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MÓDULO 0614 - METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 1 UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA L e c t u r a 2 Simon, M. (1993). Biofeedback. En V. Caballo (dir.). Manual de Técnicas de Terapia y Modificación de Conducta. Madrid: Siglo XXI. (Cáp. 17). UU NN II DD AA DD II VV .. FF UU NN DD AA MM EE NN TT OO SS TT EE ÓÓ RR II CC OO SS YY PP RR ÁÁ CC TT II CC OO SS DD EE LL AA MM EE DD II CC II ÓÓ NN PP SS II CC OO FF II SS II OO LL ÓÓ GG II CC AA INDICE BIOFEEDBACK.............................................................................2 Historia.......................................................................................2 Definición y descripción .............................................................4 Concepto de biofeedback ......................................................4 El proceso de biofeedback.....................................................4 Fundamentos conceptuales.......................................................7 Procedimiento............................................................................8 Evaluación inicial....................................................................8 Línea base ...........................................................................10 Fijación de metas .................................................................10 Tratamiento ......................................................................11 Sesiones finales ...............................................................12 Comentarios finales.................................................................13 MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 2 BBIIOOFFEEEEDDBBAACCKK Historia En sentido literal, el término biofeedback (bioinformación, biorretroalimentación, retroacción biológica) se utiliza para aludir a la posibilidad de modificar una respuesta fisiológica en función de la información que se tiene de cómo ésta varía. El biofeedback representa, por tanto, una traslación y aplicación especial del concepto de feedback (Weiner, 1961; Mayr, 1970) a los sistemas biológicos, ya que se parte de la idea de que la retroalimentación (feedback) de los resultados pasados al propio sistema, es un, medio eficaz para conseguir el control del mismo. Probablemente, el término «biofeedback» (BF) apareció por primera vez en 1969, con la formación de una, por entonces, pequeña sociedad en Santa Mónica, California, la Biofeedback Research Society (denominada actualmente Biofeedback Society of America), cuando un grupo de investigadores se reunió para discutir sobre los mecanismos biológicos de retroalimentación, especialmente en el ámbito clínico. Por conveniencia, «feedback biológico» fue abreviado por «biofeedback» (Basmajian, 1981). Ahora bien, esta posibilidad de controlar voluntariamente las respuestas fisiológicas ha sido objeto de discusión y estudio, por parte de los investigadores, desde hace ya muchos años, por lo que son numerosos los antecedentes que se podrían enumerar, antecedentes entre los que se encuentran los trabajos de Tarchanoff (1885) acerca de la aceleración voluntaria de la frecuencia cardíaca, los estudios de Bair (1901) sobre el control del músculo auricular posterior, las investigaciones de Schultz (1932) y Jacobson (1938) y el desarrollo de sus respectivos métodos de relajación («entrenamiento autógeno» y «relajación progresiva») y, finalmente, los trabajos de la escuela rusa en el ámbito del condicionamiento clásico interoceptivo, especialmente los llevados a cabo por Lisina (1958). A partir de estos trabajos, numerosos autores empezaron, de forma simultánea, a interesarse por la investigación acerca del control voluntario de diferentes respuestas fisiológicas, tanto en animales como en humanos, momento en el que surge de forma clara y específica la investigación en esta área. De acuerdo con Fontaine (1981), la aparición del BF ha sido posible gracias a un desarrollo espectacular de la tecnología, que nos ha permitido acceder a las respuestas fisiológicas más importantes y de un modo más preciso, y a un cierto número de investigaciones fundamentales en psicofisiología que, a partir de opciones teóricas distintas, buscan cómo poner bajo control di-versas respuestas fisiológicas. Así, como ha destacado Kimmel (1986), es importante resaltar que las investigaciones originales que sirvieron como fundamento y posibilitaron la aparición del BF, se inscriben en lo que podríamos denominar la tradición ortodoxa de la psicología científica. En este sentido, una de las fuentes más directas que favorecieron la aparición de las técnicas de BF, proviene de los experimentos de condicionamiento operante en el campo de la psicología animal. El condicionamiento de respuestas cardiovasculares en ratas curarizadas, realizado por Neal Miller y sus colegas (Miller y DiCara, 1967; DiCara y Miller, 1968; Miller y Banuazizi, 1968), mostraba directamente que las funciones controladas por el sis-tema nervioso autónomo podrían ser influidas por el condicionamiento operante. En esta misma línea, habría que citar los primeros trabajos realizados por los grupos de Kimmel (Kimmel y Hill, 1960; Kimmel y Kimmel, 1963) y Shapiro (Shapiro, Crider y Tursky, 1964; Shapiro y Crider, 1967) en el ámbito de la respuesta galvánica de la piel en humanos. Estos hallazgos, generados de forma relativamente independiente en la década de los años sesenta, tuvieron repercusiones teóricas importantes, entre las que son de destacar la puesta en tela de juicio de la concepción fisiológica tradicional, según la cual sólo eran voluntarias las respuestas regidas por el sistema nervioso central, mientras que las regidas por el sistema nervioso autónomo eran involuntarias y no susceptibles de control consciente; y por otra parte, el cuestionamiento de la idea más dominante en psicología, que postulaba que las respuestas regidas por el sistema nervioso autónomo sólo podían ser condicionadas clásicamente, UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 3 quedando relegado el uso del condicionamiento operante al campo de las llamadas respuestas voluntarias. Sin embargo, tanto las dificultades encontradas posteriormente por parte del propio Miller para replicar estos resultados (Miller y Dworkin, 1974);1 como las críticas de algunos investigadores (Schwartz, 1973) en el sentido de que la curarización no elimina la posible mediación del sistema nerviosd} central, han llevado a Miller a reconocer que actualmente «no es prudente.: confiar en los experimentos sobre animales curarizados para poner de manifiesto el aprendizaje instrumental de respuestas viscerales» (Miller, 1978, p. 376). No obstante, como ha señalado Marcos (1986), si bien, a nivel teórico queda todavía por resolver el problema de si realmente las respuestas autó' nomas son condicionables operantemente de forma directa o mediada (es decir, que se trate de un condicionamiento indirecto que se posibilita a través de cambios musculoesqueléticos o de procesos cognitivos), parece evidente [ue esto no afecta a la propia utilización clínica del BF, donde se pretende fue el sujeto adquiera un control sobre la respuesta objeto de entrenamiento, con independencia de la consideración de que en dicho proceso intervengan o no procesos mediacionales. Paralelamente a los estudios mencionados, cabe citarse también como fuentes importantes del surgimiento del BF, los trabajos realizados en el ámbito del controlvoluntario de la actividad encefalográfica (Kamiya, 1968; Brown, 1970) y neuromuscular (Marinacci y Horande, 1960; Basmajian, 1963; acobs y Felton, 1969). Por lo que a los primeros se refiere, podemos decir que tenían como objetivo enseñar a los sujetos a controlar la aparición del itmo alfa (8-12 Hz), a través de la presentación de feedback contingente al mismo, estudiando los efectos conductuales de dicho control y su relación on determinados estados de conciencia. De otra parte, los estudios en el erreno de la rehabilitación neuromuscular supusieron, igualmente, un acicate de gran importancia, tanto a nivel aplicado, evidenciando algunas de las posibilidades terapéuticas del BF, como a nivel de investigación básica, donde merece especial mención el trabajo de John Basmajian (1963) acerca del control voluntario de unidades motoras simples. A partir de estos trabajos, la posibilidad de controlar voluntariamente las respuestas fisiológicas, cuestión que representó inicialmente una curiosidad científica, empezó a estudiarse sistemáticamente y a confrontarse a niveles experimentales y clínicos. Reflejo de este desarrollo e interés es el incremento en la publicación tanto de tratados, textos y compilaciones, como del número de publicaciones periódicas (Behavioral Medicine, Biofeedback Network, Biofeedback and Self-Regulation, etc.). La mayoría de estos trabajos representan la aplicación de las técnicas de BF a una amplia gama de respuestas fisiológicas y a trastornos diversos, entre los cuales podríamos incluir las arritmias cardíacas, la epilepsia, la hipertensión, las cefaleas, la incontinencia fecal y distintos trastornos neuromusculares. El objetivo a alcanzar, en todos y cada uno de estos problemas, ha sido la eliminación o reducción del trastorno a través del desarrollo de un adecuado control de la respuesta alterada, por arte del propio sujeto. Ahora bien, aunque se ha perseguido el control de las respuestas fisiológicas con un interés fundamentalmente clínico y terapéutico, conviene señalar que otro objetivo de gran importancia que centró el interés en el estudio del 'BF, en ocasiones no suficientemente resaltado, fue la explicación y comprensión del comportamiento humano (Vila, 1980). Así, la utilización de estos procedimientos ha permitido no sólo el acercamiento experimental a los sistemas psicofisiológicos de respuesta desde una óptica marcadamente conductual, sino que también ha generado nuevos enfoques en la investigación sobre la naturaleza del aprendizaje y los principios que lo rigen (Schwartz y Beatty, 1977). Antes de terminar este breve bosquejo histórico, habría que decir que el BF es una técnica científica que se inscribe en un marco concreto de investigación y actuación. Forma parte indiscutible de lo que se ha dado en llamar «medicina conductual» (behavioral medicine), disciplina que esencialmente representa la aplicación clínica de los principios y técnicas de la UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 4 modificación de conducta a la evaluación, prevención y tratamiento de trastornos físicos (Pomerleau, 1979). Definición y descripción Concepto de biofeedback El BF es una técnica de autocontrol de respuestas fisiológicas, que opera a través de la retroalimentación constante que recibe el sujeto sobre la función que se desea someter a control voluntario. Dando esta información, los sujetos tienen la oportunidad de controlar gradualmente los procesos acerca de: los cuales se les está informando, mientras que, sin dicha información, este control sería imposible (Gaarder y Montgomery, 1981). Así, el elemento clave e imprescindible del proceso es la información (feedback) directa, precisa y constante que el sujeto recibe sobre la variable fisiológica de interés. Téngase en cuenta que para lograr controlar voluntariamente una respuesta fisiológica, es necesario que el cerebro reciba información inmediata de lo que ocurre en el organismo a fin de que pueda aprender a regular su actividad. El BF proporciona al cerebro una bioinformación dinámica con especial referencia a respuestas fisiológicas que, o bien no está incluida en la estructura biológica del organismo, o bien ha podido quedar alterada como con-secuencia de un proceso patológico (Blanchard y Epstein, 1977). En este sentido, el BF facilita al sujeto el aprendizaje o autorregulación de tales respuestas (Vila, 19856), por lo que puede ser concebido como una forma de imposición de un circuito de feedback externo adicional a los circuitos de feedback naturales del sistema de control adaptativo homeostático. Así, el BF potenciaría estos circuitos de feedback naturales o los sustituiría en caso de alteración de los mismos (Carrobles y cols., 1981). Kamiya (1971) ha señalado que existen tres aspectos básicos que definen al entrenamiento en BF. Primero, la respuesta fisiológica que se desea someter a control debe ser registrada continuamente con la suficiente sensibilidad como para detectar cambios momento-a-momento. Segundo, los cambios que se producen en la variable de interés, objeto de entrenamiento, deben ser retroinformados inmediatamente al sujeto para que éste tenga un conocimien to preciso y exacto de los mismos. Tercero, la persona debe estar motivada para aprender a efectuar los cambios que se pretenden, ya que la premisa básica del BF es que a través del feedback inmediato de la respuesta bajo estudio, un individuo puede conseguir el control de la misma. El proceso de biofeedback Una forma de caracterizar al BF es aludiendo a las fases y elementos que lo componen, lo que nos lleva a hablar del proceso de BF, en el que se incluyen las siguientes operaciones básicas (Gaarder y Montgomery, 1981; Carrobles y Godoy, 1987). 1. Detección de la señal 2. Amplificación 3. Procesamiento y simplificación de la señal 4. Conversión de la señal 5. Información al sujeto (feedback) o exposición de la señal. En la primera fase, tiene lugar la captación o detección de la respuesta fisiológica. Para ello, dependiendo de la propia naturaleza de la señal, se utilizarán en unos casos electrodos de registro o sensores apropiados a tal efecto y, en otros casos, transductores que convierten la señal que estamos registrando en una señal eléctrica para su manipulación posterior. Como es sabido, las señales biológicas son de naturaleza y origen diverso, por lo que su captación ha de tener en cuenta las propias características de origen de cada una de las mismas. En lo que a este aspecto se refiere y siguiendo a Brown (1972), podemos diferenciar tres tipos de señales: las de origen bioeléctrico directo, las de origen biocléctrico indirecto y las de origen físico. Las señales bioeléctricas, tanto directas como indirectas, son captadas a través de electrodos de registro. La única diferencia, a nivel de captación, entre ambas radica en que en el UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 5 primer caso, como detectamos la actividad eléctrica directa producida por un órgano o tejido particular, los electrodos serán meros registradores, mientras que en el segundo caso, como la señal constituye una propiedad eléctrica del sistema biológico o fisiológico en cuestión, sólo podrá ser medida indirectamente por comparación con otras seña-les eléctricas de características conocidas, que se aplican externamente al organismo, por lo que la misma se captará igualmente a través de electrodos, la única diferencia de que éstos servirán además para aplicar la corriente externa (Vila, 1985a). Las señales físicas, por el contrario, no pueden ser captadas mediante electrodoso sensores. Se trata de fenómenos como la temperatura, el movimiento, la presión o la fuerza, cuyo registro ha de realizarse mediante «transductores», que transforman o convierten las señales físicas en eléctricas, de forma que posteriormente puedan ser manipuladas (p.ej., termistores para la medida de la temperatura). Una vez captada la señal, ésta es amplificada hasta un nivel lo suficiente-mente alto como para que sea manejable eléctricamente por el sistema. Se trata, en definitiva, de multiplicar la señal de entrada por un factor fijo o controlable, de modo que la misma pueda ser aplicada más tarde a otros aparatos utilizados para registrarla o procesarla. El grado de amplificación de la señal se controla a través del mando de «sensibilidad» del monitor o aparato de BF. Ahora bien, el incremento de la señal no es la única función que cumplen los amplificadores, sino que también realizan tareas de filtración. De este modo, el amplificador sólo aumentará aquellas señales que se encuentren dentro de unos determinados niveles de frecuencia. Esta regulación del paso de banda del amplificador es de gran importancia, ya que nos permite amplificar únicamente aquellas características que definen a la señal de interés, filtrándolas del resto de las señales interfirientes que hayan podido ser registradas por los electrodos (Rugh, 1979). Como es de suponer, a través de esta filtración no se eliminan todos los posibles artefactos; aquellas señales inter- firientes que compartan los niveles de frecuencia, seleccionados, de la señal de interés serán amplificadas por el sistema. Para disminuir al máximo este posible efecto, deben tomarse las adecuadas precauciones en lo que se refiere al control e identificación de los artefactos y utilizarse amplificadores dife- renciales (Simón, 1989). Estos aspectos relativos a la filtración de la señal, se incluyen en la fase de procesamiento y simplificación, donde «la señal directa manipulada hasta ese momento es filtrada e integrada con objeto de extraer de ella sólo la parte de información necesitada para nuestro objetivo, y que bajo esta forma simplificada se va a facilitar posteriormente al sujeto» (Carrobles y cols., 1981, p. 10). Una vez que la señal ha sido filtrada, ésta podría ser retroalimentada al sujeto y enviada a algún sistema de registro o almacenamiento. Sin embargo, el hecho de que habitualmente se trabaje con señales complejas hace más adecuado que, previa exposición de la señal, ésta sufra algún tipo de procesamiento con el fin de simplificarla, lo cual facilitará su posterior análisis y retroalimentación. Por estos motivos, la señal puede sufrir ahora un proceso de integración, que consiste básicamente en la obtención de la medida promedio de ésta cada cierto período de tiempo (p.ej., 5 segundos). La constante de tiempo de este proceso, puede ser seleccionada igualmente por el clínico de BF en algunos de los aparatos disponibles en el mercado. Igual-mente, otra forma de garantizar esta simplificación es proporcionar feedback al sujeto sólo cuando la señal se encuentre por encima o por debajo de un cierto nivel preseleccionado por el terapeuta (umbral). Si la sensibilidad se refiere al grado en que la señal va a ser amplificada por el aparato, el umbral, por el contrario, hace referencia al valor de la misma que va a ser retroalimentado al sujeto. Hace mención, por consiguiente, al mecanismo de procesamiento de la señal, y no a la amplificación de ésta. El umbral es el valor que el terapeuta manipula cuando está en una sesión de BF para que el sujeto incremente su habilidad de forma gradual (moldeamiento). La fase cuarta tiene como objetivo convertir la señal registrada en formas estimulares que puedan ser fácilmente procesadas por los sujetos. Como ve-remos seguidamente, entre las más diversas modalidades sensoriales que puede adoptar UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 6 esta señal, las más utilizadas por los diferentes sistemas de BF son las visuales y las auditivas. Finalmente, esta señal transformada en otras formas estimulares, es facilitada inmediatamente como información al sujeto, con el objetivo de que, a través de esta información, aprenda a controlar o modificar la respuesta en el sentido apropiado, completándose el circuito de feedback cuando la señal previamente registrada es retroalimentada al sujeto. La cuestión más relevante a tener en cuenta en las dos últimas fases del proceso de BF es la referencia a la modalidad de presentación de la señal. En este sentido, tal y como apunta Labrador (1984), hay que distinguir tres aspectos: la modalidad sensorial de la señal presentada, el tipo de información y la relación entre la señal y la respuesta. Con respecto al primer aspecto, hay que señalar que la forma a través de la cual se trasmite la información al sujeto sobre el estado de uno o varios de sus procesos fisiológicos, suele ser visual, auditiva o ambas simultánea-mente. Para la forma visual, lo más frecuente es utilizar una escala graduada, con.un punto central que representa la línea base media, y con desviaciones a izquierda y derecha representando, respectivamente, los decrementos o incrementos de la respuesta. Otros medios habitualmente empleados de feedback visual consisten en una fila de luces que se iluminan o apagan progresiva y correlativamente, según se producen incrementos o disminuciones de la respuesta, escalas digitales (donde los números representan el nivel de la actividad), osciloscopios, cámaras de vídeo, ordenadores, etc. En cuanto a la retroalimentación auditiva, hay que decir que ésta se suele presentar a través de un sonido que cambia de tono o frecuencia en función de la actividad del sujeto. Con referencia al tipo de información, hablamos de feedback binario y de feedback proporcional. El feedback binario consiste en establecer un criterio a partir del cual el sujeto recibe información sobre si está por encima o por debajo del mismo. Este criterio es fijado por el terapeuta antes del entrenamiento (Kimmel, 1981). Por el contrario, en el feedback proporcional, la señal varía constantemente conforme va variando la respuesta; la información recibida por el sujeto es directamente proporcional al valor de los cambios de aquélla. En líneas generales, suele considerarse más adecuado el feedback proporcional, ya que ofrece una información más precisa; de ahí su mayor utilización. Finalmente, y dependiendo de la continuidad de la señal de feedback, hablamos de feedback continuo y de feedback discontinuo, intermitente, o discreto, según que la señal esté constantemente presente o sólo aparezca a intervalos temporales, respectivamente. Por otra parte, esta clasificación no agota todas las modalidades de feedback y, así, son de destacar algunos trabajos interesantes en los que se añade un refuerzo externo y tangible por la superación de las metas propuestas en el entrenamiento (Santee, Keister y Kleinman, 1980; Finley y cols., 1981).. Cuando trabajamos con adultos, suponemos que el conocimiento de alcanzar, un determinado nivel de respuesta fisiológica es suficientemente reforzante como para alentar al sujeto a seguir respondiendo. Con niños, este presupuesto no parece estar tan claro, por lo que parecería conveniente utilizar: refuerzos explícitos de cara a aumentar la ejecución correcta. El sistema desarrollado por Finley y cols. (1981) para la reeducación motora de niños'' paralítico-cerebrales es una buena muestra de este tipo de proceder. Los planteamientos precedentes podrían dar lugar a entrar en un análisis obre las posibles variantes del procedimiento habitual que se sigue en BF. A Nuestro modo de ver, éstas y otras «variaciones» que algunos autores han señalado, no implicarían tanto hablarde variantes de procedimiento como tales, al menos en sentido amplio, cuanto que intentar en cada caso la capacidad de control de la respuesta, por parte del sujeto, a través de la búsqueda le una forma adecuada e individualizada de presentación de la retroalimenación. Sin embargo, no cabe duda de que este tipo de proceder puede, en ocasiones, alterar significativamente el procedimiento, introduciendo en el mismo otras técnicas conductuales que, por sí mismas, pueden facilitar el ambio de conducta. UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 7 Fundamentos conceptuales Como ha señalado Vila (1980), el aspecto central de la investigación básica n BF es el estudio del mecanismo y proceso que regulan el aprendizaje y control de las respuestas fisiológicas. Por lo que a éste se refiere, se ha propuesto un cierto número de planteamientos teóricos para explicar el funcionamiento de las técnicas de la BF. Cada uno de ellos resalta diferentes aspectos causativos para explicar esta posibilidad de control de las respuestas fisiológicas, adoleciendo la mayoría de ellos de ser explicaciones, en cierta medida, parciales y que sólo dan cuenta de algunos de los procesos implica-los en este tipo de procedimientos terapéuticos (Puente y cols., 1985). Según Sihapiro (1982), entre los modelos más representativos podemos destacar los siguientes: modelo operante, modelos operacionales (somaticomusculares y cognitivos), modelo de aprendizaje de habilidades motoras y modelo cibertético o de sistemas de control autorregulados. El modelo operante ha sido, probablemente, el que proporcionó tanto en la investigación como en la práctica del BF. Como la hemos señalado al abordar la historia, la investigación más sistemática en su área fue estimulada por la cuestión teórica básica de si determinadas respuestas fisiológicas regidas por el sistema nervioso autónomo podrían ser estimuladas de manera operante. La investigación generada desde este planeamiento intentó demostrar el control de diferentes respuestas específicas, utilizando diversos procedimientos de moldeamiento y programas de reforzamiento. Ahora bien, explicar el BF desde planteamientos operantes implica considerar que el feedback que se facilita al sujeto es una modalidad particular de refuerzo. Mientras que en los trabajos típicos de condicionamiento operante el refuerzo consiste habitualmente en una recompensa o un castigo explícitos y contingentes, habitualmente de tipo primario o incondicionado, En el ámbito del BF la información es proporcionada en una forma que podríamos llamar «neutral», a través de cambios en una pantalla o de variaciones en la frecuencia de un tono. Sin embargo, y aunque debe señalarse que en los trabajos de BF los sujetos están muy influidos por su propia motivación para triunfar en la tarea o por el propio refuerzo social del terapeuta, estas influencias carecen, según algunos autores, de las cualidades concretas que presenta el alimento, para un organismo privado previamente del mismo, o los estímulos aversivos tales como la descarga eléctrica (Gaarder y Montgomery, 1981). En definitiva, se discute si la señal de feedback actúa como un reforzador en sentido estricto o si, por el contrario, opera gracias a sus propiedades fundamentalmente informativas, sin que hasta el momento se tengan pruebas concluyentes acerca del papel específico y relativo de ambas variables (Yates, 1980). Con independencia de los problemas señalados, un aspecto que ha sido y sigue siendo controvertido se refiere a si, en última instancia, este control operante de las respuestas autónomas se produce de forma directa o mediada. Los defensores de la segunda posibilidad han postulado dos modelos mediacionales que presentan explicaciones alternativas al modelo operante. Estos modelos mediacionales se diferencian entre sí en función de la variable que se postula como mediadora del proceso, lo que ha dado lugar a hablar de mediación somático-muscular y de mediación cognitiva (Carrobles y Godoy, 1987). Desde ambos planteamientos no se discute la posibilidad de control operante de las respuestas autónomas, sino que, por el contrario, lo que se cuestiona es que este proceso tenga lugar de forma directa, sin el concurso, bien de la mediación del sistema musculoesquelético a través de la producción de determinados niveles de relajación muscular o del mantenimiento de un cierto ritmos respiratorio (Mulholland y Peper, 1971; Plotkin, 1976), o bien de determinadas actividades de naturaleza cognitiva, tales como pensamientos o imágenes (Lazarus, 1975; Meichenbaum, 1976) [véanse los trabajos de Benson (1975) y Holmes (1984) para analizar algunas de las evidencias disponi- bles acerca de esta problemática]. Los investigadores básicos están, por el momento, en desacuerdo acerca de si los cambios autónomos alcanzados por medio del BF son o no son realmente secundarios a los cambios en la actividad cognitiva o somático-muscular. La investigación actual acerca de este posible aprendizaje o control mediado UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 8 parece de interés por sí misma, con independencia de que pueda aclararnos o no el mecanismo último y definitivo responsable de la eficacia del BF, ya que presenta indudables implicaciones teórico-prácticas. Entre éstas se podría señalar como de una gran transcendencia, el aumento de nuestro; conocimiento y comprensión sobre las relaciones entre los niveles de funcionamiento psicológico y fisiológico. Finalmente, los modelos basados en el aprendizaje de habilidades motor y en la aproximación cibernética o de sistemas de control autorregulados, presentan ciertas similitudes en cuanto que dan a la señal de feedback un valor fundamentalmente informativo, derivándose la eficacia del BF de este conocimiento preciso que tiene el sujeto acerca de la respuesta-objetivo. Para el modelo de las habilidades motoras (Lang, 1975), que pretende extender sus postulados a lo que sus propios defensores denominan aprendizaje de habilidades autónomas, el BF implica, por parte del sujeto, el aprendizaje de una tarea altamente discriminativa que sea función directa de la cantidad de información disponible. Con referencia al modelo cibernético, señalaremos brevemente que dicho modelo parte de la consideración de que el organismo está formado por numerosos sistemas de feedback que, mediante un funcionamiento automatizado, mantienen bajo control el funcionamiento del medio interno, situándolo en unos niveles óptimos de trabajo y garantizando, en definitiva, el mantenimiento de la homeostasis (p.ej., control de la producción de corticoides). En aquellos casos en los que el sistema de control natural ha sufrido alguna anomalía o desajuste (disregulación), como ocurre, por ejemplo, en los trastornos psicofisiológicos, el BF sería un medio de sobreimponer a dichos circuitos de feedback natural un sistema de feedback artificial, que proporcionaría al sujeto información de los mismos y facilitaría así su control (Gaarder y Montgomery, 1981). Para terminar, sólo mencionar que otros modelos y explicaciones teóricas alternativos a los mencionados son el modelo de discriminación de Brener (1974) y el modelo de los dos procesos de Lacroix (1981). Esta multiplicidad de modelos, así como el solapamiento de algunos de ellos, hacen que estemos de acuerdo con Puente y cols. (1985) en que uno de los principales problemas que en la actualidad tienen planteados las técnicas de BF sea, precisamente, dar cuenta de los procesos que median o facilitan este tipo de aprendizaje; es decir, explicar de qué manerautiliza el sujeto la información para regular Sus procesos internos. Procedimiento En este apartado vamos a referirnos al modo práctico de proceder de cara a la utilización clínica de las técnicas de BF, especificando aquellos aspectos básicos que caracterizan a la estructura general del tratamiento y al papel que el terapeuta ha de desempeñar a lo largo del mismo. Si bien el procedimiento a seguir presenta ciertas peculiaridades, dependiendo de variables tales como eI tipo de técnica que se utilice (p.ej., BF electromiográfico frente a BF de secuencia cardíaca), trastorno que presenta el sujeto (p.ej., enfermedad de kaynaud frente a incontinencia fecal), características específicas de la situación de entrenamiento, etc., vamos a tratar de presentar un esquema general de actuación que incluya los sucesivos pasos que se dan en todo tratamiento, por BF. Para ello, vamos a seguir el diagrama de bloques que se observa en á la figura 17.2, en el que se incluyen como fases o ejes básicos de la estructura general del tratamiento los siguientes: evaluación inicial, línea base, fijación de metas, tratamiento, sesiones finales y seguimiento. Evaluación inicial Al igual que ocurre en todo proceso de intervención conductual en psicología clínica, las primeras sesiones están dedicadas a la evaluación del problema UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN FIGURA 17.2. Diagrama de bloques de la estructura del trata biofeedback. Haciendo uso de las distintas técnicas de e (p.ej., entrevista, autoobservación, registros psicofis etc.), deberán analizarse las alteraciones o respuestas p como su localización, intensidad y duración, dedica especial atención a la búsqueda de aqueos posibles fac intensifican o disminuyen las molestias del sujeto. Resulta igualmente de interés establecer aproximada de la aparición del problema y su f comienzo, determinando cómo influye éste en las facetas de la vida diaria del sujeto y en su relación personas. Este análisis de las repercusiones que PSICOLÓGICA 9 miento de valuación iológicos, roblema, ndo una tores que la fecha orma de distintas con otras tiene el problema sobre la vida ordinaria del paciente (p.ej., en la actividad profesional, en su vida familiar o en su relación con los amigos), nos ofrecerá datos susceptibles de utilizar como indicadores de hasta qué punto está siendo incapacitante para él. Si se trata de un individuo que ha estado sometido a tratamientos previos, habrán de especificarse las características de éstos y sus resultados, pudiendo además solicitarse un informe sobre datos de investigaciones diagnósticas realizadas en otros centros o instituciones. En estas sesiones de evaluación inicial, se determinará igualmente la actitud del sujeto en relación con su problema, tanto en lo que se refiere a las causas a las que atribuye la aparición, mantenimiento y agravación del mismo, como al tipo de intentos de solución que ha buscado (por sí mismo o recurriendo a profesionales de la salud). Se han de evaluar también posibles alteraciones a otros niveles del funcionamiento biológico, psicológico y social, aunque éstas no formen, en principio, parte de los motivos que han traído al sujeto a consulta (p.ej., la evaluación de alteraciones a nivel del lenguaje, percepción o memoria en un 'sujeto con hemiplejía derecha que se nos remite para tratamiento de pie caído 'por medio del BF). Ni que decir tiene que, dado el ámbito de aplicación de las técnicas de BF y el carácter de muchos de los problemas tratados a través de las mismas, será necesaria una exploración médica detallada y minuciosa, que se desarrollará paralelamente a la evaluación conductual, formando parte ambas de esta primera etapa, que hemos denominado genéricamente evaluación inicial del problema. Por lo que a esto se refiere, es preciso hacer mención del hecho de que la especialización en el campo del BF requiere un conocimiento de la fisiología humana, normal y patológica, y de los distintos sistemas psicofisiológicos de respuesta, con el fin de evitar aproximaciones simplistas a los distintos problemas clínicos y poder programar intervenciones adecuadas y realistas. Finalmente, deberá indagarse acerca de las expectativas y la motivación del sujeto con respecto al tratamiento con BF, recogiendo información sobre el conocimiento que tiene acerca de esta modalidad terapéutica y la vía través de la cual ha recurrido a buscar este tipo de ayuda. UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 10 Línea base El análisis conductual iniciado en la fase anterior tiene su continuidad en e registro de la línea base. Durante esta etapa, tal como han indicado Gaardei y Montgomery (1981), el objetivo fundamental que se persigue es obtener un perfil de los niveles de actividad psicofisiológica («perfil psicofisiológico. o «perfil de reactividad psicofisiológica») del sujeto, sin suministrarle ningún tipo de feedback y en condiciones tanto de relajación o reposo como de activación inducida experimentalmente. El procedimiento para obtener este perfil de activación puede presentar pequeñas variaciones según los casos y, así, por citar un ejemplo, si estamos ante un sujeto con patología neuromuscular, este perfil hará obviamente referencia a los niveles de potencial mioeléctrico de los grupos musculares afectados en condiciones de relajación, es-fuerzo mínimo y esfuerzo máximo, pudiendo realizarse valoraciones paralelas o simultáneas de otras variables tales como la velocidad de conducción nerviosa (por medio de la electroneurografía), rango de movimiento de las articulaciones implicadas y fuerza de la contracción. De cara al establecimiento de la línea base conviene tener presente, antes de proceder a efectuar el registro, la espera de un adecuado período de adaptación a los aparatos (aproximadamente, unos 4 minutos) y el mantenimiento del registro en condiciones de relajación durante un tiempo prudencial (al-rededor de 10 minutos). Por otro lado, las instrucciones que se le den a sujeto han de ser claras y sencillas, indicándole específicamente que su tarea consiste únicamente en permanecer tranquilo y relajado. En este punto, con-viene recordar y tener presentes los criterios de técnicas generales acerca de registro de cualquier respuesta psicofisiológica, tales como preparación de la piel, características y tipo de electrodos a utilizar o, en su caso, transductores, emplazamiento adecuado de éstos, control de posibles artefactos, etc. Las razones básicas que motivan la obtención del perfil de reactividad psicofisiológica del sujeto durante la línea base (que puede estar compuesta por una o varias sesiones) pueden resumirse en dos. En primer lugar, tener un registro del nivel inicial de respuesta con el que comparar el posible progreso del sujeto a lo largo del tratamiento. En segundo lugar, de cara seleccionar la variable sobre la que vamos a trabajar, ofreciendo feedback. Por ello, la obtención de este perfil implica la detección y registro simultáneo de diversas respuestas psicofisiológicas, especialmente; cuando el terapeuta aún no tiene claro sobre qué respuesta específica interferir (p.ej., problemas de estrés). A lo largo de la línea base, puede resultar igualmente de interés la toma de otro tipo de medidas. En este sentido, suele ser frecuente la utilización del autorregistro, que nos ayudará a identificar los factores que facilitan, e incluso provocan, la aparición de la respuesta no deseada y a determinar la frecuencia, intensidad y duración de la misma, aspectos que ya hemos comentado en el apartado anterior. El empleode este tipo de instrumentos o técnicas de evaluación se suele prolongar hasta el final del tratamiento. Llegados a este punto, podemos dar por terminado el análisis conductual, en nuestro esquema, a los dos primeros apartados conocidos orno evaluación inicial y línea base. Seguidamente entraríamos en la fase que podríamos denominar «fijación de metas». Fijación de metas Los aspectos esenciales que definen esta fase son el establecimiento del pro-rama conductual a seguir, con base en las técnicas de BF, y la delimitación específica de los objetivos a alcanzar a lo largo del tratamiento. En este sentido, conviene tener presente que en BF se procede siempre de forma gradual, través del establecimiento de metas explícitas y próximas que contribuyen alcanzar otras futuras, es decir, a través de un proceso de moldeamiento o reforzamiento gradual de respuestas que sucesivamente se van aproximando la respuesta meta que se desea alcanzar. Como se podrá suponer, la meta última y definitiva que se persigue es el control, por parte del sujeto, de la respuesta fisiológica objeto de entrenamiento y la reducción o eliminación e los síntomas que presente dicho sujeto. UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 11 Además de la fijación de los objetivos a alcanzar, se le debe explicar al sujeto, de un modo fácilmente comprensible para él, cuál es el fundamento e la terapia, en qué consiste y cómo funciona. Se le debe trasmitir, igual-mente, cuál es el papel que desempeñan los aparatos, realizando incluso una demostración de su funcionamiento. También deberá hacerse explícito de forma muy clara cuál es la tarea que ha de realizar el paciente a lo largo del entrenamiento y cómo debe guiar su esfuerzo a través de la información proveniente del aparato y del propio terapeuta (Basmajian y Hatch, 1979). La información que se da al paciente sobre la técnica de BF es de vital importancia, ya que parece demostrado que el grado de mejoría del sujeto depende, en gran medida, de su propio conocimiento de la técnica y de la motivación de la tarea, de ahí que se deba cuidar la información que le vamos a proporcionar. Cuanto mayor y más precisa es la información que posee el sujeto sobre el BF, más eficaz se manifiesta la técnica (Marcos, 1986). Como ha señalado Labrador (1984), esta información que se facilita a sujeto deberá incluir al menos lo siguiente: 1. Exposición de un modelo que conceptualice el trastorno que presenta el sujeto. 2. Señalar la posibilidad de control de la respuesta alterada, a través de entrenamiento directo en su control o de modificaciones a nivel cognitivo. 3. Explicación de qué es y cómo funciona el BF. 4. Aclarar el papel que desempeñan los distintos instrumentos que se van a utilizar. 5. Determinar cuál es el objetivo último del tratamiento. 6. Explicar cuál es la tarea del sujeto y qué es lo que debe realizar a lo largo de las sesiones. Una vez que estamos seguros de que el paciente comprende perfectamente la tarea que se le encomienda y asume su papel predominantemente activa en el proceso, se pasa a la fase de tratamiento. Tratamiento Después de colocar en el lugar corporal adecuado los electrodos o, en su caso, los transductores, y transcurrido el período de adaptación, que puede aprovecharse para dialogar con el sujeto sobre aspectos relacionados con 1 terapia o sobre hechos que le hayan acontecido desde la sesión anterior, y que nos ayudarán a forjar una buena alianza de trabajo, se alienta al sujeto para que produzca un cambio en la respuesta ayudándose de la retroalimentación proveniente del monitor de feedback y de la información proporciono nada por el propio terapeuta. La dirección del cambio dependerá, como es lógico, del problema que presente el sujeto, pudiendo ser tanto una disminución en los niveles de respuesta (p.ej., cefaleas tensionales, hipertensión control de la espasticidad muscular, etc.), como un aumento de los mismo (p.ej., impotencia, parálisis fláccidas, incontinencia fecal, etc.). Incluso, en algunos problemas concretos, el sujeto ha de ser entrenado para producir tanto incrementos como decrementos (p.ej., disminución de la actividad de, músculos espásticos e incremento de actividad en los músculos antagonistas correspondientes, cuando se trata de posibilitar la recuperación de la marcha en hemipléjicos). Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el entrena-miento suele ser unidireccional y no bidireccional. Cada sesión suele tener una duración media de entre 30 y 60 minutos, realizándose generalmente no menos de dos a tres veces por semana. La ven-taja que presenta el hecho de espaciar un poco las sesiones de entrenamiento es que se puede ir recogiendo información sobre el grado de control que se va produciendo en la respuesta bajo estudio y sobre la generalización del entrenamiento (Labrador, 1984). A lo largo de cada sesión se efectúa una serie de ensayos, los cuales son variables tanto en número como en duración, dependiendo del problema que estemos tratando, de la respuesta objeto de entrenamiento y de las propias características del sujeto. Así, y por lo que se refiere al control de respuestas autónomas, podemos establecer como duración media aproximada de cada ensayo unos cuatro minutos. Por el contrario, y en campos como UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 12 el de la rehabilitación neuromuscular, cuando el objetivo es incrementar la actividad-EMG de un músculo particular o el rango de movimiento de una articulación determinada, se trata de que el sujeto intente aumentar dicha respuesta realizando un esfuerzo máximo cuya duración se puede cifrar en aproximadamente unos 10 segundos. Por los motivos enumerados, se comprenderá que son importantes los períodos de descanso de por lo menos 1 minuto entre cada ensayo (intervalo interensayos), ya que el esfuerzo y la concentración que se le exige al sujeto son elevados, por lo que la ausencia o excesiva brevedad de estos períodos lo fatigarían pronto e inhibirían la capacidad de control de la respuesta por parte del paciente. Al inicio de cada sesión, ha de realizarse una evaluación de la respuesta que servirá como línea base, y posteriormente se comenzará el entrenamiento, ajustando la señal de feedback (con el correspondiente mando de umbral) a las necesidades del paciente, tal como requiere la utilización del principio de moldeamiento por aproximaciones sucesivas. El terapeuta ha de jugar un papel muy activo durante las sesiones de tratamiento, el cual puede especificarse en los siguientes puntos: 1. Ayudar y alentar continuamente al paciente por medio de la administración cuidadosa de feedback y refuerzo verbal. 2. Poner un poco más altas las metas del siguiente ensayo. 3. Comprobar y controlar que los electrodos están bien conectados y que no se han desplazado de su lugar. 4. Crear un clima de trabajo y colaboración que favorezca el interés y el 'esfuerzo del paciente. 5. Cambiar la posición del sujeto, si fuera necesario, para obtener mejores resultados. 6. Ayudar al sujeto a poner en marcha estrategias que puedan facilitar el control de la respuesta de interés (p.ej., imágenes mentales, ejercicios de tensión-relajación, etc.). 7. Intentar centrar la atención del sujeto en las sensaciones interoceptivas y propioceptivas que acompañan a determinados niveles de respuesta Como ya hemos señalado anteriormente, es importante tener en cuenta que las metas que se fijen deber ser fácilmente alcanzables por el sujeto, desarrollando un moldeamiento adecuado y preciso de la respuesta. Si estamos segurosde que, por ejemplo, el sujeto puede alcanzar una actividad-EMG de 30 µV, sólo le pediremos 25, de modo que aumentará su motivación y dispondrá de refuerzos alcanzables (Bandura y Cervone, 1983). Poco a poco le iremos alentando para que produzca incrementos de la respuesta cada vez mayores. En algunas ocasiones, se introduce en esta fase la «práctica en casa» o tareas para casa, que facilitará la generalización de las habilidades aprendidas por medio de un sobreaprendizaje. En este sentido, algunos terapeutas disponen de aparatos de BF portátiles que el paciente lleva a su casa para practicar dos o tres veces diarias. Sesiones finales La siguiente fase del tratamiento sobreviene al llegar las sesiones finales t terminales. Aquí se comienza a retirar paulatinamente la señal de feedback mientras el paciente intenta producir un determinado cambio en la respuesta Esto se realiza en diferentes situaciones y posiciones. No se puede decir que el tratamiento de BF ha sido exitoso hasta que el paciente controle la res puesta en ausencia de feedback. Así, después de que una respuesta se h condicionado bajo refuerzos continuos, el feedback se va atenuando de forma progresiva (programa de reforzamiento intermitente) hasta el punto en el que la persona sea capaz de lograr un control suficiente, tanto con la ayuda de feedback como sin él, y tanto en la situación clínica como fuera de ella. Además de la atenuación del feedback, puede resultar de interés para su objetivo el sobreaprendizaje de la respuesta- meta. En este sentido, es de des tacar que si una respuesta no está sobreaprendida, la capacidad de controlar) puede verse interferida por distintos agentes. Aunque la curva de aprendizaje se haya estabilizado en un punto, es posible que todavía no se UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 13 haya dado e sobreaprendizaje suficiente para preparar una respuesta duradera y estable. Igualmente, se puede preparar al sujeto para la transferencia y el mantenimiento, en las situaciones de la vida real, de la autorregulación fisiológica, aprendida en la clínica o en el laboratorio, por medio de procedimientos de control de estímulos y del entrenamiento en condiciones atípicas o difíciles (Lynn y Freedman, 1981). Finalmente, se entra en el seguimiento, última fase de la terapia de BF, a lo largo de la cual, y en períodos de tiempo previamente determinados, se toman medidas de la respuesta, en ausencia de feedback, para analizar la evolución del sujetó y observar si el grado de control alcanzado se ha perdido o deteriorado. Lo más habitual es que los períodos de seguimiento se establezcan al cabo de uno, tres, seis y doce meses. Finalizado el seguimiento, caso de no observarse alteraciones en el control de la respuesta, se da por terminado el proceso terapéutico. De no ocurrir así, será preciso revisar el proceso, detectar las posibles anomalías e instaurar las medidas terapéuticas que se consideren más oportunas para la resolución satisfactoria del problema que afecta al sujeto. Comentarios finales Antes de terminar este capítulo, es necesario insistir en que el BF no es una técnica aislada que pueda ser descontextualizada, sino que por el contrario como ya se ha señalado, se inscribe en el marco más amplio de la medicina conductual o, si se prefiere, de la modificación de conducta aplicada al ámbito biomédico. Este aspecto debe ser subrayado convenientemente, ya que es de gran importancia tanto a la hora de evaluar los problemas que presentan los sujetos, como de cara a poner en marcha programas de intervención adecua-dos. En algunas ocasiones, los efectos «paradójicos» observados en la aplicación clínica del BF en un área particular se deben precisamente a una inadecuada puesta en marcha del procedimiento de intervención. Así, por ejemplo, algunos clínicos consideran al BF como una técnica a aplicar solamente en la situación específica donde la persona es «alentada» a usar el feedback de cara a regular su propio medio interno y reducir sus síntomas, y todo ello por ;considerarlos procesos en sí mismos. Esta es, sin embargo, una visión muy limitada del BF. Los que creen actuar a través del BF sobre una respuesta, no consideran el hecho de que esto entraña una modificación del conjunto del sistema donde esta respuesta es sólo uno de los elementos constitutivos y pasan por alto un análisis funcional pormenorizado del conjunto de las conductas del sujeto, tanto en el nivel psicofisiológico, como en el motor y en el cognitivo. Desde este planteamiento, el procedimiento utilizado para enseñar a un sujeto a modificar una determinada respuesta psicofisiológica puede no tener sentido en la clínica, si no corregimos esa disfunción en el con-texto general de la vida de éste, si no le ayudamos a corregir los factores externos y si no definimos, además, una respuesta alternativa. Se trata, en definitiva, de considerar que las respuestas psicofisiológicas no son fenóme- nos aislados, y que la propia utilidad del BF depende, en última instancia, de la capacidad del terapeuta para poner en marcha un plan de tratamiento bioconductual integrado. De estos planteamientos, se desprende que si bien el feedback que recibe el sujeto es esencial de cara al control de la respuesta, esta información, por sí misma, no tiene un poder intrínseco para generar dicho cambio, sino que dicha capacidad se asienta en el propio sujeto que participa en el entrenamiento. Utilizando la metáfora de Shellenberger y Green (1986), podemos decir que el «fantasma no está en la caja», es decir, que no podemos suponerle una capacidad al aparato de biofeedback para producir, por sí mismo, dicho control o autorregulación fisiológica. Los comentarios precedentes nos llevan a plantear la necesidad de realizar un debate teórico profundo acerca de los resultados obtenidos en los distintos ámbitos de aplicación del BF y de los principios postulados para la explicación de los mismos. En este sentido, parece evidente que la ausencia de un modelo explicativo que dé cuenta de los procesos implicados en este tipo de aprendizaje, dificulta enormemente el desarrollo tanto del BF en particular, como de la medicina conductual en general. UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA MÓDULO 0614- METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 14 Finalmente, y por lo que se refiere a la eficacia clínica del BF en sus diferentes campos de aplicación, es necesario recomendar cierta precaución frente a una utilización poco crítica del mismo en ámbitos en los que su valor terapéutico está todavía por determinar. Por ello, la investigación futura debe centrarse en la realización de estudios controlados que, mediante la utilización de una metodología apropiada, den respuesta a los interrogantes planteados en algunas áreas, tanto acerca del mecanismo de acción de las diversas técnicas de BF, como de su eficacia relativa frente a otros procedimientos de intervención, conductuales o biomédicos. UNIDAD IV. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA MEDICIÓN PSICOFISIOLÓGICA BIOFEEDBACK Historia Definición y descripción Concepto de biofeedback El proceso de biofeedback Fundamentos conceptuales Procedimiento Evaluación inicial Línea base Fijación de metas Tratamiento Sesiones finales Comentarios finales
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