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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA 
 
La Unión de Arquitectos Socialistas 
Sus precedentes y su Doctrina Socialista de la Arquitectura 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTOR EN ARQUITECTURA 
 
PRESENTA 
JESÚS NAZARET MÁRQUEZ SORIANO 
 
TUTOR 
DR. RAMÓN VARGAS SALGUERO 
COORDINACIÓN DE INVESTIGACIONES EN ARQUITECTURA, URBANISMO Y PAISAJE, CIAUP FACULTAD DE 
ARQUITECTURA UNAM 
 
SINODALES 
DR. RAÚL SALAS ESPÍNDOLA 
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y ESTUIDOS DE POSGRADO, FACULTAD DE ARQUITECTURA, UNAM 
DRA. LOURDES DÍAZ HERNÁNDEZ 
COORDINACIÓN DE INVESTIGACIONES EN ARQUITECTURA, URBANISMO Y PAISAJE, CIAUP FACULTAD DE 
ARQUITECTURA UNAM 
DR. GUILLERMO BOILS MORALES 
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES 
DR. MIGUEL ÁNGEL RAMÍREZ ZARAGOZA 
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES 
 
 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, ENERO DE 2018 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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DEDICATORIA 
 
A mi madre 
Celia Soriano Valladares ✞ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, por brindarme una educación 
profesional e integral desde 1997, año en el cual me abrió por primera vez sus 
puertas para estudiar el bachillerato. 
 
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, por el apoyo brindado para 
desarrollar esta investigación. 
 
Agradezco infinitamente al Dr. Ramón Vargas Salguero, por su apoyo e interés 
que tuvo para orientarme de la mejor manera en los estudios sobre la historia 
de la arquitectura mexicana del siglo XX. 
 
A la Dra. Lourdes Díaz Hernández, le reitero mi agradecimiento por sus 
oportunas observaciones que han tenido el propósito de perfeccionar mi trabajo 
de investigación. 
 
Le agradezco al Dr. Raúl Salas Espíndola, por sus recomendaciones e infinito 
apoyo académico. Gracias por acercarme a otros estudios referentes a la 
arquitectura y al urbanismo. 
 
Al arquitecto Víctor Arias Montes, por brindarme su apoyo y poner a mi alcance 
documentos y fuentes indispensables para elaborar este trabajo. 
 
Agradezco al Dr. Guillermo Boils Morales, por aceptar formar parte del sínodo y 
por sus recomendaciones para mejorar el trabajo de investigación. 
 
Deseo agradecer al Dr. Miguel Ángel Ramírez Zaragoza, por su apoyo y sus 
recomendaciones sobre el tema referente a los movimientos sociales. 
 
A mi familia, quiero agradecer por su apoyo y comprensión durante estos años. 
 
A mis compañeros del Programa de Doctorado en Arquitectura: Pablo Gómez 
Porter y Jesús Vázquez Morales, por brindarme su apoyo y recomendaciones 
para el estudio de la arquitectura mexicana. 
 
Deseo agradecer el gran apoyo que he recibido durante estos años por parte 
de grandes amigos que he tenido la fortuna de conocer y que han hecho una 
gran diferencia en mi vida académica y personal. De esta manera reitero mi 
agradecimiento a: Israel Chávez Reséndiz, Jacqueline Bautista Segura, Carlos 
Martínez Ruiz, Carlos Contreras, Teresa Navarro, Joaquín Munguía, Elizabeth 
Álvarez Olivas, Héctor Perea, Irene Luviano, Freddy Islas, Iván Martínez, Israel 
de la Cruz, Alberto Armijo, Miguel Lazcano, Ana Daría Torres, Marisela 
Aguilar, Diana Nava, Naydé Tepox, entre muchas personas más. 
 
5 
 
La Unión de Arquitectos Socialistas 
Sus precedentes y su Doctrina Socialista de la 
Arquitectura 
 
7. Introducción 
10. Balance bibliográfico 
 
Capitulo 1 Los Precedentes 
 23. Genealogía y desarrollo del socialismo en México: la 
vivienda, un derecho de los trabajares 
 48. El problema internacional sobre la planificación y la 
habitación: la situación en la Ciudad de México 
 70. Los primeros años del funcionalismo de fuerte 
carácter social en México: una herramienta para 
afrontar el problema de la vivienda para los 
trabajadores 
 110. El Funcionalismo de fuerte carácter social y los 
experimentos para la vivienda de los trabajadores 
1932-1936. 
 132. Balance crítico de los primeros años de la 
arquitectura funcionalista en México 
 
Capitulo 2 Orígenes de la Unión de Arquitectos Socialistas y 
su Doctrina Socialista de la Arquitectura 
 137. La técnica como elemento estructurador de la 
arquitectura socialista: Alberto T. Arai y su obra “La 
Nueva Arquitectura y la Técnica” 
 141. El XVI Congreso Internacional de Planificación y 
de la Habitación (1938) y su importancia en la 
consolidación de proyectos urbanos y arquitectónicos 
de carácter social 
 154. La fundación de La Unión de Arquitectos 
Socialistas 
 170. La Doctrina Socialista de la Arquitectura: 
fundamentación de la arquitectura funcionalista de fuerte 
carácter social 
3 La arquitectura de la Unión de Arquitectos Socialistas: 
Proyectos de vivienda y edificios sindicales 
177. ¿Cuáles son las características que definen a estas obras 
como socialistas? 
6 
 
 193. La Estética, las necesidades espirituales y la forma de 
vida de los habitantes en los proyectos de la arquitectura 
socialista 
 204. El programa: Ciudad obrera, vivienda y edificios para 
sindicatos 
 221. La distribución de los espacios habitables. 
 228. La solución urbanística 
 
4. El ocaso la política socialista del Cardenismo y la 
desintegración de la Unión de Arquitectos Socialistas. 
 240. Panorama político del Cardenismo en vísperas de las 
elecciones de 1940 
 244. Desintegración de la Unión de Arquitectos Socialistas 
y sus proyectos posteriores 
 249. La contribución de la Unión de Arquitectos Socialistas 
en la arquitectura mexicana 
 
262. Consideraciones finales 
267. Bibliografía 
275. Anexos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
Introducción 
 
¿Por qué estudiar a la Unión de Arquitectos Socialistas? 
 
El periodo histórico conocido como el Cardenismo, ha sido objeto 
de numerosos estudios de carácter histórico, político, económico, 
social y cultural, que han justificado la importancia que tuvo este 
sexenio en la conformación del Estado mexicano contemporáneo, 
el cual centró su discurso en el cumplimiento de los artículos 
emanados de la Constitución de 1917, donde la clase trabajadora1 
y campesina, tuvieron una mayor participación a través de sus 
líderes en la negociación de sus demandas para el mejoramiento 
de su calidad de vida. En este proceso de reconstrucción 
nacional, el Estado no escatimó la ayuda de otros agentes 
sociales como lo fueron la iniciativa privada y la de los 
profesionistas, entre los que se encontraban arquitectos e 
ingenieros, quienes fueron sustanciales para la edificación de la 
obra que se necesitaba en el país. 
 
Si bien, el desarrollo de las actividades de la Unión de Arquitectos 
Socialistas se inscribe dentro de los dos últimos años del 
Cardenismo, su conformación fue el resultado de múltiples 
acontecimientos sociales, entre los que se encuentra el arribo al 
país de las ideas del socialismo utópico y del materialismo 
histórico, que además de formar parte de la orientación política 
del Estado cardenista, desarrolló un campo fértil para la creación 
de organizaciones de carácter socialista. Por otra parte, las 
circunstancias económicas que afrontaba el país posterior al 
levantamiento armado de 1910, condujeron a la experimentación 
de nuevas propuestas arquitectónicasque trataron de ofrecer 
respuestas a las necesidades más apremiantes del país, por lo 
que la labor de la Unión fue uno de los esfuerzos para la 
conformación de una arquitectura moderna, dentro de la 
denominada Arquitectura de la Revolución2. 
 
1 La clase trabajadora (durante este periodo de transformaciones en los métodos de 
producción) se refiera al conjunto de trabajadores que proveen el factor de trabajo, sin 
ser propietarios de los medios de producción a cambio de una retribución económica. 
Como se verá más adelante, los manifiestos expuestos durante estos años, hacen 
énfasis en este concepto para referirse a los trabajadores, especialmente aquellos que 
realizan sus actividades en los principales centros económicos del país. 
2 La Arquitectura de la Revolución fue una de las consecuencias del movimiento social 
conocido como la Revolución Mexicana, que vino a revolucionar la labor arquitectónica 
posterior al movimiento armado. Para mayores detalles sobre este concepto teórico y 
8 
 
 
¿Por qué estudiarlos? Porque los proyectos arquitectónicos de 
esta Unión formó parte de uno de los procesos históricos más 
importantes del siglo XX en México: el Cardenismo. Sin embargo, 
los estudios existentes no han expuesto con detalle las causas 
históricas que propiciaron la creación de la Unión, sus actividades 
y las causas de su disolución. De igual manera, tampoco se ha 
estudiado en conjunto su obra teórica y arquitectónica. Por estas 
razones, continúan existiendo vacíos sobre el tema, que de 
llenarse, podrían enriquecer el panorama histórico y 
arquitectónico sobre este periodo. Esta investigación tiene el 
compromiso de rescatar la obra de esta Unión, con el fin de darle 
su merecido lugar en la historia de la arquitectura mexicana. 
 
 
 Limitaciones del estudio 
 
 
Este estudio tuvo una especial consideración el periodo que 
comprende la segunda mitad del siglo XIX en el que fueron 
conociéndose las primeras noticias y textos del socialismo 
utópico, así como los manifiestos obreros europeos que en 
conjunto, ayudaron a estructurar con mejores argumentos las 
demandas de los trabajadores para el mejoramiento de las 
condiciones de sus espacios laborales. Sin embargo, el trabajo se 
concentró especialmente durante el Cardenismo, ya que durante 
estos años continuaron realizándose importantes proyectos sobre 
planificación y vivienda popular3, entre los que destacan aquellos 
propuestos por la Unión de Arquitectos Socialistas. Por último, se 
analizó el periodo de transición política que tuvo lugar a partir de 
1940, cuando Manuel Ávila Camacho tomó el poder, trayendo 
consigo diferentes orientaciones políticas que pronto se alejaron 
del socialismo promovido en años anteriores, lo cual repercutió 
para que proyectos como el de la Unión se disolvieran. 
 
 
arquitectónico, consultar: Vargas Salguero Ramón (coord). Arquitectura de la 
Revolución y revolución de la arquitectura. México: UNAM-FCE. 2009. 
3 La vivienda popular en este contexto histórico, puede entenderse como la habitación 
producida masivamente con la intención de reducir el tiempo de construcción y costos. 
Uno de sus objetivos principales se concentró en dar respuestas a los problemas 
urbanos de gran prioridad. Para profundizar sobre este tema ver: Andrade Narváez 
Jorge y Everardo Carvallo Cruz. La vivienda popular en México: Retos para el siglo XXI. 
México: UAM. 2011, pp. 121-147. 
9 
 
Por otra parte, esta investigación tiene presente la importancia 
que tuvieron las organizaciones de carácter socialista en otros 
Estados de la República, no obstante, fue en el centro del país 
donde se concentraron las mayores actividades de estas 
organizaciones, como lo fueron los círculos de obreros creados a 
partir de 1871 y aquellas otras organizaciones creadas durante 
las primeras décadas del siglo XX, entre las que se encuentra La 
Unión quienes desarrollaron sus actividades en esta ciudad. Por 
estas razones, la limitación geográfica de esta investigación 
concentró su estudio en esta área geográfica. 
 
 
Los Capítulos 
 
A través de los cuatro capítulos que conforman este trabajo, se 
exponen los precedentes históricos, arquitectónicos y urbanos 
que influyeron en la creación de la Unión de Arquitectos 
Socialistas; los elementos de su Doctrina Socialista de la 
Arquitectura; las características de su arquitectura; las cusas que 
contribuyeron a su disolución y por último, los proyectos que 
realizaron posteriormente a estos acontecimientos. 
 
El primer capítulo, corresponde al estudio de los orígenes del las 
ideas del socialismo utópico y mutualista que llegaron a México 
durante la segunda mitad del siglo XIX, las cuales ayudaron a los 
principales líderes y a los trabajadores a justificar sus demandas 
y derechos laborales. Más adelante, se exponen las actividades 
de las organizaciones políticas y de los trabajadores, que en las 
primeras décadas del siglo XX, contribuyeron con manifiestos 
para exigir el cumplimiento sus peticiones entre las que se 
encontraba el derecho a la vivienda “cómoda e higiénica”. En este 
mismo apartado, se da cuenta de los problemas urbanos 
derivados de las constantes migraciones a la ciudad, alentados 
en gran medida por las escasas oportunidades laborales en otras 
entidades como consecuencia de los daños provocados por la 
Revolución Mexicana. Para comprender estos problemas, se 
analizaron una serie de estudios sobre planificación, entre los 
que se encuentran aquellos expuestos en los congresos 
internacionales de vivienda y de planificación, los cuales 
orientaron la labor de los urbanistas mexicanos para encausarlos 
a los problemas específicos de la ciudad. De igual manera, se 
describen las características de la primera fase del funcionalismo 
10 
 
socialista que desarrollaron arquitectos como Juan´ O Gorman, y 
Juan Legarreta, la cual fue aplicada en la arquitectura escolar y 
de vivienda. Cabe señalar que estos primeros experimentos se 
materializaron en gran medida, gracias al apoyo de importantes 
promotores políticos, así como de la iniciativa privada. En el 
último apartado de este capítulo, se hace un balance crítico sobre 
los aciertos y errores que tuvieron estos proyectos. 
 
El segundo capítulo de la tesis, tiene como objetivo señalar cómo 
la acumulación de problemas sociales y urbanos que se 
presentaban en la Ciudad de México, repercutió en un grupo de 
jóvenes arquitectos quienes fundaron la Unión de Arquitectos 
Socialistas, que a través de su Doctrina Socialista de la 
Arquitectura, consolidaron una segunda fase del funcionalismo 
socialista, la cual contenía una fuerte carga teórica que buscó 
influir en otros arquitectos para enfrentar los problemas sociales 
derivados de la falta de habitaciones adecuadas, así como de los 
espacios para la reunión de las organizaciones de trabajadores. 
 
En el tercero, se comentan los proyectos arquitectónicos 
realizados por esta organización y se examina la relación teoría-
arquitectura, con la finalidad de enumerar las características de 
su obra con las cuales definieron su arquitectura como socialista. 
Para tal propósito, se analizaron los proyectos destinados para la 
vivienda como: la Zona de Habitación Para la Familia del 
Soldado, La Ciudad Obrera y la Unidad Habitacional Lomas de 
Becerra, así como los edificios para el Sindicato Mexicano de 
Electricistas y el de la Confederación de Trabajadores de México. 
 
Por último, en el cuarto capítulo se analizan las circunstancias 
que repercutieron en la disolución de la Unión. De igual manera, 
se comentarán las actividades que realizaron sus miembros en 
los años posteriores, así como la influencia que tuvieron sus 
propuestas en la arquitectura de la década de 1940. 
 
 
Balance bibliográfico 
 
Es necesarioseñalar que el primer conocimiento que se tuvo 
sobre las actividades de esta Unión, fue gracias a la obra 
coordinada por el Dr. Ramón Vargas Salguero: Historia de la 
arquitectura y el urbanismo mexicanos: Arquitectura de la 
11 
 
Revolución y revolución de la arquitectura, la cual generó un gran 
interés por investigar el tema y a su vez indagar en documentos 
y estudios que se han realizado sobre la Unión de Arquitectos 
Socialistas. Lo anterior hizo evidente que no existe una 
investigación que haya analizado en conjunto las circunstancias 
históricas que promovieron su conformación, así como tampoco 
la obra teórica y arquitectónica de esta organización. Para 
comprender mejor este apartado a continuación se expondrá el 
contenido de estos estudios. 
 
Entre las referencias que se tienen sobre la actividad de Unión de 
Arquitectos Socialistas se encuentra aquella elaborada por 
Enrique Yáñez: El ejercicio de la Crítica. Notas autobiográficas y 
escritos4, el cual contiene un texto publicado en 1962 llamado 
“Notas autobiográficas del arquitecto Enrique Yáñez de la 
Fuente”. En éste apartado, el autor describió que la intención que 
tuvo desde un principio la Unión, fue la de realizar una 
arquitectura funcional, útil y económica; basada en una doctrina 
arquitectónica que ellos denominaron socialista. Décadas más 
adelante, el mismo Yáñez escribiría: Del funcionalismo al post-
racionalismo: Ensayo sobre la arquitectura contemporánea en 
México, publicado en 19905, donde enlistó según su criterio, las 
características propias de la arquitectura racionalista, 
funcionalista e internacional. Enseguida indica cuál fue la 
influencia que tuvo la arquitectura europea en su generación y 
cómo aplicaron sus principios en México. De igual manera, 
describe las actividades de un grupo de arquitectos jóvenes, 
quienes asimilaron los principios básicos de la teoría del 
funcionalismo europeo, aunque posteriormente radicalizaron su 
postura, dando como resultado proyectos de carácter fuertemente 
social, donde la técnica y la economía tendrían un lugar 
predominante. Entre estos jóvenes se encontraban Juan O 
´Gorman y Juan Legarreta (considerados hermanos mayores por 
Yáñez) quienes desarrollaron un funcionalismo denominado 
“funcionalismo mexicano”, del cual la Unión de Arquitectos 
Socialistas retomará algunas de sus propuestas años más 
adelante. 
 
4 Yáñez, Enrique. El ejercicio de la Crítica. Notas autobiográficas y escritos 
periodísticos. Selección de textos por José Víctor Arias Montes y Carlos Ríos Garza. 
México: UNAM-Facultad de Arquitectura. 2009, pp. 13-24. 
5 Yáñez Enrique. Del funcionalismo al post-racionalismo: Ensayo sobre la arquitectura 
contemporánea en México. México: UAM. 1990. 
12 
 
Décadas después de la publicación de los textos de Enrique 
Yáñez, Ramón Vargas Salguero interesado en difusión de este 
tema, rescató en el libro Ideario de los arquitectos mexicanos. 
Tomo III: Las nuevas propuestas6, uno de los documentos más 
valiosos para el análisis del pensamiento de la Unión de 
Arquitectos Socialistas: “la Doctrina Socialista de la Arquitectura”, 
(además de un cartel y una fotografía de sus integrantes), la cual 
presentaron en el XVI Congreso Internacional de Planificación y 
de la Habitación, en el mes de agosto de 1938. Este documento 
que fue presentado por Alberto T. Arai, Raúl Cacho, Enrique 
Guerrero y Balbino Hernández, reflejó su admiración por la Unión 
Soviética, así como la preocupación que tenían por el tema de la 
vivienda obrera en México. En cuanto a su Doctrina, mencionan 
que es un programa ideológico de acción cuyos componentes 
son: “los principios revolucionarios del socialismo y los sistemas 
arquitectónicos necesarios para realizar en el mundo particular de 
la arquitectura los ideales de la doctrina fundamental”7. Más 
adelante enfatizan que “La arquitectura podrá llegar a ser 
revolucionaria cuando satisfaga globalmente la necesidad 
colectiva de habitar. De manera que la demanda de viviendas 
quede en perfecto equilibrio con la distribución popular de ellas” 
[…]8 . Gracias a este valioso documento, pueden analizarse los 
elementos teóricos y arquitectónicos que justifican la labor de 
esta Unión. 
En lo que respecta a otros textos realizados por los integrantes 
de la Unión de Arquitectos Socialistas, se encuentra la tesis de 
Enrique Yáñez: El Edificio del Sindicato Mexicano de 
Electricistas, que fue publicado recientemente por Víctor Arias 
Montes y Carlos Ríos Garza9, la cual contiene interesantes 
estudios de los mismos editores, a los que se le suman aquellos 
realizados por Alberto Híjar Serrano y Ramón Vargas Salguero, 
que permiten recrear el ambiente histórico en el cual se 
desarrollaron estos proyectos destinados para los edificios 
 
6 “Doctrina socialista de la arquitectura: Unión de Arquitectos Socialistas (1938)”. En 
Ideario de los arquitectos mexicanos. Tomo III: Las nuevas propuestas. Vargas 
Salguero, Ramón y Víctor Arias Montes, Compiladores. México: UNAM-Facultad de 
Arquitectura, 2010, pp. 226-231. 
7 ídem 
8 Ídem. 
9 Arias Montes Víctor y Carlos Ríos Garza. Enrique Yáñez y el Edificio del Sindicato 
Mexicano de Electricistas. México: UNAM-Facultad de Arquitectura. 2011. La Tesis 
data del año de 1938, aunque gracias al esfuerzo de ambos investigadores se logró 
editar recientemente tal documento. 
13 
 
sindicales que fueron en su momento el reflejo de la fuerza 
obrera en la Ciudad de México. 
Otras tesis halladas durante el proceso de recopilación de 
información, corresponden a los de integrantes de la Unión: Raúl 
Cacho, Ricardo Rivas y Alberto T. Arai. En lo que respecta a éste 
último, además de su tesis se encontró un texto llamado La 
nueva arquitectura y la técnica10, que fue publicado en 1937 y 
reeditado en un pequeño facsímil por el Instituto Nacional de 
Bellas Artes en el año de 2006. Por la importancia de su 
contenido, se describirá primeramente ya que fue anterior a La 
Doctrina Socialista de la Arquitectura de 1938. En este texto, 
Alberto T. Arai, establece los criterios que debe contener la 
“nueva arquitectura” y enumera los procedimientos teóricos que 
implica la mejora de una técnica. Más adelante hace notar que 
dentro de la nueva “arquitectura técnica nacional”, debe de 
considerarse la realidad social, la economía del país y el 
desarrollo de una doctrina; con la intención de construir una 
arquitectura de Estado, que a su vez sea un eje vertebral de los 
arquitectos jóvenes de México. En lo que respecta a su tesis: 
Edificios para la CTM11, hace referencia sobre cuáles fueron los 
requisitos de la convocatoria; cómo se desarrolló el concurso y 
cuáles fueron los criterios para proyectar el edificio del sindicato. 
Menciona más adelante la importancia de la “Doctrina socialista 
de la arquitectura” que tiene como fin: “el mejoramiento de la 
casa del obrero, del campesino, del soldado; para lo cual es 
necesaria la construcción de locales que presten servicios 
centralizados, de organización, de coordinación y especialmente 
los que sirvan para la lucha proletaria, como son los sindicales”12. 
Como se logra apreciar, el discurso manejado en su texto, 
enfatiza en gran medida los proyectos de una arquitectura para la 
clase trabajadora a partir de los elementos propios de su 
Doctrina. 
Por su parte, Enrique Yáñez destacó en su tesis que en la 
construcción del edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas 
que: “[…] es absurda la actitud de pretender producir arquitectura 
sin darle color político, en nuestros días de transición, entre dos 
regímenes harán arquitectura tradicionalista, es decir artística, los 
 
10 Arai, Alberto T. La nueva arquitectura y la técnica. México: INBA. 2001 
11 Arai, Alberto T. Edificios C.T.M. Tesis de Arquitectura. México: UNAM- Facultad de 
Arquitectura. 1941. 
12 Ibídem.14 
 
que pretendan la conservación de un sistema de privilegio o 
estén aún en posibilidad de gozar de él y harán arquitectura 
funcional, es decir, útil y científica los trabajadores, el estado 
socialista o los simpatizadores del régimen futuro”13. De esta 
forma, establece los criterios funcionalistas para proyectar el 
edificio, así como su programa arquitectónico. Es importante 
señalar en este punto que la postura de Yáñez, en cuanto a la 
definición de funcionalismo y arquitectura socialista, cambiará con 
la autocrítica que hizo a su obra con el paso del tiempo. 
Dos años después del proyecto del SME y en vísperas de las 
elecciones presidenciales, Ricardo Rivas describió en su tesis 
fechada en 1941, su Proyecto de células de habitación para 
edificios tipo que se construirán en la colonia Lomas de 
Becerra14, en la cual trató de reunir las propuestas urbanas 
derivadas de los esquemas de organización del urbanismo 
soviético. Por estos años, la presencia de Hannes Meyer fue 
fundamental para Rivas, ya que colaboraron en conjunto para 
presentar un proyecto para una colonia modelo en Las Lomas de 
Becerra, Tacubaya, con una capacidad aproximada de dos mil 
viviendas. Todo el proyecto estuvo controlado por la Secretaría 
del Trabajo y Previsión Social. Si bien, este texto carece en gran 
parte de una justificación teórica sobre la arquitectura, es de gran 
importancia para analizar el proyecto arquitectónico y la influencia 
que podría tener de parte de uno de los grandes arquitectos que 
laboraron en la URSS. 
Durante este mismo año, Raúl Cacho dio a conocer su Proyecto 
de la zona de habitación para la familia del soldado en la Ciudad 
Militar Núm. Uno de México, DF para obtener su título como 
arquitecto15. En este documento definió su postura de La Doctrina 
Funcionalista que: “por las características de las obras que 
produce, está de acuerdo con la Doctrina General del Socialismo. 
Éste exige que la producción tenga fines de uso; sólo una 
producción económica de la Arquitectura, es decir, una solución 
funcionalista, puede considerarse en el momento actual, y 
 
13 Yáñez Enrique. Edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas. Tesis. En Arias 
Montes Víctor y Carlos Ríos Garza. Op., Cit., anexo. 
14 Proyecto de células de habitación para edificios tipo que se construirán en la colonia 
Lomas de Becerra. Tesis de licenciatura.. México: UNAM- Facultad de Arquitectura. 
1941. 
15 Cacho, Raúl. Proyecto de la zona de habitación para la familia del soldado en la 
Ciudad Militar Núm. Uno de México, D.F. Tesis de licenciatura. México: UNAM-Facultad 
de Arquitectura. 1941. 
15 
 
principalmente en México, estando al alcance de todos”16. Más 
adelante enfatiza que tal doctrina no demerita el valor de la 
estética, ni de la belleza en la arquitectura, aunque sí enumera 
las contradicciones al pretender realizar una arquitectura bella y 
ostentosa en un país lleno de carencias como México. Con 
respecto a este documento, es interesante señalar que a pesar 
de un año del cambio del régimen con Ávila Camacho, así como 
la instauración de una nueva estructura ideológica, se mantuvo 
por algún tiempo la inercia de estos arquitectos que se 
manifestaron abiertamente socialistas. 
Dentro de los documentos más importantes que existen para 
analizar el pensamiento de este grupo, se encuentra la ponencia 
presentada en 1938 en el XVI Congreso Internacional de 
Planificación y de la Habitación (celebrado en el Palacio de Bellas 
Artes), en donde se dio a conocer El Proyecto para la Ciudad 
Obrera presentada por la Unión de Arquitectos Socialistas17, el 
cual tuvo un asesoramiento en cuestiones de planificación de 
parte del arquitecto Carlos Contreras. El grupo se dio a conocer 
formalmente en ese mismo evento con su “Manifiesto a la Clase 
Trabajadora: Doctrina Socialista de la Arquitectura”, redactado 
por Alberto T. Arai, Raúl Cacho, Enrique Guerrero y Balbino 
Hernández. En este documento presentaron las ideas 
fundamentales de su doctrina la cual: “es un programa ideológico 
de acción cuyos componentes son dos: los principios 
revolucionarios del socialismo y los sistemas arquitectónicos 
necesarios para realizar en el mundo particular de la arquitectura 
los ideales de la doctrina fundamental”18. Más adelante, 
desarrollan a detalle otros elementos que caracterizan a su 
doctrina y la forma que debería de adquirir su arquitectura 
mediante un proyecto de Ciudad Obrera, donde describen a 
través de planos: el emplazamiento urbano, el número de 
edificios, el tipo de viviendas, así como su organización interna. 
Es necesario señalar que de este trabajo, Raúl Cacho, extrajo el 
material y conceptos para el diseño de su tesis profesional. Cabe 
mencionar que el material gráfico que complementa este 
proyecto, fue publicado por la revista Arquitectura y Decoración, 
 
16 Ibídem. 
17 Unión de Arquitectos Socialistas. “Proyecto de la ciudad obrera en el D.F. Doctrina 
socialista de la arquitectura”. Arquitectura y Decoración. Núm. 11 Septiembre de 
1938. 
18 Ibídem. 
16 
 
en el mes de noviembre de 1939, lo cual muestra la actividad de 
sus integrantes durante este periodo. 
Los primeros estudios sobre esta Unión y los cuales han 
aportados las mayores referencias hasta la fecha, son aquellos 
realizados por el Dr. Ramón Vargas Salguero, entre los más 
valiosos se encuentra un artículo publicado en Cuadernos de 
Arquitectura en 1977 con el nombre “El funcionalismo socialista 
de México: una corriente silenciada”19. En este artículo enumera 
las actividades de este grupo a partir de su fundación en 1938. 
Pone especial atención a su participación en el XVI Congreso 
Internacional de Planificación y de la Habitación de1938, donde la 
unión presentó su “Proyecto de Ciudad Obrera” y su “Doctrina 
Socialista de la Arquitectura”. Más adelante, señala las 
actividades de sus miembros una vez disuelto el grupo, entre las 
que destaca la participación en el Congreso de Habitación e 
Ingeniería Rural de 1939. Del mismo modo, hace un balance 
histórico sobre las circunstancias políticas y sociales en el país 
durante la década de 1930, en plena efervescencia de una 
política de Estado pro-socialista, las cuales repercutieron en la 
fundación de la Unión. Por último, adelanta las posibles causas 
de su disolución, entre la que destaca el cambio de sexenio, que 
trajo como consecuencia el enjuiciamiento de la política socialista 
y la de sus simpatizantes. 
En la obra: Historia de la Arquitectura y el Urbanismo Mexicanos: 
Arquitectura de la Revolución y Revolución de la Arquitectura20, 
Vargas Salguero da cuenta sobre la existencia de la Unión, 
ubicando su presencia en un “momento” de la historiografía de la 
arquitectura de la Revolución denominado “La consolidación”. 
Durante estos años presentaron los proyectos para los edificios 
que formarían parte del Sindicato Mexicano de Electricistas y del 
Edificio de la Confederación de Trabajadores de México, así 
como alternativas de planeación urbana y de vivienda, las cuales 
se incluyeron en la propuesta de la Ciudad Obrera dada a 
conocer en el XVI Congreso Internacional de Planificación y de la 
Habitación de 1938. Del mismo modo, Vargas Salguero describe 
 
19 Vargas Salguero Ramón. “El funcionalismo socialista de México: una corriente 
silenciada”. En Arquitectura latinoamericana. México. 1977, pp. 39-46. 
20 Vargas Salguero Ramón. Coord. Historia de la arquitectura y el urbanismo 
mexicanos: Arquitectura de la Revolución y Revolución de la arquitectura. México: 
UNAM-FCE, 2009. 
 
17 
 
que el tipo de funcionalismo que desarrolló este grupo, fue un 
funcionalismo que ellos interpretaron como mexicano y socialista. 
En este punto habría que señalar que los fines del trabajo de 
Ramón Vargas Salguero, no tuvieron como prioridad el estudio 
extenso sobre la Unión,así como tampoco de sus proyectos 
arquitectónicos. Habría que señalar que el Dr. Vargas Salguero, 
también realizó artículos más detallados sobre el funcionalismo 
socialista, en particular en los textos “Las condiciones 
propiciatorias del funcionalismo socialista21” y “El funcionalismo 
socialista, su promotor y su realizador”22, en los cuales establece 
que la Revolución fue el gran motor y estimulante de las ideas 
socialistas, que a través de los políticos comprometidos con las 
circunstancias sociales, fueron llevadas a la práctica. Como 
ejemplo señala a Narciso Bassols, quien impulsó la educación de 
carácter técnico, así como la construcción de escuelas primarias 
de bajo costo. Con base en estas premisas, promovió junto a 
Juan O´ Gorman, una arquitectura puramente funcionalista que 
atendiera a las demandas inmediatas de educación. Del mismo 
modo, enumera las condiciones que permitieron que las ideas 
socialistas permearan en: la política, la educación y que a su vez 
dieran forma a una arquitectura de la Revolución que tendría 
entre sus prioridades atender los problemas de las masas. Habría 
que señalar que Vargas Salguero, dejó una brecha para el 
estudio de la Unión de Arquitectos Socialistas, en cuanto al 
análisis histórico sobre la genealogía del socialismo, misma que 
le proporciona parte de su significado a la Unión. Del mismo 
modo, falta un estudio teórico sobre los elementos que componen 
la “Doctrina Socialista de la Arquitectura”, además de la obra 
arquitectónica que realizaron en conjunto. 
Con respecto a los estudios que se han realizado por parte de 
investigadores dedicados al análisis e historia de la arquitectura 
del siglo XX, se encuentra el trabajo de Rafael López Rangel, 
quien hizo referencias sobre este grupo, en gran medida por el 
contacto directo que tuvo con algunos de sus miembros más 
representativos como es el caso de Enrique Yáñez. En Orígenes 
 
21 Ramón Vargas Salguero, “Las condiciones propiciatorias del funcionalismo socialista 
en: de Arquitectura…, México, núm. 6/7, 2005, pp. 4-10. 
22 Vargas Salguero Ramón. “El funcionalismo socialista, su promotor y su realizador”. 
Ponencia presentada en: VII Seminario Nacional de Teoría de la Arquitectura. México: 
UNAM-Facultad de Arquitectura. 18 Y 19 de agosto de 2005. 
18 
 
de la arquitectura técnica en México: 1920-193323, López Rangel 
dedicó un pequeño apartado donde comentó la actividad de este 
grupo; quiénes fueron sus integrantes, así como los proyectos 
arquitectónicos que presentaron al final de la década de 1940. 
Por desgracia, es un texto breve y no aporta una información 
extensa que permita un análisis de la obra de la Unión. 
Hay que señalar que a partir de los estudios hechos por Vargas 
Salguero, otros investigadores, que a continuación se presentan, 
han tomado en consideración el tema de la Unión para incluirlo 
dentro de los estudios de la arquitectura del siglo XX. Sin 
embargo, la información sólo aparece como un complemento, tal 
como lo hizo Raquel Franklin Unkind, quien en la introducción a 
Cuadernos de Arquitectura dedicado a Hannes Meyer24, elaboró 
un breve, pero critico comentario sobre la Unión de Arquitectos 
Socialistas, a quienes consideró “atrasados” en sus conceptos al 
compararlos con aquellos que desarrollaban en esos mismos 
años los arquitectos soviéticos. De igual modo, explica las 
diferencias y problemas que se suscitaron en la práctica 
profesional, entre los arquitectos Juan´ O Gorman y Hannes 
Meyer. 
Por su parte, Louise Noelle en la introducción realizada en 
Cuadernos de Arquitectura25 dedicado a Alberto T. Arai, 
menciona brevemente las noticias que se tienen a partir de los 
estudios de Ramón Vargas Salguero, sobre la colaboración de 
Arai en la Unión de Arquitectos Socialistas, así como de su 
relación con el proyecto para el edificio de la CTM, que desarrolló 
en colaboración de Raúl Cacho y Enrique Guerrero. El estudio 
sólo precisa datos de la obra en general de Arai y no ofrece 
mayor información sobre el tema. 
Gerardo Sánchez Ruiz, en el capitulo “El contexto que rodeó a las 
propuestas del planificación del arquitecto Carlos Contreras”, que 
aparece en Planificación y urbanismo visionarios de Carlos 
Contreras: Escritos de 1925 a 193826, hace una breve mención 
 
23 López Rangel, Rafael. Orígenes de la arquitectura técnica en México: 1920-1933. 
México: UAM-Xochimilco, 1984. 
24 Franklin Unkind Raquel. “Introducción”. En Hannes Meyer: Pensamiento. Cuadernos 
de arquitectura. Vol. 5. México: CONACULTA-INBA, 2002. 
25 Noelle, Louise. “Introducción”. En Alberto T Arai. Caminos para una nueva 
arquitectura. Cuadernos de arquitectura. Vol. 3. México: CONACULTA-INBA, 2001. 
26 Sánchez Ruiz Gerardo. “Planificación y urbanismo visionarios de Carlos Contreras”. 
En Escritos de 1925 a 1938. Col. Raíces 2. México: UNAM-UAM-UASLP. 2003. 
 
19 
 
de la propuesta hecha por la Unión de Arquitectos Socialistas con 
respecto a la planificación y el urbanismo en la Ciudad de México. 
Más adelante muestra la influencia que tuvo el maestro Carlos 
Contreras en la Unión, que sin duda, se reflejó en su proyecto de 
la Ciudad Obrera. Lo anterior, confirma que uno de los principales 
problemas que buscaron atacar estos jóvenes arquitectos, fue la 
falta de vivienda para las clases más vulnerables. 
Existe un texto realizado por Xavier Guzmán Urbiola llamado: 
Carlos Leduc: Vida y obra, en donde hace una oportuna 
descripción de la vida de este arquitecto, quien tuvo un gran 
contacto con Juan O´ Gorman, Enrique Yáñez, Raúl Cacho y 
Ricardo Rivas. El autor menciona que Leduc simpatizaba con el 
ideal de ofrecer una arquitectura que solucionara los problemas 
sociales de las clases bajas; tenía a su vez una gran admiración 
por los proyectos de la arquitectura soviética y en algún momento 
se declaró admirador de la política estalinista. Es importante 
hacer mención de este estudio, ya que Guzmán Urbiola no cita a 
la Unión de Arquitectos Socialistas, tampoco la relación que tuvo 
Leduc con dicha organización en sus comienzos, aunque sí 
recrea un breve panorama del ambiente socialista y comunista 
que influyó de igual manera en la obra de Leduc, al grado de 
incluir en su proyecto arquitectónico de tesis, una bandera 
comunista en la plaza de la escuela que había proyectado. 
Como se mencionó en anteriores líneas, uno de los estudios que 
ha ofrecido un mayor análisis sobre el tema, es aquel realizado 
por Víctor Arias Montes y Carlos Ríos Garza en su “Estudio 
Introductorio” al libro Enrique Yáñez y el Edificio del Sindicato 
Mexicano de Electricistas, donde desarrollaron un valioso 
panorama social y político del cardenismo, así como de las 
propuestas de los arquitectos: Juan O´ Gorman, Juan Legarreta y 
de la Unión de Arquitectos Socialistas, que realizaron para 
afrontar el problema de la habitación obrera. Más adelante 
enfatizan la importancia del XVI Congreso Internacional de 
Planificación y de la Habitación, donde la Unión presentó su 
Proyecto de Ciudad Obrera. Es importante este estudio, ya que 
contiene material gráfico como fotografías e imágenes, que se 
han reproducido pocas veces en los estudios sobre la historia de 
la arquitectura del siglo XX. 
20 
 
El “prólogo” realizado por Alberto Hijar Serrano al libro Enrique 
Yáñez y el Edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas27, si 
bien no enumera con detalle las actividades de la Unión de 
Arquitectos Socialistas, sí hace un interesante análisis sobre las 
circunstancias políticas nacionales e internacionales que 
afectaron al país a partir de la década de 1920. Pone énfasis en 
los movimientos sindicales, así como en política cardenista en la 
cual se ampararon partidos de carácter comunista y socialista. 
Alberto Hijar, centra su estudio en describir el trabajo de Enrique 
Yáñez, quien junto con Ricardo Rivas, proyectó el edificio del 
SME; respetandoun estricto programa que ellos consideraron 
funcionalista, con el objetivo de cubrir las necesidades de los 
espacios para la reunión de los trabajadores. 
Hacia 1990, Pablo Quintero recogió una serie de entrevistas en el 
libro Modernidad en la arquitectura mexicana28, en donde 
aparece aquella realizada por Carlos González Lobo a Carlos 
Leduc. Las preguntas giran en torno a su labor profesional 
durante la década de 1930; sobre su participación en la Liga de 
Escritores y Artistas Revolucionarios, así como en su relación e 
influencia que tuvo de arquitectos como Juan O´ Gorman. En el 
mismo libro se encuentran un par de entrevistas (moderadas por 
Rafael López Rangel) a Enrique Yáñez, donde se le pregunta 
sobre su actividad dentro la Unión de Arquitectos Socialistas, así 
como de sus conceptos de arquitectura funcional y socialista. Al 
respecto contesta que: “Llamémosle arquitectura social, no 
socialista. Cuando nosotros fundamos esa agrupación de 
Arquitectos Socialistas, expresaba la tendencia, nuestro 
pensamiento, nuestra simpatía por el Socialismo, nuestra 
simpatía por la Unión Soviética”. De esta forma, el autor ofrece 
una valiosa información que nos ayudará a comprender el 
desarrollo del pensamiento de Enrique Yáñez, dentro del grupo. 
Del mismo modo, señala la importancia de la integración plástica 
dentro de sus proyectos, y a su vez, crítica su propia obra 
desarrollada durante la década de 1930. Sin duda, es un texto de 
gran ayuda, que aporta y aclara varios conceptos sobre el 
pensamiento arquitectónico de estos dos personajes. 
 
 
27 Hijar Serrano, Alberto. “Prólogo”. En Enrique Yáñez y el Edificio del Sindicato 
Mexicano de Electricistas. México: UNAM-Facultad de Arquitectura. 2011. 
28 Quintero, Pablo. La modernidad en la arquitectura mexicana: 18 protagonistas. 
México: UAM. 1990. 
21 
 
Existe un trabajo poco conocido por parte de Graciela de Garay, 
quien en su tesis La arquitectura funcionalista en México (1932-
1934): Juan Legarreta y Juan O´ Gorman29, recopila una 
información inapreciable de datos históricos sobre la construcción 
y análisis espacial de las casas realizadas por Juan Legarreta en 
la colonia Balbuena. De igual forma, remarca la importancia que 
tuvo el Estado y en particular la iniciativa privada, en la 
construcción de estos proyectos sociales, ya que las empresas 
privadas junto con el gobierno, impulsaron programas para el 
financiamiento de casas para trabajadores, aprovechando a su 
vez, la oportunidad para crear un mercado para la venta de 
materiales de construcción. Más adelante, intenta explicar 
teóricamente el funcionalismo realizado en México por Juan 
Legarreta y Juan O´ Gorman. Al final de su investigación, recopila 
entrevistas de arquitectos como Álvaro Aburto, Raúl Cacho y 
Enrique Yáñez, donde expresan sus inquietudes (a lo largo de la 
década de 1930), por hacer una arquitectura que ellos 
consideraron funcionalista. Sin embargo, el estudio en muchos 
puntos cae comentarios cuestionables, ya que la autora interpreta 
que los textos de arquitectos como Le Corbusier y Walter 
Gropius, entre otros tantos, tuvieron una repercusión inmediata 
en la arquitectura mexicana. No obstante, es un trabajo que 
merece un gran reconocimiento por los valiosos datos sobre la 
arquitectura desarrollada por Legarreta y O´ Gorman. 
Como se ha podido observar, a pesar de las valiosas referencias 
que existen sobre el tema, no se ha realizado un estudio con 
profundidad que exponga como las diferentes orientaciones del 
socialismo influyeron en la políticas de vivienda de las primeras 
décadas del siglo XX, y especialmente, en la creación y en las 
iniciativas de los jóvenes arquitectos que fundaron la Unión de 
Arquitectos Socialistas. De igual manera, no existe un análisis de 
la Doctrina Socialista de la arquitectura y de los proyectos 
arquitectónicos que realizaron sus miembros. Queda pendiente 
también un análisis concreto que enumere las características de 
la arquitectura que dicho grupo definió como socialista, de tal 
forma que ayude a identificar con mayor detalle el pensamiento y 
características de esta organización. 
 
29 Garay Graciela. La arquitectura funcionalista en México (1932-19341): Juan 
Legarreta y Juan O ‘Gorman. Tesis de licenciatura en historia. México: UNAM, 1978. En 
contenido en cuento a información que aporta esta tesis, hace evidente la necesidad 
de consultar este tipo de fuentes documentales y a su vez, invitar a su revisión por 
parte de aquellos interesados en el tema. 
22 
 
Por último, es necesario enfatizar que el estudio sobre la 
actividad desarrollada por la Unión de Arquitectos Socialistas 
durante el periodo del Cardenismo, no sólo aportará nuevos 
elementos a la historia de este periodo, también enriquecerá en 
gran medida a la historia de la arquitectura del siglo XX en 
México. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23 
 
CAPITULO I 
 
1.1 Genealogía y desarrollo del socialismo en México: la 
vivienda, un derecho de los trabajares 
 
El objetivo que tiene este apartado, es describir cómo las ideas 
del socialismo, con sus particulares orientaciones, llegaron a 
México y fueron asimiladas por diferentes actores sociales a partir 
de la segunda mitad del siglo XIX. De igual manera, se muestra la 
influencia que tuvieron los manifiestos de los círculos de obreros 
en la elaboración de las demandas de los trabajadores durante el 
siglo XX, donde se consideró especialmente la arquitectura 
destinada para la vivienda. Por último, se definirá qué tipo de 
socialismo fue el que la clase política y las principales 
organizaciones de trabajadores de la década de 1930, adoptaron 
para darle forma a su discurso ideológico. 
 
Durante los años posteriores a la Independencia de México, los 
penosos periodos de inestabilidad producto de las constantes 
disputas entre las principales facciones políticas, sumadas a las 
intervenciones extranjeras, fueron la constante a lo largo de esta 
primera mitad del siglo XIX. El pronunciamiento que derivó en el 
Plan de Ayutla (1854), fue uno de los procesos más importantes 
llevados a cabo para transitar a un nuevo gobierno de carácter 
liberal que consolidó su pensamiento en la Constitución de 1857, 
la cual definiría el programa político del Estado mexicano de las 
siguientes décadas. Aunque la respuesta política de los grupos 
conservadores derivó en la Guerra de Reforma y en la 
implantación del Segundo Imperio, los liberales pudieron 
sobreponerse para dar paso a la restauración de la República y 
con ello procurar el desenvolvimiento de sus planes 
gubernamentales. Este fue el escenario histórico en donde se 
discutieron diferentes ideas y formas de gobierno, que fueron 
desde las más conservadoras hasta aquellas emanadas de la 
ilustración y del liberalismo, las cuales configuraron los preceptos 
de las repúblicas modernas a lo largo del siglo XIX. Durante estos 
años, también creció el interés por otras corrientes del 
pensamiento político, entre los que se encontraban los textos del 
socialismo europeo, de los cuales Melchor Ocampo tradujo en 
1851 la obra llamada Sistema de contradicciones económicas o 
24 
 
Filosofía de la Miseria de Joseph Proudhon (publicada en 1846) a 
la cual se le sumarían otros títulos con el paso del tiempo, en 
gran medida debido a su aceptación entre los círculos de 
trabajadores e intelectuales que simpatizaban con sus propuestas 
laborales. Otras noticias que llegaron al país sobre el tema, no 
tuvieron el mismo recibimiento positivo, en especial aquellas que 
daban cuenta sobre la insurrección popular en Paris en 1848. De 
este acontecimiento el secretario de Relaciones Exteriores, Luis 
de la Rosa, envió correspondencia a México manifestando que lo 
ocurrido, era producto de agitadores socialistas y comunistas que 
deseaban alterar el orden y la paz social30.Por otra parte, fue 
común que durante estos años los conservadores trataran de 
generar temor entre la sociedad y con ello golpear políticamente 
a los liberales, al señalar que éstos deseaban ejecutar las ideas 
del socialismo que se inclinaba por abolir la propiedad privada31. 
Lo anterior llegó a generar mayor inquietud entre los grandes 
acaudalados y políticos, ya que este derecho formaba una de las 
piedras angulares del incipiente capitalismo y a su vez, 
fundamentaba la política del Estado liberal mexicano. 
 
Durante el periodo del gobierno porfirista, las ideas del socialismo 
utópico y fraternalista32 continuaron divulgándose dentro de los 
centros fabriles (especialmente en los urbanos) donde 
usualmente prevalecían condiciones de explotación y nulas 
garantías para que los trabajadores desarrollaran 
adecuadamente sus actividades. Por lo que las referencias sobre 
mejores condiciones de trabajo despertaron cierto interés entre la 
clase trabajadora letrada, principalmente en aquellas ciudades 
fabriles y mineras como: la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala y 
Veracruz, a las que se le fueron sumando otras ubicadas en la 
 
30 García Cantú, Gastón. El socialismo en México: siglo XIX. México: Ediciones Era, 1984, 
p. 150 
31 Ídem. 
32 Algunos Socialistas utópicos como Saint Simon, proponían una sociedad donde la 
administración y la economía pasaran a mano de los productores, es decir, a los 
obreros y trabajadores. De esta manera, se lograría un mejoramiento en sus 
condiciones laborales y de vida. Así mismo, propusieron la sustitución del gobierno, 
por uno basado en una organización tecnológica y científica de la sociedad. Es 
importante mencionar que Saint Simon, así como otros utopistas como J. Proudhon, 
rechazarían la idea de una revolución social que cortara tajantemente con el gobierno 
en turno, proponiendo por el contrario, su progresiva desaparición. Sumado a lo 
anterior, enfatizarían que la dirección de gobierno se pondría en manos de los más 
capacitados y sabios, lo cual fue fuertemente criticado por pensadores anarquistas 
como Bakunin. Para una mayor referencia consultar el texto de: Cappelletti, Ángel J. La 
ideología anarquista. Barcelona: Espíritu libertario. 2010. 
25 
 
zonas centro, norte y en el Pacífico Norte”33. En estas entidades, 
se presentaron con el paso del tiempo, un cumulo de demandas 
laborales que maduraron en sus conceptos cuando los líderes de 
los trabajadores tuvieron la orientación de organizaciones como 
el Gran Círculo de Obreros (fundado en 1871), que venía 
realizando una gran tarea de propaganda sobre la necesidad de 
establecer acuerdos que los beneficiaran. Tal fue el poder de 
convocatoria que adquirió esta organización, que en los 
siguientes años tuvo representación en más de cuarenta fábricas 
del país; los problemas que fueron discutidos en sus reuniones se 
concentraban en: el exceso de las horas de trabajo, las precarias 
condiciones de higiene de los espacios laborales, los bajos 
salarios, la falta de educación y en la necesidad de proporcionar 
viviendas para los trabajadores34. Aunque el interés por estas 
ideas de bienestar fueron bien recibidas, no habrían tenido un 
mayor impacto sin el papel que tuvo la prensa para su difusión, 
ya que gracias a la ayuda de este medio, se conocieron una serie 
de manifiestos de los círculos de trabajadores europeos que se 
editaban en periódicos nacionales como: La Comuna (1871), El 
hijo del trabajo (1874), La Internacional y especialmente en aquel 
que tuvo mayor difusión: El Socialista (1871), los cuales utilizaron 
frecuentemente en sus artículos conceptos como: lucha de 
clases, capitalismo y proletariado. Es importante mencionar que a 
finales del siglo XIX, la actividad de estas publicaciones 
independientes, que se concentraban principalmente en los 
sectores urbanos con actividad fabril, tuvieron el apoyo de un 
sector de intelectuales simpatizantes con las demandas de los 
trabajadores35. 
 
33 Nava Oteo, Guadalupe. “La Minería”. En Historia Moderna de México. El Porfiriato 
vida económica. Daniel Cossío Villegas, Coord. México: Hermes 1965, p. 265. 
34 García Cantú, Gastón. Op., Cit., p. 150 
35 Menciona Arnaldo Córdova en su artículo “México: Revolución y política de masas”. 
Cuadernos Políticos. Núm. 13. México: editorial Era, julio-septiembre de 1977, pp. 85-
101, la importancia que tuvieron los núcleos de trabajadores industriales, los cuales se 
convirtieron en la clase más importante del país por su papel estratégico durante las 
primeras décadas del siglo XX. 
 
26 
 
 
El Socialista. 23 de julio de 1871. Hemeroteca Nacional. UNAM. 
 
A pesar del creciente número de conflictos suscitados en los 
principales centros laborales a finales del siglo XIX, el país 
continuaba su transición hacia la modernización de la 
infraestructura necesaria para sus operaciones económicas. Para 
tal propósito los medios de comunicación fueron vitales, por ello 
se acondicionaron y construyeron nuevos caminos, puentes, 
instalaciones portuarias y especialmente se puso atención a la 
ampliación de las vías férreas, que a partir de 1884, fueron 
creciendo en promedio 700 kilómetros por año36. Para llevar a 
cabo estas obras se recurrió a la ayuda de arquitectos, ingenieros 
y profesionistas, quienes ofrecieron soluciones a los problemas 
prioritarios del país y de la Ciudad de México. En esta última 
entidad se realizaron obras que procuraron: el saneamiento de la 
ciudad y la edificación de la arquitectura que necesitaba el Estado 
y la iniciativa privada. Esta bonanza económica que propició el 
porfirismo, quedó registrada en revistas como El Mundo Ilustrado 
y especialmente en El Arte y la Ciencia, que dirigió el talentoso 
Nicolás Mariscal, donde a través de notables artículos, describió 
el desarrollo en el país en materia de arte, ciencia, arquitectura e 
ingeniería. Para tal labor, procuró mantener un estrecho contacto 
con especialistas nacionales e internacionales, que marcaban 
para entonces las directrices de la construcción moderna. 
 
 
36 González Luis. “El liberalismo triunfante”. En Historia General de México. México: El 
Colegio de México. 1976, p, 665. 
27 
 
La dinámica económica que alcanzó el país durante estos años, 
estimuló el crecimiento de las clases media y alta en las 
principales entidades del país, especialmente en la Ciudad de 
México, en donde se consolidaron nuevas colonias como La 
Tabacalera, San Rafael, Santa María la Ribera y la Americana 
(Juárez), donde se implementaron mejoras urbanas, nuevos 
programas arquitectónicos y conductas de vida que procuraban, 
en especial, la comodidad y la higiene. Para la construcción de 
las casas de estas colonias, se le encomendó a la generación de 
arquitectos e ingenieros porfiristas, la elaboración de bellos 
diseños que la academia mexicana de arquitectura estaba 
acostumbrada a enseñar. Sin embargo, no todas estas acciones 
beneficiaron a la mayoría de la sociedad de forma homogénea, 
ya que difícilmente los trabajadores rurales y de la ciudad que 
percibían bajos salarios, tenían acceso a los beneficios de esta 
modernidad constructiva. Desde finales del siglo XIX, la diferencia 
entre las clases sociales fue creciendo desproporcionadamente 
entre los acaudalados y la clase trabajadora, ya que fue el 
periodo en el cual muchos terratenientes se enriquecieron 
mediante el acaparamiento de grandes extensiones de tierra, 
como consecuencia de la desamortización de bienes de la 
iglesia37. La situación se agravó cuando Porfirio Díaz les otorgó 
las facilidades, permitiendo con ello el despojo de las 
propiedades de muchos campesinos, quienes al quedar en total 
vulnerabilidad se emplearon como jornaleros, los cuales 
usualmente quedaron expuestos a una dinámica de explotación. 
Por su parte, el Gran Círculo de Obreros (fundadoen 1871) 
mantuvo una activa presencia en varias entidades con actividad 
industrial, organizando a obreros y divulgando ideas sobre: el 
socialismo mutualista y el anarquismo europeo, a través de El 
Socialista, que desde 1884, realizaba venta de libros entre los 
que se encontraban ejemplares en francés como El Manifiesto del 
Partido Comunista y El Capital38, que si bien no fueron estudiadas 
con detalle, sino hasta la década de 1930, ya formaban parte de 
la literatura que se podía encontrar en el país. 
 
 
37 La situación social que se vivía en el campo como producto del despojo de la tierra a 
los campesinos, derivó en levantamientos armados como el de Julio López “el 
comunista asesino” (discípulo de Plotino C. Rhodakanaty) quien se sublevó en las 
inmediaciones de Chalco en 1868, exigiendo la restitución de las tierras despojadas a 
los campesinos a través de su manifiesto dirigido a “todos los oprimidos y pobres de 
México y del Universo”. 
38 García Cantú, Gastón. Op., Cit., p. 116. 
28 
 
Durante los primeros años del siglo XX, las exigencia de los 
trabajadores continuaron manifestándose a través de portavoces 
como los hermanos Flores Magón, quienes asimilaron las 
reivindicaciones de los trabajadores y campesinos, logrando 
programas políticos que presentaron en el periódico 
Regeneración (que editaban desde 1900) la realidad y 
desigualdad del gobierno porfirista. En 1906 el Manifiesto del 
Partido Liberal Mexicano, concentró una serie de peticiones para 
el mejoramiento de las condiciones laborales. En este 
documento, se consideró particularmente el tema de la vivienda; 
por ello, en la fracción 26 del manifiesto se proponía “Obligar á 
los patronos ó propietarios rurales á dar alojamiento higiénico a 
los trabajadores, cuando la naturaleza del trabajo de éstos exija 
que reciban albergue de dichos patronos o propietarios”. En los 
años siguientes, esta petición la retomarían otros personajes 
como Pascual Orozco, quien en el Pacto de la Empacadora 
(1912), introdujo la idea de que “los propietarios de las fábricas 
brindaran alojamiento a sus obreros, en condiciones higiénicas, 
con la intención de preservar su salud y enaltecer su condición” 
39. Es importante señalar, que estos manifiestos exhibieron que el 
tema de la vivienda obrera, era un tema de gran relevancia que 
en años posteriores trascendería al formar parte del Artículo 123 
de la Constitución de 1917. 
 
A pesar del fortalecimiento que tuvieron las organizaciones de 
trabajadores durante estos años, el cual se reflejó principalmente 
en su poder de convocatoria y sobre todo por su papel como 
motor estratégico40, los patrones no cedieron a sus demandas, lo 
que a la brevedad provocó que las negociaciones se volvieran 
más ríspidas. Estas circunstancias se reflejaron en altercados 
como el de 1906, cuando el Gran Círculo de Obreros Libres, que 
mantenía actividades en los principales centros fabriles y mineros 
del país como Cananea y Rio Blanco, fomentó la organizaran 
importantes huelgas entre 1906 y 1907, que condujeron a 
enfrentamientos con las autoridades con dramáticos resultados. 
Las frecuentes hostilidades a las que fue sometidos los 
opositores al régimen, acrecentaron el interés de nuevas 
facciones políticas por la transición a un nuevo gobierno. Este 
tema despertó mayor interés a partir de la famosa entrevista 
Díaz-Creelman (realizada en marzo de 1908) donde el reportero 
 
39 Ruiz Massieu, José Francisco. Op., cit., p. 7. 
40 Córdova Arnaldo. “México: Revolución burguesa y política de masas”. Op., Cit., p. 94. 
29 
 
de la Pearson's Magazine recogería el discurso del presidente, 
que enfatizaba la necesidad de crear una mayor apertura 
democrática. Lo anterior, propició la formación del movimiento 
antirreleccionista encabezado por Francisco I. Madero, que a 
través del Plan de San Luis convocaría al movimiento 
revolucionario en noviembre de 1910. 
 
Contrario al contexto de inconformidad social que se vivía durante 
esta década, el régimen porfirista no escatimó recursos para la 
preparación de las fiestas del centenario de la Independencia de 
México, que contó con los representantes políticos de países 
como Estados unidos, España, Alemania, Francia y China, 
quienes pudieron admirar el desarrollo del país a través de la 
inauguración de importantes obras como: el Hospital de la 
Castañeda, el Monumento a la Independencia, el Monumento a 
Juárez, las obras para desagüe de la cuenca de México, mejoras 
para el lago de Chapultepec y la inauguración de monumentos 
que fueron parte de obsequios de distintos países, así como otras 
actividades realizadas en el centro y diferentes entidades del 
país. Sin bien, los festejos de estos años continuaron mostrando 
un clima de estabilidad política y social, por otra parte 
continuaban las acciones para controlar a grupos de rebeldes 
que se presentaron como respuesta al Plan de San Luis, aunque 
sus esfuerzos fueron rebasados por los levantamientos armados 
en Estados como Chihuahua, San Luis Potosí, Coahuila, 
Guerrero, Morelos y Veracruz, a los que se fueron sumando otros 
subsecuentemente, propiciando el inminente exilio del General 
Díaz. Las elecciones presidenciales de octubre de 1911 le darían 
la victoria a Madero. No obstante, su administración sería 
duramente criticada por los caudillos revolucionarios quienes 
percibirían en los siguientes meses cierta preocupación como 
resultado de los acuerdos con la vieja clase política porfirista. 
Posterior al golpe de Estado efectuado por Victoriano Huerta, la 
inestabilidad política que se vivía promovió la creación de otras 
organizaciones de fuerte tendencia anarquista y socialista como 
La Casa del Obrero Mundial, la cual fue utilizada por las fuerzas 
constitucionalistas de Venustiano Carranza para reclutar a los 
denominados “Batallones Rojos” con los cuales combatirían a 
Huerta y al ejército de la División del Norte. Una vez en el poder, 
la estrategia que utilizarían los gobernantes como Venustiano 
Carranza (para mantener la estabilidad social durante sus 
mandatos) fue negociar y ofrecer a la clase trabajadora mejores 
30 
 
garantías laborales, tomando como estandarte la Constitución de 
1917; documento representante del cúmulo de reivindicaciones 
laborales, agrarias, de educación y de salud, que se habían 
planteado décadas atrás por las organizaciones y círculos de 
trabajadores. De esta manera, El Estado crearía un “sistema 
jurídico-político de conciliación entre las distintas clases 
sociales”41 que incluiría reivindicaciones como aquella que 
intercedía por la cuestión de vivienda. Así, la Constitución de 
1917 el artículo 123, fracción XII, recogería la misma solicitud 
hecha por el Manifiesto del PLM y el Pacto de la Empacadora, ya 
que señalaba que: “En toda negociación agrícola, industrial, 
minera o cualquier otra clase de trabajo, los patronos estarán 
obligados a proporcionar a los trabajadores habitaciones 
cómodas e higiénicas, por la que podrán cobrar rentas que no 
excedan del medio por ciento mensual del valor catastral de las 
fincas. Igualmente deberán establecer escuelas, enfermerías y 
demás servicios necesarios a la comunidad”42. Con lo anterior, se 
dejaría claro que las reformas sociales se fueron integrando poco 
a poco a un programa político dirigido por las esferas del poder 
para tener un mayor control sobre los trabajadores, para que 
éstos evitaran cualquier tipo de sublevación. 
 
Durante la década de 1920, la presencia del socialismo en 
México se había fortalecido con el aumento de organizaciones 
de trabajadores y de partidos políticos que se autodenominaban 
socialistas y comunistas entre los que destacaron: el Partido 
Comunista Mexicano, el Partido Socialista Obrero (Yucatán) o el 
Partido Socialista Radical de Tabasco, donde participaban 
intelectuales de la clase media y grupos anarquistas, quienes en 
un principiose mostraron reacios a la lucha institucional, aunque 
posteriormente terminarían negociando con los grupos de 
poder43. Durante estos años de intensa actividad política, se tuvo 
el interés por lograr una mayor unificación entre estas 
organizaciones, lo que hizo posible que en 1919 se presentara la 
convocatoria para el Primer Congreso Nacional de Partidos 
Socialistas, que en poco tiempo logró congregar a cerca de 200 
delegados de todas partes del país, reflejando con ello la 
 
41 Córdova Arnaldo en su artículo “México: Revolución y política de masas”. Op. Cit., p. 97. 
42 Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Art. 123; Fracción XII. 
43 González Casanova, Pablo. La clase obrera en la historia de México en el primer 
gobierno constitucional (1917-1920). México: UNAM-Siglo XXI. 1980. p. 13. 
31 
 
importancia de este evento, al cual se sumaron representaciones 
de Estados del norte del país, así como de aquellos provenientes 
del sur, donde políticos socialistas como Francisco Mújica, Carlos 
Castro Morales y Felipe Carrillo Puerto, desarrollaban una gran 
actividad política y social. En este congreso se discutieron las 
demandas que habían sido constantes por años, entre ellas: la 
construcción de casas baratas para obreros; reformas a las leyes 
de inquilinato y desahucio; lavaderos y baños públicos gratuitos 
(en los principales centros obreros); el establecimiento del seguro 
obligatorio contra los accidentes de trabajo, enfermedades, 
invalidez, vejez y paro forzoso; proporcionar trajes y alimentos a 
los niños que asistan a las escuelas municipales por cuenta del 
Estado; en la creación de parques escolares; otorgar asistencia 
médica y servicio farmacéutico gratuitos; proporcionar albergue 
para obreros inválidos y casas de maternidad para los hijos de las 
mujeres obreras. Desde el punto de vista educativo y cultural se 
propuso el establecimiento de la escuela racionalista y la 
construcción de bibliotecas y ateneos obreros44. El Estado 
durante estos años, lejos de ignorar a estas organizaciones, 
ofreció su apoyo a través de una burocracia sindical que tomó 
como estandarte el nombre de la revolución45. De esta manera, 
se fortalecieron organizaciones como la CROM, que desde 1918 
había desarrollado una política de organización sindical y agraria 
que trato de anteponerse al avance de otras que le representaran 
competencia alguna, todo con la finalidad de crear masas al 
servicio del Estado46. Aunque en los siguientes años continuaron 
las estrategias para controlar a diferentes grupos y movimientos 
sociales, a los cuales se le sumaron otros (no necesariamente de 
carácter socialista) en las principales ciudades; como ejemplo se 
encuentra el “Movimiento inquilinario” de 1925, el cual fue reflejo 
de las condiciones de habitabilidad que se vivía en la Ciudad de 
México; este movimiento llegó a congregar en su mejor momento 
a cerca de 35 mil inquilinos. Sus esfuerzos se concentraron en 
presionar a las autoridades para que los arrendatarios 
acondicionaran las habitaciones que ocupaban, especialmente 
aquellas ubicadas en las viejas vecindades, que se distinguían 
 
44 Ruiz Massieu, José Francisco. Op., cit., p. 173. 
45 Gilly, Adolfo. La revolución interrumpida. México: Ediciones Era. 1994. P. 351. 
46 González Casanova, Pablo. Op. Cit., p. 173. 
32 
 
por su avanzado deterioro, innegables problemas de higiene y 
por sus elevadas rentas que resultaban difíciles de pagar. Por su 
parte, el Estado a través de la CROM y de su propio sindicato 
inquilinario, logró neutralizar a este movimiento provocando con 
ello su pronta disolución47. 
Hasta este punto, habría que hace una síntesis que nos permita 
comprender cuales fueron las ideas que predominaban en la 
ideología de las organizaciones autodenominadas socialistas 
durante las dos primeras décadas del siglo XX, para determinar el 
contraste y orientación de aquellas desarrolladas durante la 
década de 1930. Lo que se ha podido observar, es que gran 
parte de las demandas realizadas por las organizaciones de 
trabajadores así como de los partidos políticos socialistas, se 
concentraron en exponer las condiciones de los trabajadores que 
garantizaban mejores condiciones laborales y de vida. Sí bien, en 
estas ideas predominaba un lenguaje que correspondía más a un 
socialismo utópico, fraternalista y de ayuda mutua, que a pesar 
de sus carencias ideológicas y programas políticos y económicos, 
fue suficiente para que estas organizaciones captaran 
simpatizantes, lo que les permitió tener una gran actividad en la 
escena política y social. El Estado por su parte, no sólo supo 
negociar y conducir a las masas de trabajadores, quienes 
además de ayudar a disolver la sociedad del viejo régimen, 
también se convirtieron en un factor de poder y fuerza propulsora 
para la consolidación de las instituciones modernas del país48. 
Durante la década de 1920, se presentaron nuevos sucesos que 
nutrieron el ambiente socialista en México. Particularmente, 
fueron llegando mayores noticias sobre la Revolución Rusa, lo 
cual interesó a los grupos simpatizantes del socialismo y del 
comunismo; entre los anarquistas y en la pequeña burguesía 
intelectual, quienes en conjunto trataron de estar al tanto de este 
proceso histórico. Sin embargo, la información que usualmente 
recibían no siempre fue la más precisa, como aquel informe que 
catalogaba a Lenin como un espía alemán, que ayudado por un 
judío llamado Trotsky, habían dado un golpe de Estado para 
 
47 Taibo, Paco Ignacio. Los Bolshevikis: Historia narrativa de los orígenes del 
comunismo en México (1919-1925). México: Joaquín Mortiz. 1986. pp. 162-181. 
48 Córdova Arnaldo. “México: Revolución y política de masas”. Op. Cit., pp. 85-86. 
33 
 
conquistar Moscú. A la par de esta información, fue sumándose al 
lenguaje de estas organizaciones las palabras bolsheviki y soviet, 
que fueron utilizadas constantemente con sus diferentes 
significados49. Aunque continuaron llegando noticias sobre los 
acontecimientos de la Revolución Rusa durante los años 
siguientes, no se aportaron suficientes elementos teóricos para 
que se conformara un movimiento estrictamente socialista o 
marxista en el país. Los textos de Karl Marx, aún no contaban 
con traducciones adecuadas y continuaban sin causar gran 
interés; el PCM sólo se concentraba en el estudio del socialismo 
utópico y en los textos de Friederich Engels. En contraparte, los 
manifiestos de los revolucionarios soviéticos de Trotsky y de 
Lenin, comenzaban a popularizarse entre los intelectuales afines 
a estas organizaciones. A pesar de todas estas limitaciones, los 
principales partidos socialistas ya habían monopolizado las 
interpretaciones relacionadas con la Revolución Rusa. En julio de 
1920 un acontecimiento mostró el interés de la clase política 
socialista mexicana por mantener contacto con los dirigentes 
rusos a través de uno de los eventos más relevantes: el II 
Congreso de la Internacional Comunista celebrado en 
Petrogrado, al cual el PCM enviaría a Richard Francis Phillips, 
uno de sus principales dirigentes que logró establecer un breve 
contacto con Lenin en el Kremlin, lo cual ayudó a acrecentar el 
mito soviético en México50. 
 
Sindicato de Pintores y Escultores. Marcha del 1 de Mayo de 1929. Foto: Tina 
Modotti. 
 
49 Ibídem, p. 30. 
50 Ibídem., pp. 37-48. 
34 
 
Diego Rivera. El obrero, el campesino y el soldado trabajando. Edificio de la 
Secretaría de Educación Pública. 
 
En los siguientes años, diferentes sectores continuaron 
sumándose a grupos socialistas, entre ellos los artistas, quienes 
definieron su postura política y su compromiso con el país; 
trataron de anteponerse a los postulados conservadores de la 
academia y procuraron desarrollar unarte producto de la 
Revolución Mexicana, donde el pueblo sería un elemento dentro 
de sus propuestas estéticas. Entre noviembre y diciembre de 
1922, un grupo de pintores entre los que se encontraban: Diego 
Rivera, David Alfaro Siqueiros, Fermín Revueltas, José Clemente 
Orozco, Carlos Mérida, Jean Charlot y Ramón Alba Guadarrama, 
crearon el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores. 
En la reunión constitutiva que realizaron, Rivera afirmó que los 
pintores eran “obreros manuales simple y sencillamente. En 
última instancia, somos obreros técnicos y nada más. Tenemos 
que defender nuestros jornales en particular y los intereses de 
nuestro gremio en general”51. Si bien, el sindicato no logró 
realizar manifestaciones formales sino hasta los años de 1929 y 
1932, si consideraron los siguientes puntos que ya dejaban ver su 
simpatía por el socialismo ruso y adhesión sindical a la Tercera 
Internacional. Así mismo buscaron el desarrollo de una línea 
estética antiimperialista, anticapitalista, popular, nacionalista y la 
vinculación con la sociedad. Años más tarde, algunos miembros 
de este sindicato como Diego Rivera y David A. Siqueiros, 
 
51 Ibídem. pp. 201-204. 
35 
 
tomarían diferentes posturas políticas y estéticas que se verían 
reflejadas en su obra mural, la cual buscaría contraponerse a la 
pintura academicista de “caballete”. De igual manera, su actividad 
política les permitió mantenerse activos en partidos como PCM, 
durante largos periodos. 
Esta década no sólo representó un momento clave para la 
consolidación de los gobiernos revolucionarios, también 
manifestó la necesidad por afirmar un ideal de nación. Para tal 
propósito, el Estado enfatizó (particularmente durante la 
administración de José Vasconcelos) la necesidad por la 
revaloración del pasado prehispánico y virreinal, negando a su 
vez los modelos estéticos del porfirismo, los cuales se 
abandonarían con el paso del tiempo. La arquitectura 
desarrollada durante estos años, materializó estas intenciones 
con la construcción de obras como: la Escuela Benito Juárez, la 
ampliación del Palacio Nacional y el Pabellón para la Exposición 
Internacional en Rio de Janeiro de 1922. La iniciativa privada, 
otro de los grandes promotores de este estos estilos, realizó 
notables ejemplos como fueron el Edificio de Departamentos 
Gaona en la avenida Bucareli, los Talleres Tostado y el Edificio 
Sortres, los cuales enfatizaban no sólo la búsqueda de la 
nacionalidad mexicana a través del pasado virreinal, también una 
arquitectura moderna en la cual se emplearon nuevos materiales 
constructivos como el concreto armado. En cuanto a las formas 
más apegadas al neo pre hispanismo (que buscaron ser parte de 
la representación del país en el extranjero) se encuentra el 
Pabellón realizado para la Exposición Internacional de Sevilla de 
1929. Todo lo anterior, reflejó la necesidad por experimentar con 
estilos que cubrieran las necesidades estéticas y arquitectónicas 
del país, por lo que la Revolución vino a ser el conducto por la 
cual se materializaron todas estas propuestas. 
A la par de estos sucesos culturales, los gobiernos 
revolucionarios trataban de mantener la estabilidad política en el 
país, ya que continuaron suscitándose a lo largo de la década 
una serie de conflictos entre los principales jefes militares que 
dieron como resultado la muerte de personajes como Emiliano 
Zapata, Felipe Ángeles (1919), Venustiano Carranza (1920), 
Francisco Villa (1923) y Álvaro Obregón (1928). Durante estos 
36 
 
años, Plutarco Elías Calles que venía en ascenso político, 
buscaría las estrategias adecuadas para negociar con las más 
importantes facciones políticas y con las organizaciones de 
trabajadores, entre ellas la Confederación Regional Obrera 
(CROM), que sumadas a otras ya dejaban ver que su presencia 
había sustituido al ejército como factor predomínate para el 
mantenimiento del poder52. De esta forma, la política mexicana 
tuvo un importante reacomodo a partir de 1924, lo cual ayudó a 
fortalecer en gran medida las instituciones gubernamentales. De 
igual manera, el gobierno de Calles buscaría un mayor 
acercamiento con los partidos políticos de carácter socialista 
como el PCM, con quien tempranamente tuvo importantes 
acuerdos que le beneficiaron para su campaña presidencial. Este 
tipo de pactos favorecieron las actividades de grupos socialistas y 
comunistas radicales, entre los que se encontraba el gobernador 
de Tabasco Tomás Garrido Canabal, quien desde 1923 había 
emprendido una campaña antirreligiosa (precedida por aquella 
realizada por José Francisco Múgica) ayudado por sus “Camisas 
Rojas”, quienes pretendieron desfanatizar al pueblo a través de: 
la clausura de iglesias, la destrucción de imágenes, el 
adoctrinamiento en un socialismo de corte estalinista, así como 
en la implementación de escuelas racionalistas en espacios 
religiosos que previamente habrían sido desalojados53. Este tipo 
de enfrentamientos con la iglesia, derivaría en el movimiento 
armado cristero de 1926, que polarizarían a la sociedad y que a 
su vez, derivaría en una fuerte crítica de parte la sociedad y de 
los políticos opositores al desarrollo de ideas del socialismo en el 
país. 
 
Durante la década de 1930, ocurrieron los mayores sucesos que 
repercutieron en el fomento del socialismo en México, entre los 
que destacaron los proyectos para la implementación de la 
educación técnica y socialista (que buscaba principalmente la 
educación para que el trabajador pudiera ganarse su sustento), 
así como el fortalecimiento de importantes organizaciones como 
lo fueron: la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), 
la Confederación General de Trabajadores (CGT), Confederación 
General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), la 
Confederación de Trabajadores de México (CTM), el Sindicato 
 
52 Benítez, Fernando. Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. I, El Porfirismo. 
México: FCE. 1978, pp. 8-24. 
53 Ídem. 
37 
 
Mexicano de Electricistas (SME) y el Comité Nacional de Defensa 
Proletaria (CNDP), entre otras, que continuaron promoviendo en 
sus discursos la unidad entre la clase trabajadora a través de un 
lenguaje de carácter socialista fraternalista. En lo que respecta a 
los dos periodos políticos que representaron a esta década como 
lo fueron el Maximato y el Cardenismo, estos tuvieron un papel 
preponderante en el desarrollo económico del país y en el 
fortalecimiento de una ideología de Estado en donde el trabajador 
sumaria fuerzas para la reconstrucción económica de la nación. 
Para tal propósito, se apostó por diferentes estrategias, entre 
ellas la reforma a la educación. Es por ello que gobiernos como el 
de Pascual Ortiz Rubio, tuvieron especial atención al fomento de 
la industrialización y la educación técnica e industrial. Por ello, a 
la brevedad se trató de organizar un verdadero sistema de 
enseñanza “[…] que significara una aportación considerable para 
el aprovechamiento de los recursos naturales del país y el 
mejoramiento del nivel de vida del pueblo mexicano”54. Los 
proyectos para implementar una educación técnica (que décadas 
antes habían anticipado a la socialista) coincidían en la necesidad 
de preparar a los hijos de los trabajadores. Uno de los grandes 
promotores fue Narciso Bassols, quien desde la Secretaría de 
Educación Pública impulsó en 1931 un sistema de enseñanza 
que comenzaría con la Escuela Primaria Superior y culminaría 
con la Escuela Politécnica. En 1932, este tipo de iniciativas tuvo 
un gran logró al reunir a las escuelas técnicas dedicadas a la 
enseñanza de la edificación, para que en conjunto constituyeran 
a la Escuela Superior de Construcción, a la cual la SEP le 
propuso “Hacer surgir una cultura profesional, basada muy 
especialmente sobre las posibilidades populares, y la cual se 
opondría a la cultura actual universitaria”55, de igual

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