. 
Pero, de nuevo, Karl simplemente volvió a repetir que su buena suerte 
era la responsable, 
 
Finalmente, el terapeuta decidió que quizás Karl creía que la ocurrencia 
del reforzamiento estaba fuera de su control personal. De ser así, la 
incapacidad del éxito para aumentar su confianza comenzó a tener 
sentido. Karl no estaba respondiendo en contra de la teoría del 
aprendizaje. En lugar de ello, la conceptuación del terapeuta había sido 
incompleta; un reforzamiento imprimirá una conducta, pero sólo cuando 
ésta se considera relacionada de manera causal.con el reforzamiento 
subsecuente. Karl creía responsable al azar y no a sus habilidades 
personales, y, bajo condiciones aleatorias, cuando uno recibe 
recompensa, no existen implicaciones para el futuro. Así, parecía 
haberse resuelto el enigma de la conducta de Karl. 0, al menos, se 
había formulado una importante hipótesis. 
De hecho, se requería una gran cantidad de investigación empírica. 
Rolo después de algunos años de investigación empírica se pudo 
verificar la utilidad de la hipótesis del azar contra la habilidad. Este 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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campo general de investigación se llegó a conocer como control 
Interno-externo (Rotter, 1966), o como locue de control. 
 
Un buen ejemplo de investigación epidemiológica es el estudio 
Tabaquismo y salud (Surgeon General, 1964). Esa investigación vinculó 
el tabaquismo con el cáncer pulmonar mediante los métodos sencillos de 
conteo y correlación. Aunque hubo un gran debate acerca de si el 
tabaquismo causaba cáncer pulmonar, hubo relaciones y asociaciones 
definitivas entre tabaquismo y cáncer pulmonar (por ejemplo, cerca de 
90% del cáncer pulmonar en varones se asoció con tabaquismo y la 
cantidad de cigarros y duración del tabaquismo se correlacionaron 
positivamente con la probabilidad de cáncer). Es verdad que, con fre-
cuencia, la investigación epidemiológica sugiere la posibilidad de 
causalidad múltiple (esto es, pueden estar presentes varios factores 
antes de que ocurra la enfermedad, o, entre mayor sea el número de 
factores asociados que estén presentes, mayor será el riesgo de 
enfermedad). Es igualmente cierto que las correlaciones obtenidas 
sugieren causas más que probar de modo definitivo la causalidad. Sin 
embargo, no se tienen que conocer todos los antecedentes de las 
causas antes de que se emprendan pasos preventivos. Así, tal vez no se 
tenga la seguridad de que el tabaquismo causa cáncer o se puede creer 
que alguna predisposición heredada interactúa con el tabaquismo para 
producir cáncer. Sin embargo, se sabe que grupos de varones que ha 
dejado de fumar reducen su riesgo de cáncer pulmonar. 
Como otro ejemplo, varios estudios en el campo de la enfermedad 
mental han señalado la relación entre la esquizofrenia y, ya sea, la clase 
socioeconómica o los factores de desorganización social (Fans y 
Dunham, 1939; Hollingshead y Redlich, 1958). De nuevo, aunque estos 
resultados difícilmente transmiten la esencia de la esquizofrenia, sí dan 
cuenta de los principales factores asociados con su frecuencia. Armados 
con esta información, los clínicos pueden identificar a las personas cuya 
vulnerabilidad potencial a la esquizofrenia es alta y pueden establecer 
programas especiales que proporcionarán evidencia diagnóstica 
temprana del brote en estos individuos o pueden instituir programas de 
tratamiento que con facilidad estarán a la disposición de pacientes 
esquizofrénicos potenciales. 
Gran parte de la investigación epidemiológica se basa en encuestas o 
entrevistas, pero los datos pueden estar sujetosa problemas de 
confiabilidad y validez. Es decir, ¿cómo se definirá un problema de salud 
mental y, habiéndolo hecho, dónde se localizan los casos para 
contarlos? Verificar sólo clínicas y hospitales implica ignorar otros 
lugares posibles. Estas dificultades aumentan cuando nos interesamos 
en formas más leves de trastornos. En efecto, se necesitan métodos 
objetivos para definir y medir un problema. Entonces se necesitan 
procedimientos de encuesta que permitan estimar la incidencia o 
frecuencia real del problema y no sólo localizar aquellos casos que ya 
están bajo tratamiento o que se han identificado a sí mismos mediante la 
búsqueda de tratamiento. Se necesita una muestra residencial, cuadra 
por cuadra o área por área, y no sólo en clínicas, hospitales e 
instituciones. 
Otro problema potencial con los datos de encuestas es que las 
personas que responden pueden verse atrapadas en la necesidad de 
decir aquello que es correcto. Pueden tener el deseo de informar sólo de 
cosas socialmente aceptables y de negar otras experiencias, menos 
deseables en sentido social. Por ejemplo, una persona puede no estar 
dispuesta a admitir la experiencia de graves síntomas de psicopatología 
(como alucinaciones auditivas) debido a que le avergüenzan. 
Además, se puede pedir a algunos participantes que recuerden cosas 
que ocurrieron hace muchos años. Estos datos retrospectivos pueden 
estar sujetos a todo tipo de distorsiones, omisiones o adornos. Por 
ejemplo, un reciente estudio (Henry, Moffitt, Caspi, Langley y Silva, 
1994) encontró que individuos de 18 años de edad, a quienes se había 
evaluado de manera regular desde el nacimiento, no eran 
particularmente precisos en sus informes retrospectivos acerca de 
ciertos tipos de experiencias de la infancia (por ejemplo, conflictos 
familiares, sus propios síntomas de depresión o ansiedad o su propio 
nivel de hiperactividad). Estos hallazgos son dignos de mención debido a 
que, con frecuencia, los psicólogos clínicos piden este tipo de 
información retrospectiva a sus clientes o participantes en investigación. 
La cuestión aquí es que se debería intentar evaluar a nuestros clientes y 
participantes en investigación en el momento de interés y no depender 
en forma exclusiva de informes retrospectivos. 
Recientemente se han llevado a cabo varios estudios 
epidemiológicos a gran escala, con firmes bases metodológicas, acerca 
del trastorno mental. Por ejemplo, Kessler y colaboradores (1994) 
aplicaron una entrevista diagnóstica estructurada a una muestra de pro-
babilidad a nivel nacional en Estados Unidos a fin de obtener estimados 
de la frecuencia a 12 meses y durante el curso de la vida de una 
variedad de trastornos mentales. Algunos de estos resultados aparecen 
en el cuadro 4-1. Aquello que produce interés son las diferencias en 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 8 8
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
tasas de frecuencia a lo largo de la vida entre varones y mujeres para 
algunos trastornos, pero no para todos. Los varones tienen mayor 
probabilidad que las mujeres de recibir diagnósticos de trastorno por uso 
de sustancias o de trastorno de personalidad antisocial, mientras que los 
diagnósticos de trastornos del estado de ánimo y de trastorno de 
ansiedad son más frecuentes entre las mujeres. A partir de estos datos, 
se puede concluir que los varones parecen estar en un mayor riesgo 
para una variedad de trastornos por uso de sustancias que las mujeres. 
Por tanto, ser varón es un factor de riesgo para estos trastornos. Los 
factores de riesgo no se limitan necesariamente al género, sino que tam-
bién pueden incluir otras características sociodemográficas (por ejemplo, 
nivel socioeconómico, edad, residencia urbana contra rural y demás). 
 
 
 
FUENTE: De "Lifetime and 12-month Prevalence of DSM-III-R Psychiatric Disorders in 
the United States: Resulta-dos de la National Comorbidity Survey', de R. C. Kessler y col., 
1994, Archives of General Psychiatry, 51, 8-19. Copyright 1994 American Medical 
Association. Adaptado con autorización. 
 
Métodos Correlativos 
Se acaba de ver que la epidemiología depende con frecuencia de 
métodos correlativos, debido a que este campo evalúa los correlatos —
es decir, factores de riesgo— de la enfermedad o trastorno. Ahora se 
centrará la atención de manera específica en estos métodos. Las 
técnicas correlativas permiten determinar si la variable x se relaciona con 
la variable y. Por ejemplo, ¿cierto patrón de puntuaciones en una prueba 
de inteligencia se relaciona con categorías diagnósticas psiquiátricas 
específicas? ¿Las características particulares de un paciente se 
relacionan con los resultados de terapia? ¿La depresión se relaciona con 
el género? 
La Técnica 
A fin de correlacionar dos variables, primero deben obtenerse dos 
conjuntos de observaciones. Por ejemplo, supongamos que se aplican 
dos pruebas a 10 participantes del estudio. Una prueba mide ansiedad y 
la otra mide una creencia en el control personal. Estos datos hipotéticos 
se muestran en el cuadro 4-2. Cuando estos datos se correlacionan, el 
resultado es un coeficiente de correlación, que en este caso es de +.76, 
indicando una fuerte relación positiva. A medida que incrementan las 
puntuaciones de ansiedad, aumentan también las puntuaciones en la 
creencia en un control externo, lo cual significa que la ansiedad y los 
sentimientos de falta de control están relacionados. 
El coeficiente producto-momento de Pearson es un índice 
comúnmente usado para determinar el grado de relación entre dos 
variables. Esta se simboliza con r, que puede variar desde -1.00 hasta 
+1.00. Una r de + 1.00 denota que las dos variables se relacionan 
perfecta y positivamente. Una r de -1.00 indica una perfecta relación 
negativa. La r de +.76 de los datos en el cuadro 4—2 significa una 
relación alta, pero menos que perfecta. En la figura 4—1 se muestra un 
diagrama de dispersión de los puntos de los datos para las dos variables 
del cuadro 4—2. Cada punto corresponde a las puntuaciones de un 
participante tanto en ansiedad como en control. Así, el punto de datos 
más cercano al extremo inferior izquierdo son los datos de Ralph 
(ansiedad = 4; control = 2). La figura 4—2 presenta los diagramas de 
dispersión para diversas correlaciones. 
 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
 
 
 
 
 
 
Entre más cercano se esté a una relación perfecta, más parecidos a 
una línea recta serán los puntos de los datos. A medida que r se 
aproxima a cero (ninguna relación) los datos se distribuirán en una forma 
casi aleatoria alrededor de una línea recta. 
Significación estadística contra significación práctica 
Después de que se calcula un coeficiente de correlación, se puede 
determinar si el número obtenido es significativo. Tradicionalmente, si se 
encuentra que la expectativa de ocurrencia aleatoria de la correlación 
obtenida (o un valor más extremo) es menor de cinco veces entre 100, 
se considera estadísticamente significativa. Se dice que esta correlación 
es significativa al nivel del .05, lo cual por lo generalmente se escribe 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Para profundizaren este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
como p < .05. Por supuesto, entre mayor sea la correlación, es más 
probable que sea significativa. Pero cuando participan grandes números 
de participantes, aun correlaciones relativamente pequeñas pueden ser 
significativas, es decir, con 180 participantes una correlación de .19 será 
significativa; sin embargo, cuando participan sólo 30 sujetos, una 
correlación de .30 puede no ser significativa. 
Por tanto, es importante distinguir entre significación práctica y 
estadística. La correlación de .19 puede ser significativa, pero la 
magnitud de la relación es aún bastante modesta. Por ejemplo, puede 
ser cierto que en un estudio en el que participan 5000 estudiantes del 
segundo año de posgrado en psicología clínica, en todo EE.UU., exista 
una correlación de .15 entre sus puntuaciones en la GRE y las 
calificaciones del cuerpo docente en cuanto a capacidad 
académica.Aunque la relación no es aleatoria, la importancia real es 
bastante pequeña. Gran parte de la variación en las calificaciones del 
cuerpo docente se debe a factores diferentes a las calificaciones en la 
GRE. En algunos casos, una correlación de .15 se considera importante, 
pero en muchas situaciones no lo es. También se debe recordar que los 
niveles de significación de .05 para aceptación de no aleatoriedad 
representan un tipo de tradición científica; sin embargo, no son 
sagrados. En ciertos casos otra información puede persuadir a algunos 
investigadores que los niveles de significación de .07 o de .09 deben ser 
tomados en serio. 
 
El problema de la causalidad 
Como se señaló antes, en el caso de la investigación epidemiológica, 
los métodos correlativos pueden fracasar en la cuestión causa-efecto. 
No importa qué tan lógico parezca, no se puede, con base sólo en una 
correlación, afirmar que una variable es causa de otra. Por ejemplo, 
supóngase que un investigador descubre que existe una correlación 
entre el diagnóstico de esquizofrenia y la presencia de niveles elevados 
del neurotransmisor dopamina en el sistema nervioso central. ¿Esto 
significa que los niveles excesivos de dopamina causan la esquizofrenia 
o, por el contrario, que la experiencia de un episodio de esquizofrenia 
resulta en cambios en los niveles de dopamina? Quizás el verdadero 
culpable sea una tercera variable. Por ejemplo, muchos pacientes con 
esquizofrenia tienen una larga historia de tomar fármacos psicoactivos 
(por ejemplo, uso a largo plazo de anfetaminas). Es de suponer que tal 
uso a largo plazo podría afectar los niveles de neurotrasmisor; por tanto, 
el investigador debe evitar suponer que una variable causa a la otra, 
dado que siempre es posible que participe una tercera variable no 
medida. 
Un ejemplo clásico del problema de la tercera variable es la 
observación de que los índices de criminalidad se correlacionan en 
forma significativa con el número de iglesias y sinagogas en una 
comunidad. ¿Significa esto que la religión es causa de la criminalidad? 
No. La tercera variable que se ha descuidado en este ejemplo es el 
índice de población. Tanto el índice de criminalidad como el número de 
iglesias y sinagogas se correlacionan en sentido positivo con el índice de 
población y se correlacionan entre sí porque ambas aumentan a medida 
que incrementa la población. 
Por supuesto, los métodos correlativos pueden demostrar que una 
hipótesis causa-efecto no es válida. Si la expectativa es que la variable a 
causa a la variable b, se debe al menos demostrar que están 
correlacionadas. El fracaso para obtener una relación significativa 
contradice con toda seguridad a la hipótesis. Mientras que no se pueden 
hacer inferencias causales a partir de los coeficientes de correlación, 
esto no quiere decir que no existan relaciones causa-efecto en un caso 
dado, pero estas relaciones se deben demostrar a través de métodos 
adicionales de investigación (a discutirse después). Existen métodos de 
investigación que pueden ayudar a invalidar el problema de causalidad, 
por ejemplo, equiparar a los participantes con base en otras variables 
que pueden estar contribuyendo a la relación obtenida o a través de 
métodos longitudinales que estudien las variables antes de que se 
desarrolle un trastorno dado. Pero éstos son, a menudo, procedimientos 
engorrosos y caros y, por tanto, se les emplea con menor frecuencia. 
En ocasiones el investigador se ve forzado a utilizar métodos 
correlativos porque, debido a consideraciones éticas o prácticas, no 
puede manipular ciertas variables como edad, sexo, estado civil u orden 
del nacimiento. Por ejemplo, no puede entrenarse a alguien para 
cometer un homicidio a fin de estudiar los efectos de la personalidad en 
la violencia. Ciertas cosas se pueden estudiar sólo al observar sus 
ocurrencias; crearlas no es una alternativa aceptable. 
Análisis factorial 
Este método se deriva de la estrategia correlativa. El análisis factorial 
es una manera de analizar, al mismo tiempo, las interrelaciones de un 
número de variables. Es un método estadístico que utiliza muchas 
correlaciones independientes a fin de determinar cuál variable cambia en 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
consonancia y, por ello, se puede considerar relacionada en términos 
funcionales. La idea es que cuando las variables cambian juntas, deben 
tener algún elemento en común que subyace a su relación. 
Considérese el siguiente ejemplo (Phares, 1991). Supóngase que se 
intenta identificar los elementos básicos de lo que se llama "habilidad 
clínica". Primero, se pide a un jurado que seleccione a 100 clínicos que 
se conocen por su excelentes antecedentes al proporcionar servicios 
expertos. Entonces, se aplica un gran número de pruebas que se cree 
que evalúan una variedad de habilidades y logros clínicos. Después, se 
correlaciona cada una de estas pruebas con las demás. Esto 
proporciona una matriz de correlación en la que se presentan las 
correlaciones entre todos los posibles pares de pruebas. La matriz en la 
que se anotan las correlaciones hipotéticas se muestra en el cuadro 4-3. 
Supóngase que se utilizaron sólo siete pruebas de la siguiente manera: 
A = Prueba de Cl. 
B = Prueba de rendimiento matemático. 
C = Prueba de razonamiento espacial. 
D = Prueba de razonamiento analítico. 
E = Medida de empatía. 
F = Medida de adaptación personal. 
G = Medida de altruismo. 
Al estudiar la matriz de correlación, surge un patrón interesante. Las 
medidas A, B, C y D muestran una fuerte relación positiva (correlaciones 
que van desde .70 a .80). Al mismo tiempo, E, F y G también se 
correlacionan en gran medida entre sí (correlaciones que van desde .75 
hasta .85). Pero virtualmente no existe relación entre el grupo E, F, G y 
el grupo A, B, C, D (por ejemplo, A y E = .15, B y F = .10, D y G = .12). 
Estos patrones indican que A, B, C y D parecen medir una dimensión 
subyacente similar, o factor. De igual modo, E, F y G pertenecen juntas, 
lo cual sugiere una segunda dimensión subyacente. En efecto, el análisis 
factorial hace en términos estadísticos, con grandes matrices de 
correlación, lo que aquí se hace mediante la inspección de las 
correlaciones en las siete medidas. Si se tuvieran 200 medidas, la simple 
inspección sería una tarea imposible. 
A partir del ejemplo anterior parecería que participan dos factores o 
dimensiones. Se les podría llamar X (derivado de las correlaciones entre 
A, B, C y D) y Y (derivado de E, F y G). Juntos, estos dos factores 
explican las relaciones significativas en la matriz. En términos generales 
se le da un nombre a dichosfactores. Con frecuencia ésta es una 
decisión sumamente inferencial que en ocasiones puede conducir a 
problemas de comunicación, dado que los nombres que se eligen a 
veces trasmiten información que es diferente de aquella que se intentó 
trasmitir en un principio. Sin embargo, en nuestro ejemplo, ya que en el 
Factor X participan A, B, C y D, quizás se podría elegir el nombre de 
"capacidad intelectual". El Factor Y es más difícil de nombrar dado que 
en él participan medidas de empatía, adaptación y altruismo. Quizás 
"altruismo sano" sería apropiado. 
 
 
FUENTE: De Introduction to Personality, tercera edición, de E. J. Phares. Copyright 
1991 HarperCollins. Reimpreso con autorización. 
 
El análisis factorial es una manera especialmente buena de ayudar a 
la organización con coherencia de las relaciones que surgen de grandes 
conjuntos de datos. Para identificar los elementos básicos de la habilidad 
clínica (en el ejemplo) o aquellos de la personalidad, no obstante, el 
análisis factorial no es la última respuesta. Después de todo, lo que 
surge de un análisis factorial se determina por la naturaleza de las 
medidas incluidas desde un principio. ¡Es difícil esperar que aparezcan 
como factores aquellos elementos que no se incluyeron en la muestra de 
batería de pruebas para estudiar la habilidad clínica! 
 Enfoque Longitudinal Contra Tranovergal 
En campos como el de la gerontología prevalecen dos enfoques 
principales en investigación. Los diseños transversales son aquellos que 
comparan diferentes grupos de edad al mismo tiempo. Los diseños 
longitudinales siguen a los mismos sujetos en el transcurso del tiempo. 
El formato básico de estos dos enfoques se muestra en la figura 4-3. En 
este ejemplo, la fila a ilustra el diseño longitudinal y la columna b al 
diseño transversal. 
Los enfoques transversales son correlativos dado que el investigador 
no puede manipular la edad ni puede asignar a los participantes a 
diferentes grupos de edad. Dado que hay diferentes participantes en 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
cada grupo de edad, no puede suponerse que el resultado del estudio 
refleje cambios debidos a la edad; sólo refleja diferencias entre grupos 
por edad empleados. Estas diferencias tal vez se deban más a las 
épocas en que se crió a los sujetos que a la edad en sí. Por ejemplo, un 
grupo de personas de 65 años de edad podría resultar más austero que 
uno de individuos de 35 años de edad. ¿Esto significa que el avance en 
edad promueve la austeridad? Quizás. Pero podría indicar sólo que las 
personas de 65 años fueron criadas durante la Gran Depresión cuando 
era muy difícil obtener dinero. 
Fecha de Nacimiento Edad 
1890 65 70 b 75 80 85 
 
 
 
 
1895 60 65 70 75 80
 
1900 55 60 65 70 75
 
1905 50 55 60 65 70
 
1910 a 45 50 55 60 65
 
1915 40 45 50 55 60 
 
50 
Existen, por supuesto, muchas variaciones en los diseños 
transversales y longitudinales (Kausler, 1991). Sin embargo, en el caso 
de estudios longitudinales, los principales problemas son de carácter 
práctico. Los estudios son costosos y requieren gran paciencia y 
continuidad del liderazgo en el programa de investigación. En ocasiones, 
también, se debe vivir con los errores de diseño cometidos años antes o 
avenirse con métodos de investigación y medición pasados de moda. 
Debido a que la investigación longitudinal es cara en tiempo y dinero, no 
se le emplea con tanta frecuencia como se debería. Por estas razones, 
la investigación de los aspectos del desarrollo en psicopatología ha 
sufrido carencias durante mucho tiempo (Rotter, 1990; Wierson y 
Forehand, 1994). Aun así, se espera que haya un retorno hacia aquellas 
estrategias que estudian la psicopatología, el tratamiento o la 
personalidad a través de grandes periodos y con una variedad de 
medidas (Phares, 1991). Con mucha frecuencia, los psicólogos clínicos 
han sido esclavos de una metodología transversal que en ocasiones 
parece haberse enfocado de manera exclusiva en experimentos de 50 
minutos. Tales estrategias han promovido una perspectiva de fotografía 
instantánea que poca ayuda ha dado a la comprensión de la coherencia 
y organización de la conducta y personalidad humanas. 
 
1920 35 40 45 50 55
 
1925 30 35 40 45 
Momento de la 1955 1960 1965 1970 1975 
medición 
Figura 4-3. Diseños transversales y longitudinales de investigación. 
FUENTE: Diana Woodruff-Pak, Psychology and Aging, Copyright 1988, p. 32. 
Reimpreso con autorización de Prentice-Hall, Englewood Cliffs, Nueva Jersey. 
 
Los estudios longitudinales son aquellos en los que se recolectan 
datos acerca de las mismas personas en el transcurso del tiempo. Estos 
diseños permiten obtener un discernimiento acerca de los cambios 
conductuales de acuerdo con la edad. En el sentido interpretativo, los 
estudios longitudinales permiten que los investigadores puedan hacer 
mejores especulaciones acerca de las relaciones tiempo-orden entre 
factores que varían juntos. También ayudan a eliminar el factor de la 
tercera variable que con tanta frecuencia puede constituir un problema 
en los estudios correlativos. Por ejemplo, supóngase que se sabe que 
los trastornos depresivos van y vienen con el transcurso de los años. Si 
la depresión es responsable del hecho de que se correlacionen pérdidas 
significativas de peso y niveles menores de confianza en uno mismo, 
entonces tanto la pérdida de peso como la disminución en la confianza 
en sí mismo deberían variar junto con los estados depresivos. 
Método Experimental 
 
Para determinar relaciones causa-efecto entre eventos se deben 
emplear métodos experimentales. Considérese el siguiente estudio en el 
que se analizó la responsabilidad personal en relación a varios 
indicadores de bienestar (Langer y Rodin, 1976). Aunque este estudio se 
realizó hace algún tiempo, el diseño de la investigación ilustra con 
claridad las características importantes del método experimental. 
El estudio se llevó a cabo en un asilo de ancianos en Connecticut con 
participantes cuyas edades iban de los 65 a los 90 años. El grupo 
experimental contenía 47 participantes a los que se les dijo que se les 
alentaría a tomar varias decisiones. Por ejemplo, en lugar de consultar 
con el personal, podían decidir por sí mismos la disposición de habi-
taciones, dónde deseaban recibir visitas, cómo querían pasar su tiempo 
libre y demás. Incluso se les alentó para que comunicaran sus quejas al 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
personal. Además, se esperaba que cada uno de ellos cuidara en forma 
personal de una planta. El grupo control consistió de 44 participantes a 
quienes se les dio la impresión explícita de que el personal decidiría con 
respecto a todos los aspectos anteriores. Se les dijo que el personal 
estaba no sólo muy deseoso de cuidar de ellos sino también ¡de sus 
plantas! Al inicio se equipararon los dos grupos (una semana antes de 
que se dieran las instrucciones) de acuerdo a diversas variables, que 
incluían estado de salud, nivel socioeconómico anterior y adaptación 
psicológica. A pesar de esta equiparación, tres semanas después los 
dos grupos difirieron significativamente en cuanto a diversas variables 
como estado de alerta, felicidad, bienestar general, frecuencia de 
asistencia a películas y participación en actividades grupales. La figura4-4 muestra los datos para los autoinformes de felicidad antes y después 
de las instrucciones. 
Este ejemplo ilustra varias características de un estudio experimental 
típico: la hipótesis experimental, la variable independiente y la variable 
dependiente. La hipótesis experimental de que los ancianos se 
beneficiarían de un sentido de responsabilidad personal, se desarrolló a 
partir de la observación de poblaciones similares y de investigación 
publicada anteriormente. Se supone que la variable independiente —en 
este caso la responsabilidad personal— está bajo el control del 
investigador y se espera que tenga un efecto causal sobre la conducta 
de los participantes. La variable dependiente —la respuesta de los 
participantes (por ejemplo, los informes de felicidad) ante la 
responsabilidad percibida o la falta de ésta— es una reacción ante los 
cambios en la variable independiente. 
 
 
Se siguió un buen procedimiento experimental también al equiparar a 
los participantes en cuanto a variables importantes que podrían haber 
afectado el resultado de la investigación (como estado de salud y 
adaptación). En ocasiones, cuando la equiparación es difícil, se asigna a 
los participantes aleatoriamente a los grupos experimental y control. En 
cualquier caso, la idea es que el único rasgo significativo diferente para 
los dos grupos fuera el sentido inducido de responsabilidad personal. De 
aquí que las instrucciones deben haber causado las mayores 
puntuaciones de felicidad en el grupo experimental. 
Diseños Entre Intragrupos 
En los diseños entre grupos se tienen dos conjuntos independientes 
de participantes, cada uno de los cuales recibe un tratamiento diferente. 
Tómese, por ejemplo, un estudio acerca de la efectividad de la terapia. 
En su forma más simple, se compara un grupo experimental (que recibe 
algún tipo de tratamiento) con un grupo control (que no recibe 
tratamiento alguno). De manera ideal, los pacientes se asignarían 
aleatoriamente a cada grupo. Se toma algún conjunto de medidas, por 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
ejemplo, nivel de ansiedad, impresiones de entrevista, o datos de prueba 
de todos los pacientes en ambos grupos, antes del tratamiento (o no 
tratamiento), después del mismo y, quizás, en un periodo de seguimiento 
de seis meses o un año después de que se ha concluido éste. Se 
supone que cualesquier diferencias entre los dos grupos, ya sea a la 
conclusión del tratamiento o durante el seguimiento, están en función del 
tratamiento que recibió el grupo experimental. 
En el caso de diseños intragrupos, la comparación podría hacerse 
con el mismo paciente en diferentes momentos o etapas. Para ilustrar 
cómo funciona este procedimiento, supongamos que se está interesado 
en los efectos (por ejemplo, nivel de angustia) de estar en una lista de 
espera. Podría decidirse colocar a todos los pacientes en una lista de 
espera de seis semanas, pero llevar a cabo una variedad de 
procedimientos de evaluación antes de hacerlo (punto A). Seis semanas 
después se les volvería a evaluar justo antes de comenzar el tratamiento 
(punto B). En el momento de la conclusión del tratamiento (punto C) se 
evaluaría a los participantes en una tercera ocasión y también se les 
podría dar un seguimiento posterior, quizás en el punto D. Cualquier 
cambio que tuviera lugar entre los puntos A y B (mientras que se está en 
lista de espera) se compararía con los cambios que tuvieran lugar entre 
los puntos B y C o D. Estos análisis más complejos de los cambios 
darían una mejor perspectiva acerca de la eficacia del tratamiento en 
relación con estar solamente en lista de espera. 
Existen muchas variaciones de los diseños intragrupo. Sin embargo, 
una de las ventajas principales es que requieren menos participantes. 
De hecho, como se verá posterior-mente en el caso de diseños de un 
solo sujeto, se puede determinar si una intervención específica ha tenido 
o no efecto al observar nada más a un sujeto. 
 Validez Interna 
En ocasiones sucede que un experimento no posee validez interna; 
es decir, no se está seguro de que el resultado obtenido se pueda 
atribuir, en realidad, a la manipulación de la variable independiente. 
Algunos estudios ni siquiera contienen un grupo control para compa-
ración con un grupo experimental. Como consecuencia, cualquier 
cambio observado podría ser el resultado de alguna otra variable. Por 
ejemplo, supongamos que el experimento de Langer y Rodin en el asilo 
de ancianos no hubiera tenido un grupo control. Aun cuando el grupo 
experimental mostrara incrementos en felicidad, quizás esto no se 
debiera del todo a sentimientos de responsabilidad. Quizás se debió a la 
contratación de un nuevo administrador del asilo, a la mitad del estudio. 
O quizás a un cambio en dietistas ocurrido durante el estudio. Sin un 
grupo control que también experimentara estos últimos eventos, nunca 
podría tenerse la seguridad acerca de los resultados. En pocas palabras, 
cuando no se controlan las variables extrañas o no puede demostrarse 
que existan de la misma manera en los grupos experimental y control, 
pueden confundirse los resultados debido a estas variables. 
Se verá después que, en ocasiones, en los estudios acerca de la 
efectividad de la terapia, un grupo de pacientes recibe un nuevo tipo de 
terapia. Un segundo grupo de pacientes se equipara con el grupo de 
terapia o bien se asignan pacientes aleatoriamente a ambos grupos y 
después se asignan a una lista de espera. La suposición es que la única 
diferencia entre los sujetos en lista de espera y los que están en terapia, 
es que los últimos recibieron terapia y los primeros no. Por tanto, el 
estudio tiene validez interna. Pero, ¿es cierto? La experiencia ha 
demostrado que los sujetos que están en lista de espera no siempre 
dejan de recibir ayuda. 
En vez de ello, con frecuencia buscan la ayuda de un ministro 
religioso, el consejo sabio de un amigo o alguna otra forma de asistencia 
de alguien más.Así, cualquier mejoría demostrada por el grupo en 
terapia podrá confundirse con la ayuda extraterapia que han recibido 
informalmente los sujetos en la lista de espera. Así, el hecho de que el 
grupo de terapia no haya mejorado más que el que está en lista de 
espera, difícilmente significa que la intervención terapéutica haya sido 
ineficaz; tal vez sólo quiera decir que ambos grupos recibieron algun tipo 
de intervención. 
Otro factor que perjudica la validez interna implica las expectativas. 
Cuando el investigador o el participante esperan un cierto resultado, 
puede producirse ese mismo. No es la manipulación experimental la que 
lo causa, sino que las expectativas son las responsables. Cuando esto 
sucede, se le denomina efecto placebo. Por ejemplo, se ha sabido que 
algunas personas se comportan como si hubieran bebido alcohol cuando 
creen que la situación requiere tal conducta, a pesar del hecho de que 
no han bebido, sino sólo se cree que lo hicieron. De manera similar, se 
ha sabido que los pacientes informan que la terapia los ha ayudado 
cuando objetivamente no están mejor. ¡Debido a que el terapeuta les ha 
dedicado tanto tiempo, sienten que deberían estar mejor! 
En otros casos, se ha sabido que los experimentadores producen de 
modo inconsciente las mismas respuestas que esperaban obtener. 
Quizás se comportaron con tal sutileza que alentaron a los pacientes a 
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Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
comportarse de la manera "apropiada". En especial, es probable que 
esto ocurra cuando el experimentador conoce quiénes son los sujetos 
experimentales y quiénes son los sujetos control. En ciertas ocasiones, 
los clínicos han sido culpables de proporcionar inconscientemente un 
poco de tiempo adicional a un paciente en un reactivo de prueba, debido 
a que esperan que tenga una buena ejecución. 
Para evitar los efectos de las expectativas del experimentador o del 
participante se utiliza por lo común el procedimiento doble ciego. Aquí, ni 
los participantes ni el experimentador conocen qué tratamiento o 
procedimiento se emplea. Por ejemplo, si un experimentador está 
interesado en estudiar los efectos de dos fármacos, la persona que da el 
fármaco no sabe cuál es cual. Ni el sujeto puede distinguirlos, debido a 
que los dos tipos de pastillas son idénticas en tamaño, forma, color, 
peso, textura, sabor y demás. Pero los estudios doble ciego no son 
siempre tan "ciegos" como se piensa (véase Magraf y colaboradores, 
1991). 
Entonces, en resumen, los métodos como la equiparación, la 
asignación aleatoria de participantes a los grupos experimental y control, 
el uso de grupos control y el empleo de procedirnientos doble ciego, 
ayudan a asegurar que los experimentos presenten validez interna. 
 
 Validez Externa 
Cuando se descubre que los resultados de un experimento no 
pueden generalizarse más allá de las condiciones reducidas y exactas 
del mismo, la investigación no muestra validez externa. Si los resultados 
de Langer y Rodin se aplicaran sólo a ese asilo específico, tendrían un 
problema. De hecho, la mayor parte de la investigación experimental se 
realiza con la esperanza de generalizar los resultados, más allá de los 
confines del entorno inmediato. De hecho, puede ser muy difícil 
determinar la validez externa de un estudio dado. Con demasiada 
frecuencia los resultados producidos en el laboratorio no pueden 
reproducirse en entornos de la vida real. El peor error consiste en 
suponer que sólo debido a que se produjeron ciertos resultados en la 
situación A, de igual modo ocurrirán en la situación B. Aunque la 
investigación experimental en laboratorio generalmente permite mejor 
control de variables, su naturaleza artificial puede evitar las 
generalizaciones amplias. 
Investigación Análoga 
El problema de la generalización de resultados es particularmente 
importante para los estudios análogos; estos últimos se conducen en el 
laboratorio, donde es más fácil ejercer un control donde se dice que las 
condiciones son "análogas" a la vida real. Con mucha frecuencia se 
emplean para destacar la naturaleza de la psicopatología o de la terapia. 
Existen muchos ejemplos de procedimientos análogos. Cuando 
Watson y Rayner (1920) intentaron mostrar la manera en que Albert 
pudo aprender a tener fobia a las ratas blancas, estaban construyendo 
una analogía del modo en que pensaban que se adquirían las 
verdaderas fobias (apartado 4-1). Como otro ejemplo, algunos 
investigadores estudian los correlatos y efectos de la depresión 
induciendo un estado de ánimo deprimido en participantes no 
deprimidos, a través del uso de técnicas tradicionales de inducción del 
estado de ánimo (por ejemplo, la lectura de un texto que se ha mostrado 
que incrementa los niveles de disforia) o por medio del uso de 
diapositivas o música que induce ciertos estados de ánimo (por ejemplo, 
Goodwin y Sher, 1993). Se puede suponer que estas técnicas crean un 
estado depresivo análogo a aquel visto en la depresión clínica. 
En cierto sentido, casi todos los estudios experimentales son estudios 
análogos en uno u otro grado. Pero, cuando diversas restricciones 
prácticas o éticas impiden la creación de estados reales, se debe dirigir 
la atención hacia situaciones análogas. La ventaja de los estudios 
análogos es que tienen la posibilidad de una mejor validez interna 
debido al control superior que se puede ejercer en el laboratorio, pero el 
talón de Aquiles del método es el grado de semejanza entre la analogía 
y la realidad. Por ejemplo, supongamos que se decide estudiar el papel 
del fracaso en la depresión. No se desea estudiar a depresivos reales 
por diversas razones. Primero, es difícil obtener una muestra 
suficientemente grande de participantes con antecedentes similares y 
que tengan un nivel idéntico de depresión. Segundo, ¿en realidad, sería 
ético someter a estas personas a una experiencia fuerte y significativa 
de fracaso y, por tanto, arriesgarse a hundirlos aún más en la depresión? 
Esto, por cierto, ilustra un verdadero dilema en la investigación análoga. 
Si las manipulaciones experimentales son realmente efectivas, pueden 
ser dañinas y, por tanto, no éticas. Si fueran de carácter superficial, la 
investigación se volvería trivial y poseería poca validez externa (Suomi, 
1982). Sin embargo, el hecho de que las condiciones análogas permitan 
al experimentador controlar el grado y tipo de fracaso, la naturaleza de 
los participantes y demás hace que el uso de estudios análogos sea una 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
alternativa atractiva. 
A pesar de ello, cuando los psicólogos clínicos emplean 
procedimientos análogos, pueden tener que pagar un precio. Por 
ejemplo, en el experimento hipotético anterior, ¿cómo sabemos que los 
participantes son, en realidad, iguales a aquellos a los que se les 
diagnostica profesionalmente una depresión? Quizá son participantes 
reclutados de clases de psicología general, cuya única cercanía con la 
depresión es una puntuación por encima de algún punto de corte en un 
cuestionario que se supone que la mide. No son, entonces, casos 
clínicos de depresión. Además, el clínico no puede tener la seguridad de 
que una experiencia de fracaso, en un problema dentro de un ambiente 
de laboratorio, sea igual al fracaso en la vida cotidiana de un depresivo 
verdadero. 
Algunas personas han exhortado a utilizar animales porque no 
presentan algunos de los problemas metodológicos que existen en la 
investigación con seres humanos. Con animales, los experimentadores 
pueden ejercer un control casi perfecto sobre sus dietas, sus 
condiciones de vivienda e, inclusive, sobre sus antecedentes genéticos. 
Pueden tener una injerencia mucho mayor en las vidas de los animales y 
dado que éstos tienen periodos de vida más cortos, los fenómenos que 
pueden requerir años para su estudio en seres humanos se pueden 
estudiar en unos cuantos meses, con ratas, por ejemplo. Lo que es más, 
existen varios trastornos conductuales de incidencia natural (por 
ejemplo, agresión, trastornos del estado de ánimo, hiperactividad y 
trastornos de la alimentación) que se observan de manera común en la 
práctica veterinaria y que parecen relacionarse con el campo de la 
psicopatología (Stein, Dodman, Borchelt y Hollander, 1994). 
Pero, de nuevo, ¿en qué son similares exactamente la conducta 
animal y la conducta humana? Quizás tienen la suficiente semejanza en 
ciertos casos, pero en otros no tienen ninguna. Concluyendo, la 
investigación análoga es importante y puede ser bastante iluminadora. 
Pero los experimentadores no se pueden dar el lujo de dejar de lado por 
completo su escepticismo cuando la emplean. 
 Una nota final 
Al cerrar esta sección sobre métodos experimentales, se debe 
señalar que no todos los investigadores están prendados de estos 
enfoques tradicionales. Por ejemplo, hace muchos años Cattell (1965) 
criticó la llamada estrategia bivariada de experimentación. Este es un 
método sagrado que proviene desde los tiempos de Pavlovy Wundt, en 
el cual se estudian sólo dos variables a la vez. El.investigador manipula 
una variable independiente y, entonces, observa sus efectos sobre la 
variable dependiente. Por ejemplo, el experimentador induce la creencia 
en los participantes de que carecen de control personal sobre el brote de 
un choque eléctrico (variable independiente). La pregunta es ¿qué 
sucede con el nivel de ansiedad del participante, medida por la 
respuesta galvánica de la piel (variable dependiente)? Si el foco de 
atención se centra sobre la ansiedad, se vuelve necesario llevar a cabo 
miles de tales estudios bivariados para determinar el modo en que las 
personas llegan a sentir ansiosas. Los experimentadores deben variar 
las medidas de ansiedad, la naturaleza del estímulo y la presencia de 
rasgos preexistentes de personalidad que puedan afectar la naturaleza 
de las respuestas de los participantes. Si los experimentadores varían un 
aspecto a la vez en un estudio tras otro, se quedan con una perspectiva 
en trozos acerca del ser humano. Juntar los resultados de todos estos 
estudios bivariados puede ser peor que intentar unir de nuevo al 
proverbial Humpty Dumpty.Y, debido a que el estudio analiza la ansie-
dad en aislamiento de otras variables como la capacidad, adaptación y 
los resultados no ofrecen una explicación de cómo pueden afectar estas 
variables a la ansiedad. 
En consecuencia, algunas personas han defendido el uso de una 
estrategia multivariada. Aquí, los experimentadores emplean una 
variedad de medidas en la misma persona, pero no ejercen mucho 
control. Pueden utilizar datos de cuestionarios, registros vitales, 
observación y demás, éstos se pueden correlacionar y hacer un análisis 
factorial con ellos. Debido a que el método puede enfocarse en 
fenómenos de ocurrencia natural y puede lidiar con diversas variables al 
mismo tiempo, muchos lo consideran como una estrategia superior. Sin 
embargo, el método, como los otros enfoques correlativos, posee sus 
limitaciones (véase Phares, 1991). 
 Diseños De Un Solo Caso 
 
Los diseños de un solo caso son un desarrollo de los enfoques 
conductuales y operantes. Tienen semejanzas con los métodos 
experimentales y con los de estudio de caso. Por ejemplo, un 
experimentador mide la conducta de un sujeto bajo varias condiciones y, 
en este sentido, emplea un método similar a las técnicas experimentales. 
Pero el foco de atención se sitúa en las respuestas de un solo 
participante. En general, esta investigación comienza con el 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
establecimiento de una línea base. Aquí se hace un registro acerca de la 
conducta del participante antes de cualquier intervención, por ejemplo, el 
número de crisis de ansiedad por semana. Después de que se establece 
una línea base confiable, se introduce una intervención. Entonces se 
determinan los efectos de ésta mediante la comparación del nivel de 
línea base de la conducta con el nivel posterior a la intervención. 
Los diseños de un solo caso permiten que el experimentador 
establezca relaciones causa-efecto, porque proporcionan un método de 
estudio de la conducta clínica, en especial de métodos de terapia, que 
no requiere que se utilice de nuevo el tratamiento mediante la asignación 
de ciertos participantes a grupos control o listas de espera.Algunos 
investigadores han discutido que este último procedimiento, aunque 
representa investigación bien hecha es, en esencia, poco ético porque 
puede privar a las personas de la esperanza de alivio. Aunque la terapia 
a utilizarse tal vez no esté probada o aunque algunos afirmen que, en 
interés del bien último de muchas personas, la ciencia debe privar a 
unos cuantos de la posibilidad de mejoría, el espectro de la ética aún 
ronda en el trasfondo. 
Otras razones prácticas para utilizar diseños de un solo caso incluyen 
el hecho de que, con frecuencia, es sumamente difícil encontrar en 
ambientes clínicos suficientes participantes para hacer equiparaciones o 
asignaciones aleatorias a grupos control. Los estudios de un solo caso 
reducen los números necesitados. También algunos han señalado que 
gran parte de la investigación, de personalidad y clínica por igual, 
generaliza los datos con base en medias. En consecuencia, puede ser 
que los resultados no se apliquen o puedan caracterizar en realidad un 
caso dado (Lamiell, 1987). Estos diseños de un solo caso evitan estos 
problemas. 
Los diseños ABAB 
Los diseños ABAB permiten la medición de la efectividad de un 
tratamiento mediante la observación de cambios sistemáticos en la 
conducta del sujeto, a medida que se alternan las condiciones de 
tratamiento y no tratamiento. Se denomina diseño ABAB porque al 
periodo inicial de línea base (A) le sigue un periodo de tratamiento (B), 
un regreso a línea base (A) y, entonces, un segundo periodo de 
tratamiento (B). 
Un buen ejemplo de un enfoque de un solo caso es el estudio de 
Robbie (Hall, Lund y Jackson, 1968). Él era un niño de tercer grado de 
primaria que tenía una conducta sumamente desorganizante en el salón 
de clase. Cerca de 75% del tiempo lo pasaba riendo, arrojando cosas o 
representando, en general, una molestia. El resto del tiempo (25%) estu-
diaba. Este patrón de comportamiento se muestra en la figura 4—5 
como el periodo de línea base (A). Durante el periodo de reforzamiento I 
(B), la maestra prestó mucha atención a Robbie y fue obvio que mejoró 
la conducta de estudio del niño, de acuerdo con ello. Durante el periodo 
de inversión (A), la maestra regresó al nivel anterior de atención y la 
conducta de estudio del niño revirtió a casi su nivel de línea base. 
Cuando se introdujo de nuevo la atención, reforzamiento II o B, su 
conducta mejoró de nuevo. Se insertó el periodo de inversión entre los 
dos periodos de reforzamiento para permitir que los investigadores 
demostraran una relación causal entre la conducta de la maestra y la de 
Robbie. 
Una dificultad con el procedimiento ABAB es que el retiro del 
tratamiento puede plantear algunos problemas éticos. Sin embargo, la 
gravedad del problema depende de las circunstancias específicas 
implicadas. 
 
 
Figura 4-5. Robbie: La aplicación y retiro de reforzamiento. 
FUENTE: De "Effects of Teacher Attention on Study Behavior", de R. V. Hall, D. Lund y 
D. Jackson, Joumal of Applied Behavior Analysis, 1968, 1, 1-12. Copyright 1968 the 
Society for the Experimental Analysis of Behavior. Reimpreso con autorización. 
Diseño de línea base múltiple 
En algunos casos es imposible emplear un periodo de inversión. 
Como ya se señaló puede haber restricciones éticas. También, en 
entornos de investigación clínica, los terapeutas pueden estar en contra 
práctica. México, D.F: Manual Moderno. 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y 
de que sus clientes vuelvan a experimentar situaciones que restablezcan 
las mismas conductas que se busca erradicar. En estos casos, los 
investigadores han empleado lo que se denomina diseños de línea base 
múltiple. Aquí se eligen dos o más conductas para el análisis. Por 
ejemplo, quizás un paciente institucionalizado tiene graves problemas 
para comportarse con responsabilidad. No cuida de su habitación, no 
sigue una adecuada higiene personal, y no llega a tiempo para sus 
tareas. Se recolectan datos de línea base para su conducta, tanto en 
ambientes personales como laborales.

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