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MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 1 1 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y Lectura 3 Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y práctica. México, D.F: Manual Moderno. pp. 81-110. Métodos De Investigación En Psicología Clínica........................... 2 Introducción A La Investigación................................................. 2 Método .................................................................................... 3 UUNNIIDDAADD IIIIII.. PPEERRFFIILL PPRROOFFEESSIIOONNAALL DDEELL PPSSIICCÓÓLLOOGGOO CCLLÍÍNNIICCOO Observación............................................................................. 3 Observación no sistemática................................................. 3 Observación naturalista....................................................... 3 Observación controlada....................................................... 4 Estudios de caso .................................................................. 4 Investigación Epidemiológica................................................. 5 Métodos Correlativos .............................................................. 8 La Técnica........................................................................... 8 El problema de la causalidad............................................. 10 Análisis factorial ............................................................... 10 Enfoque Longitudinal Contra Tranovergal ........................... 11 Método Experimental................................................................ 12 Diseños Entre Intragrupos..................................................... 13 Validez Interna ...................................................................... 14 Validez Externa..................................................................... 15 Investigación Análoga........................................................... 15 Una nota final ........................................................................ 16 Diseños De Un Solo Caso ......................................................... 16 Los diseños ABAB................................................................ 17 Diseño de línea base múltiple ............................................... 17 Diseños Mixto ....................................................................... 18 Investigación Y Ética ................................................................ 20 Consentimiento Informado.................................................... 20 Confidencialidad ................................................................... 20 Eengaño................................................................................. 21 Información aclaratoria final............................................. 22 Dat0s Fraudulent0s............................................................ 23 práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 2 Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 2 MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA Durante mucho tiempo el modelo científico-practicante ha sido la filosofía prevaleciente en el entrenamiento del psicólogo clínico. Este modelo es responsable de estimular el tipo de entrenamiento que ha permitido que los clínicos se vuelvan los expertos en investigación, dentro de tantos equipos de salud mental. Sin considerar si los clínicos se vuelven investigadores o consumidores activos de investigación, los métodos de ésta aún son una preocupación central de ambos grupos. En este capítulo se presentará una breve revisión de algunos de los métodos, estrategias y aspectos principales en investigación clínica. Las preguntas específicas de investigación (por ejemplo, estudios sobre resultados de terapia) se abordarán después en los puntos apropiados dentro del libro. En otros sitios (por ejemplo, Kazdin, 1992; Kendall y Butcher, 1982; Sher y Trull 1996) se encontrarán discusiones más completas y técnicas acerca de métodos de investigación en psicología clínica. Introducción A La Investigación Alguna vez alguien señaló que una de las principales partes del entrenamiento clínico consiste en borrar los conceptos erróneos de los estudiantes acerca de las razones por las cuales las personas se comportan de la manera en que lo hacen. Por ejemplo, es verdad que: 1) ¿Si los pacientes hablan acerca de suicidio esto significa que no lo intentarán? 2) ¿Liberar a pacientes de los síntomas sin proporcionarles insight, indica que dichos síntomas retornarán después de otra manera? 3) ¿La homosexualidad masculina siempre puede atribuirse a un lazo íntimo y cercano con la madre y a una separación del padre? 4) ¿Las pruebas proyectivas evitan que los pacientes manejen con éxito las impresiones que desean transmitir? 5) ¿Todo lo que se necesita para volverse un buen terapeuta es una actitud cariñosa y empática? Todas las anteriores son creencias comunes que alguna vez tuvieron o, de hecho, aún tienen algunas personas, clínicos y legos por igual. ¿Son verdaderas? Es probable que no, pero la investigación que emplea los métodos que se describen en este capítulo puede iluminar acerca de estos aspectos. La conducta humana es excesivamente compleja, tanto que abundan las teorías que la explican. Tantos factores afectan una conducta dada en un momento cualquiera y en un lugar cualquiera, que se debe ser escéptico acerca de las explicaciones que parecen simples o inevitables. De hecho, un escepticismo sano es la fuerza directiva detrás de la bús- queda de conocimiento del científico o de la búsqueda del clínico de modos más efectivos de servir a sus clientes. Debido a que las explicaciones fáciles, simples o tradicionales con mucha frecuencia son incorrectas o incompletas, se han desarrollado métodos cada vez más elaborados para generar explicaciones satisfactorias. Se han llegado a emplear mejores métodos para hacer el tipo de observaciones sistemáticas de la conducta que puedan verificarse públicamente. Estos métodos han cambiado con los años y continuarán modificándose en el futuro. En consecuencia, no existen métodos científicos inevitables o perfectos. Pero de alguna manera, las ideas, hipótesis o corazonadas deben establecerse con claridad y precisión, a fin de que otros observadores puedan someterlas a prueba. Sólo son satisfactorias las ideas que se expresan de modo que se ofrece una oportunidad clara para la refutación. La investigación tiene varios propósitos. Primero que nada, permite que escapemos del reino de la pura especulación o de apelar a la autoridad. Por ejemplo, no sólo se afirma que la terapia cognoscitiva- conductual funciona; se conduce el tipo de investigación que demostrará su efectividad o falta de ésta. Las preguntas se discuten en el foro de la observación objetiva y verificable públicamente. A la larga, estos procedimientos son mejores vehículos para aclarar las problemáticas que tan sólo apelar a la razón. Estos procedimientos de investigación permiten la acumulación de datos, establecimiento de la existencia de relaciones, identificación de causas y efectos y generación de principios detrás de estos datos y de relaciones. La investigación también permite ampliar y modificar las teorías, así como establecer su eficiencia y utilidad. Existe una relación íntima entre teoría e investigación,en cuanto a que la primera estimula y guía la investigación que se realiza. Pero, en sí misma, sufre modificaciones a partir de los resultados de investigación. Por ejemplo, Aaron Beck, un pionero en el estudio de la depresión, observó hace muchos años que es frecuente que los pacientes deprimidos exhiban características de personalidad que podrían categorizarse en uno de dos tipos: MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 3 3 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y sociotrópicos (con una excesiva dependencia social) y autónomos (extremadamente orientados hacia los logros). De inicio, Beck propuso que los rasgos sociotrópicos o autónomos extremos predisponen al individuo a la depresión. Sin embargo, la investigación subsecuente no prestó apoyo a estas proposiciones. Los investigadores encontraron que había individuos que presentaban extrema sociotropía o extrema autonomía, pero que en la actualidad no estaban deprimidos. Estos resultados desafiaron la teoría inicial de Beck y condujeron a una reformulación de cómo podrían relacionarse la personalidad y la depresión. La teoría revisada, denominada hipótesis de congruencia, propone que la interacción del estilo de personalidad (sociotrópica o autónoma) y la experiencia de eventos vitales negativos relacionados en forma temática, es lo que conduce a la depresión (Beck, 1983). En términos específicos, esta teoría pronostica que una persona sumamente sociotrópica que experimenta fracasos en las relaciones (es decir, eventos muy notables para una persona con alto nivel de dependencia) se deprimirá, mientras que esto no necesariamente es cierto para individuos con alto nivel de autonomía, porque los eventos negativos de este tipo están menos relacionados con sus necesidades primarias. En otras palabras, los eventos vitales negativos deben ser congruentes con el propio estilo de personalidad a fin de que la depresión se desarrolle. En general, los resultados han prestado un mayor apoyo a la teoría revisada de Beck (por ejemplo, Bartelstone y Trull, 1995; Robins, 1990). Este ejemplo sirve para ilustrar la forma en que la investigación puede moldear las teorías en una especie de sistema de realimentación- circuito cerrado. Por supuesto, la razón última de la investigación es incrementar la capacidad de los psicólogos clínicos para predecir y comprender la conducta, sentimientos y pensamientos de sus clientes. En última instancia, sólo una mejor investigación permitirá que los clínicos intervengan de manera más sabia y efectiva en su beneficio. Método Como ya se mencionó, existen muchos métodos de investigación y cada uno posee ventajas y limitaciones distintas. Por tanto, ningún método por sí solo responderá todas las preguntas de manera definitiva. Pero juntos, una variedad de métodos pueden ampliar significativamente la capacidad de comprensión y predicción. Observación La observación es, entre todos, el método de investigación más básico y generalizado que estudia a fondo la conducta. Los enfoques experimental, de estudio de caso y naturalista implican el acto de observar lo que alguien hace o ha hecho. Observación no sistemática La observación informal tiene poco significado en sí misma para el establecimiento de una base firme de conocimiento. Sin embargo, es a través de esta observación que se desarrollan hipótesis que pueden, en un momento dado, someterse a prueba. Por ejemplo, supóngase que un clínico observa en varias ocasiones diferentes que cuando un paciente lucha o tiene dificultad con un reactivo específico en una prueba de rendimiento, el efecto parece abarcar al siguiente reactivo y afectar en forma adversa al desempeño. Esta observación lo conduce a formular la hipótesis de que la ejecución podría mejorarse al asegurarse de que a cada reactivo fallado le siga uno fácil en el cual sea probable que el paciente tenga éxito. Esto debería ayudar a aumentar la confianza del sujeto y con ello mejorar la ejecución. El clínico podría entonces aplicar una versión experimental de la prueba de rendimiento, en la que a los reactivos difíciles les sigan reactivos fáciles, para someter a prueba esta predicción. Como ilustra este ejemplo, sería relativamente fácil desarrollar un estudio en el que se probara esta hipótesis en una muestra representativa de clientes. Observación naturalista Aquí las observaciones son más sistemáticas y rigurosas. Éstas se llevan a cabo en ambientes reales, pero no son ni informales ni sin dirección; se planean cuidadosamente de antemano. Sin embargo, el observador no ejerce control real y está, en mucho, a merced de los eventos que fluyen con libertad. Así, no se puede tener la seguridad de qué tanto podrá generalizarse a otras personas o situaciones. En algunos casos, incluso es posible que en medio de la observación o del registro de respuestas, el observador pueda interferir sin su conocimiento en los eventos bajo estudio. Un ejemplo de un estudio que utiliza el método de observación naturalista podría implicar una investigación de la conducta del paciente práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 4 4 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y en un hospital psiquiátrico. Quizás un pabellón particular de este hospital se compone de pacientes que están ese día programados para un tratamiento con terapia electroconvulsiva (TEC). El trabajo de un clínico es enfocarse en 10 pacientes y observar a cada uno durante dos minutos cada media hora. Se podrían obtener datos interesantes acerca de las reacciones de los sujetos antes de la TEC. Pero ¿con sólo 10 pacientes de este hospital particular se pueden hacer generalizaciones? ¿Las reacciones de estos enfermos son similares a las de aquellos en otros hospitales o unidades donde la atmósfera general puede ser diferente? O ¿los pacientes estaban conscientes de la presencia del observador y pudieron haber alterado sus reacciones normales a fin de impresionarlo de alguna manera? En ocasiones, los investigadores comprometidos con métodos experimentales más rigurosos condenan la observación naturalista al considerarla demasiado poco controlada. Pero con frecuencia éste parece ser un juicio injusto. Como en el caso de la observación no sistemática, este método puede servir como una fuente rica de hipótesis que pueden someterse a un posterior escrutinio cuidadoso. Las observaciones naturalistas acercan a los investigadores a los fenómenos reales que les interesan. Estas observaciones evitan la artificialidad y naturaleza restringida de muchos ambientes experimentales. ¡Y, después de todo, allí está Freud! Sin considerar que se esté en favor o en contra de la teoría psicodinámica, sus habilidades de observación clínica eran muy impresionantes. Freud utilizó sus propias capacidades de observación para construir una de las teorías más generales y de mayor influencia en la historia de la psicología clínica. Es de igual importancia recordar que Freud no tenía pruebas objetivas, programas de computadora, ni métodos experimentales complicados. Lo que sí poseía era la capacidad para observar, interpretar y generalizar de una manera por demás asombrosa. Observación controlada Para enfrentar en parte las críticas anteriores acerca de las observaciones no sistemática y naturalista, algunos investigadores clínicos emplean la observación controlada. Aunque la investigación se puede llevar a cabo en el campo o en ambientes relativamente naturales, el investigador continúaejerciendo cierto grado de control sobre los eventos. La observación controlada tiene una larga historia en la psicología clínica. Por ejemplo, una cosa es hacer que los pacientes le cuenten a sus terapeutas sus temores o que marquen reactivos en un cuestionario. Sin embargo, Bernstein y Nietzel (1973) estudiaron la naturaleza de la fobia a las serpientes, al colocar a los participantes de un estudio en presencia de serpientes verdaderas y después variar la distancia entre el participante y la serpiente. Esto les permitió obtener un discernimiento verdadero acerca de la naturaleza de las reacciones de los participantes. Mathews y Canon (1975) estudiaron los efectos del ruido sobre la conducta de ayuda. Pero no lo hicieron en un laboratorio psicológico estéril sino en un vecindario real. A medida que un participante potencial pasaba por la calle, un asistente del experimentador operaba una muy ruidosa cortadora de césped o sólo se reclinaba sobre ella en silencio. Al mismo tiempo, otro dejaba caer una pila de libros sobre la acera. Mientras sucedía esto, 50% de los sujetos ayudaron a recoger los libros cuando no había ruido, pero solo 12.5% de ellos lo hicieron mientras funcionaba la cortadora. Estudios de caso El método de estudio de caso implica el estudio intensivo de un cliente o paciente, quien está en tratamiento. Bajo el encabezado de estudios de caso se tiene material de entrevistas, respuestas a pruebas o informes de tratamiento. También puede haber datos biográficos y autobiográficos, cartas, diarios, historias clínicas, historias médicas, etcétera. Entonces, los estudios de caso involucran el estudio y descripción a fondo de una persona. Estos estudios han sido durante mucho tiempo los métodos más importantes en el estudio de la conducta anormal y en la descripción de métodos de tratamiento. Su gran valor reside en su riqueza como fuentes potenciales de comprensión y como generadores de hipótesis. Pueden servir como preludios excelentes a la investigación científica (véase apartado 4-1). Sin tomar en cuenta qué tan importantes puedan ser los experimentos, los listados de computadora o las normas estadísticas, nunca se debe descuidar el tomar en consideración casos de tratamiento reales. Apartado 4—1 Lo que los estudios de caso pueden explicar acerca de las fobias y traumas tempranos 1. Las fobias son temores irracionales que están fuera de proporción con cualquier peligro real para el individuo. Muchos teóricos del aprendizaje creen que las fobias especificas se adquieren 8 través de condicionamiento clásico. Con frecuencia estos teóricos citan, coma; práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 5 5 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y experimento prototiploo, el estudio clásico de Watson y Rayner (1920) con el pequeño Albert. Ce condicionó a Albert a temer a las ratas blancas asociando un ruido fuerte y displaoentero con cada ocasión en que comenzaba a jugar con une de ellas. A través de varios ensayos, Albert desarrolló lo que parecía una verdadera fobia a lea ratee y a objetos peludos similares. Sin embargo, Davison yNeale (1998) han señalado que, a pesar de lo que le teoría del aprendizaje parece enseñar, los informes a historias clínicas no prestan apoyo al modelo del pequeño Albert. Mientras que algunas fobias específicas se desarrollan de esa manera, en general ocurren sin ninguna experiencia atemorizante previa con la ecuación. Los individuos que temen a elevadores, serpientes o lugares altos rara vez comunican una temprana experiencia negativa con estos lugares o cosas. Ni siquiera es claro que la investigación acerca de fobias específicas ea nave a cabo en entornos sufolentementa reales como para que los investigadores puedan afirmar que el laboratorio se asemeja a la vida real 2. Todo mundo «sabe» que es probable que el trauma en la temprana infancia predisponen a le persona a la infelicidad y el frecen. Tómese el siguiente: Una niña poco atractiva y carente de gracia, cuya madre favorece s sus dos hermanos menores: la molesta en forma constante, lo cual crea sentimientos de vergüenza y de cuando la niña apenas tenía nueve años de edad, dejándola bajo el cuidado de una abuela quien la mantuvo alejada de otros niños y la privó de le mayor parte de su infancia: estaba fan sola que sus únicos interesas eran la lectura, la ensoñación y caminar. Esta persona debe estar destinada al fracaso, a problemas emocionales o quizá a volverse una inadaptada social (Whife, 1978). Pero, como White pregunporWhite te con iuía, La quién estamos desiendo? No es otra que Eleanor Reveit, descrita como "campeona de los Pobres y loe oprimidos: finalmente (se volvió) presidenta [sicj del comité que decretó la Declaración de loe Derechos Humanos de Naciones Unidas" (White, 19771, 1978, página 522). Con el transcurso de los años, muchos estudios de caso han influido en el establecimiento de nuestra comprensión acerca de los fenómenos clínicos. Algunos de los ejemplos más famosos y clásicos incluyen: El Caso Dora (Freud, 1905/1953b): explica el concepto de la resistencia a la terapia. El Caso del pequeño Hans (Freud, 1909/1955): aumentó la comprensión con respecto a la psicodinamia de las fobias. Las tres caras de Eva (Thigpen y Cleckley, 1957): delineó la anatomía de la personalidad múltiple. The Mask of Sanity (Cleckley, 1964): proporcionó informes detallados de las vidas de psicópatas. Casos en modificación de conducta (Ullman y Krasner, 1965): demostraron la eficiencia de tratamientos conductuales con casos individuales. Es poco probable que algo reemplace al estudio de caso, como una manera de ayudar a los clínicos a comprender a ese paciente único que se sienta ante ellos. Como discutió Allport (1961) de modo tan apremiante, debe estudiarse a los individuos individualmente. Sin embargo, existe, por supuesto, un inconveniente de los métodos de estudio de caso. Por ejemplo, es difícil utilizar casos individuales para el desarrollo de leyes universales o principios conductuales que se apliquen a todos. De la misma manera, un estudio de caso puede no conducir a conclusiones causaefecto debido a que, en general, los clínicos no tienen control sobre variables importantes que han operado en ese caso. Por ejemplo, un paciente puede beneficiarse en gran medida de la terapia psicodinámica, pero esto puede tener menos que ver con el método de terapia que con las características de personalidad de esa persona. Sólo la investigación controlada subsecuente puede establecer las causas exactas —o los factores que influyen— del cambio. Se puede concluir esta discusión concordando con Davison y Neale (1996), quienes afirman que los estudios de caso han sido de especial utilidad para: proporcionar descripciones acerca de fenómenos poco comunes, extraños o novedosos, métodos característicos de entrevista, evaluación o tratamiento de pacientes; desconfirmar información "uni- versalmente conocida" o aceptada; y generar hipótesis que se puedan someter a prueba (apartado 4-2.) Investigación Epidemiológica Epidemiología se refiere al estudio de la incidencia, ocurrencia y distribución de una enfermedad o dolencia en una población dada. Varios términos son de uso común en epidemiología. Incidencia se refiere a la tasa de nuevos casos de la enfermedad que se desarrollan dentro de un periodo dado, mientras que frecuencia se refiere a la tasa general de casos —viejos o nuevos— dentro de un periodo dado. La práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA6 6 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y incidencia proporciona cierta impresión de si la tasa de nuevos casos de la enfermedad o trastorno está en aumento (por ejemplo, ¿la tasa de nuevos casos de SIDA aumentó este año en comparación con el año pasado?). Por otro lado, las tasas de frecuencia estiman el porcentaje de la población objeto de estudio que está afectada por la enfermedad o trastorno. Por ejemplo, la tasa de frecuencia de la esquizofrenia en el curso de la vida se estima en 1%, lo cual sugiere que los miembros de la población general tienen una posibilidad en 100 de desarrollar el trastorno a lo largo de su vida. En términos históricos, la epidemiología se ha asociado más con la investigación médica diseñada para comprender y controlar las principales enfermedades epidémicas, como el cólera y la fiebre amarilla. Un aspecto central de este método es el simple conteo de casos. La expectativa es que el análisis de la distribución de casos en una comunidad o región y el descubrimiento de las características de los individuos o grupos afectados, explicará algo con respecto a las causas de una enfermedad particular y de los métodos mediante los cuales se esparce. Además, los métodos epidemiológicos pueden ser muy importantes en la identificación de grupos de individuos en riesgo. Apartado 4—2 Generación de hipótesis a partir de terapia El caso de Karl D. se describió por primera vez en Pilares (1976). Karl era un veterano soltero, referido a la clínica para pacientes externos de la Administración de Veteranos. No le tomó mucho tiempo al terapeuta darse cuenta de que los problemas de Karl no eran de la variedad neurótica típica. No estaban presentes síntomas neuróticos clásicos, bien definidos. Karl estaba un poco ansioso o, en ocasiones, deprimido, pero su princi¬pal problema parecía ser una falta casi total de habilidades interpersonales y sociales. No tenía un empleo y vivía de su pequeña pensión del gobierno, junto con el apoyo que pudiera prestarle su madre. Aparte de su madre, con quien vivía, en raras ocasiones interactuaba con nadie excepto, quizás, para comprar cigarrillos u obtener cambio de un desinteresado chofer de autobús. Realmente no tenía amigos. Entonces, la terapia no se volvió un proceso de descubrimiento, orientado al insighf, sino un proceso de enseñanza. La meta se volvió enseñarle a Karl a obtener un trabajo, asistir a la escuela nocturna a aprender un oficio e inculcarle al menos unas cuantas habilidades sociales básicas. El foco de atención se centró en encontrar un empleo, conservarlo, hablar con una mujer y conseguir su interés. Hora tras hora de la terapia se ocupaba en estas tareas, pero el progreso era lento. No era que Karl no pudiera comprender o que no tuviera el menor interés o, inclu¬sive, que estuviera reacio a intentar las habilidades recientemente aprendidas; la dificul¬tad era que aun cuando intentaba una nueva conducta y tenía éxito, éste parecía tener poco efecto sobre su subsecuente conducta. Esto era realmente extraño. Los psicólogos aprenden pronto que, dadas condiciones similares, el reforzamiento fortalece el potencial de ocurrencia futura de la conducta reforzada. Pero eso no ocurría con Karl. La ocurrencia del reforzamiento parecía tener poco efecto en elevar las expectativas de que la conducta funcionara de nuevo. Karl casi parecía desear ser la excepción singular a la regla principal de la teoría del aprendizaje: fique el reforzamiento aumenta la fortaleza del hábito! El terapeuta y sus asesores se sintieron confundidos con esto durante meses. Por ejemplo, después de solicitar un empleo y obtenerlo, la confianza de Karl no aumentaba del todo. En lugar de ello, atribuía su éxito a la suerte y no a sus propios esfuerzos. A éste le siguieron otros episodios similares. Después de que el terapeuta lo instó en muchas ocasiones, Karl invitó a salir a una compañera de trabajo. Ella aceptó. Pero, de nuevo, Karl simplemente volvió a repetir que su buena suerte era la responsable, Finalmente, el terapeuta decidió que quizás Karl creía que la ocurrencia del reforzamiento estaba fuera de su control personal. De ser así, la incapacidad del éxito para aumentar su confianza comenzó a tener sentido. Karl no estaba respondiendo en contra de la teoría del aprendizaje. En lugar de ello, la conceptuación del terapeuta había sido incompleta; un reforzamiento imprimirá una conducta, pero sólo cuando ésta se considera relacionada de manera causal.con el reforzamiento subsecuente. Karl creía responsable al azar y no a sus habilidades personales, y, bajo condiciones aleatorias, cuando uno recibe recompensa, no existen implicaciones para el futuro. Así, parecía haberse resuelto el enigma de la conducta de Karl. 0, al menos, se había formulado una importante hipótesis. De hecho, se requería una gran cantidad de investigación empírica. Rolo después de algunos años de investigación empírica se pudo verificar la utilidad de la hipótesis del azar contra la habilidad. Este práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 7 7 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y campo general de investigación se llegó a conocer como control Interno-externo (Rotter, 1966), o como locue de control. Un buen ejemplo de investigación epidemiológica es el estudio Tabaquismo y salud (Surgeon General, 1964). Esa investigación vinculó el tabaquismo con el cáncer pulmonar mediante los métodos sencillos de conteo y correlación. Aunque hubo un gran debate acerca de si el tabaquismo causaba cáncer pulmonar, hubo relaciones y asociaciones definitivas entre tabaquismo y cáncer pulmonar (por ejemplo, cerca de 90% del cáncer pulmonar en varones se asoció con tabaquismo y la cantidad de cigarros y duración del tabaquismo se correlacionaron positivamente con la probabilidad de cáncer). Es verdad que, con fre- cuencia, la investigación epidemiológica sugiere la posibilidad de causalidad múltiple (esto es, pueden estar presentes varios factores antes de que ocurra la enfermedad, o, entre mayor sea el número de factores asociados que estén presentes, mayor será el riesgo de enfermedad). Es igualmente cierto que las correlaciones obtenidas sugieren causas más que probar de modo definitivo la causalidad. Sin embargo, no se tienen que conocer todos los antecedentes de las causas antes de que se emprendan pasos preventivos. Así, tal vez no se tenga la seguridad de que el tabaquismo causa cáncer o se puede creer que alguna predisposición heredada interactúa con el tabaquismo para producir cáncer. Sin embargo, se sabe que grupos de varones que ha dejado de fumar reducen su riesgo de cáncer pulmonar. Como otro ejemplo, varios estudios en el campo de la enfermedad mental han señalado la relación entre la esquizofrenia y, ya sea, la clase socioeconómica o los factores de desorganización social (Fans y Dunham, 1939; Hollingshead y Redlich, 1958). De nuevo, aunque estos resultados difícilmente transmiten la esencia de la esquizofrenia, sí dan cuenta de los principales factores asociados con su frecuencia. Armados con esta información, los clínicos pueden identificar a las personas cuya vulnerabilidad potencial a la esquizofrenia es alta y pueden establecer programas especiales que proporcionarán evidencia diagnóstica temprana del brote en estos individuos o pueden instituir programas de tratamiento que con facilidad estarán a la disposición de pacientes esquizofrénicos potenciales. Gran parte de la investigación epidemiológica se basa en encuestas o entrevistas, pero los datos pueden estar sujetosa problemas de confiabilidad y validez. Es decir, ¿cómo se definirá un problema de salud mental y, habiéndolo hecho, dónde se localizan los casos para contarlos? Verificar sólo clínicas y hospitales implica ignorar otros lugares posibles. Estas dificultades aumentan cuando nos interesamos en formas más leves de trastornos. En efecto, se necesitan métodos objetivos para definir y medir un problema. Entonces se necesitan procedimientos de encuesta que permitan estimar la incidencia o frecuencia real del problema y no sólo localizar aquellos casos que ya están bajo tratamiento o que se han identificado a sí mismos mediante la búsqueda de tratamiento. Se necesita una muestra residencial, cuadra por cuadra o área por área, y no sólo en clínicas, hospitales e instituciones. Otro problema potencial con los datos de encuestas es que las personas que responden pueden verse atrapadas en la necesidad de decir aquello que es correcto. Pueden tener el deseo de informar sólo de cosas socialmente aceptables y de negar otras experiencias, menos deseables en sentido social. Por ejemplo, una persona puede no estar dispuesta a admitir la experiencia de graves síntomas de psicopatología (como alucinaciones auditivas) debido a que le avergüenzan. Además, se puede pedir a algunos participantes que recuerden cosas que ocurrieron hace muchos años. Estos datos retrospectivos pueden estar sujetos a todo tipo de distorsiones, omisiones o adornos. Por ejemplo, un reciente estudio (Henry, Moffitt, Caspi, Langley y Silva, 1994) encontró que individuos de 18 años de edad, a quienes se había evaluado de manera regular desde el nacimiento, no eran particularmente precisos en sus informes retrospectivos acerca de ciertos tipos de experiencias de la infancia (por ejemplo, conflictos familiares, sus propios síntomas de depresión o ansiedad o su propio nivel de hiperactividad). Estos hallazgos son dignos de mención debido a que, con frecuencia, los psicólogos clínicos piden este tipo de información retrospectiva a sus clientes o participantes en investigación. La cuestión aquí es que se debería intentar evaluar a nuestros clientes y participantes en investigación en el momento de interés y no depender en forma exclusiva de informes retrospectivos. Recientemente se han llevado a cabo varios estudios epidemiológicos a gran escala, con firmes bases metodológicas, acerca del trastorno mental. Por ejemplo, Kessler y colaboradores (1994) aplicaron una entrevista diagnóstica estructurada a una muestra de pro- babilidad a nivel nacional en Estados Unidos a fin de obtener estimados de la frecuencia a 12 meses y durante el curso de la vida de una variedad de trastornos mentales. Algunos de estos resultados aparecen en el cuadro 4-1. Aquello que produce interés son las diferencias en práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 8 8 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y tasas de frecuencia a lo largo de la vida entre varones y mujeres para algunos trastornos, pero no para todos. Los varones tienen mayor probabilidad que las mujeres de recibir diagnósticos de trastorno por uso de sustancias o de trastorno de personalidad antisocial, mientras que los diagnósticos de trastornos del estado de ánimo y de trastorno de ansiedad son más frecuentes entre las mujeres. A partir de estos datos, se puede concluir que los varones parecen estar en un mayor riesgo para una variedad de trastornos por uso de sustancias que las mujeres. Por tanto, ser varón es un factor de riesgo para estos trastornos. Los factores de riesgo no se limitan necesariamente al género, sino que tam- bién pueden incluir otras características sociodemográficas (por ejemplo, nivel socioeconómico, edad, residencia urbana contra rural y demás). FUENTE: De "Lifetime and 12-month Prevalence of DSM-III-R Psychiatric Disorders in the United States: Resulta-dos de la National Comorbidity Survey', de R. C. Kessler y col., 1994, Archives of General Psychiatry, 51, 8-19. Copyright 1994 American Medical Association. Adaptado con autorización. Métodos Correlativos Se acaba de ver que la epidemiología depende con frecuencia de métodos correlativos, debido a que este campo evalúa los correlatos — es decir, factores de riesgo— de la enfermedad o trastorno. Ahora se centrará la atención de manera específica en estos métodos. Las técnicas correlativas permiten determinar si la variable x se relaciona con la variable y. Por ejemplo, ¿cierto patrón de puntuaciones en una prueba de inteligencia se relaciona con categorías diagnósticas psiquiátricas específicas? ¿Las características particulares de un paciente se relacionan con los resultados de terapia? ¿La depresión se relaciona con el género? La Técnica A fin de correlacionar dos variables, primero deben obtenerse dos conjuntos de observaciones. Por ejemplo, supongamos que se aplican dos pruebas a 10 participantes del estudio. Una prueba mide ansiedad y la otra mide una creencia en el control personal. Estos datos hipotéticos se muestran en el cuadro 4-2. Cuando estos datos se correlacionan, el resultado es un coeficiente de correlación, que en este caso es de +.76, indicando una fuerte relación positiva. A medida que incrementan las puntuaciones de ansiedad, aumentan también las puntuaciones en la creencia en un control externo, lo cual significa que la ansiedad y los sentimientos de falta de control están relacionados. El coeficiente producto-momento de Pearson es un índice comúnmente usado para determinar el grado de relación entre dos variables. Esta se simboliza con r, que puede variar desde -1.00 hasta +1.00. Una r de + 1.00 denota que las dos variables se relacionan perfecta y positivamente. Una r de -1.00 indica una perfecta relación negativa. La r de +.76 de los datos en el cuadro 4—2 significa una relación alta, pero menos que perfecta. En la figura 4—1 se muestra un diagrama de dispersión de los puntos de los datos para las dos variables del cuadro 4—2. Cada punto corresponde a las puntuaciones de un participante tanto en ansiedad como en control. Así, el punto de datos más cercano al extremo inferior izquierdo son los datos de Ralph (ansiedad = 4; control = 2). La figura 4—2 presenta los diagramas de dispersión para diversas correlaciones. práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 9 9 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y Entre más cercano se esté a una relación perfecta, más parecidos a una línea recta serán los puntos de los datos. A medida que r se aproxima a cero (ninguna relación) los datos se distribuirán en una forma casi aleatoria alrededor de una línea recta. Significación estadística contra significación práctica Después de que se calcula un coeficiente de correlación, se puede determinar si el número obtenido es significativo. Tradicionalmente, si se encuentra que la expectativa de ocurrencia aleatoria de la correlación obtenida (o un valor más extremo) es menor de cinco veces entre 100, se considera estadísticamente significativa. Se dice que esta correlación es significativa al nivel del .05, lo cual por lo generalmente se escribe práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 10 10 Para profundizaren este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y como p < .05. Por supuesto, entre mayor sea la correlación, es más probable que sea significativa. Pero cuando participan grandes números de participantes, aun correlaciones relativamente pequeñas pueden ser significativas, es decir, con 180 participantes una correlación de .19 será significativa; sin embargo, cuando participan sólo 30 sujetos, una correlación de .30 puede no ser significativa. Por tanto, es importante distinguir entre significación práctica y estadística. La correlación de .19 puede ser significativa, pero la magnitud de la relación es aún bastante modesta. Por ejemplo, puede ser cierto que en un estudio en el que participan 5000 estudiantes del segundo año de posgrado en psicología clínica, en todo EE.UU., exista una correlación de .15 entre sus puntuaciones en la GRE y las calificaciones del cuerpo docente en cuanto a capacidad académica.Aunque la relación no es aleatoria, la importancia real es bastante pequeña. Gran parte de la variación en las calificaciones del cuerpo docente se debe a factores diferentes a las calificaciones en la GRE. En algunos casos, una correlación de .15 se considera importante, pero en muchas situaciones no lo es. También se debe recordar que los niveles de significación de .05 para aceptación de no aleatoriedad representan un tipo de tradición científica; sin embargo, no son sagrados. En ciertos casos otra información puede persuadir a algunos investigadores que los niveles de significación de .07 o de .09 deben ser tomados en serio. El problema de la causalidad Como se señaló antes, en el caso de la investigación epidemiológica, los métodos correlativos pueden fracasar en la cuestión causa-efecto. No importa qué tan lógico parezca, no se puede, con base sólo en una correlación, afirmar que una variable es causa de otra. Por ejemplo, supóngase que un investigador descubre que existe una correlación entre el diagnóstico de esquizofrenia y la presencia de niveles elevados del neurotransmisor dopamina en el sistema nervioso central. ¿Esto significa que los niveles excesivos de dopamina causan la esquizofrenia o, por el contrario, que la experiencia de un episodio de esquizofrenia resulta en cambios en los niveles de dopamina? Quizás el verdadero culpable sea una tercera variable. Por ejemplo, muchos pacientes con esquizofrenia tienen una larga historia de tomar fármacos psicoactivos (por ejemplo, uso a largo plazo de anfetaminas). Es de suponer que tal uso a largo plazo podría afectar los niveles de neurotrasmisor; por tanto, el investigador debe evitar suponer que una variable causa a la otra, dado que siempre es posible que participe una tercera variable no medida. Un ejemplo clásico del problema de la tercera variable es la observación de que los índices de criminalidad se correlacionan en forma significativa con el número de iglesias y sinagogas en una comunidad. ¿Significa esto que la religión es causa de la criminalidad? No. La tercera variable que se ha descuidado en este ejemplo es el índice de población. Tanto el índice de criminalidad como el número de iglesias y sinagogas se correlacionan en sentido positivo con el índice de población y se correlacionan entre sí porque ambas aumentan a medida que incrementa la población. Por supuesto, los métodos correlativos pueden demostrar que una hipótesis causa-efecto no es válida. Si la expectativa es que la variable a causa a la variable b, se debe al menos demostrar que están correlacionadas. El fracaso para obtener una relación significativa contradice con toda seguridad a la hipótesis. Mientras que no se pueden hacer inferencias causales a partir de los coeficientes de correlación, esto no quiere decir que no existan relaciones causa-efecto en un caso dado, pero estas relaciones se deben demostrar a través de métodos adicionales de investigación (a discutirse después). Existen métodos de investigación que pueden ayudar a invalidar el problema de causalidad, por ejemplo, equiparar a los participantes con base en otras variables que pueden estar contribuyendo a la relación obtenida o a través de métodos longitudinales que estudien las variables antes de que se desarrolle un trastorno dado. Pero éstos son, a menudo, procedimientos engorrosos y caros y, por tanto, se les emplea con menor frecuencia. En ocasiones el investigador se ve forzado a utilizar métodos correlativos porque, debido a consideraciones éticas o prácticas, no puede manipular ciertas variables como edad, sexo, estado civil u orden del nacimiento. Por ejemplo, no puede entrenarse a alguien para cometer un homicidio a fin de estudiar los efectos de la personalidad en la violencia. Ciertas cosas se pueden estudiar sólo al observar sus ocurrencias; crearlas no es una alternativa aceptable. Análisis factorial Este método se deriva de la estrategia correlativa. El análisis factorial es una manera de analizar, al mismo tiempo, las interrelaciones de un número de variables. Es un método estadístico que utiliza muchas correlaciones independientes a fin de determinar cuál variable cambia en práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 11 11 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y consonancia y, por ello, se puede considerar relacionada en términos funcionales. La idea es que cuando las variables cambian juntas, deben tener algún elemento en común que subyace a su relación. Considérese el siguiente ejemplo (Phares, 1991). Supóngase que se intenta identificar los elementos básicos de lo que se llama "habilidad clínica". Primero, se pide a un jurado que seleccione a 100 clínicos que se conocen por su excelentes antecedentes al proporcionar servicios expertos. Entonces, se aplica un gran número de pruebas que se cree que evalúan una variedad de habilidades y logros clínicos. Después, se correlaciona cada una de estas pruebas con las demás. Esto proporciona una matriz de correlación en la que se presentan las correlaciones entre todos los posibles pares de pruebas. La matriz en la que se anotan las correlaciones hipotéticas se muestra en el cuadro 4-3. Supóngase que se utilizaron sólo siete pruebas de la siguiente manera: A = Prueba de Cl. B = Prueba de rendimiento matemático. C = Prueba de razonamiento espacial. D = Prueba de razonamiento analítico. E = Medida de empatía. F = Medida de adaptación personal. G = Medida de altruismo. Al estudiar la matriz de correlación, surge un patrón interesante. Las medidas A, B, C y D muestran una fuerte relación positiva (correlaciones que van desde .70 a .80). Al mismo tiempo, E, F y G también se correlacionan en gran medida entre sí (correlaciones que van desde .75 hasta .85). Pero virtualmente no existe relación entre el grupo E, F, G y el grupo A, B, C, D (por ejemplo, A y E = .15, B y F = .10, D y G = .12). Estos patrones indican que A, B, C y D parecen medir una dimensión subyacente similar, o factor. De igual modo, E, F y G pertenecen juntas, lo cual sugiere una segunda dimensión subyacente. En efecto, el análisis factorial hace en términos estadísticos, con grandes matrices de correlación, lo que aquí se hace mediante la inspección de las correlaciones en las siete medidas. Si se tuvieran 200 medidas, la simple inspección sería una tarea imposible. A partir del ejemplo anterior parecería que participan dos factores o dimensiones. Se les podría llamar X (derivado de las correlaciones entre A, B, C y D) y Y (derivado de E, F y G). Juntos, estos dos factores explican las relaciones significativas en la matriz. En términos generales se le da un nombre a dichosfactores. Con frecuencia ésta es una decisión sumamente inferencial que en ocasiones puede conducir a problemas de comunicación, dado que los nombres que se eligen a veces trasmiten información que es diferente de aquella que se intentó trasmitir en un principio. Sin embargo, en nuestro ejemplo, ya que en el Factor X participan A, B, C y D, quizás se podría elegir el nombre de "capacidad intelectual". El Factor Y es más difícil de nombrar dado que en él participan medidas de empatía, adaptación y altruismo. Quizás "altruismo sano" sería apropiado. FUENTE: De Introduction to Personality, tercera edición, de E. J. Phares. Copyright 1991 HarperCollins. Reimpreso con autorización. El análisis factorial es una manera especialmente buena de ayudar a la organización con coherencia de las relaciones que surgen de grandes conjuntos de datos. Para identificar los elementos básicos de la habilidad clínica (en el ejemplo) o aquellos de la personalidad, no obstante, el análisis factorial no es la última respuesta. Después de todo, lo que surge de un análisis factorial se determina por la naturaleza de las medidas incluidas desde un principio. ¡Es difícil esperar que aparezcan como factores aquellos elementos que no se incluyeron en la muestra de batería de pruebas para estudiar la habilidad clínica! Enfoque Longitudinal Contra Tranovergal En campos como el de la gerontología prevalecen dos enfoques principales en investigación. Los diseños transversales son aquellos que comparan diferentes grupos de edad al mismo tiempo. Los diseños longitudinales siguen a los mismos sujetos en el transcurso del tiempo. El formato básico de estos dos enfoques se muestra en la figura 4-3. En este ejemplo, la fila a ilustra el diseño longitudinal y la columna b al diseño transversal. Los enfoques transversales son correlativos dado que el investigador no puede manipular la edad ni puede asignar a los participantes a diferentes grupos de edad. Dado que hay diferentes participantes en práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 12 12 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y cada grupo de edad, no puede suponerse que el resultado del estudio refleje cambios debidos a la edad; sólo refleja diferencias entre grupos por edad empleados. Estas diferencias tal vez se deban más a las épocas en que se crió a los sujetos que a la edad en sí. Por ejemplo, un grupo de personas de 65 años de edad podría resultar más austero que uno de individuos de 35 años de edad. ¿Esto significa que el avance en edad promueve la austeridad? Quizás. Pero podría indicar sólo que las personas de 65 años fueron criadas durante la Gran Depresión cuando era muy difícil obtener dinero. Fecha de Nacimiento Edad 1890 65 70 b 75 80 85 1895 60 65 70 75 80 1900 55 60 65 70 75 1905 50 55 60 65 70 1910 a 45 50 55 60 65 1915 40 45 50 55 60 50 Existen, por supuesto, muchas variaciones en los diseños transversales y longitudinales (Kausler, 1991). Sin embargo, en el caso de estudios longitudinales, los principales problemas son de carácter práctico. Los estudios son costosos y requieren gran paciencia y continuidad del liderazgo en el programa de investigación. En ocasiones, también, se debe vivir con los errores de diseño cometidos años antes o avenirse con métodos de investigación y medición pasados de moda. Debido a que la investigación longitudinal es cara en tiempo y dinero, no se le emplea con tanta frecuencia como se debería. Por estas razones, la investigación de los aspectos del desarrollo en psicopatología ha sufrido carencias durante mucho tiempo (Rotter, 1990; Wierson y Forehand, 1994). Aun así, se espera que haya un retorno hacia aquellas estrategias que estudian la psicopatología, el tratamiento o la personalidad a través de grandes periodos y con una variedad de medidas (Phares, 1991). Con mucha frecuencia, los psicólogos clínicos han sido esclavos de una metodología transversal que en ocasiones parece haberse enfocado de manera exclusiva en experimentos de 50 minutos. Tales estrategias han promovido una perspectiva de fotografía instantánea que poca ayuda ha dado a la comprensión de la coherencia y organización de la conducta y personalidad humanas. 1920 35 40 45 50 55 1925 30 35 40 45 Momento de la 1955 1960 1965 1970 1975 medición Figura 4-3. Diseños transversales y longitudinales de investigación. FUENTE: Diana Woodruff-Pak, Psychology and Aging, Copyright 1988, p. 32. Reimpreso con autorización de Prentice-Hall, Englewood Cliffs, Nueva Jersey. Los estudios longitudinales son aquellos en los que se recolectan datos acerca de las mismas personas en el transcurso del tiempo. Estos diseños permiten obtener un discernimiento acerca de los cambios conductuales de acuerdo con la edad. En el sentido interpretativo, los estudios longitudinales permiten que los investigadores puedan hacer mejores especulaciones acerca de las relaciones tiempo-orden entre factores que varían juntos. También ayudan a eliminar el factor de la tercera variable que con tanta frecuencia puede constituir un problema en los estudios correlativos. Por ejemplo, supóngase que se sabe que los trastornos depresivos van y vienen con el transcurso de los años. Si la depresión es responsable del hecho de que se correlacionen pérdidas significativas de peso y niveles menores de confianza en uno mismo, entonces tanto la pérdida de peso como la disminución en la confianza en sí mismo deberían variar junto con los estados depresivos. Método Experimental Para determinar relaciones causa-efecto entre eventos se deben emplear métodos experimentales. Considérese el siguiente estudio en el que se analizó la responsabilidad personal en relación a varios indicadores de bienestar (Langer y Rodin, 1976). Aunque este estudio se realizó hace algún tiempo, el diseño de la investigación ilustra con claridad las características importantes del método experimental. El estudio se llevó a cabo en un asilo de ancianos en Connecticut con participantes cuyas edades iban de los 65 a los 90 años. El grupo experimental contenía 47 participantes a los que se les dijo que se les alentaría a tomar varias decisiones. Por ejemplo, en lugar de consultar con el personal, podían decidir por sí mismos la disposición de habi- taciones, dónde deseaban recibir visitas, cómo querían pasar su tiempo libre y demás. Incluso se les alentó para que comunicaran sus quejas al práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 13 13 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y personal. Además, se esperaba que cada uno de ellos cuidara en forma personal de una planta. El grupo control consistió de 44 participantes a quienes se les dio la impresión explícita de que el personal decidiría con respecto a todos los aspectos anteriores. Se les dijo que el personal estaba no sólo muy deseoso de cuidar de ellos sino también ¡de sus plantas! Al inicio se equipararon los dos grupos (una semana antes de que se dieran las instrucciones) de acuerdo a diversas variables, que incluían estado de salud, nivel socioeconómico anterior y adaptación psicológica. A pesar de esta equiparación, tres semanas después los dos grupos difirieron significativamente en cuanto a diversas variables como estado de alerta, felicidad, bienestar general, frecuencia de asistencia a películas y participación en actividades grupales. La figura4-4 muestra los datos para los autoinformes de felicidad antes y después de las instrucciones. Este ejemplo ilustra varias características de un estudio experimental típico: la hipótesis experimental, la variable independiente y la variable dependiente. La hipótesis experimental de que los ancianos se beneficiarían de un sentido de responsabilidad personal, se desarrolló a partir de la observación de poblaciones similares y de investigación publicada anteriormente. Se supone que la variable independiente —en este caso la responsabilidad personal— está bajo el control del investigador y se espera que tenga un efecto causal sobre la conducta de los participantes. La variable dependiente —la respuesta de los participantes (por ejemplo, los informes de felicidad) ante la responsabilidad percibida o la falta de ésta— es una reacción ante los cambios en la variable independiente. Se siguió un buen procedimiento experimental también al equiparar a los participantes en cuanto a variables importantes que podrían haber afectado el resultado de la investigación (como estado de salud y adaptación). En ocasiones, cuando la equiparación es difícil, se asigna a los participantes aleatoriamente a los grupos experimental y control. En cualquier caso, la idea es que el único rasgo significativo diferente para los dos grupos fuera el sentido inducido de responsabilidad personal. De aquí que las instrucciones deben haber causado las mayores puntuaciones de felicidad en el grupo experimental. Diseños Entre Intragrupos En los diseños entre grupos se tienen dos conjuntos independientes de participantes, cada uno de los cuales recibe un tratamiento diferente. Tómese, por ejemplo, un estudio acerca de la efectividad de la terapia. En su forma más simple, se compara un grupo experimental (que recibe algún tipo de tratamiento) con un grupo control (que no recibe tratamiento alguno). De manera ideal, los pacientes se asignarían aleatoriamente a cada grupo. Se toma algún conjunto de medidas, por práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 14 14 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y ejemplo, nivel de ansiedad, impresiones de entrevista, o datos de prueba de todos los pacientes en ambos grupos, antes del tratamiento (o no tratamiento), después del mismo y, quizás, en un periodo de seguimiento de seis meses o un año después de que se ha concluido éste. Se supone que cualesquier diferencias entre los dos grupos, ya sea a la conclusión del tratamiento o durante el seguimiento, están en función del tratamiento que recibió el grupo experimental. En el caso de diseños intragrupos, la comparación podría hacerse con el mismo paciente en diferentes momentos o etapas. Para ilustrar cómo funciona este procedimiento, supongamos que se está interesado en los efectos (por ejemplo, nivel de angustia) de estar en una lista de espera. Podría decidirse colocar a todos los pacientes en una lista de espera de seis semanas, pero llevar a cabo una variedad de procedimientos de evaluación antes de hacerlo (punto A). Seis semanas después se les volvería a evaluar justo antes de comenzar el tratamiento (punto B). En el momento de la conclusión del tratamiento (punto C) se evaluaría a los participantes en una tercera ocasión y también se les podría dar un seguimiento posterior, quizás en el punto D. Cualquier cambio que tuviera lugar entre los puntos A y B (mientras que se está en lista de espera) se compararía con los cambios que tuvieran lugar entre los puntos B y C o D. Estos análisis más complejos de los cambios darían una mejor perspectiva acerca de la eficacia del tratamiento en relación con estar solamente en lista de espera. Existen muchas variaciones de los diseños intragrupo. Sin embargo, una de las ventajas principales es que requieren menos participantes. De hecho, como se verá posterior-mente en el caso de diseños de un solo sujeto, se puede determinar si una intervención específica ha tenido o no efecto al observar nada más a un sujeto. Validez Interna En ocasiones sucede que un experimento no posee validez interna; es decir, no se está seguro de que el resultado obtenido se pueda atribuir, en realidad, a la manipulación de la variable independiente. Algunos estudios ni siquiera contienen un grupo control para compa- ración con un grupo experimental. Como consecuencia, cualquier cambio observado podría ser el resultado de alguna otra variable. Por ejemplo, supongamos que el experimento de Langer y Rodin en el asilo de ancianos no hubiera tenido un grupo control. Aun cuando el grupo experimental mostrara incrementos en felicidad, quizás esto no se debiera del todo a sentimientos de responsabilidad. Quizás se debió a la contratación de un nuevo administrador del asilo, a la mitad del estudio. O quizás a un cambio en dietistas ocurrido durante el estudio. Sin un grupo control que también experimentara estos últimos eventos, nunca podría tenerse la seguridad acerca de los resultados. En pocas palabras, cuando no se controlan las variables extrañas o no puede demostrarse que existan de la misma manera en los grupos experimental y control, pueden confundirse los resultados debido a estas variables. Se verá después que, en ocasiones, en los estudios acerca de la efectividad de la terapia, un grupo de pacientes recibe un nuevo tipo de terapia. Un segundo grupo de pacientes se equipara con el grupo de terapia o bien se asignan pacientes aleatoriamente a ambos grupos y después se asignan a una lista de espera. La suposición es que la única diferencia entre los sujetos en lista de espera y los que están en terapia, es que los últimos recibieron terapia y los primeros no. Por tanto, el estudio tiene validez interna. Pero, ¿es cierto? La experiencia ha demostrado que los sujetos que están en lista de espera no siempre dejan de recibir ayuda. En vez de ello, con frecuencia buscan la ayuda de un ministro religioso, el consejo sabio de un amigo o alguna otra forma de asistencia de alguien más.Así, cualquier mejoría demostrada por el grupo en terapia podrá confundirse con la ayuda extraterapia que han recibido informalmente los sujetos en la lista de espera. Así, el hecho de que el grupo de terapia no haya mejorado más que el que está en lista de espera, difícilmente significa que la intervención terapéutica haya sido ineficaz; tal vez sólo quiera decir que ambos grupos recibieron algun tipo de intervención. Otro factor que perjudica la validez interna implica las expectativas. Cuando el investigador o el participante esperan un cierto resultado, puede producirse ese mismo. No es la manipulación experimental la que lo causa, sino que las expectativas son las responsables. Cuando esto sucede, se le denomina efecto placebo. Por ejemplo, se ha sabido que algunas personas se comportan como si hubieran bebido alcohol cuando creen que la situación requiere tal conducta, a pesar del hecho de que no han bebido, sino sólo se cree que lo hicieron. De manera similar, se ha sabido que los pacientes informan que la terapia los ha ayudado cuando objetivamente no están mejor. ¡Debido a que el terapeuta les ha dedicado tanto tiempo, sienten que deberían estar mejor! En otros casos, se ha sabido que los experimentadores producen de modo inconsciente las mismas respuestas que esperaban obtener. Quizás se comportaron con tal sutileza que alentaron a los pacientes a práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 15 15 Para profundizar en este tipo de contenidosconsulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y comportarse de la manera "apropiada". En especial, es probable que esto ocurra cuando el experimentador conoce quiénes son los sujetos experimentales y quiénes son los sujetos control. En ciertas ocasiones, los clínicos han sido culpables de proporcionar inconscientemente un poco de tiempo adicional a un paciente en un reactivo de prueba, debido a que esperan que tenga una buena ejecución. Para evitar los efectos de las expectativas del experimentador o del participante se utiliza por lo común el procedimiento doble ciego. Aquí, ni los participantes ni el experimentador conocen qué tratamiento o procedimiento se emplea. Por ejemplo, si un experimentador está interesado en estudiar los efectos de dos fármacos, la persona que da el fármaco no sabe cuál es cual. Ni el sujeto puede distinguirlos, debido a que los dos tipos de pastillas son idénticas en tamaño, forma, color, peso, textura, sabor y demás. Pero los estudios doble ciego no son siempre tan "ciegos" como se piensa (véase Magraf y colaboradores, 1991). Entonces, en resumen, los métodos como la equiparación, la asignación aleatoria de participantes a los grupos experimental y control, el uso de grupos control y el empleo de procedirnientos doble ciego, ayudan a asegurar que los experimentos presenten validez interna. Validez Externa Cuando se descubre que los resultados de un experimento no pueden generalizarse más allá de las condiciones reducidas y exactas del mismo, la investigación no muestra validez externa. Si los resultados de Langer y Rodin se aplicaran sólo a ese asilo específico, tendrían un problema. De hecho, la mayor parte de la investigación experimental se realiza con la esperanza de generalizar los resultados, más allá de los confines del entorno inmediato. De hecho, puede ser muy difícil determinar la validez externa de un estudio dado. Con demasiada frecuencia los resultados producidos en el laboratorio no pueden reproducirse en entornos de la vida real. El peor error consiste en suponer que sólo debido a que se produjeron ciertos resultados en la situación A, de igual modo ocurrirán en la situación B. Aunque la investigación experimental en laboratorio generalmente permite mejor control de variables, su naturaleza artificial puede evitar las generalizaciones amplias. Investigación Análoga El problema de la generalización de resultados es particularmente importante para los estudios análogos; estos últimos se conducen en el laboratorio, donde es más fácil ejercer un control donde se dice que las condiciones son "análogas" a la vida real. Con mucha frecuencia se emplean para destacar la naturaleza de la psicopatología o de la terapia. Existen muchos ejemplos de procedimientos análogos. Cuando Watson y Rayner (1920) intentaron mostrar la manera en que Albert pudo aprender a tener fobia a las ratas blancas, estaban construyendo una analogía del modo en que pensaban que se adquirían las verdaderas fobias (apartado 4-1). Como otro ejemplo, algunos investigadores estudian los correlatos y efectos de la depresión induciendo un estado de ánimo deprimido en participantes no deprimidos, a través del uso de técnicas tradicionales de inducción del estado de ánimo (por ejemplo, la lectura de un texto que se ha mostrado que incrementa los niveles de disforia) o por medio del uso de diapositivas o música que induce ciertos estados de ánimo (por ejemplo, Goodwin y Sher, 1993). Se puede suponer que estas técnicas crean un estado depresivo análogo a aquel visto en la depresión clínica. En cierto sentido, casi todos los estudios experimentales son estudios análogos en uno u otro grado. Pero, cuando diversas restricciones prácticas o éticas impiden la creación de estados reales, se debe dirigir la atención hacia situaciones análogas. La ventaja de los estudios análogos es que tienen la posibilidad de una mejor validez interna debido al control superior que se puede ejercer en el laboratorio, pero el talón de Aquiles del método es el grado de semejanza entre la analogía y la realidad. Por ejemplo, supongamos que se decide estudiar el papel del fracaso en la depresión. No se desea estudiar a depresivos reales por diversas razones. Primero, es difícil obtener una muestra suficientemente grande de participantes con antecedentes similares y que tengan un nivel idéntico de depresión. Segundo, ¿en realidad, sería ético someter a estas personas a una experiencia fuerte y significativa de fracaso y, por tanto, arriesgarse a hundirlos aún más en la depresión? Esto, por cierto, ilustra un verdadero dilema en la investigación análoga. Si las manipulaciones experimentales son realmente efectivas, pueden ser dañinas y, por tanto, no éticas. Si fueran de carácter superficial, la investigación se volvería trivial y poseería poca validez externa (Suomi, 1982). Sin embargo, el hecho de que las condiciones análogas permitan al experimentador controlar el grado y tipo de fracaso, la naturaleza de los participantes y demás hace que el uso de estudios análogos sea una práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 16 16 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y alternativa atractiva. A pesar de ello, cuando los psicólogos clínicos emplean procedimientos análogos, pueden tener que pagar un precio. Por ejemplo, en el experimento hipotético anterior, ¿cómo sabemos que los participantes son, en realidad, iguales a aquellos a los que se les diagnostica profesionalmente una depresión? Quizá son participantes reclutados de clases de psicología general, cuya única cercanía con la depresión es una puntuación por encima de algún punto de corte en un cuestionario que se supone que la mide. No son, entonces, casos clínicos de depresión. Además, el clínico no puede tener la seguridad de que una experiencia de fracaso, en un problema dentro de un ambiente de laboratorio, sea igual al fracaso en la vida cotidiana de un depresivo verdadero. Algunas personas han exhortado a utilizar animales porque no presentan algunos de los problemas metodológicos que existen en la investigación con seres humanos. Con animales, los experimentadores pueden ejercer un control casi perfecto sobre sus dietas, sus condiciones de vivienda e, inclusive, sobre sus antecedentes genéticos. Pueden tener una injerencia mucho mayor en las vidas de los animales y dado que éstos tienen periodos de vida más cortos, los fenómenos que pueden requerir años para su estudio en seres humanos se pueden estudiar en unos cuantos meses, con ratas, por ejemplo. Lo que es más, existen varios trastornos conductuales de incidencia natural (por ejemplo, agresión, trastornos del estado de ánimo, hiperactividad y trastornos de la alimentación) que se observan de manera común en la práctica veterinaria y que parecen relacionarse con el campo de la psicopatología (Stein, Dodman, Borchelt y Hollander, 1994). Pero, de nuevo, ¿en qué son similares exactamente la conducta animal y la conducta humana? Quizás tienen la suficiente semejanza en ciertos casos, pero en otros no tienen ninguna. Concluyendo, la investigación análoga es importante y puede ser bastante iluminadora. Pero los experimentadores no se pueden dar el lujo de dejar de lado por completo su escepticismo cuando la emplean. Una nota final Al cerrar esta sección sobre métodos experimentales, se debe señalar que no todos los investigadores están prendados de estos enfoques tradicionales. Por ejemplo, hace muchos años Cattell (1965) criticó la llamada estrategia bivariada de experimentación. Este es un método sagrado que proviene desde los tiempos de Pavlovy Wundt, en el cual se estudian sólo dos variables a la vez. El.investigador manipula una variable independiente y, entonces, observa sus efectos sobre la variable dependiente. Por ejemplo, el experimentador induce la creencia en los participantes de que carecen de control personal sobre el brote de un choque eléctrico (variable independiente). La pregunta es ¿qué sucede con el nivel de ansiedad del participante, medida por la respuesta galvánica de la piel (variable dependiente)? Si el foco de atención se centra sobre la ansiedad, se vuelve necesario llevar a cabo miles de tales estudios bivariados para determinar el modo en que las personas llegan a sentir ansiosas. Los experimentadores deben variar las medidas de ansiedad, la naturaleza del estímulo y la presencia de rasgos preexistentes de personalidad que puedan afectar la naturaleza de las respuestas de los participantes. Si los experimentadores varían un aspecto a la vez en un estudio tras otro, se quedan con una perspectiva en trozos acerca del ser humano. Juntar los resultados de todos estos estudios bivariados puede ser peor que intentar unir de nuevo al proverbial Humpty Dumpty.Y, debido a que el estudio analiza la ansie- dad en aislamiento de otras variables como la capacidad, adaptación y los resultados no ofrecen una explicación de cómo pueden afectar estas variables a la ansiedad. En consecuencia, algunas personas han defendido el uso de una estrategia multivariada. Aquí, los experimentadores emplean una variedad de medidas en la misma persona, pero no ejercen mucho control. Pueden utilizar datos de cuestionarios, registros vitales, observación y demás, éstos se pueden correlacionar y hacer un análisis factorial con ellos. Debido a que el método puede enfocarse en fenómenos de ocurrencia natural y puede lidiar con diversas variables al mismo tiempo, muchos lo consideran como una estrategia superior. Sin embargo, el método, como los otros enfoques correlativos, posee sus limitaciones (véase Phares, 1991). Diseños De Un Solo Caso Los diseños de un solo caso son un desarrollo de los enfoques conductuales y operantes. Tienen semejanzas con los métodos experimentales y con los de estudio de caso. Por ejemplo, un experimentador mide la conducta de un sujeto bajo varias condiciones y, en este sentido, emplea un método similar a las técnicas experimentales. Pero el foco de atención se sitúa en las respuestas de un solo participante. En general, esta investigación comienza con el práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 17 17 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y establecimiento de una línea base. Aquí se hace un registro acerca de la conducta del participante antes de cualquier intervención, por ejemplo, el número de crisis de ansiedad por semana. Después de que se establece una línea base confiable, se introduce una intervención. Entonces se determinan los efectos de ésta mediante la comparación del nivel de línea base de la conducta con el nivel posterior a la intervención. Los diseños de un solo caso permiten que el experimentador establezca relaciones causa-efecto, porque proporcionan un método de estudio de la conducta clínica, en especial de métodos de terapia, que no requiere que se utilice de nuevo el tratamiento mediante la asignación de ciertos participantes a grupos control o listas de espera.Algunos investigadores han discutido que este último procedimiento, aunque representa investigación bien hecha es, en esencia, poco ético porque puede privar a las personas de la esperanza de alivio. Aunque la terapia a utilizarse tal vez no esté probada o aunque algunos afirmen que, en interés del bien último de muchas personas, la ciencia debe privar a unos cuantos de la posibilidad de mejoría, el espectro de la ética aún ronda en el trasfondo. Otras razones prácticas para utilizar diseños de un solo caso incluyen el hecho de que, con frecuencia, es sumamente difícil encontrar en ambientes clínicos suficientes participantes para hacer equiparaciones o asignaciones aleatorias a grupos control. Los estudios de un solo caso reducen los números necesitados. También algunos han señalado que gran parte de la investigación, de personalidad y clínica por igual, generaliza los datos con base en medias. En consecuencia, puede ser que los resultados no se apliquen o puedan caracterizar en realidad un caso dado (Lamiell, 1987). Estos diseños de un solo caso evitan estos problemas. Los diseños ABAB Los diseños ABAB permiten la medición de la efectividad de un tratamiento mediante la observación de cambios sistemáticos en la conducta del sujeto, a medida que se alternan las condiciones de tratamiento y no tratamiento. Se denomina diseño ABAB porque al periodo inicial de línea base (A) le sigue un periodo de tratamiento (B), un regreso a línea base (A) y, entonces, un segundo periodo de tratamiento (B). Un buen ejemplo de un enfoque de un solo caso es el estudio de Robbie (Hall, Lund y Jackson, 1968). Él era un niño de tercer grado de primaria que tenía una conducta sumamente desorganizante en el salón de clase. Cerca de 75% del tiempo lo pasaba riendo, arrojando cosas o representando, en general, una molestia. El resto del tiempo (25%) estu- diaba. Este patrón de comportamiento se muestra en la figura 4—5 como el periodo de línea base (A). Durante el periodo de reforzamiento I (B), la maestra prestó mucha atención a Robbie y fue obvio que mejoró la conducta de estudio del niño, de acuerdo con ello. Durante el periodo de inversión (A), la maestra regresó al nivel anterior de atención y la conducta de estudio del niño revirtió a casi su nivel de línea base. Cuando se introdujo de nuevo la atención, reforzamiento II o B, su conducta mejoró de nuevo. Se insertó el periodo de inversión entre los dos periodos de reforzamiento para permitir que los investigadores demostraran una relación causal entre la conducta de la maestra y la de Robbie. Una dificultad con el procedimiento ABAB es que el retiro del tratamiento puede plantear algunos problemas éticos. Sin embargo, la gravedad del problema depende de las circunstancias específicas implicadas. Figura 4-5. Robbie: La aplicación y retiro de reforzamiento. FUENTE: De "Effects of Teacher Attention on Study Behavior", de R. V. Hall, D. Lund y D. Jackson, Joumal of Applied Behavior Analysis, 1968, 1, 1-12. Copyright 1968 the Society for the Experimental Analysis of Behavior. Reimpreso con autorización. Diseño de línea base múltiple En algunos casos es imposible emplear un periodo de inversión. Como ya se señaló puede haber restricciones éticas. También, en entornos de investigación clínica, los terapeutas pueden estar en contra práctica. México, D.F: Manual Moderno. UNIDAD II LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANORMAL MÓDULO 0403- PROPEDÉUTICA EN EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA 18 18 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Phares, E.J. & Trull, T.J. (1999). Psicología Clínica: conceptos, métodos y de que sus clientes vuelvan a experimentar situaciones que restablezcan las mismas conductas que se busca erradicar. En estos casos, los investigadores han empleado lo que se denomina diseños de línea base múltiple. Aquí se eligen dos o más conductas para el análisis. Por ejemplo, quizás un paciente institucionalizado tiene graves problemas para comportarse con responsabilidad. No cuida de su habitación, no sigue una adecuada higiene personal, y no llega a tiempo para sus tareas. Se recolectan datos de línea base para su conducta, tanto en ambientes personales como laborales.
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