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Normas correccion ADI-R - Cesar Guillermo Limones Calderón

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4. Normas de corrección 
e interpretación del ADI-R
ste capítulo se ocupa del uso e interpretación de los algoritmos del ADI-R y ofrece pautas para 
llegar al diagnóstico del autismo o evaluar el TEA. Los algoritmos identifican los elementos 
específicos de la entrevista utilizados en la puntuación, explican cómo los códigos de estos 
elementos se transforman en puntuaciones y especifican la forma en que estas puntuaciones 
se combinan para producir un diagnóstico a partir del ADI-R u otros resultados interpretables. Así pues, 
el algoritmo es el que proporciona los resultados centrales que deberán ser interpretados después de la 
aplicación de la entrevista.
Los dos primeros apartados de este capítulo describen dos posibles modos diferentes de utilizar los algo­
ritmos. El primero es el algoritmo diagnóstico. Constituye la aproximación primaria y la base sobre la que 
el ADI-R ha sido investigado y validado globalmente. Esta aproximación considera todos los aspectos 
del desarrollo y las referencias temporales personalizadas para llegar a una estimación global del grado 
de afectación del sujeto así como una estimación sobre si parece ajustarse o no a los criterios formales 
de un diagnóstico de autismo a partir del ADI-R. Existen dos algoritmos diagnósticos, uno para las eda­
des de 2 años 0 meses a 3 años 11 meses y otro para edades de 4 años 0 meses en adelante.
El segundo modo de utilizar el algoritmo es como algoritmo de la conducta actual En esta modalidad de 
uso, las puntuaciones se aplican basándose en la conducta observada en los meses más recientes de la 
<ida de la persona evaluada. Dependiendo de la edad del paciente, se utiliza uno de los tres algoritmos 
ie la conducta actual existentes (3 años, 11 meses o menores; entre 4 años, 0 meses y 9 años, 11 meses; 
10 años, 0 meses o mayores).
zn la adaptación española se han integrado los cinco algoritmos (dos algoritmos diagnósticos y tres 
algoritmos de la conducta actual) en un mismo y único ejemplar. El profesional deberá rellenar los datos 
¿e identificación requeridos, seleccionar qué algoritmo va a emplear y rellenar los códigos requeridos 
en el algoritmo que ha decidido utilizar. Por este motivo se ha incluido un apartado de normas prácti­
cas de utilización del algoritmo. En él se incluyen indicaciones más específicas sobre cómo emplear estos 
¿Igoritmos, con ejemplos.
El apartado más extenso del capítulo constituye un amplio comentario del diagnóstico diferencial en 
jas trastornos del espectro aurista. La última de las secciones trata del uso de los resultados cuando los 
sajetos evaluados son menores de 3 años, tienen una edad mental baja o pertenecen a grupos atípicos 
-rraidos (p. ej., con grave discapacidad, como la ceguera).
1
53
M a n u a l En trevisto paro el D iagnóstico del Autlsm o-Revisada C a p í t u l o 4. N o r m a s de c o r r e c c ió n e i n t e r p r e t a c ió n
producido diversos cambios de este tipo en tiempos recientes. Por ejemplo, como ya se comentó, los 
hallazgos genéticos lian forzado un ensanchamiento del concepto del diagnóstico del autismo que se 
ha reflejado en un aumento de las tasas de incidencia derivadas de ios estudios epidemiológicos (Fom- 
bonne, 1999). Por otro iado, ei descubrimiento del síndrome de Rett se identificó como un tipo de TEA 
cualitativamente distinto del autismo y que conllevaba un pronóstico completamente diferente (Hag- 
berg y otros, 1983; Kerr, 2001). Como señalaron Pickles y Rutter (1991) constituye un gran error vincu­
lar demasiado estrechamente las medidas diagnósticas a lo que suelen ser los diagnósticos convencio­
nales corrientemente predominantes. Para las medidas diagnósticas, es preferible más bien cubrir un 
amplio ámbito de aspectos de conducta que puedan agruparse de diferentes maneras de acuerdo con 
conceptos diagnósticos cambiantes.
La segunda razón para mantener los elementos que no intervienen en los algoritmos consiste en que 
muchas de estas conductas detectadas se consideran clínicamente de importancia diagnóstica. El siste­
ma de cálculo de los algoritmos diagnósticos óptimos está inevitablemente muy influido por las mues­
tras particulares utilizadas en los procesos de validación y es posible que, a medida que se disponga de 
muestras más amplias y heterogéneas, puedan modificarse ios detalles de los algoritmos diagnósticos.
P u n tu a c ió n
A los resultados numéricos obtenidos durante la entrevista y registrados en las páginas del protocolo se 
íes llama siempre, en este manual, códigos o codificaciones. Se hace así para ayudar a que quede clara 
la distinción con la forma en que estos mismos elementos son considerados en el algoritmo del ADÍ-R. 
Los códigos de los elementos individuales en el protocolo de la entrevista se convierten en puntuacio­
nes algorítmicas. Esta conversión es el resultado de dos simplificaciones esenciales. Primera, para dar un 
peso idéntico a todos los elementos, se consideraron como equivalentes ios códigos «2» y «3». Esto se 
hace otorgando una puntuación «2» a todos los elementos que se recogen en el algoritmo y están codi­
ficados como «3» en el protocolo. Segundo, todos los códigos, distintos de «1» y «2» se consideraron 
como «0». Ello garantiza que a las conductas con un código de «7» (indicativas de una anormalidad clí­
nicamente significativa, pero no del tipo reflejado en el elemento) se les otorgue una puntuación «0». 
La conversión se resume en la tabla 4.1.
Tabla 4.1. Conversión de los códigos de ios elementos a puntuación algorítmica
0 0
1 1
2 2
3 2
7 0
8 0
9 0
C o m p o n e n te s
El concepto diagnóstico del autismo se basa en el supuesto de que es un trastorno neuroevolutivo cuyas 
manifestaciones son evidentes durante ios primeros 3 años de vida. El algoritmo diagnóstico aborda este 
requisito de dos maneras distintas. Primero, cinco elementos de la sección D (2, 9, 10, 86 y 87) se utili­
zan para determinar si ha existido alguna anormalidad del desarrollo que fuera evidente a los 36 meses 
de edad o anteriormente. Estos elementos ofrecen diversas vías para determinar la edad de la primera
M a n u a l En trevisto paro el D iagnóstico del A utísm o-Reviiada C a p í t u l o 4. N o r m a s de c o r r e c c ió n e i n t e r p r e t a c ió n
producido diversos cambios de este tipo en tiempos recientes. Por ejemplo, como ya se comentó, los 
hallazgos genéticos han forzado un ensanchamiento del concepto del diagnóstico del autismo que se 
ha reflejado en un aumento de las tasas de incidencia derivadas de los estudios epidemiológicos (Fom- 
bonne, 1999). Por otro lado, ei descubrimiento del síndrome de Rett se identificó como un tipo de TEA 
cualitativamente distinto del autismo y que conllevaba un pronóstico completamente diferente (Hag- 
berg y otros, 1983; Kerr, 2001). Como señalaron Pickles y Rutter (1991) constituye un gran error vincu­
lar demasiado estrechamente las medidas diagnósticas a lo que suelen ser los diagnósticos convencio­
nales corrientemente predominantes. Para las medidas diagnósticas, es preferible más bien cubrir un 
amplio ámbito de aspectos de conducta que puedan agruparse de diferentes maneras de acuerdo con 
conceptos diagnósticos cambiantes.
La segunda razón para mantener los elementos que no intervienen en los algoritmos consiste en que 
muchas de estas conductas detectadas se consideran clínicamente de importancia diagnóstica. Ei siste­
ma de cálculo de los algoritmos diagnósticos óptimos está inevitablemente muy influido por las mues­
tras particulares utilizadas en los procesos de validación y es posible que, a medida que se disponga de 
muestras más amplias y heterogéneas, puedan modificarse los detalles de los algoritmos diagnósticos.
P u n tu a c ió n
A los resultados numéricos obtenidos durante la entrevista y registrados en las páginas del protocolo se 
Ies llama siempre, en este manual, códigos o codificaciones. Se hace así para ayudar a que quede clara 
la distinción con la forma en que estos mismos elementos son considerados enel algoritmo del ADI-R. 
Los códigos de los elementos individuales en el protocolo de la entrevista se convierten en puntuacio­
nes algorítmicas. Esta conversión es ei resultado de dos simplificaciones esenciales. Primera, para dar un 
peso idéntico a todos ios elementos, se consideraron como equivalentes los códigos «2» y «3*. Esto se 
hace otorgando una puntuación «2» a todos los elementos que se recogen en el algoritmo y están codi­
ficados como «3» en el protocolo. Segundo, todos los códigos, distintos de «1» y «2» se consideraron 
como «0». Ello garantiza que a las conductas con un código de «7» (indicativas de una anonnalidad clí­
nicamente significativa, pero no del tipo reflejado en el elemento) se les otorgue una puntuación «0». 
La conversión se resume en la tabla 4.1.
Tabla 4.1. Conversión de los códigos de los elementos a puntuación algorítmica
0
1
2
2
0
0
0
C o m p o n e n te s
El concepto diagnóstico del autismo se basa en el supuesto de que es un trastorno neuroevolutivo cuyas 
manifestaciones son evidentes durante los primeros 3 años de vida. El algoritmo diagnóstico aborda este 
requisito de dos maneras distintas. Primero, cinco elementos de la sección D (2, 9, 10, 86 y 87) se utili­
zan para determinar si ha existido alguna anormalidad del desarrollo que fuera evidente a los 36 meses 
de edad o anteriormente. Estos elementos ofrecen diversas vías para determinar la edad de la primera
0
1
2
3
7
8 
9
m
manifestación y un código «1» en cualquiera de estos elementos es suficiente para cumplir el criterio de 
manifestaciones evidentes antes de los 36 meses.
Segundo, para aquellos elementos que probablemente están influenciados por la madurez de desarrollo 
(la gran mayoría de ellos en las secciones que se ocupan de las alteraciones cualitativas en las interac­
ciones sociales recíprocas y en la comunicación), las puntuaciones algorítmicas se conceden a las con­
ductas más anormales durante los 12 meses entre el cuarto y el quinto cumpleaños del sujeto. Como se 
indicó en el capítulo 2, centrar la atención en este periodo de edad proporciona una solución de com­
promiso para evitar alteraciones artificiales que son simplemente función de la inmadurez del desarrollo 
y así se tiene en cuenta el hecho de que algunos aspectos de la interacción social y de la comunicación 
tienden a superarse con la edad. Para aquellas conductas que seguramente no están afectadas por el 
nivel de desarrollo (todas las del dominio de patrones de conducta restringidos, repetitivos y estereoti­
pados) la puntuación se basa en el código «alguna vez».
En la sección del algoritmo diagnóstico que se ocupa de los fallos para desarrollar relaciones con los 
compañeros (A2, algoritmo diagnóstico de 4 años en adelante), juego en grupo con sus iguales (ele­
mento 64) y amistades (elemento 65) se tratan como alternativas. La primera se puntúa si el sujeto tiene 
menos de 10 años y la última, si tiene 10 años o más. Esto se debe a que, particularmente en niños que 
muestran retraso en el desarrollo, puede ser difícil juzgar la calidad de las amistades antes de los años 
de la adolescencia. En cierto sentido, el juego en grupo con sus iguales es precursor de las amistades.
En el dominio C (patrones de conducta restringida, repetitiva y estereotipada), existen dos casos (C3 y 
C4) en los que dos elementos se utilizan como alternativas, otorgándose la puntuación algorítmica a la 
más anormal de las dos conductas. Se adoptó este procedimiento porque los datos obtenidos en la vali­
dación sugerían que la inclusión de ambos elementos podría llevar a una indebida ponderación de las 
conductas evaluadas.
Debido a que la conducta de los niños menores de 4 años no puede ser codificada en «más anormal 4.0- 
5.0», es necesario basar el algoritmo diagnóstico de estos niños en los códigos dados a «actual» o «algu­
na vez». Igualmente, el código relativo a las amistades (elemento 65) se omitió porque sólo es aplicable 
a edades superiores a 5 años.
M anu a l Entrevista para eí D iagnóstico def Autíinro Revirado C a p í t u lo 4. N o r m a s de c o r re cc ió n e i n te rp re tac ró n
Algoritmos de la conducta actual
El uso de los algoritmos puede servir no sólo para el diagnóstico, sino también para evaluar la conduc­
ta actual del sujeto. Esto tiene importancia, por ejemplo, en los estudios de seguimiento diseñados para 
evaluar los cambios provocados por la intervención, por una madurez creciente en el desarrollo o por 
una modificación de las circunstancias vitales. Además, los algoritmos para la conducta actual pueden 
utilizarse para obtener una comparación directa con los algoritmos basados en el Autism Diagtíostic 
Obsen'arion Scheciule (ADOS; Lord y otros, 2001) que también se limita a la conducta actual. No obstan­
te, estos algoritmos no deben considerarse como equivalentes al diagnóstico, porque los criterios para 
el diagnóstico incluyen necesariamente evaluaciones de la conducta durante los primeros años.
Para los niños con edades inferiores a los 4 años, el algoritmo de la conducta actual es casi idéntico al 
del diagnóstico. Cabe decir lo mismo para niños mayores de 4 años, pero menores de 10, con la excep­
ción de que eí elemento 50 («mirada directa») sólo es aplicable el código «actual» en el caso de niños 
con edades comprendidas entre los 4 y 5 años.
Puesto que para los niños de hasta 10 años el algoritmo de la conducta actual incluye virtualmente los 
mismos elementos que el algoritmo diagnóstico, puede considerarse que las puntuaciones de los do.s
56
M anu a l Entrevf%ta para el D iagnóstica def Autísmo-Revisada C a p í t u lo 4. N o r m a s de co r re cc ió n e i n te rp r e ta c ió n
tienen en gran medida el mismo significado. La situación es algo diferente respecto a los sujetos de 10 
anos o más en relación con los dominios social y comunicativo. Esto ocurre porque hay muchos ele­
mentos que no son aplicables a partir de esta edad. Así, sólo un elemento (el 65 «amistades») es aplica­
ble en la sección A2; el elemento 50 («mirada directa») es inaplicable en Al y son inaplicables todos los 
elementos de B4. Para los sujetos «no verbales» de más de 10 años sólo existen 4 elementos aplicables 
en la sección alteraciones cualitativas de la comunicación (dominio B). Es claro, a partir de los análisis 
realizados hasta la fecha, que las puntuaciones de la conducta actual en los dominios social y de comu­
nicación (A y B) son mucho menores que las basadas en la calificación «más anormal 4.0-5.0». De todos 
modos, se necesitan nuevas investigaciones para determinar los puntos de corte más apropiados en las 
puntuaciones del algoritmo de la conducta actual. Consecuentemente, hasta que esto se logre, se reco­
mienda que las puntuaciones del algoritmo de la conducta actual, se utilícen únicamente con fines des­
criptivos.
Normas prácticas de utilización del algoritm o
Paso 1~. Se lecc ión del a lg o r itm o
En primer lugar deberá seleccionar qué tipo de algoritmo desea emplear. Hay dos tipos de algoritmos: 
algoritmo diagnóstico y algoritmo de la conducta actual. La decisión vendrá determinada por el obje­
tivo de la evaluación, como ya se ha comentado en ios párrafos anteriores.
Una vez seleccionado el tipo de algoritmo, habrá que emplear aquel más apropiado a la edad del suje­
to evaluado. Marque la casilla correspondiente en la primera página del ejemplar del algoritmo (figura 
4.1).
Figura 4.1. Cuadro de selección del algoritmo (primera página del ejemplar del algoritmo)
jaMMaHBNHMHBHHHMMMaHIMHNHIiaHUHMHMHMMNOTRmMnMmHMBiHWSHMHHSm
MARQUE A CONTINUACIÓN EL ALGORITMO QUE VA A UTILIZAR;
Algoritmo de la conducta actual Algoritmo diagnóstico
• 2 años, 0 meses a 3 anos, 11 meses 
¡ • 4 años, 0 meses a 9 anos, 11 meses
* 2 años, 0 meses a 3 anos, 11 meses
• 4 anos, 0 meses en adelante
• 10 años, 0 meses en adelante
L._____________________________ —
Paso 2-. A n o tac ió n de los cód igos
\ continuación debe anotar los códigos de los elementos. La información que se recoge en cadaalgo- 
ntmo varía. Por eso, rellene las casillas que aparecen en la columna del algoritmo elegido. En la parte 
superior del ejemplar se indica qué columna corresponde a cada algoritmo.
En cada casilla debe anotar el código que aparece indicado en la parte superior de la columna («actual», 
más anormal 4.0-5.0», «alguna vez»...). Observe la figura 4.2 que aparece a continuación y que repro­
duce el subdominio Al del ejemplar del algoritmo.
57
M anu a l Entrevista pora el D iagnóstica de¡ Autísrno-Revísoda C a p í t u lo 4. N o r m a s de c o r re c c ió n e i n t e r p r e t a c ió n
Figura 4.2. Códigos a registrar según el algoritmo en el subdominio Al del algoritmo 
(segunda página del ejemplar de algoritmo)
A. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA INTERACCION SOCIAL RECIPROCA
Algoritmo de la
CONDUCTA ACTUAL
ÁLGOR TMO DíAGNÓSTíCO
Código a anotar 
Edad de aplicación
A l. incapacidad para utilizar conductas no verbales en la regulación de la interacción social
CZD50 Mirada directa
5t Sonrisa social
57 Variedad de expresiones
faciales usadas para comunicarse
Z Z C D CZD
i ! CZD CZD
( ) ( )
( ) ( }
( ) ( )
Por ejemplo, en el subdominio Al si utilizásemos el algoritmo de la conducta actual de 10 años o más, 
anotaríamos el código «actual» en las casillas de su columna. Se anotarían por lo tanto los códigos 
«actual» de los elementos 51 y 57.
Si utilizásemos el algoritmo diagnóstico de 4 años en adelante, anotaríamos el código «más anormal 4.0- 
5.0» en las casillas de su columna. Se anotarían por lo tanto los códigos «más anormal 4.0-5.0» de los 
elementos 50, 51 y 57.
En algunas casillas aparece una indicación específica del código a registrar. Por ejemplo, para el ele­
mento 31 (figura 4.3) se indica en alguna de las columnas que se debe registrar el código «alguna vez».
Figura 4.3. Referencia al elemento 31 en el ejemplar del algoritmo
A4. Falta de reciprocidad sodo*em ocional
31 Uso del cuerpo de otra persona para 
comunicarse CZD CZD CZD
Paso 3-, C o n ve rs ió n de cód igos a p u n tu ac io n es a lg o r ítm ica s
Los códigos han de transformarse a puntuaciones algorítmicas siguiendo la tabla de conversión (figura 
4.4). Por ejemplo a un código 3 le corresponde una puntuación algorítmica de 2.
58
K'znuat Entrevista para el Diagnóstico del Autismo-Revísada C a p í tu lo 4. N o r m a s de co r recc ión e in te rp re tac ió n t É k
Figura 4.4. Tabla de conversión de los códigos de los elementos a puntuaciones de algoritmo
(primera página dei ejemplar de algoritmo}.
CONVERSIÓN DE LOS CÓDIGOS 
DE LOS ELEMENTOS A 
PUNTUACIÓN DE ALGORITMO
mmm
1 2 3 7 T
Puntuación T ~ T ~ T T ~T "
Un $ vez obtenida la puntuación algorítmica anótela en su casilla correspondiente (figura 4.5)
Figura 4.5. Ejemplo de conversión de códigos a puntuaciones algorítmicas 
con un algoritmo de la conducta actual de más de 10 años.
A. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA INTERACCION SOCIAL RECIPROCA
Algoritmo de la 
conducta actual
Algoritmo diagnóstico
Código a anotar 
Edad de aplicación
Á.1. Incapacidad para utilizar conductas no verbales en la regulación de la interacción social
50 Mirada directa
51 Sonrisa social
57 Variedad de expresiones
faciales usadas para comunicarse
Puntuación 
de algoritmo
Paso 4-. O b tenc ión de las puntuac iones to ta les
Para obtener la puntuación total de cada subdominio (Al, A2...) sume las puntuaciones algorítmicas de 
sus elementos.
Para obtener la puntuación tota! de cada dominio (A, B, C y D) sume tas puntuaciones totales de sus 
subdominios (A=A1+A2+A3 +A4 ).
Traslade las puntuaciones totales al cuadio de resumen de puntuaciones de la primera página del ejem­
plar.
Paso 5-. Puntos de corte
Si ha utilizado un algoritmo diagnóstico dispone de unos puntos de corte para valorar las puntuaciones 
dei sujeto (tabla 4.2}.
59
M anu a l Entrevista para ef Diagnóstico del Autísmo-Revísadc C ap ítu lo 4. N o r m a s de c o r re c c ió n e in te rp re ta c ió n
Ei uso e interpretación de estos puntos de corte aparecen indicados en ei apartado de diagnóstico dife­
rencial de este capítulo.
Tabla 4.2. Puntos de corte de los dominios de los algoritmos diagnósticos
Dominio A. .Alteraciones cualitativas 
de la interacción social recíproca
Dominio B. Alteraciones cualitativas 
de la comunicación
Dominio C. Patrones de conducta 
restringidos, repetitivos y estereotipados
Dominio D. Alteraciones en el desarrollo 
evidentes a los 36 meses o antes
Total verbal
B(V)
Total no verbal 
B(NV)
Punto de corte
10
8
7
3
1
E jem plos
A continuación se incluyen dos ejemplos (figuras 4.6 y 4.7) para facilitar el uso del ejemplar de algorit­
mos. Concretamente ios dos son ejemplos del algoritmo diagnóstico, en un caso de un niño de 3 años 
y 2 meses, Hugo, y en otro de un niño de 12 años, Donal. Ambos casos están extraídos del material de 
formación y entrenamiento de WPS (Rutter y Le Couteur, 2004).
En el primer caso {figura 4.6) el profesional ha rellenado los códigos correspondientes a la columna del 
algoritmo diagnóstico de 2 años a 3 años y 11 meses (de acuerdo a la edad de Hugo, 3 años y 2 meses). 
Ha rellenado sólo el código de aquellos elementos para ios cuales había una casilla en su columna. Así, 
por ejemplo, ha rellenado el código “actual" de los elementos 50, 51 y 57, pero no los de los elementos 
49, 64 o 65, ya que estos códigos no se utilizan en este algoritmo. Además, Hugo fue considerado como 
un sujeto "no verbal" por lo que no se recogió información de los subdominios B2 y B3.
Posteriormente se han transformado los códigos existentes a puntuaciones algorítmicas de acuerdo a las 
indicaciones de la tabla 4.1. Por ejemplo, en el elemento 56 (subdominio A4) al código de 3 le corres­
ponde una puntuación algorítmica de 2 (al igual que al elemento 55 con un código de 2).
Finalmente se ha realizado la suma de las puntuaciones algorítmicas obteniendo los totales en cada sub­
dominio (Al, A2...} y en cada dominio (A, B, C o D) y se han trasladado a la primera página. Se puede 
advertir, por ejemplo, que ía puntuación en A2 es el resultado de sumar las puntuaciones algorítmicas 
a los dos únicos elementos que se codifican en este algoritmo (2+2); la puntuación en A4 es el resulta­
do de sumar las puntuaciones algorítmicas de ios elementos 31, 55, 56, 58 y 59 (04-2+2+1+1=6).
Las puntuaciones totales de Hugo en cada dominio (A, B, C y D) superan el punto de corte diagnóstico 
establecido. Por ejemplo, obtiene una puntuación en el dominio A de 21 cuando el punto de corte es 
de 10, o en B (No verbal) tiene una puntuación de 12 cuando el punto de corte es 7.
60
i
M a n u a l Entrevista para ef D iagnóstico def Autiim o-Revisada C ap ítu lo 4. N o r m a s de c o r re c c ió n e i n te r p r e ta c ió n
Figura 4.6 Algoritmo diagnóstico de Hugo (3 años y 2 meses)
A. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA INTERACCIÓN SOCIAL RECIPROCA
A lgoritmo de u 
CONDUCTA ACTUAL
A l g o r it m o d ia g n ò stic o
Código a anotar 
Edad de aplicación
'jSLr
Al. Incapacidad para utilizar conductas no vefbales en ta regulación de la interacción social
e n
Puntuación 
de algoritmo
50 Mirada directa
51 Sonrisa social
57 Variedad de expresiones
faciales osadas para comunicarse
CD
CD CD CD C U CD
g
CZJ CZJ CZD E
TOTAL A1 <3
Al. incapacidad para desarrollar relaciones con sus iguales
49 Juego iiÉaginativo con sus iguales ( ) i i
62 interés por otros niños ( ) í ) m M i
63 Respuesta a las aproximaciones de 
otros niños ( ) ( ) CT~: f— I
64 Juego en grupo con sus iguales (puntúe
si tiene entre 4 años, 0 meses y 9 años.
11 meses} ( ) wm
65 Amistades ípuntúe si tiene 10 años o 
más)
A3. Falta de goce o placer compartido
52 Mostrar y dirigir la atención
53 Ofrecimientos para compartir
54 Busca compartir su deleite o goce 
con otros
A4. Falta de reciprocidad socio-emocional
31 Uso del cuerpo de otra persona para 
comunicarse
55 Ofrecimiento de consuelo
56 Calidad de los acercamientos sociales
58 Expresiones facíales inapropiadas
59 Cualidadapropiada de las respuestas 
sociales
CD
§□
TOTAL A2 f~4~
CD CD CZ) 
CD CD CD
C2D
a
CD í
) CD
CD CD CD CZD CD Q
TOTAL A3 ( 6
í ) ( ) ( )
( i ( ) ( )
( ) ( ) ( i
(____) ( ) ( )
( ) ( i ( )
CD
CTD
C P
TUD
TOTAL A4 f 5
El algoritmo de la conducta actual de 10 anos en ¿delante
sólo es aplicable a sujetos 'Verbales”' (elemento 30=0}, 
Para este grupo de eiad no existe un algoritmo de conducta 
actual para sujetos "no verbales” (elementos 20=1 ó 2).
Anote el código sólo sí es menor de 5 aftas.
TOTAL A (A1+A2+A3+A4) r
Punes de 
corte M§Britnia 
dügßostfcc * IS
21 >■
61
Figura 4.6 Algoritmo diagnóstico de Hugo (3 años y 2 meses) (continuación)
M anu al Entrevista para el D iagnóstica del Autismo-Revísada C a p í t u lo 4. N o r m a s de co r recc ión e in te rp re tac ió n
B. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA COMUNICACION
En Los sujetos "verbales" (elemento 30=0), puntúe B t . B4r B2 (V) y B3 (V). 
En Los sujetos "no verbales” (elementa 30=1 ó 2 \ puntúe solamente B1 y B4.
A lgoritm o de la 
conducta actual
ÁLGOaiTMO ¡>í AGNÓSTICO
Código a anotar 
Edad de aplicación
Bt. Falta o retraso del lenguaje hablado e incapacidad para compensar esta falta mediante gestos
Puntuación 
de algoritmo
42 Señalar para expresar ínteres ( i f i ( ) $2 ) t ) ( 2 )
43 Asentir con ta cabeza ( ) f ) ( ....... 1 f 2 ) í----------) ( 2 )
44 Negar con la cabeza ( ) [ ] í ) ( 2 ) ( ) m
45 Gestos convencionales / instrumentales ( J i J i J í 1 ) ( ) ( i )
TOTAL 81 ( 7 *
B4. Falta de juego imaginativo o juego social imitativo espontáneo y variado
47 Imitación espontánea de acciones ( ' ) ( .........1 f 2 ) ( ) ( 2 )
48 Juego imaginativo ( ) ( ) L 2 J CID ( 2 )
61 Juego social imitativo ( ) í______ ) 1 1 ) ( ) ( 1 )
TOTAL 84 ( 5 )s
B2 (V)- Incapacidad relativa para iniciar o sostener un intercambio conversacional
34 Verfaalfzación social / Charla
35 Conversado n reciproca
í )( l ( l CD ( 1
CD CD CD
TOTAL 82
f 1
(V) l
B3 (V). Habla estereotipada, repetitiva e idiosincrásica
33 Expreaones estereotipadas y ecolalia diferida ( ) ( ] f
36 Preguntas o expresiones inapropiadas C
37 inversión de pronombres f"
Neologismos / Lenguaje idiosincrásico f
3 CD CD 
D CD CD
38 CD CD
S
TOTAL VERBAL B(V) Purria
B1*B4-B2(V)*B3(V) S S ? «
TOTAL NO VERBAL B(NV) w scorte Ȓgortaro 
D i + D m ¡Sasnóstico - 7
Algoritmo solo aplicable a sujetos nVerbaLes" 
relemento 3C-0r por lo que deberá codificarse 
todos los codigcs de Bt. B2 (V* y B3 (V). Err este 
algoritmo no se recoge la codificación de ningún 
elemento en el safado mrrn o 84.
62
Wmmw&f Entrevista para et Diagnóstico del AuLtsmo-Revisada C a p í tu lo 4. N o r m a s de co r recc ión e in te rp re tac ió n
Figura 4.6 Algoritmo diagnóstico de Hugo (3 años y 2 meses) (continuación)
C. PATRONES DE CONDUCTA RESTRINGIDOS, REPETITIVOS Y ESTEREOTIPADOS
ALGORfmO DE LA CONDUCTA ACTUAL Algowtko DIAGNÓSTICO
Edad de aplicación 
Código a anotar
C1, Preocupación absorbente o patrón de intereses circunscrito
67 Preocupaciones inusuales
68 intereses circunscritos
I I
(puntúe satamente si tiene 3 años o más} f 1 I
C2. Adhesión aparentemente compulsiva a rutinas o rituales no funcionales
39 Rituales verbales
(puntúe satamente si et elementa 30=0} { 1
70 Compulsiones / Rituales I I
C3. Manierismos motores estereotipados y repetitivos
77 Manierismos de manos y detíos
78 Otros manierismos complejos o 
movimientos estereotipados del cuerpo I I
C4. Preocupaciones con partes de objetos o elementos no funcionales de los materiales
69 Uso repetitivo de objetos o interés en 
partes de objetos
71 Intereses sensoriales inusuales
i I
i-------T
Puntuación 
de algoritmo
3 a
I CZ3
to ta l C I n v »
D Q D
D G D
TOTAL C2 [
L2_J
TOTAL C3
¡ S S
TOTAL C4 H
TOTAL C (C1+C2+C3+C4)
caftfr algoritmo '3
D. ALTERACIONES EN EL DESARROLLO EVIDENTES A LOS 36 MESES O ANTES
RELLENAR SÓLO Sf SE UTTÜZA UN ALGORITMO DIAGNÓSTICO
(ya sea et d e l anas, O meses a 3 años, í í meses a el de 4 añasr 0 meses en adelante;
Edad en que los padres lo notaron por primera vez (si <36 meses. puntúe í)
Edad de las primeras palabras tsi >24 meses, puntúe 1}
Edad de las primeras frases (sf >33 mesesr puntué 1)
CÓDIGO PUNT.
OQDQj r f l
□ a r a m 
( a u n } c u
Edad en que la anormalidad se hizo evidente por primera vez (si el código fue 3 ó 4, puntúe tf ( J ) ( 1 ]
Juicio del entrevistador sobre la edad en que se manifestaron por primera vez las anormalidades 
(si <36 meses, puntúe i) c h h d a
, _ Punto<íe
TOTAL D corte aí£3ritnM
d í|nostk i *• f
63
M anual Entrevista para el Diagnóstica del Autismo-Revisada C a p í tu lo 4. N o rm as de correcc ión e in te rp re tac ión
En el segundo caso, Donal (figura 4.7) el profesional empleó el algoritmo diagnóstico de 4 años en ade­
lante, dada la edad de Donal (12 años). Así, rellenó todos los códigos requeridos en la columna de este 
algoritmo. Por ejemplo, a diferencia del algoritmo de Hugo, sí rellenó los códigos correspondientes a los 
elementos 49, 64 y 65 en el subdominio A2.
Posteriormente transformó los códigos a puntuaciones algorítmicas. Es reseñable que en el caso de los 
elementos 77 y 78 (subdominio C3) se pasa a puntuación algorítmica sólo uno de los códigos, el que 
tiene una puntuación más alta. En este caso dado que obtenían ios mismos códigos daba igual cuál se 
transformara en puntuación algorítmica. No obstante si el elemento 77 hubiera tenido un código de 2 
y el 78 un código de 1, se hubiera obtenido una puntuación algorítmica de 2, al tener que transformar 
el código que diera una puntuación algorítmica más alta.
Finalmente se realiza la suma de las puntuaciones en los subdominios y dominios y se trasladan a la pri­
mera página. En este caso también se advierte que supera el punto de corte establecido en los cuatro 
dominios del algoritmo diagnóstico.
64
•y
023
M anu a l Entrevista para el D iagnóstico del Autísmo-Revisada C a p í t u lo 4. N orm as de co r re cc ió n e i n te rp r e ta c ió n
Figura 4.7. Algoritmo diagnóstico de Donai (12 años)
A. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA INTERACCIÓN SOCIAL RECÍPROCA
Algoritmo de u 
c o h o u c ta a c t u a l
Alcqbtmo diagnòstico
Código a anotar 
Edad de aplicación
Al. incapacidad para utilizar conductas nc verbales en la regulación de la interacción social
50 Mirada directa [_____ 3
51 Sonrisa social
C
CID CD
57 Vanedad de expresiones
faciales usadas para comunicarse
A2. incapacidad para desarrollar relaciones con sus iguales
49 Juego imaginativo con sus iguales
62 Interés por otros niños
63 Respuesta a las aproximaciones de 
otros niños
64 Juego en grupo con sus iguales (puntúe 
si tiene entre 4 años. 0 meses y 9 años, 
11 meses\
65 Amistades lpuntúe sí tiene 10 años o 
más]
CD
i i
CD CD
i— i
3 C
CD CD
Puntuación 
de algoritmo
C
CD
) CZD 
) EUD
C2D
TOTAL Al
CID
CO
c pen
a
U D — i
2D
35
TCJD
TOTAL A2 f
A3. Falta de goce o placer compartido
52 Mostrar y dirigir la atención
53 Ofrecimientos para compartir
54 Busca compartir su deleite o goce 
con otros
CD CD CD 
CD CZD
CD GD 
CD OD
Í 2 1
C2D
CD3 CID CD CD CZD C p
TOTAL A3 ( 0 )
A4. Falta de reciprocidad socio-emocional
comunicarse CD CD ( )
55 Ofrecimiento de consuelo CD CD ( )
56 Calidad de los acercamientos sociales t ) L__ 1 ( )
58 Expresiones faciales inapropiadas L J 1__ J ( )
59 Cualidad apropiada de las respuestas
sociales CD CD ( )
a
CD CID a
CD CD CTD 
2D
CZD C2
TOTAL A4 ( g
El a lg o r itm o de ía conducta actual de 10 añas en adelante
sólo es aplicable a sujetos "v e r b a le s '7 (eíertento 30=0>~ 
Para « t e grupo de edad no existe un algoritmo de conducta 
actual para sujetos "no verbales" (elementos 30-1 ó 2).
Anote el código soto sf es menor de 5 años.
TOTAL A (A1+A2M3+A4)
Punto áe 
ccrte sijssntTO iíijBáfifci - 1Q
28 -
65
M a n u a l En trevista p ara e l D iagnóstico del Antismo-Revisada C ap ítu lo 4. N orm as de co rre c c ió n e in te rp re ta c ió n
Figura 4.7. Algoritmo diagnósticode Donal (12 años) (continuación)
B. ALTERACIONES CUALITATIVAS DE LA COMUNICACIÓN
En Los sujetos "verbales" »elemente 30=0). puntúe Bt, B4„ B2 (V) y B3 (Vt. 
En les sujetos '’no verbales" (elementa 30=1 ó 2) puntúe solamente Bt y B4.
A lgoritmo cc u 
CONDUCTA ACTUAL
Código a anotar 
Edad de aplicación
ÁLñORrr«a » agnóstico
MAS
ACTUAL ANORMAL 
4.G-5.0
B1. Falta o retraso del lenguaje hablado e incapacidad para compensar esta falta mediante gestos
d
Puntuación 
de algoritmo
42 Señalar para expresar interés L_J f___ ) [ i
43 Asentir con la cabeza CZD CZJ L J
44 Negar con La cabeza ( } ( ) ( )
45 Gestos convencionales instrumentales l J l ) ( ‘)
B4. Falta de juego Imaginativo o juego social imitativo espontáneo y variado
47 imitación espontánea de acciones (__ ) CZ )
48 Juego imaginativo f ) ! \)
6t Juego social imitativo CZ) . )
C Z
m ( 2 )
( 2 ) ( 2 )
( 2 ) l 2 }
( 3 ) l 2 }
TOTAL Bi ( 8 t
í 3 ) L D
( 2 ) f 2 )
( 1 ) ( 1 )
t o t a l B4 ( 5 )B .
B2 (V). incapacidad relativa para iniciar o sostener un intercambio conversacional
34 Verbalización social / Charla
35 Conversación reciproca
( ) i ) ( )
CZD CZD CZD
B3 (V), Habla estereotipada, repetitiva e idiosincrásica
] c33 Expresiones estereotipadas y ecolalia diferida f
36 Preguntas o expresiones inapropiadas f
37 Inversión de pronombres
J ( _ )
3 CZD C
i r z c
38 Neologismos / Lenguaje idiosincrásico [ ) [ j [ ]
TOTAL VERBAL B(V) Punto*
B1 +B4+B2(V)+B3(V)
TOTAL NO VERBAL B(NV)
_ . „ , corte alfarttmad1+e>4 drasncsScn * 7
A lg o r i tm o salo aplicable a sujetes "Vertíales'' 
(e le m e n to 10=0), por lo que deberá codificarse 
to d o s tos coditos d e B1, &2 (V) y B3 (V). En este 
algoritmo no se recoge la codificación áe ningún 
elemente en el subdormmo 8 4 .
66
M a n u a l tn re v rs ta para ef D iagnóstica de! Autrsmo-Reví\ada C a p í t u lo 4. N o r m a s de co r re c c ió n e i n te r p r e ta c ió n
Figura 4.7. Algoritmo diagnóstico de Dona! (12 años) (continuación)
C. PATRONES DE CONDUCTA RESTRINGIDOS, REPETITIVOS Y ESTEREOTIPADOS
ÄLGGRiTMO d e la conducta actual A l g o r it m o o u g n ó s t íc g
Edad de aplicación 
Código a anotar
Ct. Preocupación absorbente o patrón de intereses circunscrito
1 1 B
67 Preocupaciones inusuales
68 Intereses circunscritos
(puntúe satamente si tiene 3 años a más)
3 C
i 1
C2. Adhesión aparentemente compulsiva a rutinas o rituales no funcionales
39 Rituales verbales
(puntúe solamente si et elemento 30=0} ( )
70 Compulsiones / Rituales í 3 C
C3. Manierismos motores estereotipados y repetitivos
77 Manierismos de manos y dedos
78 Otros manierismos complejas o 
movimientos estereotipados del cuerpo
CZT
C4. Preocupaciones con partes de objetos o elementos no funcionales de ios materiales
69 Uso repetitivo de objetos o interés en 
partes de objetos
71 Intereses sensoriales inusuales
3 C
3 CHE
Puntuación 
de algoritmo
3 m
m
TOTAL C1
r j
TOTAL C2 (_
c :: i ; j c d
TOTAL C l £
3
TOTAL C4 í
TOTAL C (C1+C2+C3+C4)
?u^to deC3TZS jtjOrtWW
äagnastrsB = 3
D. ALTERACIONES EN EL DESARROLLO EVIDENTES A LOS 36 MESES O ANTES
RELLENAR SÓLO Si SE UTIUZA UN ALGORITMO DfAGNÓSTlCO
(ya sea el de 1 años, O meses a 3 años, í 1 meses o et óe 4 anos, 0 meses en adelante)
2
9
10
86
87
PUNT.
Edad en que los padres lo notaron por primera vez (si <36 meses, puntúe 1}
Edad de las primeras palabras isi >24 mesesr puntúe í)
Edad de las primeras frases (si >33 meses, puntúe 1)
Edad en que la anormalidad se hizo evidente por primera vez (si et código fue 3 ó 4, puntúe 1)
juicio del entrevistador sobre la edad en que se manifestaran por primera vez las anormalidades / ,...—.1 1 1 ~ T ~
(si <36 meses, puntúe 11 [ 1 2 1 4 1 ( 1 )
G
CODIGOOCHE) CJp CDCDGD n p CDGD33 Q p (— i - - ) n n
PißTfo de
TOTAL D corre
ántfpÁiSÉat ~ 1
1
Diagnóstico diferencial
Los algoritmos diagnósticos dan origen a tres grandes patrones de puntuaciones con distintas implica­
ciones para el diagnóstico diferencial. Primero, si las puntuaciones en los tres dominios de la conducta 
(es decir, las secciones A, B y C), están por debajo de los puntos de corte establecidos, es improbable que 
el sujeto tenga ninguna forma de TEA. La sola excepción a esta exclusión de TEA surge cuando las obser­
vaciones directas, tai como son propuestas por el ADOS, llegan a resultados que sugieren que el infor­
mador del ADI-R ha hecho un relato engañoso de la conducta del sujeto. Este patrón de puntuaciones 
puede denominarse no confirmación consistente. No será tratado por separado en los siguientes apartados.
El segundo modelo de resultados se produce cuando las puntuaciones en los cuatro dominios (A, B, C 
y D) están por encima de los puntos de corte. Este modelo sugiere claramente que el sujeto tiene algu­
na forma de TEA. Sin embargo, esto deberá ser confirmado mediante la observación directa utilizando, 
por ejemplo, el ADOS. En la práctica esto significa que los algoritmos del .ADOS deberían obtener resul­
tados que se ajustaran a los criterios diagnósticos de un TEA.
Ei tercer modelo se refiere a resultados que difieren en los cuatro dominios o entre los resultados del 
ADI-R y la observación directa (como puede ser evaluada por el ADOS). Estos dos últimos modelos, con­
firmación de residtados y resultados mixtos se comentan en los siguientes apartados.
Confirm ac ión de resu ltados
Si se han cumplido todos los criterios diagnósticos del ADI-R y también la observación directa indica la 
probabilidad de un TEA, la próxima cuestióp. que se plantea es qué tipo de TEA debe diagnosticarse.
Síndrome de Rett. La cuestión más relevante se refiere a la posibilidad del síndrome de Rett, el cual no 
puede determinarse a partir del algoritmo diagnóstico. Es más bien necesario prestar atención a los ele­
mentos que apuntan específicamente a la probabilidad del síndrome de Rett, a saber, la regresión en el 
desarrollo que persiste conjuntamente con los característicos movimientos de manos en la línea media 
y la pérdida de ios movimientos intencionados de la mano. Por ello, se sugiere la existencia del síndro­
me de Rett si aparece un código «1» o «2» en el elemento 21 («movimientos voluntarios de las manos»); 
un código «2» en el elemento 20 («pérdida de habilidades durante por lo menos 3 meses») y un código 
«993» («pérdida aún presente») o «994» («deterioro continuado») en el elemento 28 («duración de la 
pérdida»); más un código «1» o «2» en el elemento 79 («movimientos de manos en la línea media del 
cuerpo»). Un código «1» o «2» en el elemento 84 («hiperventilación») y un código «1» o «2» en el ele­
mento 85 («desmayos/ataques/ausencias») podría sugerir también ei síndrome de Rett aunque estas dos 
modalidades estén presentes de manera menos constante. Si estas insinuaciones hacia el síndrome de 
Rett son claras, hay que prestar atención a datos ajenos al ADI-R. Uno de los aspectos más característi­
cos del síndrome de Rett es la marcada desaceleración del crecimiento de la cabeza (habitualmente des­
pués de los 6 meses de edad, pero antes de los 2 años) hasta ei punto de que la circunferencia actual de 
la cabeza cabría esperar que estuviera por debajo deí tercer centil. La microcefalia en el síndrome de Rett 
viene precedida ordinariamente por una circunferencia de la cabeza normal en el momento del naci­
miento.
Trastorno desintegrativo infantil. E1 siguiente diagnóstico diferencial se refiere a la posibilidad de un 
trastorno desintegrativo infantil. Constituye una variante relativamente rara de TEA en la que se da una 
marcada regresión en múltiples áreas de funcionamiento después de un periodo de, por lo menos, dos 
años de desarrollo aparentemente normal. Como en ei síndrome de Rett, es necesario acudir a los ele­
mentos del ADI-R ajenos al algoritmo diagnóstico. Un trastorno desintegrativo viene indicado por una 
pérdida de las habilidades de lenguaje y de no-lenguaje que aparece pasada la edad de 24 meses. Esto se 
refleja en los siguientes criterios: un código «2» en el elemento20 más un código de 24 meses o más en
M anu a l Entrevisto para ei D iagnóstico deí Autismo-Revisoda C a p í tu lo 4. N o rm a s de co r recc ión e in te rp re tac ió n
68
LLÍJ
el elemento 26, ¡unto con un código «0» en ei elemento 12 indicativo de la presencia de un habla dia­
ria, espontánea y significativa antes de la pérdida. Además, la aparición del TEA (elemento 87) debería 
producirse a los 24 meses o más tarde. Si se cumplen estos criterios, eí diagnóstico de TEA sería proba­
blemente el de trastorno desintegrativo infantil más que el de autismo. En la actualidad, se desconoce, 
casi absolutamente, si esta notable diferencia en la forma de aparición significa que las bases dei tras­
torno difieren de las del autismo o si, por el contrario, constituye simplemente una variante inusual del 
mismo. La pérdida general de habilidades parecería sugerir en gran medida alguna condición neurolò­
gica adquirida, pero en la gran mayoría de los casos las investigaciones médicas no lo confirman (Evans- 
Jones y Rosenbloom,1978, Hill y Rosenbloom, 1986; Mouridsen y otros, 1998), aunque existen excep­
ciones ocasionales (Corbett, Harris, Taylor y Trimble,1977).
Síndrome de Asperger. El tercer diagnóstico diferencial a señalar es el que existe entre el autismo y el 
síndrome de Asperger. Tanto la CIE-10 (OMS, 1992) como el DSM-IV (APA, 1994), especifican que la dis­
tinción entre el autismo y ei síndrome de Asperger viene determinada por la existencia o no de un sig­
nificativo deterioro cognitivo o de habilidades adaptativas (distintas a las de socialización), y por la exis­
tencia o no de lenguaje hablado desarrollado en el periodo normal de edad. Así, cabe pensar en el 
síndrome de Asperger si la edad de las primeras palabras (elemento 9) fue anterior a los 24 meses y la 
edad de las primeras frases (elemento 10) anterior a los 33 meses. Además, es necesario buscar eviden­
cias confirmatorias a partir de la evaluación de su nivel intelectual (determinado por tests psicológicos 
individuales) y de su conducta adaptativa social evaluada mediante las Escalas de conducta adaptatíva de 
Vinekmd (VABS; Sparow y otros, 1984) u otras pruebas análogas. Al igual que con ei trastorno desinte- 
grativo infantil, sigue sin conocerse si el síndrome de Asperger es una simple variante del autismo o si, 
al menos en algunos casos, constituye un trastorno cualitativamente distinto. Comparaciones sistemá­
ticas indican que las alteraciones comunicativas y sociales encontradas en el autismo v en el síndrome 
de Asperger son muy similares (Gilchrist y otros, 2001; Szatmari, Archer, Fisman, Streiner y Wilson, 
1995). Parece que eí reconocimiento del síndrome de Asperger suele ser sustancialmente más tardío que 
el del autismo; que las características del lenguaje anormal son menos frecuentes en sujetos con el sín­
drome de Asperger y que las anormalidades sociales, aunque cualitativamente similares, pueden ser 
menos graves. En el autismo, las preocupaciones de los padres suelen alcanzar su punto máximo en 
tomo a los 19 meses, con posterior envío a consulta profesional en tomo a los 2 años (De Giacomo y 
Fombonne, 1998). Por el contrario, ambos hechos tienden a producirse al menos 2 años más tarde en 
el caso del síndrome de Asperger (Gilchrist y otros, 2001).
M an u a l Entrevista para et D iagnóstico dei Autismo-Revisada C a p í t u lo 4. N o r m a s de c o r re cc ió n e in te rp r e ta c ió n
Resu ltados m ixtos
El siguiente dilema con respecto a las puntuaciones deí algoritmo diagnóstico concierne a los casos en 
que se cumplen unos criterios, pero no otros. Por ejemplo, la puntuación en interacción social recípro­
ca puede estar por encima del punto de corte, pero la de los otros dos dominios estar por debajo del 
umbral. A su vez, las puntuaciones en los tres dominios pueden superar ei punto de corte, pero la edad 
de aparición puede ser posterior a los 3 años. En estas circunstancias hay que considerar tres posibili­
dades principales.
Primera, el «verdadero» diagnóstico puede ser el de autismo y el hecho de que las especificaciones de 
ios puntos de corte no se cumplan sea debido al error de medida existente. En estas circunstancias no 
es posible corregir el procedimiento con seguridad. Sin embargo, algunos investigadores han conveni­
do en admitir un diagnóstico de autismo si las puntuaciones están claramente por encima del punto de 
corte en ai menos dos de los tres dominios y no distan de él en más de un punto en el tercer dominio. 
Otros han preferido restringir ei diagnóstico del autismo a ios casos en que todos los criterios se cum­
plen totalmente.
La segunda posibilidad es que el sujeto no tenga en absoluto un trastorno del espectro aurista aunque 
la puntuación en uno de los dominios supere el punto de corte. Esta posibilidad es probable si la pun-
69
tuación en uno de los dominios está justamente por encima del punto de corte y las puntuaciones en 
los otros dos dominios están bastante por debajo de él. Es necesaria una especial cautela antes de con­
cluir que la presencia de alteraciones únicamente en el dominio de la comunicación indican TEA (véase 
el capítulo 5). La información, a partir de la observación directa, es también fundamental. Si la pun­
tuación obtenida en alguna prueba de observación directa (como puede ser el ADOS) está también bas­
tante por debajo deí punto de corte diagnóstico, es probable que la persona no tenga un TEA.
la tercera posibilidad consiste en que el sujeto tenga un TEA distinto del autismo tal como tradicional­
mente es diagnosticado. Si no se cumplen los criterios de un TEA específico, tal como anteriormente se 
detallaron (es decir, el síndrome de Rett, el trastorno desintegrativo infantil y el síndrome de .Asperger), 
tanto la CIE-10 (OMS, 1992) como el DSM-IV (APA, 1994) indican que el patrón de conducta debería 
situarse en la categoría de trastorno generalizado del desarrollo no especificado (incluyendo autismo ati­
pico). A veces esto ha sido tratado en la literatura científica como sí fuera una categoría diagnóstica, pero 
110 lo es. Más bien, es un modo de identificar que el sujeto tiene un grave y profundo deterioro en el 
desarrollo de la interacción social recíproca, en las habilidades de comunicación verbal y no verbal o 
que posee conductas, intereses o actividades estereotipados, pero sin que hayan alcanzado los criterios 
requeridos para un especíñco trastorno generalizado del desarrollo (o TEA). La única salvedad es que esta 
categoría residual no debería utilizarse si el deterioro es consecuencia de una esquizofrenia o de un tras­
torno esquizotípico de la personalidad. Esta tercera posibilidad es comentada más detenidamente en el 
siguiente apartado.
TEA no especificado (trastorno generalizado del desarrollo no especificado)
Se ha desarrollado una tendencia a tratar el TEA como un espectro cualitativamente homogéneo de tras­
tornos que tienen el mismo significado, pero que sólo difieren en su gravedad. En gran parte esto está 
justificado, pero es importante señalar que es también claramente equívoco en algunos casos. Así, como 
ya se indicó, es claro que el síndrome de Rett tiene una significación diferente a la del autismo. En algu­
nos casos pueden encontrarse la totalidad de los criterios del algoritmo diagnóstico del autismo, pero, 
más corrientemente, algunos de ios criterios cumplirán los puntos de corte especificados v otros no. Es 
fundamental garantizar que el diagnóstico se hace utilizando las indicaciones hechas anteriormente en 
este capítulo. Otras excepciones al concepto de un espectro continuo son menos claras, pero no menos 
importantes. En todos ios casos, la atipicidad sugiere bien un proceso causal diferente, bien resultados 
diferentes o ambas cosas. En la mayoría de los casos, el diagnóstico diferencial exige atender a eviden­
cias ajenas ai algoritmo diagnóstico.
Esquizofrenia. Por ejemplo, en muchos casos la psicosis esquizofrénica que se manifiesta en la última 
etapa de la adolescencia o al principiode la edad adulta, ha estado precedida por un deterioro evoluti­
vo en las funciones lingüísticas o en las no lingüísticas. En algunos casos el deterioro evolutivo puede 
incluir aspectos cuasi-autísticos (Rutter y Mawhood,1991; Watkins, Asamow y Tanguay 1988). Sería raro 
que se cumplieran los criterios del autismo en el patrón de conducta de la primera niñez v los estudios 
de seguimiento de los niños con autismo no han mostrado ningún aumento, con respeto a los niños 
normalmente desarrollados, en la tasa de esquizofrenia durante el resto de la vida (Volkmar y 
Cohen, 1991). Aunque la existencia de estas anormalidades pre-esquizofrénicas evolutivas está bien con­
solidada, no hay, por el momento, una forma satisfactoria de hacer este diagnóstico en la primera niñez.
Ceguera congènita y deprivación institucional. En los últimos años, los dos patrones de autismo atipi­
co que probablemente parecen tener diferente causa y diferentes consecuencias son los asociados con 
la ceguera congènita (Brown, Hobson y Lee, 1997) y la deprivación institucional profunda (Rutter y 
otros, 1999). En este ultimo caso, el patrón de conducta a los 4 años de edad era semejante ai de un niño 
con autismo, pero era en el transcurso de los 2 años siguientes cuando se hacía más claro. Los niños que 
habían sufrido una deprivación institucional profunda, pero que más tarde habían sido adoptados por 
familias sanas y «normales», mostraron una notable reducción (aunque no desaparición) de las carac-
M anu a l Entrevista para ei D iagnóstico del Autismo-Revisada C a p í tu lo 4. N o rm a s de co r recc ión e in te rp re ta c ió n
70
terístícas autísticas entre los 4 y los 6 años de edad. En ambos casos la clave de la importancia de la ati- 
pícídad radicaba en las circunstancias de desarrollo (es decir, la ceguera y la deprivación institucional 
profunda). La sección introductoria del ADI-R se ha diseñado para ofrecer las necesarias indicaciones de 
alerta ante tales circunstancias atípícas.
Trastornos graves en el desarrollo deí lenguaje. Una diferenciación diagnóstica más frecuente, aunque 
más difícil, se refiere a la superposición entre el autismo y los trastornos graves en el desarrollo del len­
guaje, principalmente de aquellos que implican un lenguaje receptivo o habilidades pragmáticas (Bis- 
hop, 2000; Howlín y otros, 2000). La naturaleza de las relaciones entre el autismo y los trastornos del 
lenguaje pragmático, resultan dudosas por el momento. Lo que está claro es que modalidades atípicas 
del autismo, ordinariamente de grado más benigno de las encontradas en el autismo, están presentes en 
una minoría sustancial de niños con graves trastornos de lenguaje receptivo y de comunicación prag­
mática. Estas formas atípicas de TEA que parecen tener un significado diferente ai autismo, constituyen 
claramente una minoría de casos de TEA, pero su importancia radica en el hecho de que su diagnósti­
co requiere datos ajenos al algoritmo diagnóstico y de que sus causas y desarrollo seguramente son dife­
rentes a los deí autismo.
M anu a l Entrevista para el Diagnóstico del Auti%mo-R.eví$adc C a p í tu lo 4, N o rm a s de co r recc ión e in te rp re ta c ió n
Algoritmo diagnóstico y sujetos con una edad mental 
baja, menores de tres años o atípicos
Edad m enta l in fe r io r a los dos años
Se requiere una gran cautela ai usar los algoritmos diagnósticos cuando los niños tienen un nivel de 
desarrollo por debajo de los 2 años de edad. Esta necesidad de cautela se apoya en dos razones opues­
tas. Primera, los chicos muy pequeños con grave retraso mental muestran a menudo anormalidades en 
reciprocidad y comunicación social porque carecen de habilidades en estas áreas,, y no tanto porque 
muestren ías anormalidades cualitativas características del autismo. Lord, Storoschuk, Rutter y Pickles 
(1993) encontraron que cerca de las tres quintas partes de los niños no auristas carentes de habla y con 
una edad mental inferior a 18 meses, cumplían los criterios ADI-R del autismo. De modo semejante, Cox 
y otros (1999) encontraron que niños con dificultades generales de aprendizaje frecuentemente mos­
traban anormalidades a los 20 meses de edad que ya no aparecían a los 42 meses. El segundo problema 
consiste en que modelos de conducta restringida, repetitiva y estereotipada en niños con autismo podían 
no aparecer a los 20 meses, aunque sí lo hicieran a ios 42 meses {Cox y otros, 1999). En la práctica, se 
ha visto que el algoritmo diagnóstico tiene una validez moderada en la edad mental comprendida entre 
18 y 24 meses, pero probablemente existen más errores en la denominación que cuando eí sujeto tiene 
una edad mental superior a los 24 meses.
El sobre-diagnóstico de autismo es más duradero cuando los niños tienen un retraso mental profundo. 
Así, Starr y otros (comunicación personal, diciembre, 2002} encontraron que algunos niños con retraso 
profundo y con síndrome de Down cumplían los criterios diagnósticos del ADI-R para el autismo sobre 
la base de «más anormal 4.0-5.0» (entre las edades de 4 a 5), pero no lo hadan más tarde en la adoles­
cencia. Como resultado de estas consideraciones, el uso del algoritmo diagnóstico en sujetos con edad 
mental inferior a 2 años, tiene una validez limitada. Se consiguen, con todo, discriminaciones útiles a 
través de las descripciones de la conducta, y de ciertos elementos que permiten diferenciar a niños con 
autismo de niños con trastornos de aprendizaje no autísticos, incluso cuando existe una grave inma­
durez de desarrollo. De todos modos, ha de utilizarse mucha cautela ai asegurar que aparentes modali­
dades cuasí-autísticas no son consecuencia de inmadurez cognitiva.
71
Niños menores de tres años
Supuesto que la edad mental sea superior a 2 años, 0 meses, el algoritmo diagnóstico debería ser válido 
para niños de cualquier edad cronológica. Sin embargo, la mayoría de ios datos proceden de muestras 
en las que la edad cronológica era superior a 3 años, 0 meses. Por ello, para el grupo de edad compren­
dido entre los 2 y los 3 años son deseables más datos de validación.
Poblaciones a ltam ente atípícas
Al igual que con el uso de todos ios algoritmos diagnósticos, tiene que partirse del supuesto de que las 
conductas en un caso individual pueden evaluarse de la misma manera que en las muestras de tipifica­
ción. Por razones obvias, existen inevitables dudas cuando el sujeto tiene importantes discapacidades 
(como en el caso de sordera o ceguera graves) que probablemente afecten a las relaciones interpersona­
les. Lo mismo puede decirse cuando los modelos educativos hayan sido gravemente depauperados 
(como en las instituciones de atención extremadamente pobres). En la práctica, se ha encontrado que 
los algoritmos diagnósticos ADÍ-R funcionan razonablemente bien incluso en estas muestras atípicas, 
pero es necesario tener cautela a causa de la validez limitada de ios datos y, más especialmente, debido 
a las dudas de sí el diagnóstico tiene la misma significación en estas circunstancias (véase el apartado de 
«diagnóstico diferencial» en este capítulo).
M anual Entrevisto para el Diagnóstica de! Autismo-Revisada Cap í tu lo 4. No rm as de correcc ión e in terpretac ión
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