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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN SECRETARIA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN SUBDIRECCIÓN DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN CURSO UNIVERSITARIO DE ESPECIALIZACIÓN EN PEDIATRÍA “VALORES DE PRESIÓN VENOSA CENTRAL EN EL QUEMADO GRAVE PEDIÁTRICO DURANTE LAS PRIMERAS HORAS POSTQUEMADURAS EN EL HOSPITAL PEDIÁTRICO DE TACUBAYA”. TRABAJO DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA EPIDEMIOLOGICA PRESENTADO POR DRA. JAZMÍN MARGARITA GUTIÉRREZ ANDRACA PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN PEDIATRÍA DIRECTOR DE TESIS DR. JOSE LUIS ANGUIANO MOLINA 2010 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. “VALORES DE PRESIÓN VENOSA CENTRAL EN EL QUEMADO GRAVE PEDIÁTRICO DURANTE LAS PRIMERAS HORAS POSTQUEMADURAS EN EL HOSPITAL PEDIÁTRICO DE TACUBAYA”. Autor: Dra. Jazmín Margarita Gutiérrez Andraca Vo. Bo. Dr. Luis Ramiro García López _________________________________________________ Titular del Curso de Especialización en Pediatría Vo. Bo. Dr. Antonio Fraga Mouret _________________________________________________ Director de Educación e Investigación VALORES DE PRESIÓN VENOSA CENTRAL EN EL QUEMADO PEDIÁTRICO GRAVE DURANTE LAS PRIMERAS HORAS POSTQUEMADURA EN EL HOSPITAL PEDIÁTRICO DE TACUBAYA. Autor: Dra. Jazmín Margarita Gutiérrez Andraca Vo.Bo. ______________________________________ Dr. José Luis Anguiano Molina Médico Adscrito al Servicio de Terapia Intensiva Pediátrica de Quemados Hospital Pediátrico de Tacubaya. AGRADECIMIENTOS A ti, por haberme acompañado en esos momentos difíciles, A ti, que un día dudaste de lo que yo podía lograr, A ti, que un día mis deseos de seguir fuiste, A ti, mi amigo y compañero, por todos los momentos compartido.. Porque por ti supe que sentía, supe que podía y hoy veo concluido una Hermosa y difícil etapa más de mi vida. Gracias mil A mis maestros que día con día se esmeraron dando lo mejor de sí Y con ello formar excelentes profesionistas y personas. A mi tía Clementina, Ivonne y Miguel que han llegado a ser mi familia adoptiva Y recibí de ellos solo apoyo incondicional en éste difícil camino. Eternamente agradezco a mi madre siempre constante, con la palabra perfecta, el exacto consejo, a mi padre que como su nombre siempre un Ángel en mi camino, y a mi fiel hermano Pablo siempre contagiándome de su alegría y entusiasmo…por que por ellos estoy aquí y seguiré constante junto a ellos. A Dios por que me ha permitido estar viva, con todo lo que me rodea demostrándome que ha sido mi compañía llevándome de la mano en todo momento. RESUMEN Objetivo: conocer los cambios en las cifras de presión venosa central en el paciente pediátrico con quemaduras graves. Material y métodos: a través de la revisión de 235 expedientes a partir del 01 de enero del 2006 al 31 de diciembre del 2008, se realizó estudio transversal, descriptivo, retrospectivo. Se recolectaron los siguientes datos: edad, extensión de la quemadura, presión venosa central y uresis en las primeras horas post quemadura, el análisis fue descriptivo con frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central (media, mediana, moda) y de dispersión (desviación estándar, porcentajes). Resultados: Encontrándose que el grupo etario más afectado es el de 0 a 2 años, el sexo más vulnerable fue el femenino, alta incidencia en lesiones por escaldadura y variaciones en la presión venosa central con una media de 3.5+ 2.5 en las primeras 8 horas post quemadura, de las 9 a las 48 horas una media de 4.88+2.7, de las 24 a 48 horas una media de 5.85+2.1 y de las 48 a 72 horas una media de 7.15+2.45. Encontramos gasto urinario de 3.4 + 1.3 dentro de las primeras 72 horas post quemadura. Conclusión: variaciones amplias de la presión venosa central en las primeras 72 horas post-quemadura y que por sí sola ésta no es una herramienta útil para determinar modificaciones de la terapia hídrica. I N D I C E PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………… ANTECEDENTES……………………………………. OBJETIVOS…………………………………………… JUSTIFICACION……………………………………… MATERIAL Y METODOS……………………………. RESULTADOS Y ANALISIS………………………… DISCUSION…………………………………………… CONCLUSIONES…………………………………….. RECOMENDACIONES………………………………. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS………………… ANEXOS……………………………………………….. 1 2 10 11 12 14 17 19 21 22 24 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Qué cambios sufre la presión venosa central en el paciente pediátrico con quemaduras graves durante las primeras 72 horas post quemaduras y cuál es la relevancia como indicador para determinar cambios o modificaciones en los esquemas de reanimación hídrica utilizados en el hospital pediátrico de Tacubaya? ANTECEDENTES Hace más 30 años los pacientes con quemaduras extensas morían del shock provocado por éstas en la primera semana posterior a las lesiones. En la actualidad la muerte es rara en individuos que han sido sanos, esto se debe a una 2 mejor comprensión en los cambios fisiopatológicos que se presentan en la lesión por quemaduras y al conocimiento de la importancia decisiva de la reanimación rápida y adecuada con líquidos. Esto incluye mejoras en los servicios de urgencias, disponibilidad de equipos de salvamento así como avances importantes en la monitorización cardiopulmonar, respiratoria y metabólica, así como cuidados de apoyo y nutrición, y mejoramiento en las técnicas de tratamiento de la herida1. Sin embargo las quemaduras siguen siendo la tercera parte de las defunciones en niños en los países industrializados, y en los del llamado tercer mundo. No existe una estadística confiable pero se considera que la incidencia es aún mayor, a pesar de que no se encuentre dentro de los primeros lugares de mortalidad1. Dentro de la clasificación de las quemaduras se distinguen cuatro tipos de lesiones2: De 1er grado. Se manifiestan principalmente con eritema y son dolorosas. Curan entre 3-7 días. No dejan cicatriz. De 2º grado superficial. Aparecen exudación y ampollas. Son dolorosas, curan entre 7-20 días y pueden dejar cicatrices pigmentadas. De 2º grado profundo. Suelen presentar ampollas abiertas, la piel ha perdido su coloración normal con zonas más pálidas; duelen al presionarlas. Si no se aplican injertos, necesitan más de 20 días para su curación. Dejan cicatrices hipertróficas. De 3er grado o profundas. La piel pierde su aspecto normal. Presenta una textura más seca, coloración pálida gris o negruzca y al presionar la zona no se revasculariza2. En adultos y niños con grandes quemaduras a partir del 20% de superficie corporal total quemada (SCTQ) deberáser tratado con resucitación de líquidos 3 basado en la superficie quemada. Las formulas comunes usadas para la resucitación inicial se estima con soluciones cristaloides de 2-4 ml/kg por SCTQ durante las primeras 24 horas. En la resucitación de líquidos, sin tener en cuenta el tipo de líquidos empleados o las necesidades estimadas, deberá tratarse de mantener un flujo urinario en el niño de 1.0-1.5 ml/kg/ hora3. De acuerdo a la bibliografía revisada en el artículo Atención inicial al gran quemado, la definición que se emplea en la práctica clínica es el de Quemadura Mayor a los siguientes4 • >10% SCQ de 3er. grado. • >25% SCQ en adultos o >20% SCQ en edades extremas de 2º grado. • Todas las quemaduras que involucran cara, ojos, orejas, manos, pies, periné o genitales. • Todas las lesiones inhalatorias con/sin quemadura. • Quemaduras eléctricas o químicas. • Quemaduras con traumatismos concurrentes (TCE). • Quemaduras en pacientes de alto riesgo: diabetes, embarazo, EPOC, cáncer, alteraciones psiquiátricas, etc. Cuando la extensión de la quemadura supera el 20% de superficie corporal, se desarrolla edema intersticial en órganos y tejidos distantes, esto es secundario a la combinación de mediadores liberados por el daño por quemadura y a la hipoproteinemia, así como al aumento de la permeabilidad capilar y al déficit de volumen intravascular que es más severo en las primeras 24 horas después de la lesión3. El gasto cardiaco (GC) disminuye con rapidez (en minutos) después de las quemaduras extensas. Al administrar líquidos el GC regresa a valores 4 normales o elevados en forma progresiva después de 24 a 36 horas y continúa elevándose paulatinamente durante los siguientes 4 a 7 días a medida que se establece la fase “de flujo” del hipermetabolismo1,2,3. Para comprender mejor los cambios que existen en el paciente gran quemado pediátrico se explicarán los siguientes efectos cardiovasculares (primeras 24-48 horas): • Hipovolemia y shock post quemadura (hipovolémico) por la extravasación de líquido y proteínas del compartimiento intravascular al intersticial. Desarrollando un importante edema tisular por la alteración en la permeabilidad microvascular tanto en tejido sano como en el quemado3,4. • Depresión miocárdica: Disminución en la contractilidad, aumento de las resistencias vasculares periféricas y disminución del GC, esto por liberación de factores humorales circulantes, respuesta reducida a las catecolaminas endógenas, disminución del flujo coronario4. • Tardías (>48 horas): aumento del GC, hipertensión arterial, taquicardia, disminución de las resistencias vasculares sistémicas, provocando con esto un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS)4. En el paciente pediátrico gran quemado durante la primera fase post quemadura la respuesta hiperdinámica con quemaduras mayores al 40% de SCTQ se incrementa entre el 160 a 200%. El hipermetabolismo global está asociado con taquicardia, fiebre, catabolismo proteico muscular y trastornos hepáticos5. El quemado mayor o Gran quemado es aquel que presenta 20% o más de SCTQ pero un paciente con más del 10% de SCTQ deberá ser tratado en forma similar6. 5 Las pérdidas provocadas por la lesión deben ser reemplazadas para poder mantener la homeostasis, NO HAY UN REGIMEN DE RESUCITACION IDEAL, únicamente son guías y se deberá ajustar la cantidad de líquidos de acuerdo a parámetros fisiológicos, un acceso vascular adecuado es indispensable para soportar las necesidades de resucitación hídrica, siendo en muchas ocasiones prácticamente imposible asegurar una vía venosa periférica debido a la combinación de hipovolemia/quemadura de extremidades/edema. En general los pacientes que necesitan de una monitorización estrecha del estado hemodinámico son aquellos que por la extensión, naturaleza y comorbilidades de las quemaduras se consideran en riesgo de presentar complicaciones: Los accesos venosos deberán ser establecidos con líneas largas intravenosas de preferencia en tejido no quemado7. Dentro de la monitorización cardiopulmonar se encuentra la medición de la presión venosa central (PVC)8. La presión venosa central está dada por la interacción del bombeo cardíaco, el volumen sanguíneo y el tono vascular. Se utiliza desde 1959, cuando se comenzó su empleo para el control de pacientes llevados a cirugía con máquina de circulación extracorpórea. Su utilidad reside en que permite regular la administración de líquidos, evitando la aparición de edema pulmonar por sobrecarga de volumen o por insuficiente función cardíaca. Los catéteres venosos centrales son sondas que se introducen en los grandes vasos venosos del tórax o en las cavidades cardíacas derechas, con fines diagnósticos o terapéuticos, utilizándolos para mediar la presión venosa central en pacientes en los que el reemplazo de líquidos pueda llevar a edema pulmonar8. 6 La determinación del punto 0 en la columna de medida se hace tomando como referencia la parte media del diámetro antero posterior del tórax a nivel del pezón. La llave de tres vías no tiene que colocarse a nivel del punto 0; es mejor colocarla por debajo de él para no dificultar la lectura de la presión tapando la escala con la llave. En el momento de medir la presión se debe estar seguro de la adecuada posición del punto 0 y si el paciente tiene un respirador, debe retirarse momentáneamente, siempre y cuando las condiciones lo permitan, esto se debe a que los respiradores elevan la presión venosa central al aumentar la presión intratorácica, especialmente si se ha colocado presión positiva intermitente o presión positiva al final de la espiración (PEEP). El rango de los valores normales va de -2 a 12 centímetros de agua. Cifras de 12 a 14 cm se consideran límites8. El criterio básico de interpretación es que lo importante no es la cifra inicial (a menos que esté por encima de 15), sino la respuesta al paso de líquidos parenterales administrados en corto tiempo. Si después de pasar 300 a 500 ml de líquidos en 15 minutos se presentan alzas de más de 2 cm de agua, se tiene o una sobrecarga de volumen o un mal manejo de líquidos por parte del sistema cardiovascular.8,9. Una PVC de 1 o 2 cm en un paciente con presión arterial y diuresis adecuada es una situación normal y no se puede hablar de PVC bajas. Una PVC de 1 cm en un paciente hipotenso y oligúrico establece el diagnóstico de hipovolemia. Una presión elevada en presencia de hipotensión y oliguria indica falla cardíaca con o sin hipovolemia8. 7 La presión venosa se eleva por sobrecarga de volumen, falla cardíaca, taponamiento cardíaco, respiradores y anestesias en las que se usan drogas cardiodepresoras8. Pacientes hipovolémicos o en choque con presión baja se manejan administrando líquidos parenterales hasta que se logren presión arterial y diuresis normales, sin importar que la presión venosa persista baja. Si hay una PVC elevada en presencia de hipotensión y oliguria, o si estando previamente baja sube rápidamente, deben administrarse drogas para mejorar la función cardíaca. El valor de la presión en el territorio venoso central, refleja el llenado de la circulación sistémica, la distensibilidad vascular y la función contráctil de la parte derecha del corazón8.9 De acuerdo a la revista española de anestesiología y reanimación del gran quemado pediátrico para la restitución hídrica los niños con más del 25% de SCTQ tendrán unas necesidades de 4 ml/kg/% SCQ, la fórmula más comúnmente utilizadas es la de Parkland 4ml/kg/% SCTQ y la Fórmula de Galveston 5000 ML/M2 SCTQ + 2000 ML/M2 SC en las primeras 24 horas, y en las siguientes 24 horas 3750 ml/m2 S. en las 2 fórmulas la mitad del volumen en las primeras 8 horas y el resto en las 16 restantes.La diuresis como único indicador de reposición hidroelectrolítica no es seguro8. La oliguria suele ocurrir por la coexistencia de varios factores severos, incluso la secreción excesiva de hormona ADH, frecuente en pacientes quemados. La diuresis horaria varía a lo largo del día sin razones aparentes y puede llevar a conclusiones erróneas. Si la fluidoterapia fracasa y las necesidades superan los 6 8 ml/kg de SCQ cada 24 horas, será necesario conocer el volumen intravascular medida mediante la PVC o la colocación de un catéter de Swan-Ganz9. Recomendaciones de monitoreo Clínico en el gran quemado: • Diuresis horaria: Se requiere un flujo horario de 0,5 a 1 ml/hora, procurando no exceder de 1ml/kg/hora, para evitar la formación de exceso de edema. • Balance hídrico: Es poco confiable porque las pérdidas por las quemaduras son difíciles de estimar. De utilidad es el peso diario. • Presión Venosa Central:No es indispensable. Normalmente es baja en grandes quemados (0 a 5 cm de H20), aún con adecuada resucitación. Se intenta una PVC de 8-12 mmHg. En el hospital Pediátrico de Tacubaya se instala catéter venoso central a los pacientes que entran en el concepto de Gran Quemado, ya que superan los 6 ml/kg, teniendo una mejor monitorización de las alteraciones hemodinámicas en las primeras 72 horas post quemadura 9,10,11. Las quemaduras graves se asocian con incremento de la permeabilidad capilar y déficit de volumen intravascular de forma más severa en las primeras 24 horas siguientes a la quemadura (1), y considerando que la resucitación hídrica en el paciente quemado grave es la cantidad de líquido suficiente para mantener la función orgánica vital sin producir cambios patológicos iatrogénicos.12, 13. Actualmente el manejo en el paciente quemado grave debe ser multidisciplinario, desde el servicio de psicología, cirugía plástica, nutrición, endocrinología, y por supuesto terapia intensiva pediátrica debido a los cambios que conlleva la extensión de la quemadura, tanto al mecanismo de lesión como a cambios desde metabólicos, hasta hematológicos que ocurren secundarios a la lesión. 14,15. 10 OBJETIVO GENERAL Conocer los cambios en las cifras de presión venoso central en el paciente pediátrico con quemaduras graves. OBJETIVOS ESPECIFICOS � Conocer los cambios de la PVC durante las 0-8 horas, 9 a 24 horas, 24 a 48 horas y de las 48 a 72 horas en los pacientes pediátricos con quemaduras graves. � Determinar la influencia que ejerce la extensión de la quemadura en las cifras de presión venosa central en el paciente pediátrico con quemaduras graves. � Determinar la correlación entre edad y las mediciones de la presión venosa en el paciente pediátrico con quemaduras graves. � Determinar si la disminución o el incremento en los valores de la presión venosa central se correlacionan con cambios en la uresis horaria con quemaduras graves (mayores del 20%) durante las primeras 72 horas post quemaduras. 11 JUSTIFICACION En el Hospital Pediátrico de Tacubaya se atienden aproximadamente 614 pacientes quemados por año incluyendo diferentes grados de lesión y mecanismos de producción. En la unidad de terapia intensiva del Hospital Pediátrico de Tacubaya en el último bienio 2006-2008 se atendieron 235 pacientes pediátricos con quemaduras graves, los cuales requirieron de: • Restitución hídrica exhaustiva, • Colocación de línea central y • Monitoreo hemodinámico con medición de la presión venosa central Sin embargo desconocemos los cambios o fluctuaciones en los valores de la presión venosa central en la fase de hiperflujo (72horas postquemadura) en el paciente pediátrico quemado grave y si éste parámetro puede ser un indicador de efectividad en la terapéutica establecida. Lo que justificaría la realización del presente estudio, por no haber en la literatura nacional ni internacional reporte de mediciones de la presión venosa central específicamente en el paciente pediátrico con quemaduras graves. 12 MATERIAL Y METODOS Se revisaron 235 expedientes clínicos en forma retrospectiva de pacientes que estuvieron en el área de terapia intensiva del Hospital Pediátrico Tacubaya, en el periodo comprendido del 01 de enero del 2006 al 31 de diciembre del 2008. Excluyendo todos aquellos expedientes en los que se documento retraso en el inicio de la reanimación hídrica, falta de mediciones de la PVC, disfuncionalidad de catéteres, así como uso de aminas o de ventilación mecánica o con presencia de enfermedades subyacentes. 42 expedientes cumplieron criterios de inclusión. Se obtuvieron los siguientes datos recopilados en hoja de cálculo del programa Excel 2007: 1.- Nombre y número de expediente. 2.- Edad por grupos etarios: de 0 a 2 años, de 3 a 6 años, de 7 a 15 años y mayores de 15 años. 3.- Sexo 4.- Tipo de lesión (escaldadura, fuego directo, electricidad, etc.) y extensión de la quemadura. 5.- Cifras de presión venosa central (PVC) en 4 intervalos de tiempo sólo las primeras 72 horas post quemadura. • 0-8 horas 13 • 9-24 horas • 24-48 horas • 48 a 72 horas 6.- Cifras de uresis horaria en 4 intervalos de tiempo de las primeras 72 horas post quemaduras: • 0-8 horas • 9 – 24 horas • 24 – 48 horas 7.- porcentaje de quemaduras: • Del 20-30 % de SCQ • De 30-40% de SCQ • De 40-50 % de SCQ • > del 50% de SCQ Se realizó la investigación sin riesgo y los datos obtenidos se analizaron estadísticamente, a través de frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central (media, mediana, moda) y de dispersión (desviación estándar, porcentajes). 14 RESULTADOS Y ANALISIS Se analizaron un total de 42 expedientes clínicos (17%), obtenidos del archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya, en el periodo del 01 de Enero del 2006 al 31 de Diciembre del 2008. Excluyéndose el 83% de la muestra ya que no cumplían con los criterios de inclusión. Encontrándose que el grupo etario más afectado es el de 0 a 2 años (48 %), seguido del grupo de 3 a 6 años en un 31%, de 7 a 15 años con un porcentaje del 19%, y el grupo menos afectado es el de más de 15 años con sólo un 2% (Gráfica 1). El sexo más vulnerable fue el femenino con un 56% y el masculino con un 44% (Gráfica 2). En cuanto al tipo de lesión, la mayor incidencia la encontramos en las lesiones por escaldadura con un porcentaje del 78%, seguida de las lesiones por fuego directo con un 17%, y por electricidad el 5%, (Gráfica 3). En lo que respecta al porcentaje de la superficie corporal quemada (SCQ), se encontró que el mayor número de casos fue el de 20 a 30 % de SCQ con un 76%, el 30 a 40% de SCQ con un 17%, de 40 a 50% de SCQ con un 5% , y el 2% para las lesiones mayores del 50% (Gráfica 4). Los flujos urinarios no presentaron cambios relevantes, con tendencia a mantenerse desde las 0 a las 72 horas post quemaduras, en las primeras 0 - 8 horas post quemaduras la uresis horaria, con una media 3.1, desviación estándar 1.9 y moda de 1.1 (grafica 6); de las 9 a las 24 horas los flujo urinarios tienden a mantenerse constantes con una media de 3.3, desviación estándar 1.2 y la moda de 2.5 (gráfica 8); en la gráfica 10 podemos observar un aumento en la uresis que 15 va de las 24 a las 48 horas con una media de 3.7, desviación estándar de 1.4 y moda de 3.8. Por último en la gráfica 12 que corresponde a las últimas 48 a 72 horas de restitución hídrica, la uresis horaria disminuye, pero sin grandes cambios, con tendencia a mantener una constante, con una media de 3.4, desviación estándar de 1.3 y moda de 2.4, con ello observamos que la uresis horaria mantiene cifras constantes en las primeras 72 horas post quemaduras, lo cual no ocurrió con la presión venosa central. En la tabla 1 se exponen los cambios que sufre la presión venosa centralde acuerdo a la extensión de la quemadura, del 20 – 30% de superficie corporal total quemada, encontrándose sin cambios significativos, con una media aritmética a las 0 – 8 hs de 3.74, de las 9 – 24 horas media 4.99, 24-48 horas media 5.74 y de las 48 a 72 horas post quemaduras con una media de 6.9 con un total de 32 casos, así como con la representación gráfica. En la Tabla 2 se muestran los valores de presión venosa central en quemaduras del 30 – 40% de superficie corporal quemada en las primeras 72 horas post quemaduras en donde se observan que la presión venosa central sufrió cambios significativos en las primeras 8 horas con valores de 1.8 hasta 5.2 con una media de 3.1, desviación estándar de 1.22, moda no aplicable, de las 9 a las 72 horas un incremento paulatino de la presión venosa central, con los siguientes valores de 9 a 24 horas con una media de 5.66, desviación estándar de 2.1, mediana de 6, sin un valor aplicable para la moda, de las 24 a 48 horas con media de 7.38, desviación estándar de 2.61 mediana de 6.7, y de las 48 a 72 horas media de 8.28, desviación estándar de 3.68 mediana 9.8, con un total de 7 casos. Tabla 3 en el 16 grupo de 40 a 50% de superficie corporal quemada también hubo cambios significativos dentro de la 0 a 8 horas post quemaduras con una medio o promedio de 2.1, desviación estándar de 1.13 y mediana de 1.3, con un incremento paulatino, con un total de 2 casos. Por último en la tabla 4 y gráfica respectiva, se analizó en grupo de más del 50% de superficie corporal quemada, con un solo caso, observando cambios significativos también dentro de las 0 a 8 horas post quemaduras, con un incremento lento de la presión venosa central a partir de las 24 horas. En la tabla 5 se encuentra la correlación entre presión venosa central y uresis, observándose cifras bajas de PVC en las primeras 8 horas post quemadura, con cifras de uresis constante, esto en el quemado de 20 – 30 % de superficie corporal quemada. En la tabla 6, se correlaciona la presión venosa central y uresis en aquellos pacientes con quemaduras del 30 – 40% SCQ con cifras bajas y uresis fluctuantes. En la tabla 7, nuevamente cifras bajas de PVC en pacientes con 40 – 50 % de SCQ en las primeras 8 horas, con uresis en rangos normales, por último en la tabla 8, es aquel paciente con más del 50% de superficie corporal quemada con cifras muy bajas de PVC y uresis en rangos normales, por lo tanto encontramos que los valores de presión venosa central sufren cambios en las primeras 8 horas post quemaduras, siendo de mayor relevancia en aquellos pacientes con quemaduras extensas. 17 DISCUSIÓN Las quemaduras graves se asocian con incremento de la permeabilidad capilar y déficit de volumen intravascular de forma más severa en las primeras 24 horas siguientes a la quemadura (1), y considerando que la resucitación hídrica en el paciente quemado grave es la cantidad de líquido suficiente para mantener la función orgánica vital sin producir cambios patológicos iatrogénicos (13), una baja-resucitación conduce a disminución de la perfusión, insuficiencia renal aguda y muerte (1 y otros), también una ministración de líquidos incrementada o excesiva se asocia con resultados adversos, formación de edema, síndrome compartamental, Síndrome de Distress Respiratorio Agudo y disfunción orgánica múltiple (1,3,). Por tal motivo es fundamental contar con lineamientos que sustenten la terapia hídrica y el monitoreo hemodinámico para la valoración de la perfusión tisular. En éstos pacientes encontramos que la presión venosa central se mantuvo en valores bajos incluso negativos ( -1 a 14 )en las primeras 8 horas posteriores a la quemadura, manteniendo sin embargo uresis horarias adecuadas, posteriormente el promedio de la PVC aumento (0-11 ) a partir de las 24 horas. Siendo notorio a partir de este momento que incrementos mínimos de 1 -2 cm. de H20 en la PVC iban acompañados de incremento en la uresis horaria, lo cual correlaciona con lo referido en la literatura (10). 18 Sin embargo en nuestros pacientes con mayor extensión quemada grupo de 40% a 50% y el de más de 50% sí hubo una correlación entre PVC baja y uresis horaria baja que requirió de incremento en el aporte hídrico. Con respecto a la edad no encontramos correlación entre edad y cifras de la PVC en la etapa de hiperflujo, primeras 72 horas postquemadura. Ya que no se tiene datos suficientes para establecer un tratamiento estandarizado hasta el momento en el paciente pediátrico grave para la resucitación del choque postquemadura, además del conocimiento de las estimaciones de los volúmenes de resucitación en las primeras 24 horas, es indispensable el monitoreo hemodinámico para una adecuada perfusión tisular, en éste caso nuestros resultados demostraron de utilidad a la presión venosa central como otra herramienta además de la uresis horaria en los pacientes con quemaduras más severas. 19 CONCLUSIONES 1.- El grupo etario de mayor vulnerabilidad para sufrir quemaduras fue el de 0 a 2 años 2.- El sexo más afectado fue el femenino con una relación de 1:1.2. 3.- Las lesiones de quemaduras por escaldadura fueron las más frecuentes. 4.- La mayor frecuencia en la extensión de las quemaduras fueron del 20 al 30% de SCQ. 5.-Existen variaciones muy amplias en cuanto a la presión venosa central, siendo las mediciones promedio más bajas dentro de las primeras 8 horas siguientes a la quemadura en el paciente pediátrico quemado grave. 6.- La presión venosa central es una herramienta útil de monitoreo hemodinámico en el paciente pediátrico con quemaduras severas. Sin embargo, por sí sola no es suficiente o determinante para establecer un tratamiento hídrico adecuado. 7.- La uresis horaria es la principal guía para la restitución hídrica adecuada y las fluctuaciones encontradas en el presente estudio durante las primeras 72 horas post quemadura fueron posiblemente datos de pobre o incrementada administración hídrica. 20 8.- A mayor extensión de la quemadura menor presión venosa central y menor uresis horaria dentro de las primeras 72horas posteriores a la quemadura. 21 RECOMENDACIONES 1.- Colocar catéter venoso central para medir la presión venosa central y monitoreo hemodinámico en todo paciente con quemaduras graves de más del 30% de superficie corporal total, y a aquellos pacientes que no reaccionan en forma adecuada a la reanimación inicial con líquidos. 2.- En la fase de reanimación hídrica no es aconsejable, elevar la presión venosa central a valores normales, ya que esto conlleva la administración de volúmenes de líquidos mucho mayores de lo necesario. 3.- Realización de campañas de salud pública donde se enfatice el cuidado a los menores de edad, principalmente menores de 2 años. 22 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1.- Tratado de quemaduras. Bendlin, Linares, Benaim. Inteamericana abril de 1993. 2.- Tratamiento de quemaduras en pediatría, capitulo 23 Javier Mayoy Gomez, sociedad española de pediatría 2007. 3.-American burn Association. Practice Guidelines Burn Shock- resuscitation, Summay Article, Journal of Burn Care & research 2008 4.- Atención inicial al gran quemada, diciembre 2005, ser. Anestesiología y reanimación Hospital Juan Canalejo (A. Coruña) 5.- Advances in burn critical are med. 2006 Vol 34 número 9. 6.- ABC burns. Initial management of major burn: I overview 7.-ABC burns initial management of a major burn II: Assessment and resuscitation. 8.- Catéteres venosos centrales, sección de cirugía general. Universidad del valle, Celi, Colombia 2007. 9.-Anestesia y reanimaciónj del grab quemado pediátrico. Rev española anestesia 2005. 10.- Ministerio de salud. Guía Clínica Gran Quemado. Minsal,2007 Fecha de publicación: Julio 2007 11.- Cambios hemodinámicos en las primeras 36 horas, alteraciones de las 36 horas a los 7 días y alteraciones hemodinámicas tardías. MMC Carlos Eduardo Osorio Suarez, especialista en medicina crítica y terapia intensiva, hospital militar regional de Irapuato 2006. 23 12- Advances in burn critical care Kyros Ipaktchi, MD; Saman Arbabi, MD, MPH. 2006. 13.- Total burn Care David N. Herndon. Third edition. 14.- The management of severe burns in children Amber Elizabeth Young* Consultant Paediatric Anaesthetist, Department of Anaesthesia, South West Regional Paediatric Burns Unit Frenchay Hospital, Frenchay, Bristol BS16 1LE, UK 2003. 15 .- Alteraciones hematológicas (diciembre 2005, PBL 14: Atención al gran quemado, servicio de anestesiología y reanimación Juan Canalejo (A Coruña) ANEXOS GRAFICA1. Distribución por grupos etarios de pacientes pediátricos quemados graves. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. 48% 31% 19% 2% 2 años 3-6 años 7-15 años >15 años GRAFICA 2. Distribución por sexo en el paciente pediátrico quemado grave. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. 44% 56% Masculino Femenino GRAFICA 3. Distribución por mecanismo de lesión de quemaduras. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya 78% 17% 5% 0% escaldadura fuego directo electricidad continuidad GRAFICA 4.Porcentajes y distribución por extensión de la quemadura en pacientes pediatricos quemados graves. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. 76% 17% 5% 2% 20-30 30-40 40-50 >50 P O R C E N T A J E GRAFICA 5. Presión venosa central de las 0 a 8 horas post quemaduras en el paciente pediatrico. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. GRAFICA 6. Uresis horaria de las 0-8 horas postquemadura en el paciente pediatrico con quemaduras graves. 1.3=x FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. -2 0 2 4 6 8 10 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 PRESION VENOSA CENTRAL DE 0-8 HORAS NUMERO DE CASOS PVC 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 Uresis 0-8 horas URESIS No. de casos x = 3.2 GRAFICA 7.Presión venosa central de las 24 a 48 horas post quemaduras graves en el paciente pediatrico. 8.4=x FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. GRAFICA 8 Uresis horaria de las 24 a 48 horas post quemaduras graves en el paciente pediatrico. 3.3=x FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya . 0 2 4 6 8 10 12 14 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 PVC 9-24 horas 0 1 2 3 4 5 6 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 Uresis 9-24 horas PVC Casos Uresis Casos GRAFICA 9. Presión venosa central de 24 a 48 horas post quemaduras en el paciente pediatrico grave. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. GRAFICA 10. Uresis horaria de 24 a 48 horas en el paciente pediatrico con quemaduras graves. 7.3=x FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya 0 2 4 6 8 10 12 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 PVC 24-48 horas 0 1 2 3 4 5 6 7 8 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 Uresis 24-48 horas URESIS No. de casos x = 4.88 PVC No. Casos GRAFICA 11. Presión venosa central de 48 a 72 horas post quemaduras en el paciente pediatrico del Hospital pediatrico de Tacubaya en la UTI. FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. GRAFICA 12. Uresis horaria de 24 a 48 horas en el paciente pediatrico con quemaduras graves. 4.3=x FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. 0 2 4 6 8 10 12 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 PVC 48-72 horas 0 1 2 3 4 5 6 7 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 Uresis 48-72 horasURESIS No. casos x = 7.15 PVC No. Casos TABLA 1 VALORES DE PVC EN EL PACIENTE QUEMADO GRAVE DEL 20-30% DE SCQ EN LAS PRIMERAS 72 HS. N 0-8 9-24 24-48 48-72 1 1 0.8 5.2 5.2 2 1.3 2 0.7 2.6 3 -1 1.1 3.6 5 4 3 4.3 5.5 7 5 6.7 5 5.8 6.8 6 2.7 6.5 7.3 7.8 7 5.2 9.3 4.8 4.9 8 0 2.6 2.5 3.5 9 3.2 3.8 6 8 10 2.8 3.5 4.7 6.7 11 3 5.1 6.1 4.9 12 1 3.7 3.2 6.1 13 4 3.2 5 6.8 14 8 5 7.6 9 15 2 4.1 6 7.5 16 3.5 0 4 4.5 17 -1 14 7.5 8.6 18 8.2 3.4 4.1 7.3 19 3.5 5.8 7.2 8 20 2 6.5 7 7.6 21 7.8 7.7 8.2 12 22 5.3 5.5 5.4 6.7 23 5.8 8.1 4.8 4.5 24 6.2 6.4 7.3 7.7 25 7.5 7.6 7.5 5 26 5.5 6.5 2.7 5.3 27 -1 1.8 5 7.6 28 6.5 6.7 7.6 7 29 5 3.9 7.5 11 30 2 4.1 8.1 9.9 31 6.3 6.7 10.1 9.5 32 5 2.7 3.7 5 DESVEST 2.7 2.78 2.01 2.1 MEDIANA 3.5 4.65 5.65 6.9 MODA -1 6.5 7.5 5 MEDIA 3.74 4.99 5.74 6.9 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. TABLA 2. PRESION VENOSA CENTRAL EN EL PACIENTE GRAN QUEMADO DEL 30-40% DE SCQ EN LAS PRIMERAS 72 HS. 0-8 9-24 24-48 48-72 1.8 7.7 8.7 1.4 4.2 6 5.2 5.4 3 2.3 3.2 10.3 2 3.4 6.7 9.8 4 6.8 11 11.5 3.6 7.8 9 11.3 5.2 5.3 6.2 8.7 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. DESVEST 1.22 2.1 2.61 3.68 MEDIANA 3.6 6 6.7 9.8 MODA NA NA NA NA PROMED 3.1 5.66 7.38 8.28 TABLA 3. PRESION VENOSA CENTRAL EN EL PACIENTE GRAN QUEMADO DEL 40-50% DE SCQ DE LAS 0 A 72 HORAS. 0-8 9-24 24-48 48-72 2.1 6.8 5 7.6 0.5 1.8 6 10.4 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. DESVEST 1.13 3.53 0.7 1.97 MEDIANA 1.3 4.3 5.5 9 MODA NA NA NA NA PROM 2.1 6.8 5 7.6 TABLA 4. URESIS EN EL PACIENTE QUEMADO GRAVE DE LAS 0 A LAS 72 HORAS POST QUEMADURAS. A0-8 A9-24 A24-48 A48-72 3.7 3.5 2.4 6.5 4.2 2.3 3.8 4.6 0.6 3.1 3.1 4 0.6 1.7 3.4 1.8 2.9 4.5 4.1 1 4.9 3.1 2.5 3.1 6.3 5.1 3.7 6.6 2.8 4.7 2.3 3.8 5.8 1.8 2.7 3.9 1.1 1.9 2.6 2.9 3.2 4.5 6.6 2 4.3 3 2.8 2.2 6.3 3.3 4.4 3.1 1.5 4.8 3.8 2.4 2.7 4.1 3.5 4.1 0.8 2.2 3.4 4.3 2 2.5 3.5 3.4 1 1.5 2.3 2 3.1 2.2 3.1 2.9 1.1 3 3.8 2.4 0.7 2.6 3.1 4.5 2.9 3.2 2.6 2.4 1.1 2.6 4.7 3.9 2.4 1.8 3.3 3.8 0.9 4.2 3.8 2.4 1.9 2.5 2.9 2.6 4.2 2.7 3 2.2 3.5 4.7 5.7 4.6 8.7 2.5 5.1 2.6 3.1 2.7 3 4.6 6 2.1 0.6 1.4 3.1 3.4 2.8 2.1 4.8 4 2.3 2.8 3.2 3.6 7.7 5 0.9 2 2.6 1.8 2.2 5.4 3.8 3.8 7.9 2.4 7.3 4.1 3.4 5.6 7 6.5 A0-8 A9-24 A24-48 A48-72 3.6 5.6 5.5 4.8 3.8 3.2 4.2 3.1 1.3 3.5 3.7 4.9 2.8 6 5.1 5.6 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. Tabla 5. CORRELACIÓN DE PVC Y URESIS EN EL PACIENTE PEDIATRICO CON QUEMADURAS DEL 20 AL 30 % DE SCQ 0-8 9-24 24-48 48-72 PVC 1 0.8 5.2 5.2 URESIS 3.7 3.5 2.4 6.5 PVC 1.3 2 0.7 2.6 URESIS 4.2 2.3 3.8 4.6 PVC -1 1.1 3.6 5 URESIS 0.6 3.1 3.1 4 PVC 3 4.3 5.5 7 URESIS 2.9 4.5 4.1 1 PVC 6.7 5 5.8 6.8 URESIS 4.9 3.1 2.5 3.1 PVC 2.7 6.5 7.3 7.8 URESIS 5.8 1.8 2.7 3.9 PVC 5.2 9.3 4.8 4.9 URESIS 3.2 4.5 6.6 2 PVC 0 2.6 2.5 3.5 URESIS 4.3 3 2.8 2.2 PVC 3.2 3.8 6 8 URESIS 6.3 3.3 4.4 3.1 PVC 2.8 3.5 4.7 6.7 URESIS 1.5 4.8 3.8 2.4 PVC 3 5.1 6.1 4.9 URESIS 2.7 4.1 3.5 4.1 PVC 1 3.7 3.2 6.1 URESIS 2 2.5 3.5 3.4 PVC 4 3.2 5 6.8 URESIS 1 1.5 2.3 2 PVC 8 5 7.6 9 URESIS0.7 2.6 3.1 4.5 PVC 2 4.1 6 7.5 URESIS 2.9 3.2 2.6 2.4 0-8 9-24 24-48 48-72 PVC 3.5 0 4 4.5 URESIS 2.4 1.8 3.3 3.8 PVC -1 14 7.5 8.6 URESIS 0.9 4.2 3.8 2.4 PVC 8.2 3.4 4.1 7.3 URESIS 1.9 2.5 2.9 2.6 PVC 3.5 5.8 7.2 8 URESIS 4.2 2.7 3 2.2 PVC 2 6.5 7 7.6 URESIS 3.5 4.7 5.7 4.6 PVC 7.8 7.7 8.2 12 URESIS 8.7 2.5 5.1 2.6 PVC 5.3 5.5 5.4 6.7 URESIS 3.1 2.7 3 4.6 PVC 5.8 8.1 4.8 4.5 URESIS 6 2.1 0.6 1.4 PVC 6.2 6.4 7.3 7.7 URESIS 4.8 4 2.3 2.8 PVC 7.5 7.6 7.5 5 URESIS 3.2 3.6 7.7 5 PVC 5.5 6.5 2.7 5.3 URESIS 0.9 2 2.6 1.8 PVC -1 1.8 5 7.6 URESIS 2.2 5.4 3.8 3.8 PVC 6.5 6.7 7.6 7 URESIS 7.9 2.4 7.3 4.1 PVC 5 3.9 7.5 11 URESIS 3.4 5.6 7 6.5 PVC 2 4.1 8.1 9.9 URESIS 3.6 5.6 5.5 4.8 PVC 6.3 6.7 10.1 9.5 URESIS 3.8 3.2 4.2 3.1 PVC 5 2.7 3.7 5 URESIS 1.3 3.5 3.7 4.9 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. Tabla 6 CORRELACIÓN DE PVC Y URESIS EN EL PACIENTE PEDIATRICO CON QUEMADURAS DEL 30 AL 40 % DE SCQ 0-8 9-24 24-48 48-72 PVC 1.8 7.7 8.7 1.4 URESIS 0.6 1.7 3.4 1.8 PVC 4.2 6 5.2 5.4 URESIS 6.3 5.1 3.7 6.6 PVC 3 2.3 3.2 10.3 URESIS 1.1 1.9 2.6 2.9 PVC 2 3.4 6.7 9.8 URESIS 0.8 2.2 3.4 4.3 PVC 4 6.8 11 11.5 URESIS 3.1 2.2 3.1 2.9 PVC 3.6 7.8 9 11.3 URESIS 3.1 3.4 2.8 2.1 PVC 5.2 5.3 6.2 8.7 URESIS 2.8 6 5.1 5.6 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. Tabla 7. CORRELACIÓN DE PVC Y URESIS EN EL PACIENTE PEDIATRICO CON QUEMADURAS DEL 40 AL 50 % DE SCQ 0-8 9-24 24-48 48-72 PVC 2.1 6.8 5 7.6 URESIS 2.8 4.7 2.3 3.8 PVC 0.5 1.8 6 10.4 URESIS 1.1 2.6 4.7 3.9 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. Tabla 8. CORRELACIÓN DE PVC Y URESIS EN EL PACIENTE PEDIATRICO CON QUEMADURAS >50% DE SCQ 0-8 9-24 24-48 48-72 PVC 0.5 0 3 5.2 URESIS 1.1 3 3.8 2.4 FUENTE: Archivo clínico del Hospital Pediátrico de Tacubaya. Portada Resumen Índice Planteamiento del Problema Objetivo General Justificación Material y Métodos Resultados y Análisis Discusión Conclusiones Recomendaciones Referencias Bibliográficas Anexos
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