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PRAXEDIS GUERRERO UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION. PRAXEDIS GUERRERO UN f:'RAGMENTO DE LA REVOLUCION. E. BARREIRO TABLADA. CORDOBA. VER. A GERMAN LIST ARZUBIDE REPRESENTANTE DE UNA JUVENTUD QUE LUCHA AL LADO DEL PUEBLO. J SI CREEIS QUE ANDANDO NO PODEIS LLEGAR A LA LIBERTAD, CORRED ENTONCES. PRAXEDIS GUERRERO . • APRECIACION En el presente estudio sobre la vida de Praxedis Guerrero, que ofrece Enrique Barreiro Tablada a los obreros y campesinos de la República. se encierra un mensaje a la juventud veracruzana. Y es que, además de la idea de proyectar ante los ojos populares, la vida injustamente olvidada, o desconocida, de una de las más grandes figuras de nuestra Revolución, encierra el anhe- lo de orientar a los jóvenes hacia las verdades de que no han querido enterarse. La publicación de este folleto constituye una alegría para los que pugnamos, en 1920, en el ambiente cerrado de la vanidosa y hueca Atenas Veracruzana, por la reno- vación de una juventud, ensorJecida por los gritos de los papagayos de don Teodoro A. Dehesa, que decían y han seguido diciendo SllS lecciones mentirosas el! nues- tras colegios. Es plausible reconocerque algo se hizo con la fundación del Congreso Estudiantil Veracruzano, obra de Martln Diaz González, el estudiante de entonces, quien abrió el primer surco en el terreno juvenil, endu- recido y egoísta. Este folleto, que es, indirectamente, un fruto de lo que sembramos en aquella epoca, tiene al- 20 de la temprana cosechade los ejidos nuevos. Lo esbozado por nosotros tuvo su máxima expresión en la obra, de amplias perspectivas espirituales, desarro- llada por Manuel Maples Arce, durante su estancia en la Secretaría de Gobierno del Estado, obra que cristalizó en la Revista Horizonte, con sus derivaciones ideológicas: la Biblioteca Popular y las ediciones de nueva estética, que paralelamente a aquella se hicieron. Fuera de estos dos hechos insólitos en la vida intelectual del Estado de Veracruz, sólo quedan las anécdotas de Salvador Díaz Mirón, un eterno v obscuro prepararse de los jóvenes para una subsecuente vida de parasitismo profesional, la tristeza de los periódicos es- tudiantiles, cargados de líricos racimos, y la inutilidad pretenciosa de 10<; muchachos "muy fuertes en mate· máticas" . Enrique Barreiro Tablada es uno de los exponentes de esta nueva orientación juvenil, y su folleto "Praxedis Guerrero" es un grito Je alerta que lanza a nuestros jó- venes, quienes, a pesar de todo el esfuerzo desarrollado, se obstinan en tomar la escuela para organizar concur- sos de oratoria exhibicionista. Debemos comprender que el panorama -ha cambia- do. Ya en nuestros colegios no hay jardines umbríos ni "fuentes cantarinas" donde Díaz Mirón y Rafael B. Delgado-i los mentores !-puedan decimos sus versos. La vida no se estanca ya en el umbral de las aulas. Cierto es que nuestros directores nos habían ce- rrado toda comunicación exterior, creando un ambiente propicio para llorar la caída de los corifeos porfiristas y para no enteramos de nuestras conmociones sociales. Pero ese falso ambiente ha desaparecido. A pesar de todas las trampas, sentimos un día, la necesidad de una vida de impulso nuevos. Pero hay que trabajar conscientemente. No basta con la inquietud que de hecho existe en nosotros. Ella podría ahogarse si se cae nuevamente en los certámenes y cosas falsas de antes. Tenemos, corno símbolo de esa vida que deseamos, el fuerte optimismo de nuestro Estadio. Pero debemos buscar un complemento espiritual a esa gran obra que nos legó el General Heriberto Jara. Y ello no se conse- guirá sino acercándonos al objeto central de la Re- volución. Con ello podremos trazamos un camino rec- to, a través de la apretada selva de nuestras desorienta- ciones. Queda patente, pues, el principal objeto de este es- tudio de Barreiro Tablada. Nada puede acercamos más a nuestra Revolución que el conocimiento de la vida e ideología de sus grandes representativos. Y esta gene- rosa vida de Praxedis Guerrero, es una hoguera vigilan- te que ilumina el paisaje doloroso de nuestras liberacio- nes. LORENZO TURRENT ROZAS. En la historia revolucionaria de México se destaca claramente el perfil espiritual de Praxedis Guerrero, obrero y escritor, muerto por los soldados de Porfírio Díaz, el 30 de di- ciembre de 1910, mientras luchaba por con- quistar para los oprimidos de todas las tiranías un porvenir de libertad. Praxedis Guerrero, hijo de un? acaudala- da familia de Guanajuato, abandonó la fácil vida burguesa que le proporcionaban las rique- zas de su padre, para dedicarse con toda la fuerza de su gran espíritu a la causa de los hu- mildes. Esto es algo inusitado dentro de la historia de nuestros movimientos libertarios. Pocos ejemplos como el de Guerrero encontra- mos en la sucesión de caudillos que han lucha- do por la emancipación proletaria en el mundo. Solo Kropotkine y Tolstoy, en Rusia, nos dan una enseñanza ta.n grande como el sacrificio que ofreció a la libertad humana ese iluminado que fué Guerrero, el "hacendado-peón", el 14 PRAXEDIS GUERRER0 . 'capitalista-obrero" como le llamara uno de sus compañeros de lucha, Ricardo Flores Ma- gón. Praxedis Guerrero sintió toda la enorme desgracia que pesaba sohre los cam.pesinos y sobre los obreros; sobre los campesinos, que despojados de sus tierras, veían como los amos se enriquecían a costa de su sangre; sobre los obreros, que dentro de las fábricas ahon.daban la fatiga de sus cuerpos con la tarea SHl fin, convirtiendo el sudor amargo de sus días sin esperanza, en poderío y opulencia para los pa- trones despiadados, Ejemplo vivo de heroísmo y de sacrificio el de ese luchador. Lo que nos asombra, so- bre todo, es que teniendo él, como tuvo, la po- sihilidnd de llevar por toda su existencia una vida de placer y de holganza, haya sacrificado todo, hasta Sil propia vida, por salvar a las víc- timas de la opresión de Asa humillación de si- glos, que él combatió lanzándose en nombre de los desheredados, en abierta rebelión contra el gobierno de Díaz. Pero era un convencido. Un convencido de In justicia que reclamaba un pueblo. Ardua lucha a la que se lanzó Guerrero. Anarquista, luchó contra la inmoralidad del Po- der, .origen de todas iniquidades que sufren los hombres y luchó pOl"conseguir eso que se cre- yó una utopía: ln li bertad de los trabajadores. y su intención y su sacrificio y su sangre fruc- tifican ahora en la realización de sus anhelos. Comenzamos el vivir una nueva vid a d e UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 15 libertad. El clamor dd la plebe es ya un grito inmenso al que se le empieza a hacer justicia y los campesinos han conquistado sus tierras, y han opuesto su fuerza al poder que trató de robarles los surcos que ellos regaron con su esfuerzo. Praxedis Guerrero fué un exaltado y un instintivo. Oolurnhró la tragedia oscura y enorme de nuestro puehlo. Sintió su hambre, su miseria, su pobreza de educación y sobre todo sintió sus ansias de libertad, sus deseos de rebelión y de lucha por alcanzar lo que en tanto tiempo se les negó: libertad a los obre- ros, tierra a los carn pesi nos. 8i ntió la incon- mensurable vejación de los poderosos sol))'e el que vende su trabajo. y fué a la lucha. St> lanzó en decidida insurrección contra el Dicta- dor. Y provocó junto con los miembros del Partido Liberal la rebelión que más tarde de- rrocara al Tirano. 1nició la Revolución R()ei~l con una certeza en el triunfo, con una fé tan grande, que solo en espíritus como el de él es posible ese milagro de confiar tan ciegamente en una tentativa de emancipación, en esos momentos en que las conciencias estn ba n tan ensombrecidas por los treinta años de oscurau- tismo del régimen porfiriauo. Si es cierto que ya entonces el pensamiento ruso había comenzado a conmover el universo obrero, todavía la libertad proletaria no era más que una ansia de liberación que se alzaba como una esperanza dentro del corazón adolo- rido de los obreros. 16 PRAXEDIS GUERRERO Treinta años estuvo en el poder Díaz y el analfabetismo y la miseriade los indios cam- peaban por 11'1 República y en tanto, un falso progreso levantaba edificios presuntuosos en la Capital y las delegaciones extranjeras que in- vitaba el Tirano a que vinieran a contemplar EU vanidad erigida a costa de sangre de herma- nos, salían del país proclamando la "civiliza- ción" de México! Pero solo había una verdad para los irre- dentos: la enorme injusticia que se extendía siempre sobre su vida de parias. Por eso cuan- do se habló de su liberación, se trató de locos a los que lanzaron el grito de su libertad; ¿có- rno Re iba M creer en el !'Ifán de esos visionario" que lucharon por un ideal tan alto? y Guerrero luchó, lnchó intensamente por llevar al triunfo la idea de justicia que lo animaba. Toda su vida no Iué más que un . continuo esfuerzo por librar a los trabajadores de todas las desgracias que los han asolado siempre. A pesar de que tuvo que ganarse la vida duramente, nunca le faltó tiempo para es- cribir, para presentar en forma magnífica los grandes pensamientos que había dentro de BU cerebro. Escritor de fuerza, su estilo conciso y seguro le sirvió a maravilla en su afán de lle- var sus ideas a las masas. Su palabra p6gil adquiría en sus escritos una fuerza que con- vencía y exaltaba. Todo ese fuego libertario _ UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 17 que ]0 llevó hasta el sacrificio arde en su prosa contundente, exacta, sencilla. Apenas si se puede concebir co'mo un hombre que pasó toda su vida trabajando como ohrero, dese:npeñando los oficios más fatigosos ]as. t~reas rna? duras, baya podido llegar a ad- q~~Jr1rese :~t¡Jo tan penetrante con que escri- bió ~us artículos en los periódicos .: En ellos ad- ve':tlmos la fé~más profunda "Yo no tengo en- tusiasmo, ~lec.l:, lo que tengo es con vicción' '. y ~sa COnVICCIOl1 heróica lo llevó a la muerte en la jornada de Janos en las montañas de Ohi- huahua,. cuando combatiendo a lOR defensores del ~ol'Herno y del Capital, una bala acabó con su ':lda. ¡Qué enorme inconsciencia la de ese nse~In~~to efectuado por UIl soldado, por un oprimido, por uno de esos por los que luchó tanto! La muerte de Praxedis Guerrero es ~e una fatalidad tremenda para la Causa Socia- lista. Perosu ejemplo, Sil vida, sus artículos hal~quedado flotando encima de esta tragedia: Aln donde se hable de libertad humana, ahí ~stará el nom bre de Guerrero; ahí donde se invoquen los derechos de los humildes ahí es- tará su inconmensurable con viceió n y ~u ::\11101' por I~s des~eredados de la justicia y también su odio hacia la opresión y la explotación hu- manas. Ahora, su nombre, junto con el de los hermanos Flores Magón y con los de tantos otros luchadores, es ya una bandera. Y a nos- (J.t~osnos toca exaltarlos y proclamar el sacri- fICIO generoso de sus vidas. Ha llegado el 1110- 18 PRAXEDIS GUERRERO mento de la reparación. Y nos disponemos a enaltecer sus existencias, porque de ellos, al fin es la justicia y SUR enseñanzas deben estar en 'todas las conciencias y sus nombres no de- ben ser ignorados de nadie. el obrero ¡'A través de la explotación y la miseria" peregrinó Praxedis Guerrero, desde ese día que sacudiera de sus hombros la responsabili- dad de una herencia vergonzante, y desde en- tonces comienza la lucha de este obrero alti- vo, que con sus manos aptas para el trabajo, que con su fatiga enciende en el alma la forta- leza en la desgracia. ganó el sustento que de- bería mantenerlo, en esa tarea sin tregua que fué su existencia entera. Todavía era un niño, cuando ingresó en las filas proletarias. Fué hacia los trabajado- res, hacia sus hermanos, a ganar pegado a ellos, "codo con codo", sufriendo con ellos, el pan que se obtiene a costa del esfuerzo incesante, de la amargura eu la brega, a costa de las en- fermedades, de la desolación. iy pensar que tuvo a su alcance la vida que no cuesta nada, la perspectiva de una existencia llena de place- res. de holgura!. Pero era un libertario. Vis- tió la blusa burda del peón y sus manos enér- gicas se encallecieron con las herramientas de 20 PR.IlXEDIS GUER:RERO donde sale el provecho 081 rico. En las h¡¡- cien das cercanas a las de su padre, G u e- rrero inició su carrera de trabnjll(lor volun- tario. Aceptó todos los oficios, hasta los más humildes, Por varios años mostró su firmeza en los ideales proletarios que 10 3n~maban. Peón en las haciendas, obrero en las CIUdades, flagdó con su ejemplo .el asom bl'o. burgués y la impudicia de sus parientes y allllW>s, preva- rieadores que desde la altura de sus riquezas le despreciaron, a él, claro espíritu, que por to- das partes que fué derramó la bonrlad. de s~ al ma, el esfuerzo de sus músculos y la sinceridad de sus enseñanzas! . Después de varios años de trabajar en el país y cansado de la opresión, ~el ltrato (le patrones brutales, mál·{·J.IÓ.hac!a lOS Estados U nidos con el deseo de V1\'}I' la li bertad que (~I'e- vó había en esa nación. Y no encontró ahí lo que quería profu ndame nte ; continuó .su calva- rio de obrero ex plotado y maldecido. En Lousiana, refiere Ricardo Flores Magón, un patrón leiba a matar porlJu~ élyxigió el sala- rio que le querían robar. El odio de razas eru- peoraba la situación del mexicano que 1.1~1C1de su país de se3.11110salvarse de la rapma de. amos mexicanos. Tra bajó Guerrero en los Estados U nidos en los oficios más el uros y pel igrosos ; e n los asert aderoe de las orillas del Mississipi, en los muelles de los puertos, en los ferrocarriles y dentro de lá oscura dolencia de las minas, yen todo ese tiempo no cesó de estudiar, de prept\- UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 21 rarse para la lucha próxima. No dejaba nun- ea S,1l';; folle~()s, sus periódicos, sus libros, y en sus horas Iibres .se le vela enseñando a la gen- t~ pobre el carmno de la emancipación y Je la libertad. Propagahn entre los obreros la rebe- lión co~1tra e~ capit~l y los inducía a luchar por una extstencia mejor. j En cuántos hogares humildes fué él el amigo bueno, el maestro ge- ner~~o y al m~smo tiempo el agitador que sa- cl~dlO la 0;:<: U 1'1dad de lilRconciencias y les mos- tro con ademanes rebeldes lo." horizuntas de la verdadera justicia I. Los que no crean en la pureza de ideales de Guerrero, que midan el infortunio de este .horn b1:e que. pasó trel.nendos a1108 de miseria y de olvido, sm que, 111 en un solo momento se haya debilitado su fortaleza combativa, su don- fianza en el triunfo de la idea que llevaba arraigada en la concierú-i.r. Porque él mismo decí~: I :Re\'oluciol.lari()!',: s,omos la máquina del reloj: S.lestamos siem pre de acuerdo y !lOE da- mos prisa en marchar, temprano fijaremos en la carátula de los tiempos la hora sonriente de la emancipación". Espect.~t"ul()s de tragedia los que contem- pló Guerrero en su éxodo por tiei ras america- nas; et'lp~~ctácL~lo~de odio y de sangre, y sohre todo, OdIO, odio mrnenso, de dOR humanidades enemigas, que se aseeinnban mientras sobre e- lIfl~;"e asentaba má~Jtlerte que nunca la gravi- tacion de todas las tI ranías! . Recordemos ese atentado en el que culminó el odio, , si 11 historin, El 3 de 110- 22 PRAXEDIS GUERRERO viembre de 1910, un mexicano, Antonio Ro- dríguez, fué quemado vivo por unos texanos. Oigamos lo que dice Guerrero, con una voz más fuerte que todo el odio de dos pueblos: "Quienes quemaron vivo a este hombre fueron descendientes de Washington, de Lin- coln de Frauklin : fué una muchedumbre bien vestida, educada, orgullosa de sus virtudes, ci- vilizada; fueron ciudadanos, y "hombres" blancos de los Estados Unidos. Progreso, Civilización, Cultura. Hurnani- tarismo. Mentiras hechas pavesas sobre los huesos calcinados de Antonio Rodriguez. Fan- tasías muertas de asfixia en el humo pestilente. de la hoguera de Rock Springs. Hay escuelas en cada pueblo y en cada ranchería de Texas : por esas escuelas pasaron cuando niños los •'hom bres" de la multitud Iinchadora, en ellas se moldeó su intelecto; de ahí salieron para acercar tizones a al carné de un hombre vivo y decir días después del atentado que han hecho bien, que han obrado justicieramente. Escue- lasque educan a los hombres para lanzarlos más allá de donde están las fieras" . y esta visión de pesadilla, de hombres acorralados entre la ley de Lyuch y los fusiles de Porfirio Díaz fué lo que impulsó a Guerre- ro, al fin, a abrazar la Revolución, en los cam- pos mineros de Arizona, en el año de 1905. Leamos lo que dice sobre el drama siniestro de los expatriados mexicanos: UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 23 "La disculpa de algunos resignados de~a- parece. El relativo bienestar económico, con el cual se satisfacían las raquíticas aspiraciones de mejoramiento de algunos trabajadores mexica- nos emigrados, huyó de sus hogares, burlando sus esperanzas de sometidos. Ya no es la exclusión de los niños mexi- canos de las escuelas' 'blancas", contra la cual ha protestado apenas una minoría digna. Ya no es el insultante "No Mexican Ano- wed"-"No se admiten Mexicanos"-que abofe- tea la vista de nuestros nacionales en algunas tiendas y otros establecimientos públicos de Texas. Ya no es el "Mexican Keep Away"-"Los Mexicanos deben alejarse' '-que ha tenido a nuestros nacionales estupefactos en' las orillas de ciertos pueblos de la frontera norteamerica- na. Ya no es el 111traje violento de la turba ra- cista y de la policía abusi va que ebrias del sal- vaje espíritu Lynch, han ensangrentado sus manos con seres inocentes e idefensos. Ya no es tan solo eso. L& última ilusión se va ..... La amarga ración de pan se acorta. Los bocados que hacían llevadera la vejación y el desdén se reducen considerablemente, augu- rando la vuelta del peonaje, lleno de privacio- nes y miserias, que desertaron de México. 24 P R A X E D 1 S G U E R R E R O La situación se hace insoportable y no po- dría ser de otra manera, puesto que los burgue- ses de aquí saben que una gl"an cantidad de proletarios mexicanos, al toca r esta tierra, se ple- gan sin protesta a las coudicic nes que le, im- ponen los explotadores. conteutándose C01l ser los primeros en las fatigas y 1.>5 últimos en la recompensa. . Pero la triste disculpa de nuestros resrgna- dos no existe ya. La miseria, el hambre y el atropello están en México. La verguenza, la humillación y el hambre están aquí. Son los compañeros universales de 108 impotentes. ¿A dónde irá el pasivo, el sometido, el resig- nado que no lo escupan y lo roben? Ahora que ya no existe esa ruin disculpa de la pi- tanza asegurada ¡,segujreis a los que luchan por hacer que la humanidad coma un pan que no amase la ignominia? ¿Continuareis poniendo los músculos faltos de nutrición al servicio de los esclavistas, en vez dA venir con. vuestras fierezas a precipitar la desaparición de los ma- les comunes? Si los ideales no han podido arrancar del rebañismo a ciertos hombres, hay que esperar algo más del rudo estrujón que hoy los coloca en medio de dQS hambres". y el obrero que palpó el infortunio de nuestros compatriotas, allá en los Estados Uni- dos, y también aquí en l\léxico, se declaró en franca rebelión contra el gobierno de Díaz, el mes de octubre de 1906. La Revolución ha- bía estallado en la República. el revolucionario En el mes de Junio de 1904 Ricardo Flo- res M;.¡gólJ, ~u herr?allo Enrique, los Sara bia, el Ing. Camilo Arnaga y Librado Herrera jun- t<? ('o~ otros compañeros cruzaron la línea cli. visorra del norte y se internaron en Texas hu- yen?o de ~as pel"!'ectlciones que el odio de Diaz habla arrojado sobre ellos. Ya haLían sufrido, estos claros luchadores en~arcelarniento. en México y en San Luie Po~ tosí, y ~l despotismo del Dict<lt!or cornen¡r,abaa persegUlrlos duramente por las ideas que derra- Im~:an entre los trabllja<lores y por la agitación SOCIal que se habí.an empeñado en provocar en las clases proletarias de México. Llegados a Texas continuaron inmediata- r~;n,t~ la publicación del periódico "Regen~ra- ('IOn y a los POtOS día. de su aparición se desa- ba sobre ellos l~ serie cle persecuciones más enconada y terribla que ha' habido en México. Gente paga(~a con el dil1~ro de Portirio Díaz y de a.cuerdo con las autoridadss americanHs ('0_ metieron en ellos toda suerte de atentad08, 26 PRAXEDIS GUERRERO procurando por medio de las más sucias manio- hras su deportación a territorio mexicano, en donde era n entregados en manos riel Opresor, que quiso a fuerza de presidio y de asef'inato8 apagar la llama de la Revolución, que ya ha- bía comenzado a alzar su aurora roja por todos los horizontes de la patria. . En el periódico "Regeneración" que Ri- cardo Flores i\1agón sostuvo a costa de penalí- dades sin fin, co luboró Praxedis Guerrero, y en 1906 ]0 vemos ya con Antonio Villarreal y Santiago R. de la Vega formar parte de la Jun- ta Organizadora del Partido Liberal Mexk-an», Aunqne Guerrero ya se había afiliado a] Partido Revolucionario oe~de 1905, estando de minero en A rizona, no fllé SIllOhasta este año de ,1906 cuando toma por primera vez las ar- mas y se inicia en la lucha cruenta. Con la misma resoluoión con que tomó la herramien- ta para eonstruirss una vida, tomó el máuser para pelear por la causa de los desposeídos y marchó hacia la rebelión, de donde él es pera- La ver salir la hora de la libertad. Hombre dotado de una gran intuición alcanzó a mirar la necesidad que había de ir a la lucha y de sa- crificar hasta la vida si era preciso, cuando es- cribió: "Una causa no triunfa por su bondad y su justicia, triunfa por el esfuerzo de sus adeptos" Ya Jesús M. Rallgel se había levantado contra el régimen de Porfirio Díaz y la agita- ción cundía por toda la República. La última farsa de reelección del Dictador había levanta- UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 27 do una gran voz de protesta por todos los ám- bitos de la patria y culminaba el mornen~o en que un pueblo iba a sacudir: la ?,urla del '~lfaI~o que durante 30 años envileció la conciencia del pueblo. Es entonces cuando aparece en la frontera norte ese grupo de leyenda de valientes liber- tarios que arrojaron su reto a Díaz 1que su- frieron denodadamente toda eS3 serie de per- secucioues, de asesinatos, de ejecuciones sin proceso, que fué como una estela de dolor y de sangre que dejara el autócrata ensangrentado, antes de abandonar el p3ÍS, en su huída cobar- ~. . d Así es que la actividad revolucionaria e Guerrero comienza propiamente con la ten.ta- tiva de insurrección de HJ06. Los revolucio- narios agrupados en El PllSO,Tex., con excep- ción de Ricardo Flores Magón y de Juan Sara- bia que desde el Canadá dirigieron el movi- miento deberían cruzar la frontera en la ma- ñana d~120 de octubre y declararse en rebelión ya en territorio mexicano. Mas la c~nspira- ción fué descubierta y parte de los mlembr.os de ella aprehendidos en tanto que otros se dIS- persaron hacia di versos pu ntos de la Unión Americana. Después de este intento de liberación fr~- casado, sobreviene un período en que los 1I- bertarios, trabajando intensamente por el avan- ce de las ideas emancipadoras, esperan el mo- mento propicio de lanzarse nuevamente a la lucha. Y no es sino hasta 1908, segunda 28 PRAXEDIS GUERRERO tentativa de rebelión, cuando sus armas se cru- zan con las del Gobierno. Es el 26 de junio de ese año. El organi- zador de este movimiento fué Antonio de P. Araujo, director del periódico "Reforma, Li- bertad y Justicia". Componían el grupo, aparte de Araujo y Praxedis Guerrero, los re- he Ides Pedro M iranda, Néstor López, Modesto G. Ramírez, Juan Maldonado, Emilio Munguía, Antonio Martínez Peña, Pedro Arreola, Ma- nuel V. Velis, Calixto Guerra, y otros compa- ñeros que formaban un grupo de cerca de 40 combatientes. Este segundo episodio revolu- cionario tuvo por teatro el pueblo de Las Va- cas, cercano a la frontera norte-americana. El puñado de valientes intentó apoderarse de la población fronteriza, defendida por una guar- nición de soldados gobiernistas, tratando por medio de un golpe de audacia sorprender a sus defensores. Fué al amanecer del 26 de junio. Araujo, como hemos dicho, organizador del movimiento, ejemplo magnífico de rebelde, escritor pujante y valiente soldado, llevó a los suyos hacia la claridadde una acción gloriosa. Llegado el grupo rebelde a las inmedia- ciones del pueblo fronterizo se p-asó lista no llegando los componentes del grupo a 40 hom- bres. Se dividió- el grupo en tres guerrillas co- mandadas por Benjamín Canales, Encarnación Díaz Guerra y José M. Rangel. Deberían atacar el pueblo por di versos lados y jn ntarse en el cuartel en donde estaba el grueso de los adversarios, en el centro de la ciudad. Can- UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 29 sados y débiles después de una jornada tre- menda, se dispusieron a atacar a los soldados de Díaz. Jesús 1\1. Rangel, el primero que al- zara su voz de protesta en 1906 les gritó estas palabras de aliento que han quedado como la síntesis de ese gran clamor que conmovió a la patria. "Compañeros: La hora ansiada ha llega- do por fín, vamos a luchar por la justicia de nuestra causal" Aquellos audaces en cuyos pechos ardía una rudiosa hoguera de entusiasmo se pusieron en marcha hacia el pueblo. Al atravesar un arroyo, ya muy cerca de lo..;enemigos, alguie-i gritó" i Ahí están esos mochos" y ante el em- puje de los rebeldes, los defensores se retiraron hacia sus posiciones y otros desertaron pasán- dose a los Estados Unidos. Ya en el pueblo se trabó el combate en las calles, logrando los revolucionarios acorralar al enemigo dentro de su mismo cuartel al que atacaron duramente a pesar de la interioridad manifiesta de SIlS fuer- zas. Los tiranistas, refugiados en las casas y fortificados en sus posiciones, intentaron vana- mente acabar con el denodado grupo. Eran más de cien los defensores, pero los certeros rifles de los rebeldes hallaron siempre blanco en los cuerpos de los esclavos defensores de la Dictadura. Y su número fué decreciendo bajo las balas de los contrarios que con serenidad admirable, detrás de algún árbol, parapetados en el quicio de un zaguán, o a pecho descu- bierto tiraban con gran calma, haciendo una 30 PRAXEDIS GUERRERO baja al enemigo cada vez que el Winchester infalible hacía un disparo. El asalto al cuartel fué muy duro, y ahí ~Ilcontraron la muerte muchos compañeros. Guerrero relata con maestría como, fatigados y heridos, contemplando el espectáculo de los compañeros muertos, continuaban el fuego, no retrocediendo ni llll paso, dándose ánimo mu- tuamente, soportando con heroismo inaudito la lluvia de balas asesinas de los infortunados sicario s del capital. Ahí cayó Pedro Miranda, el que según Guerrero "era la acción y la fir- meza encarnadas en un cuerpo hecho a las lu- chas con la naturaleza' " y que pasó toda su vi- da juntando dinero de sus salarios para comprar armas para la Revoluci6n; Néstor López gran propagandista de la rebeli6n; Modesto G. Ra- mírez que escribiera una carta llena de bravura un día antes del combate; Juan Maldonado mu:i6 también ahí, y Emilio Munguía y A n- tomo Martínez Peña, viejo proletario, y Pedro Arreola antiguo rebelde, que ya había dado que decir en toda la frontera, y que al caer mortalmente herido y con la sonrisa en los la- bios solt6 la céle bre frase que revel6 su carae- ter bravío: "No porque muera un chivo se l:a de acabar todo el ganado" ; y también 1\la- nano V. Velis y tantos otros cuyos nom bres no han quedado para recordarlos con la admiración que merece su sacrificio profundo. Los revolucionarios llegaron a diezmar a lo~ defensores y cuando ya se creía seguro el triunfo, la falta de parque les oblig6 a retroce- UN FRAGMENTtl DE LA REVOLUCION 31 der lentamente, abandonando ese pueblo que representaba para ellos una victoria segura , 'pero que tenían que dejar por In falta de cartu- chos. j Retirada lamentable y conmovedora! Algunos se negaban a dejar abandonados a los compañeros muertos, pero era inútil seguir lu- chanclo ya sin pertrechos y sin la mitad de los compañeros. j Ejemplo prodigioso el de estos luchado- res que un día, soliviantados por un anhelo de justicia, combatieron hasta rendir a la muerte 811 esfuerzo por una causa naciente! iQue los nombres de estos mártires queden en la memo- ria del pueblo pam siempre, como la enseñan- za más pura y alta de sacrificio l Obrero: fija en tu mente estos nom bres, en ellos encarna la intención de la lucha más justa que ha exis- tido en México, sus vidas y SIlS muertes repre- se~tan para tí el precio de la libertad que co- mienza a asegurar tu paso y tus afanes. j Ve- nera el ejemplo de estos luchadores que en nombre de la humanidad cayeron acribillados po~' el plomo de los esbirros de Díaz, en aquel episodio esplendente de nuestra historia revo- lucionaria! Después de la acción revolucionaria <le Las yacas la r~heli6n se organiza en el pueblo de Viesca. MIentras tanto Praxedis Guerrero el libertario infatigable, continuó su obra con: tra la tiranía. En este lapso de tiempo en que sus manos no tomaron el fusil, su cerebro vol- co en "Revolución" el periódico de la Junta, que sostenía Ricardo Flores Magón, su firme ta- 32 PRAXEDIS GUERRERO lento, escribiendo aquellos artículos que le hi- cieron más mal a la Dictadura que todos los fusiles de la Revolución. En Viesca es en donde se manifiesta el gran talento organizador de Guerrero. En medio de dificultades casi insuperables los re- volucionarios lograron ii juntando lentamen- te armas, pertrechos y dinero, a costa de gran- des sacrificios. La conmoción social provoca- da por el grupo había cundido ya enormemen- te por toda la República. Las tentativas de liberación llevadas él cabo en la frontera habían despertado la conciencia de muchos mexicanos y habían tenido eco en muchas partes del país los esfuerzos pugnaces de 109 enemigos de la opresión. Refiere el libro "Barbarous Mexi- " 1 l escri .• Tco (e escritor americano urner, que en esos días la Junta del Partido Revolucionario con- taba con 46 grupos armados listos para lanzar- Re a la revuelta en un momento dado. Desde Viesca la Junta avivaba lo hoguera de la Re- volución. Con gran silencio se habían llevado a cabo los preparativos de una vasta conspira- ción .. La fecha para efectuar el levantamiento general se había tijado para la noche del 24 al 25 de junio. .Desgraciadamente la traición co- menzó a socavar con su infamia el esfuerzo del Partido Liberal, y un día antes de esa fecha. las autoridades de Viesca, avisadas de la rebe- lión que se preparaba, abandonaron el pueblo, no sin que hubieran hecho pequeñas demos- trsciones hostiles a los liberales. UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 33 "La traición de Casas Grandes, refiere Guerrero, reveló HI Gobierno la existencia de la vasta ~(,llspiración y 10 que era más impor- tante para el buen éxito de sus planes, la fe- ChH ~II que comenzaría la agresión de los re- beldes" . La noche del 24 de junio se alistaron los compañeros. La policía quiso oponer resis- tencia y se cruzaron algunos tiros. Los revo- lucionarios sin gran esfuerzo quedaron dueño. de la población. Dieron libertad !l los presos y proclama- ron el Programa Li beral, el mismo que expi- diera la Junta de Saiut Louis Missouri el ]9 de Julio de 1906. "Y se declaró nulo el po- der de la Dictadura' '. José Lugo se destacó en este episodio libertario como un fuerte lu- chador, pero, conti núa diciendo Guerrero, "la denuncia paralizó el movimiento de muchos grupos, otros que pudieron levantarse oportu- namente faltaron a sus deberes de solidaridad, quedándose en un silencio bochornoso. El Gobierno comenzó a destacar tropas sobre la región lagunera, y entonces vino también so- bre los valiantes insurrectos de Viesca la inun- dación de la calumnia y de la injuria. Escri- torzuelos que ostentaban el título de liberales y amigos de los proletarios emprendieron la tarea de levantar contra los rebeldes el odio de la patriotería nacional. Se insinuó unas veces, se aseguró otras, que las armas de 105 revolucionarios eran facilitadas por los Estados Unidos, que ávidos por adueñarse de México, 34 PRAXEDIS GUERRERO lanzaban al motín 11 unos malos mexicanos, traidores o ilusos, comparados con los de Pa- namá como bandidos y foragidos". Los re- volucionarios abaudonaroll Viesea, salieron a las montañas, a seguirluchando libreme.n~e por la Revolución. Ahí el conjunto. se dIVI- dió en bandos que se dispersHron hacia ~u~l ~os diferentes, "repitiéndose ~l fenómeno biológico de ciertas especies zoológicas que se repr.odu- cen en sus fragmentos". "En resumen: Vieses dió a conocer, afirma Gnerrero, caracteres co- mo Lugo, desenmasraró a los lihera~~s de con- veniencia, y excluyó de la Revolución a ele- mentos dañados con el temor o la jneompeteu- cia. En 1908 las tropas de la tiranía no ven- cieron en ninguna parte. La traición aplazó el triunfo de la Revolución. Km es todo". Ello de Julio tuvo lugar en el pueblo fronterizo de Las Vacas otra acción. revolucio;- naria en que perdió la vida Francisco Manri que, amigo de la i~fancia de Praxedis Guerre- ro, y otro convencido de h Gra~ <;Jausa. To- maron parte en ella Guerrero, F...nnque Flores Magóu, Manuel Banda y José I~lés Salazar, traidor que se uniera después vergonzosamen- te a Huerta. "Se necesitaba, dice Guerrero, con un au- daz movimiento salvar la Revolución .q?e pare- cía naufragar en la marejada de traiciones y cobardías". "Y 11 revolucionarios, apenas 11 con unos cuantos rifles y cartuchos intentaron tomar el pueblo defendido por los siearios del UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 35 Capital. Enmedio de la noche estos tipos de leyenda se aproximaron al pueblo de Palomas. Los sintieron llegar, pues los rurales que lo defendían se parapetaron, numerosos y bien armados, en las casas y tras de los muros del cuartel. Bien pronto llegaron los audaces con el rifle li~to ~ el :rnlor brillando en sus ojos, que quenan iluminar la noche, para ver el si- tio donde se acobardaba el plomo del despotis- mo. Al llegar al cuartel los asaltantes se tra- bó desigual combate. Francisco Manrique "el primero en la lucha' cayó tendido de un bala- zo, al adelantarse animando a sus compañeros. Amanecía. Ahí quedó tirado el adolescente de temerario valor, espíritu ardido en la llama de la justa causa, fanático de la libertad y d~ la emancipación obreras. Fué necesario dejarlo porque era preciso avivar la Revolución por otras partes, y por esta vez la caída de uno de los miembros más queridos de la Junta, había puesto la desolación en el corazón de los va- lientes. Francisco Manrique, herido, fué cap- turado por las tropas del gobierno. Negó su nombre. Dijo llamarse Otilio Madrid, "pro- curando con su palabra ayudar indirectamente a sus amigos. Conservó su icognito hasta mo- rir, pensando lúcidamente que si su verdadero nombre se conocía, el despotismo, adivinando quienes lo acompañaban procuraría aniquilar- los si la Revolución era vencida. De él no pudieron saber ni proyectos ni nombres: nada que sirviese a la Tiranía". (Praxedis Gue- rrero. -Episodios re vol ueio narios, -Palomas). 36 PRAXEDIS GUER:HERO Este fué Francisco ?lLlIlrique. "cabeeilla de bandidos". como le llamó In pre nsa burguesa. Altiva figura de insurrecto, hombre puro, muerto una noche d~ fcltalidlld, en una acción dolorosa de la Revolución. Después de esto viene la parte más dura por la que atravesó el rno vim iento revolucio- nario. La ira oobarde del porfirismo se arroja sobre la insurrección en pié y tn:tn de ahogar en sangre la justicia de su!"; ideales que alunr- bran ya a la patria como una aurora de reindivi- cación. Los asesinatos, 1m;envenenumieutos, las ejecuciones sumarias, todos los castigos más monstruosos, caen sobre los libertarios a quie- nes nada intimida. Los presidios se llenan de rebeldes, pero la Revolución es ya una llama- rada espiritual que abrasa todo 1<) que toca. Hasta en el lejano Yneatán el ansia de libera- ción se condensa en la actitud de Ramírez Bo- nillas, Kankum y A lbertos. El dinero de Díaz, ese dinero sacado al pneblo a fuerza de sufrimientos y de lágrimas, sirve para precipitar (>11 la prisión y en la muer- te a los defensores de los oprimidos. La Dic- tadura no escatima nada para acallar la Gran Voz que se levanta por todos los confines de México y que pide la caida del Tirano. José Lugo fné fusilado sin juicio alguno. San Juan de Ulúa recibió bajo su leyend: de terror a muchos compañeros a quienes la. cobardía del Opresor arrojó dentro de "'11~terri- bles "tinajas". UN FRAGMENTO DE LA REVOLUCION 37 En Valladolid, Yucatán, t>erepite lo mis- mo. La cárcel. las persecuciones enconadas y tenaces, los asesinatos, el odio mal disimulado de Porfirio Díaz, más bien el miedo de sucum- bir bajo la ola de indignación que se levanta desde el fnndo del lamento de los engañados. Ramírez Bonillas, Albertos y Kankum fueron fusilados en Yucatán. "La Justicia no' fué ahí el leguleyo artero y solapado, sino la bestia uniformada", dice Guerrero. Y enmedio de todo este dolor, de toda esta desolación los burgueses contemplando la tragedia a trav'és de los periódicos pagados, aplaudiendo la carniee- ria tremenda que enlutó a la patria. ¿ y el Pueblo ?-dicé Gnerrero-" iAh! .... Si Lngo, si Ramírez Bonillas. si Albertos y Kankum no conmueven la conciencia de los mexicanos, yo negaré a ese pueblo hasta el desprecio de mi saliva!". Es en la noche del 30 de Diciembre de 1?1O cuando sobreviene esa desoladora trage- dia de la muerte de Praxedis Guerrero. El luchador infatigable murió esa noche, luchan- do arma en la mano. A hí murió el escritor que acusó con su verbo justiciero el crimen la tiranía y la ambici6n inconmensurable de Díaz. Esa noche murió el hombre incorruptible, el obrero esforzado, el apóstol que sembró la lu- minosidad de su ejemplo en la tierra fértil pa-l:a sus ense.ñall~as. Ahí cayó el rebelde puro, firme concrencia de la Revolución, ejemplo vi- ~\o de CO.~ vicción libertaría. El anarquista Justo murio de un balazo de uno de los serví- 38 P R A X E D 1 S G U E R R E R O dores del despotismo. Manos de desheredado fueron las que segaron la vida del gran mártir. iNoche del 30 de diciembre de 1910, que tu negrura sea un símbolo eterno de la fatali- dad que en tus entrañas cobijaste! iQue tu lobreguez colme de desesperación el pecado de los que asesinaron la Justicia encarnada en la figura insustituible de Praxedis Guerrero!. el escritor Guerrero Iué un duro escritor de batalla . .A pesar de esto no descuidó 'la forma por la in- tención. Sus artículos escritos en un lenguaje sencillo, se desarrollan de una manera fácil y segura. La obra de él en este sentido no es escasa, pero desgraciadamente se halla disemi- nada en periódicos y folletos, sin que él mismo se haya ocupado nunca de reunir material para un volumen. Su excesivo celo por la Causa no le permitió dedicarse a efectuar un trabajo semejante . . La vida de Guerrero, hemos visto, fué un combate rudo, de vida o muerte. Cuando es- cribe hace lo mismo. Batalla denodadamente. Demófé, echa abajo, pisotea todo lo que an- tes s~ creyó sagrado e intocable. Ataca dura- mente las tiranías. Despedaza los viejos siste- mas sociales. Rompe con todas las filosofías y una sola into nción se vé llamear vivamente :\ través de todos sus articulos : la de hacer jus- ticia para los humildes, para los desposeídos. y se manifiesta como un anarquista más que nunca. Escribió abundantemente en "Regene- PRAXEDIS GUERRERO40 ---------------------------- ración", en "Revolución" en "Punto Ro '0", peno lCO este último que él 111lSmO e ito. " n estilo es sobrio y a veces casi lacónico. En muy pocos escritos se le vé distraerse en especula+ ciones literarias. Va al asunto y lo que intere- sa sobremanera es la intención revolucionaria de sus pensamientos. Es admirable el obser- var cómo Guerrero desea ba con su aguda pers- picacia mental, el estilo que más podría herir la imaginación del pueblo. Max Nettlau, el viejo historiador anarquista, dice de él: "Gue- rrero me agrada por su estilo corto. preciso, lapidario. Hombres de este tipo nos hacen mucha falta Tiene un cerebro y una ma- ne>sólidos para escribir". Pero el mérito prin- cipal de su pluma es esa convicción aferrada de los ideales que lleva dentro. Guerrero penetra hasta el fondo de los problemas sociales y el anarquista se expone y se revela magníficamen- te en todos sus pensamientos:"La libertad .dice, no se alcanza llevando el freno de la legalidad. Cada libertador ha sido un ilegal, cada progre- so de la civilización un atentado contra las le- yes consagradas por el couservantismo e~emi- go del adelauto't-o'Respctad el orden existen+ ,. 1 "te y seréis eternamente esc avos . Guerrero hizo revolución escribiendo. Empleó la pluma como un medio para llegar a un gran fín. Hay veces en que esa pluma se torna arma mortífera. Hay que aquilatar el valor de un Ricardo Flores Magón, de un Praxedis Guerrero, que en medio de la cobar- día ambiente que producía el temor al Tirano, UN FRAGMENTO DE LA REVOLUC:rON 41 dijeron la verdad gritándoJa muy alto. Este pensamiento de Guerrero revela su temple mo- ral :-"Lá justicia no se compra ni se pide de Iiruosua ; si no existe se hace". Puede decir- se que la "ida de él giró alrededor de esta afir- mación. Desesperado de no hallada por nin- gun lado, bajo ninguna forma, se lanzó el in- conforme a hacer la justicia con las armas en la mano. y la hizo. Y enseñó a les que le si- guieron a obtenerla a costa de cualquier cosa. ¡Sí, hacer justicia l. Esa fué la misión de esos luchadores que por hacerla palpable al pueblo sufrieron las injusticias más grandes. Menos mal para Guerrero su muerte prematura. El héroe cayó en el combate y ese fué el comienzo de su inmortalidad. Pensemos en ese mártir de la cárcel de Leavenworth, pensemos en Ricardo Flores Magón a quien Díaz puso a pu- drir en ese presidio americano. Y en Librado Rivera. iAh! iQué injusticia tremenda para esos que pregonaron la verdad luminosa!. Pero bien dijo él: "Para luchar por la libertad IJO hacen falta odios, sin odios se abren los túneles, sin odios se ponen diques a los ríos, si n odios se hiere a In tierra para sem brar el gra- no, sin odio se pueden aniquilar los despotis- mos, puede llegarse a la acción más violenta cuando sea necesario para la emancipación hu- mana". y sin odios, con un grande amor por guía luchó Guerrero toda su vida por salvar a los escla vizados. 42 PRA X-EDIS GUERR ERO La labor del escritor complementa la labor del luchador. En los anales de la literatura revolucionaria quedará su pensamiento como una demostración de la firmeza espiritual de la Causa, como un ejemplo de la honda creen- cia del que "fué la palabra y fué la acción". I • ESTE FOLLETO SE TER:\1JNO El, 30 DE ABRIL DE 1928, Y FUE PUESTO EN l\fAKOS PROLBTA- RIAS EL lo. DE Mi\.YO DEL MIS- MO AÑO. r.os GRABADOS FUE- RON HECHOS POR EL PINTOR REVOLUCIONARIO LEOPOLDO MBNDEZ. ------ _ EDI OHE
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