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Estado-de-la-agudeza-visual-al-momento-del-diagnostico-de-degeneracion-macular-relacionada-con-la-edad

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO 
 
 
 
ESTADO DE LA AGUDEZA VISUAL AL 
MOMENTO DEL DIAGNÓSTICO DE 
DEGENERACIÓN MACULAR RELACIONADA 
CON LA EDAD 
 
 
 
TESIS 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 ESPECIALISTA EN MEDICINA (OFTALMOLOGÍA) 
 
 
 
P R E S E N T A : 
ROMÁN RAMÍREZ MARÍN 
 
 
ASESOR DE TESIS: 
DRA. EN C. DULCE MILAGROS RAZO BLANCO 
HERNÁNDEZ 
 
 
 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, NOVIEMBRE 2017. 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
1 
 
ÍNDICE. 
Glosario ........................................................................................................ 3 
Resumen/ Abstract. ...................................................................................... 4 
Antecedentes ............................................................................................... 7 
 Concepto ................................................................................................. 7 
 Clasificación ............................................................................................. 8 
 Epidemiología .......................................................................................... 9 
 Factores de riesgo .................................................................................... 11 
 Patogénesis .............................................................................................. 13 
 Historia natural de la enfermedad ........................................................... 18 
 Manifestaciones clínicas .......................................................................... 20 
 Diagnóstico .............................................................................................. 22 
 Manejo .................................................................................................... 26 
Planteamiento del problema ........................................................................ 29 
Justificación .................................................................................................. 29 
Pregunta de investigación ............................................................................ 30 
Objetivos ...................................................................................................... 30 
Metodología ................................................................................................. 31 
Resultados .................................................................................................... 32 
Discusión ...................................................................................................... 34 
Conclusiones ................................................................................................ 37 
Referencias .................................................................................................. 38 
 
 
2 
 
GLOSARIO. 
Atrofia geográfica: f. área demarcada por cambios hipopigmentarios o 
hiperpigmentarios y visualización de vasos coroideos subyacentes. 
Coriocapilar: f. capa interna de la coroides, compuesta ampliamente de 
capilares, inmediatamente adyacente a membrana de Bruch. 
Disciforme: adj. que tiene forma de disco. Cicatriz en área macular. 
Drusa: nódulos amarillentos de material hialino, compuestos de proteínas y 
lípidos degenerados, depósitos cristalinos de calcio y aminoácidos, cuerpos 
residuales y segmentos externos de fotorreceptores parcialmente digeridos 
se depositan entre el EPR y la MB. 
Epitelio pigmentado de la retina (EPR): monocapa de células poligonales que 
se extiende desde el nervio óptico hasta la ora serrata, en contacto con los 
fotorreceptores en su superficie interna y con la membrana de Bruch en 
superficie externa. 
Escotoma: m. zona del campo visual con disminución o pérdida de la 
sensibilidad visual. 
Fóvea: f. Zona deprimida en la superficie interna de la retina en el polo 
posterior que concentra la mayor densidad de conos, lugar donde se 
consigue la mayor agudeza visual. 
Macula: f. zona con una coloración amarillenta en el polo posterior del ojo, 
comprendida entre las arcadas vasculares temporales. 
Maculopatía: f. Degeneración de la mácula lútea. 
Membrana de Bruch (MB): f. Estructura localizada entre el epitelio 
pigmentado de la retina y la capa coriocapilar, tiene 5 capas: membrana 
basal del EPR, zona de colágeno interna, zona elástica intermedia, zona de 
colágeno externa y membrana basal de la coriocapilar. 
Metamorfopsias: Distorsión en la percepción de la imagen. 
Neovascularizacion: f. Desarrollo de vasos sanguíneos nuevos a partir de 
vasos preexistentes. 
3 
 
RESUMEN. 
Antecedentes. La degeneración macular relacionada con la edad causa el 7% 
de la ceguera y el 3% de la deficiencia visual en el mundo. La prevalencia es de 
8.6% en personas entre 45 y 85 años, es una de las principales causas de 
ceguera irreversible en adultos >50 años, es incurable. El tratamiento es 
basado en la etapa de la enfermedad, enfocado a disminuir la progresión a 
enfermedad avanzada en etapas intermedias, así como el tratamiento de 
enfermedad avanzada neovascular. La agudeza visual es el indicador de 
enfermedad avanzada más fácilmente identificable. 
Objetivo. Determinar la agudeza visual mejor corregida al momento del 
diagnóstico de la enfermedad. 
Material y Métodos. Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, 
transversal, abierto. Se llevó a cabo una revisión del expediente clínico de todo 
paciente con diagnóstico de cualquier forma de la enfermedad, cualquier 
género, cualquier edad, de enero 2013 a junio 2017 en el Hospital Juárez de 
México. 
Resultados. Se evaluaron 114 expedientes con 219 ojos afectados, 73.97% 
correspondieron a la forma no neovascular y 26% a la forma neovascular. La 
edad promedio al diagnóstico fue de 79.7 años. La agudeza visual mejor 
corregida fue 0.61 en escala LogMAR (20/80 equivalente Snellen) 
considerando ambas formas de la enfermedad, los pacientes con enfermedad 
neovascular se presentaron con agudeza visual de 1.03 en escala LogMAR 
(20/200, equivalente Snellen). No se encontró mayor frecuencia de diabetes 
mellitus ni de hipertensión arterial en los pacientes casos estudiados. 
4 
 
Conclusión. El promedio de agudeza visual mejor corregida fue de 0.6165 en 
escala LogMAR (20/80 en equivalente Snellen). Más del 50% presentó una 
agudeza visual al momento del diagnóstico considerada ceguera legal. 
 
ABSTRACT. 
Background. 7% of blindness and 3% of visual impairment in the world are 
associated to Age-related macular degeneration. The prevalence between 45 
and 85 years old is 8.6%; is one of the main causes of irreversible blindness in 
adults> 50 years. Treatment is based on the stage of the disease, the aimed is 
to diminish the progression of the disease, as well as treat advanced 
neovascular disease. Visual acuity is the most easily identifiable indicator of 
advanced disease. 
Aim. To determine best corrected visual acuity at the time of diagnosis of the 
disease. 
Methods. An observational, descriptive, retrospective, transversal, open study 
was conducted. A clinical file review of all patients diagnosed with any form of 
the disease, any gender,any age, from January 2013 to June 2017 at Hospital 
Juarez de Mexico was executed. 
Results. 114 cases were evaluated with 219 affected eyes, 73.97% 
corresponded to the non-neovascular form and 26% to the neovascular form. 
114 cases were evaluated with 219 affected eyes, 73.97% corresponded to the 
non-neovascular form and 26% to the neovascular form. 
 
 
5 
 
The mean age at diagnosis was 79.7 years. The best corrected visual acuity was 
0.61 on LogMAR scale (20/80 Snellen equivalent) considering both forms of 
the disease, patients with neovascular disease presented visual acuity of 1.03 
on LogMAR scale (20/200, Snellen equivalent). No higher frequency of 
diabetes mellitus or arterial hypertension was found in the patients studied. 
 
Conclusion. The mean best corrected visual acuity was 0.6165 logMAR scale. 
More than 50% of the sample had a visual acuity at the moment of diagnosis 
considered legal blindness. 
 
6 
 
ANTECEDENTES. 
CONCEPTO. 
La degeneración macular relacionada con la edad fue reconocida como 
entidad clínica por primera vez en 1885 por Otto Haab, como cambios atróficos 
y pigmentarios en el área macular, con alteración progresiva de la visión en 
pacientes mayores de 50 años1. Gass en 1967, señaló que las drusas, la 
degeneración macular senil y la degeneración macular disciforme representan 
la misma enfermedad. En 1990 se propuso una distinción entre maculopatía 
relacionada a la edad temprana y tardía, la forma temprana no se consideró 
patológica, la enfermedad comprendía: atrofia geográfica y enfermedad 
neovascular. 
En 1995 es definió como un trastorno degenerativo en personas mayores de 
50 años, caracterizado por la presencia de anormalidades en área macular: 
drusas suaves > 63 µm, hiperpigmentación y/o hipopigmentación del epitelio 
pigmentado de la retina, desprendimiento del epitelio pigmentado de la retina 
y desprendimiento neurosensorial asociado, hemorragias retinianas, atrofia 
geográfica del epitelio pigmentado de la retina o cicatrización fibrosa retinal 
en ausencia de otros trastornos de la retina. Se definió enfermedad temprana 
por la presencia de drusas y anormalidades del epitelio pigmentario; 
enfermedad tardía incluyó la forma seca: atrofia geográfica en ausencia de 
neovascularización, ó neovascular: desprendimiento del epitelio pigmentado 
de la retina, hemorragias, y/o cicatrices en retina.2 Actualmente también se 
incluyen como variantes de enfermedad neovascular la vasculopatía polipoidal 
coroidea y la proliferación angiomatosa retiniana3. 
7 
 
CLASIFICACIÓN. 
Propuesta por el estudio de enfermedades oculares asociadas a la edad, 
AREDS (por sus siglas en inglés). Categoría 1: No DMRE; drusas <63 µm o 
ausencia de las mismas. Categoría 2: DMRE temprana, combinación de 
múltiples drusas pequeñas, pocas intermedias (63-124 µm), o anormalidades 
del EPR leves. Categoría 3: DMRE intermedia: numerosas drusas intermedias 
ó por lo menos 1 drusa grande (>125 µm), atrofia geográfica que no involucra 
el centro de la fóvea. Categoría 4: DMRE avanzada, uno o más de los siguientes 
hallazgos en un ojo, en ausencia de otras causas: Atrofia geográfica del EPR 
que involucra el centro foveal ó maculopatía neovascular4. 
En 2013, un grupo de expertos publicó un sistema internacional de 
clasificación basado en lesiones evaluadas dentro de 2 diámetros de disco de 
la fóvea en personas mayores de 55 años. Personas sin drusas o anormalidades 
del epitelio pigmentario deberían considerarse sin signos de degeneración 
macular. Personas con drusas pequeñas (<63 µm), se consideraron signos 
normales de envejecimiento sin relevancia clínica. Personas con drusas medias 
(63-125 µm) pero sin anormalidades del epitelio pigmentado se consideraron 
enfermedad temprana. Drusas grandes o anormalidades pigmentarias 
asociadas con por lo menos una drusa media, se consideraron enfermedad 
intermedia. Personas con forma neovascular o cualquier forma de atrofia 
geográfica corresponden a enfermedad tardía. El riesgo a 5 años de progresar 
a enfermedad tardía se estimó con un incremento de 100 veces, de 0.5 % a 5 
años para cambios normales a 50% para el grupo de riesgo con enfermedad 
intermedia5. 
8 
 
EPIDEMIOLOGÍA. 
Mundialmente, un meta-análisis que incluyó población de 45-85 años; mostró 
una prevalencia de enfermedad temprana 8.01%, enfermedad tardía 0.37% y 
cualquier forma 8.69%. Causa el 7% de la ceguera y el 3% de la deficiencia 
visual en el mundo en este grupo de edad. El número proyectado de pacientes 
con la enfermedad para 2020 se determinó en 196 millones, con un 
incremento a 288 millones para 20406. Otro estudio señaló que en 2010 había 
32.4 millones de ciegos y 191 millones con alteración visual, 2.1 millones y 6 
millones debido a enfermedad macular respectivamente7. 
En la India en 2016, se reportó una prevalencia de enfermedad temprana de 
20.91% en la población rural, y de enfermedad tardía de 2.26% y 2.32% en 
población rural y urbana respectivamente8. Australia en 1995, reportó una 
prevalencia de etapa tardía en 1.9% de la población con 0% en personas <55 
años a 18.5% en mayores de 85 años9. Otro estudio realizado en Chinos 
americanos mayores de 50 años en 2013, reportó una prevalencia de 
enfermedad temprana de 5.8% en personas de 50 a 59 años, 17.6% con >80 
años y una prevalencia de enfermedad avanzada 0.2% a 1.0% 
respectivamente, con enfermedad neovascular en 85.7% y atrofia geográfica 
en 14.3%10. 
En Reino Unido, en 2012 la prevalencia de enfermedad tardía fue 2.4%, 4.8% 
para >65 años, 12.2% en > 80 años. Se encontró atrofia geográfica en 1.3% en 
general, 2.6% para >65 años y 6.7% en >85 años, neovascularización en 1.2%, 
2.5% y 6.3% respectivamente. 
9 
 
La incidencia anual de enfermedad tardía, atrofia geográfica y 
neovascularización por 1000 mujeres fue de 4.1%, 2.4% y 2.3% 
respectivamente; en hombres 2.6%, 1.7% y 1.4% respectivamente. Se 
estimaron 71 000 nuevos casos de enfermedad tardía por año11. 
Estados Unidos en 2011, en pacientes >40 años reportó una prevalencia de 
cualquier forma de enfermedad en 6.5%, enfermedad tardía fue de 0.8%, 
individuos de raza negra no hispanos de 60 años tuvieron menor prevalencia 
de cualquier forma de enfermedad los de raza blanca no hispanos12. 
 
De acuerdo con el estudio de Los Ángeles, que incluyó 4876 participantes 
latinos de una comunidad urbana de Estados Unidos en California, con edad 
>40 años, el 90.3% no tuvieron degeneración macular relacionada a la edad. 
9.7% tuvieron cualquier forma de enfermedad, con 9.3% enfermedad 
temprana y 0.4% enfermedad tardía13. 
Australia en 2015 mostró la incidencia y progresión de la enfermedad a 15 
años, con una incidencia de 13.1% para enfermedad temprana y 3.3 % para la 
forma tardía14. El estudio de “Beaver Dam” en Estados Unidos, en personas de 
43 a 86 años con evaluaciones cada 5 años durante 15 años, reportó una 
incidencia de enfermedad temprana de 14.3 % y de enfermedad tardía de 3.1% 
en general, con un incremento a 7.6% en pacientes mayores de 75 años15. 
 
 
 
10 
 
FACTORES DE RIESGO. 
Edad: la prevalencia aumenta con la edad, iniciando después de los 50 años, 
con un aumento por encima de los 65 años de edad. 
Tabaquismo: el fumador actual tiene riesgo relativo 4 veces mayor de 
enfermedad tardía comparado con los que nunca fumaron, también asociado 
con progresión de enfermedad temprana a enfermedad avanzada, e involucro 
bilateral. Existe relación dosis respuesta y el riesgo persiste después de 
suspender el tabaquismo de 15 a 20 años16, 17. En Asia, para los pacientes de 
45 a 79 años de edad el riesgo de enfermedad neovascular fue 50% mayor que 
en pacientes que nunca fumaron, con riesgo mayor entre fumadores actuales 
que en los previos, también la duración y cantidad se asoció con mayor 
incidencia de forma neovascular con una relación dosis dependiente18. 
Un meta-análisismostró que la edad, tabaquismo (RR 1.86; 95% CI 1.27 - 2.73), 
cirugía de catarata previa (RR 3.05; CI 2.05 - 4.55), historia familiar de 
degeneración macular (OR 6.18; 95% CI 1.94 - 6.61), son factores con 
asociación alta, factores como índice de masa corporal sobrepeso/obeso (RR 
1.28; 95% CI 0.98 - 1.67), historia de enfermedad cardiovascular (RR 1.22, 95% 
CI 0.92 - 1.63), hipertensión y nivel de fibrinógeno alto en plasma mostraron 
asociación moderada y consistente, otros factores con asociaciones débiles e 
inconsistentes fueron el género, etnia, presencia de diabetes, color del iris, 
historia de enfermedad cerebrovascular, colesterol total y lipoproteínas de 
alta densidad, así como el nivel sérico de triglicéridos19. 
 
11 
 
En Noruega, un estudio realizado en pacientes caucásicos de 65 a 87 años de 
edad, evaluó la asociación de factores de riesgo cardiovascular no encontró 
una relación clínicamente significativa entre la degeneración macular tardía y 
los niveles de lípidos en suero, la presencia de diabetes mellitus, sobrepeso, 
obesidad, circunferencia de cintura, nivel de educación, así como cifras de 
tensión arterial sistólica elevadas y nivel de actividad física20. 
En cuanto a factores genéticos, aquellos individuos con un alelo con 
sustitución de histidina por tirosina en posición 402 del gen CFH (CFH Y402H) 
en el cromosoma 1 tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad con un 
OR de 2.45 para un alelo y 3.33 cuando son portadores de 2 alelos, siendo 
mayor 3.45 y 5.57 respectivamente para el desarrollo de enfermedad 
neovascular, el porcentaje de riesgo es 43% para el portador de 1 alelo21. 
Estudios recientes han analizado la tasa de progresión de enfermedad 
intermedia a enfermedad avanzada, demostrando que individuos con 2 copias 
de alelo de riesgo del gen CFH progresan más rápido que aquellos con una 
copia, aunque son asociaciones con efecto moderado (Hazzard Ratio: 1.6)22. 
Los individuos de raza blanca tienen mayor incidencia de drusas > 65 µm en la 
zona macular central que los de raza negra 36% vs 28%, así como drusas 
grandes (>125 µm) 11% vs 5%, 3 veces más hiperpigmentación. La forma 
neovascular se presentó en 1.7% de individuos de raza blanca y 1.1% en los de 
raza negra, atrofia geográfica fue más común en blancos 1.8% vs 0.3% ajustado 
por edad23. 
 
12 
 
En Estados Unidos, se reportó que las personas de raza blanca tuvieron la 
mayor prevalencia de enfermedad no exudativa 5.40%, seguido por 
americanos asiáticos 5.04%, latinos 3.81% y negros 3.62%. La incidencia 
también fue mayor en blancos 1.18%, americanos asiáticos 1.17%, seguido por 
latinos 0.79%, y negros 0.72%. La prevalencia de enfermedad exudativa en 
blancos 0.84%, menor en latinos 0.59%, americanos asiáticos 0.49% y negros 
0.47%24. 
 
PATOGÉNESIS. 
Las drusas representan los primeros cambios visibles clínicamente en el fondo 
de ojo, asociadas o no a la enfermedad. Aparecen como puntos blanco-
amarillentos en el área macular, paramacular y periferia de la retina. La 
enfermedad se asocia con 2 tipos de drusas, con diferentes apariencias clínicas 
y diferente pronóstico. 
Drusas Duras: pequeños nódulos amarillentos con márgenes discretos. 
Consisten en material hialino, presentes a cualquier edad. Numerosas drusas 
duras son un factor de riesgo independiente para pérdida visual en la 
enfermedad. Se desarrollan por acumulación del citoplasma entre la 
membrana basal y el epitelio pigmentado de la retina (EPR) por un proceso 
similar a la apoptosis, estos sitios de acumulación se encuentran en todas las 
edades, indicando un fenómeno normal del envejecimiento25. En ojos con 
drusas duras, pequeñas, la membrana de Bruch es mas gruesa, aparece como 
un arco de microdrusas o elevaciones redondas de 2 µm de diámetro y 
compuestas de material amorfo denso. 
13 
 
Todos los tipos de drusas desaparecen en el tiempo, estas áreas pueden ser 
reemplazadas por manifestaciones más severas de la enfermedad. 
Drusas blandas: son estructuras vesiculares granulares >63 µm con bordes 
indistintos. Los tipos incluyen desprendimientos localizados de depósitos 
basales laminares con o sin depósitos basales lineales. Tienden a ser 
confluentes, el cual es un factor de riesgo independiente para la enfermedad26. 
Múltiples drusas confluentes pueden crear grandes desprendimientos del EPR 
y conducir a formación de neovascularización coroidea. Se relacionan con 
progresión a enfermedad exudativa 5 o mas drusas, drusas > 63 µm y 
confluencia de las mismas27. 
 
Composición de las drusas: histológicamente se componen de sustancia 
granular, partículas de proteínas y lípidos degenerados, depósitos cristalinos 
de calcio y aminoácidos, cuerpos residuales y segmentos externos de los 
fotorreceptores parcialmente digeridos. Componentes del sistema del 
complemento, incluyendo C3, C5 y el complejo de ataque a membrana (C5b-
9). Alteraciones en la regulación del complemento conducen a aumento en la 
reactividad del complemento que puede causar daño mediado por 
mecanismos inmunológicos. Un polimorfismo en el factor H se ha descrito 
como un factor de riesgo para el desarrollo y progresión de la enfermedad21,22. 
 
 
14 
 
Cambios en el epitelio pigmentado de la retina (EPR): la muerte de los 
fotorreceptores por apoptosis inicia en etapas tempranas de la enfermedad. 
En la forma no neovascular, los hallazgos típicos son disrupción pigmentaria y 
drusas. La formación de grandes drusas confluentes e hiperpigmentación por 
disfunción del EPR son las alteraciones iniciales que conducen a la resorción 
de estás drusas y a pérdida del EPR con hipopigmentación. La atrofia incipiente 
es una etapa que inmediatamente precede al desarrollo de atrofia geográfica. 
Las áreas de adelgazamiento del EPR o despigmentación pueden reconocerse. 
La retina parece rosada y las drusas blanquecinas y duras antes de 
desvanecerse. Se han observado células gigantes multinucleadas y 
mononucleares inflamatorias cubriendo la membrana de Bruch en el margen 
de áreas de atrofia geográfica y pueden tener participación en eliminar los 
detritos de células necróticas a ese nivel28. 
En las áreas de atrofia creciente, el contenido de lipofuscina en la zona de 
unión es máximo, por autofagia y fagocitosis de segmentos externos como de 
células del EPR y sus fotorreceptores. Los fotorreceptores sobrevivientes son 
conos anormales, con segmentos internos más grandes y segmentos externos 
ausente, sin evidencia de fagocitosis. Los fotorreceptores y el EPR desaparecen 
juntos posteriormente. Dentro del área de atrofia, no hay fotorreceptores, 
EPR, y coriocapilar. La capa nuclear externa de la retina desaparece, causando 
que la capa plexiforme externa descanse directamente en la membrana de 
Bruch. Cuando hay pérdida de EPR y fotorreceptores, los depósitos basales 
lineares desaparecen. La obliteración de la coriocapilar es seguida por erosión 
de los pilares intercapilares de la membrana de Bruch y en casos prolongados, 
la membrana se adelgaza. 
15 
 
Neovascularización coroidea (NVC): aparece en el espacio extracelular líquido, 
exudados y/o vasos sanguíneos entre la retina neural y el EPR, y/o entre el EPR 
y la membrana de Bruch. El tejido neovascular típicamente se origina de la 
coriocapilar y se extiende a través de una dehiscencia de la membrana de 
Bruch dentro del espacio sub-retinal o sub-EPR29. 
El crecimiento de nuevos vasos desde la coriocapilar hacia el espacio sub-EPR, 
asociado con daño a la retina externa, se ha denominado neovascularización 
tipo 1. Cuando el crecimiento es dentro del espacio sub-retinal, se denomina 
neovascularización tipo 2. La proliferación angiomatosa retinal, es una forma 
distinta llamada neovascularización tipo 3 que puede originarse no solo de la 
coroides sino también de capilares profundos de la retina30. 
En etapas tempranas de la enfermedad, los vasos son similares a capilares,más 
tarde involucran arterias y venas. NVC puede conducir a desprendimientos 
seroso y/o hemorrágico del EPR y retina, exudación y desgarros del EPR, se 
considera una respuesta de curación a una lesión del EPR. Una proteína 
derivada del EPR tiene un efecto inhibidor en la neovascularización, el factor 
derivado del epitelio pigmentado de la retina. El crecimiento neovascular es 
determinado por el balance entre factores angiogénicos y antiangiogénicos. 
No es clara la causa del incremento en el factor de crecimiento vascular 
endotelial (VEGF) en ojos con NVC, pero típicamente se sobre-expresa en 
tejidos con hipoxia, glucosa elevada y activación de la proteína C, productos 
finales de la glicación avanzada, especies reactivas de oxígeno, oncogenes 
activados y varias citocinas. 
16 
 
En NVC ocurren tanto la angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos a partir de 
vasos preexistentes) y vasculogénesis (crecimiento de nuevos vasos). Hasta el 
20% de las células endoteliales se derivan de células progenitoras de la médula 
ósea, las cuales se unen a células endoteliales residentes activadas para formar 
estructuras vasculares nuevas31. Las integrinas y las metaloproteinasas son 
importantes para la migración de las células endoteliales y para el 
remodelamiento de la matriz extracelular, que permite infiltración de NVC a 
través de la membrana de Bruch. El factor de crecimiento derivado de 
plaquetas (PDGF) recluta pericitos para alcanzar maduración vascular. Las 
alteraciones de la estructura de la capa elástica de la membrana de Bruch 
conducen a invasión de NVC dentro del espacio sub-EPR y sub-retinal. 
Desarrollo de cicatriz disciforme: Si no se trata, la enfermedad neovascular 
evoluciona a la cicatrización, llamada cicatriz disciforme. Las cicatrices pueden 
estar vascularizadas. Se localizan entre los depósitos basales laminares y la 
membrana de Bruch o en el espacio sub-EPR, con los depósitos basales lineales 
debajo de la mácula, acompañados por escotoma o pérdida de la visión 
central. 
 
 
 
 
 
 
17 
 
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD. 
Enfermedad temprana (categoría 2): se caracteriza por la presencia de drusas 
pequeñas (<63 µm), pocas drusas medianas (63-125 µm) y/o anormalidades 
pigmentarias mínimas o indetectables en el área macular. Los pacientes se 
incluyen en la categoría 2 de la clasificación del grupo AREDS, en esta categoría 
se tiene un riesgo bajo de progresión a enfermedad avanzada después de 5 
años en cualquier ojo. Se han reportado datos más recientes con seguimiento 
a 10 años con el 85% de los pacientes incluidos inicialmente. En el grupo con 
combinación de drusas pequeñas o no drusas, 15% desarrollan drusas grandes 
a 10 años32. 
Enfermedad intermedia (categoría 3): Se ha definido por el AREDS como la 
presencia de drusas medias (63-124 µm) con gran extensión o una o más 
drusas grandes (>125 µm) en uno o ambos ojos. La progresión a enfermedad 
avanzada a 5 años es de 18% de acuerdo con el estudio AREDS original. Para 
pacientes con drusas grandes en 1 ojo, la progresión a enfermedad avanzada 
es 6.3%, mientras que para pacientes con drusas grandes múltiples bilaterales 
incrementa a 26% a 5 años. En el estudio de seguimiento a 10 años del AREDS, 
36.5% de los pacientes desarrollaron drusas grandes cuando tuvieron drusas 
medias en 1 ojo en condiciones basales del estudio, 70% cuando se 
presentaron en ambos ojos. Cuando solo hubo drusas medias en ambos ojos, 
13.8% progresaron a enfermedad avanzada a 10 años32. 
 
 
18 
 
Enfermedad avanzada (categoría 4): neovascularización o atrofia geográfica 
que involucra el centro del área macular. Existe alteración de la agudeza visual 
en el ojo afectado en todos los pacientes. En el estudio de “Beaver Dam”, 22% 
de los ojos contralaterales de pacientes con enfermedad avanzada 
desarrollaron cambios neovasculares o atrofia geográfica con involucro del 
centro foveal en un periodo de 5 años33. En el estudio AREDS, para pacientes 
con enfermedad avanzada en 1 ojo, el riesgo de progresión a enfermedad 
avanzada en el otro ojo a 5 años se determinó en 32.8% vs 9.1% cuando no hay 
enfermedad avanzada, la incidencia a 10 años fue de 8.6 a 61.1%, dependiendo 
ampliamente del fenotipo del mejor ojo; 8.6% con drusas pequeñas o sin 
drusas, 25.4% con drusas medias, 61.1% con drusas grandes o anormalidades 
en el EPR.32. 
El fenotipo de atrofia geográfica central, tendrá una o más zonas de atrofia 
bien demarcada del EPR y/o coriocapilar. Las drusas y otras anormalidades 
pigmentarias pueden rodear las áreas de atrofia. La pérdida visual severa, 
ocurre menos comúnmente y más lentamente en pacientes con atrofia 
geográfica que en pacientes con enfermedad neovascular. Sin embargo, 
cuando la zona de atrofia involucra el centro de la fóvea causa 
aproximadamente el 10% de los casos de pérdida visual relacionada a la 
enfermedad con agudeza visual < 20/200. Los pacientes con atrofia que no 
involucra el centro de la fóvea pueden tener buena visión a distancia y una 
disminución sustancial para realizar tareas con visión cercana como la lectura. 
Se ha reportado que estos pacientes doblan el ángulo de visión en un periodo 
de 2 años hasta en el 50% de los casos. También puede ocurrir 
neovascularización coroidea34. 
19 
 
MANIFESTACIONES CLÍNICAS. 
Síntomas: La enfermedad es asintomática en sus formas tempranas y se 
detecta son en examen de fondo de ojo rutinario. Los síntomas comunes en la 
presentación incluyen visión central borrosa, dificultad para leer, 
metamorfopsia, escotoma central o paracentral, anormalidades de la visión al 
color, problemas con deslumbramiento y alteraciones de la sensibilidad al 
contraste además de mala adaptación a la luz. La forma neovascular 
usualmente se presenta unilateral, con metamorfopsias y/o baja visual central 
súbita36. El estudio AREDS 2, incluyó 4 203 pacientes entre 50 y 85 años con 
alto riesgo de progresión a enfermedad avanzada definido por la presencia de 
drusas grandes bilaterales o drusas grandes en un ojo y enfermedad avanzada 
en el otro ojo seguidos por un promedio de 5 años. La agudeza visual basal en 
los ojos estudiados fue de 20/20 o mejor en 36.8%, <20/20-20/40 en 50.8%, < 
20/40-20/80 en 8.6%, <20/80-20/160 en 1.5% y <20/200 en 2.3%. Los ojos no 
estudiados, debido a enfermedad avanzada inicial tuvieron agudeza visual de 
20/20 o mejor en 5.6%, <20/20-20/40 en 25.2%, < 20/40-20/80 en 18.2%, 
<20/80-20/160 en 12.3% y <20/200 en 38.7% del total de 1300 ojos37. 
Signos: las drusas son depósitos amarillentos de detritos extracelulares 
localizados debajo del EPR. Usualmente se encuentran en área macular, pero 
pueden verse en cualquier parte de la retina; las drusas que se encuentran en 
el área macular son las que contribuyen al diagnóstico de la enfermedad. Las 
características de enfermedad seca ó no neovascular son múltiples drusas 
pequeñas o cualquiera de tamaño medio o grande en el área macular con o sin 
anormalidades del EPR. 
20 
 
El diámetro de las drusas puede compararse con el diámetro de las venas 
retinales normales en su entrada al nervio óptico, que corresponde a 125 µm 
en promedio. Las drusas se clasifican en duras y blandas como se comentó 
previamente. Otros cambios incluyen hiperpigmentación o hipopigmentación 
del EPR y presencia de atrofia geográfica. Hiperpigmentación focal en el área 
macular se asocia con mayor riesgo de enfermedad avanzada. 
Hipopigmentación focal puede ocurrir de forma aislada o en asociación con 
drusas. La atrofia geográfica se visualiza como un área demarcada por 
hiperpigmentación con visualización de los vasos coroideos subyacentes36. 
Los signos de enfermedad neovascular, se caracterizan por la presencia de 
neovascularización coroidea, puede ser debajo del EPR, debajo de la retina o 
menos frecuente dentro de la retina. Pueden verse exudados o acumulaciones 
de lípidos asociados, asícomo hemorragias a cualquier nivel de la retina. 
Desprendimientos ó desgarros del EPR. El estadio final es la formación de una 
cicatriz disciforme, con pérdida visual profunda irreversible36. 
 
 
 
 
 
 
 
21 
 
DIAGNÓSTICO. 
Biomicroscopía con lámpara de hendidura: el diagnóstico se basa 
principalmente en el examen clínico del área macular, con lente 
estereoscópico de 60, 90 y 78 dioptrías de uso manual, o lente de contacto. En 
la enfermedad no neovascular (seca) se visualiza directamente la presencia de 
drusas, cambios pigmentarios o zonas de atrofia. En la forma neovascular, 
elevación de la retina con contenido seroso, hemorragia macular, 
desprendimiento del epitelio pigmentado de la retina, líquido intra y/o sub-
retiniano, exudados y membranas neovasculares visibles clínicamente son 
sugestivos de la enfermedad, sobre todo cuando hay cambios compatibles con 
la enfermedad en el ojo contralateral. Usualmente se requiere estudio de 
imagen para confirmar el diagnóstico36. 
Tomografía de coherencia óptica: técnica de imagen capaz de evaluar la 
morfología de la retina con resolución microscópica, capturando una “biopsia 
óptica”. Un meta-análisis publicado en 2014 con 4682 artículos identificados, 
de los cuales 179 reportes evaluados con 24 que cumplieron criterios de 
inclusión en términos de objetivo y diseño del estudio, participantes, estándar 
de referencia y resultados reportados, reportó una sensibilidad y especificidad 
para el OCT de dominio de tiempo para el diagnóstico de enfermedad 
neovascular de 88% y 78% respectivamente. Aunque hubo información 
insuficiente para valorar eficacia clínica del OCT comparado con angiografía 
con fluorosceína del fondo de ojo 38. 
 
22 
 
Un meta-análisis de 8 estudios determinó el rendimiento del OCT (3 dominio 
de tiempo (DT), 3 dominio espectral (DE), 1 ambos) la sensibilidad y 
especificidad del OCT-DT para detectar enfermedad neovascular activa fue de 
70% y 65% respectivamente, el “likelihood ratio” y la razón de momios fueron 
menores al nivel sugestivo de evidencia fuerte, para el OCT de dominio 
espectral los datos fueron insuficientes para calcular estos índices; sólo se 
reportó una sensibilidad de 90-94% y especificidad de 27-47%. Hubo 
desacuerdo sustancial entre los resultados de OCT y la angiografía con 
fluorosceína del fondo de ojo para detectar enfermedad activa, se concluyó 
que son necesarios ambos métodos para el monitoreo de los pacientes39. 
La tomografía de coherencia óptica es importante en el diagnóstico y manejo 
de la enfermedad, respecto a determinar la presencia de líquido sub-retiniano 
y en documentar el grado de engrosamiento de la retina, puede revelar la 
presencia de líquido no aparente en biomicroscopía. También ayuda a evaluar 
la respuesta de la retina y el EPR al tratamiento permitiendo dar seguimiento 
a los cambios estructurales3. Es capaz de visualizar neovascularización 
coroidea. La forma clásica o tipo 2 que aparece en angiografía con fluorosceína 
se visualiza como lesiones hiperreflécticas anterior al EPR, mientras la forma 
oculta (tipo 1) aparece como lesiones hiperreflécticas debajo del EPR. El tipo 1 
puede crear un desprendimiento fibrovascular del EPR, una elevación del EPR 
por material de densidad óptica variable. Estos tipos son difíciles de distinguir 
de la hemorragia por que también es hiperrefléctica 40, 41. La contracción de la 
neovascularización se asocia con formación de desgarros en el EPR, visibles en 
OCT como disrupción abrupta de la línea del EPR; el EPR a menudo aparece 
elevado e interrumpido donde ocurre el desgarro42. 
23 
 
La proliferación angiomatosa retiniana o neovascularización tipo 3, ocurre 
cuando hay una anastomosis entre los vasos normales dentro de la retina y 
debajo del EPR. En OCT, las lesiones se caracterizan por desprendimiento 
fibrovascular del EPR en asociación con líquido intrarretiniano. 
Ocasionalmente pueden observarse los vasos anormales de la lesión en el 
OCT43. 
La vasculopatía polipoidea coroidea tiene 2 variantes: una enfermedad distinta 
encontrada en personas jóvenes que es típica de la degeneración macular 
relacionada a la edad y sin otros hallazgos típicos de la enfermedad y una sub-
forma de degeneración macular relacionada a la edad neovascular. En OCT, 
las redes de neovascularización se ven entre la membrana de Bruch y el EPR, 
elevando el EPR en parches irregulares amplios, mientras las lesiones 
polipoidales causan elevaciones más discretas del EPR44. Puede observarse 
desprendimiento seroso o hemorrágicos del epitelio pigmentado de la retina 
adyacente a las lesiones polipoideas. El grosor subfoveal coroideo en OCT se 
ha encontrado aumentado en comparación con otras formas de degeneración 
neovascular45. 
Angiografía con fluorosceína: Actualmente el estándar de oro para diagnóstico 
de neovascularización coroidea. Es una secuencia de imágenes capturadas del 
fondo de ojo en un periodo de 10 minutos después de la inyección de 
fluorosceína no tóxica intravenosa en el brazo del paciente46. Indicado cuando 
el paciente presenta metamorfopsias o tiene baja visual inexplicable, cuando 
el examen clínico revela elevación del EPR o retina, edema macular, sangre 
subrretinal, exudados, fibrosis, o el estudio de OCT muestra líquido. 
24 
 
También es de utilidad para detectar la presencia de y determinar la extensión, 
tipo, tamaño y localización de la neovascularización coroidea, para detectar 
enfermedad persistente o recurrente u otras enfermedades seguidas al 
tratamiento. Ayuda en determinar la causa de pérdida visual que no se explica 
por el examen clínico. 
Debe realizarse siempre que se sospeche neovascularización en base a 
síntomas o hallazgos oculares, interpretada por personal con experiencia en el 
manejo de pacientes con enfermedad neovascular. Los riesgos potenciales 
asociados al procedimiento son infiltración tisular (por extravasación de la 
sustancia de la vena), dolor, reacciones alérgicas, muerte por anafilaxia en 
aproximadamente 1 en 200 000 pacientes3. 
Mediante este estudio, la enfermedad neovascular se clasifica como clásica, 
oculta, predominantemente clásica, mínimamente clásica o lesiones mixtas. 
También puede ocurrir desprendimiento seroso o hemorrágico de la retina 
neurosensorial o el EPR, y/o varias etapas de cicatriz disciforme elevada. 
Otros subtipos clínicos de o características de enfermedad neovascular 
pueden incluir vasculopatía polipoidea coroidal idiopática35, que debe 
sospecharse en pacientes con lesiones polipoides naranjas, sobre todo en 
pacientes de descendencia asiática o africana. Las lesiones a menudo se 
localizan en la región peripapilar, otra de las variantes es la proliferación 
angiomatosa retinal, ya comentada. 
 
 
25 
 
MANEJO. 
Detección: Todo paciente con enfermedad temprana debe evaluarse con 
prueba de visión mono-ocular con rejilla de Amsler, además de revisiones 
periódicas de fondo de ojo bajo dilatación para detectar enfermedad 
intermedia. El tratamiento con antioxidantes descrito en el estudio AREDS y 
AREDS2 debe iniciarse cuando hay enfermedad intermedia o avanzada en por 
lo menos un ojo. Pacientes con fenotipo de alto riesgo deben identificar 
síntomas de neovascularización para solicitar valoración oportuna y 
tratamiento. El seguimiento de pacientes con riesgo aumentado de progresión 
a enfermedad avanzada consiste en: 1.- Detección temprana de lesiones 
neovasculares asintomáticas tratables que podrían mejorar la agudeza visual; 
2.- Educación acerca del régimen de prevención y uso de suplementos 
nutricionales de acuerdo con el estudio AREDS2; 3.- Refuerzo de la necesidad 
de auto-monitoreo y evaluación oportuna de nuevos síntomas. 
La detección y tratamiento de enfermedad neovascular en etapas tempranas 
en promedio se asocia con mejor pronóstico visual a largo plazo comparado 
con enfermedad en etapas más avanzadas3.Tratamiento de neovascularización coroidea: el tratamiento actual es a base 
de medicamentos que bloquean la actividad del factor de crecimiento vascular 
endotelial (VEGF, por sus siglas en inglés) tales como Bevacizumab, 
Ranibizumab y Aflibercept. Pueden estabilizar potencialmente la agudeza 
visual en 95% de los ojos. 
Se ha mencionado que el principal predictor para el pronóstico visual seguido 
al tratamiento es la agudeza visual al momento de iniciar el tratamiento54. 
26 
 
Pacientes con peor agudeza visual tienen más probabilidad de ganar más letras 
de visión, pero su agudeza visual final tiende a ser peor que aquellos que 
iniciaron tratamiento con buena agudeza visual y ganaron menos letras 
seguido al tratamiento 47-49. El estudio MARINA en 2006, se realizó en 
pacientes con neovascularización de tipo oculta o mínimamente clásica con 
esquema de inyección intravítrea mensual de Ranibizumab 0.3 mg y 0.5 mg 
por 2 años, reportó que al año 94% de los pacientes perdieron < 15 letras de 
AV basal. AV mejoró en >15 en 24.8-33.8%, el promedio de mejoría en AV fue 
de 6.5-7.2 letras, se mantuvo el beneficio a los 2 años50. El estudio ANCHOR 
(para el tratamiento de lesiones predominantemente clásicas) con un 
esquema de inyección mensual intravítrea con Ranibizumab 0.3 mg por 2 años. 
Con un 90% de pacientes que perdieron <15 letras de AV basal, una ganancia 
de >15 letras de AV basal en 34.3%, cambio en la agudeza basal promedio con 
mejoría de 8.1 letras, con beneficio desde la primera dosis. A los 2 años el 
porcentaje de pacientes con AV 20/200 o peor fue de 22.9%. solo 1.4% 
experimentaron pérdida visual severa (>30 letras.) comparado con la AV 
basal51. Los ensayos clínicos CATT y IVAN compararon el efecto de 
Bevacizumab con Ranibizumab a 1 y 2 años de seguimiento. El estudio CATT 
encontró un promedio de mejoría de AV de 6.8 y 8.5 letras con Ranibizumab 
esquema mensual y conforme sea necesario respectivamente. AV de pacientes 
que recibieron Bevacizumab mejoro en promedio 8 y 5.9 letras para esquema 
mensual y conforme sea necesario respectivamente52. 
 
 
27 
 
El estudio IVAN reporto que después de 2 años de seguimiento, la Agudeza 
Visual de pacientes que recibieron Ranibizumab mejoró 4.9 vs 4.1 letras en 
promedio para Bevacizumab53. Aflibercept con esquema de inyección 
intravítrea bimensual, ha reportado tasas similares de resultados en mejoría 
visual y remisión de las lesiones en comparación con Ranibizumab, 
actualmente se está estudiando como segunda línea para casos no 
respondedores a Ranibizumab o Bevacizumab54. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. 
La degeneración macular relacionada con la edad es una de las principales 
causas de ceguera irreversible en los adultos mayores de 50 años, con una 
incidencia en aumento dada la tendencia de la pirámide poblacional. La 
agudeza visual es un indicador de enfermedad avanzada, también se ha visto 
que influye en el pronóstico visual posterior al tratamiento. Conocer el estado 
de la agudeza visual al momento del diagnóstico de la enfermedad es de 
utilidad en la toma de decisiones para el diagnóstico y tratamiento, así como 
en la indicación de realizar estudios complementarios y dirigir estrategias para 
la detección de formas tratables de la enfermedad y su manejo oportuno. 
 
JUSTIFICACIÓN. 
La degeneración macular relacionada con la edad causa el 7% de la ceguera y 
el 3% de la deficiencia visual en el mundo. Con una prevalencia estimada de 
8.6% en personas entre 45 y 85 años. Es necesario conocer la agudeza visual 
que se encuentra al momento del diagnóstico para gestionar recursos y 
plantear estrategias para detección y manejo oportuno de la enfermedad. Este 
es el primer estudio en México que aporta información acerca de la agudeza 
visual al momento del diagnóstico de la enfermedad, servirá de base para el 
desarrollo de estudios tanto retrospectivos como prospectivos. Al ser un 
estudio descriptivo el mayor recurso requerido es el tiempo en la recolección 
de datos, no requiere uso de equipo especial y tampoco personal capacitado 
más allá del investigador principal. 
 
29 
 
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN. 
 
¿Cuál es la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de 
degeneración macular relacionada a la edad?? 
 
OBJETIVO GENERAL. 
 
Identificar la agudeza visual mejor corregida en los pacientes al momento del 
diagnóstico de Degeneración macular relacionada a la edad. 
 
OBJETIVOS PARTICULARES. 
 
Identificar la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico de 
degeneración macular relacionada con la edad. 
Describir la distribución de las formas clínicas de la enfermedad en pacientes 
conocidos con el diagnóstico de degeneración macular relacionada con la 
edad. 
Describir la distribución por edad de las diferentes formas clínicas de la 
enfermedad. 
Identificar la prevalencia de los factores de riesgo descritos en la literatura 
relacionada con la enfermedad. 
30 
 
METODOLOGÍA. 
Se presenta un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, transversal, 
abierto donde se revisaron los expedientes de todos los pacientes con 
diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad del Hospital 
Juárez de México, atendidos de enero 2013 a junio de 2017. Se incluyeron 
todos los pacientes con diagnóstico de degeneración macular relacionada a la 
edad de cualquier género, cualquier edad con expediente completo. 
Dentro de las variables se consideró la agudeza visual mejor corregida al 
momento del diagnóstico de la enfermedad, definida como la mínima agudeza 
resolvible, que se refiere a la separación angular entre objetos vecinos que 
puede resolverse, corresponde a 1 minuto de arco (0.017 grados). 
Considerando como definición operacional la máxima agudeza visual con 
defecto refractivo corregido. La unidad de medición utilizada fue la escala 
logarítmica de mínimo ángulo de resolución. (LogMAR). Se tomaron como 
variables de control: edad, género, presencia o no de diabetes mellitus, 
hipertensión arterial sistémica, retinopatía diabética y/o edema macular 
diabético. 
Pruebas estadísticas: Se determinaron los promedios y desviación estándar de 
la variable cuantitativa en cada uno de los tipos de degeneración macular 
relacionada con la edad. Se calcularon intervalos de confianza del 95%. Todos 
los datos fueron almacenados y analizados con el programa SPSS edición 21 
para Windows. 
 
 
31 
 
RESULTADOS. 
Se evaluaron los expedientes de pacientes con diagnóstico de degeneración 
macular relacionada con la edad vistos en consulta de enero 2013 a junio 2017 
en el servicio de Oftalmología del Hospital Juárez de México, se obtuvieron un 
total de 114 expedientes, 105 pacientes tuvieron enfermedad bilateral, 9 
pacientes con afección unilateral, con un total de 219 ojos con la enfermedad. 
Dentro de las comorbilidades asociadas se encontró: 14 ojos de pacientes 
diabéticos (24.6%), retinopatía diabética sólo en 5 ojos (8.8%), 3 ojos (5.3%) 
con diagnóstico de edema macular diabético. De los 114 pacientes, 59 tuvieron 
hipertensión arterial sistémica (29.6%), en el caso de los pacientes con 
enfermedad neovascular, se encontró en 31 ojos (54.4%) contra 26 ojos 
(45.6%) en pacientes no hipertensos. 
La forma no neovascular o “seca” se encontró en 162 ojos (73.97%, I.C.95% 
68.16 a 79.78), la forma neovascular se encontró en 57 ojos de 48 pacientes 
(26%, I.C.95% 20.19 a 31.81) al momento del diagnóstico de la enfermedad. 
De los ojos con degeneración macular relacionada con la edad de tipo 
neovascular, 24 ojos afectados correspondieron a pacientes de género 
masculino con (42.1%, 31.8% ojo derecho, 48.6% ojo izquierdo), 33 ojos 
afectados del género femenino (57.9%, 68.2% ojo derecho, 51.4% ojo 
izquierdo). La edad tuvo un rango de 56 a 98 años, con un promediode 79.75 
años desviación estándar (D.E.) ± 8.79 años. 
Con respecto al estado del cristalino, de los 219 ojos, 80 (36.5%) tuvieron lente 
intraocular, 27 (12.3%) opacidad de cristalino que afecta la visión, 112 (51.1%) 
opacidad que no afecta la visión. 
32 
 
En los pacientes con enfermedad neovascular; se encontró lente intraocular 
en 22 ojos (38.59%, 11 ojo derecho, 11 ojo izquierdo), solo 5 ojos (8.7%) con 
opacidad que afecta la visión (3 ojo derecho, 2 ojo izquierdo), 30 ojos (52.6%) 
con opacidad que no afecta la visión (8 ojo derecho, 22 ojo izquierdo). 
La agudeza visual mejor corregida promedio considerando ambas formas de la 
enfermedad se encontró en 0.6165 en escala LogMAR (20/80 en equivalente 
Snellen). En los pacientes con enfermedad neovascular al momento del 
diagnóstico, tuvo un rango de 0 a 3.00 en promedio 1.036 ±0.695 (20/200 en 
equivalente Snellen). Después de los tratamientos la agudeza visual tuvo un 
rango en LogMAR de 0 a 3.00 con un promedio de 1.14 ± 0.88 (20/200 en 
equivalente Snellen). 
El manejo inicial de los pacientes con enfermedad neovascular fue observación 
en 9 casos (15.8%, I.C.95% 6.33 a 25.27), aplicación de Bevacizumab intravítreo 
en 34 casos (59%, I.C.95% 46.23 a 71.77), solicitud de estudios de gabinete; 
tomografía de coherencia óptica y fluoroangriografía de retina en 12 casos 
(21.1%, I.C.95% 10.51 a 31.69), suplementos vitamínicos y pigmentos 
maculares en 2 casos (3.5%, I.C.95% 0 a 8.27). 
En los casos que se aplicó Bevacizumab intravítreo, la agudeza visual en 
LogMAR tuvo un rango de 0.2 a 2.3 con un promedio de 0.95 ± 0.65; después 
de la aplicación del tratamiento la agudeza visual tuvo un rango de 0 a 3.00, 
con un promedio de 0.89 ± 0.89 (20/160 en equivalente Snellen). 
En dieciocho casos de la aplicación de tratamiento, la agudeza visual mejoró 
en los pacientes (56.3%, I.C.95% 39.63 a 72.97); la cual no difirió 
significativamente de los casos en los que no se aplicó el tratamiento (p=0.07). 
33 
 
DISCUSIÓN. 
El promedio de la agudeza visual mejor corregida al momento del diagnóstico 
de la enfermedad fue 20/80 (logMAR 0.6165) en el total de la muestra y de 
20/200 (LogMAR 1.036) en los casos de degeneración macular del tipo 
neovascular, donde sólo el 59% de ellos recibió tratamiento con Bevacizumab 
intravítreo. 
El promedio de agudeza visual mejor corregida que se ha reportado en otros 
estudios no varía en los casos cuando la agudeza visual igual o mejor a 20/80; 
donde se ha reportado una agudeza visual de 20/20 o mejor en 5.6% y en 
nuestro estudio fue del 7%, I.C. 95% 0.38 a 13.62, <20/20-20/40 en 25.2% vs 
15.8% (I.C.95% 6.33 a 25.27), < 20/40-20/80 en 18.2% vs 14.1% (I.C.95% 5.07 
a 23.13), 20/80-20/160 en 12.3% vs 3.5% (I.C.95% 0 a 8.27). En nuestro estudio 
se encontró mayor frecuencia de agudeza visual mejor corregida menor o igual 
a 20/200 que corresponde a ceguera legal; y <20/200 solo en 38.7% vs 54.6% 
(I.C.95% 41.67 a 67.53)37. 
Si bien es cierto que el estado del cristalino puede dificultar o impedir el 
diagnóstico de la enfermedad, de todos los casos 27 ojos (12.3%) y solo 5 ojos 
con enfermedad neovascular (8.7%) tuvieron opacidad de cristalino que 
disminuyó su capacidad visual, 22 ojos (38.5%) tuvieron lente intraocular y 30 
ojos (52.6%) con opacidad de cristalino que no causaba disminución de la 
capacidad visual. 
 
 
34 
 
La mayoría de los pacientes incluidos fueron del género femenino (72 vs 42), 
sin embargo, en el tipo neovascular se encontró con mayor frecuencia en el 
género masculino (57.14%), que difiere un poco de lo reportado en la 
literatura, ya que se ha reportado que podría existir mayor riesgo de 
enfermedad neovascular en mujeres57. El promedio de edad al diagnóstico fue 
de 79.75 años lo que corresponde a lo reportado en la literatura, donde existe 
incremento en la prevalencia por encima de los 50 años19. La comorbilidad más 
frecuente fue hipertensión arterial sistémica, encontrada en 51.8% de todos 
los casos, y en 54.4% de los ojos con enfermedad neovascular, lo que no difiere 
de la población general donde para el grupo de edad de 70-79 años la 
prevalencia de hipertensión arterial es de 55.9%, según la Encuesta nacional 
de salud y nutrición (ENSANUT) reportada en 2012, algunos estudios han 
atribuido la hipertensión arterial como factor de riesgo para la enfermedad19. 
El 30.7% de los pacientes fueron diabéticos, esto es mayor a lo reportado en 
la población general para el grupo de edad de 70-79 años que es del 24.7% 
según la ENSANUT 2012, para los casos de enfermedad neovascular de los 57 
ojos afectados, 14 tenían diabetes mellitus (24.6%), lo que no difiere de la 
población general56. 
La enfermedad no causa disminución de la agudeza visual en etapas 
tempranas y tampoco en etapas tardías cuando el involucro es 
extrafoveal33.Con este estudio se puede identificar que hasta el 31% de los 
casos de la enfermedad pueden ser del tipo neovascular, que es la forma que 
puede tener un tratamiento con el uso de antiangiogénicos y un mejor 
pronóstico visual. 
35 
 
Los resultados reflejan que en nuestra población existe un retraso en el 
diagnóstico y tratamiento de la enfermedad lo que disminuye la probabilidad 
de tener un buen pronóstico de la enfermedad. Lo que sugiere la necesidad de 
crear estrategias de prevención para poder identificar los casos en etapas 
tempranas de la enfermedad y favorecer el desenlace visual. 
 
Una de las fortalezas del estudio es el número de casos encontrados de la 
enfermedad ya que la prevalencia reportada es muy baja. Una de las 
limitaciones del estudio fue que la información fue recabada de expedientes 
clínicos que no permitía obtener más información sobre las características de 
la enfermedad que las reportadas previamente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
CONCLUSIONES. 
 
El promedio de agudeza visual mejor corregida en los casos de degeneración 
macular relacionada a la edad de cualquier tipo fue de 0.6165 en escala 
LogMAR (20/80 en equivalente Snellen). Más del 50% de los casos de 
degeneración macular relacionada con la edad del tipo neovascular tienen una 
agudeza visual mejor corregida ≤ 20/200 (1.0 en escala de LogMAR), que 
corresponde a ceguera legal. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
37 
 
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	Antecedentes
	Planteamiento del Problema Justificación
	Pregunta de Investigación Objetivos 
	Metodología
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