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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS Efectos de la fragmentación en la adecuación de Aphelandra aurantiaca (Scheidw.) Lindl. en la selva de Los Tuxtlas, Veracruz, México T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGA P R E S E N T A : Sabine Juliette Cudney Valenzuela DIRECTOR DE TESIS: Dr. Juan Servando Núñez Farfán Ciudad Universitaria, Cd. Mx., 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS Los años de mi carrera han generado inmensos cambios en mí. Es increíble pensar en lo distinto que era mi vida y mi razonamiento hace cinco años, y más increíble aún ver cómo hay aspectos de mí que se mantienen con el pasar del tiempo. En este proceso he tenido muchos momentos dulces y también amargos, como el chocolate. Momentos en los que mis seres queridos se vuelven más y más importantes y van haciendo su nido en mi corazón. A mi familia por su apoyo incondicional. Mamá, papá, gracias por creer en mí cuando yo pensaba que no podía. Gracias por echarme porras, y darme su apoyo incondicional. A mis abuelos, los que se fueron y los que están: agradezco la calidez de los ratos que pasamos juntos, las risas, las historias, el hermoso conocimiento de las generaciones pasadas que ustedes me brindan y brindaron. A Chini y Sergio: Gracias por abrirme las puertas de su casa y su corazón. Fueron años cruciales en mi vida los cuales habrían sido infinitamente más difíciles sin ustedes. Gracias por las risas y los buenos ratos juntos. A mis amigos, mi familia elegida: Ustedes han sido mi motor en este viaje. Gracias por escucharme, por ser mis cómplices en mis aventuras y por motivarme a seguir adelante siempre. Gracias por estar igual de locos que yo. A mis tutores: Juan Núñez y Pilar Suárez sin los cuales no hubiera sido posible este proyecto. Agradezco enormemente la amabilidad con que me tratan, así como la cordialidad de todos los días en el laboratorio. Muchas gracias por su paciencia, dedicación y apoyo en este proceso. CONTENIDO I. Resumen......................................................................................................... 1 II. Introducción.................................................................................................. 1 2.1. Selección natural y adaptación local............................................ 1 2.2. Fragmentación................................................................................ 3 2.3. Consecuencias genéticas de la fragmentación........................... 3 2.4. Fragmentación y polinización....................................................... 5 2.5. Adaptación local y experimentos de trasplantes recíprocos..... 8 2.6. Antecedentes genéticos de la especie........................................ 10 III. Hipótesis y Objetivos................................................................................ 12 3.1. Hipótesis........................................................................................ 12 3.2. Predicciones.................................................................................. 12 3.3. Objetivo.......................................................................................... 12 3.4. Objetivos particulares................................................................... 13 IV. Método........................................................................................................ 13 4.1. Sitio de estudio.............................................................................. 13 4.2. Biología de la especie................................................................... 15 4.3. Trasplantes recíprocos................................................................. 18 4.3.1. Diseño experimental....................................................... 19 4.3.2. Descripción del experimento de trasplantas recíprocos (2012)................................................................................................................ 20 4.3.3. Censo 2015: medición de medidas de vigor y caracteres reproductivos.................................................................................................. 22 4.4. Análisis estadísticos..................................................................... 23 4.4.1. Prueba de ANOVA de dos factores................................ 24 4.4.2. Prueba de Tukey-Kramer HSD....................................... 25 4.5.3. Modelos Lineales Generalizados (GLMs)...................... 25 4.5.4. Regresión Logística........................................................ 26 V. Resultados.................................................................................................. 27 5.1. Antecedentes de resultados........................................................ 27 5.2. Censo 2015.................................................................................... 28 5.2.1. Características ambientales........................................... 28 5.2.2. Trasplantes Recíprocos: supervivencia........................ 28 5.2.3.1. Características reproductivas: producción de inflorescencia.................................................................................................. 32 5.2.3.2. Características reproductivas: tamaño de inflorescencia.................................................................................................. 36 5.2.3.3. Características reproductivas: número de flores...... 37 5.2.3.4. Características reproductivas: número de frutos..... 38 5.2.4.1. Características vegetativas: número de hojas.......... 39 5.2.4.2. Características vegetativas: área foliar...................... 40 5.2.4.3. Características vegetativas: altura de la planta........ 41 5.2.4.4. Características vegetativas: daño foliar..................... 42 5.2.5. Resumen de significancias....................................................... 43 VI. Discusión................................................................................................... 45 6.1. Efecto de las condiciones ambientales y la fragmentación...... 46 6.2. Adaptación Local.......................................................................... 47 6.3. Flujo génico................................................................................... 50 VII. Conclusiones............................................................................................ 52 VIII. Bibliografía............................................................................................... 54 1 I. RESUMEN El presente estudio evalúa la adaptación local de Aphelandra aurantiaca (Sheidw.) Lindl. tanto en fragmentos como en el continuo de la selva de los Tuxtlas. Para determinar si las poblaciones de A. aurantiaca se encuentran adaptadas localmente se dio continuación a un experimento de trasplantes recíprocos comenzado en 2012. En este estudio se registraron nueve medidas de vigoren el mes de noviembre de 2015, donde únicamente resultó significativa la interacción entre el sitio de origen y sitio de trasplante para la producción de frutos y número de hojas. Los resultados indican que los individuos provenientes del continuo de selva presentaron mayor índice de supervivencia, independientemente de dónde fuesen trasplantados, mientras que, independientemente del sitio de origen, los individuos trasplantados en el continuo de selva presentaron menor índice de supervivencia con respecto a aquellos de los fragmentos. Esto podría indicar mayor presión de selección en el continuo de selva con respecto a los fragmentos ya que es más improbable que los individuos sobrevivan en el continuo, pero de hacerlo, los individuos tendrán mayor capacidad de desarrollarse en diferentes ambientes. II. INTRODUCCIÓN 2.1 Selección natural y adaptación local La selección natural opera sobre la variación en los caracteres de los individuos, ocasionando una reproducción diferencial entre aquellos individuos que presenten variaciones que les confieran una ventaja en supervivencia y/o reproducción, y que puedan ser heredadas. De este modo, los procesos de evolución cambiarán las frecuencias génicas de las poblaciones (Charlesworth & Charlesworth, 2010), el objeto de estudio de la genética de poblaciones. 2 Cuando los cambios en las frecuencias génicas derivan de diferencias en el éxito reproductivo individual en la población, puede tratarse de cambios adaptativos. Sin embargo, la variación genética en genes neutros permanecerá fluctuando y su probabilidad de fijación o extinción dependerá del tamaño efectivo de la población. De este modo, una amplia gama de variación genética podrá permitir que un organismo responda por selección ante condiciones ambientales cambiantes (Reed & Frankham, 2003). Esto se puede ver reflejado en el caso de las especies invasoras, las cuales se caracterizan por tener niveles altos de varianza genética dentro de las poblaciones, tasas altas de entrecruza y la creación de genotipos con funciones generales que les permiten adaptarse rápidamente a diferentes ambientes (Parker et al., 2003). Las interacciones entre el genotipo-ambiente dependerán de las variaciones en la intensidad de la selección en el espacio, resultando en una adecuación diferencial de los organismos a diferentes ambientes. De este modo, y de no operar otras fuerzas y restricciones, se esperaría que los genotipos locales de cada población genética, o deme, tuviesen una adecuación relativa mayor en su hábitat local que aquellos genotipos foráneos, es decir, originados en otros hábitats (Kawecki & Ebert, 2004) No obstante, es muy probable que otras fuerzas evolutivas operen simultáneamente sobre la población, repercutiendo en la adaptación local. Una fuerza importante que retrasa la adaptación local es el flujo génico (Leimu & Fischer, 2008). Éste altera las frecuencias génicas de la población ya que los genotipos de los migrantes, probablemente no adaptados a las nuevas condiciones, se recombinan con los locales, probablemente adaptados. Si un alelo se encontrase próximo a fijarse por selección natural, el flujo génico podría retrasar o revertir dicha fijación. Por lo tanto, se esperaría encontrar diferenciación genética poblacional reducida en caracteres relacionados con la adecuación en demes conectados por flujo génico (Kawecki & Ebert, 2004; Leimu & Fischer, 2008). El concepto de adaptación local no se restringe a ambientes aislados, sino que los demes pueden ser unidades discretas dentro de un sistema de fragmentos, o encontrarse contenidos dentro de la misma área de distribución de la especie (Kawecki & Ebert, 2004). 3 2.2 Fragmentación La fragmentación del hábitat se refiere al paisaje que en algún momento fue contiguo, caracterizado por un fuerte contraste entre remanentes aislados de vegetación y nuevos tipos de hábitat circundante o matriz, como pueden ser campos agrícolas, desarrollo urbano o carreteras, y donde la vegetación nativa cubre típicamente entre el 10-60% (Jules & Shahani, 2003; Fischer & Lindenmayer, 2007). La matriz presentará diferencias de condiciones, tanto bióticas como abióticas, contrastantes con el hábitat original, que afectan la dinámica de los organismos. Cuando las condiciones de la matriz son una barrera para la distribución y entrecruzamiento del organismo, las poblaciones pueden aislarse genéticamente. En su conjunto, estas poblaciones de la misma especie conforman una metapoblación, o una población de poblaciones, con flujo génico reducido o nulo entre ellas (Leimu et al., 2010). Los fragmentos de hábitat remanente han sido considerados análogos a islas, y la matriz análoga al océano, es decir, una barrera ecológica con condiciones uniformes (Jules & Shahani, 2003). La teoría de biogeografía de islas predice que la fragmentación de hábitat podría incrementar la tasa de extinción debido al efecto de borde y a la limitación de las capacidades de dispersión de los organismos (MacArthur & Wilson, 1967). Esto se debe a que la pérdida de vegetación y el efecto de borde pueden llevar a modificaciones en el ambiente físico que pueden limitar la supervivencia, reproducción y dispersión de los organismos (Hobbs, 1993; Cheptou et al., 2016), ya que las especies no se encuentran adaptadas a condiciones ambientales contrastantes de manera súbita (Fahrig & Merriam, 1994). Sin embargo, las consecuencias genéticas y ecológicas de la fragmentación del hábitat dependerán del grado de conectividad que exista entre los fragmentos y el hábitat original (Templeton et al. 1990), así como del tipo de hábitat que la matriz ofrezca al organismo (Jules & Shahani, 2003). 2.3 Consecuencias genéticas de la fragmentación 4 La fragmentación de hábitat reduce el tamaño poblacional efectivo y genera cambios en la estructura genética de la población. La deriva génica comprende cambios aleatorios en las frecuencias de los genes, de manera que se pierden o se fijan alelos a través del tiempo. Eventos que reducen el tamaño poblacional tienden a producir deriva génica; cuando el número de individuos es limitado, la probabilidad de perder alelos se incrementa ya que es menos probable que muestras pequeñas de la población sean representativas de la diversidad genética de una especie (Nei et al., 1975; Nei, 1978; Young et al., 1996; Cheptou et al., 2016). Por lo anterior, las poblaciones pequeñas y aisladas son más vulnerables a presentar deriva génica, la cual reduce la variación genética necesaria para la evolución adaptativa (Cheptou et al. 2016). Asimismo, las poblaciones pequeñas son más propensas a presentar endogamia –cruzas entre individuos emparentados– ya que el tamaño poblacional restringe las opciones de cruza. Ambos fenómenos incrementan la homocigosis, por lo que, ya que la mayoría de las mutaciones deletéreas son recesivas, se tiende a fijar una fracción de la carga génica disminuyendo la adecuación, lo que se conoce como depresión por endogamia (Keller & Waller, 2002; Reed & Frankham, 2003; Lopez et al. 2009). No obstante, bajo ciertas circunstancias poblacionales y genéticas, la endogamia puede purgar mutaciones deletéreas recesivas y reducir la depresión por endogamia debido a la selección en contra de la carga génica (Byers & Waller, 1999; Crnokrak & Barrett, 2002). Además, la reducción de la población puede resultar en un efecto Allee, el cual predice una relación positiva entre el crecimiento poblacional y la densidad de individuos, lo que puede conllevar a un incremento en las tasas de extinción cuando el tamaño o densidad poblacional se encuentra debajo de cierto umbral (Allee, 1931; Wagenius et al., 2007; Cheptou et al. 2016). Esto concuerda con la teoría de biogeografía de islas ya que predice que la fragmentacióntiene el potencial de reducir la variación genética, por medio de la deriva génica, e incrementar la depresión por endogamia (MacArthur & Wilson, 1967; Richards, 2000). La reducción del tamaño efectivo de la población y la reducción de la adecuación debido a la deriva génica, depresión por endogamia y efectos Allee pueden propiciar que el tamaño poblacional siga decreciendo en un ciclo de 5 retroalimentación positiva conocido como vortex de extinción (Fagan & Holmes, 2005; Cheptou et al., 2016). Asimismo, las poblaciones pequeñas son más propensas a ser afectadas por eventos estocásticos como fenómenos ambientales, brotes epidémicos, incendios etc., o cambios en la tasa de nacimiento y mortalidad (Blomqvist et al., 2010) Sin embargo, se ha demostrado que la migración puede incrementar la viabilidad de poblaciones fragmentadas por medio de la entrada de migrantes a la población, produciendo un efecto de "rescate genético" que suele ser más marcado en demes pequeños (Richards, 2000; Ingvarsson, 2001; Tallmon et al., 2004). El efecto de rescate génico, al igual que lo propuesto por biogeografía de islas, dependerá del tamaño y distancia de la población fuente de migrantes (MacArthur & Wilson, 1967; Lopez et al., 2009). En síntesis, la migración puede impedir la divergencia adaptativa pero incrementar también el acervo génico (Tallmon et al. 2004), lo que permitiría a una metapoblación persistir debido al balance entre las extinciones de las poblaciones existentes y las colonizaciones de nuevas poblaciones (Ingvarsson, 2001). 2.4 Fragmentación y polinización Se estima que más del 80% de las plantas con flor dependen de animales para su polinización efectiva y reproducción sexual (Aizen et al., 2002; Ashworth et al. 2004), lo que sucede en la mayoría de los casos de las plantas tropicales (Murcia 1996). Es por esto que las plantas se vuelven más susceptibles a la fragmentación ya que su capacidad de movimiento o dispersión se ve comprometida debido a la limitante tanto de la planta como del polinizador (en su caso), o dispersor de semillas o frutos, de atravesar la matriz del paisaje. El disturbio del hábitat puede influir en la polinización modificando la densidad de plantas, el despliegue floral, y la abundancia, riqueza y comportamiento del polinizador (Murcia, 1996; Ashworth et al., 2004; Kolb, 2008). Asimismo, los cambios en la abundancia, distribución o salud de las plantas pueden influir en el éxito de polinización ya que limita la cantidad de plantas dentro de la distancia de polinización, lo que puede conllevar a un efecto Allee (Wagenius et 6 al., 2007; Hadley & Betts, 2011). De este modo, plantas en poblaciones fragmentadas pueden recibir menor cantidad de visitas florales, menor cantidades de polen o polen de menor calidad, conllevando a la limitación de polen y reducción en el éxito reproductivo, lo que reduce la viabilidad de las poblaciones e incrementa el riesgo de extinción local (Aizen et al., 2002; Kolb, 2008). La fragmentación llega a actuar como barrera ecológica cuando limita la movilidad de polinizadores y dispersores de plantas cuya polinización y dispersión se encuentra estrictamente mediada por interacciones con éstos (Rolstad, 1991; Aizen et al., 2002; Ashworth et al., 2004). Por ejemplo, se ha encontrado que la fragmentación puede traer consecuencias negativas en las poblaciones polinizadas por insectos ya que, debido a su poca capacidad de movimiento a través de la matriz, aumenta la autopolinización y altera la producción de semillas de manera negativa, por lo que son especialmente sensibles a la fragmentación (Cunningham, 2000; Ashworth et al., 2004). De manera alterna, las plantas polinizadas por colibríes no presentan los mismos efectos que aquellas polinizadas por insectos ya que los primeros presentan una alta movilidad en la matriz transformada (Borgella et al. 2002), por lo que la fragmentación tendrá un impacto menor sobre éstos que en especies incapaces de atravesar la matriz. Cabe agregar que no todos los visitantes florales son equivalentes en su efectividad como polinizadores ya que difieren en las distancias de vuelo y en la cantidad de polen que se adhiere a sus cuerpos (Murcia, 1996; Groom, 2001). La polinización especialista se define como las plantas polinizadas por una o pocas especies animales ecológicamente similares, mientras que la polinización generalista consta de plantas polinizadas por varias especies, normalmente de orígenes taxonómicos diversos (Aizen, et al. 2004). Es por esto que se espera que la polinización especialista sea más vulnerable que la generalista ya que la pérdida de un polinizador podría conllevar al fracaso reproductivo de la planta. Sin embargo, la extinción local de un polinizador puede ser compensada por el incremento en la visitación de otras especie; de modo que el efecto de la fragmentación puede verse atenuado ya que puede aumentar la entrecruza por efecto de polinizadores no especialistas, o 7 ilegítimos (Aisen & Feisinger, 1994). Pero esto no siempre es el caso, los polinizadores ilegítimos, también conllevan a consecuencias negativas en la polinización ya que la producción de semillas se puede ver limitada por la cantidad insuficiente de polen de coespecíficos, o si el polen ilegítimo bloquea la superficie estigmática (Bjorkman, 1995). De este modo, las especies de plantas pueden diferir en su vulnerabilidad a la fragmentación de hábitat de acuerdo a su dependencia y especialización del polinizador, así como al sistema de cruza que la planta presente (Oostermeijer et al. 1996; Aizen et al., 2002). Los diferentes sistemas de entrecruzamiento sexual limitan el contacto entre el polen y los óvulos de modo que determinan la disponibilidad de pareja, por lo que el sistema de cruza influye en la magnitud del efecto Allee y la depresión por endogamia (Aizen et al., 2002; Bessa-Gomes et al., 2004; Aguilar et al. 2006; Wagenius et al., 2007). Estos sistemas varían desde independencia en especies autocompatibles que producen semillas de manera autónoma, hasta la polinización cruzada obligada por autoincompatibilidad y dioicismo (Ashworth, et al., 2004). Por ejemplo, una planta autocompatible con autopolinización no se verá afectada en la magnitud que aquellas con polinización cruzada obligada, ya que la primera no depende de la disponibilidad de polinizadores ni de polen de coespecíficos para una reproducción sexual exitosa y para la permanencia a largo plazo de sus poblaciones (Aguilar et al., 2006). Sin embargo, a pesar de que muchas plantas autocompatibles producen descendencia por autogamia espontánea, éstas pueden presentar una reducción en la adecuación de la progenie debido a la endogamia y experimentar depresión por endogamia (Keller & Waller, 2002; Wagenius et al., 2007). En contraste, una planta autoincompatible requiere entrecruzamiento obligado para producir semillas, lo que aumenta el grado de heterocigosidad y potencialmente la adecuación de la descendencia (Aguilar et al., 2006; Islas- Luna, 1995). De este modo, en los casos en donde las parejas o los polinizadores sean limitados, los costos de la reducción de parejas disponibles debido a la autoincompatibilidad podrían sopesar los beneficios de evitar la depresión por endogamia, por lo que los individuos autocompatibles obtienen una ventaja adaptativa (Keller & Waller, 2002; Bessa-Gomes et al., 2004; 8 Wagenius et al., 2007; Aguilar et al., 2008). Es por esto que estudios realizados por Aguilar et al. (2008) sugieren que la fragmentación está impulsando cambios en los patrones de los sistemas de cruza hacia un incremento en la autocompatibilidad o en plantas facultativamente autónomas, es decir, plantas que pueden ser tanto autocompatibles como autoincompatibles en diferentes momentos. 2.5 Adaptaciónlocal y experimentos de trasplantes recíprocos Si el ambiente varía gradualmente, las poblaciones en los distintos parches podrán adaptarse a las condiciones locales a través de las generaciones (Gibson et al., 2016), siempre que haya variación genética en los rasgos que incrementan la adecuación, es decir, rasgos que tengan un efecto directo en la supervivencia o reproducción. Si esto ocurre así, los nuevos migrantes tendrán una adecuación menor que los locales y serán seleccionados en contra. A la ventaja en la adecuación de los organismos locales versus sus conspecíficos inmigrantes, se le denomina adaptación local. Aun en el modelo de aislamiento por distancia, donde las poblaciones distribuidas en grupos en el espacio tienen intercambio genético con las poblaciones contiguas (Hanski, 1998; Hedrick, 2005), se esperaría que en poblaciones fragmentadas solo predominasen las plantas adaptadas localmente. En este trabajo se definirá la adaptación local de acuerdo a Lopez et al. (2009), como la mayor adaptabilidad de genotipos locales en su sitio de origen en comparación con genotipos foráneos, de modo que los alelos afecten la adaptabilidad diferencialmente entre diferentes ambientes. Los experimentos de trasplantes recíprocos constituyen una metodología para poner a prueba la hipótesis de adaptación local. Poblaciones originales de dos localidades distintas son crecidas de manera intercambiada en ambas localidades para comparar sus adecuaciones promedio; se esperaría que cada población local supere en adecuación a la foránea (Kawecki & Ebert, 2004). Esto sigue la lógica de que entre mayor sea el tamaño poblacional se tendrá mayor variabilidad genética, por lo que se tendrá una probabilidad mayor de que existan genes que puedan proveer una ventaja adaptativa. 9 La teoría de genética cuantitativa predice que el potencial para responder a la selección, y por ende a adaptarse, decrece linealmente con el decreciente tamaño poblacional efectivo (Leimu & Fischer, 2008). De este modo, la adaptación local se encuentra restringida por la falta de variación genética, dispersión y flujo génico entre poblaciones y su potencial para responder a la selección (Leimu & Fischer, 2008; Ingvarsson, 2001). Así, el grado de adaptación local incrementa conforme aumenta la distancia entre poblaciones ya que la distancia llega a reducir flujo génico, propiciando la diferenciación genética entre poblaciones (Leimu & Fischer, 2008). Sin embargo, la variedad de respuestas que pueden tener las plantas ante los estímulos ambientales, o plasticidad fenotípica, es una característica que diferencia a las plantas, que son organismos modulares, de los organismos unitarios. Bradshaw (1965) definió la plasticidad fenotípica como “el grado con el que la expresión de un carácter individual del genotipo es alterado o modificado por diferentes ambientes. Por lo tanto, un genotipo es plástico cuando su expresión genotípica es susceptible de ser alterada por influencias ambientales”. De este modo, si un carácter genotípico no se encuentra bajo selección, la planta se puede adaptar por medio de plasticidad fenotípica, a lo que se conoce como plasticidad adaptativa. Debido a que el fenómeno adaptativo procede de forma gradual, es relevante conocer el número de generaciones que una población ha estado en los fragmentos. Las especies de larga vida, las especies con tiempos generacionales largos, tardarán más tiempo en presentar los efectos nocivos de la fragmentación, pero también de alcanzar la adaptación local (Leimu & Fischer, 2008). Por ello, es crítico estudiar los efectos de la fragmentación cuando las poblaciones han pasado ya varias generaciones y poder así conocer sus efectos sobre la adaptación local en las poblaciones. Para esto, se puede comparar medidas de adecuación en los diferentes sitios. Las medidas de vigor, como supervivencia y fecundidad, son caracteres que se encuentran directamente bajo selección natural en todos los demes o algún componente en la tasa de crecimiento poblacional (Primack & Kang, 1989; Reed & Frankham, 2003). Estos pueden ser componentes mayores de adecuación en las plantas como son: supervivencia, número de semillas, índices de 10 germinación, edad de la primera reproducción, viabilidad de las cápsulas, viabilidad de la producción de semillas; u otros como tamaño y número de hojas (Primack & Kang, 1989; Baldwin, 1998). Así, se puede hipotetizar que poblaciones grandes tendrán mayor adecuación que las poblaciones pequeñas ya que contienen mayor variabilidad genética y mutaciones benéficas, respondiendo mejor a la selección. Sin embargo, esto también podría tener otros efectos ya que en poblaciones pequeñas, la adaptación local podría atenuarse debido a los efectos de la depresión por endogamia o por el efecto de colonización. Si las poblaciones llegan a caer en cuellos de botella, la deriva génica podría resultar en la pérdida de genes ventajosos. Asimismo, si las plantas en los fragmentos actúan bajo el efecto de colonización, se pueden perder genes que confieran algún potencial adaptativo (Leimu & Fischer, 2008). 2.6. Antecedentes genéticos de la especie Hasta la fecha, solamente Suárez-Montes (datos no publicados) ha estudiado la estructura genética de A. aurantiaca en los fragmentos de selva de Los Tuxtlas. En el estudio de Suárez-Montes, se utilizaron once loci de microsatélites para evaluar el cambio demográfico, diversidad genética, estructura poblacional, flujo génico reciente y la conectividad entre doce poblaciones a lo largo del paisaje. El presente estudio toma lugar en cuatro de los doce sitios analizados por Suárez-Montes (datos no publicados). Los resultados indican que, a pesar de la considerable fragmentación del hábitat, A. aurantiaca presenta alta variación genética (He = 0.61), baja endogamia (FIS = 0.05), y baja diferenciación genética entre poblaciones (Rst = 0.03) (Tabla 1). La tasa más alta de migrantes y de migrantes de primera generación derivan principalmente de fragmentos medianos y grandes. De este modo, existe mayor flujo de migrantes de la selva continua y fragmentos medianos hacia los fragmentos pequeños. A pesar de que en dicho estudio se detectó dispersión genética a larga distancia, la mayoría está restringida dentro de las poblaciones. Incluso dentro del fragmento grande la mayoría de las poblaciones no están totalmente conectadas. 11 El estudio de Suárez-Montes también indica que las fluctuaciones demográficas pasadas pudieron haber afectado la estructura génica de la presente población. El análisis de coalescencia Bayesiana que llevó a cabo reveló una expansión pasada de la población que posiblemente ocurrió a temperaturas más cálidas después del último glacial máximo. A. aurantiaca tiene un sistema de apareamiento mixto (tm = 0.8), y la fragmentación del hábitat no afectó la tasa de entrecruza y de dinámica de polen. Las tasas de entrecruzamiento son altas para la especie (Charlesworth & Willis, 2009) y no cambia entre los hábitats. Dentro de la población estudiada, la estructura del acervo genético de polen fue alta debido a los pocos donadores de polen efectivos y el movimiento de polen a baja distancia, sugiriendo que la mayoría de las plantas reciben polen de vecinos cercanos. De este modo, Suárez-Montes concluye que los efectos genéticos negativos de la fragmentación se ven mitigados en la población de A. aurantiaca debido a su historia demográfica particular, sus poblaciones relativamente grandes, características de su historia de vida, y algunos eventos de dispersión a larga distancia. Tabla 1. Valores de número de alelos (A) heterocigosidad esperada (He), heterocigosidad observada (Ho) y coeficiente de endogamia (Fis) en cada sitio del estudio, (Pilar Suárez-Montes, datos no publicados). PoblaciónA He Ho Fis(C. I) Fragmento 2 5.72 ± 2.10 0.66(0.13) 0.66 ± 0.12 0.134(0.034, 0.201) Fragmento 1 6.63 ± 2.94 0.64(0.16) 0.64 ± 0.13 0.217(0.094, 0.312) Continuo 1 6.27 ± 2.32 0.59(0.12) 0.59 ± 0.12 0.047(-0.032, 0.101) Continuo 2 6.27 ± 2.86 0.64(0.16) 0.64 ± 0.16 0.068(-0.031, 0.138) La fragmentación del hábitat representa una de las amenazas más importantes para la biodiversidad tanto a nivel mundial como en México (Martínez-Ramos et al., 2016), sin embargo, no siempre se contempla el impacto que esto puede tener en la escala genética. Es por esto que en el presente estudio se realizó 12 un experimento que pudiera evaluar el impacto de la fragmentación dentro y entre demes. III. HIPÓTESIS Y OBJETIVOS 3.1. Hipótesis Dado que la fragmentación puede afectar las dinámicas de dispersión y polinización, se espera que las poblaciones de Aphelandra aurantiaca que habitan en los fragmentos se encuentren aisladas genéticamente de las poblaciones del continuo de selva. Asimismo, dado que los fragmentos no presentan las mismas condiciones ambientales que el continuo de selva suponemos que: 1. Las poblaciones de A. aurantiaca podrían estar adaptadas localmente debido a que la fragmentación reduce el tamaño poblacional, el flujo génico, la variabilidad genética e incrementa los efectos de la deriva génica. 2. A mayor tamaño poblacional, se tendrá mayor variabilidad genética y por ende, mayor posibilidad de adaptación local. 3.2. Predicciones 1. La población local presentará medidas de vigor más pronunciadas en su sitio de origen que las plantas foráneas. 2. Las poblaciones del sitio continuo presentarán medidas de vigor más pronunciadas que aquellas en los fragmentos. 3.3. Objetivo 13 Evaluar el impacto de la fragmentación en la adaptación local de las poblaciones de A. aurantiaca que habitan en los fragmentos de selva y en el continuo de selva, a través de un experimento de trasplantes recíprocos. 3.4. Objetivos particulares 1. Analizar el vigor de A. aurantiaca en selva continua y fragmentos a través de la evaluación de supervivencia, área foliar, número de hojas producido, altura, porcentaje de área foliar dañada, tamaño de inflorescencia, porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias, número de flores y número de frutos. 2. Determinar la importancia de la adaptación local a través de la interacción entre el sitio de origen y el sitio de trasplante en las diferentes medidas de vigor. IV. MÉTODO 4.1 Sitio de Estudio La Eco-región de Los Tuxtlas, Veracruz, se encuentra entre 18° 05’ y 18° 45’ de latitud norte y 94° 35’ y 95° 30’ de longitud oeste, en la planicie costera del Golfo de México, al sur del Estado de Veracruz (Guevara et al., 1995). Es una región con gran diversidad de ecosistemas ya que se encuentra cerca del límite norte de la región tropical. Es considerada la frontera boreal de la selva húmeda americana ya que su flora se relaciona con la flora de Centroamérica y Sudamérica debido a los regímenes de precipitación y temperatura (Castillo- Campos & Laborde, 2004). La sierra tiene un amplio gradiente altitudinal, que va desde el nivel del mar hasta 1,680 m de altitud en los volcanes San Martín Tuxtla y Santa Marta, lo que permite el establecimiento de diferentes ecosistemas como selva alta perennifolia, manglar, vegetación riparia y de esteros, selva mediana subcaducifolia, sabana, bosque caducifolio, encinares, pinar y vegetación costera (Sousa, 1968). 14 Este trabajo se llevó a cabo tanto en la Estación Biológica Tropical Los Tuxtlas (EBTLT), Veracruz, como en fragmentos aislados de vegetación de la zona. La EBTLT se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas (Fig.1), la cual comprende 155,122.46 hectáreas, y una zona buffer de 5 km alrededor de la poligonal que delimita la zona de amortiguamiento de la reserva, lo que constituye el 80% de la superficie total de la reserva. Se encuentra constituida por dos macizos volcánicos: el macizo sureste, conocido como Sierra de Santa Marta y, el macizo noroeste conocido como Sierra de Los Tuxtlas. De este modo, la zona núcleo se constituye por tres zonas: San Martín Tuxtla, Santa Marta y San Martín Pajapan; siendo la de Santa Marta la más extensa (CONANP, 2011). Figura 1. - Zonificación de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. Tomado y modificado de CONANP, 2006. 15 Los Tuxtlas es uno de los últimos reductos de la selva húmeda de la costa del Golfo de México, donde todavía quedan poblaciones de más de 400 especies de árboles (Guevara et al., 1995). La Reserva alberga 68 especies de plantas que se encuentran amenazadas, sujetas a protección especial o en peligro de extinción. Además se presentan 26 de las 41 especies arbóreas exclusivas de las selvas húmedas de la vertiente del Golfo y del Caribe (CONANP, 2006). Sin embargo, el paisaje está formado por fragmentos de selva alta perennifolia, rodeados por “acahual”, diversos cultivos y por potreros (Guevara et al., 1995). En la actualidad, la superficie forestal en el territorio de la Reserva es de aproximadamente el 38% de la cobertura original, mientras que el 62% de las tierras se dedican a la agricultura y la ganadería (CONANP, 2006). Entre 2007 y 2011, se perdieron en la Zona de Los Tuxtlas 928 ha de cubierta forestal, y se reportaron índices de deforestación del 0.32% anual, lo que indica una pérdida de vegetación de 232 ha por año (CONANP, 2011). Esto se deriva de una larga trayectoria de cambio de uso de suelo ya que se estima que para 1990, entre el 80-90% de la cobertura original de selva ya había sido deforestada (Dirzo y García 1992; Galindo-González, 2007). La cobertura forestal de la reserva se redujo de 46.38% en 2007 a 45.79% en 2011 (70,996 Ha), en tanto que los pastizales, cultivos, asentamientos humanos y suelos sin vegetación sumaron 82,145 ha, que equivalen al 53% del territorio decretado como Reserva. Se estima que actualmente, en la reserva se conservan 45,621 hectáreas de vegetación primaria, principalmente de bosque tropical perennifolio, bosque mesófilo de montaña, manglar, vegetación de zonas inundables y costera (29.4% de la superficie de la reserva). La vegetación perturbada y la vegetación secundaria suman 25,375 ha, que equivalen al 16.36% de la superficie de la ANP (CONANP, 2011). De este modo, la reserva constituye un espacio que se ha visto críticamente amenazado por la deforestación y la fragmentación como consecuencia del cambio de uso de suelo. 4.2. Biología de la especie 16 De los 200 géneros de la familia Acanthaceae, 160 se encuentran confinados a las selvas húmedas. Se caracterizan por su tipo de fruto ya que presenta cuatro semillas naciendo en el retináculo con cápsula de dehiscencia explosiva. (Montero, 2016). Son plantas herbáceas o semileñosas, con hojas opuestas, pecioladas enteras y con líneas de cistolitos (Islas-Luna, 1995). A pesar de que las flores presentan características morfológicas y fenológicas que reducen la autofecundación, se ha documentado que las especies herbáceas de Acanthaceae carecen de barreras genéticas que eviten la autopolinización (McDade, 1985). Dentro de esta familia, el género Aphelandra es un género neotropical con alrededor de 170 especies de hierbas, arbustos, y pequeños árboles. Se reconoce por la carencia de cistolitos y por poseer cuatro anteras monoteca, corolas bilabiadas, y granos de polen elongados y tricolpados. Tiene una distribución desde el norte de Argentina y Bolivia hasta el norte de México, con dos tercios del taxón confinados a Sudamérica y 30-40 especies en Centroamérica y México (McDade, 1984). Entre otras características, se ha encontrado que el género Aphelandra presenta actividad antibacteriana y antimicótica contra Escherichiacoli, Pseudomonas areuginosa, Staphylococus aureus y Candida albicans (Awan et al., 2014). A.aurantiaca es una especie herbácea distribuida ampliamente en el sotobosque de la selva alta de los Tuxtlas, en las diferentes fases del mosaico de regeneración natural (Islas-Luna, 1995; Suárez-Montes et al., 2016). De acuerdo a Calvo-Irabien (1989), se encuentra entre las primeras cinco especies dominantes de los diferentes parches de regeneración. La especie se distribuye desde el sureste mexicano hasta Bolivia, cubriendo un rango altitudinal de 150 a 1,300 m s.n.m., aunque preferentemente se encuentra alrededor de esta última. Llega a alcanzar 70 cm de estatura, presenta hojas ovaladas de color verde oscuro con o sin venación de color blanco, y flores amarillo-anaranjadas (Fig.2) (Toledo, 1975). 17 Figura 2. Individuo sexualmente maduro de Aphelandra aurantiaca, donde se pueden observar flores e inflorescencia. Es una planta herbácea algo leñosa, con hojas simples, opuestas decusadas, de consistencia coriácea glabrosa en ambos lados. Presenta flores tubulares bracteadas, hermafroditas y proterogíneas, con néctar dispuesto en inflorescencias terminales con 1 a 4 flores que maduran al mismo tiempo. El fruto es una cápsula ovoide o cilíndrica, con dispersión por balística, con semillas algo aplanadas, café obscuro, casi circulares en el borde, usualmente papilosas, arrugadas, de entre 2 y 4.5 cm de diámetro (Calvo-Irabien, 1989). Evita la autogamia por medio de la protrusión del estilo con su estigma terminal 2-10mm debajo de las anteras (dehiscentes), sin embargo puede ser autocompatible. Las inflorescencias de tipo espiga son grandes y vistosas, al igual que sus brácteas y bractéolas, por lo que presentan síndrome de polinización ornitófila (principalmente por colibríes), al igual que se ha registrado entomofilia (por mariposas y hormigas) (Toledo, 1975). Asimismo, A. aurantiaca es polinizada principalmente por el colibrí ermitaño Phaetornis longirostris (Toledo, 1975; Islas-Luna, 1995), entre otras especies de insectos (observación personal). De acuerdo a Calvo-Irabien (1989), A. aurantiaca es una especie tolerante a la sombra, lo que significa que forma bancos de plántulas que se 18 mantienen en un estado de letargo bajo el dosel cerrado de la selva. La apertura de claros estimula el crecimiento de las plántulas, pero es necesario que se formen varios claros antes de que lleguen al estado reproductivo. La heterogeneidad florística es mayor en los claros que en los sitios maduros. Lo que parece sugerir que pocas especies son capaces de tolerar las condiciones de penumbra de las fases maduras; A. aurantiaca es una de éstas. No obstante, desaparecen si se encuentran bajo un dosel cerrado por mucho tiempo. De acuerdo a Calvo-Irabien (1989) A. aurantiaca se encuentra en ambientes altamente heterogéneos y presenta un patrón de distribución agregado para individuos mayores a 50 cm. La estructura de tamaños varía dependiendo de la edad sucesional del sitio. Los claros representan sitios donde el riesgo de muerte es mayor, sobre todo para el estadio de plántula (Calvo-Irabien & Islas-Luna, 1999). La floración de A. aurantiaca se presenta entre septiembre y febrero, con su máximo en diciembre. Los frutos tardan un mes en madurar, de modo que la fructificación puede comenzar de diciembre a marzo, la dispersión entre marzo y mayo, y la germinación entre junio y agosto (Calvo-Irabien, 1989; Calvo- Irabien & Islas-Luna, 1999). Las semillas presentan su pico de germinación en los meses de junio y julio. La producción de hojas es muy heterogénea dependiendo del estado sucesional en el que se encuentre el individuo, pero en general se presentan dos picos de producción de hojas: uno en agosto y otro en abril, el primero coincide con la época de lluvias y el segundo con el punto máximo de dispersión de las semillas, es decir, una vez que ha pasado la época reproductiva (Calvo-Irabien, 1989). 4.3. Trasplantes recíprocos Para determinar si las poblaciones de A. aurantiaca se encuentran adaptadas localmente se continuó el experimento de trasplantes recíprocos iniciado en 2012 por Suárez-Montes et al. (datos no publicados) para comparar la adaptación de la especie bajo estudio en sitios locales vs. foráneos después de tres años. Este censo es importante para dar seguimiento a una especie perenne a lo largo de su vida y registrar datos reproductivos. Es de gran 19 relevancia para entender la adaptación ya que con este censo se puede contrastar la etapa de plántulas y adultas. 4.3.1. Diseño experimental Los experimentos de trasplantes recíprocos permiten detectar interacciones entre genotipos (o poblaciones) y el ambiente bajo el supuesto de que la adaptación por selección a un ambiente impide a una población ocupar otro ambiente donde su adaptabilidad es deficiente (Shcluter, 2000). El experimento de trasplantes recíprocos se realizó en 2012 (Suárez-Montes, datos no publicados), se intercambiaron genotipos entre cuatro poblaciones: dos dentro de las selva continua: Continuo1 (100 m s.n.m.) y Continuo2 (318 m s.n.m.) –que en conjunto forman 640 ha–, y dos poblaciones fragmentadas de menor área, y Fragmento1 (538 m s.n.m.) de 18 ha y Fragmento2 (108 m s.n.m.) de 8 ha. como se indica en la Figura 2. Los fragmentos se encuentran separados entre sí por las distancias indicadas en la Tabla 2. Asimismo, las distancias de los fragmentos a la reserva (continuo de selva) son de 1.96 km para Fragmento1 y 7.89 km para Fragmento2. 20 Figura 3. Mapa de la ubicación satelital de los puntos de muestreo dentro de la ecorregión de Los Tuxtlas, Veracruz. Los puntos Continuo1 y Continuo2 se encuentran localizados dentro de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas mientras que los puntos Fragmento1 y Fragmento2 dentro de fragmentos rodeados por parcelas donde se ejerce la ganadería o la agricultura. Imagen tomada de GoogleEarth. Tabla 2. Distancia geográfica entre poblaciones (km). Pob Fragmento2 Fragmento1 Continuo2 Continuo1 Fragmento2 0 Fragmento1 5.95 0 Continuo2 6.44 4.81 0 Continuo1 11.3 7.12 2.47 0 4.3.2. Descripción de experimento de trasplantes recíprocos (2012) Se colectaron semillas en cada población con el objeto de obtener al menos 10 familias maternas con su progenie (aproximadamente 30 medios hermanos). En las poblaciones de selva continua se obtuvieron semillas de 72 y 92 individuos respectivamente. En el caso de los fragmentos se colectaron semillas de 74 y 26 individuos. Posteriormente, las semillas fueron germinadas en el invernadero de la Estación “Los Tuxtlas” (a partir del mes de marzo hasta el mes de agosto de 2012), donde no se controlaron ni se registraron las condiciones ambientales. El experimento de trasplantes recíprocos se realizó en el mes de noviembre de 2012 y se trasplantaron 82 familias y un total de 1,577 plántulas (Tabla 3). Durante los primeros tres años del experimento se registraron la supervivencia, el área foliar, número de hojas producido, altura y porcentaje de área foliar dañada como medidas de vigor y, por lo tanto, como variables de respuesta en cada sitio. 21 En el último censo (noviembre de 2015), los individuos alcanzaron la madurez sexual por lo que fue posible agregar como medidas de vigor el tamaño de inflorescencia, porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias, número de flores y número de frutos. En éste trabajo se analizaron únicamente los datos del último censo (noviembre 2015), de modo que se complementa la investigación de Suárez-Montes (en preparación). Tabla 3. Características iniciales promedio de las poblaciones trasplantadas en selva continua (C) y en fragmentos (F). Asimismo, se indica el número total de familias trasplantadas por sitio. Población Núm.de familias Longitud hojas (cm) ( ± e.e.) Núm. hojas ( ± e.e.) Fragmento1 24 2.84 ± 0.05 5.62 ± 0.07 Fragmento2 15 2.85 ± 0.05 5.13 ± 0.08 Continuo1 24 2.52 ± 0.05 5.09 ± 0.06 Continuo2 19 2.89 ± 0.05 5.57 ± 0.07 Total 82 Para contar con un diseño experimental estadísticamente robusto se siguió un diseño de bloques al azar en cada población. Se establecieron cinco bloques (1m x 4m) en cada uno de los sitios de estudio para controlar la heterogeneidad espacial interna. En cada bloque se repartieron genotipos de manera aleatoria, el número máximo de hermanos maternos en cada población es seis y el mínimo es de dos. 22 Figura 4. Diagrama del experimento de trasplantes recíprocos establecido por P. Suárez-Montes en 2012 (Datos no publicados). Se muestran las cuatro poblaciones en colores distintos de manera vertical en donde se indica con flechas los trasplantes que se dieron entre poblaciones. Del lado derecho se indican los cinco bloques de cada sitio en donde se trasplantaron individuos de cada uno de los sitios. Únicamente en el primer año, se colocaron dos sensores ambientales (HOBO) para caracterizar las condiciones micro ambientales de cada población, registrando temperatura, humedad relativa, punto de rocío e intensidad lumínica; y se consideraron iguales para los años restantes. 4.3.3. Censo 2015, medición de medidas de vigor y caracteres reproductivos 23 En el mes de noviembre del 2015 se midió la supervivencia y el vigor (altura, número de hojas, área foliar, tamaño de inflorescencia, porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias, número de flores y número de frutos) de las plantas de A. aurantiaca en cada uno de los bloques establecidos por Suárez- Montes en 2012. El área foliar se midió a lo largo y ancho de las hojas de cada individuo (Area= Largo x Ancho), con lo cual se obtuvo el área foliar total empleando una regresión previamente obtenida en el laboratorio (áreai = a+b1xj+b2x12). La regresión indica que el largo y el ancho de las hojas están altamente correlacionadas (r2 =0.99, F = 19013, P < 0.001). Para calcular el porcentaje de área foliar dañada por planta, se estimó visualmente el área total de la planta y el área perdida de cada hoja debido a la depredación, asignando un valor porcentual de daño a cada hoja. Aunado a esto, se realizaron análisis estadísticos a nivel de hábitat para rechazar que las condiciones ambientales hayan influenciado en las medidas de vigor. En el último censo se registró la cobertura del dosel de cada sitio por medio de fotografías hemisféricas en cada uno de los bloques, orientando la cámara siempre hacia el norte y nivelándola a 180° con respecto al horizonte. Se utilizó una cámara NIKON E4500 de 4.0 Mega Pixeles y con un lente convertidor de "ojo de pescado" marca NIKON de 0.21X. 4.4. Análisis estadísticos El análisis de las interacciones genotipo por ambiente en un análisis de varianza son necesarios para determinar la existencia o no de adaptación local o la existencia de normas de reacción adaptativas (i.e., con un valor de adecuación promedio superior entre sitios). Los datos fueron analizados a través de regresiones nominales logísticas, modelos lineales generalizados y análisis de varianza. Los modelos incluyeron las siguientes fuentes de variación: sitio (sitio de trasplante), origen (sitio de origen), familia (genotipo), bloque (fijo), y la interacción origen por sitio. 24 En los análisis estadísticos realizados para número de flores, número de frutos, número de hojas, área foliar, altura y daño se excluyeron los datos del Continuo1 ya que representaron un sesgo en el muestreo debido a que para el censo de 2015 únicamente sobrevivieron cinco individuos, lo que no permitió que los datos alcanzaran una distribución normal necesaria para la estadística paramétrica. Por esta misma razón, las variables previamente mencionadas fueron analizadas mediante Modelos Lineales Generalizados ya que no presentaron una distribución normal. Aunado a esto, dependiendo el tipo de variable, los datos que no presentaron una distribución normal se transformaron por medio de log10 o arcoseno. El número de hojas y el área foliar se transformaron por medio de log10 ya que esta transformación reduce los valores extremos y distribuye los valores de los datos pequeños. Asimismo, el porcentaje de daño foliar fue transformado por medio de arcoseno ya que, dado que esta variable corresponde a un porcentaje, el resultado se obtiene en radianes y se asemeja a una distribución normal. El porcentaje de cobertura del dosel fue calculado utilizando el programa IMAGEJ. Todos los análisis estadísticos se realizaron en el programa JMP10 y las gráficas se realizaron en el programa GraphPadPrism. 4.4.1 Prueba de ANOVA de dos factores Para analizar tanto el efecto del sitio de origen como del sitio de trasplante en las diferentes medidas de vigor, se realizaron pruebas de ANOVA de dos factores ya que permite analizar el efecto de cada factor (sitio de origen y sitio de trasplante) de manera independiente así como el efecto de la interacción de éstos sobre cada variable. De este modo, el sitio de origen y el sitio de trasplante corresponden a los dos factores o variables explicativas, mientras que las medidas de vigor reaccionan a éstos como variables de respuesta, ya que se hipotetiza que el vigor de las plantas depende de la interacción entre el sitio de origen y de trasplante. 25 Para determinar la presencia de adaptación local, se requirió probar el efecto de la interacción de los factores sitio de origen y sitio de trasplante de manera conjunta sobre cada variable de respuesta (medidas de vigor), por lo que se utilizaron pruebas de efecto. La prueba de efecto prueba la hipótesis nula que para todos los parámetros asociados con dicho efecto, la repercusión es igual a cero (Ritchey, 2008). Así, se analizaron como variables explicativas el sitio de origen y el sitio de trasplante, y se evaluó su efecto en cada medido de vigor, o variables de respuesta, tanto de manera individual como en conjunto. Sin embargo, para analizar una serie de datos por medio de una prueba de ANOVA, se deben cumplir con ciertos supuestos: La variable dependiente debe medirse al menos a nivel de intervalo. Independencia de las observaciones. La distribución de los residuos debe ser normal. Homogeneidad de varianzas. (Wonnacott & Wonnacott, 1998). En el caso de que los datos no cumplan estos supuestos, los datos deberán ser analizados por medio de pruebas estadísticas no paramétricas. 4.4.2 Prueba de Tukey-Kramer HSD Una vez establecidas diferencias significativas entre medias en las diferentes medidas de vigor (variables explicativas), se identificó qué pares de medias difieren entre sí. La prueba de Tukey-Kramer HSD (Diferencia Honestamente Significativa por sus siglas en inglés) permite comparar cada par de condiciones para verificar si su diferencia es estadísticamente significativa (Hinton, 1995). 4.4.3 Modelos Lineales Generalizados (GLMs) Para los casos en donde las medidas de vigor, o variables de respuesta, no presentaron una distribución normal u homogeneidad de varianzas, se 26 analizaron por medio de Modelos Lineales Generalizados (GLMs). Esta prueba estadística es una extensión del modelo lineal general que permite la especificación de modelos cuya variable de respuesta no corresponde a determinada distribución. Para esto, los GLMs constan de tres componentes (Hutcheson & Sofroniou, 1999): El componente aleatorio, que es la distribución probable que subyace la variable de respuesta. De este modo, los componentes aleatorios de este experimento corresponden a las diferentes medidas de vigor analizadasen las variables continuas. El componente sistemático, que es la estructura fija de las variables explicativas, usualmente caracterizadas por funciones lineales. En este caso, éste corresponde a los factores sitio de origen y sitio de trasplante para cada variable. La función de ligamiento une el componente sistemático al componente aleatorio. Ésta función puede ser de identidad cuando los componentes aleatorios presentan o no una distribución normal. En este experimento, las funciones conectoras correspondieron a distribuciones normales para cada variable de respuesta. 4.4.4. Regresión logística Las medidas de vigor que presentaron variables de respuesta binarias que se pueden traducir a 0 ó 1, como es el caso de la supervivencia y la producción de inflorescencias, se analizaron por medio de regresiones logísticas. En el caso de analizar un fenómeno binario discreto, la media siempre corresponderá a un valor entre 0 y 1 y no presentará varianza, por lo que no podrá describir diferencias significativas entre variables utilizando una prueba de ANOVA. Es por esto que, para establecer diferencias en una variable dicotómica, se debe analizar por medio de la proporción de casos con un valor de 1 y 0, de modo que se obtiene una proporción promedio para cada variable de respuesta. Así, las variables explicativas continuaron siendo el sitio de origen y el sitio de trasplante, y las variables de respuesta la supervivencia y la producción de inflorescencias. 27 V. RESULTADOS Cabe remarcar que, a excepción de las variables ambientales, esta sección trata únicamente con los datos del último censo (noviembre 2015). 5.1. Antecedentes de Resultados En el primer censo (noviembre 2012), todas las variables ambientales difirieron entre sitios. Los sitios muestreados difirieron en cuanto a las características ambientales dependiendo del sitio y de la variable muestreada (Fig. 4). El sitio Continuo1 presentó los valores más altos de humedad relativa, así como la varianza más grande con respecto a los otros sitios (Fig. 5, panel B). De mismo modo, presentó los valores más altos de punto de rocío, mientras que los más bajos los presentó Continuo2 (Fig. 5, panel C). Finalmente, la intensidad lumínica fue significativamente mayor en el Fragmento1, mientras que el Continuo2 presentó los valores más bajos (Fig. 5, panel D). T e m p e r a tu r a ° C C o n t 1 C o n t 2 F ra g 1 F ra g 2 0 5 1 0 1 5 2 0 2 5 F = 2 7 7 .5 , G .L .= 3 , P < 0 .0 0 0 1 H u m e d a d re la t iv a H u m e d a d ( g m /M 3 ) C o n t 1 C o n t 2 F ra g 1 F ra g 2 0 2 4 6 8 F = 2 5 5 .9 2 9 , G L = 3 , P < 0 .0 0 0 1 P u n to d e r o c ío ° C C o n t 1 C o n t 2 F ra g 1 F ra g 2 0 2 4 6 8 F = 2 6 6 .2 7 , G L = 3 , P < 0 .0 0 0 1 In te n s id a d lu m ín ic a lu m /m 2 C o n t 1 C o n t 2 F ra g 1 F ra g 2 0 .0 0 .2 0 .4 0 .6 0 .8 F = 1 5 5 .6 3 , G L = 3 ,P < 0 .0 0 0 1 28 Figura 5 Panel A, B, C, D de izquierda a derecha y de arriba abajo, correspondientemente. Características ambientales de cada sitio en el primer censo (noviembre 2012). 5.2. Censo 2015 5.2.1. Porcentaje de cobertura del dosel En el censo llevado a cabo en noviembre 2015, el porcentaje de cobertura del dosel de Continuo1 difirió del resto presentando resultados significativamente menores (P < 0.001). La comparación de pares utilizando el método de Tukey-Kramer HSD indica diferencias significativas entre los sitios: Contiuo1-Contiuo2 y Fragmento2-Continuo1 (Fig. 6). P o r c e n ta je d e c o b e r tu r a d e l d o s e l C o n t 1 C o n t 2 F r a g 1 F r a g 2 0 5 1 0 1 5 F = 1 0 .0 9 , G L = 3 , P < 0 .0 0 0 8 Figura 6. Porcentaje de cobertura del dosel en los diferentes sitios (F = 10.09, GL = 17, P < 0.0008). De acuerdo a la prueba de Tukey-Kramer HSD, el sitio de Continuo1 difiere significativamente tanto de Continuo2 como de Fragmento2 (P < 0.001 y P < 0.004 respectivamente). Las barras de error indican la desviación estándar respectiva a cada variable en todas las gráficas. 5.2.2. Trasplantes recíprocos: supervivencia. 29 Independientemente del sitio de trasplante, las plantas que más sobrevivieron fueron aquellas originadas en el Continuo2 (36%) y Continuo1 (35%) (Fig. 7), mientras que las provenientes de Fragmento2 (26%) y Fragmento1 (28%) presentaron los porcentajes más bajos. Estas diferencias resultan estadísticamente significativas al analizarlas por medio de una regresión logística (Xi2 = 12.85, GL = 3, P < 0.005). P o r c e n ta je d e s u p e r v iv e n c ia C o n t1 C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 0 1 0 2 0 3 0 4 0 X i 2= 1 2 .8 6 , G L = 3 , P < 0 .0 0 5 Figura 7. Porcentaje de supervivencia en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca de acuerdo al sitio de origen después de tres años de trasplante. De manera contraria, independientemente del sitio de origen, las plantas que más sobrevivieron fueron aquellas trasplantadas en Fragmento1 (50%) y Fragmento2 (39%), mientras que aquellas trasplantadas en Continuo1 (2%) y Continuo2 (33%) presentaron la supervivencia más baja (Fig. 8). Estas diferencias resultan estadísticamente significativas al analizarlas por medio de una regresión logística (Xi2 = 107.90, P < 0.001 GL = 1). 30 P o r c e n ta je d e s u p e r v iv e n c ia C o n t1 C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 0 2 0 4 0 6 0 X i 2= 2 5 6 .5 2 ,G L = 3 , P < 0 .0 0 0 1 Figura 8. Porcentaje de supervivencia en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca de acuerdo al sitio de trasplante después de tres años de trasplante. Al evaluar de acuerdo al tipo de hábitat –es decir, agrupar las poblaciones del continuo y de los fragmentos–, las plantas provenientes del continuo de selva presentaron mayor porcentaje de supervivencia (20.09%) que a aquellas provenientes de los fragmentos (12.23%) independientemente del sitio de trasplante (Fig. 9). Estas diferencias resultan estadísticamente significativas al realizar una regresión logística (P < 0.0005, Xi2 = 12.27, GL = 1). P o r c e n ta je d e s u p e r v iv e n c ia C o n tin u o F ra g m e n to 0 1 0 2 0 3 0 4 0 X i 2= 1 2 .2 7 , G .L .= 1 , P < 0 .0 0 1 31 Figura 9. Porcentaje de supervivencia de A. aurantiaca de acuerdo al tipo de hábitat de origen después de tres años de trasplante. Asimismo, independientemente del tipo de hábitat de origen, las plantas que presentaron mayores índices de supervivencia fueron aquellas trasplantadas en los fragmentos (22.6%) con respecto a aquellas trasplantadas en el continuo (9.72%) (Fig. 10). Estas diferencias resultan estadísticamente significativas al realizar una regresión logística (P < 0.0001, Xi2 = 107.90, GL = 1). P o r c e n ta je d e s u p e r v iv e n c ia C o n tin u o F ra g m e n to 0 1 0 2 0 3 0 4 0 5 0 X i 2= 1 0 7 .9 , G .L .= 1 , P < 0 .0 0 1 Figura 10. Porcentaje de supervivencia de A. aurantiaca de acuerdo al tipo de hábitat de trasplante después de tres años de trasplante. Al analizar los índices de supervivencia por medio de una regresión logística, considerando tanto el sitio de origen como el de trasplante, se obtuvieron diferencias significativas entre los sitios (Xi2 = 282.62, GL = 15, P < 0.0001). Se puede observar que la supervivencia de las plantas trasplantadas en Continuo1 fue menor que el resto independientemente del sitio de origen. La supervivencia más alta se encontró en aquellas plantas trasplantadas en el Fragmento1. La supervivencia de plantas locales fue mayor que las foráneas en los casos de Continuo1 y Continuo2 (Fig. 11). 32 Las plántulas locales de Continuo1 y Continuo2 presentaron los valores más altos de adecuación con respecto alas foráneas; sin embargo, no lo fueron en los casos de Fragmento1 y Fragmento2. Asimismo, la prueba de efecto indicó que el efecto tanto de la población de origen, como de la población de trasplante, son estadísticamente significativos (P = 0.031; P < 0.0001, respectivamente), sin embargo no lo es la interacción (P = 0.239). En este análisis se incluyeron los datos de las cinco plántulas sobrevivientes trasplantadas en el Continuo1. De éstas, dos son originarias del Continuo1, dos del Continuo2 y una del Fragmento2; de modo que 80% de las plántulas sobrevivientes en este sitio provienen del continuo de selva. C o n t1 C o n t2 F r a g 1 F ra g 2 S u p e r v iv e n c ia C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 5 1 0 1 5 X i 2= 2 8 2 .6 2 , G L = 1 5 . P < 0 .0 0 0 1 L o c a l Figura 11. Supervivencia en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. Las poblaciones locales se indican con un patrón moteado mientras que los colores lisos indican las poblaciones foráneas. Asimismo, los diferentes sitios de trasplante se indican con los colores: verde obscuro- Continuo1; verde azulado- Continuo2; ocre- Fragmento1; verde claro- Fragmento2. Esta categorización por colores será la misma en todas las gráficas. Las barras de error indican la desviación estándar respectiva a cada variable en todas las gráficas. 5.2.3.1. Caracteres reproductivos: producción de inflorescencias 33 Al analizar el porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias de acuerdo al sitio de origen, se puede observar que la mayor cantidad de plantas que produjeron inflorescencias fueron aquellas provenientes tanto de Continuo2 (7%) como de Fragmento1 (7%), mientras que la menor cantidad en las plantas provenientes de Continuo1 (5%) y de Fragmento2 (4%) (Fig. 12). No obstante, esta diferencia no fue estadísticamente significativa al realizar una regresión logística (Xi2 = 5.34, GL = 3, P = 0.1483). P o r c e n ta je d e p la n ta s q u e p r o d u je r o n i n fl o r e s c e n c ia C o n t 1 C o n t 2 F r a g 1 F r a g 2 0 2 4 6 8 X i 2= 5 .3 4 , G L = 3 , P = 0 .1 4 8 3 Figura 12. Porcentaje de individuos de A. aurantiaca que presentaron inflorescencia después de tres años de trasplante, de acuerdo al sitio de origen. Al analizar el porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias de acuerdo al sitio de trasplante, se puede observar que la mayor cantidad de plantas que produjeron inflorescencias fueron aquellas trasplantadas tanto en Continuo2 (17%) como en Fragmento1 (5%), mientras que la menor cantidad en las plantas trasplantadas en Continuo1 (0.01%) y en Fragmento2 (3%) (Fig. 13). Esta diferencia fue estadísticamente significativa al realizar una regresión logística (P < 0.0001, Xi2 = 256.51, GL = 3). 34 P o r c e n ta je d e p la n ta s q u e p r o d u je r o n i n fl o r e s c e n c ia C o n t 1 C o n t 2 F r a g 1 F r a g 2 0 5 1 0 1 5 2 0 X i 2= 2 5 6 .5 2 , G L = 3 , P < 0 .0 0 0 1 Figura 13. Porcentaje de individuos de A. aurantiaca que presentaron inflorescencia después de tres años de trasplante, de acuerdo al sitio de trasplante. Al analizar el porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias de acuerdo al tipo de hábitat de origen, se puede observar que la mayor cantidad de plantas que produjeron inflorescencias fueron aquellas provenientes del continuo (57.89%), mientras que la menor cantidad en las plantas provenientes de los fragmentos (41.05%) (Fig. 14). Sin embargo, esta diferencia no fue estadísticamente significativa al realizar una regresión logística (P = 0.4737, Xi2 = 0.51, GL = 1). P o r c e n ta je d e p la n ta s q u e p r o d u je r o n i n fl o r e s c e n c ia C o n tin u o F r a g m e n to 0 2 0 4 0 6 0 8 0 X i 2= 0 .5 1 , G L = 1 , P = 0 .4 7 3 7 35 Figura 14. Porcentaje de individuos de A. aurantiaca que presentaron inflorescencia después de tres años de trasplante, de acuerdo al tipo hábitat de origen. Al analizar el porcentaje de plantas que produjeron inflorescencias de acuerdo al tipo de hábitat de trasplante, se puede observar que la mayor cantidad de plantas que produjeron inflorescencias fueron aquellas trasplantadas en los fragmentos (74.74%), mientras que la menor cantidad se observa en las plantas trasplantadas en el continuo (23.6%) (Fig. 15). Esta diferencia fue estadísticamente significativa al realizar una regresión logística (P < 0.0001, Xi2 = 26.78, GL = 1). P o r c e n ta je d e p la n ta s q u e p r o d u je r o n i n fl o r e s c e n c ia C o n tin u o F r a g m e n to 0 2 0 4 0 6 0 8 0 X i 2= 2 6 .7 8 , G L = 1 , P < 0 .0 0 0 1 Figura 15. Porcentaje de individuos de A. aurantiaca que presentaron inflorescencia después de tres años de trasplante, de acuerdo al tipo de hábitat de trasplante. Al analizar el porcentaje de plantas que presentaron inflorescencias por medio de una regresión logística considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante, se puede observar que existen diferencias significativas (P < 0.0001, Xi2 = 108.675, GL = 15). La mayor cantidad de plantas que produjeron inflorescencias fueron aquellas trasplantadas en Fragmento1 36 Asimismo, el porcentaje de plantas locales que produjeron inflorescencias fue mayor que las foráneas tanto en el caso de Fragmento1 como de Continuo2 (Fig. 16). La prueba de efecto indicó que únicamente el sitio de trasplante es significativo (P < 0.0001), mientras que la población de origen y la interacción no lo son (P = 1; P = 0.9154, respectivamente). Ninguna planta sobreviviente en Continuo1 produjo inflorescencia, por lo que el sitio Continuo1 no se incluido en la gráfica. C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 P o r c e n ta je d e p la n ta s q u e p r o d u je r o n i n fl o r e s c e n c ia C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 5 1 0 1 5 2 0 2 5 X i 2= 1 0 8 .6 7 5 , G L = 1 5 , P < 0 .0 0 0 1 L o c a l Figura 16. Producción de inflorescencias en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.3.2 Caracteres reproductivos: tamaño de inflorescencias Al analizar el tamaño de inflorescencias considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante por medio de una prueba de GLMs, podemos encontrar que existen diferencias significativas (Xi2 = 39.805, GL = 11, P < 0.0001). La prueba de efecto indicó que el efecto del sitio de trasplante es significativo (P < 0.0001), mientras que el efecto del sitio de origen como la interacción entre el sitio de origen con el sitio de trasplante no lo son (P = 0.18, P = 0.89, respectivamente). Asimismo, el tamaño de las inflorescencias de plantas locales fue mayor que las foráneas únicamente en el caso de Fragmento1 (Fig. 17). De aquellas 37 plántulas trasplantadas en Fragmento2, únicamente un individuo proveniente tanto de Continuo1 produjo inflorescencias, así como uno proveniente de Fragmento2, por lo que no presentan desviación estándar. C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 T a m a ñ o i n fl o r e s c e n c ia ( c m ) p r o m e d io C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 5 1 0 1 5 X i 2= 1 1 2 .5 2 , G L = 1 5 , P < 0 .0 0 0 1 L o c a l Figura 17. Tamaño de las inflorescencias en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.3.3. Caracteres reproductivos: número de flores Al analizar el número de flores considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante por medio de una prueba deGLMs, podemos encontrar que existen diferencias significativas (Xi2 = 17.423, GL = 11, P < 0.096). La prueba de efecto indicó que ni el efecto del sitio de origen, ni el sitio de trasplante, o la interacción entre el sitio de origen y el sitio de trasplante fueron significativas (P = 0.116, P = 0.07, P = 0.096, respectivamente). El número de flores producidas por la población local fue mayor únicamente en Continuo2, mientras que las plantas locales de Fragmento2 no produjeron flores (Fig. 18). 38 C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 N ú m e r o d e f lo r e s p r o m e d io C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 5 1 0 1 5 X i 2= 1 7 .4 2 , G L = 1 1 , P = 0 .0 9 6 L o c a l Figura 18. Número de flores producidas en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.3.4. Caracteres reproductivos: número de frutos Al analizar el número de frutos considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante por medio de una prueba GLMs, no encontramos diferencias significativas (Xi2 = 7.323, GL = 11, P = 0.772). Asimismo, la prueba de efecto indicó que tanto el efecto del sitio de origen, sitio de trasplante como la interacción del sitio de origen con el sitio de trasplante fueron significativos (P < 0.0001 en los tres casos). Se puede observar que la mayor cantidad de frutos se dio en aquellas plantas trasplantadas en Fragmento1. Además, en Fragmento1 la cantidad de frutos producidos fue mayor para las plantas locales que para las foráneas (Fig. 19). 39 C o n t in u o 2 F ra g m e n to 1 N ú m e r o d e f r u to s p r o m e d io C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 1 2 3 4 X i 2= 1 1 7 4 .2 2 , G L = 1 1 , P = 0 .0 9 6 L o c a l Figura 19. Número de frutos producidos en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.4.1. Caracteres vegetativos: número de hojas Al analizar los datos por medio de un GLMs, y ponderando los resultados por el registro original de número de hojas en el tiempo 0, podemos encontrar que difieren significativamente (Xi2 = 44.1767; GL = 8, P < 0.0001). Asimismo, la prueba de efecto demostró diferencias significativas tanto para el sitio de trasplante (P < 0.0001) como para el efecto de ponderar los datos por el número de hojas en el tiempo 0 (P = 0.024), mientras que el sitio de origen como la interacción no mostraron efectos significativos (P = 0.2797; P = 0.2809, correspondientemente) (Fig. 20). En todos los casos, el número de hojas producido fue menor para las poblaciones locales con respecto a las foráneas. Cabe resaltar que en este análisis se excluyeron los datos de las plantas tanto provenientes como trasplantadas en Continuo1 para normalizar los datos, y se modificaron por medio de Log10. 40 L o g n ú m e r o d e h o ja s C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 0 .1 1 1 0 X i 2= 5 1 .8 2 , G L = 8 , P < 0 .0 0 0 1 L o c a l C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 Figura 20. Logaritmo natural del número de hojas producido en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante., ponderados por el tamaño de hoja inicial en el tiempo 0. 5.2.4.2. Caracteres vegetativos: Área foliar Al analizar el área foliar considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante mediante un GLMs, se puede observar que el área foliar de las plantas trasplantadas fue significativamente diferente entre éstas (Xi2 = 28.261, GL = 8, P < 0.0004). El área foliar de plantas locales no fue mayor que el de las foráneas en ninguno de los casos (Fig. 21). La prueba de efecto indicó que únicamente el sitio de trasplante es significativo (P < 0.0002), mientras que la población de origen y la interacción, no lo es (P = 0.399; P = 0.137, respectivamente). En este análisis se excluyeron los datos de las plantas tanto provenientes como trasplantadas en Continuo1 para normalizar los datos, y se modificaron por medio de Log10. 41 C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 L o g á r e a f o li a r ( c m 2 ) C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 0 .1 1 1 0 X i 2= 2 8 .2 6 , G L = 8 , P < 0 .00 04 L o c a l Figura 21. ANOVA del Logaritmo natural de el área foliar en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante sin contar las plantas tanto originadas como trasplantadas en Continuo1. 5.2.4.3. Caracteres vegetativos: altura de la planta Al analizar la altura de las plántulas considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante por medio de un GLMs con distribución similar a una normal, se puede observar que las plántulas difirieron significativamente entre sí (Xi2 = 40.692, GL = 8, P < 0.0001). La prueba de efecto indicó que tanto el sitio de trasplante como el sitio de origen son significativos (P < 0.0001, P < 0.0001, correspondientemente), mientras que la interacción, no lo es (P = 0.748). Asimismo, sólo en Fragmento1 se encontró mayor altura en la población de plantas locales con respecto a las foráneas (Fig. 22). En este análisis se excluyeron los datos de las plantas tanto provenientes como trasplantadas en Continuo1 para normalizar los datos. 42 C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 A lt u r a ( c m ) p r o m e d io C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 C 1 C 2 F 1 F 2 0 5 1 0 1 5 2 0 2 5 X i 2= 4 0 .7 , G L = 8 , P < 0 .0 0 0 1 L o c a l Figura 22. Altura de los individuos en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.4.4. Caracteres vegetativos: daño foliar A pesar de que no se constató herbivoría en el momento del censo, se encontraron insectos que pudieron haber ocasionado el daño, entre los que se encuentran hormigas, mariposas o coleópteros. En general, se encontraron muescas pequeñas en las hojas, por lo que asumimos que la depredación se dio por insectos forrajeros más que por mamíferos u hongos. Algunos individuos mostraron daño por patógenos como hongos o virus ya que esto se puede identificar por un cambio en la coloración de la hoja (Grace), y de pequeñas anomalías en las hojas; sin embargo, no se realizaron análisis posteriores para su identificación. Al analizar el porcentaje de área foliar dañada por planta considerando tanto el sitio de origen como el sitio de trasplante por medio de un GLMs, podemos observar que no se encontraron diferencias significativas (Xi2 = 2.166, GL = 8, P = 0.975). Se puede observar que la mayor cantidad de daño se dio en aquellos individuos trasplantados en Fragmento2 independientemente del sitio de origen. Asimismo, únicamente en Fragmento2, el porcentaje de área foliar dañada de las plantas locales fue menor que el de las foráneas (Fig. 23). La prueba de efecto indicó que ni el sitio de origen, sitio de trasplante o la interacción del sitio de origen con el sitio de trasplante fueron significativas (P = 0.85; P = 0.597 y P = 0.932, correspondientemente). 43 Cabe agregar que en este análisis se excluyeron los datos de las plantas tanto provenientes como trasplantadas en Continuo1 y se modificaron por medio de arcoseno para normalizar los datos. C o n t2 F r a g 1 F r a g 2 P o r c e n ta je d e á r e a f o li a r d a ñ a d a C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 C 2 F 1 F 2 0 1 0 2 0 3 0 4 0 F = 1 .7 7 , G L = 8 , P < 0 .0 79 L o c a l Figura 23. Porcentaje de área foliar dañada por planta en poblaciones locales y foráneas de A. aurantiaca después de tres años de trasplante. 5.2.5 Resumen de significancias Al comparar las significancias de las pruebas de efecto de las diferentes medidas de vigor analizadas, podemos observar que únicamente en el caso
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