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IN VESTIG A C IO N C IEN TIFIC A Y EDUC ACIO NAL Un enfoque epistemológico Luis Piscoya Hermoza Profesor Principal de la Universidad N acional M ayor de San M arcos INVESTIGACION CIENTIFICA Y EDUCACIONAL Un enfoque epistemológico AMARU EDITORES Primera edición: noviembre de 1987 Segunda «lición: abril de 1995 © Amaru Editores Cubierta: Erik Chtri Impresión: Editorial Man taro Jr. Canta 651 - La Victoria w 4314258 - 4236317 A José Luis y Aurora, mis padres INDICE Prólogo a la segunda edición ............ ...................................... 3 Prólogo a la prim era ed ición ...................................................... 7 I: La investigación científica y su método 1, Aspectos dei proceso de la investigación científica. Aspectos epistémicos (14). Aspectos sociales (15) Aspectos psicológicos (16) 13 2. Determinación de nuestra temática ............................ 20 3. El método científico ........................................................... El significado de ‘m étodo’ (22). El método cientí fico general (24). Caracterización (24). El método científico específico (25) Las reglas del método científico general (2 7). La unidad de la den cía (29). Autocorrecdón y desarrollo científico (34). Problemas significativos (35). Objetivos del méto do científico general (38). 22 4. Posibles objedones a nuestro punto de vista............ 42 II: Los niveles de la ciencia y sus especificidades 1. La necesidad de distinguir tres niveles......................... El nivel clasificatorio o taxonómico (5 1). El nivel de las relaciones de funcionalidad (52). El nivel teorético (53). 49 2. Teorías científicas formales y e m p írica s.................. 55 3. Lógica de las teorías científicas ..................................... Aspecto sintáctico (58). El principio de la consis tencia simple (58). Lógica dialéctica vs. consisten cia simple (61). Consistencia absoluta y lógica dia léctica (63). La lógica dialéctica como una lógica no-clásica (66). Aspecto semántico (68). El con cepto de verdad en la ciencia (69). 57 III: Clasificación de la investigación científica y ubicación de la investigación educacional 1. La investigación científico teórica y la investigadón tecn ológica ............................................................................. La investigadón dentífico-teórica empírica (76). La investigadón científico-teórica conceptual (77). La investigadón tecnológica (81). El fundamento teórico de las reglas tecnológicas (83). Tecnologías algorítmicas y no algorítmicas (85). Tipos de investigadón tecnológica (8 5). Investigación tecno lógica y necesidades sociales (87). 75 2. Definición y características generales de la investi gación e d u c a d o n a í.................................................... .. Investigación educacional teórica (90). Investiga ción educacional descriptiva (92). Investigación educadonaí tecnológica (94). La investigación pe dagógica (94). Otras investigadones educadonales tecnológicas (95). 90 1 ÍV: La formulación de un problema en la investigación educacional 1. La importancia de formular adecuadamente los problemas educacionales . , . . ..................................... 99 O Problema cien tífico............................................................. 101 La historicidad de los problemas científicos............ 102 i. Problemas v fronteras disciplinarias............................ 105 Problemas educacionales y fronteras disciplinarias . 106 i i Tipos de problem as............................................................. 107 t , Características relevantes de un problema bien form ulado................................................................................ 108 8. La formulación de un problema educacional . . . . 109 9. Algunas limitaciones a tenerse en cuenta en ¡a for mulación de problemas .................................................... 115 V: La función de las hipótesis en la investigación educacional 1. Algunas consideraciones generales............................... Hipótesis causales (123). Hipótesis de covariación (124). Relación funcional vs. relación causal (125) Investigaciones descriptivas impropias (126). 121 Términos y carácter predictivo de las hipótesis . . . Variables independiente y dependiente (128) Va riable experimental (1 29). 127 3. La estructura lógica de las h ip ó te s is ............................ 131 4. La estructura lógica de las hipótesis de la investiga ción educacional.................................................................... 132 5. Relación de deduclíbilidad,j¿. con traslación de las hipótesis de la investigación educacional................... Consecuencias empíricamente con trastal) les (135}. 134 «. Confirmación v refutación de hipótesis...................... Asimetría entre verificación y reputación (137}. La ¡m>visionaiidad de la hipótesis (1 39). 136 7 Lai lógica de la refutación de hipótesis......................... K1 casó de las leyes universales (140). K! caso de las hipótesis estadísticas (1 10}. ! iípótesis estadísti cas y variables intervimenies (141). La interpreta ción probabilísima de Reinchenbach (143). Ley causal vs. relación determinada (144). 140 VI: La lógica de la confirmación-de hipótesis 1. Kstjuema general de la inferencia científica............... 149 2_ insuficiencia dé la validez lógica ............ ..................... 151 3. Predicción ................................................................................ 152 4. Re trocí icción ...................... .................................................... La retrodicción como un caso de predicción {1 56). 154 5. exp licación ............................................................................. ICsquema de la explicación (1 60) 158 6. Causalidad estad ística ............................... . ................... Dificultad de un determinismo mveanicista (165). 163 VII: Sobre la naturaleza de los conceptos teoréticos 1 . Términos teoréticos v verdad ............................... 169 2 Definición operacional................................................. ... . 171 3. Skinner v la eliminabiiidad de los conslructos . . . . 173 4. La teoría de los dos len gu ajes............................... 176 h. Kt aporte de 4.1). S n e e d ..................................................... 178 B ib liog ra fía ....................................................................................... 183 G losario................................................................................................ 187 2 PRO LO G O A L A SEGUNDA ED ICIO N A l aparecer la segunda edición del presente libro, la discusión epistemológica en nuestro medio se ha enrique cido notablemente, no sólo debido a la difusión de trabajos notables como Teoría y experiencia y Estructura y di námica de las teorías de Wolfgang Stegmüller, sino tam bién debido a la edición de estudios, escritos original mente en castellano, como Conceptos y teorías en la cien cia de Jesús Mosterín. De este modo se ha comenzado a tomar contacto con la metodología y las tesis de la llama da epistemología estructural, la misma que insurgió, por decirlo así, para enjuiciar a la denominada concepción epistemológica del enunciado, Esta última estaría cons tituida en lo fundamental por las tesis de Reichenbach, Carnap, Hempel y Popper, sin ignorar las importantes diferencias que existen entre sus planteamientos episte mológicos. E l análisis del método de investigación científica que contiene este libro ha sido escrito dentro de la concep ción del enunciado, la misma que se caracteriza por es tudiar la ciencia y su metodología a partir del examen de las propiedades lógicas del lenguaje que les sirve como medio expresivo. Esto lleva a hacer uso de la simbología de un lenguaje lógico de prim er orden más que la de un lenguaje conjuntista, que es el que se usa en los trabajos en epistemología estructural. 3 Considerandoque nuestro objetivo, en una primera aproximación, es fam iliarizar al lector con las propieda des lógicas que hacen inteligible el funcionamiento del método de investigación científica y la naturaleza de las pruebas que admite, nos reafirmamos en la actualidad y pertinencia, en este caso, de la concepción del enunciado, debido a que proporciona los instrumentos conceptuales imprescindibles para iniciarse en el análisis lógico del razonamiento científico y de los mecanismos que condu cen al rechazo o a la admisión de una hipótesis. Esto no se logra, .con igual eficiencia, recurriendo directamente a aproximaciones, como las inscritas dentro de la episte mología estructural, que teóricamente presuponen, al me nos parcialmente, la concepción del enunciado y que, por tanto, pedagógicamente, deben abordarse con posteriori dad. La experiencia que hemos ganado en los últimos años conduciendo cursos y seminarios sobre metodología de la investigación científica para estudiantes de educación y de otras especialidades, principalmente en el nivel de maestría, nos ha mostrado que nuestro manual cumple satisfactoriamente los objetivos cognoscitivos y formativos que tuvimos en mente al escribirlo. Nos ha permitido dar a los alumnos la experiencia personal de que la actividad filosófica se plasma en un quehacer analítico y rigorista, que apunta a una conceptualización cada vez más preci sa de la naturaleza de los problemas y al logro de una actitud sensible y prudente en relación con la aventura intelectual, que constituye la investigación científica. Sin embargo, lo gratificante de lo alcanzado no excluye el reconocimiento de importantes limitaciones, una de las cuales nos hemos propuesto paliar en esta segunda edi ción. En efecto, aunque el libro ha sido redactado en el lenguaje más directo, claro y sencillo que nos ha sido posible, hemos encontrado que su lectura entraña alguna dificultad para un sector de nuestros alumnos, debido a su desconocimiento de conceptos lógicos y epistemológicos 4 de uso frecuente en cualquier discusión especializada. Por ello, hemos decidido enriquecer el glosario, añadiendo nuevos términos o ampliando la definición de los ya exis tentes en la edición anterior. De este modo, pretendemos que el lector empeñado en un estudio serio, encuentre en el glosario, una ayuda adecuada para conocer el signifi cado de los conceptos con los que no esté familiarizado. En la mayor parte de los casos, hemos redactado defini ciones que, por un lado, estén exentas de las imprecisiones que exhiben algunos vocabularios filosóficos de uso fre cuente en nuestros medios académicos y que, por otro lado, no sean tan generales y eruditas como las conteni das en un diccionario de filosofía muy serio y de magnitud, como el de José Ferrater Mora, que es difícilmente apro vechable por nuestros principiantes,, lo que explica que se hayan publicado versiones simplificadas que, sin embargo, no están orientadas hacia la epistemología. Finalmente, es para m í un deber de agradable cum plimiento, el expresar mi profunda gratitud a mis alum nos, a los miembros del magisterio nacional, a los cien tíficos sociales, a los psicólogos y a los miembros de la comunidad académica en general, que han tenido la gene rosidad de acoger este manual y utilizarlo como texto en diferentes cursos universitarios. Ello es un estímulo muy valioso para continuar perfeccionando esta obra, como una modesta contribución al mejoramiento de nuestro sistema educativo. Lima, abril de 1995. Luis Piscoya H. PROLOGO A L A PRIM ERA ED ICIO N La redacción inicial de este texto estuvo orientada por el objetivo de producir un manual dirigido a investi gadores educacionales, investigadores sociales, miembros del magisterio y estudiantes de las escuelas profesionales correspondientes. Dicho manual estaba concebido para brindarles infomación básica sobre los aportes de la epistemología actual al esclarecimiento de la naturaleza del conocimiento científico, poniendo especial énfasis en los fundamentos lógicos y conceptuales de su método de investigación. Ciertamente, en atención al campo de espe- cialización de los destinatarios, los ejemplos y las par- ticularizaciones debían ser tomados directamente de la problemática que afrontan los investigadores educaciona les y sociales. Sin embargo, el nivel epistemológico en el que he mos planteado el estudio del método científico ha dado lugar a que nuestros análisis tengan generalidad suficiente como para ser aplicables, en la mayor parte de los casos, al ámbito científico en su integridad, con independencia de las fronteras disciplinarias. De esto se deduce, que el presente trabajo podría ser interesante también para otros especialistas, con inquietudes epistemológicas y que estén en la situación de adquirir una formación inicial acerca de la lógica de la investigación científica y los fundamen tos teóricos de su método. 1 Como se comprende, el sentido esencial de nuestro trabajo no es la presentacción de reglas metodológicas específicas para la planificación o ejecución de proyectos de investigación, ni la discusión de diseños, ni de modelos de informes. Lo que se analiza y discute son cuestiones que se encuentran en los presupuestos lógicos y concep tuales del método científico, cuyo esclarecimiento es esen cial para tener una mejor comprensión, por ejemplo, de la naturaleza y validez del razonamieno científico, de la lógica en que se apoya, de las limitaciones con que deben usarse conceptos tan decisivos como el de verdad. En otras palabras, la discusión que proponemos se inscribe em i nentemente en el nivel de la filosofía de la ciencia, que es normalmente llamada Epistemología, y no en el de la ciencia misma y su método, que en este caso se convierten en nuestros objetos de estudio. Por tanto, no pretendemos enseñar a aplicar reglas específicas, sino contribuir al lo gro de una comprensión lúcida de lo, que es la ciencia, a través de una caracterización general de su método y un examen riguroso dé sus fundamentos. La temática antes mencionada es tratada con agu deza y creatividad por notables epistemólogos contempo ráneos como H. Reinchebach, B. Russell, A. Carnap, K. Popper, C. Bempel, N. Hanson, T. Kuhn, I. Lakatos, entre otros. Sin embargo, las tesis esenciales de estos filósofos y los argumentos que las apoyan no son accesibles fácil mente a quienes carecen de alguna familiaridad con el contexto dentro del cual se inscribe su pensamiento y con elementos de lógica matemática, que están presupuestos en la mayor parte de las discusiones epistemológicas sus tantivas. Es por ello que nuestro trabajo se propone intro ducir al lector de manera elemental pero sin pérdida de rigor, en un campo que puede resultar de difícil acceso si no se cuenta con una orientación inicial. Esperamos que sea comprensible para el estudiante de pre-grado, sin dejar de ser útil al estudiante de post-grado y al investigador. En esta edición, que es una versión reajustada y aumentada del libro que publicamos en 1982 bajo el tí 8 tulo La investigación en ciencias humanas y en educa ción, hemos concedido un lugar mayor al concepto de verdad y a una controversia ya periclitada,. pero lamen table todavía muy mal comprendida en nuestro medio, que es la referente a las relaciones entre la lógica mate mática y la conocida como lógica dialéctica. Asimismo hemos corregido erratas importantes y vuelto a redactar algunos párrafos que lo necesitaban. También hemos introducido un conjunto de subtítulos que tienen la fun ción de facilitar la lectura y destacar algunas ideas, lo que disminuye la densidad del material. Finalmente, hemos añadido un pequeño glosario, que esperamos que facilite la comprensión del significado de algunos términos que consideramos de especial importancia. Uno de los factores que pesó significativamente en mi decisión de escribireste texto, fue el hecho de que la existencia de publicaciones epistem ológicas en nuestro medio es casi nula, aunque existe una acusada preocupa ción por tales temas, producida por los mayores niveles de criticidad teorética, logrados por nuestros investigado res y por la abundante bibliografía sobre el tema, editada en otros países, principalmente en lenguas extranjeras. La vigencia de las discusiones epistemológicas en la co munidad académica internacional es de tal intensidad, que puede afirmarse, sin mayor riesgo, que durante los últimos veinte años el tema dominante en los congresos mundiales de filosofía y en eventos afines, ha sido la problemática planteada por el impacto de la investigación científica y tecnológica, en todos los órdenes de la socie dad contemporánea. 'Una razón más para rem ozar nuéstro trabajo y reeditarlo, la encontramos en el hecho de que la biblia- grafía normalmente en uso en metodología de la inves tigación, concede un lugar muy reducido a las cuestiones lógicas y epistemológicas, lo que en los casos más preo cupantes convierte a los manuales metodológicos en cuasi recetarios, que crean la ilusión de que la empresa cientí fica es una especie de indagación escolar, que consiste 9 principalmente en cumplir con ciertas pautas formales, aunque se concluyan banalidades. Estas deficiencias sólo pueden ser superadas, si el manejo de las reglas metodo lógicas o de los instrumentos estadísticos, es iluminado por conceptos que aporten criterios de relevancia y que permitan decidir la validez lógica de los argumentos de los que se vale el investigador. Las tesis defendidas en este libro han sido expuestas en las clases que he dado en la escuela de post-grado de la Universidad de San Marcos y en las conferencias que he dictado para los participantes de los cursos de post grado de otras universidades. De esta manera he contraído una deuda con los asistentes, que con sus preguntas y observaciones, han contribuido a que mejore esta edición. A todos ellos deseo expresar mi gratitud. Igualmente a mi colega el profesor Carlos Matta Rojas cuyas sugerencias han ayudado significativamente a que este texto sea más pedagógico. Naturalmente, ellos están eximidos de toda responsabilidad en lo que el autor sostiene. Lima, setiembre de 1987. Luis Piscoya H. 10 LA INVESTIGACION CIENTIFICA Y SU METODO I LA INVESTIGACION CIENTIFICA Y SU METODO 1. ASPECTOS DEL PROCESO DE LA INVESTIGA CION CIENTIFICA. En términos generales, y com o primera aproxima ción al tema, la investigación científica puede ser conce bida com o el proceso de naturaleza compleja a través del cual se producen los conocimientos científicos^ Así resulta casi natural pensar que la descripción de los as pectos más relevantes de este proceso es una cuestión previa que, a manera de marco de referencia, nos permi tirá luego caracterizar la investigación científica de manera más específica. Comenzaremos precisando que entre los aspectos antes mencionados es posible distinguir aquellos que son de carácter interno de los que son externos. Los prime ros se refieren principalmente a la dinámica interna de la investigación científica, a sus propiedades com o sistema aislable o sustraíble, con un cierto grado de autonomía. Los segundos se relacionan con los condicionantes externos qüe ejercen influencia sobre la dinámica inter na de la investigación científica, pudiendo inclusive, bajo ciertas circunstancias, orientarla en un sentido u otro. A los aspectos internos los denominaremos epis- témicos y consideraremos que los externos son de dos tipos: sociales y psicológicos. 13 Aspectos epistémicos Denominamos aspectos epistémicos a los mecanis mos lógicos a través de los cuales es posible la expresión y desarrollo del pensamiento científico y a los relaciona dos con las condiciones formales y de contenido que permiten establecer la llamada verdad científica. El estudio de la lógica del razonamiento científico comporta el análisis de la naturaleza y validez de las in ferencias que usualmente hace el investigador tanto para confirmar com o para rechazar hipótesis. Este encadena miento inferencial es lo que puede llamarse la lógica de la investigación científica, siguiendo una tradición inicia da por el filósofo Karl Popper. El estudio de una definición adecuada del concepto de verdad científica y de un planteamiento que funda mente sólidamente la objetividad de éste es de carácter semántico. Este tópico incluye un análisis de la función que cumplen la observación y la experimentación en la decisión de la verdad de una proposición. Anotamos, como veremos más adelante, que sólo en las ciencias for males la cuestión de la verdad puede ser resuelta comple tamente sin necesidad de referencias empíricas. Los asuntos metodológicos los incluimos dentro de los epistémicos .debido'» que, en medida muy signi ficativa, la naturaleza de lo que se denomina el método científico no es otra que la de ser, en lo fundamental, un conjunto organizado de reglas metódicas que prescri ben cóm o se asegura que el proceso de indagación cien tífica satisface la definición de la verdad y los mecanis mos de transferencia de ella, de una proposición a otra, que la lógica de la investigación científica establece. Los aspectos externos no constituyen el tema de este trabajo porque consideramos que a la epistemología le competen tradicionalmente los que hemos llamado 1 i internos. Sin embargo, en tanto que los aspectos ex ternos son importantes para delimitar mejor nuestras fronteras, resulta inexcusable hacer una breve alusión a ellos. Aspectos sociales Los aspectos sociales están constituidos por los condicionantes históricos, culturales y económicos a que está sujeta la investigación científica. Afirmamos que las circunstancias históricas operan com o condicionantes de la investigación científica en el sentido de que los acontecimientos dominantes en una época tienden a favorecer el desarrollo de unos sec tores del conocimiento científico y a no estimular o aun obstruir el desarrollo de otros. Así se ha dicho que nunca avanzó tan velozmente la física atómica com o en los años previos a la segunda guerra mundial y durante el acaecimiento de ésta. También se ha señalado que nunca antes se estudió con tanto apremio los mecanis mos de retroalimentaeión com o cuando se necesitó un cañón capaz de apuntar certeramente a los aviones japo neses mediante la corrección automática de sus disparos defectuosos. Consideramos que los elementos culturales funcio nan com o condicionantes de la investigación científica en. el sentido de que las ideas, creencias y valores cultu rales dominantes en una sociedad pueden propiciar el avance de unos sectores del conocimiento y obstaculizar el de otros. Com o ejemplo podemos citar las ideas de origen aristotélico, incorporadas a la teología medieval, que rechazaron las ideas astronómicas de Copérnico y Galileo, cuya seriedad científica hoy ’ nadie discute. Una suerte similar corrieron las tesis psicoanalí ticas de Kreud y la teoría de la evolución de Darwin, las cuales tuvieron que enfrentarse a los prejuicios religiosos de 15 su época antes de lograr el sitial que hoy tienen dentro del conocimiento sistemático y riguroso. Puede darse también una situación en la que la cultura de un grupo, a través de sus rasgos definitorios, sea incompatible con el estilo de pensamiento racional que requiere el desarro llo de la ciencia. Com o ejemplp de ésto podemos se ñalar lo que puede denominarse el pensamiento mágico, cuya existencia en tribus de diversos lugares de América, Africa, Asia y Oceanía es un obstáculo más para que estas comunidades puedan interactuar en condiciones productivas con las llamadas sociedades tecnocientíficas. Los aspectos económ icos son claramente condicio nantes de la investigación científica y en nuestro tiempo su influencia es mucho más acusada que en otrasépocas. Frecuentemente el desarrollo de lo que actualmente co nocemos com o un proyecto o programa de investigación no puede llevarse a efecto si no se cuenta con la finan ciación adecuada. En muchos campos del conocimiento, com o la física, la biología, la bioquímica, etc., la investi gación requiere de equipos muy costosos, razón por la que estas tareas sólo se realizan a plenitud en los países altamente desarrollados. El factor económ ico resulta decisivo en la medida que los organismos e instituciones financieras tienden a apoyar investigaciones en campos que tienen o podrían tener interés para sus inversiones, por las ganancias que se derivarían de la aplicación o aprovechamiento de los conocimientos que se obten gan. De este m odo, con el apoyo económ ico, se estimu la el avance de unos sectores del conocimiento y se de satiende aquellos que no son considerados rentables. Es un hecho conocido que, por ejemplo, las empresas transnacionales apoyan investigaciones que tengan inte rés para sus planes industriales de desarrollo. La Philips por ejemplo, _na sólo financia investigaciones en elec trónica sino que cuenta con laboratorios y centros de 16 investigación que se encuentran entre los mejores do tados del mundo. Esto significa que en el análisis inte gral de un proyecto de investigación científica es impor tante considerar sus aspectos financieros para tener una idea más clara de los objetivos a los que sirve. Aspectos psicológicos La realización concreta del proceso de investiga ción científica presupone el acaecimiento de proce sos y estados psicológicos que constituyen aquello que en sentido estricto pertenece a la vida privada del investigador o a lo que puede llamarse su experiencia interna. Estos aspectos psicológicos, que también pueden ser tipificados com o factores subjetivos, se caracterizan, para nuestros fines, porque ellos son irrelevantes para el establecimiento de la verdad cien tífica. Así, el entusiasmo que siente un investigador, sus angustias, sus motivaciones o sus estados de lucidez u obscuridad mental son completamente ajenos al pro ceso a través del cual se determina si es verdadera o fal sa una proposición, por ejemplo, sobre las condiciones en que se produce la dilatación de un gas. Asimismo, en igual situación se encuentran las creencias del investiga dor, pues éste puede creer firmemente que la proposi ción que él formula es verdadera sin que eso sea relevan te para el establecimiento de la verdad de tal proposi ción. De otra parte, ocurre con frecuencia que alguien cree en la verdad de una proposición que una vez que es sometida a prueba resulta falsa. Los procesos y estados psicológicos en sí mismos son intransferibles, desde el punto de vista de las nece sidades de la ciencia, en el sentido de que toda descrip ción que haga un sujeto haciendo referencia exclusiva mente a su experiencia interna no puede ser decidida ni com o verdadera ni com o falsa por otro sujeto porque 17 por definición la experiencia interna sólo es directamen te accesible al sujeto que la vive. Contrariamente, lo que caracteriza a la ciencia es su carácter intersubjetivo, transferible o comunicable en el sentido de que toda proposición científica puede ser transmitida de una per sona a otra en condiciones en las que siempre es posible decidir objetivamente su verdad. Sin embargo, el hecho de que los procesos y esta dos psicológicos sean intransferibles en el sentido antes indicado no excluye la posibilidad de que de algún m o do puedan ser estudiados, pues de hecho hay disciplinas científicas com o la Psicología del aprendizaje, la Psicolo gía de la inteligencia o la Psicología de la motivación, que hacen referencia a procesos o estados estrictamente psicológicos. Lo relevante en este caso es que estas dis ciplinas no formulan descripciones en términos de la ex periencia interna de los sujetos sino recurriendo a un conjunto de indicadores que son accesibles a cualquier observador. De esta manera, a partir de datos observa bles que están constituidos por conductas o comporta mientos, se hace referencias que permiten conjeturar acerca de la naturaleza de lo que no es directamente accesible a cualquier observador. Pero si alguna disciplina psicológica pudiera es tablecer a partir de bases intersubjetivas que un estado psicológico determinado se produjo en un cierto investi gador, ello siempre sería irrelevante para decidir ía verdad de las proposiciones que éste formule, que no dependerá de estados psicológicos sino de propiedades del mundo real describióles mediante proposiciones cuya verdad es intersubjetiva. El deslinde de los aspectos psicológicos tiene una cierta importancia porque no hacerlo con precisión con dujo en el pasado a posiciones psicologistas que, entre 18 otros errores, cometieron el de confundir las leyes lógi cas con principios psicológicos, lo cual identificaba la lógica de la investigación científica con los procesos psicológicos que se dan en el investigador. De otra parte, lo anterior no descarta que ciertos estados psicológicos, com o la experiencia creadora, pue dan jugar un rol muy importante en la investigación científica. Sin embargo, en la medida que se trata de un estado interno que además no es lo suficientemente conocido hasta nuestros días, no puede considerarse que forma parte de aquello que es comunicable y obje tivo dentro del proceso de la investigación científica. . Asimismo, a pesar de este estatuto subjetivo, la creación resulta de decisiva importancia debido a que es a través de ella que se incrementa efectivamente el conocimiento científico y sin su concurso nada realmente significativo hubiera ocurrido en su desarrollo. Consecuentemente, nos encontramos ante una situación que nos obliga a reconocer una limitación importante en la investigación científica entendida com o un proceso lógico transíerible y compartible; ésta Consiste en que la realización riguro sa y sistemática de los pasos de este proceso no garantiza por sí misma la obtención de genuinos conocimientos científicos. Para lograr esto se necesita capacidad crea dora y ella com o tal no es transferible, al menos hasta donde conocemos, aunque su producto, el descu brimiento científico, expresado en teorías o leyes, sea esencialmente comunicable. Por consiguiente, la lógica de la investigación científica sólo cuenta con mecanis mos capaces de permitirnos la confirmación o el rechazo de una hipótesis propuesta pero no nos dice nada sobre cóm o crear una nueva hipótesis. 19 2. DETERMINACION DE NUESTRA TEMATICA En esta primera aproximación hemos tratado de proporcionar un sistema de referencia dentro del cual inscribir aquello que particularmente nos interesa en el proceso de la investigación científica. En párrafos ante riores ya lo hemos sugerido cuando hemos afirmado que estamos interesados en los aspectos epistémicos de él. Ahora conviene ser más específicos indicando que nos preocuparemos particularmente por el método científi co com o mecanismo que asegura que el proceso de in vestigación se ajusta a una cierta lógica. Y es que si bien es correcto pensar que el método científico y la lógica de la investigación están íntima mente relacionados, sería un error identificar completa mente ambos aspectos. En efecto, parece más claro in dicar que la lógica de la ciencia estudia las estructuras inferenciales subyacentes en el razonamiento científico y las condiciones de validez de las mismas, mientras que el método científico es más bien un conjunto de reglas que prescriben cóm o asegurar que cualquier proceso de investigación satisfaga la lógica de la ciencia. Esto significa que el método científico es eminentemente de carácter práctico, mientras que las cuestiones que afron ta la lógica de la ciencia son más bien de naturaleza teo rética, com o, por ejemplo, cuál es la naturaleza de una implicación de probabilidad o en qué condicionesse puede introducir un constructo hipotético en una teoría. Ciertamente, para que pueda hablarse seriamente de método científico com o un conjunto ordenado de reglas hay que suponer fundadamente que algunas cues tiones propias de la lógica de la ciencia han sido resuel tas, pues de lo contrario no estaría claro qué tipo de lógica es la que debe regir un proceso concreto. Esta£ consideraciones nos llevan a comprender por qué las formulaciones rigurosas del método científico son un 20 producto tardío que ha tenido que esperar el plantea miento y solución de problemas teóricos que sólo han podido darse en etapas de apreciable desarrollo de la reflexión sobre la ciencia. Las cuestiones iniciales también permiten compren der que no identificamos el proceso de la investigación científica con el m étodo, pues, com o hemos señalado, tal proceso es más complejo e incluye aspectos que no son de naturaleza epistémica y, por tanto, que no se reducen a cuestiones metodológicas. Como se puede deducir, pensamos que los llamados aspectos externos de la investigación científica son el campo de estudio de disciplinas específicas com o la Psicología, la Sociología del conocimiento, la Historia de la ciencia, etc. Y conse cuentemente, que nosotros elijamos tratar los aspectos epistémicos no obedece necesariamente a una decisión valorativa sino a una manifestación de la división del trabajo. El desarrollo de nuestra argumentación requerirá, en algímos casos, que hagamos alusión a aspectos de la investigación científica no estrictamente internos, pues la separación efectuada es a su vez metodológica y vale en general, pero no debe ser interpretada com o una dis tinción tajante. Ello sería inexacto. De hecho existen cuestiones episté micas que se verían muy artificiosas si no las ligáramos de alguna manera a los aspectos sociales del proceso de la investigación científica. De lo dicho se deduce que aunque el tema del método parece ya bastante específico, es sin embargo muy vasto tanto-por sus conexiones con la lógica de la investigación científica com o con aspectos externos. N o sotros por ahora no podemos entrar en cuestiones de detalle que comprometan el tratamiento de relaciones formales y semánticas, ni abordaremos en detalle asun 21 tos cruciales com o el de la denominada neutralidad valorativa del m étodo científico. Nos limitaremos a ofrecer algunas consideraciones sobre lo que a menudo se denomina el m étodo general de la ciencia y los pro blemas que ello entraña. Asimismo, concedido que en algún sentido se puede hablar del m étodo general de la ciencia, nos referiremos a las relaciones de éste con los métodos específicos y de paso plantearemos algunos problemas filosóficos a la luz de estas distinciones. 3. EL METODO CIENTIFICO El significado de ‘m étodo’ Es frecuente que para explicar el significado de . ‘m étodo’ se recurra a su etimología. Se procede así debido probablemente a que el sentido que tenía di cha palabra en la lengua griega es muy semejante al actual, La palabra griega ¿¿é0o60c (méthodos) significa ba hacer algo con arreglo a un orden o siguiendo un cami no para alcanzar un fin determinado o una meta. Se sugiere claramente que el logro de un cierto fin o de una meta depende sustancialmente de que se cuenta con un derrotero o camino que los griegos llamaban 65 ó? (hodós). Sin embargo la explicación anterior sería insufi ciente si no resaltáramos algo muy importante en el significado original de la palabra griega 66óc y que es a menudo soslayado. Esto es que ella también tenía el sentido de artificio regulador, de lo que por no ser un camino natural suponía inventiva. Y esto es evidente mente importante porque enfatiza que la acción m etódi camente realizada no presupone un camino o derrotero pre-existente y por recorrer, sino que la determinación de las desviaciones y atajos que puede sufrir el camino es, asimismo,' parte de la acción metódica. El método 22 así entendido sugiere la noción de camino o derrotero creado y perfeccionado en el desenvolvimiento de la praxis. Debido a que todo m étodo es de carácter prescrip- tivo puede ser expresado sin dificultad mediante un con junto de normas regulativas a las que es mejor denomi nar reglas. Consecuentemente, manejar o usar un méto do significa manejar o usar ciertas reglas para alcanzar un fin o meta que pueda ser la solución de un problema de carácter teórico o práctico. Dándole alguna formalidad a lo dicho anterior mente, definiremos al m étodo, para los efectos de este trabajo, com o un conjunto, finito y ordenado de normas regulativas o reglas que, adecuadamente observadas, conducen al logro de un fin o meta o al menos lo facili tan. La definición anterior incluye situaciones en las que nos encontramos ante métodos de alta seguridad que en condiciones normales conducen necesariamente al logro de la meta prevista, com o es el caso de los al goritmos, y situaciones en las que las reglas metódicas no garantizan que necesariamente se alcanzará la meta pero facilitan ello, com o es el caso del m étodo de la in vestigación científica. En general, puede afirmarse que es siempre mejor contar con algún m étodo, aunque éste sea deficiente, que no tener ninguno a mano, pues el que se tenga en el peor de los casos, puede ser conver tido en una pauta para lograr de manera sistemática una idea más clara de nuestras limitaciones y errores, y, de este m odo, proporcionará una mejor aproximación al método más adecuado para logro de nuestras metas. Asimismo, es del caso puntualizar que cuando se tiene un método se posee una pauta de carácter general que sirve para tratar un conjunto de problemas semejan 23 tes y no solamente uno en concreto. Se aplica, por decir lo así, a una familia de problemas. Sin embargo, la ge neralidad del método no implica necesariamente que haya alguno que sirva invariablemente para toda oca sión, sino solamente que él es aplicable dentro de un universo bien definido de casos. El método científico general Caracterización Algunas posiciones epistemológicas importantes consideran que existe un método científico general, que está constituido por un conjunto de reglas metódicas que regulan el proceso de cualquier investigación que merezca ser calificada de científica. A sí Mario Bunge lo llama m étodo general de la ciencia. Nosotros pensamos que esta tesis es válida con algunas restricciones que señalaremos más adelante. Por ahora, en una primera aproximación, no será in dispensable abundar en nuestras reservas y continuare mos provisionalmente hablando sin mayores limitacio nes del método científico general, pues los argumentos que ofrecemos por ahora no presuponen necesariamen te los reajustes que luego practicaremos. Como se comprende, al método científico general se > lo considera constituido fundamentalmente por aquello que es compartible en la investigación científica y que ha sido hecho además explícito mediante reglas. Esto por tanto no descarta que en la práctica misma de la investigación se den ciertos elementos compartióles que tienen alguna generalidad, pero que por su naturale za especial no han sido hechos explícitos con la misma claridad y precisión que las reglas metódicas. Estos elementos son, por ejemplo, los valores sociales que asumen los investigadores. 24 Normalmente los estudios de metodología con sideran a los valores sociales com o absolutamente ajenos al método científico general, lo que ciertamente es un error. Y esto debido a que aunque lo estimado social- mente valioso no aparece formulado com o reglas me tódicas, sin embargo condiciona de manera significativa al investigador. Este generalmente estudia aquello que las tendencias dominantes en la sociedad consideran valioso y desestima lo que de acuerdo a ellas es irrele vante. Por tanto, si bien no podemos afirmar que los valores sociales formen parte del método científico general deuna manera igualmente precisable en todos los casos, podemos en cambio sostener que la dirección que asume el método científico general, cuando es apli cado a una situación concreta, está fuertemente con dicionada por los valores sociales dominantes. Asimis mo, este condicionamiento se realiza de tal m odo que el investigador casi nunca tiene ocasión de discutir lo que es socialmente valioso porque esto es una de las evidencias sobre las que descansa su actividad científica y la totalidad de su vida social. En condiciones norma les, los valores que asume el investigador com o indis cutibles son los mismos que son dominantes en la. so ciedad a la cual pertenece. El m étodo científico específico Damos el nombre de método científico específico al conjunto de reglas, derivadas del método científico general, que prescriben los procedimientos y tácticas a usarse en la realización de investigaciones dentro de una determinada disciplina científica. Dicho método puede también ser 'entendido com o el conjunto de reglas que permiten la particularización del método científico general a las características del trabajo cien tífico a nivel concreto. Ejemplos de métodos científi- 25 eos específicos son, entre muchos otros, el m odo de hacer un cultivo para hacer un experimento en micro biología o la manera de elegir una muestra de niños para hacer una investigación sobre la inteligencia. En la medida que el método científico general es el marco dentro del cual se inscribe el m étodo científi co específico, es correcto afirmar que el primero es ? condición necesaria para el segundo, en el sentido que en todo proceso en el que se está usando el segundo se está presuponiendo necesariamente la vigencia del primero. El carácter particular del método científico espe cífico da lugar a que normalmente no sea aplicable a disciplinas distintas a la que le es propia. Sin embargo es importante anotar que dentro del universo de la cien cia las diferentes disciplinas tienden a agruparse en áreas de acuerdo al grado de afinidad que pueda establecerse entre ellas. Y en efecto ocurre que no es muy raro que un método específico que apareció en una cierta disciplina luego sea usado, con ligeras modificaciones, en otras que pertenecen a la misma área. Un ejemplo podría darlo, en el sector de las ciencias humanas, el uso de pro cedimientos estadísticos en psicología, que luego fueron adoptados en sociología, antropología, lingüística, etc. También, excepcionalmente, se da el caso de que lo que comenzó com o el método específico de una disci plina luego se extiende a casi todas las áreas de la cien cia, generando una nueva concepción de ésta, de tal suerte que se instaura una corriente o una escuela dentro de la investigación científica. Un ejemplo de esta clase nos lo proporciona el estructuralismo, que comenzó com o una alternativa metodológica en psicología y antropología cultural para luego generalizarse a la lin güística, a la biología, a las diversas ramas de la matemá tica, etc. 26 Una característica relevante del método científico específico es que su desarrollo y perfeccionamiento está muy ligado al proceso de la tecnología. En efecto, muchos métodos de laboratorio están fuertemente liga dos a la posibilidad de disponer de instrumentos com o el microscopio, por ejemplo. Igualmente, métodos de in vestigación en psicología, sociología o econom ía, etc., que requieren el procesamiento de una cantidad muy grande de datos, están decisivamente ligados a la posibi lidad de disponer de una computadora. Asimismo, debi do a que la tecnología contemporánea produce artificios cada vez más sofisticados y refinados dejando fuera de uso los precedentes, ocurre que el método científico suele sufrir frecuentes y rápidas modificaciones de acuerdo a los recursos disponibles en un momento dado. La epistemología se interesa por los aspectos gene rales y fundamentales de la ciencia y considerando lo dicho en esta sección, se sigue que para este trabajo sólo importa lo que usualmente se denomina m étodo cientí fico general, al que someteremos a un análisis más por menorizado en lo que sigue. Las reglas del m étodo científico general Anteriormente hemos señalado que el método científico general sería un conjunto de reglas que fun ciona com o criterio de demarcación entre la actividad científica y la que no lo es. Podría afirmarse en este sentido que un proceso de investigación es científico si, y solamente si, usa el método científico general. Sin embargo este planteamiento no aporta mayor informa ción si no se precisa en qué consiste el método científico general. Esto, en detalle, equivale a la formulación de las reglas que constituyen el esquema del método científico general, las mismas que en armonía con nuestro plantea miento deberían ser observadas en todo quehacer que 27 pretenda ser científico. Según Mario Bunge las regias antes mencionadas son las siguientes: Regla 1: Formular el problema con precisión y, al prin cipio, específicamente. Regla 2: Proponer conjeturas bien definidas y fundadas de algún m odo, y no suposiciones que no comprometan en concreto, ni tampoco ocurrencias sin fundamento visible. Regla 3; Someter la hipótesis a contrastación dura, no laxa. Regla 4: No declarar verdadera una hipótesis satisfacto riamente confirmada; considerarla en el mejor de los casos, com o parcialmente verdadera. Regla 5: Preguntarse por qué la respuesta es com o es, y no de otra manera1. La enumeración no pretende ser exhaustiva en el sentido de hacer referencia inclusive a los detalles de la investigación científica. Ello tam poco es necesario ya que numerosas acciones del investigador no son regula das por el método científico general sino por métodos específicos que corresponden a las diferentes disciplinas. Las reglas anteriores sólo intentan precisar las etapas más significativas y que son consideradas comunes a cualquier investigación que reclame ser llamada cientí fica. Asimismo, es pertinente señalar, en una primera aproximación, que el fundamento de las reglas enuncia das es en gran medida de carácter lógico, en el sentido que ellas prescriben cuál es el ordenamiento más racio nal del proceso conducente a la aceptación o rechazo 5 Ver Mario Bunge, La investigación científica. Barcelona, Ed. Ariel, 1972, p.26. Anotamos que este planteamiento de Bun ge puede ser aceptado con muy ligeras variantes por sectores muy amplios de la epistemología contemporánea. 28 ' de una hipótesis científica que pretenda responder a la interrogante que constituye el problema cuya solución buscamos. En términos generales, son una especie de derrotero lógico de la investigación científica. La unidad de la ciencia Considerando que lo que diferencia de manera más inmediata a las diversas disciplinas científicas son sus distintos objetos de estudio —por ejemplo la biología y la matemática investigan las propiedades de objetos claramente disímiles, com o son los seres vivos y los conceptos de número o de función— algunos especialis tas han visto en lo que hemos denominado método científico general lo que es común a toda actividad científica y de esta manera han pensado que se resuelve el ya viejo problema de la unidad de la ciencia. De esta suerte, lo que unificaría a las diferentes ciencias particu lares, a pesar de sus altamente diversificadas temáticas, sería el que todas ellas hacen uso del m étodo científico general. Para especialistas, com o Mario Bunge, la unidad de la ciencia está dada por el método científico general que sería la característica común más significativa de las diferentes disciplinas especializadas. Según este filósofo el método científico general es la estrategia general de toda investigación que pueda llamarse científica. Esto significa que es la observación del conjunto de reglas que constituyen dicho método lo que permitiría que un proceso sea tipificado com o de investigacióncientífica. De esta manera el método científico general operaría independientemente del objeto de estudio y expresaría el m odo característico cóm o se enfrenta a una situación problemática dentro del ámbito de la ciencia. Asimismo, esto no obliga a que tal método conduzca necesariamente a una solución pero sí a una 29 aproximación que es, en principio, perfectible y susti- tuible por obras que sean más satisfactorias. Así plan teada la cuestión, el m étodo científico general consti tuiría el mejor m odo de usar la razón en la búsqueda del conocimiento de las leyes que rigen el comporta miento de lo real. Constituiría, por decirlo así, el mo do óptimo de ejercer la razón y también el m odelo o paradigma general del pensamiento científico. Sin embargo, las reglas aportadas por Mario Bunge presentan una dificultad con relación al propósito antes descrito. Esta consiste en que ellas se refieren principal mente a la investigación científica sobre eventos, hechos o acontecimientos, esto es, a la investigación, de carácter empírico, sin responder a la naturaleza de la investiga ción en matemática y en lógica que es esencialmente conceptual. Así, de manera inmediata, la regla 4 ofrece una dificultad muy clara a la investigación en lógica y ma temática al referirse de manera exclusiva a hipótesis de carácter empírico, pues sólo de éstas podría tener sentido hablar de su verdad en términos parciales. En efecto, si pensamos en la investigación matemática, es muy claro que no tendría sentido decir que una pro posición que ha sido demostrada com o teorema, com o la que afirma que toda ecuación de segundo grado es soluble, es parcialmente verdadera, pues se puede afir mar enfáticamente y sin ningún riesgo que tal propo sición es verdadera y que la prueba matemática que aparece en los textos da garantía suficiente de ello. Y son irrelevantes y lo único que importa en la corrección lógica de la prueba que se ha dado. La regla 3 tiene la misma limitación de la regla 4 debido a que la contrastación en el sentido de confron tar una hipótesis con la evidencia de los hechos sólo tie ne validez para la investigación empírica. Com o dijimos 30 antes, las hipótesis de la lógica y la matemática están sujetas propiamente a prueba o demostración pero no a contrastación, al menos si admitimos el significado que casi unánimemente el pensamiento epistemológico con temporáneo adscribe a tales términos. La regla 2 es tan restringida com o las anteriores, pues recomienda proponer conjeturas que comprometan en algo concreto y que posean un fundamento visible. Esto fácilmente nos sugiere pensar en las investigaciones empíricas en las que tiene sentido hablar en términos sensoriales de fundamento visible. Es claro que esto no se cumple en las investigaciones lógicas y matemáticas en las que en la mayor parte de los casos están en juego objetos muy abstractos y fundamentos nada intuitivos com o los que proporcionan los espacios de infinitas dimensiones. Las reglas 1 y 5 sí son compartibles tanto por la investigación científica sobre hechos com o por la que tiene un carácter conceptual en tanto que no contienen ningún concepto que las restrinja a uno de esos dos ámbitos. La necesidad de formular problemas con pre cisión y de revisar los resultados no es privativa de un tipo especial de -investigación científica. En cambio las reglas 2, 3 y 4 constituyen el elemento diferencial, pues, tal com o han sido formuladas por Bunge, sólo tienen vigencia para la investigación científica de carác ter empírico. Lo precedente significa que el intento realizado por Bunge y otros epistemólogos de cimentar la unidad de la ciencia en el aquí denominado método científico gene ral enfrenta dificultades que proceden de las diferencias fundamentales que existen, en cuanto a método de prue ba se refiere, entre las ciencias empíricas que tratan sobre hechos o acontecimientos, y las ciencias formales com o la matemática y la lógica que tratan de objetos 31 abstractos y que validan sus proposiciones por medios puramente formales o conceptuales. Algunos pensadores han tratado de salvar la dificul tad sosteniendo la tesis que afirma que la ciencia es ne cesariamente un conocimiento del mundo material y que la lógica y la matemática pura no son ciencias en sentido estricto debido a que sus proposiciones no pro porcionan conocimientos de hechos sino expresan rela ciones formales o estructurales entre objetos de natura leza también formal2 que pueden tener símiles o no en el mundo material. De esta manera sería irrelevante que el método científico general, expresado en reglas com o las anteriores, no se cumpla en la matemática y en la lógica, pues ellas no serían propiamente ciencias. La lógica y la matemática pura según este punto de vista son instrumentos que sirven a las ciencias pro piamente dichas proporcionándoles los lenguajes exactos y rigurosos que éstas necesitan para expresar con preci sión las propiedades del mundo real. Esta posición filosófica es interesante y su desarrollo ha generado, co mo subproducto, importantes contribuciones al cono cimiento del dominio que es propio de la lógica y de la matemática. Empero, es un planteamiento discutible 2 Este argum ento se a p oya en el h ech o de que sería absurdo que alguien niegue que la existencia del nú m ero dos es radical m ente distinta a la d e u n a piedra qu e form a parte d e l m u n do m a terial, al qu e acostum bram os llamar sim plem ente realidad. El que negara tal d iferencia se vería ob ligad o a adm itir una serie de c o n secuencias absurdas, c o m o qu e en tal caso m e p o d r ía guardar el núm ero d os en el bo lsillo o arrojarlo con tra una ventana y rom per el v idrio . Es cierto que parecería q u e esto ú ltim o p od r ía m os ha cerlo si tuviéram os un núm ero d o s de fierro, pero eso só lo sería una m anera abreviada de hablar, pues n o estaríam os rom p ien d o la ventana con el húm ero d o s sino co n una representación m aterial de él, qu e es su signo. Pero, evidentem ente, e l núm ero d o s no es igual a su signo, pues existen tantas form as de representarlo co m o sistemas de n ota ción deseem os construir. 32 ya que puede esgrimirse buenos argumentos para apo yar la tesis opuesta que sostiene que la lógica y la mate mática son ciencias en sentido estricto y no meros ins trumentos de otras disciplinas* Es suficiente por ahora referirnos a la experiencia histórica que muestra el ca rácter autónomo de la investigación matemática que ha producido teorías y resultados, frecuentemente muchos años antes de que a alguien se le ocurra usarlos para expresar propiedades del mundo real. Un ejemplo es el conocimiento de los números irracionales, que se remonta a los pitagóricos y que por centurias no sir vieron para expresar ninguna propiedad material. Otro más reciente lo constituyen las geometrías no-eucli- dianas que se conocieron a mediados del siglo pasado sin que hubiera ninguna necesidad detectable de ellas en la física o en la técnica de su tiempo. Es nuestro punto de vista que la unidad de la cien cia puede ser buscada en aspectos de ella que no tengan que ser identificados necesariamente con los métodos de investigación. De lo dicho se deduce que la caracterización del método científico general que ofrece Bunge correspon de realmente a la naturaleza de la investigación en cien cias factuales y no en ciencias formales, com o son la lógica y la matemática. Sin embargo, esto no significa que de ninguna manera pueda hablarse de método científico general, pues nosotros lo hemos venido ha ciendo a pesar de que éramos conscientes de las limita ciones que ello entrañaba. Las razones que hemos tenido han sido dos: en primer lugar, aunque sostenemos que hay limitaciones para hablar de método científico gene ral, aceptamos que las reglas propuestas por Bunge abarcan la mayor partede los diferentes tipos de inves- gación científica y sólo cuentan con las excepciones que hemos señalado, y en segundo lugar, por comodidad 33 pedagógica para la exposición. Consecuentemente se guiremos hablando en nuestra exposición de método científico general, pero en un sentido débil debido a que sabemos que sólo las reglas 1 y 5 son completamen te generales y no así las otras. Esto conlleva que las afirmaciones que formulemos y que dependan de las reglas 2, 3 y 4 sólo tendrán plena validez respecto de las ciencias empíricas y sólo en situaciones excepcio nales, que de producirse señalaremos expresamente, pre tenderán cumplirse también para el campo de la investi gación en ciencias formales. Auto corrección y desarrollo científico Una propiedad relvante de las reglas 1 — 5, que no dependen de la distinción entre ciencias empíricas y formales, es el carácter esencialmente abierto de la in vestigación científica. Esto se deduce directamente de la regla 5 que prescribe no cerrar la investigación una vez que se ha encontrado una respuesta al problema plantea do, sino revisar los resultados obtenidos para continuar sometiendo a prueba la hipótesis cuya confiabilidad ya haya sido avalada por la investigación científica. Si se tratara de una investigación en ciencias formales, la revi sión consistirá básicamente en un examen de la prueba dada y en un análisis de su compatibilidad lógica con otros resultados ya establecidos. Asimismo, en cualquier caso, la respuesta a un problema siempre trae consigo el descubrimiento de nuevos problemas y, por consiguien te, el planteamiento de tareas cada vez más vastas para el investigador.. La revisión constante de resultados constituye el mecanismo de autocorreceión del m étodo científico general, que le permite detectar sus propias deficiencias e introducir las correcciones que sean necesarias, lo que demanda con frecuencia reemplazar una hipótesis por 34 otra. Esto permite comprender claramente por qué cualquier resultado obtenido a través de la investigación científica es necesariamente provisional en el sentido de que puede ser sustituido por planteamientos com pletamente nuevos o por planteamientos más compren sivos que sean una mejor aproximación al conocimiento de lo real. Aunque en general puede afirmarse que una respuesta científica satisfactoria cancela un problema, ésta es siempre superable en el sentido de que puede ser inscrita, en un sistema relaciones mucho más rico que el de origen, lo cual permite comprender mejor sus alcan ces y limitaciones. Esto significa que la ciencia de hoy día bien podría ser modificada de manera sustantiva a la luz de respuestas a nuevos problemas, pues la cancela ción de un problema tiene com o precio la posibilidad de plantear muchos otros cuya solución ayudará a ubicar mejor el problema inicial dentro del sistema del conoci miento. Problemas significativos Teniendo en cuenta que el objetivo del método científico general es el incremento del conocimiento científico, es del caso examinar una característica im portante de dicho método que se refiere a la fecundi dad de las cuestiones a las que éste se aplica. Para que se logre realmente un incremento significativo del co nocimiento científico, es necesario que las cuestiones cuyo tratamiento se hace sean relevantes, esto es, deben ser cuestiones que expresen problemas que no sean solu- cionables por la experiencia inmediata. Es cierto que se podría investigar científicamente si todas las mesas tienen cuatro patas o la probabilidad de que la próxi ma mesa que veamos tenga cuatro patas. Sin embargo, com o se comprende, tal problema no es significativo o relevante para el incremento de nuestros conoci mientos y por ello no existe una ciencia de las mesas 35 o, en general, de los muebles. Y decimos que dicho pro blema no es relevante porque su solución no elimina ría ninguna incertidumbre importante de nuestro ho rizonte cognoscitivo, por tanto, la cantidad de informa ción que nos brindaría sería tan pequeña que podemos considerarla despreciable desde el punto de vista que nos ofrece el estado actual de nuestro conocimiento científicos. Lo anterior significa que si bien el logro de incre mento del conocimiento se traduce en el hallazgo de nuevas proposiciones que hayan sido adecuadamente confirmadas por los hechos, sin embargo es necesario, además, para que dicho objetivo sea alcanzado plena mente, que las nuevas proposiciones den respuesta a cuestiones que no puedan ser resueltas a partir de la me ra experiencia cotidiana. Esto hay que enfatizarlo de bido a que hay proposiciones que están sólidamente confirmadas por los hechos com o la afirmación “ Todas las mesas tienen el tablero colocado por encima de las patas” , pero que nadie consideraría científica debido a que no resuelve ningún problema significativo. Objetivo del método científico general. De lo argumentado en las secciones precedentes se deduce claramente que en una investigación científi ca concreta es necesario el concurso tanto del método científico general com o del método científico específi co , pues mientras el primero proporciona el marco general dentro del cual desarrollará sus actividades el in vestigador, el segundo ofrece las reglas complementarias que este investigador debe observar de acuerdo a las pe culiaridades del sector del conocimiento dentro del cual está investigando. Como se comprende, esto significa que las reglas del método científico general son insufi cientes para realizar una investigación en concreto y las 36 del método científico específico sólo son posibles com o una prolongación del método científico general para tratar un problema concreto. Consecuentemente, todo lo que es objetivo del método científico general tam bién es por este hecho objetivo de sus prolongaciones en ramas específicas, por lo que será suficiente que hable mos del objetivo del método científico general. Asimis mo, para evitar ambigüedades, aclaramos que usamos la palabra ‘objetivo’ en el sentido de meta y , de otra parte, no pretendemos que el objetivo aquí discutido se identifique necesariamente, con el de la ciencia en su conjunto. El fin último de la ciencia ha sido materia de preocupación muy seria por parte de los filósofos desde Aristóteles. El debate sigue abierto y nosotros no va- mo a entrar en él aquí. Nos limitaremos a dejarlo in dicado y a hablar de objetivo para reducir en algo nues tras aspiraciones y dejar constancia de que no hemos hecho nuestro el problema aristotélico, al menos en los términos en los que tradicionalmente se lo formula. Pensamos que no es muy arriesgado postular que el objetivo del m étodo científico general es el perma nente incremento de nuestros conocimientos sobre la realidad, los mismos que son expresados mediante respuestas genéricas a los problemas que la razón huma na plantea. Sin embargo, una respuesta en término de obje tivo puede no ser significativamente completa si no se toma en cuenta la necesidad que generó el objetivo. Además es claramente posible que hayan sido, inclusive, varias necesidades muy relacionadas entre sí. Nosotros consideramos al menos dos necesidades que demandan el objetivo del incremento del conocimiento. La prime ra, no necesariamente en orden de importancia, es la urgencia por comprender lo real, por encontrar explica- 37 dones que den cuenta satisfactoriamente de lo que acaece o es el caso. La exigencia de esta necesidad teórica es lo que enfatizó Aristóteles en el libro prime ro de su Metafísica cuando afirma: “ T odo hombre, por naturaleza, apetece saber” 3 . Esta famosa afirmación de Aristóteles pone de relieve, que en el hombre la ne cesidad de comprender, de saber, brota espontáneamen te de su naturaleza y este es un aspecto al que hay que concederle la debida importancia. La segunda necesidad es la urgencia por dominar lo real4 , por ser capaz de aprovechar el margenque ofrecen las regularidades que presenta la realidad. El filósofo inglés Francisco Bacon en una fórmula sencilla y harto conocida expresó la forma cóm o se concilla la satisfacción de las necesida des antes descritas: “ Saber es poder” . Sin embargo hay en la fórmula de Bacon algo más que el mero uso del saber para el dominio de la naturaleza, pues él se refiere al poder sin limitaciones. Destacar esto es muy impor tante en la medida en que el objetivo de incremento del conocimiento puede ser proyectado, y de hecho ha sido así, com o respuesta principalmente a la necesidad de dominar a otros hombres, y no solamente a la naturale za. En la etapa histórica que vivimos, en la que se ha logrado un sustantivo avance en el dominio de la natura leza, resulta atinado no soslayar que el saber es mucho más que poder de dominio sobre la naturaleza, con to das las consecuencias que esto acarrera. Método científico y control social. Es necesario observar que el bienestar material o confort logrado en las sociedades altamente industriali zadas ha facilitado en nuestro siglo un desplazamiento 3 A ristóteles, “ M etafísica” , con ten ida en O bras, M adrid, Editorial Aguilar, 1967 , p . 909 . 4 H em os preferido usar este térm ino porqu e incluye la reali dad natural y la social. 38 apreciable de la necesidad de dominar lo social. Aunque la necesidad de dominio sobre la naturaleza sigue vi gente ya que hay una serie de factores tanto telúricos com o biológicos que, com o es bien sabido, el hombre todavía no conoce suficientemente y no está en posibi lidad de controlarlos, ocurre que desde fines del siglo pasado, además de la necesidad de dominio sobre la naturaleza, aparece nítidamente la necesidad de dom i nio de lo social, explícitamente formulada e íntima mente relacionada con la primera, pues, por ejemplo, la llamada lucha contra la contaminación ambiental, que parece que se desarrollara eminentemente en el plano de dominio y aprovechamiento de lo natural, es en realidad indesligable del control de factores so ciales com o la creciente producción industrial. Por lo que hemos considerado com o fundamental ligar la ne cesidad de dominio de la naturaleza con la de dominio de lo social en un sentido muy importante y éste es que actualmente no se puede dominar lo natural si previa mente no se controla de manera planificada lo social. La necesidad de controlar lo social, com o en el cono cido problema de control de la natalidad, parece ser el paso previo para controlar de manera más eficaz el aprovechamiento de los recursos naturales y la produc ción de alimentos, generalmente de la manera más conveniente a los intereses y proyectos de quien pro picia el control. Sin embargo, es del caso enfatizar que el sentido de los beneficios que el control de lo social pueda producir dependerá decisivamente del tipo de organización que posea la sociedad donde éste se realice. De otra parte, cuando se trata de controles sociales que los organismos internacionales propician en el com plejo mundo contemporáneo, es necesario reconocer que sus probables beneficios están severamente limita dos por un sistema social vigente en la mayor parte del planeta y que está caracterizado por una participación 39 progresivamente desigual en el aprovechamiento de los bienes de todo orden. Es necesario también aclarar que en esta exposición no estamos usando la palabra ‘dominio" en relación con lo social de una manera que deba remitirnos necesaria mente a acciones de manipulación. Es claro que, gene ralmente no nos hace pensar en un sentido ético-valora- tio cuando se habla de dominio de la naturaleza, pero sí cuando se habla de dominio de lo social. En este segundo caso es importante señalar que hay un sentido de dominio de lo social que no plantea de m odo inme diato importantes problemas ético-valoratívos y es el que se usa por ejemplo, cuando se habla del control de lo social en términos de planificación social de la pro ducción en general o de un rubro en particular. Lo mismo se puede decir de la planificación de la salud pú blica, todo lo cual supone, para cumplir los planes, el control de importantes factores sociales com o las obliga ciones de la gente a presentar sus declaraciones juradas de la renta y a vacunarse contra ciertas enfermedades. Pero, además, hay un sentido de dominio de lo social que sí plantea graves problemas valorativos; y este es el que se usa cuando se habla del control social en térmi nos que más propiamente son de manipulación social. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se planifica y ejecuta una campaña de control de la natalidad sin que lo sepan los interesados. Un fenómeno similar ocurre cuando, se estudia Psicología de la motivación humana para, sobre la base de sus resultados, planificar un conjunto de es timulaciones que condicionen los intereses de la gente en un sentido que es importante para el planificador, pe ro que puede ser aberrante para los sujetos sometidos al condicionamiento; Aunque el grado de desarrollo del conocim iento en materia de ciencias humanas y sociales es menor que el 40 logrado en otros campos, sin embargo puede afirmarse, sin cometer una inexactitud importante, que los conoci mientos actuales son suficientes para que la necesidad de dominio de lo social pueda ser satisfecha en una me dida apreciable, tanto si es formulada en términos de planificación social com o si se la formula en términos de manipulación social. La viabilidad de lo segundo se desprende, por ejemplo de los trabajos de Skinner5 . No es éste el lugar para discutir en detalle las inquietu des y cruciales consecuencias morales que se derivan de la segunda opción. Por ahora es suficiente señalarlas com o un problema en torno a la investigación científica, cuya omisión es una discusión seria y objetiva es cada vez más difícil atribuirla sólo a un olvido sin despertar sospechas. Es oportuno, asimismo, señalar que la necesidad de dominar la naturaleza en términos biológicos no está li bre de importantísimos riesgos manipulatorios a discu tirse en un nivel ético-vaíorativo. Es el caso de las posibi lidades que se abren a partir de los resultados de las in vestigaciones en Genética que permitirían el control de los rasgos del genotipo y por tanto la selección de la cla se de hombre cuyo nacimiento se puede favorecer o evitar por intervención del investigador. Evidentemente, se suscitaría un problema muy grave si en una sociedad se planteara com o necesidad, a ser satisfecha por el in cremento del conocimiento, el dominio de nuestros me canismos genéticos para el logro de una sociedad consti tuida por tipos de hombres previamente establecidos ya sea por un grupo dirigente o con la participación de la comunidad. 5 AI respecto pu ede leerse la obra de Skinner, Más allá de la libertad y la dignidad. B arcelona, Ed. Fontanella , 1972. 41 4. POSIBLES OBJECIONES A NUESTRO PUNTO DE. VISTA A manera de discusión de lo anteriormente afirma do, examinaremos rápidamente dos posibles objeciones que podrían hacerse a nuestro planteamiento. La primera podría provenir del pensamiento mar- xista en los siguientes términos: La presentación hecha del método científico no es otra cosa que una versión introductoria de la metodología positivista que no toma en cuenta otras concepciones, com o la proporcionada por el pensamiento dialéctico, que podrían ser más certeras. Así el método dialéctico, a diferencia de los “ enfoques burgueses” , toma en cuenta la naturaleza on- tológica del objeto de estudio, la misma que se rige por las leyes de desarrollo de la dialéctica, y de esta manera adecúa el método científico a su objeto, lo que trae com o consecuencia que dicho método sea también dialéctico. Esta limitación de la visión positivista se hace más patente con el soslayumiento de la función que cum ple la ideología en la ciencia, pues si se considera el jue go de intereses y aspiracionesen conflicto, existentes en la sociedad, se comprende inmediatamente que la cien cia y su método responden a ideales y aspiraciones ideo lógicas que alteran de manera sustantiva su objetividad. De esta suerte el positivismo nos presenta un m étodo que responde básicamente a los intereses expresados en la ideología burguesa. En respuesta a esta posible observación podemos decir lo siguiente: Los defensores del método dialécti co reclaman asimismo la generalidad del mismo dentro del universo de la ciencia, consecuentemente la for mulación de un método científico general es compatible con tal posición a condición de que sea dialéctico. Noso tros no podemos afirmar que el m étodo científico general, en la forma com o lo hemos caracterizado, sea 42 de naturaleza dialéctica sino que él no es necesariamen te incompatible con las exigencias del pensamiento dia léctico. Y esto es así porque lo que se ha formulado es un esquema flexible que no presupone una ontología en especial sino que podría ser armonizado con diver sas concepciones de la realidad de acuerdo con el conte nido de los conceptos que se usen para formular pro blemas y conjeturas. De hecho el esquema propuesto permite formular conjeturas que contengan conceptos com o el de clase social, enajenación, plusvalía, etc., las mismas que pueden ser contrastadas con los hechos si tales conceptos son definidos con adecuada precisión y con referencias observables en la realidad empírica. Ejemplos de un' trabajo de este tipo los proporcionan las investigaciones sociales y educacionales realizadas por M. Carnoy en Stanford, y por Bowles en Harvard. Tampoco hay que pensar que la lógica subyacente en el m étodo científico general es incompatible con la de Begel que sustenta el pensamiento dialéctico, pues actúan en niveles diferentes. Mientras la lógica de He gel es una teoría sobre la realidad, la lógica formal o mátemática regula la realización de inferencias o de ducciones y no dice absolutamente nada sobre la rea lidad. Asimismo el reconocimiento de que un método está ideológicamente condicionado no implica que los conocimientos que se obtengan a través de él deban ser necesariamente falsos. Marx, por ejemplo, admitió la verdad de las leyes de la econom ía de Smith y Ricardo a pesar de que señaló que respondían a la ideología burguesa. Tal econom ía era incompleta en el sentido de que no analizaba el carácter histórico y contingente del fenómeno económ ico, pero no era falsa. Era una aproximación a la verdad inferior a la que se puede lle gar a partir de otras bases más fecundas. Consecuente 43 mente, se puede conceder sin dificultad el condicona- miento ideológico del método científico general sin por ello admitir que sus resultados serán necesariamente falsos. Es más, sus resultados, aunque sean verdaderos, siempre serán provisionales y en esta limitación, no es exagerado conceder responsabilidad a la ideología. La otra objeción esperable podría provenir de una línea de pensamiento inspirada especialmente en las obras de Tomás Kuhn y Paul Feyerabend. Puede argu mentarse que nuestra presentación del m étodo científi co general pone énfasis en la tarea de contrastar o some ter permanentemente a prueba las hipótesis y las teorías científicas com o si esa fuese la nota dominante de la actividad científica. Contrariamente a ello, lo que ca racteriza el comportamiento de la comunidad científica es el esfuerzo por confirmar o corroborar las teorías vigentes que conforman el paradigma de cíentificidad usado por dicha comunidad en un determinado momen to histórico. Esto .es lo que más frecuentemente hacen los investigadores y por eso a este patrón de conducta se le domina “ ciencia normal” . Consecuentemente, cuando se presenta un resultado adverso o refutador de lo establecido por el paradigma, lo normal no es que se piense que el paradigma ha fracasado sino que el investi gador ha cometido algún error; se responsabiliza a la per sona y se tiende a salvar el instrumento teórico. La refu tación de teorías es lo excepcional en el trabajo científi co y sólo se produce en épocas de revoluciones, pero esta no es la nota permanente y por tanto no es la más característica. Nosotros podemos responder que el m étodo cien tífico general no pretende ser una descripción de la conducta de la comunidad científica, sino un derrotero para el incremento o crecimiento del conocimiento. Si este incremento no se produce de manera continua sino 44 sólo en momentos históricos especiales que son de re volución científica o cambio de paradigma, es una cues tión que no se opone a la naturaleza del método pro puesto, en tanto que sólo permite comprender mejor las circunstancias históricas en las que se produce la supe ración de una-teoría por otra mejor. El hecho de que en tiempos de “ ciencia normar5 los investigadores estén preocupados sólo por la resolución de “ rompecabezas55, com o dice Kuhn, dentro de un marco teórico aceptado, indica mayormente que el uso del método científico debe estar acompañado de un criterio de relevancia, com o lo hemos indicado oportunamente en este trabajo. De otra parte, un punto de vista com o el que expone mos ha sido, al menos parcialmente, aceptado por Kuhn en el Coloquio de Filosofía de la Ciencia realizado en mos ha sido, al menos parcialmente, aceptado por Kuhn en el Coloquio de Filosofía de la Ciencia realizado en Londres en 1965. 45 DIAGRAMA DE LAS ETAPAS DEL METODO CIENTIFICO 46 ü LOS NIVELES DE LA CIENCIA Y SUS ESPECIFICIDADES LOS NIVELES DE LA CIENCIA Y SUS ESPECIFICIDADES 1. LA NECESIDAD DE DISTINGUIR TRES NI VELES. Hablar de niveles dentro del conocimiento científi co requiere una justificación, pues parecería más razona ble considerar a éste com o un todo homogéneo que constituye un solo nivel. De esta manera la distinción entre niveles tendría lugar solamente para distinguir el conocimiento científico del que no lo es. Sin embargo, es necesario apuntar que el conocimiento científico no constituye un todo homogéneo ya que dentro de él se puede diferenciar claramente sectores que presentan grados significativamente desiguales de rigor, exactitud y profundidad. Frente a este hecho la única posibilidad de presentar la ciencia com o un todo homogéneo sería cercenar de ella todo aquello que no se ajusta a las con diciones exigidas por algún modelo. De esta suerte, dependerá del carácter amplio o restringido del modelo que se elija el que se deje fuera del universo de la ciencia un menor o mayor número de disciplinas. Si se optara, por ejemplo, por el m odelo ñsicalista, com o lo han propuesto algunos filósofos de la escuela neopositivista, entonces se tendría que privar de estatuto científico a considerables sectores de las conocidas com o ciencias humanas y a ciertos sectores de la biología. Esto débido a que los teóricos del modelo aludido postulan que una disciplina es científica sólo cuando sus conocimientos 49 pueden ser formulados por un conjunto de proposicio nes que expresan relaciones de medida y que se encuen tran organizadas de manera tal que unas son axiomas y otras teoremas, y ocurre que este requisito no puede ser satisfecho, ni aproximadamente, por vastos sectores de las ciencias sociales y de la psicología, y por no pocos de la biología. Si eligiéramos otro modelo menos excluyente, el problema surgiría en relación con sus condiciones de definición, que serían menos precisas, y, consecuente mente, harían muy difícil en la práctica decidir cuándo una disciplina satisface el modelo y cuándo no. Como se comprende, la dificultad que plantea la vía de la pos tulación de un modelo radica en que cuando éste está claramente definido es demasiado excluyente, Y cuando no es demasiado excluyente, su definición es imprecisa y de difícil aplicación. Consecuentemente, una solución más acorde con la naturaleza de las cosas es la que consiste en postular que
Desafio PASSEI DIRETO
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