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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO ESTADO DE LA AGUDEZA VISUAL AL MOMENTO DEL DIAGNÓSTICO DE DEGENERACIÓN MACULAR RELACIONADA CON LA EDAD TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ESPECIALISTA EN MEDICINA (OFTALMOLOGÍA) P R E S E N T A : ROMÁN RAMÍREZ MARÍN ASESOR DE TESIS: DRA. EN C. DULCE MILAGROS RAZO BLANCO HERNÁNDEZ CIUDAD DE MÉXICO, NOVIEMBRE 2017. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 ÍNDICE. Glosario ........................................................................................................ 3 Resumen/ Abstract. ...................................................................................... 4 Antecedentes ............................................................................................... 7 Concepto ................................................................................................. 7 Clasificación ............................................................................................. 8 Epidemiología .......................................................................................... 9 Factores de riesgo .................................................................................... 11 Patogénesis .............................................................................................. 13 Historia natural de la enfermedad ........................................................... 18 Manifestaciones clínicas .......................................................................... 20 Diagnóstico .............................................................................................. 22 Manejo .................................................................................................... 26 Planteamiento del problema ........................................................................ 29 Justificación .................................................................................................. 29 Pregunta de investigación ............................................................................ 30 Objetivos ...................................................................................................... 30 Metodología ................................................................................................. 31 Resultados .................................................................................................... 32 Discusión ...................................................................................................... 34 Conclusiones ................................................................................................ 37 Referencias .................................................................................................. 38 2 GLOSARIO. Atrofia geográfica: f. área demarcada por cambios hipopigmentarios o hiperpigmentarios y visualización de vasos coroideos subyacentes. Coriocapilar: f. capa interna de la coroides, compuesta ampliamente de capilares, inmediatamente adyacente a membrana de Bruch. Disciforme: adj. que tiene forma de disco. Cicatriz en área macular. Drusa: nódulos amarillentos de material hialino, compuestos de proteínas y lípidos degenerados, depósitos cristalinos de calcio y aminoácidos, cuerpos residuales y segmentos externos de fotorreceptores parcialmente digeridos se depositan entre el EPR y la MB. Epitelio pigmentado de la retina (EPR): monocapa de células poligonales que se extiende desde el nervio óptico hasta la ora serrata, en contacto con los fotorreceptores en su superficie interna y con la membrana de Bruch en superficie externa. Escotoma: m. zona del campo visual con disminución o pérdida de la sensibilidad visual. Fóvea: f. Zona deprimida en la superficie interna de la retina en el polo posterior que concentra la mayor densidad de conos, lugar donde se consigue la mayor agudeza visual. Macula: f. zona con una coloración amarillenta en el polo posterior del ojo, comprendida entre las arcadas vasculares temporales. Maculopatía: f. Degeneración de la mácula lútea. Membrana de Bruch (MB): f. Estructura localizada entre el epitelio pigmentado de la retina y la capa coriocapilar, tiene 5 capas: membrana basal del EPR, zona de colágeno interna, zona elástica intermedia, zona de colágeno externa y membrana basal de la coriocapilar. Metamorfopsias: Distorsión en la percepción de la imagen. Neovascularizacion: f. Desarrollo de vasos sanguíneos nuevos a partir de vasos preexistentes. 3 RESUMEN. Antecedentes. La degeneración macular relacionada con la edad causa el 7% de la ceguera y el 3% de la deficiencia visual en el mundo. La prevalencia es de 8.6% en personas entre 45 y 85 años, es una de las principales causas de ceguera irreversible en adultos >50 años, es incurable. El tratamiento es basado en la etapa de la enfermedad, enfocado a disminuir la progresión a enfermedad avanzada en etapas intermedias, así como el tratamiento de enfermedad avanzada neovascular. La agudeza visual es el indicador de enfermedad avanzada más fácilmente identificable. Objetivo. Determinar la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de la enfermedad. Material y Métodos. Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, transversal, abierto. Se llevó a cabo una revisión del expediente clínico de todo paciente con diagnóstico de cualquier forma de la enfermedad, cualquier género, cualquier edad, de enero 2013 a junio 2017 en el Hospital Juárez de México. Resultados. Se evaluaron 114 expedientes con 219 ojos afectados, 73.97% correspondieron a la forma no neovascular y 26% a la forma neovascular. La edad promedio al diagnóstico fue de 79.7 años. La agudeza visual mejor corregida fue 0.61 en escala LogMAR (20/80 equivalente Snellen) considerando ambas formas de la enfermedad, los pacientes con enfermedad neovascular se presentaron con agudeza visual de 1.03 en escala LogMAR (20/200, equivalente Snellen). No se encontró mayor frecuencia de diabetes mellitus ni de hipertensión arterial en los pacientes casos estudiados. 4 Conclusión. El promedio de agudeza visual mejor corregida fue de 0.6165 en escala LogMAR (20/80 en equivalente Snellen). Más del 50% presentó una agudeza visual al momento del diagnóstico considerada ceguera legal. ABSTRACT. Background. 7% of blindness and 3% of visual impairment in the world are associated to Age-related macular degeneration. The prevalence between 45 and 85 years old is 8.6%; is one of the main causes of irreversible blindness in adults> 50 years. Treatment is based on the stage of the disease, the aimed is to diminish the progression of the disease, as well as treat advanced neovascular disease. Visual acuity is the most easily identifiable indicator of advanced disease. Aim. To determine best corrected visual acuity at the time of diagnosis of the disease. Methods. An observational, descriptive, retrospective, transversal, open study was conducted. A clinical file review of all patients diagnosed with any form of the disease, any gender,any age, from January 2013 to June 2017 at Hospital Juarez de Mexico was executed. Results. 114 cases were evaluated with 219 affected eyes, 73.97% corresponded to the non-neovascular form and 26% to the neovascular form. 114 cases were evaluated with 219 affected eyes, 73.97% corresponded to the non-neovascular form and 26% to the neovascular form. 5 The mean age at diagnosis was 79.7 years. The best corrected visual acuity was 0.61 on LogMAR scale (20/80 Snellen equivalent) considering both forms of the disease, patients with neovascular disease presented visual acuity of 1.03 on LogMAR scale (20/200, Snellen equivalent). No higher frequency of diabetes mellitus or arterial hypertension was found in the patients studied. Conclusion. The mean best corrected visual acuity was 0.6165 logMAR scale. More than 50% of the sample had a visual acuity at the moment of diagnosis considered legal blindness. 6 ANTECEDENTES. CONCEPTO. La degeneración macular relacionada con la edad fue reconocida como entidad clínica por primera vez en 1885 por Otto Haab, como cambios atróficos y pigmentarios en el área macular, con alteración progresiva de la visión en pacientes mayores de 50 años1. Gass en 1967, señaló que las drusas, la degeneración macular senil y la degeneración macular disciforme representan la misma enfermedad. En 1990 se propuso una distinción entre maculopatía relacionada a la edad temprana y tardía, la forma temprana no se consideró patológica, la enfermedad comprendía: atrofia geográfica y enfermedad neovascular. En 1995 es definió como un trastorno degenerativo en personas mayores de 50 años, caracterizado por la presencia de anormalidades en área macular: drusas suaves > 63 µm, hiperpigmentación y/o hipopigmentación del epitelio pigmentado de la retina, desprendimiento del epitelio pigmentado de la retina y desprendimiento neurosensorial asociado, hemorragias retinianas, atrofia geográfica del epitelio pigmentado de la retina o cicatrización fibrosa retinal en ausencia de otros trastornos de la retina. Se definió enfermedad temprana por la presencia de drusas y anormalidades del epitelio pigmentario; enfermedad tardía incluyó la forma seca: atrofia geográfica en ausencia de neovascularización, ó neovascular: desprendimiento del epitelio pigmentado de la retina, hemorragias, y/o cicatrices en retina.2 Actualmente también se incluyen como variantes de enfermedad neovascular la vasculopatía polipoidal coroidea y la proliferación angiomatosa retiniana3. 7 CLASIFICACIÓN. Propuesta por el estudio de enfermedades oculares asociadas a la edad, AREDS (por sus siglas en inglés). Categoría 1: No DMRE; drusas <63 µm o ausencia de las mismas. Categoría 2: DMRE temprana, combinación de múltiples drusas pequeñas, pocas intermedias (63-124 µm), o anormalidades del EPR leves. Categoría 3: DMRE intermedia: numerosas drusas intermedias ó por lo menos 1 drusa grande (>125 µm), atrofia geográfica que no involucra el centro de la fóvea. Categoría 4: DMRE avanzada, uno o más de los siguientes hallazgos en un ojo, en ausencia de otras causas: Atrofia geográfica del EPR que involucra el centro foveal ó maculopatía neovascular4. En 2013, un grupo de expertos publicó un sistema internacional de clasificación basado en lesiones evaluadas dentro de 2 diámetros de disco de la fóvea en personas mayores de 55 años. Personas sin drusas o anormalidades del epitelio pigmentario deberían considerarse sin signos de degeneración macular. Personas con drusas pequeñas (<63 µm), se consideraron signos normales de envejecimiento sin relevancia clínica. Personas con drusas medias (63-125 µm) pero sin anormalidades del epitelio pigmentado se consideraron enfermedad temprana. Drusas grandes o anormalidades pigmentarias asociadas con por lo menos una drusa media, se consideraron enfermedad intermedia. Personas con forma neovascular o cualquier forma de atrofia geográfica corresponden a enfermedad tardía. El riesgo a 5 años de progresar a enfermedad tardía se estimó con un incremento de 100 veces, de 0.5 % a 5 años para cambios normales a 50% para el grupo de riesgo con enfermedad intermedia5. 8 EPIDEMIOLOGÍA. Mundialmente, un meta-análisis que incluyó población de 45-85 años; mostró una prevalencia de enfermedad temprana 8.01%, enfermedad tardía 0.37% y cualquier forma 8.69%. Causa el 7% de la ceguera y el 3% de la deficiencia visual en el mundo en este grupo de edad. El número proyectado de pacientes con la enfermedad para 2020 se determinó en 196 millones, con un incremento a 288 millones para 20406. Otro estudio señaló que en 2010 había 32.4 millones de ciegos y 191 millones con alteración visual, 2.1 millones y 6 millones debido a enfermedad macular respectivamente7. En la India en 2016, se reportó una prevalencia de enfermedad temprana de 20.91% en la población rural, y de enfermedad tardía de 2.26% y 2.32% en población rural y urbana respectivamente8. Australia en 1995, reportó una prevalencia de etapa tardía en 1.9% de la población con 0% en personas <55 años a 18.5% en mayores de 85 años9. Otro estudio realizado en Chinos americanos mayores de 50 años en 2013, reportó una prevalencia de enfermedad temprana de 5.8% en personas de 50 a 59 años, 17.6% con >80 años y una prevalencia de enfermedad avanzada 0.2% a 1.0% respectivamente, con enfermedad neovascular en 85.7% y atrofia geográfica en 14.3%10. En Reino Unido, en 2012 la prevalencia de enfermedad tardía fue 2.4%, 4.8% para >65 años, 12.2% en > 80 años. Se encontró atrofia geográfica en 1.3% en general, 2.6% para >65 años y 6.7% en >85 años, neovascularización en 1.2%, 2.5% y 6.3% respectivamente. 9 La incidencia anual de enfermedad tardía, atrofia geográfica y neovascularización por 1000 mujeres fue de 4.1%, 2.4% y 2.3% respectivamente; en hombres 2.6%, 1.7% y 1.4% respectivamente. Se estimaron 71 000 nuevos casos de enfermedad tardía por año11. Estados Unidos en 2011, en pacientes >40 años reportó una prevalencia de cualquier forma de enfermedad en 6.5%, enfermedad tardía fue de 0.8%, individuos de raza negra no hispanos de 60 años tuvieron menor prevalencia de cualquier forma de enfermedad los de raza blanca no hispanos12. De acuerdo con el estudio de Los Ángeles, que incluyó 4876 participantes latinos de una comunidad urbana de Estados Unidos en California, con edad >40 años, el 90.3% no tuvieron degeneración macular relacionada a la edad. 9.7% tuvieron cualquier forma de enfermedad, con 9.3% enfermedad temprana y 0.4% enfermedad tardía13. Australia en 2015 mostró la incidencia y progresión de la enfermedad a 15 años, con una incidencia de 13.1% para enfermedad temprana y 3.3 % para la forma tardía14. El estudio de “Beaver Dam” en Estados Unidos, en personas de 43 a 86 años con evaluaciones cada 5 años durante 15 años, reportó una incidencia de enfermedad temprana de 14.3 % y de enfermedad tardía de 3.1% en general, con un incremento a 7.6% en pacientes mayores de 75 años15. 10 FACTORES DE RIESGO. Edad: la prevalencia aumenta con la edad, iniciando después de los 50 años, con un aumento por encima de los 65 años de edad. Tabaquismo: el fumador actual tiene riesgo relativo 4 veces mayor de enfermedad tardía comparado con los que nunca fumaron, también asociado con progresión de enfermedad temprana a enfermedad avanzada, e involucro bilateral. Existe relación dosis respuesta y el riesgo persiste después de suspender el tabaquismo de 15 a 20 años16, 17. En Asia, para los pacientes de 45 a 79 años de edad el riesgo de enfermedad neovascular fue 50% mayor que en pacientes que nunca fumaron, con riesgo mayor entre fumadores actuales que en los previos, también la duración y cantidad se asoció con mayor incidencia de forma neovascular con una relación dosis dependiente18. Un meta-análisismostró que la edad, tabaquismo (RR 1.86; 95% CI 1.27 - 2.73), cirugía de catarata previa (RR 3.05; CI 2.05 - 4.55), historia familiar de degeneración macular (OR 6.18; 95% CI 1.94 - 6.61), son factores con asociación alta, factores como índice de masa corporal sobrepeso/obeso (RR 1.28; 95% CI 0.98 - 1.67), historia de enfermedad cardiovascular (RR 1.22, 95% CI 0.92 - 1.63), hipertensión y nivel de fibrinógeno alto en plasma mostraron asociación moderada y consistente, otros factores con asociaciones débiles e inconsistentes fueron el género, etnia, presencia de diabetes, color del iris, historia de enfermedad cerebrovascular, colesterol total y lipoproteínas de alta densidad, así como el nivel sérico de triglicéridos19. 11 En Noruega, un estudio realizado en pacientes caucásicos de 65 a 87 años de edad, evaluó la asociación de factores de riesgo cardiovascular no encontró una relación clínicamente significativa entre la degeneración macular tardía y los niveles de lípidos en suero, la presencia de diabetes mellitus, sobrepeso, obesidad, circunferencia de cintura, nivel de educación, así como cifras de tensión arterial sistólica elevadas y nivel de actividad física20. En cuanto a factores genéticos, aquellos individuos con un alelo con sustitución de histidina por tirosina en posición 402 del gen CFH (CFH Y402H) en el cromosoma 1 tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad con un OR de 2.45 para un alelo y 3.33 cuando son portadores de 2 alelos, siendo mayor 3.45 y 5.57 respectivamente para el desarrollo de enfermedad neovascular, el porcentaje de riesgo es 43% para el portador de 1 alelo21. Estudios recientes han analizado la tasa de progresión de enfermedad intermedia a enfermedad avanzada, demostrando que individuos con 2 copias de alelo de riesgo del gen CFH progresan más rápido que aquellos con una copia, aunque son asociaciones con efecto moderado (Hazzard Ratio: 1.6)22. Los individuos de raza blanca tienen mayor incidencia de drusas > 65 µm en la zona macular central que los de raza negra 36% vs 28%, así como drusas grandes (>125 µm) 11% vs 5%, 3 veces más hiperpigmentación. La forma neovascular se presentó en 1.7% de individuos de raza blanca y 1.1% en los de raza negra, atrofia geográfica fue más común en blancos 1.8% vs 0.3% ajustado por edad23. 12 En Estados Unidos, se reportó que las personas de raza blanca tuvieron la mayor prevalencia de enfermedad no exudativa 5.40%, seguido por americanos asiáticos 5.04%, latinos 3.81% y negros 3.62%. La incidencia también fue mayor en blancos 1.18%, americanos asiáticos 1.17%, seguido por latinos 0.79%, y negros 0.72%. La prevalencia de enfermedad exudativa en blancos 0.84%, menor en latinos 0.59%, americanos asiáticos 0.49% y negros 0.47%24. PATOGÉNESIS. Las drusas representan los primeros cambios visibles clínicamente en el fondo de ojo, asociadas o no a la enfermedad. Aparecen como puntos blanco- amarillentos en el área macular, paramacular y periferia de la retina. La enfermedad se asocia con 2 tipos de drusas, con diferentes apariencias clínicas y diferente pronóstico. Drusas Duras: pequeños nódulos amarillentos con márgenes discretos. Consisten en material hialino, presentes a cualquier edad. Numerosas drusas duras son un factor de riesgo independiente para pérdida visual en la enfermedad. Se desarrollan por acumulación del citoplasma entre la membrana basal y el epitelio pigmentado de la retina (EPR) por un proceso similar a la apoptosis, estos sitios de acumulación se encuentran en todas las edades, indicando un fenómeno normal del envejecimiento25. En ojos con drusas duras, pequeñas, la membrana de Bruch es mas gruesa, aparece como un arco de microdrusas o elevaciones redondas de 2 µm de diámetro y compuestas de material amorfo denso. 13 Todos los tipos de drusas desaparecen en el tiempo, estas áreas pueden ser reemplazadas por manifestaciones más severas de la enfermedad. Drusas blandas: son estructuras vesiculares granulares >63 µm con bordes indistintos. Los tipos incluyen desprendimientos localizados de depósitos basales laminares con o sin depósitos basales lineales. Tienden a ser confluentes, el cual es un factor de riesgo independiente para la enfermedad26. Múltiples drusas confluentes pueden crear grandes desprendimientos del EPR y conducir a formación de neovascularización coroidea. Se relacionan con progresión a enfermedad exudativa 5 o mas drusas, drusas > 63 µm y confluencia de las mismas27. Composición de las drusas: histológicamente se componen de sustancia granular, partículas de proteínas y lípidos degenerados, depósitos cristalinos de calcio y aminoácidos, cuerpos residuales y segmentos externos de los fotorreceptores parcialmente digeridos. Componentes del sistema del complemento, incluyendo C3, C5 y el complejo de ataque a membrana (C5b- 9). Alteraciones en la regulación del complemento conducen a aumento en la reactividad del complemento que puede causar daño mediado por mecanismos inmunológicos. Un polimorfismo en el factor H se ha descrito como un factor de riesgo para el desarrollo y progresión de la enfermedad21,22. 14 Cambios en el epitelio pigmentado de la retina (EPR): la muerte de los fotorreceptores por apoptosis inicia en etapas tempranas de la enfermedad. En la forma no neovascular, los hallazgos típicos son disrupción pigmentaria y drusas. La formación de grandes drusas confluentes e hiperpigmentación por disfunción del EPR son las alteraciones iniciales que conducen a la resorción de estás drusas y a pérdida del EPR con hipopigmentación. La atrofia incipiente es una etapa que inmediatamente precede al desarrollo de atrofia geográfica. Las áreas de adelgazamiento del EPR o despigmentación pueden reconocerse. La retina parece rosada y las drusas blanquecinas y duras antes de desvanecerse. Se han observado células gigantes multinucleadas y mononucleares inflamatorias cubriendo la membrana de Bruch en el margen de áreas de atrofia geográfica y pueden tener participación en eliminar los detritos de células necróticas a ese nivel28. En las áreas de atrofia creciente, el contenido de lipofuscina en la zona de unión es máximo, por autofagia y fagocitosis de segmentos externos como de células del EPR y sus fotorreceptores. Los fotorreceptores sobrevivientes son conos anormales, con segmentos internos más grandes y segmentos externos ausente, sin evidencia de fagocitosis. Los fotorreceptores y el EPR desaparecen juntos posteriormente. Dentro del área de atrofia, no hay fotorreceptores, EPR, y coriocapilar. La capa nuclear externa de la retina desaparece, causando que la capa plexiforme externa descanse directamente en la membrana de Bruch. Cuando hay pérdida de EPR y fotorreceptores, los depósitos basales lineares desaparecen. La obliteración de la coriocapilar es seguida por erosión de los pilares intercapilares de la membrana de Bruch y en casos prolongados, la membrana se adelgaza. 15 Neovascularización coroidea (NVC): aparece en el espacio extracelular líquido, exudados y/o vasos sanguíneos entre la retina neural y el EPR, y/o entre el EPR y la membrana de Bruch. El tejido neovascular típicamente se origina de la coriocapilar y se extiende a través de una dehiscencia de la membrana de Bruch dentro del espacio sub-retinal o sub-EPR29. El crecimiento de nuevos vasos desde la coriocapilar hacia el espacio sub-EPR, asociado con daño a la retina externa, se ha denominado neovascularización tipo 1. Cuando el crecimiento es dentro del espacio sub-retinal, se denomina neovascularización tipo 2. La proliferación angiomatosa retinal, es una forma distinta llamada neovascularización tipo 3 que puede originarse no solo de la coroides sino también de capilares profundos de la retina30. En etapas tempranas de la enfermedad, los vasos son similares a capilares,más tarde involucran arterias y venas. NVC puede conducir a desprendimientos seroso y/o hemorrágico del EPR y retina, exudación y desgarros del EPR, se considera una respuesta de curación a una lesión del EPR. Una proteína derivada del EPR tiene un efecto inhibidor en la neovascularización, el factor derivado del epitelio pigmentado de la retina. El crecimiento neovascular es determinado por el balance entre factores angiogénicos y antiangiogénicos. No es clara la causa del incremento en el factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF) en ojos con NVC, pero típicamente se sobre-expresa en tejidos con hipoxia, glucosa elevada y activación de la proteína C, productos finales de la glicación avanzada, especies reactivas de oxígeno, oncogenes activados y varias citocinas. 16 En NVC ocurren tanto la angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos a partir de vasos preexistentes) y vasculogénesis (crecimiento de nuevos vasos). Hasta el 20% de las células endoteliales se derivan de células progenitoras de la médula ósea, las cuales se unen a células endoteliales residentes activadas para formar estructuras vasculares nuevas31. Las integrinas y las metaloproteinasas son importantes para la migración de las células endoteliales y para el remodelamiento de la matriz extracelular, que permite infiltración de NVC a través de la membrana de Bruch. El factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) recluta pericitos para alcanzar maduración vascular. Las alteraciones de la estructura de la capa elástica de la membrana de Bruch conducen a invasión de NVC dentro del espacio sub-EPR y sub-retinal. Desarrollo de cicatriz disciforme: Si no se trata, la enfermedad neovascular evoluciona a la cicatrización, llamada cicatriz disciforme. Las cicatrices pueden estar vascularizadas. Se localizan entre los depósitos basales laminares y la membrana de Bruch o en el espacio sub-EPR, con los depósitos basales lineales debajo de la mácula, acompañados por escotoma o pérdida de la visión central. 17 HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD. Enfermedad temprana (categoría 2): se caracteriza por la presencia de drusas pequeñas (<63 µm), pocas drusas medianas (63-125 µm) y/o anormalidades pigmentarias mínimas o indetectables en el área macular. Los pacientes se incluyen en la categoría 2 de la clasificación del grupo AREDS, en esta categoría se tiene un riesgo bajo de progresión a enfermedad avanzada después de 5 años en cualquier ojo. Se han reportado datos más recientes con seguimiento a 10 años con el 85% de los pacientes incluidos inicialmente. En el grupo con combinación de drusas pequeñas o no drusas, 15% desarrollan drusas grandes a 10 años32. Enfermedad intermedia (categoría 3): Se ha definido por el AREDS como la presencia de drusas medias (63-124 µm) con gran extensión o una o más drusas grandes (>125 µm) en uno o ambos ojos. La progresión a enfermedad avanzada a 5 años es de 18% de acuerdo con el estudio AREDS original. Para pacientes con drusas grandes en 1 ojo, la progresión a enfermedad avanzada es 6.3%, mientras que para pacientes con drusas grandes múltiples bilaterales incrementa a 26% a 5 años. En el estudio de seguimiento a 10 años del AREDS, 36.5% de los pacientes desarrollaron drusas grandes cuando tuvieron drusas medias en 1 ojo en condiciones basales del estudio, 70% cuando se presentaron en ambos ojos. Cuando solo hubo drusas medias en ambos ojos, 13.8% progresaron a enfermedad avanzada a 10 años32. 18 Enfermedad avanzada (categoría 4): neovascularización o atrofia geográfica que involucra el centro del área macular. Existe alteración de la agudeza visual en el ojo afectado en todos los pacientes. En el estudio de “Beaver Dam”, 22% de los ojos contralaterales de pacientes con enfermedad avanzada desarrollaron cambios neovasculares o atrofia geográfica con involucro del centro foveal en un periodo de 5 años33. En el estudio AREDS, para pacientes con enfermedad avanzada en 1 ojo, el riesgo de progresión a enfermedad avanzada en el otro ojo a 5 años se determinó en 32.8% vs 9.1% cuando no hay enfermedad avanzada, la incidencia a 10 años fue de 8.6 a 61.1%, dependiendo ampliamente del fenotipo del mejor ojo; 8.6% con drusas pequeñas o sin drusas, 25.4% con drusas medias, 61.1% con drusas grandes o anormalidades en el EPR.32. El fenotipo de atrofia geográfica central, tendrá una o más zonas de atrofia bien demarcada del EPR y/o coriocapilar. Las drusas y otras anormalidades pigmentarias pueden rodear las áreas de atrofia. La pérdida visual severa, ocurre menos comúnmente y más lentamente en pacientes con atrofia geográfica que en pacientes con enfermedad neovascular. Sin embargo, cuando la zona de atrofia involucra el centro de la fóvea causa aproximadamente el 10% de los casos de pérdida visual relacionada a la enfermedad con agudeza visual < 20/200. Los pacientes con atrofia que no involucra el centro de la fóvea pueden tener buena visión a distancia y una disminución sustancial para realizar tareas con visión cercana como la lectura. Se ha reportado que estos pacientes doblan el ángulo de visión en un periodo de 2 años hasta en el 50% de los casos. También puede ocurrir neovascularización coroidea34. 19 MANIFESTACIONES CLÍNICAS. Síntomas: La enfermedad es asintomática en sus formas tempranas y se detecta son en examen de fondo de ojo rutinario. Los síntomas comunes en la presentación incluyen visión central borrosa, dificultad para leer, metamorfopsia, escotoma central o paracentral, anormalidades de la visión al color, problemas con deslumbramiento y alteraciones de la sensibilidad al contraste además de mala adaptación a la luz. La forma neovascular usualmente se presenta unilateral, con metamorfopsias y/o baja visual central súbita36. El estudio AREDS 2, incluyó 4 203 pacientes entre 50 y 85 años con alto riesgo de progresión a enfermedad avanzada definido por la presencia de drusas grandes bilaterales o drusas grandes en un ojo y enfermedad avanzada en el otro ojo seguidos por un promedio de 5 años. La agudeza visual basal en los ojos estudiados fue de 20/20 o mejor en 36.8%, <20/20-20/40 en 50.8%, < 20/40-20/80 en 8.6%, <20/80-20/160 en 1.5% y <20/200 en 2.3%. Los ojos no estudiados, debido a enfermedad avanzada inicial tuvieron agudeza visual de 20/20 o mejor en 5.6%, <20/20-20/40 en 25.2%, < 20/40-20/80 en 18.2%, <20/80-20/160 en 12.3% y <20/200 en 38.7% del total de 1300 ojos37. Signos: las drusas son depósitos amarillentos de detritos extracelulares localizados debajo del EPR. Usualmente se encuentran en área macular, pero pueden verse en cualquier parte de la retina; las drusas que se encuentran en el área macular son las que contribuyen al diagnóstico de la enfermedad. Las características de enfermedad seca ó no neovascular son múltiples drusas pequeñas o cualquiera de tamaño medio o grande en el área macular con o sin anormalidades del EPR. 20 El diámetro de las drusas puede compararse con el diámetro de las venas retinales normales en su entrada al nervio óptico, que corresponde a 125 µm en promedio. Las drusas se clasifican en duras y blandas como se comentó previamente. Otros cambios incluyen hiperpigmentación o hipopigmentación del EPR y presencia de atrofia geográfica. Hiperpigmentación focal en el área macular se asocia con mayor riesgo de enfermedad avanzada. Hipopigmentación focal puede ocurrir de forma aislada o en asociación con drusas. La atrofia geográfica se visualiza como un área demarcada por hiperpigmentación con visualización de los vasos coroideos subyacentes36. Los signos de enfermedad neovascular, se caracterizan por la presencia de neovascularización coroidea, puede ser debajo del EPR, debajo de la retina o menos frecuente dentro de la retina. Pueden verse exudados o acumulaciones de lípidos asociados, asícomo hemorragias a cualquier nivel de la retina. Desprendimientos ó desgarros del EPR. El estadio final es la formación de una cicatriz disciforme, con pérdida visual profunda irreversible36. 21 DIAGNÓSTICO. Biomicroscopía con lámpara de hendidura: el diagnóstico se basa principalmente en el examen clínico del área macular, con lente estereoscópico de 60, 90 y 78 dioptrías de uso manual, o lente de contacto. En la enfermedad no neovascular (seca) se visualiza directamente la presencia de drusas, cambios pigmentarios o zonas de atrofia. En la forma neovascular, elevación de la retina con contenido seroso, hemorragia macular, desprendimiento del epitelio pigmentado de la retina, líquido intra y/o sub- retiniano, exudados y membranas neovasculares visibles clínicamente son sugestivos de la enfermedad, sobre todo cuando hay cambios compatibles con la enfermedad en el ojo contralateral. Usualmente se requiere estudio de imagen para confirmar el diagnóstico36. Tomografía de coherencia óptica: técnica de imagen capaz de evaluar la morfología de la retina con resolución microscópica, capturando una “biopsia óptica”. Un meta-análisis publicado en 2014 con 4682 artículos identificados, de los cuales 179 reportes evaluados con 24 que cumplieron criterios de inclusión en términos de objetivo y diseño del estudio, participantes, estándar de referencia y resultados reportados, reportó una sensibilidad y especificidad para el OCT de dominio de tiempo para el diagnóstico de enfermedad neovascular de 88% y 78% respectivamente. Aunque hubo información insuficiente para valorar eficacia clínica del OCT comparado con angiografía con fluorosceína del fondo de ojo 38. 22 Un meta-análisis de 8 estudios determinó el rendimiento del OCT (3 dominio de tiempo (DT), 3 dominio espectral (DE), 1 ambos) la sensibilidad y especificidad del OCT-DT para detectar enfermedad neovascular activa fue de 70% y 65% respectivamente, el “likelihood ratio” y la razón de momios fueron menores al nivel sugestivo de evidencia fuerte, para el OCT de dominio espectral los datos fueron insuficientes para calcular estos índices; sólo se reportó una sensibilidad de 90-94% y especificidad de 27-47%. Hubo desacuerdo sustancial entre los resultados de OCT y la angiografía con fluorosceína del fondo de ojo para detectar enfermedad activa, se concluyó que son necesarios ambos métodos para el monitoreo de los pacientes39. La tomografía de coherencia óptica es importante en el diagnóstico y manejo de la enfermedad, respecto a determinar la presencia de líquido sub-retiniano y en documentar el grado de engrosamiento de la retina, puede revelar la presencia de líquido no aparente en biomicroscopía. También ayuda a evaluar la respuesta de la retina y el EPR al tratamiento permitiendo dar seguimiento a los cambios estructurales3. Es capaz de visualizar neovascularización coroidea. La forma clásica o tipo 2 que aparece en angiografía con fluorosceína se visualiza como lesiones hiperreflécticas anterior al EPR, mientras la forma oculta (tipo 1) aparece como lesiones hiperreflécticas debajo del EPR. El tipo 1 puede crear un desprendimiento fibrovascular del EPR, una elevación del EPR por material de densidad óptica variable. Estos tipos son difíciles de distinguir de la hemorragia por que también es hiperrefléctica 40, 41. La contracción de la neovascularización se asocia con formación de desgarros en el EPR, visibles en OCT como disrupción abrupta de la línea del EPR; el EPR a menudo aparece elevado e interrumpido donde ocurre el desgarro42. 23 La proliferación angiomatosa retiniana o neovascularización tipo 3, ocurre cuando hay una anastomosis entre los vasos normales dentro de la retina y debajo del EPR. En OCT, las lesiones se caracterizan por desprendimiento fibrovascular del EPR en asociación con líquido intrarretiniano. Ocasionalmente pueden observarse los vasos anormales de la lesión en el OCT43. La vasculopatía polipoidea coroidea tiene 2 variantes: una enfermedad distinta encontrada en personas jóvenes que es típica de la degeneración macular relacionada a la edad y sin otros hallazgos típicos de la enfermedad y una sub- forma de degeneración macular relacionada a la edad neovascular. En OCT, las redes de neovascularización se ven entre la membrana de Bruch y el EPR, elevando el EPR en parches irregulares amplios, mientras las lesiones polipoidales causan elevaciones más discretas del EPR44. Puede observarse desprendimiento seroso o hemorrágicos del epitelio pigmentado de la retina adyacente a las lesiones polipoideas. El grosor subfoveal coroideo en OCT se ha encontrado aumentado en comparación con otras formas de degeneración neovascular45. Angiografía con fluorosceína: Actualmente el estándar de oro para diagnóstico de neovascularización coroidea. Es una secuencia de imágenes capturadas del fondo de ojo en un periodo de 10 minutos después de la inyección de fluorosceína no tóxica intravenosa en el brazo del paciente46. Indicado cuando el paciente presenta metamorfopsias o tiene baja visual inexplicable, cuando el examen clínico revela elevación del EPR o retina, edema macular, sangre subrretinal, exudados, fibrosis, o el estudio de OCT muestra líquido. 24 También es de utilidad para detectar la presencia de y determinar la extensión, tipo, tamaño y localización de la neovascularización coroidea, para detectar enfermedad persistente o recurrente u otras enfermedades seguidas al tratamiento. Ayuda en determinar la causa de pérdida visual que no se explica por el examen clínico. Debe realizarse siempre que se sospeche neovascularización en base a síntomas o hallazgos oculares, interpretada por personal con experiencia en el manejo de pacientes con enfermedad neovascular. Los riesgos potenciales asociados al procedimiento son infiltración tisular (por extravasación de la sustancia de la vena), dolor, reacciones alérgicas, muerte por anafilaxia en aproximadamente 1 en 200 000 pacientes3. Mediante este estudio, la enfermedad neovascular se clasifica como clásica, oculta, predominantemente clásica, mínimamente clásica o lesiones mixtas. También puede ocurrir desprendimiento seroso o hemorrágico de la retina neurosensorial o el EPR, y/o varias etapas de cicatriz disciforme elevada. Otros subtipos clínicos de o características de enfermedad neovascular pueden incluir vasculopatía polipoidea coroidal idiopática35, que debe sospecharse en pacientes con lesiones polipoides naranjas, sobre todo en pacientes de descendencia asiática o africana. Las lesiones a menudo se localizan en la región peripapilar, otra de las variantes es la proliferación angiomatosa retinal, ya comentada. 25 MANEJO. Detección: Todo paciente con enfermedad temprana debe evaluarse con prueba de visión mono-ocular con rejilla de Amsler, además de revisiones periódicas de fondo de ojo bajo dilatación para detectar enfermedad intermedia. El tratamiento con antioxidantes descrito en el estudio AREDS y AREDS2 debe iniciarse cuando hay enfermedad intermedia o avanzada en por lo menos un ojo. Pacientes con fenotipo de alto riesgo deben identificar síntomas de neovascularización para solicitar valoración oportuna y tratamiento. El seguimiento de pacientes con riesgo aumentado de progresión a enfermedad avanzada consiste en: 1.- Detección temprana de lesiones neovasculares asintomáticas tratables que podrían mejorar la agudeza visual; 2.- Educación acerca del régimen de prevención y uso de suplementos nutricionales de acuerdo con el estudio AREDS2; 3.- Refuerzo de la necesidad de auto-monitoreo y evaluación oportuna de nuevos síntomas. La detección y tratamiento de enfermedad neovascular en etapas tempranas en promedio se asocia con mejor pronóstico visual a largo plazo comparado con enfermedad en etapas más avanzadas3.Tratamiento de neovascularización coroidea: el tratamiento actual es a base de medicamentos que bloquean la actividad del factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF, por sus siglas en inglés) tales como Bevacizumab, Ranibizumab y Aflibercept. Pueden estabilizar potencialmente la agudeza visual en 95% de los ojos. Se ha mencionado que el principal predictor para el pronóstico visual seguido al tratamiento es la agudeza visual al momento de iniciar el tratamiento54. 26 Pacientes con peor agudeza visual tienen más probabilidad de ganar más letras de visión, pero su agudeza visual final tiende a ser peor que aquellos que iniciaron tratamiento con buena agudeza visual y ganaron menos letras seguido al tratamiento 47-49. El estudio MARINA en 2006, se realizó en pacientes con neovascularización de tipo oculta o mínimamente clásica con esquema de inyección intravítrea mensual de Ranibizumab 0.3 mg y 0.5 mg por 2 años, reportó que al año 94% de los pacientes perdieron < 15 letras de AV basal. AV mejoró en >15 en 24.8-33.8%, el promedio de mejoría en AV fue de 6.5-7.2 letras, se mantuvo el beneficio a los 2 años50. El estudio ANCHOR (para el tratamiento de lesiones predominantemente clásicas) con un esquema de inyección mensual intravítrea con Ranibizumab 0.3 mg por 2 años. Con un 90% de pacientes que perdieron <15 letras de AV basal, una ganancia de >15 letras de AV basal en 34.3%, cambio en la agudeza basal promedio con mejoría de 8.1 letras, con beneficio desde la primera dosis. A los 2 años el porcentaje de pacientes con AV 20/200 o peor fue de 22.9%. solo 1.4% experimentaron pérdida visual severa (>30 letras.) comparado con la AV basal51. Los ensayos clínicos CATT y IVAN compararon el efecto de Bevacizumab con Ranibizumab a 1 y 2 años de seguimiento. El estudio CATT encontró un promedio de mejoría de AV de 6.8 y 8.5 letras con Ranibizumab esquema mensual y conforme sea necesario respectivamente. AV de pacientes que recibieron Bevacizumab mejoro en promedio 8 y 5.9 letras para esquema mensual y conforme sea necesario respectivamente52. 27 El estudio IVAN reporto que después de 2 años de seguimiento, la Agudeza Visual de pacientes que recibieron Ranibizumab mejoró 4.9 vs 4.1 letras en promedio para Bevacizumab53. Aflibercept con esquema de inyección intravítrea bimensual, ha reportado tasas similares de resultados en mejoría visual y remisión de las lesiones en comparación con Ranibizumab, actualmente se está estudiando como segunda línea para casos no respondedores a Ranibizumab o Bevacizumab54. 28 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. La degeneración macular relacionada con la edad es una de las principales causas de ceguera irreversible en los adultos mayores de 50 años, con una incidencia en aumento dada la tendencia de la pirámide poblacional. La agudeza visual es un indicador de enfermedad avanzada, también se ha visto que influye en el pronóstico visual posterior al tratamiento. Conocer el estado de la agudeza visual al momento del diagnóstico de la enfermedad es de utilidad en la toma de decisiones para el diagnóstico y tratamiento, así como en la indicación de realizar estudios complementarios y dirigir estrategias para la detección de formas tratables de la enfermedad y su manejo oportuno. JUSTIFICACIÓN. La degeneración macular relacionada con la edad causa el 7% de la ceguera y el 3% de la deficiencia visual en el mundo. Con una prevalencia estimada de 8.6% en personas entre 45 y 85 años. Es necesario conocer la agudeza visual que se encuentra al momento del diagnóstico para gestionar recursos y plantear estrategias para detección y manejo oportuno de la enfermedad. Este es el primer estudio en México que aporta información acerca de la agudeza visual al momento del diagnóstico de la enfermedad, servirá de base para el desarrollo de estudios tanto retrospectivos como prospectivos. Al ser un estudio descriptivo el mayor recurso requerido es el tiempo en la recolección de datos, no requiere uso de equipo especial y tampoco personal capacitado más allá del investigador principal. 29 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN. ¿Cuál es la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de degeneración macular relacionada a la edad?? OBJETIVO GENERAL. Identificar la agudeza visual mejor corregida en los pacientes al momento del diagnóstico de Degeneración macular relacionada a la edad. OBJETIVOS PARTICULARES. Identificar la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad. Describir la distribución de las formas clínicas de la enfermedad en pacientes conocidos con el diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad. Describir la distribución por edad de las diferentes formas clínicas de la enfermedad. Identificar la prevalencia de los factores de riesgo descritos en la literatura relacionada con la enfermedad. 30 METODOLOGÍA. Se presenta un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, transversal, abierto donde se revisaron los expedientes de todos los pacientes con diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad del Hospital Juárez de México, atendidos de enero 2013 a junio de 2017. Se incluyeron todos los pacientes con diagnóstico de degeneración macular relacionada a la edad de cualquier género, cualquier edad con expediente completo. Dentro de las variables se consideró la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de la enfermedad, definida como la mínima agudeza resolvible, que se refiere a la separación angular entre objetos vecinos que puede resolverse, corresponde a 1 minuto de arco (0.017 grados). Considerando como definición operacional la máxima agudeza visual con defecto refractivo corregido. La unidad de medición utilizada fue la escala logarítmica de mínimo ángulo de resolución. (LogMAR). Se tomaron como variables de control: edad, género, presencia o no de diabetes mellitus, hipertensión arterial sistémica, retinopatía diabética y/o edema macular diabético. Pruebas estadísticas: Se determinaron los promedios y desviación estándar de la variable cuantitativa en cada uno de los tipos de degeneración macular relacionada con la edad. Se calcularon intervalos de confianza del 95%. Todos los datos fueron almacenados y analizados con el programa SPSS edición 21 para Windows. 31 RESULTADOS. Se evaluaron los expedientes de pacientes con diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad vistos en consulta de enero 2013 a junio 2017 en el servicio de Oftalmología del Hospital Juárez de México, se obtuvieron un total de 114 expedientes, 105 pacientes tuvieron enfermedad bilateral, 9 pacientes con afección unilateral, con un total de 219 ojos con la enfermedad. Dentro de las comorbilidades asociadas se encontró: 14 ojos de pacientes diabéticos (24.6%), retinopatía diabética sólo en 5 ojos (8.8%), 3 ojos (5.3%) con diagnóstico de edema macular diabético. De los 114 pacientes, 59 tuvieron hipertensión arterial sistémica (29.6%), en el caso de los pacientes con enfermedad neovascular, se encontró en 31 ojos (54.4%) contra 26 ojos (45.6%) en pacientes no hipertensos. La forma no neovascular o “seca” se encontró en 162 ojos (73.97%, I.C.95% 68.16 a 79.78), la forma neovascular se encontró en 57 ojos de 48 pacientes (26%, I.C.95% 20.19 a 31.81) al momento del diagnóstico de la enfermedad. De los ojos con degeneración macular relacionada con la edad de tipo neovascular, 24 ojos afectados correspondieron a pacientes de género masculino con (42.1%, 31.8% ojo derecho, 48.6% ojo izquierdo), 33 ojos afectados del género femenino (57.9%, 68.2% ojo derecho, 51.4% ojo izquierdo). La edad tuvo un rango de 56 a 98 años, con un promediode 79.75 años desviación estándar (D.E.) ± 8.79 años. Con respecto al estado del cristalino, de los 219 ojos, 80 (36.5%) tuvieron lente intraocular, 27 (12.3%) opacidad de cristalino que afecta la visión, 112 (51.1%) opacidad que no afecta la visión. 32 En los pacientes con enfermedad neovascular; se encontró lente intraocular en 22 ojos (38.59%, 11 ojo derecho, 11 ojo izquierdo), solo 5 ojos (8.7%) con opacidad que afecta la visión (3 ojo derecho, 2 ojo izquierdo), 30 ojos (52.6%) con opacidad que no afecta la visión (8 ojo derecho, 22 ojo izquierdo). La agudeza visual mejor corregida promedio considerando ambas formas de la enfermedad se encontró en 0.6165 en escala LogMAR (20/80 en equivalente Snellen). En los pacientes con enfermedad neovascular al momento del diagnóstico, tuvo un rango de 0 a 3.00 en promedio 1.036 ±0.695 (20/200 en equivalente Snellen). Después de los tratamientos la agudeza visual tuvo un rango en LogMAR de 0 a 3.00 con un promedio de 1.14 ± 0.88 (20/200 en equivalente Snellen). El manejo inicial de los pacientes con enfermedad neovascular fue observación en 9 casos (15.8%, I.C.95% 6.33 a 25.27), aplicación de Bevacizumab intravítreo en 34 casos (59%, I.C.95% 46.23 a 71.77), solicitud de estudios de gabinete; tomografía de coherencia óptica y fluoroangriografía de retina en 12 casos (21.1%, I.C.95% 10.51 a 31.69), suplementos vitamínicos y pigmentos maculares en 2 casos (3.5%, I.C.95% 0 a 8.27). En los casos que se aplicó Bevacizumab intravítreo, la agudeza visual en LogMAR tuvo un rango de 0.2 a 2.3 con un promedio de 0.95 ± 0.65; después de la aplicación del tratamiento la agudeza visual tuvo un rango de 0 a 3.00, con un promedio de 0.89 ± 0.89 (20/160 en equivalente Snellen). En dieciocho casos de la aplicación de tratamiento, la agudeza visual mejoró en los pacientes (56.3%, I.C.95% 39.63 a 72.97); la cual no difirió significativamente de los casos en los que no se aplicó el tratamiento (p=0.07). 33 DISCUSIÓN. El promedio de la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de la enfermedad fue 20/80 (logMAR 0.6165) en el total de la muestra y de 20/200 (LogMAR 1.036) en los casos de degeneración macular del tipo neovascular, donde sólo el 59% de ellos recibió tratamiento con Bevacizumab intravítreo. El promedio de agudeza visual mejor corregida que se ha reportado en otros estudios no varía en los casos cuando la agudeza visual igual o mejor a 20/80; donde se ha reportado una agudeza visual de 20/20 o mejor en 5.6% y en nuestro estudio fue del 7%, I.C. 95% 0.38 a 13.62, <20/20-20/40 en 25.2% vs 15.8% (I.C.95% 6.33 a 25.27), < 20/40-20/80 en 18.2% vs 14.1% (I.C.95% 5.07 a 23.13), 20/80-20/160 en 12.3% vs 3.5% (I.C.95% 0 a 8.27). En nuestro estudio se encontró mayor frecuencia de agudeza visual mejor corregida menor o igual a 20/200 que corresponde a ceguera legal; y <20/200 solo en 38.7% vs 54.6% (I.C.95% 41.67 a 67.53)37. Si bien es cierto que el estado del cristalino puede dificultar o impedir el diagnóstico de la enfermedad, de todos los casos 27 ojos (12.3%) y solo 5 ojos con enfermedad neovascular (8.7%) tuvieron opacidad de cristalino que disminuyó su capacidad visual, 22 ojos (38.5%) tuvieron lente intraocular y 30 ojos (52.6%) con opacidad de cristalino que no causaba disminución de la capacidad visual. 34 La mayoría de los pacientes incluidos fueron del género femenino (72 vs 42), sin embargo, en el tipo neovascular se encontró con mayor frecuencia en el género masculino (57.14%), que difiere un poco de lo reportado en la literatura, ya que se ha reportado que podría existir mayor riesgo de enfermedad neovascular en mujeres57. El promedio de edad al diagnóstico fue de 79.75 años lo que corresponde a lo reportado en la literatura, donde existe incremento en la prevalencia por encima de los 50 años19. La comorbilidad más frecuente fue hipertensión arterial sistémica, encontrada en 51.8% de todos los casos, y en 54.4% de los ojos con enfermedad neovascular, lo que no difiere de la población general donde para el grupo de edad de 70-79 años la prevalencia de hipertensión arterial es de 55.9%, según la Encuesta nacional de salud y nutrición (ENSANUT) reportada en 2012, algunos estudios han atribuido la hipertensión arterial como factor de riesgo para la enfermedad19. El 30.7% de los pacientes fueron diabéticos, esto es mayor a lo reportado en la población general para el grupo de edad de 70-79 años que es del 24.7% según la ENSANUT 2012, para los casos de enfermedad neovascular de los 57 ojos afectados, 14 tenían diabetes mellitus (24.6%), lo que no difiere de la población general56. La enfermedad no causa disminución de la agudeza visual en etapas tempranas y tampoco en etapas tardías cuando el involucro es extrafoveal33.Con este estudio se puede identificar que hasta el 31% de los casos de la enfermedad pueden ser del tipo neovascular, que es la forma que puede tener un tratamiento con el uso de antiangiogénicos y un mejor pronóstico visual. 35 Los resultados reflejan que en nuestra población existe un retraso en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad lo que disminuye la probabilidad de tener un buen pronóstico de la enfermedad. Lo que sugiere la necesidad de crear estrategias de prevención para poder identificar los casos en etapas tempranas de la enfermedad y favorecer el desenlace visual. Una de las fortalezas del estudio es el número de casos encontrados de la enfermedad ya que la prevalencia reportada es muy baja. Una de las limitaciones del estudio fue que la información fue recabada de expedientes clínicos que no permitía obtener más información sobre las características de la enfermedad que las reportadas previamente. 36 CONCLUSIONES. El promedio de agudeza visual mejor corregida en los casos de degeneración macular relacionada a la edad de cualquier tipo fue de 0.6165 en escala LogMAR (20/80 en equivalente Snellen). Más del 50% de los casos de degeneración macular relacionada con la edad del tipo neovascular tienen una agudeza visual mejor corregida ≤ 20/200 (1.0 en escala de LogMAR), que corresponde a ceguera legal. 37 REFERENCIAS. 1. Haab O. Erkrankungen der Macula Lutea, Centralblat Augenheilkd 1885;9:384-391. (Cited by Duke-Elder, S: System ofophthalmology, vol 9, London, 1966, Kimpton. 2. Bird AC, Bressler NB, Bressler SB, et al. An international classification and grading system for age-related maculopathy and age-related macular degeneration. Surv Ophthalmol 1995;39:367–74. 3. 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