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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS PEDAGOGÍA: ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS PLANES DE ESTUDIOS DE LA LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS, UNAM 2010 DEL SISTEMA ESCOLARIZADO Y 1979 DEL SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACIÓN A DISTANCIA, MODALIDAD A DISTANCIA T E S I N A Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E L I C E N C I A D A E N P E D A G O G Í A P R E S E N T A: IRIS CRISTINA PELÁEZ SÁNCHEZ A S E S O R A: MTRA. GISELLE GÓMEZ GASTINEL CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX., 2018. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 Dedicatorias A Dios, por darme la oportunidad de encontrarme en donde hoy me encuentro; por darme la fortaleza de seguir adentale aun con los obstáculos y alcanzar esta meta. A mi mamá, por apoyarme siempre en todas mis decisiones, ser una gran consejera y amiga, por siempre estar ahí cuando te he necesitado con tus cuidados, tus consejos, tu tiempo, por ser esa magnífica mujer. Eres mi ejemplo para seguir este camino, llamado vida. Quiero tener siempre tus fuerzas y jamás darme por vencida en todas mis metas que me proponga como tú lo has hecho. Simplemente no tengo palabras para agradecerte por todo y darme siempre tu amor incondicional. A mi papá, por ser un gran ejemplo de rectitud, responsabilidad e integridad, valores que me van a acompañar en toda mi vida profesional. A mis hermanos, Fabiola y Antonio, por su apoyo, cariño y estímulo en cada etapa de mi vida. Se muy bien que siempre voy a contar con ustedes y ustedes conmigo. A mi padrino, Juan Carlos, por su afecto y apoyo en todo momento. A mis abuelos, tíos y primos, por ser parte de mi familia y haber compartido tantos momentos amenos juntos. A todos mis amigos que han formado parte de mi vida, con quienes he tenido grandes aprendizajes y experiencias que han forjado mi persona. A todas mis compañeras de trabajo y mis alumnos con los que he comprendido los conocimientos que he adquirido en la carrera. 2 Agradecimientos A la Universidad Nacional Autónoma de México y a la Facultad de Filosofía y Letras, por ofrecerme la gran oportunidad de realizar mis estudios de nivel superior en la máxima casa de estudios del país. A mis profesores, por sus conocimientos y su asesoría a lo largo de la carrera para poder formarme como una pedagoga responsable y convertirme en una mejor ciudadana. A mi asesora, Mtra. Giselle Gómez Gastinel, por su apoyo en todo este camino y sugerencias en la elaboración del trabajo; muchas gracias por su asesoría permatente y poder alzancar este objetivo. A mis sinodales, Mtra. Claudia Bataller Sala, Lic. María Teresa Mosqueda Moreno, Lic. Jesika Cervantes Flores y la Dra. Gloria Lisbeth Graterol Acevedo por sus oportunos consejos para mejorar el presente trabajo. A mis compañeros, por todos los aprendizajes que tuve con ellos a lo largo de la carrera, gracias por contribuir en mi formación profesional. 3 Índice Introducción ............................................................................................................................... 6 Capítulo 1. La Pedagogía y la Educación en México ............................................................ 13 1.1 Antecedentes y evolución de la Pedagogía .................................................................. 13 1.2 La evolución de la educación y la Pedagogía en México ............................................ 32 1.3 El contexto educativo del país y los retos educativos del XXI. .................................... 50 1.3.1 La situación del Sistema Educativo Nacional. ..................................................... 53 1.3.2 El Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. .......................................... 55 1.3.3 Los retos educativos del siglo XXI. ..................................................................... 56 1.4 El perfil profesional del pedagogo ............................................................................... 61 1.4.1 El campo laboral del pedagogo en la actualidad. ................................................. 66 Capítulo 2. El currículum ....................................................................................................... 69 2.1 El concepto del currículum .......................................................................................... 69 2.2 El diseño curricular ..................................................................................................... 73 2.3 El plan de estudios ....................................................................................................... 78 2.4 El perfil del egresado ................................................................................................... 80 Capítulo 3. El plan de estudios de la Licenciatura en Pedagogía en la FFyL, UNAM ...... 82 3.1 La Licenciatura en Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras........................... 82 3.1.1 Visión de la institución educativa. ....................................................................... 87 4 3.1.2 Ingreso a la licenciatura........................................................................................ 88 3.1.3 Objetivo de la Licenciatura en Pedagogía. ........................................................... 89 3.1.4 El perfil de egreso. ............................................................................................... 90 3.1.5 Campo laboral. ..................................................................................................... 91 3.2 El Plan de Estudios de Licenciatura en Pedagogía (2010) Sistema Escolarizado en la FFyL, UNAM. ............................................................................................................................... 92 3.2.1 Perfil de ingreso. .................................................................................................. 95 3.2.2 Perfil de egreso. .................................................................................................... 96 3.2.3 Estructura curricular: áreas y créditos. ................................................................. 98 3.2.4 Titulación. .......................................................................................................... 105 3.3 El Plan de Estudios de Licenciatura en Pedagogía 1979, SUAyED (Modalidad a distancia) en la FFyL, UNAM. ................................................................................................... 106 3.3.1 Perfil de ingreso. ................................................................................................ 112 3.3.2 Perfil de egreso. .................................................................................................. 113 3.3.3 Estructura curricular: áreas y créditos. ............................................................... 113 3.3.4 Titulación. .......................................................................................................... 117 Capítulo 4. Análisis comparativo del Plan de Estudios 2010 yel Plan de Estudios 1979 de la Licenciatura en Pedagogía en la FFyL, UNAM. ................................................................... 118 4.1 Análisis comparativo .................................................................................................. 118 4.1.1 Objetivos de aprendizaje. ................................................................................... 119 4.1.2 Organización de estudios. .................................................................................. 124 4.1.3 Estructuración..................................................................................................... 128 5 4.1.4 Certificación del aprendizaje. ............................................................................. 140 4.1.5 Recursos de aprendizaje. .................................................................................... 142 4.2 Fortalezas y debilidades del plan de estudios 2010, Sistema Escolarizado. ............. 144 4.3 Fortalezas y debilidades del plan de estudios 1979, SUAyED. Modalidad a distancia 147 Conclusiones ........................................................................................................................... 151 Siglas y Acrónimos ................................................................................................................. 158 Referencias ............................................................................................................................. 160 Anexos ..................................................................................................................................... 170 6 Introducción Esta tesina “Pedagogía: Análisis Comparativo de los Planes de Estudios de la Licenciatura en Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM 2010 del Sistema Escolarizado y 1979 del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia, Modalidad a Distancia” tiene como objetivo exhibir las fortalezas y debilidades de ambos planes de estudios referente al análisis comparativo de ambos planes de estudios y los cinco elementos considerados en la investigación (objetivo de aprendizaje, organización de estudios, estructuración, certificación del aprendizaje y recursos de aprendizaje) gracias al enfoque tecnológico y sistémico cimentado por dos autoras mexicanas Raquel Glazman y María de Ibarrola quienes son consideradas pioneras del campo del diseño curricular en nuestro país en los años setenta; su enfoque tiene los cimientos de Tyler, Taba, Johnson entre otros como base sólida de su metodología (Barrón , y otros, 2010, pág. 3). Su primera propuesta del Diseño del Plan de Estudios la publicaron en 1978, posteriormente publicaron Diseño de planes de estudios. Modelo y realidad. Cuadernos de investigación educativa (Glazman & De Ibarrola, 1983) y Planes de estudios. Propuestas institucionales y realidad curricular (Glazman & de Ibarrola, 1987). Es importante exhibir que este estudio se inició con el objetivo de verificar la pertinencia del perfil profesional del egresado de la Facultad de Filosofía y Letras con el contexto actual, dado que la educación actual demanda profesionales que tengan un rol activo y reconozcan las necesidades sociales y culturales, además de la situación política y económica del país, ya que cada plan de estudios se diseñó en un contexto social e histórico particular y el perfil de egreso de cada plan de estudio buscó cubrir las necesidades del pedagogo del momento histórico. La Licenciatura en Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM inició en Sistema Escolarizado en 1960 bajo la dirección del Maestro Salvador Azuela; el plan de estudios fue 7 cimentado por el plan de estudios de la Maestría en Pedagogía, el cual fue promovido por el Doctor Francisco Larroyo y su pensamiento respecto a los estudios pedagógicos proporcionados por la Universidad en su obra “Vida y profesión del pedagogo” durante su cargo como Director de la Facultad de Filosofía y Letras (Sandoval Montaño R. , 1991, págs. 46-47). En 1966 bajo la dirección de Leopoldo Zea el Consejo Universitario aprobó un nuevo plan de estudios para la Licenciatura en Pedagogía en el Sistema Escolarizado con una duración de ocho semestres; el cual tuvo diversas reformas (Sandoval Montaño R. , 1991, pág. 48). En 2008 el Consejo Académico del Área de las Humanidades y las Artes aprobó un nuevo plan de estudios que se desarrolló en las aulas en el semestre 2010-1 y es el plan de estudios vigente en el Sistema Escolarizado (UNAM, Licenciatura en Pedagogía, 2012). El Sistema Universidad Abierta (SUA) de la UNAM se creó en 1972 impulsada por el Doctor Pablo González Casanova, el SUA contó con la dirección del CSUA (Coordinación del Sistema Universidad Abierta) (CUAED, 2015). En 1997 con la Estructura Académica de la UNAM y la CSUA se transformó en la CUAED (Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia) responsable del SUA y el desarrollo de la base tecnológica requerida y los programas para la capacitación y formación del personal (UNAM, Historia. SUAyED 40 aniversario, 2012). Gracias al establecimiento de la División del Sistema Universidad Abierta en la Facultad de Filosofía y Letras desde 1972 se trabajó en la elaboración del plan de estudios de la Licenciatura en Pedagogía y de otras carreras, los planes de estudios fueron aprobados en 1979 para el SUA (UNAM, La División del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) de la Facultad de Filosofía y Letras, 2009). Hasta 2006 la Licenciatura en Pedagogía en la modalidad a distancia fue ofertada por la UNAM con el plan de estudios de 1979; que tuvo ciertas modificación para su implementación en la plataforma educativa, tal como lo menciona la Mtra. Rosa María Sandoval 8 “se llevaron a cabo algunas adecuaciones para trabajarlo en plataforma, para que en lugar de manejarse siete materias se trabajen cinco cursos” (2018). Ahora bien, el plan de estudios 1979 se encuentra actualmente vigente para ambas modalidades: abierta y a distancia (UNAM, La División del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) de la Facultad de Filosofía y Letras). Como se ha mostrado el plan de estudios 2010 de la Licenciatura en Pedagogía en el Sistema Escolarizado de la Facultad de Filosofía y Letras fue creado en el siglo XXI y tiene menor antigüedad mientras que el plan de estudios del SUAyED modalidad a distancia fue creado en 1979. La creación de ambos planes de estudios contempló contextos socioculturales, educativos, políticos y económicos diferentes; su objetivo fue la formación de pedagogos que obtuvieran el perfil profesional idóneo para integrarse al campo laboral en determinado contexto histórico, en 2010 y 1979; por lo que es claro que cada plan de estudios forma pedagogos con competencias, características y conocimientos enfocados en su contexto. De igual forma, se reconoce que la estructura curricular de ambos planes de estudios es diferente, ya que las áreas, las asignaturas obligatorias y optativas fueron creados para dos sistemas distintos: el Sistema Escolarizado y el SUAyED, considerando el contexto de cada plan de estudios y su estructura se establece una posibilidad de análisis, ya que ambos se encuentran vigentes en nuestros días y deben responder a las necesidades educativas del país y los requerimientos laborales del pedagogo en la actualidad. Por lo que este trabajo tiene como objetivo conocer las fortalezas y debilidades de los planes de estudios de la Licenciatura en Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras en ambos sistemas, Sistema Escolarizado y SUAyED (modalidad a distancia), a través del análisis comparativo de ambos planes de estudios desde el enfoque de Glazman y de Ibarrola; (Glazman & de Ibarrola, Diseño de Planes de Estudios,1978); ambas autoras buscaron diseñar “una propuesta metodológica, 9 para la formulación y evaluación de planes de estudios en las instituciones de educación superior […] a partir de un análisis exhaustivo del contexto social, económico, político y cultural del país” (Glazman & De Ibarrola, 1983, págs. 14-15). Su enfoque da importancia a la evaluación de los aprendizajes de los alumnos y del plan de estudios con el objetivo de verificar la congruencia interna de la viabilidad de las metas establecidas, la vigencia de las propuestas y la integración de los contenidos, ya que las instituciones de nivel superior estan comprometidas socialmente con la formación de profesionales. Asimismo, ambas autoras reconocen que el contenido de enseñanza está en constante cambio por las modificaciones de las estructuras ecológicas, demográficas, económicas, sociales, políticas y culturales en un país (Glazman & de Ibarrola, 1987). Es indudable que el plan de estudios de 2010 del Sistema Escolarizado propone un perfil profesional con requerimientos más actuales por haber sido creado recientemente, con una antigüedad de ocho años, mientras que el plan de estudios 1979 tiene una antigüedad de 39 años. No obstante, ambos planes de estudios debieran proporcionar un perfil profesional adecuado para los egresados que terminan la Licenciatura en Pedagogía en la FFyL de la UNAM, dado que ambos planes de estudios se encuentran vigentes y los egresados deberán cumplir con los requerimientos laborales actuales. Aunque la División del SUAyED ha buscado la modificación del plan de estudios del SUAyED para que sus alumnos tengan un plan de estudios más actual en diferentes ocasiones; en 2018 el plan de estudios 1979 sigue vigente para ambas modalidades: abierta y a distancia (Sandoval Montaño R. M., 2018). El capítulo 1 “La Pedagogía” presenta los antecedentes de la Pedagogía y su evolución con el objetivo de exhibir la transformación que ha sufrido la profesión y la ciencia a lo largo de la historia; además se realizó un estudio histórico de la Pedagogía en México y los diversos aspectos educativos que repercutieron en el desarrollo de la Pedagogía y la creación de la Licenciatura en Pedagogía de 10 la Universidad Nacional Autónoma de México con el fin de tener una base histórica de la carrera. Asimismo, se presenta el contexto educativo del país, los retos educativos del actual gobierno para el siglo XXI; los desafíos educativos que demandan el apoyo de la sociedad y de los profesionales de la educación, maestros y pedagogos con el fin de reconocer el contexto actual de la educación y comparar la pertinencia del perfil de egreso del pedagogo de ambos planes de estudios. Por último, este capítulo exhibe el perfil profesional del pedagogo y el amplío campo laboral donde se pueden desempeñar los pedagogos en la actualidad con el propósito de tener una base histórica de la carrera y los enfoques pedagógicos, además de contemplar el perfil profesional del pedagogo para poder comparar ambos perfiles profesionales de los planes de estudios 2010 y 1979 con el campo laboral del pedagogo actual, reconocer el campo laboral idóneo para el pedagogo egresado del Sistema Escolarizado y del SUAyED en el análisis comparativo del capítulo cuatro. En el capítulo 2 “El currículum” se expone el concepto del currículum como base teórica del surgimiento del plan de estudios que es “la síntesis instrumental mediante la cual se seleccionan, organizan, para fines de enseñanza todos los aspectos de una profesión que se considera social y culturalmente valioso y profesionalmente eficientes” (Glazman & de Ibarrola, Diseño de Planes de Estudios, 1978, pág. 13); se exhiben diversos conceptos del currículo, desde los primeros por Bobbit (1918) y Tyler (1949); además el concepto polisémico actual del currículum y la clasificación de currículum de Pansza (1990), dado que el enfoque de Glazman y De Ibarrola fue cimentado por diversos conceptos de currículo (Barrón , y otros, 2010); se exhibe de forma breve el diseño curricular y las más relevantes propuestas curriculares. Posteriormente, se establece la propuesta curricular de Raquel Glazman y María De Ibarrola dado que es la base del análisis y la comparación de los planes de estudios de la Licenciatura en Pedagogía con el fin de reconocer la pertinencia de los planes de estudios en nuestra actualidad. Por último, se introducen los elementos indispensables 11 del plan de estudios o currículum formal como lo expone Casarini (1999), además de las características del perfil de egreso que es retomado en el análisis comparativo del perfil profesional establecido en ambos planes de estudios del Sistema Escolarizado y el SUAyED. En el capítulo 3 “El plan de estudios de la Licenciatura en Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM” se describe la Licenciatura en Pedagogía e importantes aspectos historicos de la carrera ; se describe el perfil de ingreso, la visión de la institución educativa, las características del egresado de la licenciatura y su campo laboral; la forma de titulación de la carrera; establecidos en la oferta educativa de la institución educativa (UNAM, Oferta Académica Licenciaturas. Licenciatura en Pedagogía, 2011). Asimismo, se presenta tanto el plan de estudios 2010 del Sistema Escolarizado como el plan de estudios 1979 del SUAyED, modalidad a distancia; el perfil de ingreso, el perfil de egreso, la estructura curricular y la titulación de ambos planes de estudios de una forma sintética con la intención de describirlos y exponer los elementos analizados en el capítulo siguiente. En el capítulo 4 “Análisis comparativo del plan de estudios de la Licenciatura en Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM” se realiza un análisis de los elementos de los planes de estudios 2010 y 1979 respecto a los objetivos generales de aprendizaje, la organización de los estudios, la estructuración, la certificación del aprendizaje y los recursos de aprendizaje desde la metodología de Glazman y De Ibarrola (1978). Gracias al análisis comparativo mixto se exhiben las fortalezas y debilidades de ambos planes de estudios al contemplar el contexto del país, los retos que sumergen a la comunidad educativa; y al pedagogo quien es observador y actor en el contexto educativo actual, además de la viabilidad de su integración en el campo laboral gracias a su formación teórica, metodológica y técnica de cada plan de estudios, 2010 del Sistema Escolarizado y 1979 del SUAyED, modalidad a distancia. 12 En suma, el análisis comparativo realizado contempla los aspectos de los planes de estudios de Glazman y De Ibarrola (1983), además de la indagación del contexto educativo del país y la pertinencia del pedagogo de ambos sistemas en la actualidad. La conclusión establecida examina ambos aspectos, los elementos del plan de estudios y el contexto educativo mexicano del siglo XXI como la contribución a mi formación profesional. 13 Capítulo 1. La Pedagogía y la Educación en México El presente capítulo exhibe el estudio histórico de la Pedagogía desde sus inicios y su evolución con el fin de establecer la transformación que ha sufrido; se exhiben los diversos enfoques pedagógicos que se entrelazan con los enfoques de ambos planes de estudios. Asimismo, se presentan aspectos históricos relevantes de la educación en México como la creación de la licenciatura en la UNAM. Por otro lado, este capítulo también establece la situación actual de la educación en nuestro país y el campo laboral del pedagogo para reconocer la relevancia de los perfiles profesionales de los pedagogos egresados del Sistema Escolarizado y del SUAyED, modalidad a distancia. 1.1 Antecedentes y evolución de la Pedagogía La Pedagogía emana del término griegopaidagogo derivado de dos raíces paidos que significa niño y gogia que es llevar o conducir. Pedagogo es “la práctica o la profesión del educador” en un inicio; posteriormente se enfocó en la elaboración sistemática y generalizada de las modalidades y de las posibilidades de la educación significando teoría de la educación (Abbagnano, 1974, págs. 874-875). Aunque la educación no comenzó con la civilización griega, ya que civilizaciones previas como los egipcios, los asirios-babilonios, los hindúes, los chinos tenían modelos educativos complejos y eficientes; el pueblo griego fue el primero que se enfocó en acopiar el patrimonio cultural de civilizaciones precedentes y transmitirlo a sus ciudadanos gracias a la educación. Al inicio, la educación griega tenía una estructura básica que se enfocaba en la instrucción de actividades productivas a los hijos por parte de los padres en la edad Micénica o de Bronce del siglo XV al XII a. C.; ya que “los padres enseñaban y educaban al mismo tiempo, provenían a la instrucción profesional a la par que a la formación de la personalidad de los hijos, dentro de modelos no 14 diversificados y muy fijos en el tiempo” (Santoni, 1995, pág. 29); posteriormente en la edad de Hierro se impulsó una “educación típica la del guerrero (fase dinámica, de desarrollo y expansión), y en segundo la del escriba (fase estática, de conservación, y por último, de involución)” (Abbagnano N., 1992, pág. 8). La sociedad griega evolucionó y cimentó nuevos modelos de organización: social, económico y productivo que repercutieron en la cultura y la educación durante la edad de Hierro; ya que se originó una moderna reflexión científica y filosófica, además de un impulso por la escritura alfabética (Santoni, 1995, págs. 30-36). Cabe mencionar que la educación griega fue impulsada por los socráticos y la filosofía platónica, ya que su objetivo era el desarrollo de la nueva civilización y cultura. El pedagogo (raíces del latín “paidagogo”) de la antigua Grecia se enfocaba en la educación de los niños; su labor era acompañar e instruir al niño de clase alta, además de su formación moral y cultural. Sin embargo, el pedagogo no era el maestro de las escuelas; los encargados de la educación elemental eran los grammatistes “responsables de enseñarles a leer, a escribir y a contar […] el gramáticos, cuya ocupación principal iba a ser precisamente la de maestro de estas escuelas de tipo medio” (Bowen , 1985, págs. 218-219); por otro lado, el didaskalo se encargaba de la formación del carácter y sabiduría del individuo, él era responsable de la instrucción del niño (Bowen , 1985, pág. 231). Aunque los pedagogos de la antigua Grecia eran solo los acompañantes de los príncipes y de los hijos de los nobles, la educación comenzó a ser un objeto de estudio para los filósofos griegos como Platón (427 a.C.- 347 a.C.), quien promovió una formación educativa por etapas y fundó la Academia para instruir a sus discípulos en la filosofía, las ciencias y la política con métodos dialécticos, “su ideal de formación eminentemente científico-filosófica fue netamente vencido por el ideal de formación literario-retorico de su adversario” (Abbagnano N., 1992, pág. 56). 15 Aristóteles (384 a.C.- 322 a.C.), alumno de Platón, pensaba que todos los ciudadanos debían tener una educación que proporcionara cultura y saberes esenciales, tanto de guerra como para la vida social del ciudadano; expresó que el estado debía ser el encargado de la educación de los ciudadanos, desde el ámbito social hasta de conocimiento, todos los ciudadanos tenían derecho de adquirir la virtud y ética para vivir en la comunidad; dado que el hombre es “un animal político […] (la) función esencial del Estado es la educación de los ciudadanos que será uniforme para todos y enderezada no solo a la preparación para la guerra sino también para la vida pacífica y, sobre todo, para la virtud” (Abbagnano N., 1992, págs. 68-69). El ideal político repercutió en la educación helénica, ya que el principal objetivo de la educación fue la construcción del hombre político; los sofistas apoyaron la orientación educativa helénica en sus escuelas y originaron una revolución pedagógica durante la segunda mitad del siglo V. La educación de los pueblos griegos se enfocó en el ámbito militar, además promovió el ideal civil, político y democrático con la actividad deportiva; impulsó el aprendizaje de la poesía, la música y la literatura (Marrow, 1998, págs. 67-76). El impulso educativo de los sofistas promovió nuevas tendencias pedagógicas en la educación griega; influyeron en la ampliación del concepto de paideia al promover una educación para que los hombres aprendieran y se cultivaran durante toda su vida, no solo una educación para los niños. La enseñanza de los sofistas tuvo dos pilares: la dialéctica y la retórica acompañadas de una cultura general que permitiera al hombre hablar de cualquier tema gracias a “un saber que abarca todas las especialidades técnicas o, para decirlo en griego, una polimalía” (Marrow, 1998, pág. 91). La educación de los griegos y los romanos se enfocó primeramente en la educación típica del guerrero y posteriormente evolucionó a una educación de escribas que promovió las reflexiones éticas y filosóficas impulsadas por la aristocracia griega; los escribas fueron visualizados como 16 figuras esenciales del político-económico. La educación tuvo como objetivo la instrucción del ciudadano en diversos aspectos de su vida, el social, cultural, familiar y religiosa del griego; la educación asumió una visión más amplia, ya que se instruía al niño para obtener una cultura general y continuaba la educación del hombre durante su adolescencia y adultez, una enseñanza permanente para el individuo griego (Santoni, 1995, págs. 39-41). En la época imperial los griegos siguieron influyendo en la educación romana con la enkyklios paideia que impulsaba una educación general gracias a la memorización de conocimiento; la educación romana cambió en diversas épocas por intereses políticos y sociales de sus diversas épocas (Bowen , 1985, pág. 293). No obstante, la educación helenístico-romana se cimentó en diversos modelos griegos construidos; la orientación de la educación helenística fue humanista, ya que los romanos acogieron la cultura y la educación griega (Abbagnano N., 1992, págs. 81-88). En la civilización romana, el pedagogo también era el encargado de la educación de los niños de familias ricas, su trabajo era la formación moral del niño; los pedagogos romanos eran estimados por su labor y su cultura; su función era más apreciada que en la civilización griega; “la mentalidad romana- más respetuosa que la griega de los derechos de la infancia- era menos severa la disciplina y más directa en la vigilancia de la formación moral […] el “pedagogo” romano […] es a menudo un liberto culto y estimado” (Abbagnano N., 1992, pág. 85). Al término del imperio romano, el cristianismo se introdujo en el mundo occidental y la educación se enfocó en el conocimiento de Dios, “se proponía pues realizar un ideal pedagógico: formar al hombre nuevo y espiritual, al miembro del reino de Dios […] esta acción educativa fundada directamente sobre los evangelios se dirigía sobre todo a los adultos, y la ejercían- cuando aún no se establecía una diferencia entre clero y seglares” (Abbagnano N., 1992, pág. 90); uno de sus mayores representantes es San Agustín (354- 430), padre de la iglesia. La filosofía de San 17 Agustín se inclinó a una educación del hombre y su iluminación gracias a la fe y la razón; ya que “Agustín sostiene que el verdadero conocimiento es innato y que es el propio Dios quien lo sitúa en el hombre” (Bowen , 1985, pág. 373). La escolástica de la Edad Media se enfocó principalmente en la comprensión de la fe cristiana. En la segundamitad del siglo XI la educación se enriqueció con nuevas interrogantes; “su horizonte se ensancha y del dominio puramente teológico pasa con frecuencia cada vez mayor al de la teoría del conocimiento y la filosofía de la naturaleza” (Abbagnano N., 1992, pág. 110). El crecimiento de la escolástica se generó a finales del siglo XIII al considerar la filosofía agustiniana y neoplatónica a la par de la doctrina filosófica y física de Aristóteles; “la escolástica se mantiene fiel al criterio de la filosofía griega: es verdadero el conocimiento que tiene por objeto la realidad del ser” (Abbagnano N., 1992, pág. 110). Al inicio la escolástica clásica se opuso al aristotelismo; sin embargo, Santo Tomás (1224- 1274) fue capaz de explicar de forma simple el sistema aristotélico y establecer una conexión entre la razón y la fe, su fundamento fue que “la razón no puede demostrar todo lo que es de pertinencia de la fe o la fe misma perdería todo mérito” (Abbagnano N., 1992, págs. 119-120). La educación debía instruir las virtudes intelectuales y las virtudes morales según la Pedagogía de Santo Tomás; la principal acción del maestro era ayudar al alumno “a formarse dentro de sí una ciencia análoga a la del maestro […] ayuda a la naturaleza a obrar internamente y a restablecer la salud” (Abbagnano N., 1992, pág. 124). Posteriormente, la educación escolástica tuvo su declive en el siglo XIV y a fines del siglo XIV se originó el humanismo con una filosofía que cambió a la cultura europea y la expandió por el mundo. El primer brote del humanismo fue en Italia, los humanistas defendieron los estudios literarios y a los clásicos contra los conservadores, ya que los humanistas anhelaban la formación 18 plena del hombre gracias al estudio de la cultura grecorromana y la liberación de la cultura medieval (Abbagnano N., 1992, págs. 134-141). El humanismo tuvo gran influencia en la educación y fue básicamente una revolución pedagógica, ya que sus principales representantes impulsaron una nueva educación y se opusieron a la educación escolástica en sus tratados. La visión científica y filosófica de los clásicos fue la más válida y difundida por los humanistas, por lo cual se promovió una enseñanza del latín y el griego, elementos esenciales para remontar las lecturas de los clásicos. La educación humanística enfocó su meta en el aprendizaje completo del hombre con conocimientos intelectuales, estéticos y religiosos, ya que el hombre debía cultivarse en su totalidad. No obstante, la educación humanística era sólo para la clase aristócrata, la élite política y económica, las escuelas humanísticas no eran para el pueblo en general (Abbagnano N., 1992, págs. 142-143). La filosofía humanístico-renacentista fue un apoyo para la transformación de la mentalidad religiosa y se conectó con la reforma que promovió una educación universal para todos: popular para los pobres y clásica para las clases ricas. La reforma además impulsó el manejo de la educación por autoridades laicas, “la tarea inicial más urgente en el campo filosófico era desembarazarse de la mentalidad medieval y captar con renovada frescura el sentido genuino de los antiguos filósofos, y no crear nuevos sistemas” (Abbagnano N., 1992, pág. 158). El renacimiento estableció una relación fundamental entre el mundo y el hombre; se cimentó una admiración del hombre por la naturaleza; “El estudio del mundo natural no aparece ya más como un inútil desvió de la meditación interior, de la consideración del propio destino, puesto que este destino debe realizarse en el mundo” (Abbagnano N., 1992, pág. 180). Hubo diversas investigaciones sobre la naturaleza y sus secretos por varios pensadores como Newton, Kepler, Galileo Galilei, Bacon, Descartes. 19 Aunque Galileo Galilei (1564- 1643) no se enfocó específicamente en la Pedagogía, sus indagaciones apoyaron el aprendizaje a través de la práctica y la prueba, “su concepción del saber lleva necesariamente a concebir como base de toda educación a la experiencia real y su justa” (Abbagnano N., 1992, pág. 191). Por otro lado, René Descartes (1596- 1650) conectó la ideología del humanismo y el renacimiento, ya que abordó la relación del hombre con la naturaleza y la subjetividad humana; la objetividad y las matemáticas fueron los pilares de su método; con “un criterio de orientación que sea, al mismo tiempo, teórico y práctico, es decir, que conduzca a saber distinguir lo verdadero de lo falso, especialmente con vistas a la utilidad y las ventajas que de ello puede derivarse para la vida humana” (Abbagnano N., 1992, pág. 196). La tendencia metodológica del siglo XVII generó una mayor exigencia en los campos de investigación y análisis. La educación fue analizada por una metodología más exigente; los pensadores del siglo XVII que contemplaron a la educación fueron Ratke, Comenio y los jansenistas (Abbagnano N., 1992, págs. 202-204). El principal representante de la educación del renacimiento fue Juan Amós Comenio (1592- 1670), padre de la didáctica que apoyó los ideales humanísticos-renacentistas en sus escritos pedagógicos, ya que reconoció la importancia de la técnica y el trabajo manual. La orientación religiosa y naturalista de Comenio contempló al hombre como un ser microcosmos que desenvuelve el conocimiento del universo por medio de la educación, las experiencias y observaciones precisas dentro de un método intuitivo. Para Comenio no importaba el género, la clase social o económica, era necesario que la persona tuviera una buena instrucción para construir su sabiduría y desarrollar las actitudes innatas de todo hombre; dado que “lo que el hombre necesita es la educación, lo que ciertamente, no significa negar la gracia divina sino más bien afirma que nos llegue a través de la educación, sea a través de oportunas experiencias” (Abbagnano N., 1992, pág. 206). Asimismo, 20 Comenio estableció que el aprendizaje era un deseo inherente de todas las personas; capaz de modificarse por la forma de enseñanza. Otra corriente filosófica del siglo XVII fue el absolutismo que impulsó a la razón como la chispa para realizar acciones; el absolutismo fue un cimiento de los principios de libertad y tolerancia en Europa. Uno de los representantes del absolutismo fue Thomas Hobbes (1588-1679) quien contempló al hombre como un animal político; sus ideales pedagógicos eran similares a su ideal político, “al discípulo debe enseñársele no con el método inductivo que justifica los principios o postulados, sino con el deductivo que de los principios desarrolla con claridad y evidencia las consecuencias” (Abbagnano N., 1992, pág. 220). Al término del siglo XVII, John Locke (1632- 1704), uno de los principales teóricos del liberalismo político, reconoció los límites del hombre dentro de sus experiencias y contempló a la educación como vehículo para promover la efectiva función social del hombre y la realización de sus acciones de forma objetiva. Locke además consideró que el conocimiento se obtiene a través de una construcción cognoscitiva y la idea se genera a través de la experiencia y la realidad interna o externa percibida por el individuo, “considera como fundamental la percepción, que es el pensamiento mismo” (Abbagnano N., 1992, págs. 227-229). El ideal educativo de Locke se entrelaza con su ideal político, ya que la educación debe formar individuos útiles a sí mismos y a su sociedad; individuos que se rijan por los derechos de los hombres sin perder su libertad u oponiéndose a la libertad de los demás, tal como se expone por Abbagnano “una educación apta para formar un “gentleman” capaz de ser útil a sí mismo y a su patria en un clima de ordenada libertad y audaz iniciativa” (1992, pág. 233). Al inicio del siglo XVIII Gottfried Leibniz (1646-1716) retomó la corriente del racionalismo y propuso un mundo en armonía gracias a las accionesindividuales, suprimiendo la idea de un estricto 21 y absoluto determinismo. Para Leibniz, la educación debía ser gradual y progresiva, ya que la persona aprende por la experiencia que esclarece las ideas; su posición contra el empirismo representa “una resuelta reivindicación del concepto aristotélico de que el saber está virtualmente en nosotros, aunque no de modo claro y preciso, sino en la forma oscura y embrional de “pequeñas percepciones” posibilidades o tendencias” (Abbagnano N., 1992, pág. 240). Otra corriente del siglo XVIII fue el historicismo de Giambattista Vico (1668- 1744); su cimiento fue la experiencia como base orgánica, ya que la verdad humana se fundamenta en lo creíble, dentro de límites definidos. En el campo pedagógico, el mundo histórico es el origen del hombre, de la civilización y de su historia; por lo cual Vico promovió el estudio de la historia y la lengua; con tendencias humanísticas; ya que la educación es el medio para observar la historia y continuar por el camino del hombre; su pedagogía se inclina a “una decidida revaloración de los aspectos prelógicos y fantásticos del desarrollo individual” (Abbagnano N., 1992, pág. 250). Por otro lado, la Ilustración, movimiento filosófico europeo originado en el siglo XVIII, impulsó la transformación cultural, política y social, además de una orientación científica de la naturaleza. Sus principales representantes “Les Philosophes” tenían una filosofía empirista y racionalista “para dirigir la transformación cultural, política y social del mundo humano, aunque su interés esencial sea difundir la nueva visión científica de la naturaleza” (Abbagnano N., 1992, pág. 252). En el plano pedagógico, Dionisio Diderot (1713- 1784), importante representante de la Ilustración contempló a la enseñanza literaria solo para los individuos maduros y a la ciencia como el cimiento de la enseñanza. Cabe mencionar que la educación del siglo XVIII fue muy precaria, ya que la educación elemental fue mínima; la educación media se limitó a un grupo de personas privilegiadas con una visión hacia la modernidad dentro de un proceso muy lento y la educación superior se limitó a la enseñanza de los ilustrados. 22 Entre los representantes del XVIII, Jean-Jaques Rousseau (1712-1778) fue un pensador francés quien exhibió sus ideas pedagógicas como el conocimiento de los niños y sus intereses con el fin de motivarlos en la ciencia y encaminar sus ganas de aprender, ya que “las finalidades educativas no solo son internas para cada individuo, sino que son propias de cada edad: “hay que considera al hombre en el hombre y al niño en el niño” (Abbagnano N., 1992, pág. 273). El mayor representante de la Ilustración alemana fue Immanuel Kant (1724- 1804), quien estableció al conocimiento como camino para llegar a las metas del hombre, con fe y sin temor. En el plano educativo, Kant reconoció que el conocimiento puede ser obtenido por la experiencia del individuo o su impresión. Aunque Kant no realizó una pedagogía sistemática, la Pedagogía Kantiana tuvo una orientación optimista y moderna con la visión de Rousseau y el conocimiento de Locke. Kant reconoció la transcendencia de la educación en el hombre; la educación debe tener una visión mundial, que busque el bien para todos. Por lo cual, Kant apoyó la educación pública con el fin de crear ciudadanos comprometidos con su sociedad y el bien común (Abbagnano N., 1992, págs. 286- 294). En efecto, “Kant marca el inicio de la evolución de la pedagogía como disciplina científica” (García Casanova , 2015, pág. 262). Un educador representante de la época fue Giovanni Enrico Pestalozzi (1746- 1827); su doctrina pedagógica considera que la educación debe ser amena para el niño, ya que el niño debe aprender con alegría, calma y felicidad. Pestalozzi apoyó los ideales pedagógicos de Rousseau, pero también reconoció la importancia de la obediencia y el orden. Pestalozzi estableció que la educación debía promover la autonomía, libertad y aceptación de los individuos en la sociedad, además integrar y equilibrar el aspecto intelectual, el aspecto artesano y el aspecto ético-religioso; la Pedagogía de Pestalozzi se fundamentó en la ilustración y los ideales kantianos sobre la distinción entre naturaleza y razón. 23 En una palabra, para que la convivencia humana no sea constrictiva, debe basarse en la libre aceptación de los vínculos sociales no por simple cálculo, sino sobre la base del imperativo del deber, es decir, de la autonomía de la vida moral. La educación es precisamente el encaminamiento hacia esa autonomía (Abbagnano N., 1992, pág. 322). La Pedagogía tuvo un verdadero reconocimiento gracias a la filosofía alemana del idealismo neokantiano del siglo XVIII y el siglo XIX. El siglo XIX fue una época de varios trances; ya que la situación del mundo originó diversos lazos económicos, culturales y políticos entre las civilizaciones tanto modernas como antiguas; “el principio de la época contemporánea en los grandes trastornos producidos en el mundo por la revoluciones norteamericana y francesa, en las conquistas napoleónicas y en la “revolución industrial” (Abbagnano N., 1992, pág. 296). A principios del siglo XIX se originó un nuevo movimiento cultural, el romanticismo, su principal idea fue una fuerza infinita de la razón como una sustancia inerte y perpetua en el mundo, además de “la actitud individualista en sentido prometeico […] se rechazan sustancialmente el igualitarismo y la inspiración democrática de la Ilustración” (Abbagnano N., 1992, pág. 298). Los principios filosóficos de Fichte, la base del romanticismo, fueron el reconocimiento de la sustancia como un sujeto, un yo que es todo; por lo que establece dos yo, el yo infinito y el yo humano; “Fichte afirma que se debe concebir como Sujeto, es decir, como un Yo, y que por consiguiente el Yo es todo […] permaneció constante la exigencia de deducir del yo la realidad entera, tal como el hombre la conoce, y de deducirla como la necesidad” (Abbagnano N., 1992, pág. 310). El romanticismo fue impulsado por la nueva escuela literaria en varias partes del mundo como Norteamérica, Inglaterra y Alemania; la antítesis del Romanticismo se desarrolló por Herber en Alemania y posteriormente por Humboldt, Goethe y Schiller. Entre los ideales educativos del romanticismo Johann Goethe (1749-1832) promovió una educación natural con un aprendizaje 24 progresivo; la principal característica de la pedagogía de Goethe fue el desarrollo espiritual y artístico del niño. Friedrich Schiller (1759- 1805) fue un gran representante del romanticismo, estableció una distinción entre el arte clásico y el romántico. El romanticismo promulgó una poesía enfocada en el Espíritu y el infinito, lo que reconoce una conexión entre el romanticismo y el neohumanismo por Schiller y su distinción entre el arte clásico y el arte romántico (Abbagnano N., 1992, págs. 302-306). Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770- 1831) es reconocido como la máxima personalidad del idealismo romántico; exhibió que la realidad es edificada por la razón y contempla al espíritu en tres etapas, el espíritu subjetivo, el espíritu objetivo y el espíritu absoluto (Abbagnano N., 1992, págs. 312-315). La Pedagogía se encarga de encaminar al espíritu individual hacia la autoconciencia según Hegel, “se describe así en la Fenomenología del espíritu: “El individuo debe recorrer los grados de formación del espíritu universal según las figuras puestas por el espíritu, como grados de un camino ya trazado y allanado” (Abbagnano N., 1992, pág. 316). Cabe mencionar que Hegel criticó el juego como medio de enseñanza y se opuso a los ideales de Rousseau con su “pedagogía del juego”; propuso una educación rigurosa donde se elimine la voluntad propia y la sensibilidad de los niños” (Abbagnano N., 1992, pág. 317). La Pedagogíaromántica, por su parte, consideró transcendental la manifestación directa de la razón, expresión vital y perfecta de la divinidad en la naturaleza; los ideales de Rousseau en la práctica son imposibles de generar mientras que los ideales de Jean-Paul Richter (1895-1961) dieron resultados fáciles, inmediatos y amigables. Richter apoyó el ideal de Rousseau sobre el juego y su transcendencia en el desarrollo del niño, ya que el juego da libertad al niño gracias al reconocimiento de sus propios límites porque “el juego humano a diferencia del juego de los animales es una actividad del alma, una forma de vida espiritual” (Abbagnano N., 1992, pág. 327). 25 Por su parte, Friedrich Fröebel (1782- 1852) apoyó de forma teórica y práctica la Pedagogía del juego de Richter en Alemania dentro del parlamento y las asociaciones liberales de maestros a nivel preescolar. El cimiento de la Pedagogía de Fröebel es la realidad y el mundo, por lo que el juego da la oportunidad al niño de generar relaciones con su mundo, ya que adquiere conocimientos y destrezas jugando (Abbagnano N., 1992, págs. 329-331). Otra corriente originada después del romanticismo fue el idealismo: el idealismo angloamericano y el idealismo italiano. El idealismo italiano fue promovido por Giovanni Gentile y Benedetto Croce. El primero criticó las problemáticas pedagógicas respecto al contenido y la forma de enseñanza, el método de enseñanza y la materia a enseñar, además apoyó la filosofía pedagógica de Gentile. Posteriormente, la Pedagogía Giuseppe de Lombardo-Radice (1916- 1954) exhibió a la escuela como la chispa para originar un proceso social, ya que es creación y descubrimiento permanente que impulsa en desarrollo estético del alumno; además exhibe la labor de la didáctica como la búsqueda de la renovación de la educación gracias al análisis histórico y científico organizado. Por su parte, el idealismo estadunidense se cimentó en la ideología de Josiah Royce (1955– 1916), quien analizó de forma peculiar el conocimiento humano y terminó apoyando la idea de Green y Bradley, una conciencia infinita que contiene y perfecciona todos los matices de la experiencia finita. La oposición del idealismo y el romanticismo se desarrolló en Alemania con el apoyo de diversas doctrinas; Johan Friedrich Herbart, un pedagogo y filósofo opositor del idealismo, reconoció el ímpetu de la obra positiva de la educación de Pestalozzi y sustentó el desarrollo de la personalidad del individuo con experiencias concretas y seleccionadas. La Pedagogía de Herbart reconoce a la educación del individuo entrelazada con las aptitudes prácticas y los intereses del individuo, ya que “El interés- dice Herbart- es el concepto cardinal de la instrucción”. No es un 26 medio de aprendizaje, sino más bien el fin de éste; una educación digna del hombre es aquella que promueve ricos y profundos intereses más bien que conocimientos específicos” (Abbagnano N., 1992, pág. 338); su postura fue filosófica-historicista y su pedagogía es considerada como ciencia que contempla las metas educativas con apoyo de la ética y el medio para llegar a los objetivos educativos gracias a la psicología, lo que originó dos corrientes, la Pedagogía normativa y la línea historicista. Otra corriente filosófica fue el Marxismo, su base fue la realidad cambiante y transformadora a partir del hombre; Karl Marx propuso el análisis y transformación del mundo gracias a la relación del hombre con los demás individuos y con la naturaleza. Aunque Marx y Engels no se enfocaron completamente en el plano pedagógico, el marxismo tuvo como meta la formación humana con base en la teoría de la formación humana que establece a la personalidad humana constituida y expresada “en lo concreto de las relaciones productivas y sociales, en plena continuidad con el ambiente natural” (Abbagnano N., 1992, pág. 345). El marxismo además promovió una educación “politécnica”: la formación del individuo en el aspecto social, intelectual y profesional. En Italia, el contexto socio-educativo se contempló desde la visión historicista del pedagogo y filósofo Vincenzo Cuoco (1770-1823) quien reconoció a la educación como un medio para formar ciudadanos conscientes, no precisamente eruditos; ya que Cuoco considera que “la instrucción debe ser universal (esto es, abrazar, en niveles sucesivos de profundidad, “todas las ciencias y las artes” en su interconexión); pública, y, en consecuencia accesible a todos” (Abbagnano N., 1992, pág. 349). Por otro lado, Vincenzo Gioberti (1801-1852) reconoció la importancia de la educación, ya que es el medio para la instrucción de una sociedad nueva; “El moderantismo giobertiano tuvo una gran importancia por lo que toca a conquistar para la causa nacional a una gran parte de los sectores conservadores y a una fracción notable del clero” (Abbagnano N., 1992, pág. 355). 27 A finales del siglo XIX se impulsó una educación moral, religiosa e intelectual en esas instituciones educativas apoyada por los liberales italianos, entre los filósofos de la época esta Raffaello Lambruschini (1788-1873) quien apoyó el ideal de Rousseau sobre una naturaleza libre. En el campo pedagógico, Lambruschini indagó sobre los problemas didácticos y generó un método a favor de la autonomía, el intelecto y la creatividad de los niños (Abbagnano N., 1992, págs. 360- 362). En el siglo XIX se originó otra corriente filosófica, el positivismo, que reconoció a la ciencia como la única revelación tangible para las incógnitas y la base de todas las explicaciones dentro del ámbito moral, social y religioso; se eliminó la idea de un ser super natural. El positivismo es el romanticismo de la ciencia. La tendencia del romanticismo a considerar la realidad finita (natural y espiritual) como la revelación o la realización progresiva de un principio infinito (Yo, Espíritu, Razón, Idea) el positivismo la transfiere al seno de la ciencia (Abbagnano N., 1992, pág. 366). Uno de sus representantes fue Auguste Comte (1798-1857) quien cimentó su filosofía en la Ley de los tres estados y reconoció a la ciencia como el medio para explicar la naturaleza y el dominio del hombre racional sobre ella, tal como lo expresa Abbagnano “Comte concibe la ciencia como enderezada esencialmente a establecer el dominio del hombre sobre la naturaleza […] el estudio de la naturaleza tiene por objetivo servir como base racional a la acción del hombre sobre la naturaleza” (1992, pág. 368). El positivismo tuvo varios representantes pedagógicos como Alexander Bain (1818-1903), quien dio un gran valor a la aplicación directa del método experimental en los problemas pedagógicos, además reconoció la transcendencia de las disciplinas literarias y lingüísticas en la educación. En la segunda mitad del siglo XIX Aristide Gabelli (1830-1891) fue el máximo pedagogo 28 italiano, su visión se basó en las orientaciones de Villari; él consideró que la educación debía ser moral enfocada en la libertad y el respeto a los demás. Otro positivista evolucionista italiano fue Roberto Ardigo (1828-1920) quien tuvo una ideología única que promovió una acción transformadora y constructiva. En el campo pedagógico, Ardigo reconoció la transcendencia de la experiencia directa y las acciones del individuo en su aprendizaje; “La pedagogía de Ardigo no indica concretamente la forma como se debe pasar de las actividades recreativas al aprendizaje “serio”, que sigue basado en formas demostrativas y adiestradoras de carácter más bien extrínseco, no obstante […] el estudio debe ser agradable” (Abbagnano N., 1992, pág. 393); Ardigo se opuso a la enseñanza religiosa y humanística, ya que contempló a la ciencia como la base de todos los campos. Otro positivista fue Andrea Angiulli (1837-1890) quien consideró que la educación debía ser científica con fines profesionales y utilitarios,ya que es el medio para la solución de problemas sociales. Su pedagogía positivista indagó sobre la forma de enseñar a los individuos y verificar sus conocimientos. Angiulli reconoció que la Pedagogía tenía lazos con las ciencias políticas y sociales y se debía apoyar de la historia. La ciencia tradicional era observada como absoluta en el siglo XIX, posteriormente en el siglo XX se observa una ciencia con límites y críticas, ya que se originó la filosofía de la ciencia, su principal propósito fue la crítica a la ciencia, ya que la ciencia no es absolutista y tiene límites que no fueron expuestos por el positivismo. El primer contemporáneo que se inclinó hacia la filosofía de la ciencia fue Ernst Mach (1838-1916), quien fue el escalón hacia el neopositivismo y apoyó la evolución de las matemáticas y las ciencias; “Mach considera a las sensaciones como la realidad originaria que la experiencia revela con anterioridad a toda elaboración científica” (Abbagnano N., 1992, pág. 422). La filosofía contemporánea tuvo como base el realismo desde el siglo XIX; George 29 Santayana (1863-1952) y Alfred North Whitehead (1861-1947) apoyaron el realismo y la conexión entre las cosas y el universo. Para Whitehead la educación debía generar en los hombres conciencia sobre la transformación del universo, como el medio para proporcionar valores morales y culturales a la par de conocimientos útiles y técnicos (Abbagnano N., 1992, págs. 427-428). La filosofía contemporánea obtuvo uno de los más influyentes filósofos que se sumergió en el pensamiento, la cultura, la usanza política y la praxis educativa de la civilización, John Dewey (1859-1952); su pragmatismo reconoció el valor instrumental del conocimiento sobre la resolución de problemas reales del hombre; el valor de la lógica dentro de la reflexión en una situación problemática y la experiencia como base del conocimiento. El interés es la base de la Pedagogía de Dewey y la educación es el medio esencial para el progreso y la acción del individuo en la sociedad; tal como lo expresa Abbagnano “la educación “se deriva de la participación del individuo en la conciencia social de la especie”, es un proceso “que empieza inconscientemente […] y que modela sin cesa las facultades del individuo, saturando su conciencia” (1992, pág. 441). La Pedagogía de William Heard Kilpatrick (1871-1965) fue gran influencia en la educación progresiva impulsada en Estados Unidos del siglo XIX, su base fue aspecto social de la educación, ya que promovió la convivencia democrática de los individuos y el respeto a los individuos y su personalidad; además de la importancia de contemplar todos los aspectos en la educación, intelectuales y emotivos, individuales y sociales, instrumentales y finalistas. Kilpatrick impulsó el método de los proyectos con el fundamento de que un proyecto es el plan de trabajo sobre un tema de interés y motivante para los alumnos que eligen de forma libre y autónoma (Abbagnano N., 1992, págs. 444-446). En Europa hubo también una transformación pedagógica a finales del siglo XIX; se originó con diversas ideologías entre las que se encontraron un grupo de provechosos innovadores de las 30 “escuelas nuevas”; se orientaron principalmente por el modelo educativo del estadunidense Dewey que transformó la educación en Francia y Alemania. Entre los pedagogos de las escuelas nuevas se encontró Georg Kerschensteiner (1854-1932), su Pedagogía se basa en el trabajo educativo para formar ciudadanos útiles, capaces de trabajar con presión, técnica y dedicación; dado que “el trabajo en sentido pedagógico supone “una actitud cada vez más cumplidamente objetiva”, es decir, […] la capacidad de transfundirnos con todo nuestro empeño y nuestra atención en un producto objetivo bien determinado” (Abbagnano N., 1992, pág. 455). Por otro lado, María Montessori (1870-1952) desarrolló una pedagogía científica desde una filosofía naturalista y positivista en un principio; propusó una autoeducación sin castigos o premios y al maestro como orientador; ya que “define a la mente del niño como “mente absorbente” y “habla de “periodos sensibles “durante los cuales el niño asimila con maravillosa rapidez series enteras de experiencias nuevas de un cierto tipo” (Abbagnano N., 1992, pág. 458). Ovide Decroly (1871-1932) impulsó una Pedagogía científica con el apoyo de la psicología contemporánea; el método de Decroly observa la capacidad del niño para sumergirse en los campos de la experiencia. La Pedagogía científica de Decroly amplió el análisis de la educación considerando las bases de la ciencia psicológica, apoyó el uso de técnicas de medición psicológica en la educación; además elaboró técnicas para verificar el aprovechamiento escolar, el planteamiento y la ejecución de experimentos pedagógicos impulsando la Pedagogía cuantitativa y la Pedagogía experimental (Abbagnano N., 1992, págs. 459-461). Posteriormente se impulsó el aspecto social en la Pedagogía francesa; con el apoyo de Emilio Durkheim (1858-1917) las cuestiones sociales fueron esenciales en la educación; la sociedad era un organismo biológico que abarca una conciencia social o colectiva. De igual manera, Roger Cousinet (1881-1973) contempló la socialización como la esencia misma de la educación; su ideología fue 31 influenciada por Rousseau quien puso en primer plano la felicidad del niño en la educación gracias a un ambiente rico y nutritivo desde el punto de vista social e intelectual. Otro pedagogo altamente conocido fue Celestin Freinet (1896-1966); las técnicas de Freinet se volvieron populares en Francia y otros países europeos; su pedagogía fue la innovación educativa de la izquierda de Europa occidental (Abbagnano N., 1992, págs. 465-468). En suma, en sus inicios la Pedagogía tuvo como objetivo encontrar nuevos métodos de enseñanza en Europa y Estados Unidos; la sociedad occidental reconoció a la educación como medio de transformación y desarrollo por lo que diversas corrientes filosóficas propusieron una educación conforme a su ideología; sus propuestas pedagógicas se originaron por su contexto sociohistórico. La Pedagogía contempló a la educación y los diversos aspectos con los que se entrelaza: el social, el histórico, el político, el económico y el cultural. Comenio fue quien por primera vez buscó establecer una organización metodológica de la educación en la Pedagogía en el siglo XVII, “A partir de Comenius, la experiencia pedagógica de Occidente se ha enriquecido y profundizado mediante tentativas de hallar nuevos métodos educativos” (Abbagnano, 1974, pág. 875); durante su evolución la educación y la enseñanza se fueron transformando gracias a las propuestas pedagógicas de diversos filósofos como Jean-Jaques Rousseau, Immanuel Kant, Pestalozzi, Herbart, Vincenzo Cuoco, Alexander Bain, John Dewey, Emilio Durkheim, entre otros. Al principio las investigaciones pedagógicas se realizaron en escenarios artificiales sin contemplar los aspectos económicos, sociales y políticos. Cabe mencionar que la Pedagogía fue creando lazos con otras disciplinas como la sociología, la psicología, la biología gracias a la importancia que adquiere la educación y el proceso de enseñanza en los aspectos sociales, biológicos y psicológicos de los individuos. La organización científica de la Pedagogía se cimentó gracias a 32 Herbart y su distinción de los fines de la educación como la ética y los medios educativos como la psicología; además buscó establecer correlaciones entre ambas (Abbagnano, 1974, pág. 275). 1.2 La evolución de la educación y la Pedagogía en México Después del descubrimiento de América, el territorio mexicano se convirtió en “la Nueva España”; la educación se enfocó en la evangelización de los indígenas, la instrucción de la fe católica y las costumbres españolas; “Para la iglesia era absolutamenteineludible el imperativo de la evangelización […] Se pretendió lograr un completo cambio de vida, por medio de la tarea educadora” (Golzalbo Aizpuru, 1999, págs. 70-71). Los franciscanos fueron los primeros frailes que llegaron a la Nueva España entre 1523 y 1536. Desde la conquista, la cultura occidental llega a América; los países latinoamericanos siguieron los ideales educativos y pedagógicos de los españoles y la cultura occidental (Vázquez, de Estrada , Straples, & Gurza, 1999, págs. 17-19). La educación de la colonia impulsó la creación de la Universidad Colonial en 1551 con base en las estructuras de la Universidad de Salamanca; los grados obtenidos eran eclesiásticos; posteriormente a finales del siglo XVIII se conocería con el nombre de Real y Pontificia Universidad de México gracias a la aceptación del Papa Clemente VIII en 1595. Los estudios en la Universidad se organizaron por facultades: la facultad menor o de Artes y las cuatro facultades de: Medicina, Derecho Civil o Leyes, Derecho Eclesiástico o Cánones y Teología; la universidad solo era accesible para los españoles, los criollos y los indígenas nobles. La educación superior debía proporcionar personal capacitado en el área administrativa, de organización y de control para el funcionamiento de la colonia y la iglesia (Marsiske, 2006, pág. 13). Desde el siglo XVI al siglo XVIII la Universidad de México no tuvo cambios estructurales o en sus cátedras, por lo que su educación superior tradicional se tuvo que enfrentar con las cátedras 33 ilustradas innovadoras del Real Seminario de Minas establecido en 1787 y la Real Academia de Bellas Artes fundada en 1788, “La resistencia mostrada por la Universidad hacia el cambio y hacia la modernización de su enseñanza llevó a que el pensamiento ilustrado se produjera fuera de la Universidad” (Marsiske, 2006, pág. 16). A la mitad del siglo XVII se impulsó la enseñanza del castellano a los indígenas por los sacerdotes; por lo que se promovió la construcción de escuelas de castellano para una enseñanza de la lengua castellana oral y escrita, además de la doctrina cristiana. Aunque “el mandato para promover las escuelas de castellano no fue bien recibido ni por los indios ni por las órdenes religiosas […] en pocos años se contaba con 286 escuelas en 76 pueblos de indios en el Arzobispado de México” (Tanck De Estrada, 1996, pág. 82). En el campo pedagógico, los maestros se enfocaron “primero a leer y que solo después de adquirida esta capacidad se instruyera en la escritura y la aritmética” (Tanck De Estrada, 1996, pág. 86). Por otro lado, la motivación e interés de los maestros de México fue grande con los libros de Francisco Xavier de Santiago Palomares difundidos desde España en México para la enseñanza del deletreo en los niños (Tanck De Estrada, 1996, págs. 86- 87). En 1810 la independencia dio inicio; durante las trifulcas de la independencia la Universidad de México mantuvo su forma tradicional de enseñanza y la organización de la institución hasta el término de la independencia en 1820. Al término de la independencia se originó un cambio radical de gobierno y las nuevas circunstancias políticas crearon nuevos ideales educativos, “según los liberales, “México debería contar con un sistema educativo oficial de acuerdo con su recién adquirida condición republicada y con las necesidades del nuevo orden, capaz de preparar adecuadamente a los miembros de la comunidad y de propiciar el proceso de la nación” (Marsiske, 2006, pág. 17); los liberales propusieron una educación impartida por el gobierno sin intromisión 34 del clero, una reorganización y modernización de los contenidos por las necesidades de la nueva sociedad republicana y con una nueva organización de contenidos. El gobierno contempló que “no sería posible modernizar el país sin incluir al pueblo y sin actualizar la cultura humanista de las minorías letradas” (Vázquez, de Estrada , Straples, & Gurza, 1999, pág. 102). En 1833 se creó la Dirección General de Instrucción Pública gracias a la autorización del Congreso Nacional durante la presidencia de Antonio López de Santa Anna; el vicepresidente Valentín Gómez Farías buscó cimentar los planes y proyectos de la educación en la Dirección General de Instrucción Pública, su objetivo era “reorganizar y centralizar la administración de la educación desde el nivel primario hasta los colegios de estudios mayores” (Tanck De Estrada, La Educación Ilustrada (1786-1836), 1977, pág. 30). En 1857 se estableció el Art. 3º para impulsar la educación libre en la Constitución Política Mexicana; “se ordenó: “La enseñanza es libre. La ley determina que profesiones necesitan título para su ejercicio […] Todo hombre tiene derecho a enseñar y a ser enseñado” (Solana & Bolaños, 1982, pág. 22). Posterior a la Guerra de los Tres Años, Juárez regresa a la Ciudad de México; su gobierno buscó mejorar la educación; sin embargo, “los años de lucha habían resultado en el abandono y destrucción de muchas de las actividades productivas y, finalmente, los ingresos del Estado” (Solana & Bolaños, 1982, pág. 27); las instalaciones de las escuelas públicas eran precarias y faltaba el material básico para la enseñanza “se carecía de libros, de útiles, del material más necesario como eran en aquellos años […] el reflejo de la situación que imperaba en el país. Los fondos de que se disponía eran necesarios para enfrentar la pesadilla de la guerra” (Bermúdez, 1996, pág. 118). Aun con la imposición del gobierno de Maximiliano de Austria en 1863, se aceptaron las Leyes de Reforma impuestas por el gobierno de Juárez; ya que Maximiliano apoyó los ideales de la ilustración y exhibió la necesidad de una transformación de la educación mexicana en su 35 totalidad; en el nivel superior se crearon las escuelas especiales que se enfocaron en saberes específicos con la Ley de Instrucción Pública (Solana & Bolaños, 1982, pág. 27). Al regreso de Juárez a la presidencia, Sebastián Lerdo de Tejada propuso a la educación como el medio para unificar al país en una ideología liberal para impulsar una nación libre e independiente y una educación laica, gratuita y obligatoria. La Ley Orgánica de 1867 estipuló la creación de Escuelas Nacionales para difundir los conocimientos del nivel superior, además la Escuela Nacional Preparatoria fue contemplada como eslabón esencial en la organización educativa gracias a una orientación positivista en el país “El objetivo de este nuevo proyecto educativo sería, según Lourdes Alvarado: “Mediante una educación impartida por igual a todos los mexicanos, esto es, mediante un fondo común de verdades rigurosas sometidas a la comprobación del método científico” (Marsiske, 2006, pág. 17). La Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1867 estableció una educación elemental gratuita, libre y obligatoria; se funda además la Escuela Nacional Preparatoria que fue dirigida por Gabino Barreda desde 1867 a 1878, la ciencia fue la base de la enseñanza en la ENP; además de un plan de estudios innovador con cimientos en las ciencias y el positivismo; Barreda se inclinó hacia la Pedagogía de Augusto Comte que se cimentaba en la filosofía positivista, su doctrina apoyó al Estado y sus ideales para “crear un nuevo prototipo de ciudadano cincelado por la instrucción, ordenado y respetuoso de la paz, para lograr el progreso” (Bermúdez, 1996, pág. 124) Posteriormente “Porfirio Díaz heredó la Ley Juarista de Instrucción Pública de 1867, que establecía los principios liberales de una educación laica, gratuita y obligatoria” (De Saldaña, 1993, pág. 16), su gobierno impulsó una escuela moderna mexicana que se enfocara en el desarrollo moral, físico, intelectual y estético de los educandos, su énfasis fue en el aprendizaje de un oficio. En 1879 se construyen dos academias de profesores y posteriormente la Benemérita EscuelaNacional de 36 Maestros para la formación de docentes que atendieran niveles básicos y medios. Asimismo, se desarrolló el Proyecto de la Escuela Normal de Profesores por el maestro Ignacio Altamirano y Joaquín Baranda. En efecto, “la educación actual se gestó en esos años; se introdujo la Pedagogía Moderna, se crearon y multiplicaron las escuelas normales, se ofrecieron carreras técnicas a los obreros y la educación superior alcanzó una época de oro” (De Saldaña, 1993, pág. 15). El positivismo con su gran auge en Europa llegó a México en diversas áreas durante el porfiriato; las influencias del positivismo impulsaron la creación de proyectos gubernamentales con procedimientos metodológicos, sistemáticos y progresivos; ya que “el orden en el aprendizaje de las materias tenía el fin de crear mentes ordenadas, científicas y progresistas” (De Saldaña, 1993, pág. 159). El Maestro Justo Sierra fue el promotor de la creación de la Facultad de Filosofía y Letras y la Licenciatura en Pedagogía al impulsar la creación de la Escuela Normal y de Altos Estudios con su proyecto de Ley Constitutiva de la Universidad Nacional en 1881; su objetivo era formar profesores y especialistas en conocimientos pedagógicos, literarios, científicos “de un orden eminentemente práctico y superior a los que pudieran realizarse en las escuelas profesionales” (Navarrete, 2008, pág. 150). Asimismo, Justo Sierra reconoció la necesidad educativa del país; ya que “México tenía que elevar su nivel cultural, de mejorar la educación que se impartía en las diversas escuelas nacionales, de fomentar y aun crear su propia ciencia, de pugnar por la autosuficiencia científica y tecnológica” (Marsiske, 2006, pág. 18). En 1885 el pedagogo suizo Enrique Conrado Rébsamen (1857-1904) exhibió las necesidades de consolidar políticamente una entidad intelectual y moral, por lo que seccionó a la Pedagogía en: general, histórica y práctica, además de hacer una distinción entre educación e instrucción, ya que la instrucción simplemente proporciona conocimiento al individuo y la educación genera el 37 desarrollo continuo y progresivo del individuo y sus facultades (Guevara Niebla, 2011, págs. 99- 105). En México, la Pedagogía positivista tuvo un gran auge al igual que la corriente positivista en otras áreas científicas con promotores que impulsaron la enseñanza por medio de métodos de experimentación y deducción. La Pedagogía positivista mexicana promovió el descubrimiento gracias a la explicación, el método científico y las leyes generales del mundo. Las ciencias eran el motor que impulsaba la educación y se siguió la clasificación de las ciencias de Comte; “Inspirado en esta doctrina, Barreda elaboró una nueva ley educativa, la Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal en 1867” (Guevara Niebla, 2011, pág. 15). La inauguración de la Universidad Nacional de México fue el 22 de septiembre de 1910; Justo Sierra como promotor de la fundación de la universidad tuvo como ideal la formación de hombres para el progreso de la nación y el gobierno del país; la universidad se orientó hacia una enseñanza para la elite del país. Justo Sierra también impulsó actividades docentes y de investigación en las universidades gracias a la Reforma Integral de la Educación Mexicana (Marsiske, 2006, pág. 18). En ese mismo año se creó la Escuela Normal de Altos Estudios (ENEA); su organización se estableció en tres áreas: humanidades, las ciencias exactas, físicas y naturales y las ciencias sociales, políticas y jurídicas, en un principio queda a cargo de la Universidad Nacional de México; “La Escuela Nacional de Altos Estudios fue pensada como la culminación del sistema educativo construido por el régimen porfiriano […] ahí se desarrollarían los trabajos académicos más especializados” (González González, 2008, pág. 547). La Revolución mexicana estalló en 1910, su sentido popular y nacionalista buscó establecer una justicia social, para que la educación tuviera una nueva orientación filosófica, ya que “la educación debe despertar la conciencia de los hombres para liberarlos” (Solana & Bolaños, 1982, pág. 117), al 38 cambio de poder de Porfirio Díaz a Madero se estableció la Ley de Educación Primaria para el Distrito Federal en 1908; en el Art. 2º se estipuló que “la educación primaria que impartía el Ejecutivo de la Unión será integral, es decir, tenderá a producir simultáneamente el desenvolvimiento moral, físico, intelectual y estético de los escolares” (Solana & Bolaños, 1982, pág. 130). Durante la presidencia de Francisco I. Madero (1911-1913) el Sistema Educativo Nacional contenía varias complicaciones; principalmente la educación superior, ya que las decisiones de las autoridades docentes y gubernamentales fueron muy débiles en las universidades. La educación técnica e industrial fue en declive, dado que hubo una reducción de escuelas técnicas y la enseñanza se enfocó en ciertos oficios o carreras comerciales. El 5 de febrero de 1917 se promulgó la Constitución Política Mexicana en la Ciudad de Querétaro durante la presidencia de Venustiano Carranza; el Artículo 3º estipulaba la legislación de una enseñanza libre y la responsabilidad de la instrucción pública por parte del Estado. La Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes se reestructuró en departamentos, entre los cuales estaba el Departamento de la Enseñanza Técnica y la Universitaria. La Universidad Nacional de México siguió los mandatos del Departamento Universitario y de Bellas Artes que era parte orgánica del Poder Ejecutivo Federal; las reformas al sistema educativo generaron la conversión de la Escuela Nacional de Química y la Escuela Superior de Comercio en facultades regidas por la Dirección de Enseñanza Técnica. La Revolución mexicana generó un escenario crítico en el país, que también afectó a la educación superior (Marsiske, 2006, pág. 19). Al término de la Revolución en 1920, el país tuvo mayor estabilidad política con el inicio de la presidencia de Álvaro Obregón quien incorporó a la Universidad a sus proyectos educativos para una enseñanza práctica y cultural; “el país empezó a entrar a un periodo de mayor estabilidad política 39 en busca de la aplicación de proyecto de la revolución mexicana. Los años veinte fueron los años de cambio y de fundación de instituciones, de búsqueda de la consolidación de un Estado revolucionario” (Marsiske, 2006, pág. 19). La Universidad Nacional se reestructuró en: Escuela de Altos Estudios, Facultad de Jurisprudencia, Facultad de Medicina, Escuela de Odontología, Escuela de Medicina Homeopática, Escuela de Ingeniería, Facultad de Ciencias Químicas y la Escuelas Nacional Preparatoria; se impulsó la modificación de programas y la innovación de los planes de estudios de las Escuelas Nacionales Profesionales en consideración a las necesidades educativas del país con el apoyo de José Vasconcelos como rector de la Universidad (1920-1921); quien además se encargó del Departamento Universitario y de las Bellas Artes e impulsó la Ley, además fue nombrado secretario de la nueva Secretaría de Educación Pública de 1921 a 1924; los objetivos educativos fueron la alfabetización de la población rural y elevar del nivel cultural del país en la presidencia de Álvaro Obregón. La orientación humanística de José Vasconcelos impulsó la transformación de la educación superior con el apoyo de intelectuales como Antonio Caso, Ricardo Gómez Róbelo, Alfonzo Reyes y Jesús T. Acevedo, Manuel Gómez Morín y Lombardo Toledano. La Universidad Nacional volvió su mirada hacia el objetivo de su creación, la formación de docentes a nivel superior; diversas escuelas y colegios se convirtieron en universidades como: la Universidad de Michoacán y la Universidad de Sinaloa en 1917; Guadalajara en 1924; Nuevo León en 1932; Puebla en 1937 y Sonora en 1942
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