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[1] UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Programa de Posgrado en Arquitectura Patrimonio Arquitectónico Las villas de descanso en Chapala 1900-1925 una tipología original arquitectónica T É S I S QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTOR EN ARQUITECTURA PRESENTA: ARQ. JUAN GERARDO HERIBERTO ALLERA MERCADILLO TUTOR PRINCIPAL: Dra. Barrios y Ramos García Dulce María Facultad de Arquitectura UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO MIEMBROS DEL COMITÉ TUTOR: Dr. Falcón Meraz José Manuel UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE CATALUNYA Dra. Santa Ana Lozada Lucia Gabriela UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Ciudad Universitaria, Cd. Mx. Noviembre 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. [2] CONTENIDO Capítulo 1. Contexto histórico, las villas de descanso de Chapala……………………… 3 - 83 Análisis y tipologías …………………………………….…….….….….4 Antecedentes ……..........………….……………………………...….…..6 Las villas de descanso un estilo original.…………………..….……..….23 Capítulo 2. Planteamiento del problema, contextualización teórica…………. 84 - 92 Planteamiento del problema de investigación…..……….…….…….….85 Capítulo 3. Las villas como factores para un nuevo paradigma en la planeación urbana.......................................................................................................………...…….. 93 - 131 Teorías y conceptos …………………………………….…….……...….96 Programa municipal de desarrollo urbano del municipio de Chapala, Jalisco. …………………………………….....…………….…….…..….116 Propuesta …………………………………….……………….……...….130 Capítulo 4. El Genius Loci de Chapala.…….……………………………………….…. 132 - 135 Concepto de Genius Loci …………………………………….…..…..….133 Capítulo 5. La arquitectura patrimonial en el desarrollo urbano sustentable…….…..….136 - 157 Entorno geográfico: El Lago de Chapala ……………………….…...….139 Ley de desarrollo urbano del Estado de Jalisco, análisis y propuestas …………………………………….…….…..……..143 Chapala, una crisis programada, análisis y propuestas ……….……...….152 Capítulo 6. El desarrollo urbano sustentable con las villas de descanso de Chapala, una visión incluyente………………………………………………………………....…. 156 - 176 Resultados, hallazgos y aportaciones de la inversión …………….…...…171 Conclusión ……………………….……………………...……………..…175 Anexo Capítulo 5.…….……………………………………………….……………...…. 177-189 Referencias Bibliográficas.…….………………………………………...…………...…. 190 - 195 Agradecimientos.…….…………………………………………………………....….…. 196 [3] CAPÍTULO I CONTEXTO HISTÓRICO, LAS VILLAS DE DESCANSO DE CHAPALA. ANÁLISIS Y TIPOLOGÍAS. El tema de esta Tesis doctoral surge como una inquietud personal desde hace muchos años. Chapala siempre ha tenido una gran importancia para mí desde muy temprana edad. Al llegar al nivel profesional en el área de arquitectura, me incliné al rubro de la investigación [arquitectónica], particularmente Guadalajara y su arquitectura. Estos temas han sido parte constante de investigación y durante el desarrollo de la maestría, elaboré algunos artículos y trabajos académicos, que me fueron llevando hasta llegar a esta propuesta de investigación doctoral con una relación muy directa con los temas e intereses de los trabajos previos. Las Villas de Descanso de Chapala se convirtieron en un tema muy especial, debido a la arquitectura tan particular que las caracteriza. Así mismo por mi desarrollo como catedrático en el ITESM Campus Guadalajara, constantemente tuve encuentros con el tema que ahora nos ocupa y gracias a la posibilidad que tuve de ser parte del programa de posgrados de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y bajo la tutela de la Dra. Dulce María Barrios; se comenzó el desarrollo de esta investigación. El inicio de la inquietud que despertó la necesidad de esta investigación es el estado desfavorable y olvidado en el que, las Villas de Descanso, se encuentran. En otras palabras, el motivo es iniciar un llamado de atención para la sociedad respecto al gran valor arquitectónico que representan estas Villas, para así, dar a conocer sus valores arquitectónicos y culturales, e iniciar su protección con miras a su reinserción en el desarrollo moderno de Chapala. Tras decidir cuál es la finalidad del trabajo, iniciamos con la reflexión sobre: ¿para qué hacerlo? Así dimos con una serie de argumentos que lograrían justificar las intenciones de la investigación. Sin embargo, resultó que no es suficiente, o tal vez el efecto que causaría sólo llamar la atención sobre su valor no marcaría la diferencia necesaria. Por esto salió a relucir la intención adecuada: ¿cómo hacer que las Villas de Chapala vuelvan a formar parte activa en el desarrollo urbano, cultural y económico de la Ribera? Tal vez sirviendo como elementos para evitar el desarrollo urbano desordenado, además que contribuyan a la preservación ecológica del sitio y la región aledaña. [4] ¿Cómo? Elaborando un proceso de diversas etapas, que al final genere una opción viable para la conservación no sólo de las villas sino de todo el entorno. Esto puede ser mediante un desarrollo urbano que las considere factor para nuevas actividades económicas que sustenten un equilibrio y respeto a los valores ambientales y culturales, y que proporcionen recursos adecuados a la población. Las etapas de este proceso se convierten en los capítulos de este documento que expresa el progreso de esta investigación. Pues bien, la idea es a través de una investigación que parte de un enfoque metodológico histórico, vamos adentrándonos en la forma de cómo surgió este nuevo género arquitectónico. A través de una búsqueda bibliográfica, de campo, entrevistas etc., que nos lleva a darnos cuenta que la población de Chapala en la Ribera del lago del mismo nombre, fue el primer centro turístico “moderno” en el país; es decir, en Chapala se empezó a presentar por primera vez el fenómeno de las Segundas Residencias. Luego entonces se va estructurando el conocimiento de estas Villas desde lo arquitectónico lo urbano y lo socio cultural; la idea es demostrar su valor patrimonial, para que puedan ser catalogadas y estudiadas como un género arquitectónico importante en la identidad de la Ribera de Chapala; pero también la forma en cómo se pueden volver a integrar de una manera sustentable y redituable, entendiendo como sustentable el hecho de que no solo se llame la atención sobre su recuperación o reconstrucción para la imagen urbana y la identidad histórica de Chapala, sino que se les pueda otorgar un uso del suelo y económico dentro de las actividades y servicios turísticos que es la vocación innata de Chapala. De manera que puedan formar un papel activo y autosuficiente en el desarrollo de la Ribera de Chapala, sin olvidar también las causas y efectos de este fenómeno arquitectónico en el medio ambiente de la Ribera y viceversa, el entorno natural y su relación con el surgimiento de este centro turístico y la tipología arquitectónica enlas Villas de Descanso. Como efecto simultaneo de esta investigación, que va por la línea de estudio del Patrimonio Arquitectónico, en opinión de personalidades que son autoridades municipales en Chapala, sería óptimo que esta investigación detone otros trabajos más encaminados a conocer valorar y aprovechar el desarrollo de la Ribera. Existen algunos datos que nos pueden ayudar para ahondar en la hipótesis de que no sólo las Villas de Descanso son un género arquitectónico original que surgió a finales del siglo XIX. como segunda residencia veraniega y resaltó el desarrollo turístico de Chapala; sino que toda la Ribera y zonas adyacentes cuentan con atributos suficientes para recuperar su sitio turístico a nivel nacional, como lo fue en las postrimerías del siglo XIX. e inicios del XX.. El caso de las Villas de Descanso de Chapala en particular, nos lleva a descubrir que este fenómeno arquitectónico puede ser un sistema donde la arquitectura patrimonial se convierte en un factor para el desarrollo urbano sustentable y puede ser el detonador de nuevas soluciones que al mismo tiempo conserve el patrimonio arquitectónico que es parte del Genius Loci y dé respuestas a las necesidades actuales de nuevos usos del suelo que generen a su vez desarrollo económico, social y cultural para la región. [5] Christian Norberg-Schulz en su libro “Genius Loci”, nos dice: los lugares son donde la vida ocurre. En el auténtico sentido de la palabra, un lugar es un espacio con un carácter distintivo; desde la antigüedad el “Genius Loci” o espíritu del lugar, ha sido reconocido como la realidad concreta que el hombre tiene que enfrentar y lidiar en su vida diaria. La Arquitectura debe visualizar y aprender del “Genius Loci”, pues la tarea del arquitecto es crear lugares con significado, los cuales ayudan al hombre a morar o habitar 5. De manera que en este primer capítulo podamos ayudar al lector a entender la importancia de conocer este género arquitectónico y, sobre todo, lo que puede aportar en los retos que las nuevas necesidades urbanas, sociales y culturales tiene la Ribera de Chapala. De esta manera, poder valorar una parte que es esencial en la identidad arquitectónica de Chapala que podría ser un elemento definitivo en su gentrificación; pues ya iremos viendo el gran potencial que significan esas Villas para el entorno tanto urbano como cultural. [6] ANTECEDENTES. En este primer capítulo, se presenta el resultado de un trabajo de investigación que realizamos durante más de un año, como un interés personal en la Ribera de Chapala, más específicamente en la cabecera municipal de Chapala Jalisco. Este trabajo consiste en un recuento de los antecedentes de la historia de Chapala y su importancia desde la época colonial, enfatizando el despunte de su desarrollo urbano y social a finales del Siglo XIX.. Todo esto con la intención de explicar el contexto donde surgen las Villas de Descanso como un nuevo género arquitectónico original que, en consecuencia, debería convertirse en patrimonio arquitectónico y cultural del Estado de Jalisco. Así es como se encuadra el origen de la investigación del presente tema doctoral. Además de la descripción de ese contexto general y la historia de algunas de estas Villas, se presentan sus levantamientos físicos y fotográficos, así como las entrevistas con algunos de los dueños de las fincas, historiadores y gente involucrada de alguna forma con este género arquitectónico. La finalidad es generar una argumentación que sirva de marco contextual para comprender cómo se gestó este estilo arquitectónico y sustentar su carácter de patrimonio que debe ser preservado. Pensamos que el conservar las villas en la ribera de Chapala, construidas durante el Porfiriato (mediante el cambio de uso de suelo para albergar nuevas actividades económicas que las haga rentables), permitirá un desarrollo urbano integralmente sustentable, que respete y fomente la conservación de los recursos naturales y los valores culturales de la zona, además de un incremento demográfico moderado. Evitando la destrucción del paisaje, patrimonio y cultura por el crecimiento desmesurado y desordenado de la población y la ciudad. Como parte de la hipótesis de esta investigación se considera que la preservación de las Villas sólo será posible con la modificación de la normatividad que rige a los usos de suelo y la implementación de nuevas actividades económicas, dado que la simple restauración de las mismas no será suficiente para conservarlas, hecho que se confirmará con base en las teorías de reestructuración urbana y mercado inmobiliario que se analizan en el capítulo IV. Descubriendo también que la preservación de las villas es un elemento importante para detener el crecimiento urbano desordenado e impulsado prioritariamente por el interés económico de los desarrolladores que tendría como consecuencia la pérdida del entorno cultural y ecológico no sólo de la Ribera de Chapala sino de una amplia zona; estos temas serán tratados en el tercer y cuarto capítulos. Nos podremos dar cuenta también en el desarrollo de este tema, que Chapala ha sido, a lo largo de los años, una zona que tiene su propia y muy rica expresión cultural y, además, es un eslabón importante en el equilibrio ecológico y natural de la Ribera, pero también de su zona de influencia dentro de la cual se encuentra la ciudad de Guadalajara. A través del recuento de esta historia con sus características, que dotan a toda la zona de una identidad fuerte y arraigada, veremos que el Lago de Chapala es un paisaje natural insustituible; dotado de una atmósfera cultural peculiar y con posibilidades de crecimiento económico para sus habitantes. Su desarrollo se basa en una [7] comprensión de la situación geográfica, el patrón del establecimiento regional, la estructura urbana y la tipología y morfología de los edificios locales; en resumidas cuentas, en el conocimiento y respeto de su Genius Loci. Chapala, un pueblo junto al lago. La Rivera de Chapala ha sido desde tiempos prehispánicos lugar de asentamientos humanos buscando la estabilidad que da la cercanía del agua al desarrollo de la civilización. La laguna ha sido proveedora no solo del vital líquido, sino también, por su benigno clima es rica en productos agrícolas y ganaderos. Los orígenes del pueblo de Chapala se remontan al siglo XVI donde se funda la población en las faldas del cerro San Miguel y a un costado del lago. El lago de Chapala fue durante siglos una ruta de comunicación muy importante entre los habitantes de grandes zonas del occidente del país. Todas estas características han hecho que los pueblos ribereños tuvieran una estabilidad económica y social consolidada antes de la llegada de los españoles. La rica cerámica es testigo de este desarrollo, artesanía que han producido y siguen produciendo hasta la fecha los pobladores y sus descendientes. Para finales de 1520, los españoles y los frailes franciscanos que los acompañaban en las labores de evangelización, arribaron a las costas del lago de Chapala; con su bagaje cultural y a lo largo de 300 años de colonización, se fue tejiendo la historia de fusión entre los pueblos autóctonos y los europeos recién llegados. No podemos ni podremos desligar el tema de Chapala y sus aconteceres con la historia de la accidentada y errante Guadalajara de Indias, cuatro veces fundada por órdenes de Cristóbal de Oñate y que encontraría finalmente su último asiento en el, prohibido por Oñate, Valle de Atemajac el 14 de febrero de 1542. Fecha esta posterior a algunas de las fundaciones Franciscanas de la ribera de Chapala como son San Antonio Tlayacapan y Ajijic, en las cercanías de la actual Villa de Chapala, mucho más moderna que los demás pueblos. Así pues, la historia de la que fue luego la capital del Reino de laNueva Galicia, asentó los poderes civiles y eclesiásticos el 10 de mayo de 1560, definitivamente la última Guadalajara, en el valle de Atemajac. La ubicación de la villa de Guadalajara le dio una vocación netamente comercial que hasta la actualidad, sigue rigiendo los destinos de la capital del Estado de Jalisco. Guadalajara fue desarrollando, en el ámbito arquitectónico, también su personalidad; que si bien no se distinguió durante el mencionado periodo Colonial por ser una ciudad muy “rica y ornamentada”, estaba gestando una identidad emanada de aspectos geográficos y físicos naturales. Así como el uso de los materiales de la región, como fue el caso de la cantera Amarilla o de la “Experiencia” como es conocida y con la cual están construidos los principales edificios de la capital Neogallega. [8] También se fue haciendo la idiosincrasia propia de la realidad social de la época y estos aspectos le fueron dotando a la ciudad de una expresión única, que fue tejiendo la traza urbana y el contexto urbano y arquitectónico que le dieron a Guadalajara fama desde esos remotos años de ser una ciudad armónica y amable para vivir. Pues bien, al comenzar el siglo XIX. los territorios colonizados por los españoles, uno a uno fueron cayendo en la inercia independentista de la Revolución Francesa y sus postulados fueron impactando en los territorios de América. Y así Guadalajara es declarada capital del nuevo y soberano Estado de Jalisco, que fue uno de los estados que surgió del dividido Reino de Nueva Galicia. Comenzó aquí la historia moderna de la ciudad de Guadalajara y su área de influencia; en donde existe aún ahora una relación muy directa de los aconteceres culturales y arquitectónicos, que tienen tanta relevancia en nuestro tema. De manera que Guadalajara continúa su hegemonía comercial en todo el occidente del país, y su desarrollo económico, social y cultural se sigue consolidando en una identidad propia y diferente a la del resto del México. Durante el siglo XIX., Jalisco y su capital van sembrando sus raíces en un ambiente que se pudiera decir, “muy discreto”, provincial, pero muy sólido, pues durante el siglo XIX., es cuando Guadalajara entierra sus cimientos muy profundos en sus tradiciones culturales para ver, al final del siglo XIX. y principios del XX., surgir grandes personalidades a juzgar por sus obras en el ámbito, artístico, político y social. En la rama de las artes, pintura, escultura música, literatura y especialmente arquitectura, dejan huella los tapatíos; no solo en Jalisco, sino en todo el país. Y en ese contexto es que, durante el régimen de Porfirio Díaz, hubo un gran interés por consolidar la cultura de un México que trataba de surgir por su propio pie o por lo menos librándose de la influencia tan pesada y costosa en todos los aspectos para el país, de los Estados Unidos del Norte. Entonces México voltea a ver a Europa, particularmente a Francia, buscando identificarse con una forma más refinada de la ancestral cultura de los galos y así tomar para sí mismo, lo que más pudiera contribuir al mexicano y su cultura. Es así que se contextualiza el momento en que todo ese bagaje cultural y el fenómeno que lo acompaña, irrumpen en la Villa de Chapala a finales del siglo XIX.. Era el momento de Porfirio Díaz era el “líder” y la “imagen” del régimen y, con sus asesores y ministros, regó por el territorio su proyecto de país. El Porfiriato busca un lenguaje diferente al impuesto por E.U.A., ve en Europa la posibilidad de identificarse con el momento cultural que vivía Francia, y es así que invita a invertir en nuestro país capitales públicos y privados de los Franceses, los cuales llegan a México y provocan un fenómeno de mestizaje cultural muy original; pues no se puede decir que solo se “copiaron“ las formas y modos de vivir de Francia, sino se reinterpretan en nuevas expresiones artísticas interesantes y originales. [9] A Chapala le llegó su turno cuando los políticos del régimen “porfiriano”, incluyendo al mismo Porfirio Díaz, la escogieron para vacacionar en algunas temporadas del año. Esto sucedió entre 1900 y 1909, a decir de los propios lugareños que guardan recuerdos y fotografías de aquellas incursiones porfirianas por la ribera de Chapala. Originalmente Chapala fue una villa de pescadores y posteriormente, se convirtió en un sitio de turismo y recreación para familias provenientes de distintas partes del mundo. En el siglo XIX., comenzaron a construirse edificaciones aprovechando los atractivos que el sitio ofrecía. Así se comienzan a construir hoteles, villas, casas de campo, etc., para abastecer la demanda de nuevos usos como el turismo. En el centro histórico de Chapala se pudieron identificar varias de las edificaciones construidas en este periodo, tal es el caso del Gran Hotel Arzapalo el cual fue construido por Ignacio Arzapalo Palacios y abrió sus puertas en 1898. Figura 1. Fotografía antigua del Hotel Arzapalo, Chapala. [10] Figura 2. Fotografía del Lago de Chapala en 1920. Para finales del siglo XIX., la población de Chapala era una villa muy pequeña de pescadores totalmente alejada de Guadalajara y la forma de llegar era por un “vapor” que zarpaba de la lejana Ocotlán. Iban atracando en las diferentes poblaciones de la rivera del lago, antes de esto, se tenía que hacer un viaje por ferrocarril desde Guadalajara o la Ciudad de México hasta la población de Atequiza, donde se transborda a una diligencia a caballo, que por lo regular los llevaba hasta Ocotlán, para tomar el barco hasta Chapala. De manera que esta situación de viaje, nos puede dejar muy claro, que, en ese momento, Chapala tenía una relación, llámese económica, cultural o política, muy alejada no sólo de la Ciudad de México, sino de Guadalajara. Todo esto cambió de una manera radical pero gradual, cuando empezó a tomar importancia en la élite política y social, la idea de “vacacionar” en el lago y muy particularmente en La Villa de Chapala. El autor Tony Burton relata en su libro "Lake Chapala, through the ages" 2, que Porfirio Díaz, al fijarse en Chapala para vacacionar, fue un detonador importante del desarrollo que tuvo así como el potencial que se vislumbraba del lago, su entorno, su clima, vegetación y cultura para desarrollarse como centro vacacional al “estilo” de los centros vacacionales de Europa. Esto sucedió durante los primeros años del siglo XX. pero desafortunadamente se interrumpió el proyecto por diferentes causas, entre otras, las climatológicas y su afectación al lago; además de la situación política reinante en los años 20 y 30, ya del México post revolucionario. Es lógico imaginar cómo estas comitivas políticas, se movían un poco como las cortes europeas del momento, así que a Chapala llegó un grupo de personas procedentes de la capital de México y de la cercana Guadalajara para pasar temporadas al lado del presidente de la República. Hemos expuesto ya que la rivera del lago, fue un lugar con cultura propia y la ocupación por parte de los españoles en la región no fue particularmente violenta, sino más bien pausada, [11] tranquila y lenta; haciendo que se fuera consolidando la relación cultural entre ambos pueblos, los europeos y los autóctonos. Arquitectura porfiriana en Guadalajara y su relación con Chapala. El régimen del General Porfirio Díaz, tuvo muchos aspectos en lo político, económico y social, entre otros. Aunque todos son importantes, el texto se enfocará en los que afectaron directamente a la arquitectura durante la época y lo que ésta aportó a la arquitectura nacional. A finales del siglo XIX., México se encontraba en un buen momento para presentarse al exterior como un país con desarrollo y una estabilidad económica fuerte. La imagen con la que se proyectara serían la de los edificios, que después se construiríanpara tal objetivo: El Teatro Nacional, El Palacio de Correos y El Palacio Legislativo. Todos ellos seguidos de concursos convocando a arquitectos propios y extranjeros, pero siempre con la imagen europea que la moda imponía. Mientras que Europa, durante ese mismo periodo, estaba en la búsqueda a su vez de una arquitectura que respondiera a los nuevos tiempos, a nuevas tecnologías y nuevas corrientes. La escuela de Bellas Artes de París llevaba las tendencias a nivel mundial y, como era de esperarse, México y sus profesionistas en el área de diseño y construcción se preparaban allá o se preparaban bajo esos términos en las escuelas del país. Esa es la principal razón por la cual México se vio inmerso en esas tendencias y las obras arquitectónicas que se emprendieron en ese contexto, obedecían ciertamente a esas influencias. La Ciudad de México y sus obras eran definitivamente el punto de inflexión para el resto de la nación, el arquitecto Adamo Boari fue uno de los tantos profesionistas invitados a venir a México por los concursos de las obras más importantes del régimen. Es así que el arquitecto Adamo Boari se involucra en el concurso para el Teatro Nacional, que devendría en el Palacio de Bellas Artes. [12] Figura 3. Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, México. Fotografía obtenida de la página web: http://www.tumblr.com/tagged/palacio%20de%20bellas%20artes A finales del siglo XIX., Guadalajara no estaba muy distante de los acontecimientos que se sucedían en la Ciudad de México y la oligarquía de Guadalajara estaba también muy al día en las tendencias educativas; específicamente en el área de diseño y la arquitectura, hubo muy buenos exponentes. Ahora bien, ¿cómo es que se expresaba la arquitectura del régimen y la realidad nacional? Este es un punto muy importante para poder entender las expresiones formales de la época en México. Al ser herederos de una cultura prehispánica muy rica y variada, así como haber sido conquistados por la cultura española, que a su vez traía consigo un gran bagaje cultural. De manera que todos estos aspectos repercuten en nuestra cultura y lógicamente en la expresión arquitectónica de cada etapa de la historia de México. El resultado para México fue sin duda el verse envuelto de una fusión cultural que dio como resultado una cultura ecléctica (entendida como la fusión e interpretación de todas esas culturas previas al nacimiento de México, como una nueva nación en septiembre de 1810 de manera oficial) de tal forma que todas las manifestaciones culturales, sociales, políticas y desde http://www.tumblr.com/tagged/palacio%20de%20bellas%20artes [13] luego religiosas, pasaron por el tamiz de esas fusiones e interpretaciones. Al final esto es lo que constituye la identidad del pueblo de México. Este es el marco contextual que se debe entender para poder explicar todas esas expresiones formales y no formales de nuestra cultura, entre las cuales la arquitectura ocupa un lugar preponderante, al ser el testigo fiel de los aconteceres en la historia de las sociedades. Para definir la arquitectura del México de finales del siglo XIX. y principios del siglo XX. sería ecléctica, es decir, la mezcla de diferentes expresiones culturales; las propias y las heredadas. Podemos definir como ecléctica nuestra arquitectura por ser la mezcla de diferentes formas y fondos en los géneros que son nuestra expresión arquitectónica. Durante el periodo porfirista se construyó una cantidad enorme de edificaciones de una excelente manufactura. Durante la etapa post-revolucionaria se generó todo un revuelo dentro de la parte estética pues esto era la imagen que quedaría hasta nuestros tiempos la cual es parte importante de nuestra identidad como mexicanos. Después de toda esta influencia neoclásica que impactó con fuerza al poblado de Chapala, comenzó a surgir una nueva tendencia arquitectónica que después influiría de manera significativa esta región. Esta arquitectura estaría basada en nuevos principios que cambiarían el concepto de las villas de veraneo en Chapala. Casas que utilizan la antigua tradición artesanal, con grandes patios abiertos direccionados hacia el lago para aprovechar de esta manera las vistas del mismo, enormes terrazas semi techadas que crean un dinamismo entre interior y exterior, pavimentos y fuentes que agudizan los sentidos de los usuarios mientras recorren el espacio y, finalmente, la jardinería como elemento esencial. Así fueron las características de las nuevas casas de descanso de las familias adineradas de Guadalajara que pasaban sus vacaciones en Chapala. La mayoría de las casas de veraneo que aún se mantienen en esta región se encuentran aún marcadas por la influencia regionalista que estos arquitectos trajeron a la zona. Hoy en día muy pocas casas se encuentran completas y en buen estado de conservación. La mayoría ha sido modificada o ha tenido grandes remodelaciones, sin embargo, muchas están en proceso de restauración para que vuelvan a tener la esencia de esas novedosas casas de veraneo que solían ser en ese entonces. En octubre de 1981 en una entrevista que se realizó al arquitecto Luis Barragán II se le preguntó su opinión en cuanto a dónde residía la identidad de la arquitectura mexicana y en cuál ejemplo arquitectónico podría él describirlo. Contestó con la sencillez que lo caracterizaba: [14] “La identidad de la arquitectura mexicana no reside en la forma, puesto que todas nuestras formas son heredadas por las diferentes culturas que componen nuestro México, no, la identidad de nuestra arquitectura está más bien en el fondo, más específicamente en nuestro caso en el uso del color, esto como resultado del contexto físico, geográfico, climático, fauna y flora, que compone nuestro país. Esto se refleja en todas nuestras expresiones culturales la artesanía, los trajes típicos, la comida regional y nuestra arquitectura. El ejemplo de arquitectura en que se puede definir sería en un lugar, no en un edificio, y este lugar se llama Tlacotalpan, Veracruz. Es un pueblo mágico, donde se fusionan todas esas expresiones formales heredadas, pero con un uso del color excepcional, ahí está nuestra esencia que nos identifica en la arquitectura”. Entrevista por J. Allera a L. Barragán, 1981. Estas palabras del arquitecto Luis Barragán, bastaron para explicar lo sutil de nuestra identidad y la manera como la hemos aplicado en nuestro país. En ese orden de ideas, vamos a entender qué es entonces el eclecticismo en nuestro contexto arquitectónico. Retomando lo que pasaba en Guadalajara en esos años de finales del siglo XIX. y principios del siglo XX., la arquitectura de la ciudad se distingue por ser una mezcla de formas de diferentes influencias arquitectónicas, principalmente lo hemos mencionado de Francia por ser un interés particular del General Porfirio Díaz y su proyecto de país. El arquitecto Adamo Boari ya había hecho el proyecto del palacio de las Bellas Artes de la Ciudad de México, por tanto, ya era conocido en el ambiente arquitectónico de México. Posteriormente es invitado en 1899 a Guadalajara a retomar el proyecto para un Templo Expiatorio, reestructurándolo todo hasta dejarlo con la estética que aún mantiene. Chapala y su contexto porfiriano. El paisaje urbano de Chapala tiene una imagen derivada de un proyecto que se detona a principios del siglo XX. con el concepto Europeo-mediterráneo y que impulsaron personajes como: Sr. Séptimo Crow, constructor de la primera Villa Montecarlo; Don Leonel Garden, de la Villa Tlalocan; el primer empresario de Chapala el Sr. Ignacio Arzapalo quien construyó el Hotel del mismo nombre; el noruego Christian Schjetnan y el arquitecto Guillermo de Alba, entre otros, son a los que se debe el desarrollo moderno de Chapala. En el régimen de Porfirio Díaz, su gobierno se concentrómás en estrechar y crear nexos de México con Europa, más específicamente con Francia; su propuesta era alejar a México lo más posible de la influencia y los compromisos con los Estados Unidos de América y acercarlo a Europa cuyas culturas consideraba Don Porfirio, serían mucho más interesantes para nuestro país. [15] Como parte de estos acontecimientos, están también los fenómenos Sociales de emigración como el caso de los “Barcelonnettes” venidos de la región de Provence en Francia, cuyos pobladores en su mayoría vinieron a México a crear negocios muy prósperos en diferentes ramos comerciales e industriales, los cuales dieron a las principales ciudades de México parte importante de su fisonomía Arquitectónica. Ese fue el caso particular que influenció a la sociedad de la Guadalajara de finales del siglo XIX. y principios del siglo XX., comercios como los almacenes de Fábricas de Francia, La Ciudad de México, la Casa Favier, entre otros, le dieron un enfoque y una corriente estética, que en mucho definió a la ciudad en esos años. No sólo en la arquitectura comercial sino también en el género habitacional, sobre todo residencial; también en los esquemas de paisaje urbano, la influencia europea había permeado en muchos aspectos sociales y culturales. Pues bien, volviendo a Chapala y si dibujáramos una línea imaginaria de contacto entre todos estos fenómenos sociales, culturales y arquitectónicos mencionados; estos tienen un momento muy interesante en el “despertar” de Chapala. Al fijarse en el enorme y más importante lago de México, el general Díaz, logró que empezaran a fijarse en el potencial de desarrollo de Chapala, así como en las bondades de su clima, su paisaje y sus riquezas naturales y así se comenzó a invertir en La Villa de Chapala. El General Díaz, fue hospedado en diferentes propiedades particulares que, para ese momento y acorde a la imagen “europeizada” del régimen, las llamaron “Villas”. Estas eran fincas construidas con propósitos estivales que, a partir de ese momento, la sociedad de Guadalajara empezaría a construir como parte de ese movimiento cultural que tendría una repercusión puntual y específica en ese nuevo género arquitectónico que sería la “Villa de Veraneo”. Así pues, de esa manera se dieron cuenta del potencial de desarrollo tan importante que tendría La Villa de Chapala y surgió todo un proyecto que cambiaría la relación que hasta ese momento había existido entre la capital Tapatía y el lago de Chapala. Más específicamente, inició un auge de intercambio comercial, agrícola, artesanal y sobre todo turístico; actividad que no se había desarrollado mucho en esos años. La clase social pudiente de Guadalajara vio en Chapala un refugio muy conveniente por su cercanía con la ciudad, pero también por su clima envidiable y las características paisajísticas de la zona. Antes de la influencia regionalista que actualmente la caracteriza, Chapala se determinaba por una arquitectura colonial como la mayoría del territorio del Estado. La arquitectura de Chapala para los años de 1870 y 1880 empleaba el uso de fachadas sencillas y lisas, que se encontraban a paño con la banqueta, con ventanas pequeñas y detalles en madera; la construcción era generalmente con base en materiales de la región como adobe, ladrillo y teja. El concepto de la casa era muy cerrado al exterior y abierto al interior, disponía de un patio interior al centro de la casa, el cual ventilaba todas las habitaciones. En este esquema se tenía un control sobre las personas que habitaban en la casa, ofreciendo una circulación interior sobre el perímetro del patio y manteniendo vigilados todos los espacios. [16] Las características de la arquitectura colonial de Chapala se fueron perdiendo de acuerdo al cambio de las necesidades de los habitantes, así las casas de descanso comenzaron a tener presencia en el lago de Chapala a partir de 1895. Conforme a información recopilada en una entrevista realizada a la Sra. Bertha Ochoa, se descubrió que la primera casa de vacaciones realizada en la periferia del lago de Chapala fue la Villa Ochoa, comenzada en 1875 y terminada en 1895 por el arquitecto, Carlos Ochoa. Por lo que la Villa Ochoa, en cierta forma, fue detonante importante de la tendencia de villas de veraneo que devendría a tomar auge en la época posrevolucionaria. La Sra. Bertha Ochoa dueña de la finca, nos comentó que ésta tardó dos décadas en construirse debido a que no existía una ruta directa de Guadalajara a Chapala, por lo que se tuvieron que realizar incontables viajes en barca para transportar los materiales para la construcción. El servicio de autobuses a Chapala apareció hasta el año de 1917, el ferrocarril en 1920 y la carretera propiamente útil para automóviles hasta 1953. De manera que entre el medio de transporte más antiguo de la época en la región y el más nuevo, hay más de 25 años de diferencia. Así pues, hay coherencia con la afirmación de la entrevista realizada a la Sra. Ochoa, al mencionar que se trata de la primera casa de vacaciones edificada junto al lago de Chapala. Para el año de 1904, Chapala comenzaba a darse a conocer como un lugar de descanso para la aristocracia, debido a la constante visita del Presidente de la República Porfirio Díaz a este pueblo, ubicado a tan solo 50 kilómetros de Guadalajara. Porfirio Díaz solía visitar Chapala anualmente durante las vacaciones de Semana Santa, de lunes a lunes (figura 4). Se hospedaba en la casa de su concuño, Lorenzo Elízaga, apodado El Chato, en una villa de verano conocida como El Manglar. De esta manera muchas familias adineradas de Guadalajara comenzaron a pasar sus vacaciones de verano e incluso de navidad en este poblado; presumiendo suntuosos lujos y vestimentas elegantes en una región que apenas comenzaba a incluir familias de renombre y con un estatus socioeconómico alto. Un ejemplo muy claro es la familia Braniff III, que se distinguió por su estilo de vida ostentoso, las famosas corridas de toros que organizaban, los paseos en lancha y la cercanía que la familia tenía con el general Díaz. [17] Figura 4. Fotografía de Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero saliendo del Manglar. Obtenida del libro La Villa de Chapala. Todos los factores antes mencionados, colocaron a Chapala como un objetivo el cual la burguesía quería alcanzar, atrayendo a familias distinguidas a comprar o construir villas en el lago. Provocando así la aparición de las distintas villas de veraneo que se extienden a lo largo de la Ribera. Para 1909, el último año que Porfirio Díaz visitara Chapala, las villas de veraneo ya eran un elemento considerable en esta región; sin embargo, este concepto aún era atribuido exclusivamente a la burguesía. Ya que Guadalajara aún no tenía mucha relación con Chapala debido a los problemas de transporte y comunicación, era difícil llegar al pueblo si no se contaba con el capital suficiente para realizar tan largo viaje. [18] Por lo tanto, las villas fueron diseñadas por arquitectos burgueses que tenían un concepto de casa de vacaciones acorde a la arquitectura porfirista, es decir, casas decoradas estilo neoclásico positivista dispuestas en el centro y rodeadas por jardines. Un claro ejemplo de esta arquitectura en Chapala es la Villa Montecarlo (Figura 2), que perteneció a Septimus Crow como un chalet veraniego para disfrutar sus vacaciones. Al morir el Sr. Crow, compra la propiedad Aurelio González Hermosillo en 1906, quién le otorga un aire palaciego. La Villa Montecarlo, al igual que los esquemas de la arquitectura porfirista, estaba rodeada por grandes jardines y decorada por elegantes elementos neoclásicos, reflejando los lujos y la opulencia de los refinados dueños burgueses. Tanta era la exageraciónde las familias de la aristocracia que sus casas llegaban al punto de ser eclécticas. Figura 5. Fotografía de la Villa Montecarlo. Proporcionada por Bertha Ochoa. [19] La arquitectura en Chapala. La arquitectura colonial en Chapala a principios del siglo XIX. se desarrolló como viviendas unifamiliares, género que predominaba en el lugar debido al difícil acceso que tenía en aquel entonces. El estilo se manifestaba a través de elementos que definen la tipología de la arquitectura civil en el período. A finales del siglo, la llegada de extranjeros fue desarrollando el género arquitectónico de las villas de veraneo, fincas de estilo europeo construidas entre 1875 y 1920, las cuales se construyeron al oriente y poniente de la parroquia de San Francisco de Asís. Uno de los más importantes representantes de la arquitectura ecléctica tanto en Guadalajara como en Chapala fue Guillermo de Alba quien fue promotor del desarrollo urbano en la ciudad, apoyó la idea del cambio en la orientación de las calles y dio mayor importancia a los sistemas de transporte tanto urbanos como regionales: ferrocarril y tranvías. Contribuyó a la arquitectura de Chapala con proyectos destacables, por mencionar solo algunos, el Hotel Arzapalo en 1890 (figura 6), su casa de descanso a la que llamó “Mi Pullman” IV (propiedad de la Sra. Ros Chenery) a tan sólo media cuadra de la playa de Chapala sobre la calle Aquiles Serdán, con un estilo Art Nouveau inaugurada en 1907 con una gran fiesta; además la antigua estación del ferrocarril hoy centro cultural González Gallo (figura 7) inaugurada en 1920 con influencia arquitectónica de la biblioteca pública de Chicago, lugar donde había estudiado a finales del siglo XIX.; esta obra de dos fachadas es un claro ejemplo del estilo ecléctico, conserva elementos regionalistas como la teja, herencia del Porfiriato 13, 14. Figura 6. Fotografía del Hotel Arzapalo. Obtenida del libro La Villa de Chapala [20] Figura 7. Fotografía del Ferrocarril y la Estación de Chapala. Obtenida del libro La Villa de Chapala. Para 1928 Jalisco se encontraba en un punto crítico en lo que a arquitectura se refiere, ya que surgía una tendencia tapatía liderada por el arquitecto Luis Barragán, quien fascinado por su visita a París en 1924 se inspiró en la arquitectura mediterránea la cual implementaría junto con arquitectos reconocidos como Ignacio Díaz Morales, Pedro Castellanos y Rafael Urzúa. A este movimiento se le conoce como: Escuela de Arquitectura Tapatía. Pedro Castellanos, arquitecto regionalista calificado así gracias a su sensibilidad por el color y el uso de materiales, construyó la Villa Ferrara, ubicada en la calle Hidalgo en Chapala Jalisco; para esta villa se buscó una combinación de elementos clásicos de proporciones armónicas y elegantes, pero sobre todo funcionales. Tiene influencia de las villas italianas, representativas del renacimiento, el diseño del jardín con terrazas rectangulares a diferentes alturas y la integración de los espacios abiertos con los cerrados, permiten disfrutar mejor del clima y las vistas del lago. A Ignacio Díaz Morales, arquitecto caracterizado por la depuración de formas y funciones, así como la honestidad como su principio plástico, se le adjudica la casa Robles León; realizada aproximadamente en el año de 1945 sobre el Paseo Ramón Corona en Chapala, Jalisco. Por lo que se sabe, ésta es una casa que le fue solicitada a Luis Barragán por el Sr. Emiliano Robles León como casa de vacaciones, sin embargo, la casa se le atribuye al arquitecto Ignacio Díaz Morales, quien fue amigo cercano y colaborador directo de Luis Barragán. [21] Debido a su ubicación y arquitectura la Villa Braniff es uno de los íconos de Chapala. Actualmente es el restaurante Cazadores y mantiene la finca intacta. El estilo francés de la villa data del siglo XIX., fue construida en 1903 por encargo de Don Luis Pérez Verdía a un arquitecto inglés y vendida en 1906 a Alberto Braniff, quien perteneció a una familia de aviadores y venía en las comitivas de Don Porfirio Díaz desde la capital. El propietario de la casa Alberto Braniff, nació en México, hijo de Thomas Braniff quien vino de Estados Unidos a participar en la construcción del ferrocarril México-Veracruz. El edificio de estilo Victoriano cuenta con hermosos tapices, colgantes, pinturas y barandilla. Este grupo de arquitectos se dedicaron a expandir esta nueva tendencia de influencia mediterránea en las villas de veraneo que, de cierto modo, cambiaría la forma de vida y la estética de la arquitectura de Chapala. Con su tendencia regionalista llegaron a este pueblo a sugerir un estilo arquitectónico que representara la cultura de México; pero sobre todo la tapatía. Utilizaron elementos mexicanos como arcos de medio punto, enjarrado blanco, cancelería de hierro y teja de barro, combinado con elementos mediterráneos que crean un dinamismo arquitectónico que distinguió, de cierta forma, la arquitectura mexicana de esa época. A partir de este punto comienzan los cambios en la arquitectura de Chapala, retomando un estilo europeo mediterráneo, pero con características mexicanas, que después vendría a tener auge en la década de 1930. La mayoría de las casas de veraneo que aún se mantienen en esta región se encuentran aún marcadas por la influencia regionalista que estos arquitectos trajeron a la zona. Hoy en día muy pocas casas se encuentran completas y en conservación, la mayoría ha sido modificada o han tenido grandes remodelaciones, sin embargo, muchas están en proceso de restauración para regresarlas a tener la esencia de esas novedosas casas de veraneo que solían ser en ese entonces. [22] Figura 8. Fotografía de la familia de Alba. Obtenida del libro La Villa de Chapala Vemos entonces que la arquitectura de Chapala ha tenido una historia y un desarrollo desde finales del siglo XIX., hasta los años 20’s del siglo XX. muy particular; es decir han sido características muy específicas del lugar. Estas coincidieron con situaciones desde políticas, culturales, sociales y económicas para que se detonara este nuevo tipo de género arquitectónico. Tendremos que profundizar más en el estudio del mismo para poder determinar su valor patrimonial y los valores de su contexto urbano y así acercarnos no solo al diagnóstico del objeto de estudio, sino también a propuestas concretas de conservación y desarrollo del potencial económico y turístico de estas Villas. [23] LAS VILLAS DE DESCANSO UN ESTILO ORIGINAL. Sobre lo que es el Estilo, Villagrán García nos explica en su libro, Teoría de la Arquitectura que, al tratar de penetrar en la comprensión del término, se puede concluir que hay una dualidad entre la identificación de la forma y la expresión que le da vida; es decir forma e idea o expresión y contenido. En la lengua latina “estilo” era el nombre de un instrumento en forma de punzón con el que grababan los romanos sus tabletas y luego se le asignó un nuevo significado al referirse al particular modo de escribir de un autor literario. Este concepto elemental del estilo exige como virtud, la repetición de haceres que, al constituir un conjunto de hechos, notamos en su modalidad conjunta una constante omnipresente. Así que podríamos decir que el estilo es el modo peculiar que identifica las creaciones de un determinado autor o grupo de autores o fenómenos creados (obra arquitectónica) por un grupo de autores. Pongámoslo de esta forma, el valor estético de la forma es el estilo artístico y la forma construida de la arquitectura, debe ser la solución integral a su programa. Resulta entonces que el estilo y su identificación con la expresión de la forma arquitectónica,debe pertenecer a un tiempo histórico dado y a un lugar o espacio geográfico particular. Estilo también es la manera característica de ser o hacer algo, constituye una costumbre o conjunto de rasgos que caracterizan a un género de obra, a una época o a un período artístico específico. Corriente es algo que sucede a menudo, se aplica también a un periodo de tiempo en el que transcurre alguna tendencia de ideas o sentimientos que es común a un grupo de personas. En la Arquitectura específicamente se pueden identificar las corrientes estilísticas desde y por los fenómenos socio cultural, económico y hasta políticos de cada época. Tal es el caso de la ciudad de México, tenemos que partir como lo hemos dicho ya, desde los acontecimientos que fueron dando forma a la imagen urbana de la Cd. en las postrimerías del siglo XIX. y los comienzos del siglo XX.; vemos cómo se transformó ésta con todos los “palacios” que siguen siendo aún parte muy importante del patrimonio arquitectónico y cultural de centro histórico de la Cd de México. Edificios como el Palacio de las Bellas Artes, el Palacio de Comunicaciones y Transportes, los edificios de las nuevas Tiendas Departamentales al estilo “Galéries Lafayette de Paris”, que son el antiguo Centro Mercantil hoy Gran Hotel Ciudad de México, el primer edificio del Palacio de Hierro, así como el de los almacenes Liverpool, son algunos de estos ejemplos. En el contexto de principios del siglo XX., la actividad arquitectónica en Guadalajara estaba muy influenciada por lo que sucedía en la Ciudad de México, quizás después de la capital. Guadalajara era la ciudad que más se vio influenciada por las tendencias “europeas”, la Arquitectura se vio mucho más consolidada con la Escuela Libre de Ingeniería, donde se prepararon y estudiaron los constructores (llámese ingenieros y arquitectos) de la Guadalajara del nuevo siglo. Con esta preparación académica recibida en la Escuela y los viajes al extranjero que muchos estudiantes pudieron hacer en esos años, se consolidó una nueva tendencia en la arquitectura residencial de Guadalajara, que por ende pasó a influenciar lo que los “tapatíos” [24] crearían en Chapala para dar un marco digno y paralelo al desarrollo de la arquitectura en la capital del Estado. Arquitectos y clientes establecen entonces una relación de análisis de los programas y necesidades físicas del nuevo género arquitectónico en Chapala, las villas de descanso. Y los grandes protagonistas del cambio en la arquitectura de Guadalajara, tendrán su papel también en los grandes cambios en Chapala como eje de desarrollo regional y a su vez en la influencia que se extendió en la primera mitad del siglo XX., hasta poblaciones como Ajijic. A lo largo de la primera mitad del S. XX., se ha edificado un patrimonio arquitectónico y artístico muy rico y diverso. Arquitectos locales y foráneos han aportado mucho a las localidades de Chapala y Ajijic y han contribuido a crear un entorno que urbanísticamente tiene una identidad muy particular, misma que en gran medida no ha sido ni conocida ni valorada lo suficiente para que haya una intención por las autoridades y los propietarios del mismo patrimonio, para preservarlo, valorarlo, darlo a conocer. Esto para generar proyectos de desarrollo que le den más impulso a la región, pero sin perder estos valores tan particulares y valiosos que hacen de la ribera de Chapala, una de las regiones más ricas e interesantes no solo de Jalisco, sino de todo México, culturalmente, arquitectónicamente y con potencial económico. Se puede establecer una línea del tiempo para relacionar todos estos fenómenos y su impacto en La Villa de Chapala y su zona de influencia. Partiendo del año de 1900 hasta 1925 y de 1925 a 1960. Podemos determinar y concluir cómo se desarrolló primeramente el impacto directo del proyecto “europeo” y su decadencia a lo largo del periodo revolucionario en el país, pero más fuertemente también a partir de la quiebra de la Compañía Ferroviaria de Chapala. Este hecho como parte aguas entre el proyecto “europeo” y el proyecto “regionalista”, que llega a Chapala a través de Guadalajara, como parte de la búsqueda de una “identidad” en la arquitectura. [25] Matrices para la identificación de elementos arquitectónicos comunes. SIMBOLOGfA DESCRIPCiÓN • 1 CARACTERISTlCA .. 2 CARACTERIsTICAS ~ 3 CARACTERrSTlCAS O NO HAYCARACTERIsTICAS VILLA FOTOGRAFIAS VILLA MI PULLMAN VILLA AVE MARrA VILLA NIZA VILLA LA PAZ VILLA FERRARA VILLA BRANIFF VILLAOCHOA VILLA ROBLES LEÓN , CASA BARRAGAN I !J YENJARRES lffi O .- - ¡ -f n=rr -<) ? ' .- " .' •• • • • • •• •• • • • • • ••• ~ 1I ¡ .. •• • 1I i .. •• •• •• .+0 .. O • j . I~ ° .. • • •• •• • H .+c .. • .--+-_.--+-_O--+-_~+ 0--+--_. .. O O • O • [26] La mayoría de las villas presenta ventanas, puertas y dinteles combinados, en cuanto a las cornisas, generalmente son de un sólo estilo en toda la villa, pero se observaron distintos tipos de molduras en una misma villa. Las marquesinas que presentes en las villas son pocas, sin embargo las balaustradas se pueden observar en todas las villas, suelen ser de herrería y con un estilo clásico. Los porches y terrazas, al igual que los torreones, se pueden observar en casi todas las villas; en cambio, los techos inclinados sólo están presentes en algunas. La herrería en fachadas está presente en todas las villas, ya sea con estilos combinados o sencillos; al igual las vigas y detalles de madera, se observan en la mayoría de ellas. Respecto a los recubrimientos de las fachadas, suelen estar combinados con estilos clásicos y más conservadores. [27] Hallazgos. • Ventanas: Podemos ver que la mayoría de las Villas estudiadas, tienen ambos casos de tipologías geométricas y más bien dependerá de la influencia arquitectónica utilizada que será una más frecuente que la otra. • Puertas: Las puertas que más abundan son las ortogonales de madera, enseguida las de medio punto, con diferentes maderas y las de menor cantidad son de herrería forjada con cristales. • Dinteles: Estos son proporcionales también al caso de las ventanas con tipologías ortogonales y curvas, pero tiene que ver mucho con la influencia arquitectónica de la Villa. • Cornisas: Éstas por lo regular son de una sola forma en cada Villa, pero es directamente proporcional con la influencia de la Villa. • Molduras: En todos los casos estudiados son de varios tipos más bien eclécticas y de acuerdo con la Villa. • Recubrimientos y Enjarres: La relación de los acabados, es así: mientras más sencilla la Villa, el acabado de la fachada será liso, sin molduras ni adornos y mientras más ecléctica será más detallada, como con almohadillones, guardapolvos y recuadros en puertas y ventanas. • Marquesinas: No es un elemento muy repetido en nuestras Villas, pero algunas lo tienen, sin embargo, son una sola tipología. • Balaustradas o barandales: En general son de diversas formas y materiales, pero las más repetidas son las de herrería forjada, en seguida la balaustrada neoclásica, y por último la de ladrillo o barro, más de tipología regionalista. • Porches o Terrazas: Éste sí es un elemento arquitectónico que se puede encontrar en casi todos los casos, es un componente que sí es definitivo y distintivo y tiene que ver con el espacio para aprovechar las vistas y el clima del lago. • Torreones: También la mayoría de las Villas los tienen, es un elemento distintivo de estética, pero también de funcionalidad. • Techos inclinados: No es un elemento que se repita siempre, pero en cambio sí diríamos que los techos planos son más comunes en estas Villas. • Herrería en fachadas: En casi todas las Villas es un elemento presente, de diversos estilos, pero eminentemente ecléctico el trabajo de forja. [28] •Vigas y detalles de madera en fachada: Casi todas las Villas tienen elementos estructurales o decorativos con madera, también es un material de la región y se usa en la tecnología de cubiertas vernáculas de madera. • Remates o pináculos: Es un elemento presente en todos los casos estudiados, pertenece al eclecticismo de la época y tiene connotaciones sociales pertenecientes al tipo de usuario de estas Villas. • Celosías: Se podría decir también que es un elemento distintivo de estas Villas, es un elemento tanto decorativo como funcional y básicamente también por el clima y el aprovechamiento de los vientos dominantes. • Detalles de talavera: De nuevo es un elemento decorativo que todas tienen, es una herencia traída por los españoles a la región, que hoy es un distintivo también de la arquitectura regionalista tanto de Guadalajara como de Chapala. • Vitrales: Este elemento decorativo es también un distintivo del eclecticismo de la mayoría de las Villas y tiene sustento en su utilización al jugar con la luz tan especial y brillante de la Ribera de Chapala. Casos de estudio. Después de analizar las matrices que nos ayudan a entender algunos de los elementos que componen la tipología y analizando estos mismos, vemos que las Villas se caracterizan principalmente; por ser un género arquitectónico innovador, esos elementos en las matrices hacen especiales a las Villas por su tipología, esto hace que se consoliden como género arquitectónico específicamente para la vivienda de ocio o descanso en un ambiente natural tan específico como el lago de Chapala. Para mencionar los elementos arquitectónicos que identificamos en las matrices, diremos que los más importantes por ser distintivos son los porches o terrazas y los torreones. Estos elementos aparecen de una manera especial porque son la respuesta específica para resolver el programa arquitectónico que tiene que ver el aprovechamiento de lo que es la esencia de la Ribera de Chapala, diríamos el “Genius Loci” del cual ya hemos hablado. Es lo que hace que el lugar sea lo que es. Y se explica desde el entorno natural y lo que el hombre aporta en términos identitarios. Así que hablamos de dos elementos arquitectónicos que son para el aprovechamiento y el disfrute del entorno, las vistas y el clima. [29] Los elementos como la herrería en fachada, los remates, pináculos, celosías, el uso de la talavera los vitrales y las balaustradas o barandales, aparecen casi todos en las Villas estudiadas y son parte de la expresión ecléctica de la época pero también son elementos que forman parte del regionalismo “tapatío”. Tiene una relación muy directa con lo que sucede en Chapala en el mismo momento, de manera que forman parte de los elementos tipológicos identitarios de las Villas y del movimiento regionalista. Las ventanas, puerta, dinteles, cornisas, molduras y recubrimientos en fachadas, están directamente relacionados con la corriente estilística de la Villa en cuestión, pero lo que sí se puede afirmar, que todos estos elementos arquitectónicos constructivos, son al mismo tiempo estéticos y funcionales; sin embargo, no son los más importantes en cuanto a la definición de un estilo propio de las Villas de Descanso. A continuación desglosamos de una manera detallada algunos ejemplos de estas Villas que encontramos definitorios para comprender este estilo y explicar sus características más particulares. Las siguientes Villas fueron seleccionadas por ser estudiadas en las matrices, las que mejor pueden representar este estilo llamado “Villa de Descanso”, dos de ellas pertenecientes a la corriente ecléctica propia del Porfiriato y su influencia Francesa y dos de ellas con una expresión más propia del regionalismo Tapatío y su relación con Chapala. Estas últimas son un ejemplo también, de una expresión arquitectónica que ya está un poco más dentro del Funcionalismo y que después de 1925, fue mucho más notorio. [30] Villa Mi Pullman. Construida en 1906, por el Arq. Guillermo de Alba, la Villa Mi Pullman fue su casa de verano hasta 1926. El arquitecto se encargó del diseño y construcción de varias villas y hoteles en Chapala, dotando al lugar de un aire afrancesado, resultado de la moda de la época. Esta bella residencia con un estilo claramente influenciado por el Art Nouveau rectilíneo, localizada en la calle Porfirio Díaz, casi esquina con Ramón Corona, se muestra ahora totalmente restaurada; es propiedad de la Sra. Rosalind Chenery quien nos detalló, en una entrevista, el proceso de compra y restauración implacablemente llevada a cabo en 2003. La restauración fue realizada por el Arq. Ricardo Zambrano Limón. La villa se conforma de 3 niveles y es en el 2do y 3er nivel que hay una vista panorámica del lago, de las montañas y del entorno urbano. La fachada es geométrica y rectilínea, tiene pocos volúmenes protuberantes, cuenta con más de 10 ventanas de diseños diversos, algunas cubiertas con vitrales de colores azul y amarillo. En el centro de la fachada se sitúa un balcón, justo sobre la puerta principal, proveyendo de sombra al pórtico. En el interior, la madera hace notar su presencia, se encuentra en pisos, escaleras, marcos y puertas. El piso en diversos espacios es de adoquín, como en la entrada de la Villa. En los baños, los lavabos son originales y están intactos, todos estos detalles fueron conservados durante la restauración. La planta se distribuye en 3 secciones y deja siempre al centro las escaleras. A los extremos se sitúan las áreas de uso común y las habitaciones. En la entrada se encuentra un pequeño recibidor, seguido de las escaleras y un baño de visitas. A la izquierda está la sala, a la derecha hay un comedor que acompaña la cocina, situada en el fondo de la misma habitación, la cual tuvo que reconstruirse casi por completo. Al subir las escaleras, enmarcadas por un barandal de madera, nos encontramos con otro pequeño vestíbulo bañado con luces de colores provenientes de los vitrales del balcón. A la izquierda encontramos el estudio con un pequeño armario y a la derecha una habitación con vista al lago. En el tercer nivel se encuentran una escalera helicoidal que da acceso a la azotea, además hay una amplia habitación y un estudio. La azotea cuenta con una cómoda terraza con vista panorámica del lago. En 100 años la estructura no ha sufrido agrietamientos ni daños mayores, Guillermo de Alba hizo un magnífico trabajo, el cual complicó la instalación eléctrica y de fontanería durante la restauración, ya que los muros están muy macizos. En la restauración, hubo muchos cambios, se tuvo que reemplazar algunos acabados y detalles decorativos, por ejemplo, en la carpintería, que tenía graves daños causados por las termitas, pero siempre se hicieron lo más parecidos al diseño original. [31] Hoy, esta casa recuperó el esplendor de antaño, con una fachada azul que combina con los vitrales, dándole un toque elegante y clásico. Los muebles son antiguos en su mayoría, los cuales nos transportan a la época en donde las familias de abolengo de Guadalajara, pasaban sus veranos. Sin lugar a dudas la Villa Mi Pullman es un ícono arquitectónico de las Villas de Descanso de Chapala, representa una joya de la historia y un claro reflejo de la identidad de Chapala, la cual afortunadamente se encuentra protegida por su actual dueña que realmente ama y respeta su historia y tradiciones. Figura 9. Fotografía de la residencia del Arq. De Alba [32] Figura 10. Inicio de la obra Figura 11. Continuación de la obra [33] Figura 12. Final de la obra [34] Figura 13. Planta baja Figura 14. Planta nivel 1 [35] Figura 14. Planta nivel 2 Figura 14. Planta de conjunto [36] Figura 14. Alzado principal [37] Villa Robles León.La casa de veraneo en Chapala proyectada por Luis Barragán para el Lic. Emiliano Robles León, es una síntesis de su arquitectura e ideología. Un estilo propio creado por la composición de diferentes influencias de la época que dio lugar a una arquitectura mexicana reconocida internacionalmente. Barragán logra crear una arquitectura en donde no sólo se aprecia su ideología de los espacios, sino también, se pueden disfrutar diferentes sensaciones a la vez; del silencio y la serenidad a la alegría y felicidad que crea el lugar. En la casa de veraneo se puede apreciar el juego de luz y color que generan los espacios, como características reconocidas por ser parte de la composición de Barragán. Luis Barragán fue un arquitecto mexicano que inició su obra en Guadalajara, Jalisco. Pasó los primeros años de su vida con sus padres Juan José Barragán y Ángela Morfín en un rancho cerca de la población de Mazamitla, la cual tuvo una gran influencia en su vida profesional. La experiencia de la naturaleza del campo, la hacienda familiar y el entorno rural mexicano, dejó en Barragán un indicio en la arquitectura rural mexicana. Podemos observar ciertas características e influencias de la arquitectura de esa zona plasmadas en sus obras. Elementos como el zaguán, muros altos y anchos y los espacios que destina para la naturaleza, son una de las características que retoma de esta arquitectura y que le ayudará más adelante a crear su propio estilo de arquitectura mexicana. Estudió Ingeniería Civil en la Escuela Libre de Ingeniería de Guadalajara, pero fue más adelante la arquitectura la que le diera reconocimiento profesional y le llevaría a realizar sus primeras obras. Después viajó a Europa en donde se concreta su estilo arquitectónico contemporáneo, con influencias del mediterráneo y con formas cúbicas y sencillas. Al regreso de su viaje, una de sus primeras creaciones arquitectónicas fue con el Lic. Emiliano Robles León, quien le encomendó la remodelación de su casa habitación en la calle de Madero en el centro histórico de Guadalajara, en donde se puede ver que respeta la fachada de la casa sin hacer grandes modificaciones; y en el interior se puede ver la arquitectura de Luis Barragán y sus detalles que simplifican su ideología de arquitectura y los espacios. Gracias a este trabajo y la dedicación del joven arquitecto, el Lic. Emiliano posteriormente le encargó diversas construcciones de casas habitación para renta en Av. La Paz y la villa de veraneo en Chapala. La villa se encuentra en Chapala en la Av. Paseo Ramón Corona, cerca de la calle principal, Francisco Ignacio Madero. La villa de veraneo fue una de las primeras construcciones en Chapala, en una época en donde no había mucha infraestructura en la zona. La casa está orientada hacia el sur, en donde la fachada principal da directamente al lago. En su época la casa de veraneo tenía acceso directo hacia el lago ya que quedaba al mismo nivel que éste, ahora por la diferencia del nivel del lago existe un andador frente a la casa y el acceso al lago quedó mucho más lejos que el original cuando se construyó. La casa tiene una barda frontal para delimitar el terreno, conformada por una celosía de ladrillos delgados cuyo arreglo forma figuras en “V” las [38] cuales brindan transparencia a la barda; el arco en la parte izquierda de la fachada funge como entrada principal hacia el patio frontal de la casa. Barragán proyectó la casa inspirándose en un barco debido a su cercanía con el lago de Chapala, haciendo referencia a lo marítimo. Podemos observar de primera instancia este concepto en la masividad del volumen, cuya fachada principal no presenta muchas aberturas. Al rodear la propiedad, se puede apreciar que los muros laterales son curvos, lo que crea en el interior espacios ovalados. El primer piso es la sala, el segundo una habitación y el tercero la habitación principal. La fachada principal de la casa está compuesta por un jardín frontal con diversos tipos de plantas como nochebuenas, camarones, buganvilias y helechos; el piso del patio está conformado por una disposición cuadriculada en donde el arquitecto intercala piedra de río con bloques de ladrillos. Una serie de terrazas integran el jardín formadas por los diferentes niveles y sostenidas por columnas propias del regionalismo, que el arquitecto utiliza en la villa. En el patio exterior se puede ver también mobiliario adaptado al espacio como los asientos que creó con el material de concreto que se integra a los muros de la casa. Uno de estos elementos se encuentra en la parte frontal de la fachada y el segundo en el lado lateral. Un elemento de concreto protagoniza el centro del patio, haciendo las veces de banca y macetero para un árbol de nochebuena. En el pasillo lateral de la casa del lado derecho se encuentra un módulo de instalaciones pluviales, hidráulicas y un antiguo pozo que anteriormente proveía el vital líquido. El jardín posterior de la casa está conformado por un huerto de diversas especies como mangos, guayabas y arrayanes; espacio en donde anteriormente se encontraba también el área de servicio de la familia. Actualmente éste es utilizado como bodega. Gracias a la visión arquitectónica de Barragán, la casa de veraneo en Chapala es un espacio lleno de vida y alegría, así como también de tranquilidad y silencio. Nos platica la Sra. María Eugenia Partida Robles, nieta del Lic. Emiliano Robles León en la entrevista realizada el 11 de noviembre, que fue una casa muy alegre y muy viva en sus tiempos, así como su nombre lo dice era una casa de veraneo en donde la familia Robles León iba a descansar y a pasar sus vacaciones disfrutando del lago de Chapala y de las familias que al igual que, ellos, pasaban el temporadas en sus villas. La vegetación cumple con una función de aislamiento ya que está distribuida proporcionalmente a manera de protección contra la contaminación auditiva del exterior, debido a que la casa se encuentra en una de las avenidas principales de Chapala. La primera planta de la casa está compuesta por sala, terraza, dos habitaciones para el servicio, comedor, cocina y espacio de lavandería y un baño. La segunda planta está conformada por cuatro habitaciones. En el último piso se encuentra la única habitación que cuenta con baño propio. Este piso está ligado con una terraza trasera que conecta hacia el tinaco de agua en un cuarto piso. Las escaleras hacia el cuarto piso son típicas de Barragán, limpias y sencillas, utilizando como barandal tubos de instalaciones pluviales. En la estructura del tinaco se puede también identificar la mano del arquitecto. El sistema constructivo está conformado por muros de concreto de gran espesor y una tapa de metal; para la ventilación de este contenedor creó una especie de ventanillas con rejas en la parte superior de dichos muros para la ventilación del mismo. [39] Este concepto también lo retoma en el armario del tercer piso en donde la terminación de las escaleras remata en dicho armario. Es relevante mencionar que las instalaciones con las que cuenta el inmueble actualmente son las originales y se puso una gran atención en su diseño y funcionamiento. Las instalaciones eléctricas, de alambre de cobre recubierto en tela de seda, se encuentran expuestos en muros. Los baños están sobrepuestos a través de las plantas, optimizando el sistema hidráulico y sanitario. Luis Barragán contó con la colaboración del Arq. Ignacio Díaz Morales, quien proyectó la herrería de los vanos y las entradas de luz de la casa. Hoy en día se mantienen intactos, la estructura original y la mayoría con el vidrio original. Otros elementos importantes del arquitecto son las pantallas de luz de los techos del comedor y de la sala, en donde se crean diferentes figuras para la proyección de luz. En la sala se encuentra una pantalla en forma de estrella de picos para realzarel espacio. En el comedor podemos encontrar un elemento más pequeño, una figura octagonal que se encuentra en el centro de la habitación. La aportación de Díaz Morales es significativa, ya que la luminaria y ventanería definen los juegos de luz que se crean dentro de las habitaciones. Estos juegos de luz se intensifican y encuentran su cúspide en obras posteriores de Barragán. Esta característica se puede distinguir en las escaleras, pues el módulo vertical se ve realzado por la inclusión de una entrada de luz en el descanso, la cual realza el contraste entre luz y sombra. El cuadriculado de la herrería genera entradas de luz delimitadas y enmarca a su vez el paisaje exterior en diversas escalas. Este mismo patrón de ventanería se aprecia en la sala que da a la terraza frontal. El ventanal desempeña un papel importante en el ingreso de luz a la sala, representando además un elemento compositivo muy importante en la fachada principal. La experiencia del inmueble es diferente entre el día y a la noche. Los cambios de luz transforman la sensación de los espacios. Existe en todas las ventanas una relación de dualidad, siendo en su mayoría puertas de acceso en el caso de las habitaciones y en otros casos ventanal, como en el caso de la sala. La ventana del cubo de escaleras representa la excepción. Esta relación entre las ventanas enmarca las entradas de cada habitación y da armonía a la composición de los muros interiores. En la noche experimentamos una perspectiva diferente de los espacios, ya que es una luz artificial que ilumina las habitaciones generando una apreciación diferente de los detalles. Durante el día el interior es oscuro y la única iluminación proviene de las ventanas, relacionándonos y trayéndonos al exterior. Una de las principales características de la arquitectura de Luis Barragán en el comedor, es el elemento morisco que retoma de sus viajes, una influencia de la arquitectura islámica. Este elemento es un remate de la entrada posterior de la casa. Proyectada como ménsula para decoración y provecho del espacio, creando así diferentes elementos característicos de la casa y de Barragán. También se pueden observar detalles en las ventanas de la casa. Los vanos de cada ventana se encuentran achaflanados con una terminación de 45 grados que ayuda a que la entrada de luz se abra hacia el interior y a enmarcar las ventanas. Esto se puede ver también en las puertas, cómo enmarcan las entradas a cada espacio con una simple inclinación en los muros. Otro de los detalles principales de la casa son los muebles proyectados y construidos especialmente para la [40] casa. La sala contenía muebles fijos de material empotrados localizados en los muros curvos de la sala y continuando por debajo de la ventana como parte de la decoración. “Pienso que la arquitectura se acerca a la perfección cuando en soledad se disfruta de su alegría, su serenidad y su silencio”. (Barragán, 1980) Esta frase sintetiza la arquitectura de Barragán. De cierta manera, la casa de veraneo del Lic. Robles León representa el inicio de la arquitectura de Barragán, que no se verá consolidada sino hasta obras posteriores que cuentan con mayor reconocimiento. La luz, las ventanas y los detalles, a pesar de su sencillez, expresan la intención del arquitecto y transmiten las sensaciones que él había definido desde la proyección de la casa. [41] Figura 15. Planta baja. [42] Figura 16. Planta nivel 1 [43] Figura 17. Planta nivel 2 [44] Figura 18. Planta de conjunto [45] Figura 19. Alzado principal y corte. AlZADO PRINCIPAL (S/E) SECCiÓN LONGITUDINAL AA' (S/E) [46] Figura 20. Fotografía exterior de la entrada principal. Tomada por autores. [47] Villa Ochoa. La situación de Chapala a mediados del siglo XIX. era muy próspera y fue el destino de vacaciones de verano para la familia del Ingeniero Ochoa, fue ahí cuando en una de sus estancias por Chapala, Carlos Ochoa conoció a Porfirio Díaz y en ocasiones posteriores fue invitado a visitar su casa. Tanta era la influencia de Chapala sobre sus alrededores que la primera carrera de automóviles que se celebró en todo el país fue justamente ahí en Chapala, en la ruta de Guadalajara a Chapala y grandes celebridades asistieron a esta. Las características de la arquitectura colonial de Chapala se fueron perdiendo de acuerdo al cambio de las necesidades de los habitantes. Las casas de descanso comenzaron a tener presencia en el lago de Chapala a partir de 1895. Conforme a información recopilada en una entrevista realizada a la Sra. Bertha Ochoa. Se descubrió que la primera casa de vacaciones realizada en la periferia del lago de Chapala fue la Villa Ochoa, comenzada en 1875 y terminada en 1895 por el arquitecto Carlos Ochoa. Por lo que la Villa Ochoa, en cierta forma, fue detonante importante de la tendencia de villas de veraneo que devendría a tomar auge en la época posrevolucionaria. Muchas de las Villas de Veraneo que se empezaron a construir por esta época, han desaparecido ya que el movimiento sísmico de Chapala es muy fuerte y hace que las construcciones se muevan y se debiliten con frecuencia hasta perder toda su estabilidad y se derrumben. Una de las villas que han sobrevivido a estos cambios geológicos es la Villa Ochoa, la cual resulta ser la primera Villa de Veraneo construida en Chapala. Figura 21. Fotografía de Los Pescadores en la orilla del lago De Chapala. Obtenida del libro La Villa de Chapala. [48] El Ingeniero Carlos Ochoa Arroniz nació el 15 de junio de 1847 en la Hacienda de Santa María de la Huerta, Municipio de Ameca, Jalisco y falleció en Guadalajara el 10 de marzo de 1943. Estudió en la Ciudad de México en el Colegio de Minería, su pasión por los ferrocarriles fue el principal motivo por el cual llegó a Chapala ya que estuvo trabajando en la construcción de las vías ferroviarias. El Ingeniero Carlos Ochoa hizo unos planos de levantamiento para la Hacienda de Atequiza que se encontraba anexa a la entrada antigua por el camino Real; años más tarde, sería el trazo del ferrocarril. Mientras construía el ferrocarril en Chapala quedó profundamente enamorado del lugar y años más tarde adquirió una propiedad a las orillas de lo que fue en ese entonces la traza urbana. Es ahí donde inicia la construcción de La Villa Ochoa, la cual se ubica a la orilla del lago, sobre la avenida Ramón Corona, considerada la primera casa de Veraneo estilo europeo del siglo XIX. en Chapala (1875 - 1895). Figura 22. Fotografía del Ingeniero Carlos Ochoa. Proporcionada por la Sra. Bertha Ochoa [49] Antes de la Villa Ochoa solo existían escasas casas en las cuadras que conformaban Chapala, esta Villa llegó a revolucionar el concepto de vacaciones, a despertar interés por visitar Chapala y saber cómo era vivir cerca de un lago, a pesar de que estaba a pocos kilómetros de Guadalajara, era una experiencia y forma de vida muy diferente a lo que se estaba viviendo en la ciudad en esa época. Figura 23. Fotografía de un paseo por el Lago. Obtenida del libro La Villa de Chapala. Como ya se mencionó en el año de 1904 Porfirio Díaz empezó a ir a Chapala en vacaciones de verano, su concuño El Chato lo invitaba a hospedarse con él en el Manglar. Así lo hizo varios años consecutivos, sus viajes
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