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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS 
 
 
GUÍA ILUSTRADA DE LA TRIBU COCCIDULINI 
MULSANT, 1846 (COLEOPTERA: COCCINELLIDAE) DE 
MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 B I Ó L O G A 
 P R E S E N T A : 
 
ENYA RAMÍREZ DEL VALLE 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTORA DE TESIS: 
DRA. PAULINA CIFUENTES RUIZ 
2016 
 
 
Lourdes
Texto escrito a máquina
Ciudad Universitaria, D. F.
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
	
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1. Datos del alumno 
Ramírez 
Del Valle 
Enya 
(55) 54 19 34 24 
Universidad Nacional Autónoma de 
México 
Facultad de Ciencias 
Biología 
308270527 
2. Datos del tutor 
Dra. 
Paulina 
Cifuentes 
Ruiz 
3. Datos del sinodal 1 
Dr. 
Santiago 
Zaragoza 
Caballero 
4. Datos del sinodal 2 
M. en A. 
Aldi 
De Oyarzabal 
Salcedo 
5. Datos del sinodal 3 
Dra. 
Olivia 
Yáñez 
Ordóñez 
6. Datos del sinodal 4 
M. en C. 
Enrique 
González 
Soriano 
7. Datos del trabajo escrito. 
Guía ilustrada de la tribu 
Coccidulini Mulsant, 1846 
(Coleoptera: Coccinellidae) de 
México 
80 p 
2016 
	
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DEDICATORIA 
A mi mamá Rocio Del Valle y papá Samuel Ramírez por todo su cariño, 
cuidado, enseñanzas, sabios consejos y por brindarme todo lo necesario para salir 
adelante. ¡Estoy en deuda con ustedes!. 
A mi hermana Naara Ramírez porque siempre me ha impulsando a que día a día 
sea mejor y logre lo que me proponga. 
A mi sobrino Aristarchos Katsikas por esos paseos inolvidables y llenar de 
alegría mis días. 
To Alexandros Katsikas for your good advices and love to my sister. 
A mi abuelita Vasthi Jiménez por el amor y cuidado que siempre me ha 
brindado. 
A mi abuelito Benito Del Valle porque me enseñó amar a la naturaleza y 
cuidarla. También por compartir esas historias tan interesantes y por su 
sorprendente sabiduría. ¡Te extraño mucho!. 
A Yafté Gómez por tu apoyo, compañía, cariño y compartir experiencias únicas e 
inolvidables. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
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AGRADECIMIENTOS 
A la Dra. Paulina Cifuentes por su enseñanza, confianza, asesorías, paciencia y 
por estar presente a lo largo de este trabajo. ¡Dra. logramos realizar un buen 
trabajo!. 
A el Dr. Santiago Zaragoza por haberme dado la oportunidad de formar parte 
del laboratorio, la confianza y la libertad de realizar el presente trabajo. También 
agradezco sus sugerencias, recomendaciones, comentarios y el tiempo que se tomó 
para ayudarme en la búsqueda de información. 
A el M. en A. Aldi de Oyarzabal por asesorarme en todo lo relacionado a la 
parte de ilustración científica. Gracias por compartir tu tiempo, conocimiento, 
enseñarme a dibujar la naturaleza y enriquecer este trabajo. 
A la Dra. Olivia Yáñez y a el M. en C. Enrique González por sus valiosos 
comentarios y correcciones. 
A el Dr. Martín Zurita por proponer, impulsar e insistir a realizar esta guía 
ilustrada de coccinélidos. 
A el M. en C. Héctor Enrique Vega por haberme permitido revisar los 
ejemplares presente en la colección y la confianza brindada. 
. 
A la Dra. Natalia Vandenverg por el préstamo del los ejemplares del National 
Museum of Natural History, Smithsonian (NMNH). 
A Guillermo González por sus comentarios, correcciones y haberme brindado 
información de gran utilidad. 
A la Dra. Graciela Zamudio por su ayuda en la búsqueda de información 
histórica relacionada a la ilustración científica. 
A la Bibl. María del Socorro Tapia por haberme permitido entrar y revisar 
algunos libros del acervo histórico. 
A Emmanuel Pineda López por la ayuda en la edición de la imágenes y por tu 
paciencia. ¡Eres un gran diseñador!. 
A los M. en C. Sara López y Geovanni Rodríguez por su ayuda en todas las 
dudas que me surgían A el próximo biólogo 
	
   iv	
  
Ishwari, por haberme recomendado e ir al laboratorio y trabajar ahí. ¡Muchas 
gracias!. 
A mis amigos Eli, Fania, Paty, Roy, Pamela, Paloma, Itzel, Lizethe, Annie, 
Mónica, Catalina, Adina, Mair, Aurora, Tania, Estefania, Moy, Juan, 
Rod, Daniel, Axell, Hugo, Caro, Anafrida, Dunia, Yaz, Isa y Nayeli por esas 
platicas tan amenas, consejos, compañía y su apoyo. ¡Los amo amigos! 
A Héctor A. Granelas por compartirme un poco de su cultura. Te admiro mucho 
y sigue adelante cubanito. 
A Carlos Balboa por sus ánimos. ¡Gracias padrino! 
A ti lector. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Sí me preguntaran qué quisiera borrar de mi vida 
hasta hoy, no borraría nada. 
Sería como quitar una naranja que se encuentra en 
la penúltima fila de un montón y, al moverla se 
derrumbarían todas las demás. Creo que todos los 
momentos son partes igualmente importantes 
porque contribuyen a crear la persona que soy.” 
 
Daniela Rivera 
 
 
	
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ÍNDICE 
Índice de figuras y cuadros……………………………………………………………..2 
Resumen……………………………………………………..……………………………….3 
Introducción………………………………………………………………………...………4 
Morfología del estado adulto de Coccinellidae………………..…..………………..…..….5 
Morfología del estado larval de Coccinellidae…………………………………….…………9 
Ciclo de vida de Coccinellidae…………………………………………………………………… 10 
Ecología……………………………………………………………………..…………….………………11 
Historia de la clasificación de Coccinellidae………..………….…………………………..13 
La Ilustración Científica……………………………………………………..……………………..14 
Estructuras del pensamiento científico……………………………………………………....15 
Antecedentes……………………………………………………….………………………17 
Fauna de Coccinellidae en México…………………………………………..…………….……17 
Historia de la Ilustración Científica en México……………………………………….…...19 
Justificación…………………………………………………………………………..……31 
Objetivos…………………………………………………………………………………….32 
Materiales y métodos……………………………………………………………………33 
Consideraciones taxonómicas de tres géneros de Coccidulini……………………….34 
Las dificultades de ilustrar modelos entomológicos……………………….……………35 
Resultados………………………………………………………………………….….……37 
Géneros e individuos examinados………………………………………..…………..………..37 
Clave para géneros de la tribu Coccidulini presentes en México………..………...38 
Tribu Coccidulini Mulsant, 1846………………………………………..………………………42 
Descripción de los géneros examinados de la tribu Coccidulini………………..…..43 
Azya Mulsant, 1850………………………………………………………………………………43 
Exoplectra Chevrolat, 1844……………………………………………………………………46 
Rhyzobius Stephens, 1829……………………………………………………………..……...49 
Oryssomus Mulsant, 1850……………………………………………………………………..52 
Stethorus Weise, 1885……………………………………………………………………………55 
Cryptolaemus Mulsant, 1853…………………………………………………………..….…58 
Nephaspis Casey, 1899…………………………………………………………………….…….61 
Scymnus Kugelann, 1794……………………………………………………………………....64 
Conclusiones………………………………………………………………………….……67 
Anexo…………………………………………………………………………………………68 
Referencias……………………………………………………………………………..….69 
	
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Índice de figuras y cuadros 
Figura 1. Morfología general del estado adulto de Coccinellidae. 
Figura 2. Coccinélidos ilustrados por W. Purkiss. 18*) Scymnus thoracicus, 19*) 
S. panamensis, 20*) S. loewi, 21*) S. apicalis 23*) S. pictus. *La numeración 
corresponde a la original. 
Figura 3. Coccinélidos ilustrados por W. Purkiss. 23-23a*) Oryssomus 
subterminatus, 24*) Azya luteipes, 26*) Exoplectra subaenescens27*) E. 
cruentipes. *La numeración corresponde a la original. 
Figura 4. Ilustraciones del género Azya presentes en el tomo X Erotílianos-
Coccinélidos de Coleopterografía Mexicana. 1315*) A. luteipes; 1316*) A. orbigera. 
*La numeración corresponde a la designada por Dugés. 
Figura 5. Ilustraciones del género Scymnus presentes en el tomo X Erotílianos-
Coccinélidos de Coleopterografía Mexicana. 2545*) Scymnus creperus; 2791*) 
Scymnus sp.; 2823*) S. cervicalis, Mulsant; 1320*) S. loevii, Mulsant; 1321*) S. 
auritulus; 1318*) S. bistigmatus, E. Dugés; 1322*) S. pictus, E. Dugés; 1424*) S. 
rufus, E. Dugés; 1572*) S. notaticollis, E. Dugés. *La numeración corresponde a la 
designada por Dugés. 
Figura 6. Azya Mulsant, 1850. 
Figura 7. Exoplectra Chevrolat, 1844. 
Figura 8. Rhyzobius Stephens, 1829. 
Figura 9. Oryssomus Mulsant, 1850. 
Figura 10. Stethorus Weise, 1885. 
Figura 11. Cryptolaemus Mulsant, 1853. 
Figura 12. Nephaspis Casey, 1899. 
Figura 13. Scymnus Kugelann, 1794. 
Cuadro 1. Riqueza de la tribu Coccidulini en México (Blackwelder, 1945; Juárez-
Monroy, 1986; Romero-Nápoles et al., 1996; Flores-Mejía y Salas-Araiza, 2004; 
Marín-Jarillo y Bujanos-Muñiz, 2008) siguiendo la clasificación de Seago et al. 
(2011). 
Cuadro 2. Géneros y número total de organismos examinados. 
Cuadro 3. Géneros de la tribu Coccidulini presentes en las colecciones nacionales 
en México. 
 
	
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Resumen 
e revisó un total de 737 coccinélidos que corresponden a ocho géneros de la 
tribu Coccidulini (Coleoptera: Coccinellidae); los ejemplares pertenecen a las 
siguientes colecciones: Colección Nacional de Insectos, Instituto de Biología, 
UNAM (CNIN), Universidad Autónoma Chapingo (UACH) y el National Museum 
of Natural History, Smithsonian (NMNH). Se elaboró una diagnosis y la 
descripción e ilustraciones a la acuarela para cada género de Coccidulini. Se 
presenta una clave dicotómica. Se recopiló información de la distribución 
geográfica e información de la historia taxonómica, riqueza y ecología de las 
especies de esta tribu para México. 
La tribu Coccidulini en México está representada por los géneros Azya, 
Cryptolaemus, Exoplectra, Nephaspis, Oryssomus, Rhyzobius, Scymnus, y 
Stethorus. El género Oryssomus es un nuevo registro para la CNIN. 
Asimismo, se investigó sobre la historia de la ilustración científica en México. Se 
explica la evolución de la ilustración científica y la ciencia por sí misma dentro de 
las diferentes estructuras del pensamiento científico (organicista, hermética y 
mecanicista). Se dan a conocer algunos ilustradores, científicos extranjeros y 
nacionales que realizaron importantes contribuciones a la ciencia. Se comenta el 
estado actual de la ilustración científica y los ilustradores científicos 
contemporáneos en México. Se mencionan los primeros ilustradores de Coccidulini 
de México. 
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
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Introducción 
l nombre de la familia Coccinellidae probablemente deriva del diminutivo 
de la palabra griega latinizada kokkos (semilla o baya), en relación con la 
forma del cuerpo que es convexo y redondo. Otros autores, proporcionan la 
palabra en latín coccinus que significa “de color escarlata” (Ślipiński, 2007). Son 
conocidos en América Latina como “cotorritas”, “mariquitas”, “vaquitas”, 
“sanantonios” y “catarinitas” (Zúñiga-Reinoso, 2011; Serra et al., 2013), en Estados 
Unidos y Canadá como “lady beetles” o “ladybugs”. En Europa y Australia son 
conocidas como “ladybirds beetles” (Gordon, 1985) y en Francia como “bêtes à bon 
Dieu” que significa: la bestia del buen Dios (Démousseau, 1930). 
Los coccinélidos se ubican dentro del suborden Polyphaga, superfamilia 
Coccinelloidea dentro del clado conformado por: Alexiidae, Akalyptoischiidae, 
Corylophidae, Coccinellidae y Latridiidae (Robertson et al., 2015). Se agrupan en 
dos subfamilias (Microweiseinae y Coccinellinae) y 30 tribus (Seago et al., 2011) y 
se piensa que están relacionados con Eupsilobiinae (Endomychidae) (Robertson et 
al., 2015). La tribu Coccidulini se ubica en el clado de la subfamilia Coccinellinae. 
Sin embargo, su relación con otras tribus aún es incierta (Seago et al., 2011). 
En el mundo existen cerca de 370 géneros y 6,000 especies de coccinélidos 
descritos (Giorgi y Vandenberg, 2007). En la región Neártica (sin incluir a México), 
se han registrado 60 géneros y 481 especies (Marske e Ivie, 2003) y para la 
Neotropical se reconocen 110 géneros y 1,310 especies (Costa, 2000). La tribu 
Coccidulini, esta representada en la región Neártica con 16 géneros (Vandenberg, 
2002) y en la región Neotropical se han registrado 38 géneros (González, 2014). 
El registro fósil de la familia Coccinellidae data del Eoceno (Kirejtshuk y Nel, 
2012). Existen registros fósiles para algunos géneros en diferentes partes del 
mundo: Francia (Chilocorus, Adalia y Aphidecta), ámbar báltico (Pharus, 
Scymnus, Coccinella y Platynaspis), China (Symnus e Hippodamia), Estados 
Unidos de América (Chilocorus, Adalia, Anatis y Coccinella) y Alemania 
(Coccinella, Sospita, Lasia, Harmonia y Halyzia) (Kirejtshuk y Ponomarenko, 
2008). Asimismo, en América se han encontrado fósiles de larva y adulto de género 
incierto en el ámbar dominicano (Grimaldi y Engel, 2004) y para México, sólo se 
reporta un ejemplar en ámbar de género indeterminado en la Formación Sinojovel, 
Chiapas (Kirejtshuk y Ponomarenko, 2008). 
 
 
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Morfología del estado adulto de 
Coccinellidae 
La siguiente descripción de los coccinélidos adultos se basa en lo reportado por 
Gordon (1985), Juárez-Monroy (1986), Vandenberg (2002), Ś lipiński (2007) y 
Ślipiński y Tomaszewska (2010) (Fig. 1). 
Los coccinélidos presentan forma redonda, que varía de circular a ovalada; el 
tamaño va de 0.8 a 18 mm. Presentan coloración variada, que puede ser: negra, 
pardo y gris o en especies conspicuas: roja, anaranjada o amarilla con contrastantes 
marcas en blanco o negro. 
Cabeza. Subcuadrada, insertada profundamente en el protórax o expuesta, excepto 
en la parte basal. Ojos reniformes, enteros o divididos por el canto del epistoma; 
antenas con siete a 11 antenómeros, con una masa antenal de uno a seis 
antenómeros, insertándose muy cerca del margen frontal de los ojos o debajo de 
éstos; la inserción expuesta o no dorsalmente por una extensión de la región de la 
frente y clípeo. Labro corto, transverso; mandíbulas moderadamente robustas, 
arqueadas, con ápice simple, bífido o dentado; palpos maxilares con cuatro 
palpómeros, el palpómero apical puede ser: largo, en forma de hacha 
(securiforme), copa o barril y en algunas especies, ovalados o elongados 
cónicamente. Gula cuadrada; mentón trapezoidal o triangular; lígula prominente, 
rectangular u oval; palpos labiales con tres palpómeros, el palpómero apical 
ovalado, cónico o claramente truncado. 
Tórax. Pronoto más amplio que la cabeza, transversalmente oval o cuadrado; 
región pleural amplia; prosterno largo en forma de “T”; proceso intercoxal 
carenado, lateralmente marginado o sin ninguna de las características anteriores; 
cavidad procoxal cerrada, raramente abierta. El mesosterno corto, trapezoidal o 
subcuadrado y el metasterno largo y ancho. Patas cortas, trocantines expuestos en 
la pata anterior y media; procoxas transversales, separadas; mesocoxas redondas, 
separadas; metacoxas transversales, ampliamente separadas; trocánter pequeño y 
triangular; fémur dilatado; tibias cilíndricas o aplanadas, en algunas especies 
extensamente dentadas o estriadas con uno, dos o sin espolones apicales. Fórmula 
tarsal aparentemente 3-3-3 (criptotetrámero o pseudotrímero; el segundo 
tarsómero diminuto); por lo general presentan 4-4-4 (el tercer tarsómero 
diminuto), el primero o primer y segundo tarsómero subcilíndricos y los anteriores 
son esponjosos y pubescentes; uñas simples, bífidas o apendiculadas (con la parte 
basal subcuadrada, aguda o redondeada). Escutelo pequeño, triangular; élitros 
enteros, superficie sinestrías o finamente punteada; pliegue de la epipleura entero, 
	
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con o sin depresión para recibir tibias y tarsos contraídos. Alas posteriores 
normalmente presentes y funcionales, venación reducida. 
Abdomen y terminalia. Presenta cinco o seis ventritos visibles, los dos primeros 
están fusionados. El ventrito uno por lo general es el más largo, puede o no 
presentar un par de líneas postcoxales abdominales que varían en forma y longitud. 
El proceso intercoxal que separa las metacoxas es generalmente ancho y agudo, a 
excepción de algunas especies. Los espiráculos funcionales están localizados en la 
membrana pleural de los segmentos uno a cinco. En la parte dorsal, el terguito siete 
y ocho están ligeramente esclerotizados. La parte terminal del abdomen o 
terminalia está constituida por los terguitos nueve y 10, formando la cápsula 
genital. El terguito nueve es evidente; por lo regular este esclerito tiene forma de 
“U”; en el lado ventral está fusionado al ventrito nueve por una membrana. El 
ventrito nueve frecuentemente se divide en tres partes: dos escleritos laterales y 
una pieza más pequeña adheridas (pleurito nueve). En la parte central, estrecha y 
frecuentemente membranosa del ventrito nueve se presenta una estructura 
denominada spiculum gastrale o furca, la cual varía de forma entre las tribus. En la 
hembra, el terguito y ventrito nueve forman un anillo simple esclerotizado, las 
membranas adjuntas al ovopositor, están compuestas por los segmentos 
abdominales restantes. El terguito 10 por lo regular es corto y algunas veces está 
completamente fusionado con el terguito nueve; los machos carecen del ventrito 
10. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
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Figura 1. Morfología general del estado adulto de Coccinellidae. 
 
 
	
   8	
  
Genitales del macho. Están conformados por un tegmen y un sifón (aedeago) 
esclerotizado el cual no es enteramente rígido. La parte basal del sifón es amplia y 
forma una cápsula sifonal. La base del tegmen tiene una pieza en forma de anillo 
(falobase) que proyecta en la parte anterior una estructura denominada guía del 
penis (lóbulo medio) que funciona como guía del largo flagelo durante la cópula. La 
base donde se une la guía y los parámeros (lóbulos laterales) se denomina trabas. 
La mayoría de los machos presentan la guía del penis y los parámeros 
perfectamente simétricos, con excepción de algunas tribus (Microweiseini, 
Skunahikonini y Serangiini) donde las estructuras están retorcidas, son 
fuertemente asimétricas y los parámeros se fusionan con la guía del penis en lugar 
de articularse con la falobase. 
Genitales de la hembra. En la parte anterior del tracto femenino se ubica el 
reservorio de esperma o espermateca en forma de “C”: está altamente esclerotizada 
y trasversalmente presenta marcas como si estuviese anillada. Usualmente tiene 
una glándula anexa (glándula accesoria) localizada cerca de la base. En algunos 
grupos la espermateca se divide en nodulus, que es basal, ramus y la porción curva 
del ápice o cornus. La espermateca se conecta con la bursa copulatrix a través del 
largo y membranoso ducto espermático, el cual puede engrosarse cerca de la bursa 
formando el infundíbulo. En la parte externa de los genitales se encuentra el 
ovopositor, que es una estructura simple y ligeramente esclerotizada. La estructura 
completa está formada de un par de paraproctos laterales y un par de coxitos 
alargados (hemiesternitos o placas genitales) los cuales presentan usualmente 
estiletes en el ápice. En la parte dorsal del ovopositor se encuentra un esclerito 
adicional denominado proctiger; presenta varias formas, es considerado homólogo 
con el terguito nueve o 10. Algunas tribus (Coccinellini, Slinghikallini, Halyziini y 
Discotomini) presentan glándulas colaterales asociadas con la parte ventral o 
lateral de cada coxito; actualmente se desconoce su función. 
La tribu Coccidulini es un grupo difícil de caracterizar, ya que incluye una amplia 
diversidad de taxones. Las características que comparten todos los coccinélidos 
adultos pertenecientes a esta tribu son: la presencia de pubescencia en la parte 
dorsal; los machos presentan un tegmen simétrico y una guía del pene larga y las 
hembras presentan coxitos triangulares y un ovopositor alargado (Ślipiński, 2007). 
 
 
 
 
 
	
   9	
  
Morfología del estado larval de 
Coccinellidae 
La siguiente descripción del estado larval de los coccinélidos se basa en lo 
reportado por Ślipiński (2007) y Ślipiński y Tomaszewska (2010). 
Las larvas son alargadas y fusiformes con patas bien desarrolladas; miden entre 
uno y 30 mm; la superficie en ocasiones presenta una secreción densa y cerosa con 
integumento suave y ligeramente pigmentado. Las larvas que no presentan esta 
secreción tienen integumento granuloso o espinoso, más o menos esclerotizado. El 
tórax y abdomen están cubiertos por sedas simples o múltiples, que sirven como 
armadura. 
Cabeza. Esclerotizada, prognata o hipognata, en ocasiones oculta por el pronoto; 
sutura fronto-clipeal usualmente ausente; labro usualmente libre; antenas 
variables usualmente cortas, de uno a tres antenómeros; mandíbulas simétricas, 
con base ancha y estrechas en el ápice ya sean simples o bífidas, en algunas 
multidentadas; cardo indistinto; palpos maxilares de tres palpómeros, siendo el 
apical más largo que los otros; labio con submentón, mentón y prementón 
usualmente fusionados; lígula pequeña y ligeramente expandida; palpos labiales 
usualmente presentan tres palpómeros. 
Tórax. Se divide en tres segmentos torácicos y son tan largos como los segmentos 
abdominales; los terguitos son débilmente convexos y esclerotizados; las patas 
están bien desarrolladas, presentan cinco artejos: coxa, trocánter, fémur, tibiotarso 
y pretarsos o uñas. 
Abdomen. Presenta 10 segmentos, el noveno segmento es simple; los espiráculos 
abdominales son anulares, localizados dorsalmente o dorsolateralmente. 
Para la tribu Coccidulini, actualmente no se ha identificado ningún estado de 
carácter que diagnostique a la tribu en el estado larval (Ślipiński, 2007). 
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
   10	
  
Ciclo de vida de Coccinellidae 
La duración del desarrollo del huevo al adulto varía, depende del clima y del 
suministro de alimento. Dura alrededor de tres a cuatro semanas en la mayoría de 
las especies y en meses fríos hasta más de seis meses (Lyon, 2002). Existen 
especies univoltinas (presentan solo una generación por año) o bivoltinas 
(presentan dos o más generaciones por año). El periodo de reproducción se 
presenta durante la primavera y en verano (González, 2006). 
Los coccinélidos presentan metamorfosis completa (holometábola), pasan por 
distintos estadios de desarrollo que son: huevo, cuatro a cinco estadios larvarios, 
pupa y adulto (García-Segura, 2013). 
Huevo. Duran de tres a 10 días, son de forma ovalada y varían de color amarillo a 
rojo-naranja y son depositados en el envés de las hojas o en grietas de la corteza 
(Lyon, 2002; González, 2006). 
Larvas. Presentan cuatro estadios, en algunas especies varía de tres a cinco. Por lo 
regular el periodo larvario dura entre dos a tres semanas, siendo los dos últimos 
estadios más largos. Las larvas permanecen inmóviles y sin alimentarse en los 
últimos días, este periodo es conocido por algunos autores como prepupa 
(González, 2006; Nyukuri et al., 2012; García-Segura, 2013). 
Pupa. Dura alrededor de seis a 11 días, presentan distintas formas y color (amarillo, 
blanco o pardo, en ocasiones con manchas obscuras), no es completamente 
inmóvil. Al emerger presentan élitros blandos, opacos, de color claro y sin manchas 
(Ślipiński y Tomaszewska, 2010; García-Segura, 2013). 
Adulto. Emergen en siete a 11 días y pueden vivir doce meses o más (Lyon, 2002; 
González, 2006). 
 
 
 
 
 
 
	
   11	
  
Ecología 
El hábitat preferencial de los coccinélidos se localiza principalmente en zonas 
tropicales y subtropicales, ya que ahí se ha registradouna gran diversidad de estos 
organismos, a diferencia de las zonas templadas, que presentan escasos registros 
(Guerreiro et al., 2003; Ś lipiński y Tomaszewka, 2010). Algunas especies son 
consideradas cosmopolitas debido al intercambio realizado por el hombre con el fin 
de utilizarlas para el control biológico de plagas (Rojas-Rivera, 2006), mientras que 
otras son consideradas inmigrantes (Frank y Mizell, 2000). 
La diversidad trófica de los coccinélidos es amplia, abarca: herbivoría, polinofagía, 
fungivoría, depredación de alta especialización de pulgones, moscas blancas, ácaros 
y otros invertebrados (Obrycki y Kring, 1998; Lundgren, 2009; Seago et al., 2011). 
Este hábito depredador ha popularizado a ciertas especies de coccinélidos adultos y 
larvas como agentes biológicos para el control de plagas en la agricultura y de 
forma natural en ciertos ecosistemas (Milán-Vargas, 2009; Michaud, 2012). 
La tribu Coccidulini presenta algunas especies con un alto potencial para el control 
biológico, entre ellos destaca el género Azya (Gordon, 1980; Liere, 2008; Nais y 
Busoli, 2012), Cryptolaemus (Mani y Krishnamoorthy, 1990; Ś lipiński, 2007; 
Hodek y Hodek, 2009), Exoplectra (De Oliveira et al., 2008), Nephaspis (Ren et 
al., 2002; López y Kairo, 2003) Rhyzobius (Stathas, 2000; Roy y Migeon, 2010), 
Scymnus (Aguilera et al., 2006; Ś lipiński, 2007; Hodek y Hodek, 2009; Sakaki y 
Sahragard, 2011) y Stethorus (Khan et al., 2002; Biddinger et al., 2009). 
Los coccinélidos son atacados por una variedad de enemigos naturales, tales como 
bacterias, hongos, nemátodos, protozoarios, avispas, moscas y muy 
infrecuentemente por lagartijas y aves. Solo algunos de éstos son capaces de afectar 
la dinámica poblacional de los coccinélidos. Por ejemplo, las chinches 
depredadoras de las familias Pentatomidae y Reduviidae y las avispas parasitoides 
de las familias Braconidae, Encyrtidae, Pteromalidae, Eulophidae, entre otros, 
causan un gran daño en los adultos y larvas (González, 2006; Riddick et al., 2009; 
Kairo et al., 2013). El conocimiento de los enemigos naturales de los géneros 
pertenecientes a la tribu Coccidulini es muy limitado. Sin embargo, se conoce la 
preferencia del hongo parásito Hesperomyces coccinelloides por algunas especies 
del género Scymnus (Riddick et al., 2009) y la avispa Homalotylus que parasita 
Azya orbigera Mulsant, 1850 (Trjapitzin y Triapitsyn, 2003). Además, se ha 
registrado que seis especies de aves insectívoras depredan adultos y larvas de 
Cryptolaemus montrouzieri Mulsant, 1853 (Kairo et al., 2013). 
	
   12	
  
La coloración aposemática y la secreción de compuestos basados en alcaloides 
tóxicos, permite la supervivencia de los coccinélidos al ser molestados por algún 
enemigo. Las larvas secretan un fluido amargo en los segmentos abdominales por 
medio de glándulas especializadas. Esta función y característica es de gran interés 
en el área de ecología química (Frank y Mizell, 2000; Seago et al., 2011). El estudio 
de los alcaloides tóxicos presentes en la tribu Coccidulini es muy escaso, sólo se 
tiene documentada la presencia de tres alcaloides tóxicos en C. montrouzieri 
(Brown y Moore, 1982) y posiblemente en las larvas de Azya luteipes Mulsant, 
1850 (Nais y Busoli, 2012). 
El comportamiento de canibalismo se presenta en algunas larvas de coccinélidos, 
que al eclosionar se alimentan de las larvas de menor tamaño, de los huevos sin 
eclosionar y los ya eclosionados (González, 2006). Existen dos posibles 
explicaciones sobre el canibalismo en coccinélidos: 1) a menor cantidad de presas 
se presenta una alta incidencia de canibalismo en las larvas o 2) es una conducta 
adaptativa (Kairo et al., 2013). Völkl y Vohland (1996), reportan la producción de 
cera en algunas larvas de Scymnus, con el fin de evitar el canibalismo por parte de 
otros organismos. 
 
 
 
 
 
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
   13	
  
Historia de la clasificación de 
Coccinellidae 
El inicio del estudio de Coccinellidae se data en 1758 cuando C. Lineo reconoce el 
género Coccinella y describe 36 especies. Posteriormente, Latreille (1807; en 
Ślipiński, 2007) establece el nombre de Coccinellidae. Etienne Mulsant (1846, 
1850; en Ś lipiński, 2007) propone una clasificación para Coccinellidae, donde 
incluye la primera categoría supra-genérica (tribu) en esta familia. Además, elabora 
una clave y la descripción de todas las especies conocidas a nivel mundial 
(Ślipiński, 2007). 
A finales del siglo XIX e inicio del XX, German Julius Weise, Frenchman A. Sicard 
y Ludwig Ganglbauer elaboraron trabajos sobre las especies de Europa Central. Por 
otro lado, Thomas Casey abordó la fauna de América del Norte. Los autores 
mencionados describieron nuevos géneros y nuevas tribus. Weise fue el primero en 
desarrollar la taxonomía de coccinélidos utilizando los genitales del macho durante 
1878 a 1930 Weise (Gordon, 1985). 
A principios del siglo XX, Richard Korschefsky (1931, 1932; en Ś lipiński, 2007) 
publicó Coleopteroum Catalogus, que es el único catálogo completo de 
Coccinellidae a nivel mundial. 
La segunda mitad del siglo XX se identifica como la Edad de Oro en la taxonomía 
de Coccinellidae gracias a un grupo de investigadores: Hiroyuki Sasaji, Helmut 
Fursch, Ryszard Bielawski, Robert Gordon, Theodosius Dobzhansky, A. P. Kapur, 
Leopold Mader, Jean Chazeau, Matsuo Miyatake y Robert Pope, además de otros 
autores (Ślipiński, 2007). 
La problemática en la clasificación de Coccinellidae duró varios años, hasta que 
Seago et al. (2011) realizaron cambios en la clasificación tradicional de tribus y 
subfamilias con base en un análisis filogenético que considera caracteres 
morfológicos y moleculares. Se reconocen dos subfamilias: Microweiseinae (con 
cuatro tribus) y Coccinellinae (con 20 tribus), lo cual concuerda con lo que obtuvo 
Ślipiński (2007). 
La tribu Coccidulini, de acuerdo a Seago et al. (2011), se ubica dentro de la 
subfamilia Coccinellinae. Los autores mencionados sinonimizaron con Coccidulini 
las siguientes tribus: Azyni, Chnoodinii, Exoplectrini, Cranophorini, Oryssomini, 
Porinii, Scymnini, Scymnillini, Stethorini y Tetrabrachini. Las relaciones entre las 
tribus de Coccinellinae continúan sin resolverse (Seago et al., 2011). 
	
   14	
  
La ilustración científica 
La ilustración científica tradicional basada en el dibujo a mano alzada, es un tipo de 
arte respaldado por un discurso de corte científico cuyo fin principal es apoyar a las 
ciencias biológicas para la divulgación y difusión (Angeles-Trujillo, 2013). Sus 
atributos principales son: extender el conocimiento, aclarar la información y captar 
la atención del receptor. 
La ciencia, con esfuerzo y trabajo conoce al mundo y el arte crea imágenes de éste. 
Ambos parten de la observación, como herramienta escencial para perseguir sus 
fines (De Oyarzabal, con. pers.). El ilustrador observa de manera general para 
percibir lo fundamental de las estructuras, formas y relaciones, sin embargo, el 
científico cuenta con el conocimiento de la investigación precisa. Cuando se realiza 
una ilustración, el dibujo debe ser fácil de entender, para ello el científico y/o el 
ilustrador elimina lo que no es importante y destaca lo que sí lo es. De esta manera, 
se dice que el científico crea una nueva teoría y el artista inventa un nuevo estilo 
(García-Sánchez, 2011). Detrás de cada ilustración científica existe un científico que 
busca reconocer la realidad biológica y un ilustrador que represente una forma de 
ver el mundo (De Oyarzabal, con. pers.). 
Al elaborar ilustraciones científicas, se debe tener en cuenta la precisión, la 
composición, capturar la postura correcta y ser parecido al modelo. Así, se logra 
una lectura fácil y un golpe de vista poderoso para captar la atención del receptor. 
En el caso de las ilustraciones entomológicas, se tiene que recurrir al uso del 
microscopio y herramientas especializadas para el manejo del ejemplar.15	
  
Estructuras del pensamiento científico 
El conocimiento científico a nivel mundial fue evolucionando a lo largo del tiempo 
gracias a los paradigmas, es decir, las diferentes ideas científicas que surgieron y 
fueron aceptadas por la mayoría de las personas pertenecientes a las comunidades 
científicas en cierto lapso de tiempo. Esto provocó un desplazamiento de las 
antiguas ideas, las cuales contradecían a las nuevas que surgían (Kuhn, 1971). Para 
explicar esta revolución científica y evitar una división artificial, se describen las 
diferentes estructuras del pensamiento en la ciencia (organicista, hermética y 
mecanicista), con base en las creencias científicas y los paradigmas aceptados 
durante los siglos XVI al XIX de acuerdo con Trabulse (1995). 
La primera estructura del pensamiento científico, denominada organicista, estaba 
conformada por los conceptos metafísico-aristotélicos sobre la naturaleza del 
universo. Por ejemplo, se creía que todos los seres vivos, dioses y ángeles ocupaban 
un lugar en el mundo y el centro de todo era el hombre y la Tierra. Lo más valioso 
de esta corriente fue la gran cantidad de datos adquiridos por la experiencia y las 
constantes observaciones metódicas de los fenómenos naturales. Los principales 
representantes de esta corriente fueron Aristóteles, Galeno y Ptolomeo. 
Posteriormente, estas ideas se incorporaron al pensamiento judeo-cristiano. 
La estructura hermética, también conocida como mágica, se reconoce por presentar 
un lenguaje oculto propio de la alquimia, la astrología y la ciencia de los números. 
Los herméticos tenían como objetivo descifrar los secretos del universo propuestos 
por Dios en lenguaje matemático y místico. Además, los paradigmas presentaban 
fantasía, magia y superstición. Sin embargo, esta estructura fue exitosa gracias a 
que la interpretación de los fenómenos naturales fue hecha con objetividad y 
precisión. Los científicos pertenecientes a esta corriente son Copérnico, Tycho 
Brahe y Kepler en astronomía; Paracelso, Glauber y van Helmont en química y 
medicina, y Gilbert en física. 
Por último, la estructura mecanicista busca leyes que expliquen los fenómenos 
presentes en el universo de forma regular y constante. El éxito de esta corriente se 
debe a que los científicos realizaban demostraciones claras, con intervención de la 
lógica y sustentadas matemáticamente. Surge a mediados del siglo XVII y desde ese 
entonces, la ciencia se rige por teorías e hipótesis. Los principales seguidores son 
Mersenne, Galileo, Descartes y Newton. 
En México estas tres corrientes surgen tras la llegada de los españoles. Se 
expandieron por todo el territorio nacional de manera irregular, porque las nuevas 
teorías se tardaron en llegar y para poder ser aceptadas lleva tiempo. 
	
   16	
  
Las corrientes fueron evolucionando conforme las nuevas teorías fueron 
apareciendo y a la par, grupos de científicos fueron adoptando ciertas teorías y 
desplazando el antiguo conocimiento que se originó en su época. Por esta razón, se 
puede decir que la corriente que actualmente prevalece es la mecanicista (De 
Oyarzabal, con. pers.; Trabulse, 1995). 
 
 
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
   17	
  
Antecedentes 
Fauna de Coccinellidae en México 
n México, se sabe poco de la diversidad, distribución, taxonomía, ecología y 
biología de los coccinélidos (Rojas-Rivera, 2006). Los primeros estudios de 
coccinélidos mexicanos se encuentran en la Biologia Centrali-Americana 
(Gorham, 1887-1899), en este trabajo se reportan 23 géneros y 106 especies, 
algunas de ellas presentan datos de localidad precisas y otras más carecen de 
detalle. 
A principios del siglo XX, Manuel M. Villada (1901; en Juárez-Monroy, 1986) 
recopila la información inédita de E. Dugès en el Catálogo de Coleópteros 
Mexicanos; en él se enlistan 70 especies de la familia Coccinellidae (Juárez-
Monroy, 1986). Blackwelder (1945) en el Checklist of the coleopterous insects of 
Mexico, Central America, the West Indies, and South America registró la presencia 
de 45 géneros, 173 especies y 13 subespecies en México, sin detallar su distribución. 
Gordon (1985), documentó 57 géneros y 475 especies para América del Norte. Años 
después, la cifra aumentó a 60 géneros y 481 especies (Gordon y Vandenberg 1991; 
Peck y Thomas, 1998; Vandenberg, 2002); de los cuales 26 géneros se distribuyen 
en México. 
De acuerdo con los datos reportados por Blackwelder (1945), Juárez-Monroy 
(1986), Romero-Nápoles et al. (1996), Marín-Jarillo y Bujanos-Muñiz (2008), 
Trejo y Néstor (2012) y siguiendo la clasificación de Seago et al. (2011), en México 
se encuentran las dos subfamilias, 59 géneros y 185 especies. 
La tribu Coccidulini está representada en México por 11 géneros y 43 especies 
(Cuadro 1). No existen trabajos taxonómicos ni guías o claves de identificación de 
los géneros de la tribu en México. 
 
 
 
 
 
E 
	
   18	
  
Cuadro 1. 
Riqueza de la tribu Coccidulini en México (Blackwelder, 1945; Juárez-
Monroy, 1986; Romero-Nápoles et al., 1996; Flores-Mejía y Salas-
Araiza, 2004; Marín-Jarillo y Bujanos-Muñiz, 2008) siguiendo la 
clasificación de Seago et al. (2011). 
Tribu: 
Coccidulini 
Género No. especies 
 Azya Mulsant, 1850 2 
 Exoplectra Chevrolat, 1844 5 
 Rhyzobius Stephens, 1829 1 
 Oryssomus Mulsant, 1850 1 
 Stethorus Weise, 1885 2 
 Cryptolaemus Mulsant, 1853 1 
 Nephaspis Casey, 1899 1 
 Scymnus Kugelann, 1794 24 
 Chnoodes* Mulsant, 1850 3 
 Dioria* Mulsant, 1850 1 
 Poria* Gorham, 1894 2 
Total 11 43 
*Ver consideraciones taxonómicas de tres géneros de Coccidulini. 
Los estudios faunísticos, ecológicos y sobre la biología de la tribu Coccidulini en 
México son escasos. Por ejemplo, se reporta la presencia y depredación de 
Scymnus sp. sobre algunas especies de Coccidae (Gaona-García et al., 2004; 
Chacón-Pacheco y Muñoz-Viveros, 2011) y Liviidae (Ortega-Arenas et al., 2013). En 
Tamaulipas se ha registrado la presencia de Stethorus, que además es considerado 
un enemigo natural de ácaros que afectan las plagas de cítricos en este estado 
(Ruíz, 2006). Rosas-García et al. (2009), realizaron bioensayos para determinar la 
capacidad y la eficiencia depredadora de C. montrouzieri sobre la cochinilla 
harinosa (Planococcus citris), la plaga más importante de los cítricos. 
	
  
	
   19	
  
La historia de la ilustración científica en 
México 
La ilustración científica ha evolucionado a la par de la ciencia. La evidencia de lo 
anterior, se demuestra con las imágenes producidas a lo largo de diferentes épocas 
sobre las diferentes estructuras del pensamiento científico. 
Antes de los españoles, los indígenas habían representado el mundo de diferentes 
maneras y con materiales distintos. Algunos ejemplo son: piezas arqueológicas 
elaborados con barro y todo tipo de rocas metamórficas, códices y pintura mural. 
La ilustración científica en México se remonta a los tiempos de la Conquista 
Española (1519). El objetivo principal de los españoles fue recopilar el 
conocimiento prehispánico utilizando a los indígenas para ilustrar el saber 
botánico, zoológico, astronómico, cronológico, cartográfico y de los minerales. Este 
conocimiento está plasmado en la Historia de las Indias de Nueva España por fray 
Bernandino de Sahagún, Historia de las cosas de Nueva España, Códice 
Florentino de fray Diego Durán y el Libellus de medicinalibus indorum herbis 
(códice de Cruz-Badiano) por mencionar algunos (Somolinos-Palencia, 1990; 
Trabulse, 1995). 
Años después, el conocimiento de la Nueva España se difundió gracias al invento y 
uso de la imprenta. Con este medio, sólo se puede imprimir el texto y así que para 
reproducir las ilustraciones, se empleó la xilografía (grabado en madera). 
Algunos trabajos de importancia de la época colonial que utilizaron la xilografía, 
fueron elaborados por Fray Diego Rodríguez (1596-1668), Carlos de Sigüenza y 
Góngora (1645-1700),Juan Eusebio Nieremberg (1595-1658) y Francisco 
Hernández de Toledo (1514-1587) (Maldonado-Polo, 1987). Este último personaje 
describió más de 3000 especies de plantas, 500 de animales y 35 minerales, e 
ilustró 1200 láminas en Historia de las Plantas de la Nueva España (Álvarez-
Peláez, 1987; Papavero et al.,1995). Este dicho trabajo se realizó durante la primera 
exploración en la Nueva España que duró 7 años (1570-1577) (Heredia-López, 
2015). Posteriormente, el trabajo se llevó a España y se resguardó en el museo de El 
Escorial, hasta que en 1671 desapareció tras un incendio (Álvarez-Peláez, 1987). 
En el siglo XVII se logró separar el saber científico del religioso y gracias a las 
ilustraciones e investigaciones que se elaboraron, los recursos naturales de la 
Nueva España se dieron a conocer en Europa y más allá. El trabajo de Hernández 
fue una de esas obras que mostraban recursos naturales de importancia en la 
	
   20	
  
Nueva España, por ese motivo surgió un interés económico y político por 
recuperarlo. Más tarde, el catedrático y director de El Real Jardín Botánico de 
Madrid, Casimiro Gómez Ortega, logró obtener los manuscritos elaborados por 
Hernández pero sin sus ilustraciones respectivas. Esto hizo imposible buscar esos 
recursos naturales tan codiciados en la Nueva España, por lo que resultaba de gran 
utilidad contar con nuevas imágenes sobre la naturaleza en los territorios 
conquistados (Álvarez-Peláez, 1987). 
Debido a este interés, la Corona española le encomendó al médico aragonés Martín 
de Sessé y Lacasta (1751-1808) que llevara a cabo la primer Real Expedición 
Botánica de la Nueva España (1787-1803) y el establecimiento del primer jardín 
botánico en la Nueva España a semejanza de El Real Jardín Botánico de Madrid 
subsecuentemente se estableció la Cátedra de Botánica en el propio jardín 
botánico. Esta institución tenía como objetivo formar médicos, cirujanos y 
farmacéuticos y, el establecimiento de un jardín propició el depósito de plantas 
pertenecientes a la América Septentrional (Maldonado-Polo, 1987). 
Los naturalistas que participaron en la expedición, además de Sessé, fueron el 
botánico Juan del Castillo (1744-1793), el naturalista José Longinos Martínez 
(1777-1802) y José Mariano Mociño (1757-1820); juntos recorrieron el norte y 
occidente del país (Maldonado-Polo, 1987). Mociño fue el único naturalista criollo 
nacido en Temascaltepec, Estado de México (Gómez-Vázquez, 2005) y fue 
considerado como una figura relevante para la ciencia mexicana porque realizó 
descripciones de la flora y fauna desde la región de Nutka, hoy Vancouver, hasta 
Centroamérica (Bernabéu-Albert, 1987; De la Sota-Ruis, 1987). 
Los artistas seleccionados para ilustrar en esta expedición fueron los mexicanos 
Juan De Dios Vicente De la Cerda (1772-?) y Atanasio Echeverría y Godoy (1773-
1820), los cuales eran discípulos de Jerónimo Gil, fundador de la Real Academia de 
San Carlos de México en 1781 (Arinero, 1987; Zamudio, 2010). En esta expedición 
se lograron realizar más de 2500 descripciones, 2000 ilustraciones y 400 bocetos 
(Trabulse, 1995). Para la elaboración de ilustraciones no sólo se contaba con la 
participación del artista sino también con la del naturalista, quien supervisaba y 
corregía el avance de la ilustración. Además, existieron instrucciones o circulares, 
los cuales daban a conocer cómo se tenía que dibujar las plantas y animales 
encontrados en la colonia (Heredia-López, 2015). 
De acuerdo con Casimiro (1777, en García-Sánchez, 2011), para dibujar las plantas 
se recomendaba que estuviesen frescas y procurar reproducir los colores naturales 
de las mismas. El ilustrador realizaba varias observaciones para representar el 
desarrollo completo de las plantas, es por ello que en algunas láminas contienen 
varias estructuras de una misma planta. Por ejemplo, se representaban los botones 
florales, las flores, los frutos en distintos estados de maduración, las hojas jóvenes y 
	
   21	
  
caducas, las disecciones de los frutos y las flores. Para realizar las disecciones se 
basaban en el sistema de clasificación sexual de Linneo. El naturalista prefería una 
ilustración objetiva que una que tuviese calidad estética (García-Sánchez, 2011), 
una parte del trabajo se realizó en campo y otros se completaron en gabinete. 
Los ilustradores representaban la fauna de diferentes maneras, por ejemplo 
dibujaban las posiciones naturales en movimiento o en reposo y la expresión, es 
decir, la conducta o situación emocional. Esto era posible ya que capturaban 
animales, los colocaban en jaulas y los dibujaban directamente. Las ilustraciones 
tenían que ser precisas; para lograrlo, el ilustrador debía tener conocimiento de la 
anatomía del animal. Además, los ilustradores eran capaces de dibujar especies 
extinguidas y fósiles mediante reconstrucciones con base en los esqueletos y 
comparando con especies cercanas existentes. Los animales más difíciles de ilustrar 
fueron los peces e insectos, ambos con gran cantidad de detalles. Los peces eran 
difíciles de dibujar, porque se tenían que capturar y colocar en un recipiente, para 
después ser dibujados directamente del agua. Los insectos, debido a su tamaño 
diminuto, causaron mucha dificultad para ser ilustrados. Ciertamente las 
ilustraciones entomológicas a color fueron las más costosas (Trabulse, 1995). 
De las ilustraciones realizadas durante la primer Real Expedición Botánica de la 
Nueva España, no se sabe quién ilustró cada lámina. García-Sánchez (2011), 
menciona que al comparar las ilustraciones entre De la Cerda y Echeverría, este 
último desarrolló una precisión en la línea, la sombra y luminosidad en el colorido 
de las láminas. Por esta razón, se dice que el más destacado fue Echeverría, cuya 
obra logró estar a la par entre los mejores ilustradores europeos de la época 
colonial. Actualmente, en honor a este célebre ilustrador y botánico, se nombro el 
género Echeveria (perteneciente a la familia Crassulaceae) (Jimeno-Sevilla et al., 
2013). 
Para lograr representar a los organismos pequeño, algunos ilustradores utilizaron 
la cámara obscura. Este instrumento, fue inventada por el matemático Johann 
Christoph Sturm (1635-1703), la cual fue muy útil a lo largo de las expediciones 
porque se podía proyectar una imagen de interés invertida, pero no podía 
magnificar los organismos como lo hacía el microscopio (Ratcliff, 2009). 
Unos de los primeros microscopios fue desarrollado por Anton van Leeuwenhoek 
en el siglo XVII; tenía una sola lente y era muy similar a una lupa. Los 
instrumentos amplificadores fundamentales en la actualidad son, los microscopios 
ópticos (utilizan la luz) y electrónicos (utilizan electrones). El microscopio de luz 
consta de un sistema óptico (compuesto por dos lentes convergentes: el ocular y el 
objetivo) y un sistema mecánico que permite enfocar los lentes sobre el objeto a 
observar (Tortora et al., 2007; Gómez-De Ferraris y Campos-Muñoz, 2009). 
	
   22	
  
En el pasado, el uso del microscopio permitió a los artistas y científicos observar lo 
pequeño, para lograr magnificar una ilustración se utilizaron dos técnicas que 
ayudaron a dibujar los organismo pequeños pero visibles a simple vista. Estas 
técnicas son comparación natural y comparaciones en serie, la primera consistió en 
representar un ejemplar en escala natural por medio de un punto o línea pequeña y 
cercano a éste, se colocaba otro dibujo amplificado del organismo para así observar 
los detalles. Las comparaciones en serie, se realizaban con otros ejemplares de 
diferentes dimensiones para lograr una idea del tamaño del organismo de interés 
(Ratcliff, 2009). 
El conocimiento científico y sus ilustraciones respectivas generados durante las 
expediciones, se compilaron y publicaron en atlas (diccionarios visuales que 
contienen el saber de una época). Este tipo de libros permitieron ayudar a entender 
una idea o teoría por medio de las ilustraciones (Daston y Galison, 2010). 
Además de españoles,hubo naturalistas e ilustradores franceses, alemanes, 
holandeses e ingleses, que realizaron estudios de la naturaleza en la Nueva España 
como Alejandro Freiherr von Humboldt (1769-1859) en cartografía, Aimé 
Bonpland (1773-1858) en botánica, Frederick Catherwood (1799-1854) en 
ilustraciones arqueología y Johann Moritz Rugendas (1802-1858) en ilustraciones 
del paisaje (Aira, 2001). 
Gracias a las ilustraciones generadas durante las expediciones, el conocimiento 
científico circuló más allá de las fronteras y entre diferentes grupos de persona. 
Asimismo, se introducía nuevo conocimiento en México proveniente de otras 
partes del mundo. 
El desarrollo de la investigación científica en México, se debió también al 
investigador y creador de la Sociedad Científica de México, José Antonio Alzate 
(1738-1799). Entre los estudios científicos más destacados que realizó Alzate se 
tiene la Memoria sobre la naturaleza, cultivo y beneficio de la grana (1777). El 
trabajo se presentan 10 láminas a la acuarela sobre la grana cochinilla, 
observaciones al microscopio y los beneficios de este organismo en un escrito de 
100 páginas aproximadamente (Salazar-Velázquez, 2012). 
Por otra parte, la cartografía en México tuvo gran importancia debido al interés de 
los españoles en conocer las tierras de la Nueva España; los mapas fueron 
elaborados por los curas durante el siglo XVII. Los mapas de esta época muestran 
el conocimiento de los fenómenos naturales y representación de la superficie 
terrestre, por estos motivos son considerados ilustraciones científicas. El primer 
mapa de la Nueva España fue de la Provincia de San Diego de México en la Nueva 
España, elaborado por Antonio Isarti. En el mapa logró plasmar las ciudades, la 
	
   23	
  
orografía y los puertos del Golfo de México y del Pacífico que en su conjunto 
forman un paisaje (Trabulse, 1995). 
La guerra de Independencia provocó una crisis en la investigación e ilustración 
científica. Lo beneficioso, fue la introducción de una nueva técnica artística creada 
en 1789 por Aloys Senefelder en Munich (Asnaghi et al., 2011), la litografía (técnica 
en la cual se dibuja la imagen a imprimir en una piedra caliza), aunque al principio 
causo problemas, después resultó sumamente benéfica para trasmitir el saber de la 
época a través de imágenes de gran calidad. Debido a que los artistas no sabían 
usar la nueva técnica y por esta razón, la mayoría de los libros científicos 
publicados antes de 1840 carecían de ilustraciones y otros tantos presentaban 
imágenes de menor calidad (Trabulse, 1995). 
Durante los años 1821-1868, el saber científico y sus ilustraciones se difundieron a 
través de revistas de divulgación, principalmente en El Mosaico Mexicano (1836-37 
y 1840-42) y El Museo Mexicano (1843-1845). En ellas se dieron a conocer temas 
muy variados como historia, geografía, historia natural, zoología, botánica y 
aspectos bibliográficos entre otros dejando a un lado temas políticos y religiosos 
(Trabulse, 1995). 
Otros trabajos de importancia fueron el Manual de geología (1841; En Trabulse, 
1995) elaborado por el científico Andrés del Río, ilustrado magistralmente por 
Mariano Ximeno. El manual contiene descripciones de animales y plantas fósiles y 
352 dibujos en 27 láminas. La obra Historia antigua de México del jesuita 
veracruzano Francisco Javier Clavíjero, fue traducida por Francisco Pablo 
Velázquez e ilustrada de nuevo por Antonio Cal y Bracho. El propósito del trabajo 
fue actualizar y corroborar conforme al sistema de nomenclatura lineana, las ideas 
científicas de esa época. 
Los primeros estudios e ilustraciones científicas de Coccinellidae en México, están 
presentes en el trabajo de Henry Stephen Gorham (1887-1899). En este trabajo 
Gorham, realizó descripciones de especies del centro y sur América y W. Purkiss 
ilustró 108 coccinélidos dentro de 5 láminas en litografía. De estas ilustraciones se 
encuentran representados los géneros Oryssomus, Azya, Exoplectra y Scymnus 
pertenecientes a la tribu Coccidulini. En ese trabajo, solamente Azya, Exoplectra y 
Scymnus están registrados para México (Figs. 6 y 7). 
 
 
	
   24	
  
 
Figura 2. Coccinélidos ilustrados por W. Purkiss. 18*) Scymnus thoracicus, 
19*) S. panamensis, 20*) S. loewi, 21*) S. apicalis 23*) S. pictus. *La 
numeración corresponde a la original. 
 
Figura 3. Coccinélidos ilustrados por W. Purkiss. 23-23a*) Oryssomus 
subterminatus, 24*) Azya luteipes, 26*) Exoplectra subaenescens 27*) E. 
cruentipes. *La numeración corresponde a la original. 
La revista La naturaleza creada en 1869, por la Sociedad Mexicana de Historia 
Natural contiene contribuciones de los naturalistas e ilustradores especializados en 
botánica, zoología, mineralogía y otros temas. Entre los más destacados por su gran 
participación son Alfredo Dugès, Eugenio Dugès, Alfonso Herrera, Jesús Sánchez, 
José Alzate y Ramírez y el artista Rafael Montes de Oca y José María Velasco (Gío-
Argaez, 1993; Trabulse, 1995; Navarrete-Heredia, 2008). 
La introducción de las ideas evolutivas darwinianas en México por Justo Sierra 
(1848-1912) datan del 1875 en su artículo El espiritismo y el Liceo Hidalgo, lo que 
constituyó un punto de partida en el desarrollo de la biología moderna en los 
trabajos de Alfonso L. Herrera y otros ilustrados (Barahona, 2009). 
Los hermanos Dugès participaron en la primera serie de La Naturaleza. En ella 
plasmaron su conocimiento y junto con las ilustraciones que cada uno realizó, 
lograron que su trabajo fuera fácil de entender por sus detalladas descripciones y 
dibujos. 
Actualmente, Alfredo Auguste Delsescautz Dugès (1826-1910) es conocido como el 
padre de la herpetología en México (López-Conde, 2012). Publicó184 revisiones y 
algunos libros que en su mayoría son sobre anfibios y reptiles. Además, ilustró la 
mayoría de sus trabajos como por ejemplo el de Una nueva especie de ajolote de la 
	
   25	
  
laguna de Pátzcuaro. En los archivos de la Alhóndiga de Granaditas está presente 
un cuaderno de Alfredo etiquetado como “Un buen libro”, contiene 30 dibujos de 
sus publicaciones y notas que no se han publicado (Trabulse, 1995; Flores-Villela et 
al., 2010). 
El entomólogo francés especializado en Coleoptera Eugenio Romain Delsescautz 
Dugès (1833-1895), logró formar la colección de coleópteros mexicanos más 
importante del siglo XIX con más de 3,000 especies. Entre sus trabajos destacan 
Notas para facilitar el estudio de los coleópteros publicado en La Naturaleza 
(1888). Representa la primera publicación donde se describe e ilustra 
detalladamente las regiones del cuerpo de escarabajos mexicanos. En 10 tomos, 
Manuel M. Villada en 1901 recupera en la Coleopterografía Mexicana todas las 
especies conjuntadas por E. Dugés (Zaragoza, 1999), contiene manuscritos, dibujos 
de la parte dorsal del escarabajo, con escala al natural en algunos ejemplares y 
muestran partes separadas en ciertas especies (Zaragoza, 1999). Esos tomos 
forman parte del Acervo Histórico del Instituto de Biología de la UNAM. 
En el tomo X Erotilíanos-Coccinélidos, se presentan descripciones e ilustraciones 
de la familia, entre los cuales están representados los géneros Scymnus y Azya 
pertenecientes a la tribu Coccidulini (Figs. 7 y 8). 
 
Figura 4. Ilustraciones del género Azya presentes en el tomo X Erotílianos-
Coccinélidos de Coleopterografía Mexicana. 1315*) A. luteipes; 1316*) A. orbigera. 
*La numeración corresponde a la designada por Dugés. 
	
   26	
  
 
Figura 5. Ilustraciones del género Scymnus presentes en el tomo X 
Erotílianos-Coccinélidos de Coleopterografía Mexicana. 2545*) Scymnus 
creperus; 2791*) Scymnus sp.; 2823*) S. cervicalis, Mulsant; 1320*) S. loevii, 
Mulsant; 1321*) S. auritulus; 1318*) S. bistigmatus, E. Dugés; 1322*) S. 
pictus, E. Dugés; 1424*) S. rufus, E. Dugés; 1572*) S. notaticollis, E. Dugés. 
*La numeración corresponde a la designada por Dugés. 
 
 
	
   27	
  
De los ilustradores mexicanos más representativos del siglo XIX se encuentranel 
temascalcinguense y naturalista José María Velasco (1840-1912), quien realizó 18 
láminas a color en Flora del Valle de México. Participó en la expedición de la zona 
arqueológica de Metlaltoyuca (cerca de Huauchinango, Puebla) donde colaboró con 
dibujos de flora y fauna. En este trabajo elaboraron ilustraciones de botánica y 
zoología publicadas en la revista La naturaleza, entre las que destaca el estudio 
detallado del ajolote y junto con Montes de Oca colaboraron con las ilustraciones 
del ensayo ornitológico de la familia Trochilidae. Velasco logró integrar el 
conocimiento científico y realizar ilustraciones de alta calidad, siempre tomando en 
cuenta la precisión científica y artística (Germán, 1995; Trabulse, 1995). 
Los alumnos de Velasco fueron Adolfo Tenorio (1855-1926) y Adrían Unzueta 
(1860-?). Tenorio fue un ilustrador especializado en paisaje. Realizó numerosas 
láminas de especies de plantas y paisajes en diferentes técnicas artísticas como al 
lápiz, a la acuarela, al óleo e implementando tinta aguada. La obra en su conjunto 
consta de 2500 ilustraciones que actualmente están resguardadas en el Acervo 
Histórico (Germán, 1995). Ilustrador, retratista y pintor de desnudos, Unzueta 
elaboró ilustraciones a la acuarela de especies vegetales europeas y mexicanas. 
Además, participó ilustrando en los trabajos de investigación de Manuel Urbina 
(investigador de botánica del Museo Nacional). Ilustró 741 especies de orquídeas 
mexicanas y otras especies vegetales (Germán, 1995). 
Otros ilustradores del siglo XIX son Clemente Robles, Francisco Moctezuma, S. 
Fernández y Figueroa, de los cuales existen dibujos de especies vegetales en el 
Acervo Histórico (Germán, 1995). 
Gerardo Murillo Coronado (1875-1964), pintor y escritor mexicano, mejor conocido 
como el Dr. Atl representó la naturaleza de manera típica y convirtiéndola en un 
símbolo nacional. Su especial interés fue representar la vulcanología y los 
fenómenos geológicos. Creó dibujos al carbón con base en observaciones puntuales, 
anotaciones científicas al tiempo que generaba una composición estética (Murillo y 
Rodríguez, 1965). 
La introducción de la fotografía en la ciencia mexicana data de 1839. Llega al 
puerto de Veracruz a través de los hermanos Leverger (comerciantes franceses) y 
de Jean François Prelier Duboille quien tomó algunas fotos del puerto y de la 
Catedral ubicada en la Plaza de Armas. Tras el paso de 30 años aproximadamente, 
se empezó a utilizar la fotografía en la ciencia mexicana para retratar a los 
científicos de ese entonces y posteriormente a los organismos y objetos de interés 
científico (Trabulse, 1995). Esto provocó a la par un cambio en la manera de 
ilustrar los textos científicos y se incrementó la producción de los atlas fotográficos. 
Las imágenes producidas en ese entonces, eran preferidas porque no intervenía la 
mano del ilustrador ni del científico. Además, se decía que se podía obtener una 
	
   28	
  
extraordinaria densidad de detalles y precisión a diferencia de otras técnicas 
artísticas (Daston y Galison, 2010). 
Sin embargo, se reconoce que la fotografía nunca remplazará a la ilustración 
científica tradicional. Existen ciertos criterios que debe cumplir una imagen 
científica, éstos son: exaltar el parecido y la realidad (semántico o mimético); 
producir orden y una relación entre los elementos (sintáctico o composición); 
acentúa el mensaje que se proporciona en la imagen, busca que la imagen sea 
atractiva y que el receptor experimente sensaciones al observar cada uno de los 
elementos de la ilustración y en su conjunto (pragmática); representa lo invisible 
(emblemático); y lo que es inventado (heurístico) (Acha, 1999). Pese a lo anterior, 
cada imagen producidas de manera tradicional, mecánica o digital tiene sus 
limitantes. 
Los problemas a enfrentar en el uso de la fotografía son: su limitada profundidad 
de campo para observar esos pequeños detalles y presenta mucha información en 
crudo, lo cual genera confusión y además, se reconoció que desde sus inicios se 
podía retocar la imagen en el revelado. 
El astrónomo Elpidio López nacido en Puebla, retomó la técnica a la acuarela y 
utilizó a la par la fotografía y creaciones poéticas sobre la naturaleza del universo. 
Posterior a la construcción de su observatorio Urania (1901), publicó su 
conocimiento astronómico en los Anales del Observatorio Urania. Algunas de sus 
obras representan la Tierra, Marte, grupos estelares, su observatorio y la 
representación de un telescopio (Trabulse, 1995). 
Durante el siglo XIX, el desarrollo de la ciencia mexicana se interrumpió casi por 
completo, porque varias instituciones que realizaban investigación científica 
desaparecieron y fueron clausuradas por las constantes guerras extranjeras y 
civiles. A pesar de la turbulencia e incertidumbre, existió una investigación 
científica constante. Para el siglo XX, surge un momento histórico: la creación de la 
Universidad Nacional de México y Escuelas de Altos Estudios en 1910, lo cual 
marcó una base importante para el futuro de la investigación científica. Otro 
aspecto que hizo difícil el desarrollo de la ciencia mexicana, fue el choque de ideas 
entre positivistas y anticientíficos (Casas et al. 2013). Además, urgieron 
instituciones universitarias (entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de 
México - UNAM), con el fin de impulsar la investigación científica, humanística y 
tecnológica. Con la fundación del Instituto de Biología (IB) (1929), se reconoció a la 
Biología como una profesión científica y académica y permitió su consolidación en 
México. Posteriormente, la Facultad de Ciencias se creó en 1939, actual institución 
donde se enseñan las ciencias exactas. Otras instituciones creadas durante la 
segunda mitad del siglo XX son el Instituto Politécnico Nacional, IPN (1961) y la 
Universidad Autónoma Metropolitana, UAM (1974). 
	
   29	
  
La ciencia y la ilustración científica mexicana en su mayoría, se concentraron en las 
instituciones recién fundadas. Años después, el Dr. Ramón Riba y Nava Esparza 
(1934-1999), quien fue botánico, impartió cursos en la Facultad de Ciencias y en la 
UAM de Dibujo aplicado a la Biología y Fotografía y Fotomicrografía junto con 
Gispert Cruells Montserrat (López-Ochoterena, 2001). 
Un extranjeros que contribuyó al conocimiento e ilustración científica fue Enrique 
Rioja Lo Bianco (1895-1963), cuyo principal campo de investigación fue la 
hidrobiología. Entre sus muchos estudios que realizó, destaca Los anélidos 
poliquetos de la fauna mexicana, este trabajo cuenta con más de mil dibujos 
realizados por él mismo (Cifuentes-Lemus, 1995). 
En la actualidad existen ilustradores científicos en México que continúan 
dibujando tradicionalmente y otros utilizan las nuevas tecnologías, como 
ordenadores u otros dispositivos electrónicos que les permita dibujar. Algunos 
ejemplos de ello son la artista plástica egresada de la Escuela de arte Esmeralda, 
Elvia Esparza Alvarado, quien ha colaborado con numerosas publicaciones en la 
Revista Mexicana de Biología, los Cuadernos del Instituto de Biología de la 
UNAM, la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y sus calendarios entre 
otros. El Maestro en Artes Aldi De Oyarzabal Salcedo ha colaborado con numerosos 
trabajos en la Facultad de Ciencias y su trabajo más destacado es ilustrando 
escarabajos metálicos e iridiscentes. El artista plástico Albino Luna Sánchez, quien 
ha ilustrado sobre todo especies vegetales. El artista Fernando Botas, se encuentra 
en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, donde ha ilustrado 
para recrear yacimientos antiguos importantes. Marco Antonio Pineda biólogo e 
ilustrador con especial interés paleontológico. Aslam Narváez Parra es Maestro en 
Ciencias Biológicas e ilustrador especializado en el paisaje. 
En 1992, Elvia Esparza, Aldi De Oyarzabal y Albino Luna fundaron la Academia 
Mexicana de Ilustración Científica. Se designó a Elvia como presidenta, Albino 
como presidentey Aldi como tesorero hasta 1994. Sin embargo dicha iniciativa 
tuvo poco éxito. 
A nivel mundial existen pocos lugares donde se imparte una carrera universitaria o 
instituciones que impartan la especialidad de ilustración científica. Si bien, existen 
cursos y diplomados de corta duración, a diferencia de la carrera en Suiza con 
duración de cuatro años. En México, se han impartido cursos de Ilustración de la 
Historia Natural por De Oyarzabal y Esparza con énfasis en la importancia de 
representar correctamente los modelos e ideas biológicas con técnicas artísticas 
tradicionales. En Mérida, Alberto Guerra imparte el curso ilustración de la 
naturaleza con técnica tradicional y digital. 
	
   30	
  
Para poder afrontar los nuevos retos en materia de representación científica con las 
tecnologías actuales y tradicionales, un ilustrador científico debe conocer la historia 
y evolución del arte, el manejo del dibujo analítico (se basa en la geometría de la 
forma y le da estructura y lo hace fácil de comprender) (Manfred, 1987), la 
composición, el bocetaje (consiste en un estudio previo a la obra definitiva donde se 
presentan todos los elementos de la obra y en ocasiones de menor tamaño que el 
original), conversión de luz a sombra o dibujo claroscuro (para lograr un dibujo 
tridimensional) (Herrera-Ojeda, 2009) y conversión de lo lineal a lo plástico (para 
visualizar científicamente los objetos naturales). También es indispensable emplear 
la lustración del natural, arqueológica, médica y quirúrgica, botánica, zoológica, 
dibujo a tinta china, del microscopio, del paisaje, historieta, ilustración digital y 
tener habilidades 3D. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
  
	
   31	
  
Justificación 
l conocimiento actual de la tribu Coccidulini en México es escaso, existen 
pocas descripciones, ilustraciones y la información de su distribución 
geográfica, la historia taxonómica, riqueza y ecología esta esparcida en otros 
trabajos. No existen guías o claves de identificación a nivel género, por esta razón 
existe la necesidad de integrar y generar información valiosa, que funcione como 
antecedente importante para estudios posteriores dentro de este grupo. 
La tesis titulada Guía ilustrada de la tribu Coccidulini Mulsant, 1846 (Coleoptera: 
Coccinellidae) de México, representa una primera propuesta por satisfacer esta 
necesidad. Además, es el primer estudio que presenta ilustraciones científicas 
pintadas a la acuarela de forma tradicional, a fin de atraer la atención del 
observador. De esta manera, el presente trabajo logrará que el receptor comprenda 
fácilmente la morfología de los coccinélidos e identifique fácilmente los géneros de 
Coccidulini.	
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
E 
	
   32	
  
Objetivo general 
roducir los elementos tanto científicos como artístico para elaborar una guía 
ilustrada de los géneros de la tribu Coccidulini en México. 
Objetivos particulares 
• Elaborar la descripción de los géneros de la tribu Coccidulini en México 
• Realizar las ilustraciones plasmadas en láminas de los géneros de 
Coccidulini en México. 
• Recopilar la información de su distribución geográfica, con énfasis en el 
país, así como la información sobre su historia taxonómica, riqueza y 
ecología. 
• Elaborar una clave dicotómica de identificación de los géneros de la tribu 
Coccidulini en México. 
• Curar el acervo de Coccidulini de la Colección Nacional de Insectos 
(IBUNAM). 
• Dar a conocer la información de la historia de la ilustración científica con 
énfasis en los coccinélidos pertenecientes a Coccidulini con énfasis en 
México. 
 
 
 
 
 
P 
	
   33	
  
Materiales y métodos 
n primera instancia determinó todo el material de la tribu Coccidulini 
presente en la Colección Nacional de Insectos (CNIN) UNAM, a nivel de 
género utilizando la clave de identificación de Vandenberg (2002), 
descripciones taxonómicas y material previamente determinado en las siguientes 
colecciones: Colección Nacional de Insectos, UNAM (CNIN), Universidad 
Autónoma Chapingo (UACH) y el National Museum of Natural History, 
Smithsonian (NMNH). Existe material de Coccidulini en otras colecciones del país 
pero no fue posible tener acceso a él (Anexo). 
Se realizaron las descripciones, ilustraciones y la diagnosis para cada género. En la 
elaboración de las ilustraciones, se seleccionaron las especies y morfoespecies con 
el mayor número de ejemplares para cada género. Posteriormente, se implementó 
un análisis riguroso de la geometría para representar la morfología del ejemplar y 
se consultaron las imágenes presentes en los trabajos de Gordon (1985), 
Vandenberg (2002) y Ś lipiński (2007). De esta manera se realizaron dibujos 
preliminares a lápiz (bocetos) con ayuda del microscopio de disección (Carl Zeiss 
SteReo V8). 
Previo a la utilización de técnica a la acuarela, se tensó el papel Fabriano en una 
tabla de madera con cinta engomada y agua. Se realizó la composición de los 
dibujos preliminares, se colocó en la mitad izquierda, la parte dorsal del coccinélido 
y en la derecha la ventral. En la parte ventral, se dibujaron las estructuras 
morfológicas que son importantes para determinar a género como: antenas, 
mandíbulas, palpos maxilares, las patas, abdomen con su respectiva línea postcoxal 
según sea el caso. 
Finalizada la composición, se pasaron en papel albanene para ser calcados en el 
papel definitivo (Fabriano) previamente fijado. Posteriormente, se pintó a la 
acuarela y se trató de representar la coloración de la parte dorsal original al 
ejemplar. La parte ventral no pertenece a la coloración original, sin embargo, se 
eligió un color que combinara con la parte dorsal. Una vez finalizada la ilustración, 
se utilizó una cámara fotográfica (Nikon D3300) para convertirlos en formato 
digital. Las ilustraciones se limpiaron con el programa de Adobe Photoshop 
Elements®, se delimitaron las escalas y se incorporaron a los textos 
correspondientes. 
Se recopiló la información de la distribución geográfica en México y a nivel 
mundial, aspectos taxonómicos, riqueza, ecología y otros aspectos biológicos de 
E 
	
   34	
  
importancia para cada género. Además, se elaboró la clave dicotómica de 
identificación de los géneros de la tribu. Finalmente, se ordenó y etiquetó todo el 
material de Coccidulini perteneciente a la CNI. 
Consideraciones taxonómicas de tres 
géneros de Coccidulini 
El ejemplar determinado como Poria presente en la CNIN resultó ser el género 
Epilachna, el cual no pertenece a la tribu Coccidulini, mientras que el género 
determinado como Chnoodes presente en la CNIN resultó ser el género Exoplectra. 
Al no poder segregarse claramente, ya que la diferencia es la presencia (Exoplectra) 
o ausencia en (Chnoodes) de un diente o proyección en la parte externa de las tibias 
(Costas, 2006; González 2013b). En ambos géneros existe una gradación en el 
diente o proyección que hace difícil de determinar. González (2013b), menciona 
que es probable que ambos géneros se sinonimicen en un futuro. Dada esta 
circunstancia, en este trabajo se utilizó la siguiente imagen reportada por González 
(2013b) para realizar una determinación adecuada: 
 
 
 
Además, un ejemplar determinado como Dioria en la CNIN fue imposible de 
corroborar taxonómicamente, debido a la decoloración y mal estado de 
conservación. Actualmente, Dioria es un género válido aunque no existen 
revisiones taxonómicas y en México sólo se registra la presencia de una especie en 
el trabajo de Blackwelder (1945). Aparentemente el material tipo fue destruido en 
la primera mitad del siglo XX (A. Mantilleri, com. pers.). Por lo tanto, por falta de 
acceso a material determinado o tipo, a descripciones completas o por posible 
	
   35	
  
sinonimización, los géneros Poria, Dioria y Chnoodes no se incluyen en este 
trabajo. 
Los géneros revisados en este trabajo son: Azya, Exoplectra, Rhyzobius, 
Oryssomus, Stethorus, Cryptolaemus, Nephaspis, Scymnus.Las dificultades de ilustrar modelos 
entomológicos 
La mayoría de los trabajos taxonómicos y sistemáticos, requieren de la 
representación gráfica de los organismos que se describen, ya que a través de la 
imagen se logra plasmar las partes, el todo, la estructura de interés y hacer visible, 
tanto los modelos biológicos como de las ideas en la ciencia. 
En el área de la entomología, al ilustrar el insecto de una colección, el artista se 
enfrenta con muchas dificultades: la observación, manipulación y al dibujar. 
OBSERVACIÓN. Debido a su pequeño tamaño se necesita un microscopio 
estereoscópico para poder examinarlos. Se tienen que seleccionar 
las lentes (oculares y objetivos) para poder observar, por una parte 
el ejemplar completo, por otra sus detalles. Además, se tiene que ir 
enfocando un sólo plano a la vez. 
Otras dificultades al observar en el microscopio son: la escala, el 
límite de campo visual, la iluminación, la profundidad de campo y 
la composición lumínica. 
a) Escala. El problema es saber de qué tamaño es en realidad el 
ejemplar que se observa a través de una lente de aumento. 
Sin embargo, podemos conocer la escala al utilizar la reglilla 
del ocular, y de acuerdo con el aumento y objetivo que se 
utilicen se realiza la conversión. 
b) Límite de campo visual. El problema se presenta al 
aumentar el acercamiento de la imagen. En este caso 
observamos que el campo visual del microscopio queda 
reducido a una cierta estructura y no permite observar al 
ejemplar completo. Sin embargo, aumenta el detalle de 
interés. 
	
   36	
  
c) Iluminación y la composición lumínica. Debe de colocarse 
cenital pero se puede ir inclinando para que el haz de luz 
ilumine las partes del insecto que estén en penumbra y en 
ocasiones es indispensable el uso de filtros que atenúen el 
alto contraste y revelar mejor la forma. 
d) La profundidad de campo. Sólo se observa con nitidez el 
punto enfocado y no la distancia que esta presente por 
delante o atrás de este. 
MANIPULACIÓN. Se necesitan acomodar las partes del cuerpo para poder 
observar las estructuras importantes, con ayuda de herramientas 
especializadas como son pinzas y alfileres entomológicos. 
Asimismo, se debe de tener mucho cuidado de no dañar a los 
insectos, ya que la perdida de algunos ejemplares o de sus partes, 
es irreparable. 
AL DIBUJAR. Primero se realiza el dibujo gestual para capturar el movimiento 
(bocetaje) tomando en cuenta la proporción de la estructura 
pequeña (que nos sirva de referencia) con relación al todo. 
Además, nos enfrentamos a los patrones de coloración que 
presentan una gama variable de tonos y matices, distinguiéndose 
un color local en ciertas estructuras y uno general para la superficie 
del cuerpo. 
En el caso de los coccinélidos pertenecientes a la tribu Coccidulini 
nos enfrentamos a individuos de tamaño muy pequeño, por 
ejemplo, Stethorus que mide menos de 2.0 mm de largo. Otra 
dificultad a la cual nos enfrentamos, es la de representar 
naturalmente la coloración de los individuos por la parte dorsal y 
encontrar un color apropiado para la parte ventral que combine 
con la dorsal y respetar el blanco del papel cuando es debido. Un 
problema no menos difícil, es cubrir la superficie del escarabajo de 
pequeñas sedas. La pubescencia de cada coccinélido que se dibujó 
fue particular para cada caso, habiendo cubiertos de sedas unos por 
completo y otros con una densidad menor de éstas. 
 
 
 
	
   37	
  
Resultados 
Géneros e individuos examinados 
e revisó un total de 737 coccinélidos pertenecientes a la tribu Coccidulini que 
corresponden a ocho géneros (Cuadro 2). 
Cuadro 2. 
Géneros y número total de organismos examinados. 
Tribu: 
Coccidulini 
Género Total de 
organismos 
examinados 
 Azya Mulsant, 1850 40 
 Exoplectra Chevrolat, 1844 7 
 Rhyzobius Stephens, 1829 4 
 Oryssomus Mulsant, 1850 3 
 Stethorus Weise, 1885 21 
 Cryptolaemus Mulsant, 1853 4 
 Nephaspis Casey, 1899 2 
 Scymnus Kugelann, 1794 656 
Total 8 737 
 
 
 
 
S 
	
   38	
  
Clave para géneros de la tribu 
Coccidulini presentes en México 
1. Abdomen con cinco ventritos.…………………………..........................….(2) 
 
1´. Abdomen con seis ventritos ……………..………………...………….………..(5) 
 
2. Tibias con protuberancias agudas o redondeadas …………………….........(3) 
	
   39	
  
 
2´. Tibias sin protuberancias (subcilíndricas) …………………………………….(4) 
 
3. Pronoto con margen anterolateral engrosado, en vista frontal se observan los 
márgenes interno y externo pronunciados; prosterno con el proceso elevado; 
canto ocular corto; mandíbulas con ápice bífido simétrico y delgado; 
hipomerón y epipleuras con depresiones para acomodar antenas y patas 
respectivamente; margen externo de las tibias, con dos protuberancias 
anguladas; primer ventrito con líneas postcoxales incompletas. 
……………………………………………………………............….Azya, Mulsant 
 
	
   40	
  
3´ Pronoto no modificado; proceso prosternal redondeado con carenas; ojos 
divididos profundamente por el canto; mandíbulas con el ápice bífido, 
asimétrico y robusto; hipomerón y epipleuras sin depresiones. Tibias con 
una protuberancia aguda o redondeada, grande o reducida en la parte 
externa del margen del tercio basal; el primer ventrito con líneas postcoxales 
incompletas, descendentes y unidas al borde posterior de esté. 
....................…..………………………………….……....Exoplectra, Chevrolat 
 
4. Superficie dorsal con pubescencia compuesta entremezclada, pubescencia, 
decumbente y uniforme y pubescencia erecta y dispersa; palpómeros 
maxilares distales securiformes, ligeramente prolongados apicalmente; 
pronoto estrecho en la parte apical, cubre parcialmente la cabeza; proceso 
prosternal ligeramente ancho y con carenas…..........…Rhyzobius, Stephens 
4´.Superficie dorsal con pubescencia simple, pubescencia decumbente y 
uniforme; palpos maxilares distales securiformes con bordes muy 
divergentes; borde anterior del pronoto completamente convexo, extendido 
sobre la cabeza; proceso prosternal ligeramente elevado y marginado en la 
parte anterior y 
basal……......……………………………........................Oryssomus, Mulsant 
 
 
 
 
 
 
 
	
   41	
  
5. Prosterno con margen anterior ligeramente redondeado (convexo)……….(6) 
 
5´.Prosterno con margen anterior hundido (cóncavo)…….………………….…(7) 
 
6. Largo del cuerpo menor a 2.0 mm; palpómeros maxilares distales en forma 
de barril haciéndose estrechos hacia el ápice; prosterno con margen anterior 
ligeramente redondeado, oculta parcialmente las piezas bucales y antenas en 
reposo…….…………..………………………………………….....Stethorus, Weise 
6´. Largo del cuerpo mayor a 2.0 mm; palpómeros maxilares distales con ápice 
divergente; prosterno con margen anterior ligeramente redondeado, oculta 
en su mayoría las piezas bucales y antenas en 
reposo……………………………………………………….Cryptolaemus, Mulsant 
7. Cabeza y piezas bucales hipognatas en reposo, primer y segundo 
antenómeros muy evidentes en comparación con los demás antenómeros; 
clípeo con margen anterior redondeado; metafémures ligeramente más 
largos que los pro y 
mesofémures.............................................................Nephaspis, Casey 
7´. Cabeza y piezas bucales prognata en reposo, primer y segundo 
antenómeros pequeños; clípeo sin margen anterior redondeado; 
metafémures del mismo ancho y 
largo…………………………………………….……………..…Scymnus, Kugelann 
	
   42	
  
Tribu Coccidulini Mulsant, 1846 
Sinopsis. Largo del cuerpo variable (1.3-5.6 mm). Forma oval alargada o 
redondeada; superficie dorsal con pubescencia muy variable: 1) uniforme, corta y 
densa. 2) muy densa y uniforme 3) con sedas largas y uniformemente distribuidas, 
4) densa, fina, corta y homogénea, 5) con pubescencia compuesta entremezclada 
(pubescencia decumbente y uniforme y pubescencia erecta y dispersa); patrón 
variable de manchas color pardo, castaño-rojizo, negro, y raramente metálicos. 
Cabeza. Subcuadrada, hipognata o prognata, cubierta completamente por el 
pronoto

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