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Revolución N 06 7 de Julio de 1907 Semanario Liberal Los Angeles - Eladio Murgia Mandujano

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tAV 
SEMANARIO LIBERAL. 
Tst^^f^^^^ 
• AÑO 1. LOS ANGELES, CAL., JULIO 6 DE 1907. NÚM. 6. 
México así como en los Estados 
Unidos.'' 
r "", . \JJOHN J , RKIB\" 
Del periódico obrero " ¡Tie-
rra! '* de la Habana, tomamos 
los siguientes p/urrafoa : 
v"Las huelgas casi Biempre son 
perdidas en México porque la 
Dictadura manda sus soldado» á-
desbaratarlas a" sangre y fuego y 
á ' obligar 4 sus esclavos á que 
reanuden el trabajo. Haoe pocos 
meses' el mundo se conmovió 
con las atrocidades . cometida» 
por orden del asesino del pue» 
blo, Porfirio Díaz. Los obreros 
de las fábricas de hilados y teji-
dos del Estado de Veracruz, se 
declararon en huelga. Foca cosa 
pedían: aumento do unos cuan-
tos centavos de salario, k, jor-
nada de ocho horas, la destitu-
ción de ciertos odiosos capataces 
Y EL PERMISO DE, LEER PE-
RIÓDICOS D E F E N S O R E S 
DEL PUEBLO, cuya lectura 
está prohibida á lqs trabaja-
dores." 
"El Dictador Porfirio Díaz en-
vió tropas á los lugares en que 
se encuentran las fábricas y una 
hecatombe en la que pereoieron 
más de doscientos proletarios de 
las fábricas de Santa Rosa, No-
gales y Río Blanco, puso fin á la 
hucilga.' Ancianos, mujercjs y 
niños perecieron á manos de los 
soldados"." 
EL DEBER DE LA MUJER. 
En el número 5 de REVOLU-
CIÓN publicamos una excitativa 
firmada por varias señoritas resi-
dentes en El Paso, Texas, por me-
dio de la cual se señala á los hom-
bres el camino del deber, esto es, el 
de la revoluoión, para derribar ese 
vergonzoso despotismo que pesa1 
sobre los mexicanos. 
Son las causas más bellas las 
que logran interesar á la mujer, 
Sacándola de ese quietismo ener1 
van te en que la tienen sumida, las 
preocupaciones heredadas y las en-
señanzas torcidas de una educación 
hipócrita, que hpy por hoy, es el 
menguado pan'intelectual con que 
nutre los cerebros una sociedad re-
gida por eunucos y por viles. 
La causa que persigue la Junta 
Organizadora del Partido Liberal 
tiene la virtud de interesar á todos 
los espíritus honrados, hombres y 
mujeres, porque es una causa hu-
mana y civilizadora que quiere la 
felicidad, la fraternidad y la liber-
tad de tedos los que viven en esa 
parte integrante del, mundo que se 
llama México. Por eso hay muchas 
mujeres entre los miembros del 
Partido Liberal, y por eso las seño-
ritas mexicanas que residen en El 
Paso, Texas, excitan á los hombres 
á que no sean mansos, á que sean 
realmente hombres y á que tomen 
las armas para ganar la libertad. 
Nosotros, los emancipados, los 
que pensamos libremente, saluda-
mos con entusiasmo á la mujer 
moderna, la compañera del hombre 
que ante la ciencia ha dejado de 
*er el animal inferior condenado á 
Ja esclavitud, y que, como el hom-
1 ve mismo, tiene su puesto en el 
< embate que la humariidad entera 
libra contra las fuerzas ciegas de la 
j íituraleza que hay que domar pava 
v. hacerlas útiles, y contra los errores 
«mltiseculares de los cuales va des-
{rendiéndose lentamente, lenta-* 
i onte. 
La mujer no debe permanecer 
indiferente á iask luchas de los Moni* 
bresj por el contrario, debe .intere-
sarse vivamente por ellas, porque 
luí conquistas que se obtengan re-
dundarán en. beneficio de todos, 
hombres y mujeres, y se obtendrán 
m 's pronto y más fácilmente, si la 
mu,ji< deja de ser, como en la gene-
ralidad «te los casos, él freno que 
detiene nuestros más sinceros im-
pulsos, el soplo helado que mar-
chita nuestros entusiasmos calcu-
lando y midiendo las dificultades 
de las grandes «¡mpresasi Pascal 
Duprat asegura,' y con yazón, que 
si las más generosas revoluciones 
no han producido todo el fruto que 
de ellas se esperaba y si nuestro 
progreso político avanza pulgadas 
en fez de avanzar palmos, eso se 
d«W á "que nuestras madres, núes 
tiras hermanas y. nuestras hijas, 
nuestras /Compañeras sobre todo, 
M» partioipan de los sentimientos y 
de 1M ideas que han provocad o esos 
grandes movimientos. He ahí la 
causa principal de tantos fracasos 
políticos: hemos dejado á la mujer 
en la superstición y en la ighoran-
cia." 
La mujer, ese ser bello, tierno y 
adorable, que si uniera sus esfuer-
zos á los esfuerzos del hombre, si 
sumara sus aspiraciones con las 
aspiraciones del hombre, daría un 
gran impulso al progreso, se ha 
convertido, al influjo de una educa-
ción malsana, en obstáoulo que re-
tarda la marcha del hombre hacia 
la libertad y el ideal. La mujer, 
en general, considera como impro-
pio de Su sexo la ingerencia en los 
asuntos políticos. El fraile y una 
moral absurda la han enseñado á 
no fijar la atención en los graves 
problemas que se presentan en la 
lucha por la vida de las sociedades 
humanas, y de ahí que sólo el hom-
bre luche por la libertad, deriván-
dose también de ese hecho, que el 
hombre, dueño del campo, confec-, 
cione leyes que deprimen á la mu-
jer, que la hacen esclava soei al-
íñente y la alejan más y más del 
terreno de la lucha en que juntos, 
hombres y mujeres, deberían en-
contrarse para allanar la senda de 
los destinos humanos. 
Siendo la mujer agena á la agi-
tación política por defecto de edu-
cación, natural es que sea la pri-
mera en oponerse á que el hombre 
tome participación en los asuntos 
de interés general. Las madres 
aconsejan á sus hijos que no se 
mezclen en política; las hermanas 
riñen con el hermano que tiene 
idealeri y que quiere ser digno y-
libre; las compañeras muestran al 
marido la prole como el ' mejor 
argumento para hacer á un lado 
sueños de redención y de justicia. 
¡Cuántos ¿mpulsos generosos, que 
dejados en libertad habrían llevado 
al linaje humano por senderos ex-
peditos, se han marchitado y muer-
to al calor de los besos, al contacto 
de? las lágrimas y al rocé, de las 
caricias de una madre ó do una 
amante que so oponen á que el 
horhbre cumpla sus deberes de soli-
daridad humanal ¡Cuántas veces 
la férrea voluntad del héroe, capaz 
de romper cadenas y de arrasar 
tronos y de derribar dioses, es im-
potente para romper esa dulce ca-
dena de jazmines y de rosas con 
qu« la mujer detiene al hombre al 
echarlo al cuello los brazos adora-
bles! 
|La humanidad será grande el 
día en que los labios de la mujer al 
dar miel de amor, den aliento de 
combate! ' * 
¡Madres, hermanas, amantes, no 
detengáis más á los hombres: de-
jadlos luchar por el bienestar de 
todos, y si algunos* do ellos, por co-
bardía ó por egoísmo se rehusan á 
tomar par-te activa en la lucha que 
se prepara, empujadlos á que cum-
plan con su deber I ¡Madres : de 
vuestros hijos es el porvenir; que 
tengan un porvenir de hombres 
libres; empujadlos al c o m b a t e l 
¡Hermanas: la suerte de vuestros 
hermanos es la vuestra; si ellos son 
libres y felices, Vosotras lo seréis 
también; empujadlos á la lucha! 
¡Esposas : el deber del hombre es 
luchar por el bienestar de todos, 
con lo que se ohtiene el bienestar 
de cada uno; ante la revolución 
que va á estallar ningún hombre 
digno debe permanecer indiferente; 
empujad al esposo al combate que 
os hará felices, y si se resiste, no lo 
acariciéis más, renunciad á tener 
hijos de cobardes! ' 
i La función social de la mujer no 
está limitada por el radio estrecho 
de la maternidad: tiene horizontes 
más amplios, amplísimos, como los 
del hombre, y si bien jurídicamente 
se la considera inferior porque los 
que hacen las leyes han tenido 
siempre interés en que la mujer sea 
la esclava y no la compañera del 
hombre, la ciencia le conoede los 
mismos derechos, las mismas pre-
rrogativas que asisten á éste para 
gozar de libertad y de bienestar; 
teniendo, por lo tanto, los mismos 
deberes que el hombre como parte 
integrante de la ¡especie /humana. 
La mujer es, pues, la campanera 
y no la esclava del hombre, y juntos 
tienen que luchar, come cualquiera 
especie biológica, contra todo lo que 
se oponga á la satisfacción de sus 
necesidades. 
¡Y qtue de necesidades dejan de 
satisfacerse por la tiranía que im-
pera en nuestro país! 
Hay, pue», que luchar contra el 
despotismo, y cada quien tiene que 
luchar según su sexo, y edad:los 
hombres fuertes, con el arma al 
brazo; las mujeres y los ancianos, 
animando á los bravos á que' mar-
chen al campo de batalla. 
De ese modo la mujer dejará de 
ser un obstáculo para las grandes 
empresas; no encadenará con sus 
encantos á los espíritus altivos; no 
matará con su aliento dé ambrosía 
las grandes aspiraciones varoniles, 
ni morirán en sus labios, al calor 
de los besos, los propósitos genero-
sos de1 los hombree enérgicos.' Al 
contrario, todo lo que la mujer 
tiene" de subyugador y de adorable, 
todo lo que hace de ella la parte 
más tierna, más bella y más en-
cantadora de la humanidad, será la 
fuerza propulsora que lance á los 
gladiadores del pueblo á la con-
quista de la libertad. 
ECOS DE LA PRENSA. 
i n in . i I» '» ( 
u REVOtufclON." 
Nos ha honrado con su visita 
este valeroso paladín de la De-
mocracia y la Libertad. 
i Lo edita el Sr. D Modesto Díaz 
en Los Angeles, CWl, y viene re-
bosante de entusiasmo y del más 
acendrado patriot* rao.N 
Durante algún lempo militi-
mos casi solos en l estadio de la 
prensa liberal ó ir ©pendiente, á 
causa de la ten « persecución 
que sufrieron los órganos del 
Partido Liberal, «uya Soledad y 
aislamiento no dejaba de abatir 
nuestro ánimo; pnro ahora que 
vemos resurgir, au nque con dife-
rente, nombre, á r¡ uestros caros 
compañeros de la éha, se robus-
tece nuestro ánito o y se alienta 
fe. 
Vaya pues, paia 'nuestro sim-
pático colega " Po^olución" un 
fuerte apretón do smanos, en tes-
timonio de afect > y compañerís-
mo.~[Tómado H *'El Liberal," 
Del Rio, Texas.] 
UN BANDIDO PREDICANDO A LOS 
HOMBRES HONRADOS 
En un disparatado discurso que 
pronunció Teodoro Dehesa, el Go-
bernador de Veracruz, ante «los 
obreros de Río Blanco, hace pocos 
días, dijo estas palabras : " ¿Qué es 
el capital, y qué es el trabajo? El 
capital es el fruto bendito y sagrado 
del trabajo, y por tanto, debe seí 
considerado y respetado. El capi-
tal, ¿cómo se adquiere? Por medio 
del trabajo." 4 ' 
[Pasa á la tercera plana.] «. 
, Por falta de espacio no repro-
ducimos íntegros, ¡•«orno desearía-
mos, los artículos que la, prensa 
extranjera está dedicando á los 
asuntos de México!, sin embargo, 
tomaremos siquiera sea parte de 
esos trabajos, insertaremos en 
nuestras columnas algunos frag-
mentos de los artículos mencio-
nados para que nuestros lectores 
se formen una idea de como es 
juzgada la tiranía de México por 
los periódicos honrados de otros-
países. 
Traducimos de '''The Emanci-
pator," revista de estudios socia-
les que se publica $n San Fran-
cisco, Cal.; 
"En Méjico, P- , i > Días$ es 
un usurpador, un jtraidor y un 
conspirador contra la'Constitu-
ción mexicana; ól no tiene dere-
cho de ocupar la silla presiden» 
cial." 
"En México no hay gobierno 
legal, el único que será legítimo 
y constitucional es el que tratan 
de establecer los revolucionarios 
mexicanos." < 
"La causa de las víctimas del 
Dictador' de México es muestra 
causa¡ ' ' ' s, ' '• . '•' 
. - . i > • > > • •' ' ' ' • 
"Obreros unmnjstas y voso* 
tros hombres y mujeres honra-
dos que oreéis en la grandeza dé 
1QS< principios americanos deli-
neados por nuestros antecesores, 
abrid vuestros corazones y pro-
clamad el derecho de residencia 
para: los refugiados mexicanos, 
la/'libertad de los peones y en el 
triunfo de la Constitución en 
De "La Terra," periódico so-
cialista que se publica en italiano 
en ytockton, Cal., traducimos los 
siguientes conceptos que forman • 
parte dó un brillante editorial: 
v i 
"l íe aquí cómo la situación 
de México es peor que la de Ru-
sia: En Rusia, á pesar de lu auto-
cracia, hay periódicos que pueden 
hablar algo en favor dol pueblo. 
En Móxico,/nada de eso hay. En 
Rusia pueden los obreros agru-
parse y luchar con más menos 
dificultades contra el Capital. 
En México los fusilamientos en 
masa, las torburus á los huelguis-
tas y los asesinatos de ancianos, 
mujeres y niños por los soldados 
de. la Dictadura, impiden, sofo-
can brutalmente todo esfuerzo 
del proletariado en pro de su re-
dención.'' \ / 
LECTOR. 
Sf acaso llega uno de nuestros 
ejemplares á sus manos, es para in* 
vitarle á que se suscriba. Si Vd. sim* 
patiza con nuestras^ideas y perid* 
dico, se ^agradeceremos infinito si 
nos toma una suscripción. Pero en 
caso de que no f uere|de su agrado, 
tendrá la bondad de devolvérnosle^ 
y así nos evitará grandes perjuicios* 
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REVOLUCIÓN. 
strBsoim noN KATKS: 
Oai© yoar $ 2 00 
Süx months ' " 1 10 
CONDICIONES: 
REVOLUCIÓN w publicará todos 
loe Sábado.1, siendo los pícelos de 
suiscripcióu. loa siguientes: 
En loa KstadonJÜ nidos 
Un año ' * 2. 00 
tín semestre " t. 10 
Alúineros susltos .05 
En'la República Mexicana: 
Xtn año, moneda mexicana, % r>. 00 
11 n semestre " ¡i. 00 
Números sueltos 0. 10 
Todo pagc debe ser p -eri samen le 
adelantado 
Háganselas temesas de dinero, 
en Bill* tes de Banco, por giro pos-
tal 6 por Express, dirigiéndolas én 
todo caso al Kldilor, 6(50 San Fér 
nando, St. Los Angeles, Cal tí. S.A 
Editor y Propietario: 
MODESTO DÍAZ. 
A LOS REBELDES. 
Inauditos esfuerzos está lia 
•iendo la Dictadura para des-
membrar y reducir á la impo-
tencia al Partido Liberal que, en 
Ja historia de sus luchas, más 
que,por otros méritos, se ha dis-
t inguido por la resistencia heroica 
que siempre supo oponer á los 
ataques del enemigo. 
Pretenden? — como lo hace la 
Dictadura — acabar con «1 Par 
t«Uo Liberal, persiguiendo á sus 
miembros, es pretender un ab-
surdo, es rebelarse Contra lat 
enseñanzas de la historia y des-
conocer-que' al Partido Liberal, 
no lo constituyen meramente los 
hombres quo lo integran, sino el 
ideal que , imboliza : un hermoso 
ideal que no muere auuquo el 
oiganismo en que latía sea sacri 
jjcado por la tiranía, que no 
mi ere aunque la conciencia que 
í brillantalu y ennoblecía sea 
corrompida *> embotad1»' por h 
tiranía; un hemíono ideal impe-
recedero y fecundo que se dos» 
I rende de los or^ani&mos muer-
tos, de las conciencias degra-
da las y va á ejercer nuevas y 
poieros as reacciones, á conmo-
ver otrob organismos/a despertar 
citas conciencias $ti las que íu* 
sulla emulaciones do ÍUjeha, alien-
to f¡ de rebelión. 
El fallido Liberal os lndes-
truotible porque lo es el ideal 
que simbolizt, ol icloM 4el pro-
greso, el ideal que pugna contra 
las sombras del pasado, contra 
fus errores y despotismos que 
nos legaron otras edades, contra 
la injusticia," Contra ol mal; el 
eterno ideal que aspira al bien-
estar de los pueblos; el eterno 
ideal de la humanidad batalla-
Aera, do la humanidad q u e 
avanza. 
El Partido Liberal no morirá 
a pesar de las crueldades, á pe-
gar de los atentados de que lo' 
haga objeto la Dictadura, 
Cierto es que atraviesa por 
una época de dolor y de marti-
rio, ¿ o los tiempo» que corren, 
para conquista 
tps, para a*egi 
Diseminad i 
tensión de la 
dad es y aldea 
ser liberal, equivale á merecer 
el malsano encono de los pode» 
fosos, á vivir expuesto al peligro 
de las venganzas oficiales. Las 
cárceles de México están conges-
tionada» con el contingente de 
nuestros hermanbá que por cen-
tonares, lian sido arrebatados 
del hogar, unos por simples sos-
pechas y loa demás porque, de-
masiado sinceros, no pudieron 
ocultar sus ¡anhelos de libertad 
que de alguna imanara exteriori-
zaron. Mucho^ otros kan sido 
asesinados ó han perecido én las 
prisiones ú consecuencia del 
maltrato, tííu embargo, el Par-
tido á que pertenecemos, ha au-
mentado en lAmero, en entu-
siasmo y en jer^a. ¿Porque? 
Porque hoy lo mis ruó que ayer, 
las persecución s contra las cau-
sas buenas si en eficazmente 
para hacera t- ias propaganda, 
>es nuevos adop-
arlfs el triunfo. 
t»n ' la vasta ex-
epúblicá, en eiu-
hay un número 
inmenso de re olueionarios con-
vencidos y ar lorosos que con 
ansia esperan el momento de 
implantar por medio de las 
armas el Prog taina del Partido 
Liberal, pronit Igado hace cerca 
de un año. 
Les bastó informarse de ese 
Programa *~ eplfc es uflft garantía 
de, redención,i ara todos los opri-
midos «*«« les % * apreciar las 
ref oí mas que f /seee, los derechos 
qae reconoce 'para enamorarse 
de él y formar se el propósito de 
defenderlo. 
Desgraciadajmen te no es posi-
ble, bajo las s actuales ckouns-
tancias, unir todos esos elemen-
tos, todos eso* luchadores que 
de poder obrar conjuntivamente, 
agrupados en legiones qué se 
movilizaran cbn precisión bajo 
un plan de antemano preparado, 
caminarían á la victoria sin 
grandes dificultades y salvarían 
á la Patria de una lupba prolon-
gada y desastrosa, 
Pero ya que eé punto meaos 
que impracticable llevar ¡l cabo 
semejantes trabajos" de organiza-
ción que, d® abordarse, serían 
interrumpido* y quizá desbara 
tados par él ^ t e n i a de espionaje 
que» Ja P {" £ién# va^nid-
eado en iodos) Jos l i t ados de la. 
República*» ya que la Junta de Su 
Louis, Mó.̂ quo dirige el movi-
miento revolucionario, no puede 
comunicarfee cotí todos los corre 
ligionarios ni mucho menos co-
'municar y ielacionav á éstos en-
tre sí, lo más conveniente es que 
los liberales qué estén resueltos 
á rebelarse contra el despotismo, 
hagan sus pr6p1os preparativos, 
proveyéndose de armas y par-
qué, y organizando con los ami-
gos de confianza, grupos ó gue-
rrillas que obren cu un momento 
dado. Los que Seseen guardar 
absoluta resé* "a, no comunicar 
á nadie sus p? >pósitos, lo harán 
así. Lo esenje ¡d m que todos se 
armen y que W o a estén listos á 
secundar oport mámente el mo-
vimioato re t ncionari» q n « 
muy pronto van á inioiar loe 
grupos que mantienen comuni-
cación directa con la Junta de 
St. Louis, Mo. 
Para que los revolucionarios 
no sean asaltados por vacilacio-
nes en los momentos de acción y 
sepan cómo normar su conducta 
durante la lucha que se avecina, 
copiamos en seguida las Instruc-
ciones Generales que la Junta 
expidió para conocimiento de 
todos los rebeldes : 
J.—Todos los miembros del 
Partido y simpatizadores de la 
causa liberal tienen la obligación 
de ayudar pecuniaria, moral y 
materialmente á destruir el des-
potismo p'orrirista y hacer triun» 
far ci Programa del Partido ex-
pedido por la Junta él día pri-
mero de Julio de 1906. 
II.-—Los liberales qiie estén 
dispuestos á empuñar las armas, 
deberán alistarse rápidamente y 
obrar sin pérdida de tiempo pro-
nunciándose contra la tiranía 
de Porfirio Díaz, el día que se-
ñale la jun ta . 
III.—Los liberales que se le-
vanten en armas expediráu Una 
Proclama -— si tienen oportuni-
dad de hacerlo»— en la que cons-
te que la revolución tiene por 
iin la imposición del .Programa 
del Partido Liberal promulgado 
por la Junta. En dicha Pro-
clama se hará saber que los gru-
pos revolucionarios no reconocen 
íník autoridad que la Junta Or-
ganizadora del Partido Liberal 
y que sólo depondrán las armas 
al triunJio do la revolución. 
\ tV.--Los grupos revoluciona-
rios se harán de fondos y ele-
mentos, en primer lugar, de los 
que huya en las Oficinas y depó-
sitos del Gobierno y do sus favo-
ritos, y en'Segundo, do los parti-
culares — no siendo extranjeros 
•—dejando en todo caso recibo 
de las cantidades ó do cualquiera 
otra cosa quo se haya tomado, 
como Constancia que se tendrá 
en cuenta al triunfo de la revo-
lución. 
V.—Los ciudadanos que como 
soldados rasos sirvan en las filas 
libéralos ganarán un peso diario 
libre' do gastos. Las clases, ofi-
cíalos y jefes ¿anarán¡ sueldos 
decentes' y superiores á los qtte 
11 Dictadura da á sus militares. 
VL-r-Ln Junta reconocerá los 
grados de los jefes revoluciona 
ríos y los que estos r cutieran á 
sus subalternos, recomendando 
que, siempre que sea posible, los 
grados de los jefes sean otorga 
dos por los correligionarios que 
formen los grupos que tienen 
que mandar. 
VIL—Los revolucionarios res-
petarán á los extranjeros que 
sean neutrales, juzgando sólo 
como enemigos á los que de al-
gún modo se pongan 6 favor de 
la tiranía. 
VIII,—En todas partes donde 
dominen las fuerzas liberales se 
procederá á procesar á los que 
fungiendo de autoridades han 
oprimido al pueblo, aplicándose-
les la pena que por sus crímenes 
merezcan; se cenvo«ará al pueblo 
- , _ * _ _ * ; , ^ ^ ^ ^ ^ 
á elecciones para que'elijan sus 
mandatarios, y, por lo pronto, 
mientras triunfa l i revolución y 
se legisla sobre el Trabajo, se 
destetará la jornada de ocho ho-
ras y se obligará á los patronos á 
no pagar menos de un peso dia-
rio de salario, suprimiéndose 
por lo demás las tiendas do raya. 
IX.—Los grupos revoluciona-
rios enviarán fondos á la Junta 
para que ósta pueda fomentar la 
revolución. 
Tales son las instrucciones á 
que deberán sujetarse los quo 
deseen ayudar á la causa eman-
cipadora. 
Resta' sólo que los quo van á 
enfrentarse á la Dictadura, ha-
gan acopio de previsión, com-
pren sus armas deede luego y se 
alistan por completo para quo no 
los coja de sorpresa la revolu-
ción; para que en el momento 
supremo no vacilen ni se con-
fundan y lee sea dable marchar' 
serenos al cumplimiento d e l 
deber.. 
LOS INQUIETOS. 
Los hombres "serios," los "sed-
satos," los "juiciosos," todos esos 
hombres de alma Usa é incolora 
que como los ciegos no dan un 
paso sin haber antes tocado el 
camino; no toman una resolu-
ción sin.habeile dado mil vuel-
tas e,n sus espesos cerebro»; no 
dan una opinión sin haber antes 
conocido la opinión del hombre 
quo creen mas autorizado; esos 
hombres de "orden" que amol-
dan sus movimientos a los mo* 
vimienlos de la mayoría, que se 
d e s c u b r e n respetuosamente 
cuando pasa tm bandido do es-
pada al cinto y cruces on el pe 
cho y he ruborizan < uando al 
guien murmura de los represen-
tantes! de la autoridad; eoos seres 
cenicientos, sin relieves, quo pa-
san pdr la vida sin dejar más 
rastro que ol quo dejaría un gu-
sano sobre 1* tuena de un jardín; 
esos hombrea "serios," "sensa-
tos" y "juiciosos" que se t.daptan 
al medio, cualquiera quo sea, 
ven con desdén, cuando i<o con 
coraje, á esos otros hombres mo-
vedizos, activos, indisciplinables, 
que abominan del medio am-
bienta ,l que no se detienen á Co-
piar las actitudes de floj demás 
para imitarlas' ni so inclinan 
ante lo» bandidos do espada al 
cinto y condecoraciones en <-l 
pocho. Los "sensatos" llaman 
á estos últimos: agitadores, dís-
colos, revoltosos, y piden paia 
ellos la hoguera ó el manicomio. 
La autoridad, por su parto, 
aliada fiel de los hombres "se-
rios" y de,"orden," tiene listos 
sus esbirros para lanzarlos como 
perros de presa sobre los agita» 
dores, á quienes se considera 
como criminales enemigos del 
genero humano y cuyo contacto 
con las masas es tenido por pe. 
ligroso. El agitador es para la 
autoridad, lo que la mamsana 
podrida p&ra el frutero; vehículo 
de corrupción que hay que ex» 
tirpar. 
Y sin embargo, (cuánto debe 
.la humar idad á oso» agitadoie 
á esos inquietos á quienes 
persigue y hace pedazos comn» o, 
canes hidrófobos! 
• La civilización moderna m el 
producto del trabajo de los in-
quietos de todos los siglos. Uo 
veríamos los campos crufados 
por ferrocarriles, ni los marea 
salpicados de barcos d© vapor, ni 
el pensainiento caminaría como 
el rayo á tiavéfe de los continen-
tes por medio del telégrafo, ni 
quedaría fijado mi millones de 
libros y de periódicos, ni las <s»s 
tuiabres se ht Dieran BU» vi/a lo, 
ni en el pecho del hombre vme 
ra la esperanza de unti or* de 
mayor justicia y de verdadera 
fraternidad, si los inquieto» tu 
hubieran existido, ni apa) euiera* 
aquí y allá en este planeta, como 
floceciHas que rompen la mono-
tonía de los prados. 
¿íócratesj Jesús, Galileo, Da«* 
te, Cervantes, Goethe, Durtmim, 
son altos ejemplos do inquietos 
sublimes, que en el cielo do la 
humanidad son como estrellas 
de primera magnitud á las «jue 
acompañan estrellas menores y 
otras más pequeñas aun, pe*'> 
vividas, que revolucionaron en 
el arte y en las ciencias y en las 
sociedades, contribuyendo torfua 
desde las más grandes hasta las 
más p'querías, al agrandeci-
miento del hon bre. 
Sin inquietos, grandes y pe-
qviBiios, no habría progieso.Sin 
la acción de los inquietos, la hu-
manidad parecería un enorme 
barco sin máquina en medio d 1 
oc< ano. Son los inquiete i U , 
que ponen en inovimionta <». < 
barco; ellos quienes lo dirigen-
ellos quienes lo salvm do lo es-
collos, lo hacen salir avant1 do 
la tiranía de laüj olas y lo en ,a 
minan hacia el puerto «oguro 
que sólo pueden ver lo¡» espíritus 
fuertes y las almas generosas 
Los pueblos perderían toda 
esp(rai\?a de redención, sí no 
produjeran inquietos oapac< y d ¿ 
rebelarse: 
Descaminados andan lo hom 
bres "serios1* al pedir el extav 
minio do los inquietos, de Ir 
agitadores, de esos hombros aot 
vos 4ne iricotiíormc*. con ul, c í-
men triunfante, ahogándose <m 
©lambiente de mentii a que co-
rrompe á los hombres, trabajan 
s'n cesar ontie las masas sonino-
liontus dando la luz á los ciegos 
del espíritu haciendo andar á 
los paralíticos á quienes los per» 
juicios imposibilitaban de todo 
movimiento, devolviendo ol ha-
bla á los tímidos á quienes el 
miedo había dejado mudos. 
¡Exterminar á los inquietos, 
es castrar á los pueblos! • 
Sin inquietos, la hximanilaí 
sería un ganado presa de eaoa 
loboB voraces que sé llaman 
tiranos. 
La raza mexicana aloa»*aró 
grandes alturas por la aocióa. &« 
sus inquietos. J 
& 
file:///tV.--Los
VvstsJO \i JLL c rJsol hn 
EXALTACIÓN 
MERITORIA. 
11 Fue r t e como es en número y 
•rganización y convencido como 
| éStá el Par t ido Liberal de la im-
posibilidad de obtener por me-
dios pacíficos la emancipación 
<tal país, hay *in embargó entre 
. loa*mieinbros del Part ido, ent re 
k>s que están dispuestos á empu-
ftar las armas en defensa de la 
libertad, diversidad de opiniones 
y propósitos con respecto á la 
elección del momento en que de-
berán ellos de lanzarse 4 la con-
t i e n d a que está l lamada á decidir 
si los mexicanos hemos ¿e con-
tinuar sujetos á la serv idumbre 
ó ei hemos de constituir en lo f u-
IUPO una colectividad de hom-
bres verdaderamente autónomos, 
verdaderamente libres. 
Los liberales h a n llegado a l a 
conclusión de que sólo mediante 
la guerra eivil será posible im-
plantar los principio» proclama 
dios. por el P rograma , que en 
. - Ju l io del año próximo pasado 
expidió la J u n t a Organizadora 
*k»l Par t ido Libera l Mexicano 
únicamente convienen en la ne 
eesidad de la revolución, pero no 
_ h a n considerado se r iamente la 
impor tanc ia de que haya preci 
gidn y uniformidad en el rao vi-
miento ; de que en un momento 
dado, en u n a hora opor tuna , 
acudan todos los combat ientes á 
prestar su esfuerzo que en tales 
condiciones sería decisivo para 
el triunfo de la causa que defen 
demos. 
No todos quieren iniciar la 
lucha, no todos quieren ser los 
pr imeros en arrojar el guante al 
enemigo. 
Alguno.--, los que pertenecen 
pOr completo á la eaufea, y son 
valerosos hasta la temeridad, con 
ansia esperan ,el toque <lo lia 
, mada que loa convoque á empu-
J la r . e l pendón revolucionario 
No temen al fracaso, esa, pesa-
dilla que obsesiona y depr ime á 
,Íog espíritus, mediocres. Como 
son guiados por convicciones y 
por altruismo, la idea de una 
posible dorrota es la que men'os 
los preocupa. Tampoco son ofus-
cados por ensueños do triunfo 
La pasión por el éxito y el terror 
al fracaso, son manifestaciones 
de egoísmo, y ellos, los caracte-
res fuertes, los que se han con-
sagrado á la causa por completo, 
jamás serán per turbados por el 
influjo de mezquinos sent imien. 
tos. Como quiera lucharán con-
t ra el enemigo, porque el ene-
migo es ©1 Mal. Si desean el 
t r iunfo y por 'el triunfo se .es-
fuerzan, no es por satisfacer ín-
t imas vanidades, sino porque el 
-triunfo pondrá té rmino al sufri-
mien to de muchos seres infortu-
nados ; porque el t r iunfo será el 
balsamo de m u c h a s desespera-
ciones; porque el t r iunfo será 
•ar ic ia de amor que embargue 
de felicidad á muchos des ven tu-
w»4os; será ósculo de esperanza 
"patft las mul t i tudes azotadas por 
* la inc lemencia y h a n hambre y 
sed d© justicia,, 
los in t imidar ía , 
saría infinita 
traería consigo 
La der ro ta no 
pero sí les cau-
tristeza porque 
la cont inuación 
de un despotismo inicuo y afren-
toso. H o m b r e s de esos, a lmas 
superiores, hacen abs t racción de 
sí mismos para servir al ideal. 
La abnegación los guía, la abne-
gación los empuja al combate y 
no t i tubearían ante el cumpl i -
miento del deber : serán los ini-
ciadores, loe que pr imero ento? 
non el h imno de rebelión con las 
p r imeras descargas que rompan 
el silencio de t umbas de esta 
época de enervadora t r anqu i l i -
dad; const i tui rán la vanguardia 
aguerrida predest inada á segar 
los pr imeros fosos ó á señir los 
pr imeros laureles; poro de un 
modo ú otro, sacrificados ó ven-
cedores, merecerán la admira-
ción y vivirán en el recuerdo de 
las generaciones que los sucedan, 
como un símbolo de noble coraje y 
de bellas virtudes. 
A la legión de luchadores incon-
dicionales, perfectamente resueltos 
á enfrentarse al tirano y que se 
muestran impacientes por romper 
las hostilidades, siguen los preca* 
bidos, los que necesitan de guías 
para avanzar al peligro, los que 
profesan un supersticioso respeto á 
lo desconocido, los que jamás se 
hubieran lanzado con Colón en1 
busca de un mundo que podría ser 
uiia quimera, ni «on Hidalgo en 
pos d« una gloria que podría ser 
una tumba. 
Los precabidos, faltos de audacia 
y de inquebrantable decisión y *del 
desprecio al peligro que caracteriza 
á loa grandes luchado/es, á los 'que 
van á iniciar la revolución que se 
avecina, á lee que van á apuntar 
antes que nadie sobre el poéer del 
donpotismo; los precabidos, deci-
mos, se conforman con secundar 
porque así piensan exponerse me-' 
nos, seguirán senderos hallados; 
invitarán actos que á otros glorifi-
carán y ceñirán laureles que pri-
mero acariciarán otras frentes más 
altas y más bellas. 
Vienen después los "juiciosos," 
hombres serios, muy serios, parti-
darios de las empresas seguras, no 
quieren exponerse á sufrir descala-
bros que los arrojarían al ridículo; 
ayudarán, el; aman la causa aun-
que no con los tempestuosos entu-
siasmos de los jóvenes imprudentes 
y cuando venga la "de* veras," 
Cuando la «osa sea "formal;" esto, 
os, cuando debido al arrojo de los 
"imprudentes" el movimiento haya 
incendiado á toda la República, 
cuando las huestes rebeldes hayan 
obtenido socaladas victorias, cuan-
do el pánico principie á apoderarse 
del onemigo y ol triunfo definitivo 
del Partido Liberal sea cuestión de 
poco esfuerzo y poco tiempo; enton-
ces y sola entonces se dejarán ver 
en el campo de batalla los distin-
guidos "juiciosos" que completarán, 
la obra iniciada, y tal vez, tal voz, 
la suerte les reserve honores ajenos 
y.glorificaciones que á' otros mere-
cen. . ' 
Es de lamentarse que no en to-
dos los que profesan nuestras ideas, 
haya la misma resolución de áni-
mo, la misma abnegación; digámos-
lo de una vez, que vigoriza y enno-
blece á los que sacudidos por la 
impaciencia, aguardan la señal 
para dar el primer grito bélico, 
para encender la chispa que provo-
que el incendio. 
Los temerarios, los exaltados, los 
que constituirán la vanguardia 
aguerrida predestinada á segar los 
primeros fosos ó á señir los prime-
ros laureles, pertenecen sin duda 
alguna á la clase de luchadores qué 
más falta hacen en esta época en 
que la cobardía se oculta cuida-
dosamente bajo el antifaz de la 
prudencia ó la sensatez. 
Los precabidos y los juiciosos 
que quieren tener precursores en la 
lucha, debían de comprender que 
si se pronuncian de común acuer-
do y al mismo tiempo que los que 
están comprometidos á iniciar el 
movimiento; si de secundadores se 
convierten en iniciadores, su acción 
será más meritoria y más útil á la 
causa.. Con su contingente se mul-
tiplicarán los focos revolucionarios 
que han de estallar simultánea-
mente y la Dictadura tendrá qué 
subdividir hasta reducir á la impo-
tencia sus fuerzas, para ofrecer re-
sistencia á los cuerpos insurgentes. 
En talescondiciones, fácil será 
someter á la Dictadura y evitar las 
consecuencias de una guerra pro-
longada y desastrosa. Por el con-
trario, si dejamos que primero se 
pronuncien algunos grupos, luego 
otros y después los demás, el ene-
migo los batirá en detalle y serán 
más remotas nuestras probabilida-
des de éxito. 
El deber exige que los precabir 
«tos* ahoguen sus indecisiones y los 
juiciosos su egoísmo y opten por 
seguir el ejemplo de los exaltados. 
Que no haya vacilaciones ni temo-
res, que todos los soldados de la 
libertad se lancen á la íirena del 
combate á un tiempo mismo, á la 
señal convenida,y el Ejército de la 
tiranía, cojido de sorpresa, se des-
moralizará á los primeros ataques 
y se rendirá después. 
. Seamos -arrojados y venceremos. 
Le los audaoes es el mundo. 
fábricas son en nuestro desventu-
rado país lugares de tortura, verda-
deros presidios donde los obreros 
trabajan como forzados y no como 
hombres libres. 
Dehesa recomienda después á los 
obreros que no se declaren en huel-
ga, que cierren sus oídos á todo mal 
consejo, y, en suma, que amen álos 
patronos como si fueran sus pa-
dres . . . . , . , . . 
Afortunadamente los obreros van 
comprendiendo que los patronos 
no son tales padres, sino hombres 
que se aprovechan de su posición 
para oprimir y explotar á sus se-
mejantes. • Por otra parte, los hom-
bres honrados comprendan que es 
inicuo que ün. vulgar bandolero, 
como Dehesa, se meta á dar corlee-
jos á hombres verdaderamente ho-
norables, como los trabajadores 
que no tienen millones porque no 
se han manchado las manos de 
sangre ni á nadie han robado. 
REVOLUCIÓN. 
Un Bandido Predicando a los Hombres 
Honradlos. 
t [Viene de la p r imera p lana . ] 
Teodoro Dehesa es un millonario, 
esto es, tiene capital. ¿Adquirió ese 
capital por medio del trabajo? Los 
millones que tiene, ¿son fruto ben-
dito y sagrado del trabajo? Que 
muestre sus manos el bandido: 
gdónd© están los callos reveladoreé 
de una vida dedicada al 'trabajo 
honesto y .noble.? ¿Es siquiera un 
intelectual? ¿Dónde están las pro-
ducciones do su cerebro? 
Sí, que macetre sus manos el 
bandido: no tionon las huellas del 
trabajo y su capitel se debe al robo 
y al asesinato. En lugar de cayos, 
tiene en las manos la sangre del 
Sr. Cerdán á quien mandó asesinar 
para apropiarse su capital. !Y á 
eso llama el tirano, fruto bendito y 
sagrado del trabajo al que hay que 
respetar y considerar! 
Al hablar de las fábricas do hila-
dos y tejidos, dice Dehesa: " ¿ Y 
estas grandes negociaciones por 
quién deben estar amparadas y 
protegidas? Por vosotros los pri-
meros. , " 
Quiere Dehesa que los esclavos 
amen la ergástula y la amparen y 
*a protejan. ¿Quién se ha atrevido 
"as ta ahora á recomendar á<los 
Pasioneros que protejan y amparen 
Presidio que los priva de su li-
W r t a <i? ¡Qué cruel ironía! Las 
Con este número entra REVO-
LUCIÓN al segundo mes de su 
vida. En un mes mucho se ha 
alcanzado: ciudadanos valientes se 
disponen, á sostener el Programa 
del Partido Liberal. 
No nos envanecemos de los bue-
nos resultados que para la causa 
está dando REVOLUCIÓN. Bien 
sabemos que el terreno estaba pre-
parado y que es campo fértil donde 
sembramos la semilla fecuuda de 
la rebeldía; pero sí nos sentimos 
EL SUPLICIO DE LOS REVOLU-
CIONARIOS. 
No solamente la prensa sedi» 
ciosa — como se califica á p e r i ó -
dicos como el nnostro en l a s 
esferas oficiales — sino hasta p u -
blicaciones amigas de la paz y el 
orden, se mues t r an ind ignadas-
con motivo de las to r turas que el 
Gobierno de Díaz hace sufrir A 
los mexicanos acusados do rebe-
lión. 
So necesita llevar dent ro de s í ' 
un espír i tu degradado hasta la. 
insensibi l idad para no c o n m o -
verse cuando la infamia se exar-
cerba y hiere despiadada a n u o s - , 
t ros semejantes; se. necesita no* 
tener en t r añas , ó tonerlas eti ju- , 
tas por la abyección y muer t a s 
al sent imiento , para mi ra r con 
indiferencia lo que está aconte -
ciendo en las lúgubres galera? 
de San J u a n de Ulúa. 
Verdad es y muy amarga que 
la prensa de México no tiene p a -
ralelo en «tianto á servilismo;, 
verdad es que las redacción os de 
periódicos—especialmente do pe-
riódicos grandes—están conges-
t ionadas de impúdicos cortesanos^ 
que reverencian al Poder , a u n -
que óste sea. el puño maldi to que< 
es t rangula un pueblo; pero á p e -
sar de t an t a miseria moral , á po -
sar de osa relajación que cas t r a 
lo,s vigores del periodismo n a -
cional, se rcifii-lrai) ¡i veces en orgullosos al poner nuestra dosi» 
de eefuerto .en ti <-sfuorzo,gonural | nuestro país hechos tan excfoK^ 
que hacen todos* los luchadores 
para derribar el despotismo inve-
recundo fie Porfirio Díaz. 
REVOLUCIÓN es, por lo mismo, 
útil á la causa de la libertad; por 
eso nos sacrificamos sosteniéndolo. 
Som«s, como ya lo liemos dicho, un 
grupo de trabajadores los que sos-
tenemos este periódico. Nuestros 
salarios son exiguos y de ellos res-
tamos Jo qvfo se necesita para la 
impresión del semanario. 
Pobres corno somos, no podremos 
por mucho tiempo sostener la pu-
blicación do REVOLUCIÓN, y es 
po<r eso por lo que suplicamos á 
todos nuestros hermanos do credo 
que nos ayudei), tjue no dejen so-
bre nuestros hombros todo el peso 
de los gastos del periódico, y nos 
envíen á la mayor brevedad su 
óbolo para que REVOLUCIÓN no 
muera y continúe exaltando los 
ánimos y preparando los espíritus, 
para el movimiehtó que muy pron-. 
to estallará en-cou* ia extensión de 
la República, contra el despotismo 
más vil y más vergonzoso que á 
los mexicanos nos ha tocado Sopor-
tar. 
Si nuestros hermanos en ideales 
nos ayudan convenientemente, au-' compaüoros. 
mentaremos el tiro de REVOLU-
CIÓN, y hasta podremos regalarlo, 
para que circule profusamente y 
vaya inflamando los corazones de 
los hombres que no han perdido la 
vergüenza. Así, pues, todos aque-
llos que puedan desprenderse de 
alguna cantidad aparte de lo que 
les corresponda pagar por su subs-
crición, deben hacerlo. Nunca ha-
brán gastado mejor su dinero que 
cuando contribuyan por sostener 
este periódico. 
Esperamos que todes los hom-
bres honrado» «os ayudarán de la 
mejor toluntad* 
blos, atentados t.'U inoslvuosos., 
que son capaces de inspirar un i 
rasgo de vergüenza hasta á seres 
degenerados, de hacer que la 
protesta surja hasta de p lumas • 
acos tumbradas á empaparse en 
la lisonja y la adulación. , 
Con motivo del t ra tamiento * 
inquis i tor ia l que por orden de 
Porfirio Díaz se cía á los revolu-
cionarios reales ó supuestos, COJI-
íinfícrKs en la niortííira pr i s ión , 
de San J u a n de Ulúa, más de u n / 
escritor de esos que con su ba~-
jeza y sumisión han contr ibuido; 
á que sea posible la actual t i ra-
nía quo rige en Móxico, ha fin-
gido a la rmarse y ha pub l icad» 
algo, pálidas semblanzas de los 
sombríos, de los espeluznantes 
d r amas de dolor que se desarro-
llan en Ulúa, en la Fortaleza do 
negra his tor ia , donde fué sacri-
ficado el /Lie . Verdad, p recursor 
de Hidalgo , donde más tardo se> 
guardó pr is ionero á Juárez y 
donde hoy se mart i r iza á J u a n 
Sarabia y á sus infor tunados 
P a r a que nuestros lectores se 
formen una idea, aunque sea 
vaga, de la si tuación que guar -
dan nuest ros compatr io tas acu-
sados de revolucionarios, publ i -
camos el s iguiente relato de u n 
periódico gobiernis ta que se edita, 
en la ciudad de Veraoruz . 
"Las condiciones ant ih ig iéni -
cas del presidio de Ulúa han se-
gado la existencia de muchos de 
los presuntos culpables, d ichas 
condiciones , se "agudizan'. ' en 
ios veranos; y así ¿á quó extra-
ñ a r que du ran te estas semana»-
acaezcan fallecimientos casi á 
«iliario? h& sucesión do ka de-
funciones ha sido ton Horpmn-
«donte que la Secretana de GUB 
rra ordenó á la Comandancia 
Militar do este puerto,se hiciera 
«n reconocimiento escrupuloso 
<i<9 las situaciones de salud de 
JIOSrevolucionario» 1-.1 lunes 27 
•*ic mayo al patio do Ulúa fueron 
'externados» todos los acusadosde 
^rebollón, y la {¡.rau explanada 
semejó una macabra feria de do-
Jientes. Caras empalidecidas por 
ffcodas laq miseria., cuerpos mar» 
tildados por quién >ftb< ouantab 
jjxiwdumbí ",, Ciiniww mordidas 
~pór )>r*ifutití»(*. ti*i-tt*/„i8 
E) Tunuitv Cu-niel del Ou«r-
tpo M/dico Mu.(tu Dr. Arcadio 
'T. Qje lo, íu.'DHip \I\MU> dtd Mé-
j ico d<ol Prohijo, KCIOI b<»biuo 
Oazauu, í'iíimini'i mvi á uno al 
centonar y medio de presos. Ig 
lloramos» los conceptos del i«« 
íorme que a la Superioridad 
liaya rendido; pero razones pesa-
bas hay para so¡> peo liar que fin 
él no d«be campear el color de 
ffOBtt. * " 
Se noí dice que la genenlídad 
de los procesados, visiblemente 
«ttfermos, Se registeu á ser tras* 
Jadadoa al Hospital del Fuerte, 
j)ienriendo morir <«a la galera á 
i r A ocupar un lecho de la cn-
feímeria Numerosos indígenas 
iban sido extraídos dtd fondo de 
las galeras, agoni/a/ido. 
$1 Dr. Ojcda hi/.o una separa-
-don de los uue con notoriedad 
fequieren auxilios médicos, y 
-ordenó fueran altas «n ol Hospi-
tal. 
May entro los acusados quince 
•indígenas del pueblo de Ixha-
iiuatlán, do los que el que menor 
puede contal 70 anos. E&te 
grupo de ar eiunos recuerda 
1 quella, "Visión de Hambre" de 
-que habló en mu clónica Córnea 
Ortrillo, con sus semblantes ate-
naceados' y los jirones de sus ha» 
.rapos. Se desprendió de la có-
jumna á estos quince procesados, 
y desde el lunes se pasan las ho-
ras del día tendidos en el patio 
<íle la Fortaleza asoleando sus 
«nnioheCidas carneé. 
Ninguna doais imaginativa 
Ibay en, estos rolatos. Ños ate-
nemos y nos adherimos única* 
mente á lo? informes qufe á nues-
tra Redacción llegan.-No quere-
mos hacet escándalo de infor'ma-
eión con narraciones de pesa* 
•Silla. Tratamos de salvar la 
vida de centena** y medio de 
compatriotas acribillados en 
Ulna por la humedad y la obs-
curidad." 
A lo* euscriptore» 
de "El Popular." 
A todos los suscriptoree de "El 
Topular" que tengan pagada su 
«uscfipoión los onviarembs "Itoyo-
%H&6n¡" lo» que la deban no serán 
servidos hasta no pagarla. 
^'La Pefensa de. Juan Sarabia" 
está de venta en esta redacción. 
Precio: 10 centavos. Los pedi-
dos por correo deberá» venir a-
«ompañados de una estampilla 
de í 2 contaros. 
ES GGNSTIlTOONAt Et DERECHO 
DE KEPEUON. 
Lo confesamos i- no somos pre-
cisamente los rebeldes unos res-
petuosos da l a ley. En nuestros 
espíritus no faenen asiento esas 
reverencias cuasi místicas á la 
ley, por absurda que <$sfca s e a ¡ s* 
una ley es mala, no hi respeta-
mos» no nos ^metemos á ella, 
antes mejor, nos rebelamos con-
tra ella y pedimoé su anulación 
Por eso- •& dice siempre <!«« e l r e 
beldé está fuera áe la ley. 
Sin embargo, en el caí»0 con. 
creto de nuestra rebelión contra 
la Dictadura pópfirístfj', aunque 
rebeldes, aunque irrespetuosos 
contra el Gobierno, estamos den 
tro de la iey» obramos absoluta-
mente de acuerdo con #Ha, y»"-4* 
asómbrense los tímidos,—somos 
nosotros los respetuosos de la 
ley y son Porfirio Días* y*»«8 9t)" 
tíuaces los qué están fuera de 
ella. 
Expliquémonos. 
La Constitución, Política de 
1857 ampara la libertad indivi-
dual, reconoce la soberanía de 
los Estados de Ja Federación 
Mexicana, présoribei la indepen-
dencia do los Poderes de la Na-
ción, señala los cargos cíe elec-
ción popular y confiere al pueblo 
el derecho de elegir para el 
desempeño de dichos cargos, á 
las personas que sean de su 
agrado. 
Las instituciones de la Repú-
blica garantizan, <po.es, la líber-
tad d© los ciudadanos, y México 
sería un país libre, si dichas ins-
tituciones no fueran cínicamente 
burJadas precisamente por los 
que á sí mismos* se dan el título 
de guardianes dé ordon y man-
tenedores de la paz. De todas 
las libertades que la Constitu-
ción prescribe, «ninguna puede 
ser ejercitada éhi atraerse las 
iras de los gobernantes,el que 
tal cosa preferida. 
Bien sabido es» para que in-
sistamos en demostrarlo, que 
cualquieía que psa, denunciar 
los molos actos de nuestros arbi-
trarios gobernantes, es • perse 
guído ferozmente y tratado como 
el uiás peligroso de los crimina-
les, No puede W d i e reunirse 
para tratar a$ant^o^ d$ interés 
públicüy ni, rtádlfe puede elogiR á 
las personas fyua coiüaidera aptas 
para desempeñar tos cargos de 
elección popuiáíf. Los ciu;d«da> 
nos no puedan tphasarse á ¡preis-
itaj sus ee'rVicíoií gratuitamente 
al cacique, i ji^sai? de que la 
Constituoión ófrdeixa que Üadí^ 
puede ser obligado; 4 prestar sen-
vicios sin la debida retribución. 
Los jueóesf jtt,z;^an ^in o i r á los 
reos; los <taudore« son encarcela-
dos, ó mandados al ¡E/éroito. El 
Poder Legislativa, además de es-
tar formado por individuos que 
el pueblo íió ha ólegido^ no pue-
de delibera* ni tomar wsoiución 
alguna si» el ¿consentimiento de 
Porfirio Díaz. M Poder Judi-
cial quo, como eí Legislativo, 
está formado pô Jf individuos á 
quienes el pueblo no ha dado su 
voto, depende absolutamente d e 
Porfirio Píaz, quion es el jwez 
que resuelvo, todos «los asuntos, 
siendo los jueces y los magistra-
dos meros lacayos sin voluntad, 
sin iniciativa y sin honor. 
Porfirio Día» está fuera de la 
ley y no los revolucionarios, 
quienes, precisamente, quieren 
su observancia y por eso toman 
las armas, para defenderla. 
El artículo 35 de la Constitu-
ción concede á los ciudadanos 
mexicanos el derecho de tomar 
las armas en defensa de la Re-
pública y de sus instituciones, y 
en tal virtud, obrarnos dentro de 
la ley al rebelarnos, respetamos 
los preceptos de la Carta Magua 
al hacer armas contra un despo-
tismo que no solamente no res-
peta las instituciones, sino que 
las ha herido de muerte al susti-
tuir con la espada sua precepto» 
libérrimos. 
Sépanlo, de una vez por todas, 
aquellos que rinden culto fervo-
roso á la loy: los revolucionarios 
mexicanos, en el presente caso, 
obrarnos dentro de la ley, y son 
precisamente nuestros verdugos 
los que están fuera de ella. Es 
constitucional el derecho de re-
belión* 
FRACASAN LAS PERSECUCIONES 
DE U DICTADURA. 
REYES, CRER, TORRES. 
Por cuenta de la Dictadura 
han sido impresos y distribuidos 
profusamente ent"e los círculos 
policiacos de Estados Unidos, 
unos retratos en que aparecen de 
frente y do perfil, los miembros 
de la Junta Organizadora del 
Partido Liberal Mexicano. 
Al pié de los retratos está ins-
crito en inglés que el Gobierjno 
de Díaz se compromete á pagar 
una magnífica recompensa a 
quien proporcione datos precisos 
que tiendan á la aprehensión de 
loa citados Señores, 
No obstante l a s tentadoras 
promesas y los medios de que se 
vale Porfirio Díaz para perseguir 
á sus adversarios políticos, éstos 
han escapado hasta la focha y 
siguen sosteniendo la lucha á 
qué se han consagrado por com-
pleto. 
Con excepción dol virtuoso lu-
chador Juan Sarabia que cayó 
prisionero á consecuencia de la 
traición, la Junta de St. Louis 
Missouri, se conserva íntegra: 
sus miembros han logrado bur-
lar las acechanzas de los que 
tienen interés en aprehenderlos. 
Se los busca asiduamente en Los 
Angeles, St, Louis, Mo., San An-
tonio, El Paso, Chicago, New 
Yoiík; todos los Cónsules mexi-
canos en Estados Unidos se afa-
nan por seguirles la pista y cuen-
tan para efecto con policía espe-
cial; las Compañías de detectives 
Pinkerton y Dunn tienen á su 
cargo la misma comisión y sin 
embargo, l o s perseguidos no 
caen y lo que es más desespe. 
rante para la Dictadura, tampoco 
se están quietos. 
Continúan en su labor de agi-
tación, continúan excitando al 
pueblo á rebelarse; están en 
' El rapaz norte-americano En-
rique C. Creel, el verdugo de los 
yaquis Luis E. Torres, y el ase-
sino profesional Bernardo Reyes, 
han resultado electos (?) durante 
las últimas semanas, para opri-
mir por espacio de cuatro 'ifios, 
con el carácter de Gobernadores, 
los Estados de Chihuahua, So-
nora y Nuevo León respectiva-
mente. 
Si en México subsistiera el su-
fragio, si en nuestro infortunado 
país los ciudadanos tuvieran de-
recho á elegir los funcionarios 
públicos,Reyes, Torres y Creel 
ni siquiera hubieran osado pre-
sentarse como candidatos para 
los puestos que les ha conferido 
la Dictadura. Su dei-.[»rest,ígio, la 
odiosidad popular que se han 
grangeado con sus actos de van-
dalismo, los mantendría alejados 
de los puestos oficiales, lo mismo 
que de. toda participación en la 
vida pública. 
Pero como lps mexicanos no 
hemos sido lo suficientemente 
valerosos y enérgicos para fun-
dar una República en qqe se 
respete la libérrima Constitución 
quo nos legaron el esfuerzo y la 
abnegación de nuestros mayores; 
como hemos permitido que se 
nos arrebaten nuestros derechos 
- - el del voto inclusive, — bien 
merecemos que se nos ultrajo 
imponiéndonos como gobernan-
tes á reconocidos bandoleros. 
Es el castigo de nuestia culpa, 
la expiación de nuestra cubar* 
día 
Y Díaz se muestra implacable 
en su afán de humillarnos : es-
coge precisamente para gober-
nantes á los individuos m¡¿» re-
pulsivos. 
Con segvndad que Reyes es el 
hombre más odiado en Nuevo 
León, lo mismo quo Creel en 
Chihuahua y Torres en Sonora, 
y á esa <'ircuustancin, á su im-
populainlud, a BU desprestigio, 
deben 'su encumbramiento. 
Díaz oonsidera á los mejicanos 
como esclavos, y por eso, en vez 
de gobernantes justos, les pone 
capataces brutales. 
En nuestra época sólo on Mé-
constante comunicación con sus 
simpatizadores y recorren en es-
curciones de propaganda los 
pueblos del sur de los listados 
Unidos lo mismo que diversas 
regiones del territorio mexicano. 
Centenares de leales correligio-
narios los entrevistan, les estro-
chan sus manos, escuchan sus 
palabras de entusiasmo y de 
combate y los obultan á la saga-
cidad de los esbirros. Viven los 
miembros de la Junta do St. 
Louis, Mo.,'por la discreción de 
los que están en contacto con 
ellos, los liberales convencidos 
que saben despreciar las dádivas 
d« la Dictadura y ser fieles á su 
causa y á su honor. 
Cuantiosas sumas del dinero 
robado a.1 pueblo, ha derrochado 
Porfirio Díaz en la persecución 
de los leaders del Partido Libe-
xioo y en el Congo hay esclavos 
Los negros de los Justados CTni 
dos ha mucho se obolaron y 
conquistaron su libertad; los 
mujik, los vasallos msos esUu 
ahora on plena lucha tontra eu« 
amos 
¿Nosotros seguiremos sopor-
tando la ignonitna, higuiremos 
demostrando con nuestra man-
sedumbre q le somos los hombre* 
más dogradados do la tío *ra? 
PRISIÓN INJUSTA Í)E UN Gi'j-
En "La Voz de Juawa" veruoH 
una carta subscripta, por un 
señor Gabriel Rubio, an la cual «o 
queja de estar preso en la cárc«l 
de Harmosillo por Oreórsele revo-
lucionario. El yeftor Rubio, por 
lo que »e ve en su carta, es uno 
de tantos ciudadanos que están 
suíriendo injustamente vejacio-
nes en 1 \á cárceles, porque nues-
tras cobardda autoiidades se han 
entregado ¿aprehenderá cuanto» 
colindaran sospechosos de aar 
libarales y do estar en conexión 
con la Junta de St. Louis Mis 
souri. . 
¡Cuantos inocentes como ol Sr 
Rubio sufren una prisión injusta 
y son por aiíadidtua tratado» 
con crueldad y aun acotados! 
Todas e»as injusticias van col-
mando el vaso pióximo á deira-
mar el líquido que contiene. Ra,-
zón y de sobia tenemos los revo-
lucionario» al asegurar que es 
Poríirio Díaz el pi'mor enemigo 
de la paz, porque las injusticias 
ao hacen más quo precipitar Ja 
i evolución, 
¡Que aprieto el tirano; éí será 
el primer arrepentido! 
« 9 » 
' EN FAVOR DE ESPINOSA. 
Coloreado luu>ta el 30 do Ju-
mo. 
CoUctudo des e ti 
primero de Julio: 
Fiacio Cortinas 
Jesús B Kigueron 
Jesús U liba n i 
línteba^ Khtroda 
lrim hiitíi. do El Paso 
J. Á. Mores 
Un Tamaulipeuso 
Ernestro Estrad 
$ LG. 25 
2. 00 
2. 00 
2. 00 
2. 00 
2, 00 
1. 00-
1 «0 
0, 50 
<< 
«i 
Total $ 28 7C 
ral, y éstos, á medida que se 
multiplican los peligros de qué 
so ven rodeados, crecen en arro-
gancia, en energía y tenacidad 
Razón t-.oiie Porfirio Día# en 
preocuparse seriamonte por lo» 
que se le enfrentan como una 
implacable amena/a; pues com-
prende que esta lucha es, lo 
mismo para él que para sus opo-
nentes, cuestión, de vida ó de 
muerte. El espíritu de propia 
conservación, el egoísmo y ol 
miedo, un miedo cerval, animan 
al tirano en las iniouas persecu-
ciones á que $e ha dedicado. 
Esperamos que no obtenga 
éxito para que BU caída no so re-
tarde, para que pronto príuoipia 
la revolución que lo va á derribar 
y á hacer de la Patria uno Repó* 
blioa de hombres em acipados y 
felices. 
i <, 
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