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16 Citas de la Biblia

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CITAS DE LA BIBLIA PARA ANÁLISIS DE FUENTES 
 
 
Génesis XII 1-3 (siglo XV ac y antes) 
 
1 Pero Jehová había dicho a Abraham: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, 
a la tierra que te mostraré. 
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti 
todas las familias de la tierra. 
 
 
Génesis XXVI 3-5 (siglo XV ac y antes) 
 
3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu 
descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 
4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas 
tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 
5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis 
leyes. 
 
 
1 Samuel VIII 4-22 (crítica a la monarquía desde sus inicios) (siglo XI ac) 
 
4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, 
5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, 
constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. 
6 Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a 
Jehová. 
7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han 
desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. 
8 Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, 
dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. 
9 Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará 
el rey que reinará sobre ellos. 
10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey. 
11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en 
sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; 
12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus 
campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. 
13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. 
14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los 
dará a sus siervos. 
15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. 
16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con 
ellos hará sus obras. 
17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. 
18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os 
responderá en aquel día. 
19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; 
 1 
20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá 
delante de nosotros, y hará nuestras guerras. 
21 Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová. 
22 Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los varones 
de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad. 
 
 
1 Reyes II 1-4 (monarquía de derecho divino pero limitada) (siglos X – IX ac) 
 
1 Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: 
2 «Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre. 
3 Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, 
sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así 
prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas, 
4 y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando 
delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente 
en el trono de Israel. 
 
 
Salmo 143 - Oración por la victoria y por la paz (la guerra justa) (siglo X?) 
 
Bendito el Señor, mi Roca, 
que adiestra mis manos para el combate, 
mis dedos para la pelea; 
 
mi bienhechor, mi alcázar, 
baluarte donde me pongo a salvo, 
mi escudo y mi refugio, 
que me somete los pueblos. 
 
 
Eclesiástico 36, 1-7. 13-16 - Cántico: suplica en favor de la ciudad santa de Jerusalén (siglo X) 
 
Sálvanos, Dios del universo, 
 infunde tu terror a todas las naciones; 
 amenaza con tu mano al pueblo extranjero, 
 para que sienta tu poder; 
 Como les mostraste tu santidad al castigarnos, 
 muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos: 
 para que sepan, como nosotros lo sabemos, 
 que no hay Dios fuera de ti; 
 Renueva los prodigios, repite los portentos, 
 exalta tu mano, robustece tu brazo; 
 Reúne a todas las tribus de Jacob 
 y dales su heredad como antiguament; 
 Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre, 
 de Israel, a quien nombraste tu primogénito. 
 Ten compasión de tu ciudad santa, 
 de Jerusalén, lugar de tu reposo; 
 Llena a Sión de tu majestad 
 2 
 y al templo de tu gloria; 
 Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
 Como era en el principio, ahora y siempre, 
 por los siglos de los siglos. Amén 
 
 
1 Reyes XII 20-24 (todo hecho político sucede por el designio divino) (siglos X – IX ac) 
 
20 Cuando todo Israel se enteró de que había vuelto Jeroboam, lo mandaron llamar a la asamblea y 
lo proclamaron rey de todo Israel. No hubo nadie que siguiera a la casa de David, fuera de la tribu 
de Judá. 
21 Mientras tanto, Roboam llegó a Jerusalén y convocó a toda la casa de Judá y a la tribu de 
Benjamín –ciento ochenta mil guerreros adiestrados– para ir a combatir contra la casa de Israel y 
restituir el reino a Roboam, hijo de Salomón. 
22 Pero la palabra del Señor llegó a Semaías, un hombre de Dios, en estos términos. 
23 «Di a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá, a Benjamín y al resto del 
pueblo: 
24 Así habla el Señor: No suban a combatir contra sus hermanos, los israelitas; vuelvan cada uno a 
su casa, porque esto ha sucedido por disposición mía». Ellos escucharon la palabra del Señor, y 
tomó cada uno el camino de regreso, conforme a la palabra del Señor. 
 
 
Oseas X 1-8 (interpretación religiosa de un hecho político-histórico como fue la conquista de Israel 
por parte de los asirios) (siglo VIII ac) 
 
1 Israel era una viña exhuberante, que producía su fruto. Cuanto más se multiplicaban sus frutos, 
más multiplicaba él los altares; cuanto mejor le iba al país, mejores hacía él las piedrasconmemorativas. 
2 Su corazón está dividido, ahora tendrán que expiar: el mismo Señor destrozará sus altares, 
devastará sus piedras conmemorativas. 
3 Seguramente dirán entonces: «No tenemos rey, porque no hemos temido al Señor. Pero el rey 
¿que podría hacer por nosotros?». 
4 Se pronuncian palabras, se jura en falso, se firman alianzas, mientras el derecho crece como la 
hierba venenosa en los surcos de los campos. 
5 Los habitantes de Samaría tiemblan por el ternero de Bet Aven. Sí, su pueblo está de duelo por 
él, lo mismo que sus sacerdotes: ¡que se alegren de su gloria, ahora que ha sido desterrada lejos de 
nosotros! 
6 El ternero será llevado a Asiria como tributo para el gran rey. Efraím soportará el oprobio e 
Israel se avergonzará de sus intrigas. 
7 ¡Samaría está completamente perdida! Su rey es como una astilla sobre la superficie de las aguas. 
8 Los lugares altos de Aven, el pecado de Israel, también serán destruidos; espinas y cardos 
invadirán sus altares. Ellos dirán entonces a las montañas: «Cúbrannos», y a las colinas: «¡Caigan 
sobres nosotros!». 
 
 
Salmo 79 (siglo VI ac, después de la destrucción de Jerusalem por los babilonios) 
 
Pastor de Israel, escucha, 
tú que guías a José como a un rebaño; 
tú que te sientas sobre querubines, resplandece 
 3 
ante Efraím, Benjamín y Manasés; 
despierta tu poder y ven a salvarnos. 
 
¡Oh Dios!, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve. 
 
Señor Dios de los ejércitos, 
¿hasta cuándo estarás airado 
mientras tu pueblo te suplica? 
 
Le diste a comer llanto, 
a beber lágrimas a tragos; 
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos, 
nuestros enemigos se burlan de nosotros. 
 
Dios de los ejércitos, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve. 
 
Sacaste una vid de Egipto, 
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste; 
le preparaste el terreno y echó raíces 
hasta llenar el país; 
 
su sombra cubría las montañas, 
y sus pámpanos, los cedros altísimos; 
extendió sus sarmientos hasta el mar, 
y sus brotes hasta el Gran Río. 
 
¿Por qué has derribado su cerca 
para que la saqueen los viandantes, 
la pisoteen los jabalíes 
y se la coman las alimañas? 
 
Dios de los ejércitos, vuélvete: 
mira desde el cielo, fíjate, 
ven a visitar tu viña, 
la cepa que tu diestra plantó, 
y que tú hiciste vigorosa. 
 
La han talado y le han prendido fuego: 
con un bramido hazlos perecer. 
Que tu mano proteja a tu escogido, 
al hombre que tú fortaleciste. 
No nos alejaremos de ti: 
danos vida, para que invoquemos tu nombre. 
 
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve. 
 
 
 4 
Ezequiel XXXIV 23-24 (mesianismo político) (siglo VI ac) 
 
23 Suscitaré al frente de ellas a un solo pastor, a mi servidor David, y él las apacentará: las 
apacentará y será su pastor. 
24 Yo, el Señor, seré su Dios, y mi servidor David será príncipe en medio de ellas. Yo, el Señor, 
he hablado. 
 
 
Jeremías XXIII 5-6 (mesianismo político) (siglos VII – VI ac) 
 
5 Llegarán los días –oráculo del Señor– en que suscitaré para David un germen justo; él reinará 
como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. 
6 En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: «El 
Señor es nuestra justicia». 
 
 
Cántico De Zacarías (Lc 1, 68-79) (mesianismo político) (Zacarías vivió en el s. V ac) 
 
68Bendito sea el Señor, Dios de Israel, 
porque ha visitado y redimido a su pueblo, 
69suscitándonos una fuerza de salvación 
en la casa de David, su siervo, 
70según lo había predicho desde antiguo 
por boca de sus santos profetas. 
71Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos 
y de la mano de todos los que nos odian; 
72realizando la misericordia 
que tuvo con nuestros padres, 
recordando su santa alianza 
73y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. 
74Para concedernos que, libres de temor, 
arrancados de la mano de los enemigos, 
75le sirvamos con santidad y justicia, 
en su presencia, todos nuestros días. 
76Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, 
porque irás delante del Señor 
a preparar sus caminos, 
77anunciando a su pueblo la salvación, 
el perdón de sus pecados. 
78Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, 
nos visitará el sol que nace de lo alto, 
79para iluminar a los que viven en tinieblas 
y en sombra de muerte, 
para guiar nuestros pasos 
por el camino de la paz. 
 
 
 5 
Evangelio de San Mateo XXII 15-22 (separación de lo político y lo religioso) 
 
15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. 
16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que 
eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición 
de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. 
17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?». 
18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? 
19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario. 
20 Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?». 
21 Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo 
que es de Dios». 
22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron. 
 
 
Evangelio de San Juan XIX 8-11 (origen del poder) 
 
8 Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía. 
9 Volvió a entrar en el pretorio y preguntó a Jesús: «¿De dónde eres tú?». Pero Jesús no lo 
respondió nada. 
10 Pilato le dijo: «¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y también 
para crucificarte?». 
11 Jesús le respondió: «Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras recibido de lo 
alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave». 
 
 
Carta a los Romanos XIII 1-7 (origen del poder) 
 
1 Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga 
de Dios y las que existen han sido establecidas por él. 
2 En consecuencia, el que resiste a la autoridad se opone al orden establecido por Dios, atrayendo 
sobre sí la condenación. 
3 Los que hacen el bien no tienen nada que temer de los gobernantes, pero sí los que obran mal. Si 
no quieres sentir temor de la autoridad, obra bien y recibirás su elogio. 
4 Porque la autoridad es un instrumento de Dios para tu bien. Pero teme si haces el mal, porque 
ella no ejerce en vano su poder, sino que está al servicio de Dios para hacer justicia y castigar al 
que obra mal. 
5 Por eso es necesario someterse a la autoridad, no sólo por temor al castigo sino por deber de 
conciencia. 
6 Y por eso también, ustedes deben pagar los impuestos: los gobernantes, en efecto, son 
funcionarios al servicio de Dios encargados de cumplir este oficio. 
7 Den a cada uno lo que le corresponde: al que se debe impuesto, impuesto; al que se debe 
contribución, contribución; al que se debe respeto, respeto; y honor, a quien le es debido. 
 
 
Hechos de los Apóstoles XVII 22-34 (continuidad con la cultura clásica) 
 
22 Pablo, de pie, en medio del Aréopago, dijo: Atenienses, veo que ustedes son, desde todo punto 
de vista, los más religiosos de todos los hombres. 
 6 
23 En efecto, mientras me paseaba mirando los monumentos sagrados que ustedes tienen, encontré 
entre otras cosas un altar con esta inscripción: «Al dios desconocido». Ahora, yo vengo a 
anunciarles eso que ustedes adoran sin conocer. 
24 El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él no habita en templos hechos por manos 
de hombre, porque es el Señor del cielo y de la tierra. 
25 Tampoco puede ser servido por manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que él da 
a todos la vida, el aliento y todas las cosas. 
26 El hizo salir de un solo principio a todo el género humano para que habite sobre toda la tierra, y 
señaló de antemano a cada pueblo sus épocas y sus fronteras, 
27 para que ellos busquen a Dios, aunque sea a tientas,y puedan encontrarlo. Porque en realidad, 
él no está lejos de cada uno de nosotros. 
28 En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos, como muy bien lo dijeron algunos poetas 
de ustedes: «Nosotros somos también de su raza». 
29 Y si nosotros somos de la raza de Dios, no debemos creer que la divinidad es semejante al oro, 
la plata o la piedra, trabajados por el arte y el genio del hombre. 
30 Pero ha llegado el momento en que Dios, pasando por alto el tiempo de la ignorancia, manda a 
todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. 
31 Porque él ha establecido un día para juzgar al universo con justicia, por medio de un Hombre 
que él ha destinado y acreditado delante de todos, haciéndolo resucitar de entre los muertos». 
32 Al oír las palabras «resurrección de los muertos», unos se burlaban y otros decían: «Otro día te 
oiremos hablar sobre esto». 
33 Así fue cómo Pablo se alejó de ellos. 
34 Sin embargo, algunos lo siguieron y abrazaron la fe. Entre ellos, estaban Dionisio el 
Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros. 
 7

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