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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA PSICOLOGÍA DE LA SALUD PATRONES DE SUEÑO, ANSIEDAD, DEPRESION Y FUNCIONES COGNOSCITIVAS EN FUMADORES. T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: DOCTORA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A : ERYKA DEL CARMEN URDAPILLETA HERRERA JURADO DE EXAMEN DE GRADO: DIRECTOR DE TESIS: DR. FRUCTUOSO AYALA COMITÉ: DRA. SELENE CANSINO DR. REYES HARO VALENCIA DR. JUSTINO REGALADO DRA. ANA MORENO COUTIÑO MÉXICO, D.F. 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS Al Programa de Doctorado de la Facultad de Psicología de la UNAM por darme la oportunidad del conocimiento y de crecer en lo personal y profesional. Mi corazón y mi mente orgullosamente UNAM. “Por mi raza hablará el espíritu” A mis tutores y miembros del Comité (Dr. Fructuoso Ayala, Dra. Selene Cansino, Dr. Reyes Haro, Dr. Justino Regalado, Dra. Ana Moreno) quienes con su inigualable paciencia me guiaron afectuosamente por este camino a veces espinoso, pero con su entusiasmo y apoyo fue agradable transitar por él. A Carlos Durán porque sin duda gracias a su acompañamiento en todo este tiempo, esto ha sido posible. Por haber sido durante mucho tiempo un ángel en el camino de muchos de nosotros, los alumnos. Al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, Clínica de Tabaquismo, Al Dr. Raúl Sansores, por confiar en mí, por su apoyo y por inculcarme siempre el cariño por la investigación. Al Dr. Justino Regalado, por darme la hermosa oportunidad de hacer lo que me gusta. A Mony Méndez y Dany Castro, por ser dos ángeles amorosos en mi camino. A Jeny Ossio, y Gaby Lara, por crecer junto conmigo. A Faby Valdelamar por tu perseverancia y compromiso, porque me recuerdas que siempre se puede hacer un mayor esfuerzo. A la Dra. Ramírez por su experiencia invaluable y su generosidad al compartir conocimiento. ………A Dios, por tomarme de la mano y no permitir que me rindiera, por sostenerme amorosamente en los momentos más difíciles de este proceso y por darme los motivadores más hermosos que se puedan tener en la vida, mis hijos. 3 Dedico éste trabajo … A mi madre, no cabe duda que soy afortunada porque no he conocido amor más grande que el tuyo. Para ti mami por tu apoyo siempre, por tu paciencia, por tu cansancio pero sobre todo por tu infinito amor. A mi padre porque en silencio has gozado y sufrido junto conmigo para alcanzar mis metas, papi, para ti este otro objetivo cumplido. A mis más grandes tesoros, Charles, Carlos y Andrea. A ti mi amor por tu cariño, apoyo y confianza porque no dejaste que me rindiera y comprendiste e impulsaste mi sueño. A ustedes hijitos que son la más grande inspiración, por su tiempo que generosamente me brindaron para alcanzar el objetivo. A mis hermanos, Norma, Enrique y Jorge porque la confianza que han depositado en mí, merece resultados. Por ser ejemplo y por su cariño. A los pacientes, materia prima para el desarrollo de este trabajo, pero también principales beneficiarios A todos aquellos que voluntaria o involuntariamente participaron en este sueño… ¡Gracias! 4 1. NICOTINA Y ABSTINENCIA ________________________________________________ 7 1.1. NICOTINA ___________________________________________________________________ 7 1.2. Adicción. _____________________________________________________________________ 9 1.3. Abstinencia. _________________________________________________________________ 13 2. SUEÑO __________________________________________________________________ 21 2.1. Historia del Registro de Sueño __________________________________________________ 21 2.3. Mecanismos Neurofisilógicos del sueño y la vigilia. _________________________________ 23 2.4. Patrón de sueño en adultos normales. ____________________________________________ 24 2.4.1. Generalidades del sueño en el adulto normal. _____________________________________________ 25 2.4.2. Actualizaciones en la clasificación de las etapas de Sueño. ___________________________________ 25 a. Etapa W (wakefulness) (Despierto). ____________________________________________________ 26 b. Etapa N1 (NREM 1) ________________________________________________________________ 26 c. Etapa N2 (NREM 2) ________________________________________________________________ 26 d. Etapa N3 (NREM 3) ________________________________________________________________ 26 e. Etapa R (REM) ____________________________________________________________________ 26 2.5. Sueño y Nicotina _____________________________________________________________________ 31 3. ESTADO DE ANIMO ______________________________________________________ 35 3.1. DEPRESION ________________________________________________________________ 35 3.2 ANSIEDAD ______________________________________________________________ 39 4. FUNCIONES COGNOSCITIVAS Y NICOTINA. ________________________________ 41 4.1. MEMORIA. _________________________________________________________________ 41 4.2. ATENCIÓN _________________________________________________________________ 41 4.4. FUNCIONES COGNOSCITIVAS Y NICOTINA __________________________________ 41 MATERIAL Y METODO ______________________________________________________ 46 OBJETIVO GENERAL _______________________________________________________ 46 OBJETIVOS ESPECIFICOS __________________________________________________ 46 HIPOTESIS ________________________________________________________________ 46 Sujetos _________________________________________________________________________ 47 Criterios de Inclusión _____________________________________________________________ 47 Criterios de Exclusión ____________________________________________________________ 48 Criterios de Eliminación __________________________________________________________ 48 VARIABLES ____________________________________________________________________ 48 TIPO DE ESTUDIO ______________________________________________________________ 50 DISEÑO DEL ESTUDIO __________________________________________________________ 51 INSTRUMENTOS _______________________________________________________________ 51 PROCEDIMIENTO ______________________________________________________________ 55 RESULTADOS ______________________________________________________________ 58 DISCUSIÓN ________________________________________________________________ 69 APÉNDICE _____________________________________________________________________ 74 REFERENCIAS _____________________________________________________________ 77 5 INTRODUCCION Actualmente los daños ocasionados por el tabaquismo han dado origen al desarrollo de distintas teorías sobre su etiología. A este respecto se identifican factores biológicos y psicológicos; dentro de estos últimos, se describen algunascaracterísticas de personalidad asociadas al consumo de distintas sustancias adictivas; mientras que en los primeros, se asocian mecanismos fisiológicos que fungen como reforzadores del tabaquismo ya que al incidir en áreas cerebrales específicas de la emoción, atención y memoria, el tabaquismo se incrementa y mantiene a lo largo de grandes periodos de la vida del individuo, creándole tolerancia (necesidad de consumir cada vez más número de cigarrillos para generar el mismo efecto) y con ello favorece la adicción (Benowitz, 1992). Esto facilita a su vez el incremento en la incidencia y mantiene la prevalencia del tabaquismo siendo actualmente del 35.6% en nuestro país (Encuesta Nacional de Adicciones,[ENA], 2008). Hoy en día, el tabaquismo se desarrolla en edades cada vez más tempranas y el costo a la salud es cada vez más alto, representando a nivel mundial un problema de salud pública, cobrando la muerte de un promedio de 153 personas en México, diariamente (ENA, 2008). Al respecto se han tomado diversas medidas para atacar el incremento en la prevalencia. Una de las estrategias más importantes en este sentido, es promover campañas que concienticen acerca de los daños a la salud ocasionados por el consumo de tabaco. Dichas campañas van dirigidas principalmente a los niños, adolescentes y adultos jóvenes, que aún no se han iniciado en el consumo del tabaco. Este tipo de intervenciones, a pesar de los esfuerzos no consiguen el éxito necesario ya que los índices de tabaquismo aun son muy altos en nuestro país y afectan principalmente a la población con edades comprendidas entre los 18 y 29 años de edad, (ENA, 2008). Tanto el inicio como el mantenimiento del tabaquismo están asociados a los efectos sobre el estado de ánimo de quienes lo consumen, mejorando las sensaciones de malestar producidas por la depresión y la ansiedad (Benowitz, 1992; Salín Pascual y Drucker- Colín, 1998; Lai, Hong y Tsai, 2001). Con relación a la ansiedad, se ha propuesto que algunos trastornos de ansiedad, están asociados al consumo de tabaco encontrándose que la administración de nicotina, puede en algunas ocasiones contrarrestar estos 6 estados (Johnson, et al. 2000, Amering et al., 1999; Himle, Thyer y Fisher, 1988, Breslau, Kilbey y Andreski, 1991); por lo que el consumo de nicotina al igual que con la sintomatología depresiva podría estar actuando a manera de automedicación para tratar sus síntomas, sobre todo cuando estos forman parte del síndrome de abstinencia (Fiammeta, et al. 2006; Pomerlau, Marks, Pomerleu,2000). De acuerdo con lo anterior, los efectos del consumo de nicotina no se limitan en el campo clínico del estado de ánimo, ni en los efectos sobre la arquitectura del sueño, ya que también tiene una acción directa sobre funciones cognoscitivas pues al estimular la descarga de acetilcolina favorece el rendimiento en actividades físicas, mejora de la memoria; al mismo tiempo que favorece estados de alerta, de concentración, mejora en el rendimiento de tareas de ejecución y en la capacidad de atención (Gentry, Hammersley, Penny Nuwer, Meliska, 2000; Brailowsky, 1999 y Jarvik, 1991). De igual manera el efecto de la sustancia modifica la arquitectura del sueño tanto durante su consumo regular como durante la abstinencia de la misma (Jiménez, 2003; Haro y Drucker Colín, 2004; Salín Pascual y Drucker Colín, 1998). Dado que variables como arquitectura o patrones de sueño, la ansiedad, la depresión y funciones como atención y memoria no han sido evaluadas en su conjunto y en virtud de la importancia que representan para la permanencia en la abstinencia de la nicotina, el objetivo de este estudio fue medirlas tanto al inicio (durante el consumo regular) como al final del tratamiento para dejar de fumar (un mes de abstinencia). 7 1. NICOTINA Y ABSTINENCIA 1.1. NICOTINA La nicotina es una de las sustancias incluidas en el tabaco, constituye la forma actual y más frecuente de consumo. El tabaco, llamado así por su nombre de origen Nicotiana tabacum, promovido por Jean Nicot en tiempos remotos con fines medicinales. Es originario de América y desde Paraguay hasta Québec los indígenas americanos han consumido tabaco durante siglos. Ya sea en su forma pura (la hoja de la planta simplemente enrollada), como cigarrillo (envuelto en hoja de maíz), en pipa combinado con jarabe para ser ingerido, e incluso en forma de enema. Se le llamaba también la hierba santa o hierba para todos los males ya que es en forma casi indiscriminada remedio ya sea para el dolor, la cefalea, la flatulencia, e incluso para la tos (Benowitz, 1992) La nicotina es una amina terciaria, es una base débil con pka de 8.0, soluble tanto en agua como en lípido. A pH fisiológico no se ioniza una proporción cercana a 31% de la nicotina y cruza con facilidad las membranas celulares. El pH del humo de los tabacos curados con borra, que se encuentran en la mayor parte de los cigarrillos, es ácido. A este pH se ioniza la mayor parte de la nicotina y no cruza con rapidez las membranas. Como consecuencia hay poca absorción bucal de la nicotina por el humo del cigarrillo, incluso cuando se conserva en la boca. Las sustancias que se absorben se transportan con rapidez hacia las diversas partes del cuerpo y hacia los diferentes órganos. Después de la absorción por los pulmones, las concentraciones sanguíneas de nicotina se incrementan con rapidez y llegan a su máximo al terminarse el cigarrillo que se está fumando (Benowitz, 1992). El tabaquismo es una forma única de administración general de sustancias ya que la entrada en la circulación se produce a través de la circulación pulmonar, en vez de hacerlo por las circulaciones portal o venosa general. La entrada por los pulmones influye en el ritmo del patrón de descarga de las sustancias hacia los órganos corporales. Por lo anterior la nicotina se desplace con rapidez desde el humo del cigarrillo inhalado hacia el cerebro (Benowitz,1992). Se estiman aproximadamente 19 segundos desde el momento de la aspiración hasta la descarga de la nicotina en el tejido cerebral, 8 en esta estimación están considerados los segundos de la aspiración que son alrededor de dos. Las concentraciones cerebrales disminuyen con rapidez conforme se distribuye la nicotina hacia los otros tejidos corporales. Las concentraciones de nicotina en la sangre arterial y el cerebro se incrementan de manera aguda después de la exposición y disminuyen en plazo de 20 a 30 minutos conforme se redistribuye la nicotina hacia los tejidos corporales, en particular el músculo esquelético (Porchet, 1987, citado por Benowitz, 1992). La tasa de la nicotina en el cerebro, en relación con la que se encuentra en la sangre venosa, es más elevada durante el período de exposición y al final del mismo y disminuye de manera gradual conforme se inicia la fase de eliminación. La inhalación de una sustancia como la nicotina permite la transferencia rápida de la misma hacia la circulación arterial y el cerebro. (Benowitz, 1992). La nicotina es la sustancia química del tabaco responsable de la adicción, actúa sobre los receptores colinérgicos nicotínicos en cerebro y otros órganos del cuerpo (Benowitz, 1992). Los efectos fisiológicos de la nicotina resultan de su acción colinérgica, debido a que ésta tiene la propiedad de estimular áreas específicas del sistema nervioso. Este agente farmacológico puede actuar predominantemente a nivel presináptico fomentando la descarga de neurotransmisores como acetilcolina, noradrenalina, dopamina y serotonina. Algunas de las consecuencias de estas acciones son la excitación de la conducta motora y activación neural simpática (Pormeleau y Pormeleau, 1984, citado por Benowitz, 1992; Brailowsky, 1999). El incremento de la descarga de dopamina y noradrenalina se puede acompañar desensaciones de placer debido a que tiene efecto sobre el sistema límbico. Las vías de refuerzo son, dopaminérgica mesolimbocortical, en ella se desarrolla el proceso de reforzador positivo, el estímulo se inicia en el área tegmental ventral, que libera dopamina en el núcleo accumbens (Nisell, 1994). El incremento en la descarga de dopamina y noradrenalina se puede acompañar de placer lo mismo que de anorexia. La acetilcolina se puede acompañar de mejoría en el rendimiento en las tareas conductuales, lo mismo que mejoría de la memoria. Al fumar hay una descarga de betaendorfina que se puede acompañar de reducción de la ansiedad y la tensión (Nisell, 1994; Benowitz, 1999; citado por Arreseygor y Müller 2006). Por lo que respecta a los 9 reforzadores negativos, se originan en las vías noradrenérgicas del locus coeruleus del tronco cerebral y el neurotransmisor involucrado es la noradrenalina. El locus coeruleus es responsable de los estados de vigilia y alerta y junto a otros núcleos noradrenérgicos del tronco cerebral (sistema noradrenérgico) participan en el control de sensaciones como bienestar, sueño, hambre, ira, miedo así como en distintas funciones somáticas. Por otro lado, la estimulación de los receptores nicotínicos específicos de acetilcolina en el locus coeruleus con nicotina mejora las funciones cognoscitivas, la capacidad de concentración, el rendimiento intelectual; además reduce el estrés y atenúa las sensaciones de malestar derivadas de situaciones críticas (Müller y Wehbe, 2006). La nicotina origina efectos farmacológicos complejos y a veces impredecibles ya que no sólo genera diversas respuestas al actuar sobre los receptores sino también porque puede estimular o desensibilizar a estos receptores. Ésta es una acción básica de la nicotina que se reconoce en todos los sitios donde actúa (Arreseygor y Müller, 2006). Por otro lado se sabe que la nicotina tiene una vida media de 2 horas cuando comienza la disminución de las concentraciones de nicotina en la sangre de los fumadores, éstos empiezan a experimentar síntomas físicos y afectivos de abstinencia, razón por la cual tienen la necesidad de fumar cada 30 o 60 minutos aproximadamente, manteniendo así niveles de nicotina mínimos necesarios para evitar dichos síntomas (Parrot, 1994, 1996, 1998). 1.2. Adicción. Müller y Wehbe (2006), proponen que la nicotina promueve tres tipos de adicción: física, psicológica y social. La existencia de la primera requiere el consumo de un producto psicoactivo, una actitud caracterizada por la conducta Adicción a la Nicotina Dependencia Física Dependencia Psicológica Dependencia Social 10 de “búsqueda de droga” y la existencia de estímulo exterior asociado al consumo. El producto psicoactivo capaz de generar la adicción debe provocar también cambios en el humor, la cognición y la conducta. La “búsqueda de droga” es una actitud de autoadministración que queda condicionada por sus consecuencias llamadas también efectos reforzadores positivos originados por las situaciones vivenciales asociadas al consumo de la sustancia y pueden ser externas (música, llamado telefónico olores, sabores) o bien internas (ira, hambre, miedo, alegría). Algunos o todos estos estímulos pueden ser neutros, es decir, no están relacionadas con las propiedades farmacológicas de la sustancia. Una característica muy importante de las sustancias de abuso como la nicotina, es que actúa como “reforzador positivo”, provocando un estado afectivo positivo (euforia). Este efecto reforzador se lograría regulando los sistemas de recompensa naturales como las sensaciones que provocan el alimento, el agua o el sexo (Zieger, 1999, citado por Müller y Wehbe, 2006). El refuerzo de una conducta es un estímulo que provoca la tendencia y necesidad de repetir esa conducta. El efecto conocido como refuerzo o recompensa dopamínica (por el neurotransmisor involucrado) se caracteriza por la percepción de sensaciones placenteras originadas por el consumo de una sustancia capaz de generar farmacodependencia. Ya que se estableció la percepción se instala la conducta caracterizada por la “búsqueda del placer” lo que lleva a la utilización reiterada de la sustancia, en este caso la nicotina. Cuando se suspende el consumo se da origen a un fenómeno conocido como “síndrome de abstinencia” en el cual están presentes síntomas desagradables para el fumador, síntomas que sólo se eliminan mediante el restablecimiento de niveles nicotínicos en sangre, a los cuales se le da el nombre de reforzadores negativos (Zieger, 1999, citado por Müller y Wehbe, 2006). 11 Figura 1.Las vías de los neurotransmisores Figura 2. Las vías de neurotransmisores serotoninérgicos noradrenérgicos y dopaminérgicos. Las letras A indican y colinérgicos. Se indican los principales núcleos de origen. la localización de los grupos neuronales. Participan en procesos complejos como adicción, sueño, (Brailowsky, 1995) memoria y atención. (Brailowsky, 1995). La dependencia psicológica se refiere a la necesidad de fumar independientemente de los efectos físicos generados sobre el sistema nervioso central, en función de la relación que el individuo establece con el cigarro pues con él se festeja, llora, se hace la digestión, se mejora la evacuación intestinal, se calma el nerviosismo, se consigue mayor seguridad, se seduce, se disfruta, etc. (Müller y Wehbe, 2006). La posibilidad de dejar de fumar por sí misma genera angustia por temor a perder todo lo que representa. Así pues el cigarro se incorpora a la personalidad del fumador (Cherry y Kieman,1976, Pulvermuller, F. 1996, citados por Müller y Wehbe, 2006; Sieber y Angst 1990) formando parte de sus gestos, costumbres y autoimagen, haciendo de la actividad de fumar un estilo propio de vida, por lo que dejar de fumar, representa pérdida de identidad, incluso puede considerarse una pérdida de sí mismo (Müller y Wehbe, 2006). Por lo que respecta a la dependencia social, Müller y Wehbe (2006) afirma que la posibilidad de obtener reforzadores en éste ámbito, favorece que los individuos se inicien y mantengan en el consumo. Parte de los reforzadores en esta dependencia los constituyen factores como el hecho de que el tabaco es una droga aceptada socialmente, admitida en los muy diversos sectores de la 12 sociedad, tan es así que según el Banco Mundial (2000), en el mundo entero 1,300,000,000 de personas fuman y constituye el mayor riesgo de morbi- mortalidad en el mundo. Figura 2. Explica las asociaciones que un individuo realiza a través del tiempo de consumo y que dificulta su abandono. El individuo asocia cualquier actividad o incluso afecto al consumo y lo asume como una relación causal. Ejemplo: Fumar y tomar café es placentero.(Sansores, 1998) Debe señalarse que tanto la dependencia física como la psicológica se asocia a sensaciones de bienestar general, como se comentó anteriormente, sin embargo, de forma paradójica, existe evidencia que apoya la hipótesis de que si bien la nicotina es un agente que favorece algunos procesos cerebrales, también es causa de deficiencia en otros, debido a que fumar cigarro causa vasoconstricción produciendo con ello, un incremento en la presión sanguínea arterial y en la frecuencia cardiaca (Seto et al. 1989, citado por Shinohara y Nagata, 2006). La literatura refiere que la nicotina en humanos reduce la tasa metabólica cerebral de la glucosa (Stapleton, et al., 2003). Zubieta et al. (2005) afirman que tanto la nicotina, como el tabaco alteran el flujo sanguíneo cerebral, por lo que fumar crónicamente haceque disminuya la perfusión sanguínea y no sólo en una región sino en forma global (Silvestrini, Troisi, Matteis, Cupini y Bernardi, 1996), mientras que la administración aguda de nicotina en sujetos normales incrementa el flujo sanguíneo cerebral global Familia Copas Fiesta Despedidas Trabajo Descanso Placer Euforia Alegría Tristeza Tensión Relajación Espacimiento 13 (Fujishiro, Kodaira, Wada, Tsukiyama, 1995). Entonces la nicotina por una parte estimula centros específicos del sistema nervioso central y favorece algunos procesos mentales, pero por otra parte, empleada crónicamente puede perjudicar las funciones normales del cerebro entre ellas la memoria. 1.3. Abstinencia. Por la exposición prolongada o repetitiva a la nicotina, sobreviene la neuroadaptación y una de las consecuencias de ésta es la aparición de síntomas de supresión de nicotina, también llamada síndrome de abstinencia (Hughes, Higgins, Hatsukami, 1990, Benowitz, 1992). El síndrome de abstinencia se define como el estado de desequilibrio homeostático, provocado por el cese abrupto del consumo de una droga y representa la existencia clara de la dependencia física. La Asociación Americana de Psiquiatría, incluye en el DSM – IV un apartado en el que se define los criterios de dependencia a sustancias psicoactivas en el que se incluye a la nicotina. Los diversos síntomas que describen al síndrome de abstinencia según el DSM-IV (1996) son: Estado de ánimo disfórico o depresivo Insomnio Irritabilidad Frustración Ira Craving (compulsión por fumar) Ansiedad Dificultad en la concentración Disminución de la frecuencia cardiaca Aumento del apetito y del peso Enlentecimiento en el EEG Cambios en los MOR Disminución de catecolaminas y cortisol Criterios Diagnósticos del DSM-IV F 17.3 Abstinencia Nicotínica (292.0) De acuerdo con Gross y Stitzer (1989), los síntomas psicológicos y fisiológicos de la abstinencia aparecen dentro de las primeras 24 horas, surgen más síntomas pasadas las siguientes 24 horas y tienden a declinar después de tres o cuatro semanas. Mientras que para Huges (1992) el tabaco produce estrés ya que durante el inicio de la abstinencia se incrementan los síntomas de ansiedad, irritabilidad e intranquilidad, pero pasados los 14 días, éstos 14 comienzan a disminuir progresivamente a través de los 30, 60 y 90 días de la abstinencia. Lara-Rivas, Ramírez-Venegas, Sansores, Espinoza, Regalado-Pineda, (2007) afirma que síntomas como la ansiedad y la depresión están asociados al síndrome de abstinencia, producto de la suspensión brusca de la sustancia y que tienen su mayor intensidad durante las dos primeras semanas de la suspensión pero que algunos otros también asociados al síndrome de abstinencia, como irritabilidad y dificultad para concentrarse, no muestran la misma tendencia. Otros investigadores (Prokhorov, Suchanek, Cinciripini, 2005) afirman que los síntomas de abstinencia observados en adultos que dejan de fumar son cansancio, insomnio, incremento en el apetito, aumento de peso, irritabilidad, enojo, depresión, deseo de fumar y problemas de concentración. En su estudio, los fumadores crónicos pesados, reportaron mayor intensidad en estos síntomas. En otro estudio, realizado por Breslau et al. (1992), se observó que la presencia e intensidad de los síntomas está en relación con el estado de ánimo de los sujetos, de tal manera que aquellos con una historia de depresión y ansiedad, reportaron mayor severidad en los síntomas. 1.4. Alternativas para dejar de fumar. En la actualidad existen diferentes alternativas para favorecer el abandono del consumo del tabaco. Este apartado se iniciará con aquellas consideradas farmacológicas. Las terapias farmacológicas se subdividen en las terapias nicotínicas (parches, chicles, inhaladores, aerosol nasal, tabletas sublinguales) y en las no nicotínicas (Sansores, 2002; Regalado, 2005, citados por Regalado-Pineda, Lara-Rivas, Osio, Ramírez-Venegas, 2007); en este grupo se encuentran los fármacos que actúan a nivel colinérgico en los receptores nicotínicos α4β2 como el tartrato de vareniclina y por otro lado los antidepresivos como el bupropión y la nortriptilina (Regalado-Pineda, et al. 2007). Una mención especial requieren los tratamientos psicológicos ofrecidos en diferentes ocasiones para apoyar la abstinencia de los pacientes considerando que la adicción está constituida por elementos tanto físicos como psicológicos. Dicho tratamiento está orientado hacia el presente a cambiar los 15 pensamientos y conductas que determinan que un sujeto continúe fumando. En este tratamiento paciente y terapeuta colaboran y se comprometen a trabajar hacia un objetivo común: el abandono del tabaco (Ponciano y Morales, 2007). Así pues la psicoterapia de grupo de enfoque cognitivo conductual en su mayoría, favorece el desarrollo de estrategias conductuales para cambiar hábitos a través de la modificación de pensamientos irracionales que alteran el comportamiento del fumador. Este tipo de terapia se aplica desde los años setenta con el objetivo de modificar la conducta del fumador y reestructurar sus conocimientos de manera que sea capaz de canalizar, sustituir y finalmente suprimir el comportamiento adquirido de fumar (Carreras, Sánchez y Quezada, 2003). Esta técnica de psicoterapia comparte características con la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis en 1983 y tiene como objetivo principal ayudar al individuo a modificar los pensamientos y con ello su conducta a fin de hacerlos más racionales y evitar conductas como la de fumar. Es propuesta para ser combinada con las diferentes alternativas farmacológicas ya sean nicotínicas o no nicotínicas (Sansores y Espinoza,1998). Con respecto al éxito ofrecido por este tipo de alternativas, Ponciano y Morales (2007), afirma que una evaluación realizada al Programa para dejar de fumar de la Clínica de Tabaquismo de la Facultad de Medicina y que incluye el tratamiento psicológico ofrece una abstinencia del 82.3% en psicoterapia grupal y 70.4% de psicoterapia individual al finalizar las 10 semanas de tratamiento teniendo un índice de abstinencia al año de 69%, considerada la tasa de éxito más alta en la actualidad. Regalado-Pineda, et al. (2007) afirma que con la psicoterapia de grupo en la Clínica de Tabaquismo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) se logra una abstinencia anual del 20 al 35%, mientras que con la psicoterapia individual ha mostrado ser una alternativa eficaz para lograr la abstinencia a mediano plazo, por lo que ya sea grupal o individual, la psicoterapia ofrece resultados interesantes. Cabe decir que aunque no es el fin principal de este enfoque, la psicoterapia de grupo en cualquiera de sus modalidades favorece la identificación, la contención, la integración entre los miembros y el logro de los objetivos comunes (González-Núñez, 2003). 16 Actualmente no se dispone de información acerca de cómo modificar y/o evaluar estos parámetros en un grupo de pacientes que acuden a tratamiento para dejar de fumar, razón por la cual, se planteó realizar este estudio con el objetivo de evaluar algunos de los elementos que intervienen en el proceso de dejar de fumar, tales como el nivel de ansiedad, las funciones cognoscitivas de atención y memoria así como las funciones ejecutivas antes y después de dejar de fumar mediante el empleo único de psicoterapia cognitivo conductual en sujetos con sintomatología depresiva mínima. Otros estudios se suman a la evaluación del efecto de la psicoterapia grupal como el de Fukunishi, Ichikawa, M, Ichicawa, T, Matsuzawa, (1994) quienes midieron el efecto antes y después de la psicoterapia en un grupo de pacientes afectados por un tipo de depresión y concluyeron que aquellos pacientes sometidos a ella, mostraron mejoríaen la funcionalidad familiar, el incremento de la cohesión así como en la expresión de la ansiedad y de los conflictos. Otro estudio realizado en Lituania por Beresnevaite (citado por Taylor, Bagby, Psrker, 1997), evaluó el efecto de la psicoterapia en pacientes con alexitimia quienes después de haber cursado por un infarto al miocardio fueron tratados en forma grupal en una sesión semanal de 90 minutos por un periodo de 4 meses, los resultados arrojaron que los pacientes después del tratamiento mostraron menos síntomas somáticos relacionados a la enfermedad coronaria, disminuyeron el estrés y mejoraron la funcionalidad familiar no sólo inmediatamente tras haber concluido el tratamiento sino que permanecieron así en el seguimiento de 6 meses y un año. En la actualidad se ha demostrado que la psicoterapia que utiliza un modelo cognitivo conductual es más efectiva que otros modelos (Regalado-Pinedada, et al. 2007), por tal razón es uno de los modelos principalmente utilizados. En México a pesar de haber variabilidad de técnicas para apoyar el abandono del consumo, pocos son los que han reportado mediante método científico su efectividad. En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias se ofrece tratamiento para dejar de fumar con este modelo. 17 1.4.1. Programa Cognitivo Conductual para Dejar de Fumar de la Clínica de Tabaquismo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. De acuerdo al Manual del Programa de la Clínica (Sansores y Espinoza, 1998), el tratamiento para dejar de fumar del INER, consiste en tres fases: Fase 1. Pretratamiento. En esta etapa los pacientes llegan a solicitar informes acerca del programa. Después de explicarles las características, se les ofrecen una serie de cuestionarios que incluyen la Historia de tabaquismo, el Cuestionario de adicción a la nicotina de Fagerström y algunos inventarios de estado de ánimo en los que se incluyen Inventario de depresión de Beck, entre otros. Una vez que han llenado sus cuestionarios se les pasa a una entrevista psicológica, en la cual el profesional tienen la tarea de evaluar en su dimensión mental y emocional al paciente y descartar padecimientos psiquiátricos de tipo psicótico (esquizofrenias), así como trastornos de ansiedad generalizados y /o trastornos depresivos mayores, por no ser compatibles con los objetivos del grupo de terapia al que se inscriben para dejar de fumar. Se descartan poliusuarios, es decir que los pacientes sean consumidores de otras sustancias como alcohol, cocaína, marihuana, etc. Los pacientes que aprueban esta entrevista pasan con la trabajadora social para que se les determine el costo del tratamiento y una vez que han realizado su pago son inscritos en el tratamiento para dejar de fumar y se les abre su expediente, lo cual los hace ya miembros del Instituto. Fase 2. Tratamiento. El tratamiento para dejar de fumar consiste en 10 sesiones de psicoterapia grupal con enfoque cognitivo – conductual. Cada una de las sesiones posee un objetivo específico, a saber: Sesión 1. Introducción- Dependencia Física y Psicológica. En esta sesión Los pacientes se presentan con el grupo y con la terapeuta, hablan de su historia como fumadores, edad de inicio, cantidad de cigarros fumados al día, intentos previos de dejar de fumar y sobre sus expectativas acerca del tratamiento. También se les explica el mecanismo de la adicción con la finalidad de que ellos comprendan la importancia de atenderlos integral y multidisciplinariamente. 18 Sesión 2. Motivos de mantenimiento. A través del Cuestionario de Motivos de Rusell los pacientes identifican la predominancia de su dependencia sea física y/o psicológica. Se utilizan la técnica cognitiva-conductual del autorregistro. Se refiere a una hoja en la que los pacientes deben anotar cada uno de los cigarros que enciendan, registrando hora, actividad y motivo aparente para consumirlo, así como la emoción que antecede al consumo de cada cigarro. Se les dan instrucciones para iniciar la abstinencia a partir de la siguiente sesión. Sesión 3. Abstinencia. Es hasta la tercera sesión que los pacientes están comprometidos a dejar de fumar. Ellos deben presentarse en abstinencia absoluta de cigarro desde las 00:00 hrs del día anterior. Es esta sesión en la que se evalúa el tratamiento farmacológico adicional que se le dará a cada uno en función del grado de adicción, cantidad de cigarros fumados al día y presencia e intensidad de síntomas del síndrome de abstinencia. Este tratamiento puede ser nicotínico (parches, chicles, inhaladores o spray nasal) o bien no nicotínico (tartrato de vareniclina o anfebutamona). Cabe señalar que para fines de este estudio, los pacientes no emplearon ninguna de estas alternativas farmacológicas para lo cual se contó con su consentimiento. Durante esta sesión se revisan todas las estrategias cognitivas conductuales que deberán emplear para hacerle frente a los siguientes días de abstinencia. Sesión 4. Relajación. Se realizan ejercicios de relajación entre los que se incluyen: imaginería guiada, relajación muscular progresiva y respiración diafragmática. Sesión 5. Daños a la salud. Posterior a la dinámica en la que se evalúa el modo de afrontamiento a la abstinencia, las estrategias empleadas y los pensamientos irracionales en los que incurren, un médico neumólogo del equipo les habla de los daños a la salud asociados al consumo de tabaco y el riesgo para desarrollarla en función del índice tabáquico llamado “paquetes año” (cantidad de cigarros fumados al día por años fumando entre 20). 19 Sesión 6. Rehabilitación Pulmonar. Como en las anteriores se lleva a cabo una dinámica psicoterapéutica en el grupo para después dar oportunidad al especialista. En este caso es un Técnico en Rehabilitación Pulmonar quien tiene el objetivo de enseñarles a respirar adecuadamente con la finalidad de optimizar su capacidad respiratoria. Sesión 7. Alimentación. Una nutrióloga en conocimiento absoluto del proceso tanto de la adicción como de la abstinencia habla sobre las asociaciones que se hacen entre dejar de fumar y subir de peso, expone y revela los mitos y realidades de esto y les diseña una dieta para prevenir el incremento. Sesión 8. Publicidad. Esta sesión está dedicada tanto al trabajo psicoterapéutico como a hablar del impacto de la publicidad en los consumidores de tabaco y su efecto tanto en el inicio como en el mantenimiento y recaída del consumo de cigarro. Sesión 9. Motivos de recaída. Se pretende prevenir de manera contundente los principales motivos con los que los pacientes se enfrentan día con día y con los que se enfrentarán permanentemente. Se trabajan diferentes estrategias para superarlas y promover una abstinencia más duradera. Sesión 10. Cierre. Es la última sesión, el programa llega a su fin con una revisión de las expectativas que cada uno tenía al inicio y evalúa sus condiciones al final del tratamiento así como los recursos psicológicos con los que cuentan en ese momento y se refuerzan todos ellos para ofrecer mayores posibilidades de abstinencia una vez que ya no asistan regularmente a la Clínica. Se revisa el tratamiento farmacológico y se les dan indicaciones para las siguientes semana y fase 3 del tratamiento. Fase 3. Postratamiento. Los pacientes están comprometidos a asistir a la Reunión Mensual de exfumadores el tercer miércoles de cada mes. Esta tiene la finalidad de dar seguimiento a los pacientes una vez que el programa de las 10 sesiones ha concluido, se lleva un control de la asistencia y de la abstinencia. En la reunión de exfumadores los pacientes exponen su experiencia (testimonio) frente al resto de los compañeros, comparten emociones y 20 sugerencias para promover la abstinencia permanente. Esta reunión seles complementa con información útil impartida por especialistas de tal forma que beneficia el logro de su objetivo: Dejar de fumar. 21 2. SUEÑO 2.1. Historia del Registro de Sueño El interés por el estudio del sueño, ha estado presente desde comienzo de la historia de la humanidad, sin embargo, pocos han sido los estudiosos dedicados a ello, que se han atrevido a decir algo más acerca de la naturaleza y estructura del sueño, desde su perspectiva fisiológica y psicológica, entre ellos se encuentran Aristóteles, Hipócrates, Freud, Pavlov, entre otros (Dement, 2000). Jiménez (2003), afirma que el sueño además forma parte importante de nuestra cultura y ha intentado ser explicado no sólo desde la perspectiva científica, sino desde la religiosa y refiere un pasaje en el que a través de un sueño la Virgen María es anunciada de la llegada de Jesús. Así pues la interpretación de los sueños ha sido campo de otras áreas de la ciencia como el psicoanálisis propuesto por Freud en 1900. A pesar de que el sueño constituye un factor importantísimo en la vida del individuo y de ser en esta actividad en la que se invierten alrededor de 8 horas diariamente, el sueño permaneció fuera de la vista de los investigadores durante muchos años (Corsi, 1983). Los investigadores en aquel entonces estudiaban las variables alrededor del sueño, como actividad cardiaca, temperatura corporal, frecuencia respiratoria; sin embargo tenían que conformarse con la observación que hacían del individuo, suponiendo que mientras hubiese inmovilidad y el individuo mantuviera los ojos cerrados estaba dormido (Corsi, 1983). La llegada de la técnica del Electroencefalograma (EEG), llamado así por Berger (citado por Corsi, 1983), abrió las posibilidades para un estudio más objetivo del sueño. Esta técnica consiste en registrar la actividad eléctrica cerebral por medio de electrodos ya sea en la superficie del cráneo o directamente en el cerebro. La posibilidad de registrar los cambios eléctricos permite percibir directamente la actividad del cerebro. Actualmente la actividad cerebral es captada a través de la colocación de electrodos sobre la superficie del cuero cabelludo o directamente en el cerebro; así los electrodos detectan los cambios del potencial eléctrico que ocurra entre ellos. La actividad recogida 22 consiste en cambios rítmicos de polaridad u oscilaciones de baja frecuencia con un rango que varía entre 0.5 y 50 ciclos por segundo (cps) ó Hertz (Hz). Así pues la era de la electroencefalografía, es iniciada por Loomis et al. (citado por Corsi, 1983), ellos fueron quienes clasificaron por primera vez los cambios eléctricos durante el sueño y lo consideraron el cambio más notorio entre las variaciones normales del EEG. Derbyshire (citado por Corsi, 1983), realizó los primeros estudios en gatos, a ellos le siguieron Reihnberger y Jasper en 1937 y Klaue también en 1937; sin embargo estas observaciones pasaron desapercibidas (Corsi, 1983). Los Movimientos Oculares Rápidos fueron accidentalmente descubiertos y estudiados por Aserinsky en 1955 y por Denisova y Figurin que desde 1928 lo estudiaban. Más tarde Aserinsky y Kleitman estudiaron profundamente el fenómeno y en 1955 Dement y Kleitman lo caracterizaron definitivamente (Corsi, 1983). 2.2. Técnicas de Registro. El estudio objetivo de sueño es gracias a la invención del polígrafo en 1929 (Jiménez, 2003), por ello a la técnica empleada para registrar el sueño es la polisomnografía (PSG). En 1974 Holland, Dement y Raynal (citados por Jiménez, 2003), propusieron el término PSG para referirse al registro simultáneo de las señales de electroencefalografía (EEG), electromiografía (EMG) y de electrooculografía (EOG). La colocación de los electrodos se lleva a cabo mediante el sistema de registro internacional 10-20 (Jasper, 1958). Este sistema consiste en que a cada punto correspondiente a un electrodo se le designó en forma lógica una abreviatura específica, mediante la cual se identifica la zona del cerebro sobre la que queda colocado determinado electrodo; así la F se refiere a frontal, la C a la central, es decir, a la cisura central o de Rolando, la P a parietal, la O a occipital, la T a temporal y la A a auricular. Con la letra Z se identifica la línea media se le asigna esa letra por sus siglas en inglés (zero). Es la referencia y corresponde a la línea que parte del nasión, pasa por la parte superior de la cabeza y llega al inión, de tal manera que siguiendo un orden de delante hacia atrás, sobre esta línea los 23 electrodos serán: FZ (frontal cero o frontal medio), Cz (central medio o vértex) y Pz (parietal cero o parietal medio) (Rechtschaffen y Kales, 1968). Los números que se agregan a cada una de estas letras están en relación con el hemisferio cerebral derecho los pares y con el hemisferio izquierdo los nones. Con estos números también se define la posición de los electrodos en relación a la línea media, es decir, los números más bajos señalan una posición del electrodo más cerca de la línea media y al contrario los más altos se refieren a que el electrodo está más retirado de ella. Cuando los electrodos se colocan adecuadamente bajo el sistema 10- 20, los hemisferios quedan cubiertos simétricamente, esto es, la convexidad izquierda tiene su homólogo en el lado derecho (Rechtschaffen y Kales, 1968). A este montaje, se le agrega el registro de algunas señales cuya lectura contribuye al diagnóstico del pacientes. A continuación se describen las señales que es recomendable existan en una polisomnografía. a) Flujo aéreo nasobucal b) Movimientos respiratorios toracoabdominales c) Saturación de oxígeno d) Frecuencia cardiaca e) Ronquido f) Erección del pene g) Electromiografía de músculos tibiales anteriores h) Electromiografía de mentón, músculos maceteros o temporales i) Reflujo gastroesofágico 2.3. Mecanismos Neurofisiológicos del sueño y la vigilia. En 1900 Pieron (citado por Jones, 2000), introdujo el concepto de que un factor químico puede acumularse en el cerebro durante la vigilia y eventualmente generar sueño. En los años 50’s y 60´s se descubrió que neurotransmisores identificados en el sistema nervioso periférico, también estaban presentes en el sistema nervioso central. Se descubrió que algunas drogas tenían el efecto de algunos neurotransmisores y que sugerían estar asociados al mecanismo de vigilia-sueño. Así en 1960, Jouvet (citado por Jones, 2000). Introdujo el 24 concepto de que el sueño y la vigilia podían ser generados por neurotransmisores específicos, contenidos dentro de un sistema neuronal que enviaban proyecciones al cerebro. De tal forma las monoaminas y la acetilcolina fueron los primeros candidatos para generar este sistema. Steriade McCormick y Sejnowski, (1993) (citados por Jiménez, 2003) comentan que es en el tálamo donde se transmite la mayor información sensorial hacia la corteza. Representa una estación donde el flujo de información sensorial puede ser bloqueado por inhibición sináptica; este mecanismo contribuye con el cambio de un estado de activación abierto a señales del mundo exterior a un estado de bloqueo sensorial propio del sueño. Se ha reportado que varios de los sistemas activadores ascendentes en la parte superior del tallo cerebral, el hipotálamo posterior y en el cerebro basal anterior; están involucrados en la liberación de neurotransmisores que participan en la regulación del ciclo sueño-vigilia; destacando la acetilcolina, norepinefrina, serotonina, histamina y el glutamato (Steriade McCormick y Sejnowski, 1993, citados por Jiménez, 2003). 2.4. Patrón de sueño en adultos normales. El sueño ha sido definido como un estado conductual reversible de desconexión perceptual y una ausencia de respuesta al medio ambiente (Carskadon y Dement, 2000). El sueño es unacompleja amalgama de procesos conductuales y fisiológicos, usualmente se acompaña de una postura recostada, ojos cerrados, quietud y otros indicadores asociados con el dormir. En ocasiones inusuales pueden estar presentes otras conductas durante el sueño, como el caminar dormido, hablar dormido, rechinar los dientes y otras actividades físicas. Existen en el sueño dos estados a partir de los cuales se definen los parámetros fisiológicos; éstos son Sueño con Movimientos Oculares Rápidos (Sueño MOR) y sueño sin Movimientos Oculares Rápidos (Sueño No MOR) que existen en todos los mamíferos y aves y que los distinguen de la vigilia (Carskadon y Dement,2000). 25 2.4.1. Generalidades del sueño en el adulto normal. De acuerdo con Kryger, Roth y Dement (2000) se definen las siguientes características del sueño en el adulto normal. a) El sueño es iniciado en sueño no REM b) El sueño No REM y sueño REM alternan en periodos cercanos a 90 min. c) El sueño de ondas lentas predomina en el primer tercio de la noche. d) El sueño REM predomina en el último tercio de la noche y está ligado al ritmo circadiano de la temperatura corporal. e) Los despertares dentro del sueño ocupan menos del 5% de la noche. f) La fase 1 generalmente constituye alrededor del 2 al 5% del sueño. g) La fase 2 constituye alrededor del 45 al 55% del sueño. h) La fase 3 constituye alrededor del 3 al 15% del sueño j) El sueño no MOR por lo tanto es usualmente el 75 al 80% del sueño k) El sueño REM es usualmente el 20 o 25% del sueño y ocurren durante la noche de 4 a 6 episodios (Kryger, et al. 2000). 2.4.2. Actualizaciones en la clasificación de las etapas de Sueño. En el 2007 la American Academy of Sleep Medicine publicó “The AASM Manual for the Scoring of Sleep and Associated Events, Rules Terminology and Technical Specifications”. En este manual se presentan algunas consideraciones técnicas que tienen que ver básicamente con un cambio en la nomenclatura tanto del montaje como de la estadificación; sin embargo no representan un cambio radical en lo propuesto anteriormente. Quizá el cambio más importante en esta versión, es que deja de existir fase 3 y 4 para ser considerada una sola etapa de sueño. 26 Este manual propone que para la clasificación de las etapas de sueño, se considere la siguiente terminología. a. Etapa W (wakefulness) (Despierto). b. Etapa N1 (NMOR1 o Fase 1) c. Etapa N2 (NMOR 2 o Fase 2) d. Etapa N3 (NMOR 3 o Fase 3y4) e. Etapa R (o REM/ MOR) Para la estadificación se deben considerar los siguientes criterios: Etapa W (antes Vigilia) A. Se clasifica como época W cuando más del 50% de la época tiene ritmo alfa en la región occipital. B. Si hay presencia de épocas sin ritmo alfa discernible se clasifica como Etapa W si está presente: 1. Parpadeo de ojos con un frecuencia de 0.5-2 Hz 2. Movimientos de ojos Movimientos de ojos irregulares asociados con tono muscular alto. 27 Etapa W (Antes Vigilia). Imagen de registro polisomnográfico realizado a un adulto sano en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo los criterios de calificación del Rechtschaffen (1968). Etapa N1 (antes Fase 1) A. En sujetos con generación de ritmo, clasificar como N1 si el ritmo alfa es atenuado y reemplazado por actividad de baja amplitud y frecuencia mixta más del 50% de la época. B. En sujetos que no generan ritmo alfa, se clasifica como N1 cuando se presenta tempranamente alguno de los siguientes fenómenos. 1. Actividad en un rango de 4-7 Hz con frecuencias bajas, iguales o menores a 1Hz que viene de etapa W. 2. Ondas Vertex 3. Movimientos de ojos lentos. 28 Etapa N1 (Fase I para la clasificación antigua). Imagen de registro polisomnográfico realizado a un adulto sano en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo los criterios de calificación del (Rechtschaffen, 1968). Etapa N2 (antes fase 2) A. Las siguientes reglas definen el inicio de un periodo de etapa N2 de sueño. 1. Iniciar la clasificación de N2 (en ausencia de criterios para N3) si 1 o ambas condiciones siguientes ocurren durante la primera parte de la época o en la última parte de la etapa previa. a) Uno o más complejos K no asociados a alertamientos. b) Uno o más trenes de Husos de sueño. B. Las siguientes reglas definen la continuación de la etapa N2 1. Continua clasificándose las épocas con baja amplitud, frecuencia EEG mixta actividad sin complejos K o husos de sueño como N2 si ellas son precedidas por 1) complejos K no asociados a alertamientos o 2) husos de sueño. Las siguientes reglas definen el fin de la etapa N2 1. Finaliza la etapa N2 cuando uno o más de los siguientes eventos ocurren a) Transición a etapa W 29 b) Un alertamiento (cambia a etapa N1 hasta un complejo K no asociado a alertamiento o cuando ocurre un huso de sueño). c) Movimiento corporal mayor seguido de movimientos oculares lentos, frecuencias EEG mixtas y de baja amplitud sin complejos K ni husos de sueño. d) Transición a Etapa N3 Transición a Etapa R Etapa 2 (Antes Fase II). Imagen de registro polisomnográfico realizado a un paciente Adulto sano en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo los criterios de calificación del Rechtschaffen, (1968).En esta imagen se aprecian los complejos K y los husos de sueño Definir las características de los complejos Etapa N3 (antes fase 3 y 4) Se clasifica como N3 cuando el 20% o más de una época consiste en actividad de ondas lentas. 30 Etapa N3 (antes Fase III,) . Imagen de registro polisomnográfico realizado a un paciente Adulto sano en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo los criterios de calificación del (Rechtschaffen, 1968).. En esta imagen se aprecian las ondas delta, de alta amplitud, como sueño delta. Etapa R (antes Fase MOR) A. Se clasifica como etapa R las épocas que incluyen todos los fenómenos siguientes. 1. Baja amplitud, frecuencias EEG mixtas 2. Tono muscular bajo Movimientos oculares rápidos. 31 Etapa R (Antes Fase MOR). Imagen de registro polisomnográfico realizado a un paciente Adulto sano en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo los criterios de calificación del Rechtschaffen, (1968). En esta imagen se aprecian ondas de frecuencia mixta, por lo que se pueden encontrar en este registro ondas alfa e incluso algunos husos de sueño. En el canas de EMG se aprecia ausencia de tensión muscular y en el canal de EOG, se aprecian los movimientos oculares rápidos. Es llamada sueño paradójico por su parecido a un registro de vigilia. 2.5. Sueño y Nicotina Se ha demostrado que el uso frecuente de estimulantes por causas adictivas produce una alteración en los patrones del sueño, tal es el caso de la nicotina. Nehlig, Daval y Debry, (1992) afirman que el uso crónico de esta sustancia produce un incremento en la latencia al dormir, del sueño ligero y de los movimientos corporales durante el sueño, además de una disminución del tiempo total de sueño, de la eficiencia del dormir, del sueño de ondas lentas (fase III) y del sueño MOR. Según Ashley y Craig (2001) el tabaquismo incrementa la excitabilidad cortical y disminuye transitoriamente la actividad delta e incrementa la actividad rápida. Jiménez (2003) propone que la nicotina en fumadores sanos favorece las latencias largas, más vigilia, más despertares, más alertamientos, menor tiempo total de sueño y menor eficiencia de sueño mientras que al dejar de fumar se favorece la recuperación de la arquitectura de sueño. Su estudio lo comparó contra controles sanos y permite identificar algunas de las características de sueñode sujetos sanos mexicanos. 32 Soldatos et al. (1980) reportaron que fumar está asociado con la dificultad para iniciar el sueño, mientras que la suspensión abrupta de la sustancia tiene como efecto la mejoría en las características del sueño. Recientemente Moreno, Calderón y Drucker-Colín, (2006), realizaron un estudio longitudinal en el que describe el comportamiento de los patrones de sueño en un grupo de fumadores antes y después de haber dejado de fumar. En su estudio, los pacientes al dejar de fumar tendieron a deprimirse lo cual favoreció algunas alteraciones en el sueño, tales como latencias al sueño MOR acortadas, aumento de la vigilia y de los despertares así como la disminución en la eficiencia de sueño. Se describe en otros estudios que las alteraciones en los patrones de sueño de los pacientes deprimidos se encuentran en la distribución, reducción y fragmentación del sueño. Estos pacientes presentan disminuciones en la latencia al sueño MOR y en ondas lentas, así como incrementos en los despertares nocturnos, la latencia al sueño, el sueño MOR y la etapa 1 del sueño (Armitage et al., 1992; Kupfer y Reynolds, 1992; Armitage, 1995). En sujetos sanos no fumadores, Salín Pascual et al. (1995) encontraron que al aplicárseles nicotina a través de parches, el sueño se fragmenta, se incrementa el sueño MOR (Salín Pascual y Drucker Colín, 1998) y la latencia al inicio del sueño y se disminuye el tiempo total de sueño, la fase II y su eficiencia (Gillin, Lardon, Ruiz, Glosan y Salín Pascual, 1994; Dávila, Hurt, Oxford, Harris y Shepard, 1994). Knott y Venables (1977), reportaron que los fumadores en abstinencia nocturna tienen menor activación EEG respecto a los sujetos no fumadores o fumadores activos; mencionan que la privación de tabaco generalmente reduce la activación EEG mientras que su uso provoca activación EEG promedio o normal. Por otro lado al sueño se le ha propuesto como un medio a través del cual se identifiquen alteraciones en el estado de ánimo. Gillin y Borbely 1985; Giles, Roffwarg, Rush y Guzick, 1990 (citados por Moreno, 2006) plantean que el sueño MOR parece tener una especial conexión con la depresión dado que el cambio más frecuentemente observado en adultos con depresión es la reducción en la latencia al sueño MOR, menor a 60 min; así pues las latencias acortadas han sido asociadas a casos de depresión severa (Kupfer y Reynolds, 1997), por lo que la latencia al sueño MOR ha sido considerada como un 33 marcador biológico de la depresión (Giles, Roffwarg, Rusch, Guzick, 1990; Somoza y Mossman, 1989) Un estudio, longitudinal, realizado por Salín- Pascual y Drucker- Colin (1998), comparó el efecto de la administración de nicotina sobre el estado de ánimo en pacientes deprimidos no fumadores contra controles. Posterior a 4 días de administración continua y después de registrar polisomnográficamente su arquitectura del sueño y evaluar diariamente la depresión a través de un inventario, se concluyó que la Terapia de Reemplazo con Nicotina incrementó el tiempo total de sueño MOR en ambos grupos. En el grupo control se observó que presentaron un incremento en sueño MOR significativo, sobre todo en la segunda noche de administración. El mayor incremento se vio durante la noche de abstinencia, mientras que en el grupo de pacientes deprimidos, el sueño MOR se incrementó significativamente en todas las noches con excepción de la 2ª noche con nicotina. El mayor incremento de MOR fue en la 4ª noche con nicotina. Por lo que respecta a los cambios en el patrón de sueño, se observó que en el grupo de pacientes sanos disminuyó la etapa II de sueño de la segunda noche al final del estudio y hubo un decremento en la fase III de la 1ª a la 3ª noche con nicotina, mientras que en el grupo de pacientes deprimidos, no hubo cambios significativos en arquitectura del sueño además de los relacionados a MOR. La principal diferencia en arquitectura entre ambos grupos fue en la fase II los sanos disminuyeron esta fase, mientras que los deprimidos no presentaron cambios. Todos los pacientes deprimidos presentaron una disminución en el Cuestionario de Depresión de Hamilton de la basal en la 4ª semana, esto quiere decir que el ánimo mejoró en todos los pacientes. Estos autores, proponen que la administración aguda de nicotina en deprimidos ofrece una mejoría en el sueño MOR y en el estado de ánimo. Por otra parte el incremento inmediato de MOR soporta el argumento de que la depresión mayor tiene hipersensibilidad a receptores colinérgicos; así pues, el mecanismo de la nicotina puede ser involucrado en la depresión. En un estudio realizado por Haro y Drucker-Colín (2004), con pacientes deprimidos se encontró que la nicotina disminuye la vigilia y la fase 1 e 34 incrementa la latencia al sueño MOR y el sueño de ondas lentas y una pequeña disminución en la duración de MOR fue observada en la abstinencia. Estudios como el de Gross (1989) demuestran que en sujetos que iniciaron su abstinencia su arquitectura de sueño se encuentra alterada como producto de la suspensión brusca de la sustancia nicotina, contenida en el tabaco. Otros estudios apoyan el efecto benéfico de la administración transdérmica de nicotina sobre los desórdenes de sueño (Kihara, et al. 1997; Leibenluft, Wehr, 1992; Salín-Pascual, Rosas, et al.1996). 35 3. ESTADO DE ÁNIMO 3.1. DEPRESION La depresión es algo más que un malestar, aun cuando muchas personas experimentan sensaciones de tristeza, desánimo no es del todo correcto enunciar esos estados como depresión. La Asociación Psiquiátrica Americana propone en el DSM IV (1996), los criterios específicos para la depresión, a saber: 1) Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días. 2) Disminución notable del interés o de la capacidad para disfrutar casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi todos los días. 3) Pérdida importante de peso sin que tenga un origen en el cambio alimenticio (más del 5% de su peso corporal en un mes), o pérdida o aumento de apetito casi todos los días. 4) Insomnio o hipersomnia casi todos los días. 5) Agitación o enlentecimiento psicomotores casi todos los días (esto suele ser observado por los demás, no se refieren a meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido) 6) Fatiga o pérdida de energía casi todos los días. 7) Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirante) casi todos los días (no se refieren a los simples reproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo) 8) Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi todos los días (ya sea por una autopercepción o por una percepción de los demás) 9) Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan 36 específico o bien una tentativa de suicidio o plan definido para suicidarse. Para explicar la depresión existen algunas teorías, la hipótesis monoaminérgica de la depresión presentada por Joseph Schildkraut y Seymour Kety (1967) (citados por Rosenzweig y Leiman, 1998), propone que la depresión está asociada con una disminución en la actividad sináptica de las conexiones que emplean noradrenalina y serotonina. Esta disminución es especialmente característica en los circuitos hipotalámicos y del sistema límbico. 3.1.1. Depresión en Fumadores Se ha definido que tanto el inicio como el mantenimiento de la conducta tabáquica están asociados no sólo a los efectos producidos por la dependencia física a la nicotina, sino también por los efectos sobre el estado de ánimo de quienes lo consumen, mejorando las sensaciones de malestar producidas por la depresión (Benowitz,1998). Dado que la nicotina reduce los síntomas de depresión, se ha encontrado una fuerte asociaciónentre dependencia a la nicotina y depresión mayor (Lai, et al. 2001). Por otro lado se ha descrito que la depresión precede al inicio en el consumo del tabaco (Hanna, Dufuor, Withmores, 2001; Wu 1999; McMahon 1999; Escobedo, Reddy, Glovino, 1998; Pederson, Koval, O´Connor 1997; Patton, et al. 1996). En estudios sobre población adulta y adolescente, se ha encontrado una historia de tabaquismo entre las personas que han padecido depresión severa y ansiedad (Patton et al. 1996; Glasman, Helzer, y Covey, 1990); siendo entonces la depresión una de las alteraciones del estado de ánimo más frecuentes en los fumadores (Haro y Drucker-Colín, 2004; Kahler, 2003; Breslau y Johnson, 2000; Balfour y Ridley, 2000; Salín Pascual y Drucker-Colín, 1998; Glassman, et al. 1990). Además se ha observado que durante la abstinencia al tabaquismo la sintomatología se torna más frecuente y más intensa; producto de ello, es que los fumadores tengan severas dificultades para mantenerse en abstinencia (Moreno et al, 2007; Covey, Glassman y Stetner, 1998; Breslau, et al. 1992; Glassman, et al. 1990). Dejar de fumar también puede precipitar síntomas depresivos y las recaídas en el consumo de la nicotina (Stage, Glassman, y Covey, 1996). 37 En diversos estudios, se ha reportado que los fumadores que están deprimidos, tienden a fumar más cigarros que los individuos emocionalmente estables (Glassman, et al., 1990, Benjet, Wagner, Borges, Medina-Mora, 2004). Una relación no causal, sugiere que una predisposición de factores comunes como la vulnerabilidad psicológica, contribuye a la correlación observada entre el tabaquismo y la depresión en los adultos (Breslau, et al. 1993); se afirma a través de diversos estudios longitudinales, que el tabaquismo además de estar relacionado a la depresión, su consumo es para el individuo que la padece, una automedicación en contra de los diversos síntomas que produce. Está descrito que existen conexiones biológicas entre el tabaquismo y la depresión además se encontró que el inicio temprano en el consumo regular de tabaco es altamente predictivo de desórdenes depresivos y que puede existir una similitud biológica entre el uso de la sustancia y un desorden depresivo. (Balfour y Ridley, 2000). La automedicación para la depresión, a través del consumo de tabaco, es un postulado actual de diversos autores, (Mihailescu y Drucker-Colín, 2000), esto en función de que la nicotina parece inhibir a la monoaminooxidasa, enzima involucrada en la supresión de la nicotina, de tal forma que al inhibirse esta enzima hay producción de dopamina generando efectos placenteros y reforzando con ello la conducta tabáquica; así pues el individuo sin saberlo crea un mecanismo de autorregulación de neurotransmisores que tienen directamente un efecto positivo sobre su estado de ánimo. Otro estudio sugiere que la nicotina tiene efectos antidepresivos y que los adolescentes tienen sustancialmente un riesgo más alto de fumar si por lo menos uno de sus padres fuma (Sachs, Jawe, Leischow, 1993). Gross (1989), realizó un estudio para examinar el curso y la severidad del síndrome de abstinencia al tabaco durante 10 semanas de abstinencia verificada y determinar la duración de los efectos del reemplazo de nicotina cuyos efectos no habían sido descritos. Para ello reclutaron a fumadores de por lo menos 10 cigarros al día que no usaran medicamentos psiquiátricos y vivieran cerca del Hospital en el cual se realizó el estudio. Se evaluaron tres condiciones; con chicle de nicotina, consejo conductual y con grupo de apoyo. Los sujetos seleccionados fueron entre 18-70 años de edad, sin 38 contraindicación para el uso de Terapia de Reemplazo con Nicotina, ni patologías como cardiopatías, úlcera, embarazo, etc. La abstinencia se corroboró a través de Monóxido de carbono en aire exhalado, así como niveles de tiocinato (elemento químico que no interviene con el uso de chicles), la determinación debía ser menor a 1600 ng/ml o menos para ser considerado abstinencia. La cotinina, que es el principal metabolito de la nicotina fue determinada también y se consideró abstinencia con 10 ng/ml o menos. La asignación para el uso de chicle fue doble ciego, la relación chicle – placebo fue 10:7. Los instrumentos empleados fueron un cuestionario de síntomas de abstinencia de Hughes y Hatsumi, 1986, que incluye los criterios del DSM III-R y trastornos de sueño. Los resultados obtenidos arrojaron una relación negativa, es decir, que entra mayor cantidad de chicle empleado, menor manifestación de síntomas de abstinencia. Así pues, disminuyeron considerablemente (p <.05) algunos síntomas como trastornos del sueño, frecuencia cardiaca, problemas de estómago; por otro lado síntomas como hambre excesiva y falta de descanso fueron también significativos, mientras que otros quedaron un poco más lejos del nivel requerido para considerarlos significativos, por ejemplo síntomas como dificultad en la concentración, deseos de fumar, ansiedad, tensión, irritabilidad, enojo e impaciencia alcanzaron sólo el nivel 0.1 de significancia. Finalmente los autores describen síntomas transitorios, llamados así aquellos en los cuales no se notan diferencias significativas al inicio, sin embargo a través del tiempo disminuyen en ambos grupos, tales síntomas fueron impaciencia, ansiedad, tensión, enojo, irritabilidad, mientras que la ingesta y el hambre excesiva, se reportaron como síntomas más estables. Dejar de fumar en estos pacientes depresivos provoca más recaídas en el consumo de tabaco (Stage, et al. 1996). Así pues, el tabaquismo puede encubrir un fenómeno depresivo al crear falsas sensaciones de bienestar. Ahora bien la depresión ha sido estudiada también con relación a las modificaciones en la arquitectura de sueño, diversos estudios han observado que en pacientes depresivos, la latencia del sueño MOR es menor, aunada a la dificultad para conciliar el sueño. Ambos signos se presentan como los hallazgos más comunes en el trastorno depresivo mayor (Berger, Riemann, Hochli, Spiegel, 1989), de tal manera que debido a su 39 potencial diagnóstico de evaluación de los patrones de sueño y los datos acerca de éste, pueden ser usados en el reconocimiento de la depresión. (Kihara, et al. 1997; Leibenluft y Wehr 1992; Salín-Pascual, Rosas, et al. 1996). Moreno et al. (2007), corrobora la relación de la nicotina y la depresión, pues en su estudio reporta el incremento en los índices de depresión una vez que se suspende el consumo del tabaco. 3.2 ANSIEDAD De acuerdo a la Asociación Psiquiátrica Americana, se distinguen 2 tipos de ansiedad: los trastornos de ansiedad y los estados de ansiedad. El DSM-IV (1996), la ansiedad como trastorno, se clasifica en: 1) Crisis de angustia (panic attack) 2) Trastorno de angustia con y sin agorafobia 3) Agorafobia sin historia de trastorno de angustia 4) Fobia social (trastorno de ansiedad social) 5) Trastorno obsesivo compulsivo 6) Trastorno por estrés postraumático 7) Trastorno de ansiedad generalizada (incluye trastorno por ansiedad excesiva infantil). 8) Trastorno de ansiedad debido a (enfermedad médica). 9) Trastorno de ansiedad inducido por sustancias. Los estados de ansiedad. Estos según Resenzweig y Leiman (1998). La ansiedad se define como un estado relativamente permanente de sensaciones corporales atípicas, vértigo, dificultad para respirar, temblores, estremecimiento y sentimiento de pérdida de control. (Resenzweig y Leiman (1998), su mecanismo fisiológico según este autor, está relacionado con los receptores GABA de tal forma que su tratamiento farmacológico con benzodiacepinas produce un aumento en las sinapsis inhibitorias encefálicas que usan GABA, de tal forma que con la inhibición postsináptica mediada por GABA se ve facilitada y con ello la reducción de la ansiedad 3.2.1.Ansiedad en Fumadores Con relación a la ansiedad, se ha propuesto que algunos trastornos de ansiedad, están asociados al consumo de tabaco encontrándose que la 40 administración de nicotina, puede en algunas ocasiones contrarrestar estos estados (Johnson et al. 2000, Amering et al., 1999; Himle, Thyer y Fisher, 1988, Breslau, et al. 1991); por lo que el consumo de nicotina al igual que con la sintomatología depresiva podría estar actuando a manera de automedicación para tratar sus síntomas, sobre todo cuando estos forman parte del síndrome de abstinencia (Fiammeta, et al, 2006; Pomerlau, et al. 2000). La descarga de una sustancia como la betaendorfina inducida por la nicotina provoca la reducción de la ansiedad. (Benowitz, 1992). Dislaver (1987), (citado por Fiammeta, et al. 2006), propone que la nicotina libera epinefrina y norepinefrina sustancias que inducen estados de ansiedad característicos en algunos de estos trastornos. Por lo que los fumadores tienden a autorregular el consumo de la nicotina en función de su estado de ánimo a través de la cantidad de bocanadas, de la profundidad y duración de ellas (Benowitz, 1992). También se ha propuesto que de igual forma que para la depresión, la nicotina es consumida en forma de automedicación (Fiammeta, et al. 2006). Los efectos fisiológicos de la nicotina resultan de su acción colinérgica, debido a que ésta tiene la propiedad de estimular áreas específicas del sistema nervioso (Brailowsky, 1999), por lo que la administración puede en algunas ocasiones relajar los estados de ansiedad y ser otro de los estados de ánimo comunes en la población fumadora (Jonhson et al., 2000, Amering et al., 1999; Breslau, et al. 1991; Himle, et al. 1988). Así pues se propone que la nicotina es utilizada para tratar o prevenir los síntomas de ansiedad. (Kassel y Shiffman, 1997; Pohl, Yeragani, Balon, Lycaki, McBride, 1992; Haro y Drucker-Colín, 2004; Breslau y Johnson, 2000; Balfour y Ridley, 2000; Salín Pascual y Drucker Colín, 1998; Glassman, et al. 1990). Se plantea también en otro estudio que la disminución que la nicotina favorece la concentración y la disminución de la ansiedad (Kassel y Shiffman, 1997). En un estudio realizado por Salín – Pascual y Basañez (2003) se afirma que los pacientes estudiados evaluados con el Inventario de Ansiedad de Beck disminuyen los síntomas de ansiedad mediante el empleo de parches de nicotina. 41 4. FUNCIONES COGNOSCITIVAS Y NICOTINA. 4.1. MEMORIA. Los términos aprendizaje y memoria se asocian a menudo de modo que parecen implicarse mutuamente. Se emplea el término memoria en el sentido común de cualquier cosa que demuestre que se ha producido un aprendizaje (Rosenzweig y Leiman, 1998) La memoria es una función mental relacionada a la acción de la dopamina en el sistema nervioso central (Brailowsky, 1999). Al ser una catecolamina forma parte de las vías colinérgicas centrales de tal forma que está en relación con los receptores nicotínicos (Brailowsky, 1999), por tal razón los procesos de memoria y el consumo de la nicotina, plantean una asociación fisiológica interesante. 4.2. ATENCIÓN Se considera la atención como el proceso que permite la selección de determinadas entradas sensoriales de entre otras muchas que compiten. Las neuronas sensoriales al llegar al mesencéfalo y el diencéfalo envían ramificaciones laterales a una zona especial del tronco encefálico llamada formación reticular y desempeña un papel importante en la atención (Rosenzweig y Leiman, 1998) al mismo tiempo esta estructura también tiene participación en el mecanismo del ciclo vigilia sueño (Brailowsky, 1999). Moruzzi y Magoun (citados por Rosenzweig y Leiman, 1998), así como las perspectivas actuales, enfatizan la importancia de las porciones mesencefálica y pontina de la formación reticular en el mantenimiento de la activación (estados de vigilia), mientras que el sueño se produce por declive pasivo de la actividad de este sistema. (Rosenzweig y Leiman, 1998) 4.4. FUNCIONES COGNOSCITIVAS Y NICOTINA Se sabe hoy en día que el tabaquismo tiene influencia no sólo sobre el ánimo y sueño, sino también en los procesos cognoscitivos del individuo y que al igual que los anteriores efectos fungen como reforzadores de la conducta adictiva. (Lecacheux, et al. 2009; Benowitz, 1992; Berry, Webb, Block, Bauer, Switzer, et al. 1986). 42 Con relación a los aspectos cognoscitivos y el tabaquismo, se afirma que el tabaco o propiamente, la nicotina posee efectos a nivel de Sistema Nervioso Central (SNC) que favorecen la atención, concentración y memoria (Lecacheux, et al. 2009), además de que disminuye el tiempo de reacción (Froeliger, Gilbert, McClernon, 2009, Benowitz, 1992). Se afirma que el mecanismo de adicción se establece en función de que la nicotina altera diferentes mecanismos del SNC afectando entonces niveles de ansiedad, recompensa, cognición y conducta alimentaria, así pues la nicotina actúa estimulando los cuerpos celulares de las neuronas dopaminérgicas del Área Tegmental Ventral (ATV) produciendo con ello la liberación de dopamina en el Núcleo Accumbens, sitio en el cual se encuentran neuronas (gabaérgicas) que modulan y ejercen un efecto inhibitorio sobre el ATV produciendo entonces una disminución en la liberación de dopamina en dicho núcleo; por lo cual la nicotina y el alcohol, bloquean el efecto inhibitorio del GABA facilitando la liberación de dopamina y produciéndose entonces el efecto de recompensa (Watkins, Koob, Markou, 2000). Existe evidencia de los receptores que están involucrados en los procesos cognitivos como resultado del consumo de cigarro. Levin, (2002), afirma que tanto los receptores alpha 4, beta 2 y alpha 7 son receptores nicotínicos del hipocampo ventral y de la amígdala involucrados en funciones de memoria, específicamente en la memoria de trabajo. Ahora bien, al producirse un efecto de recompensa, esto es, generar sensaciones agradables en el sujeto que consume la nicotina, la mayoría de las veces en forma de tabaco, se pueden plantear una gran cantidad de síntomas “falsos” que van a favorecer que el sujeto se mantenga en el uso de la sustancia, con la finalidad de producir una y otra vez los mismos efectos. Algunos de esos efectos tiene que ver con la capacidad de concentración que los fumadores consiguen al consumir cigarros (Murray, 1991); en otro estudio clínico controlado tras la suministración de nicotina y la evaluación posterior a ella, se obtuvo que la repetición de dígitos y tareas de razonamiento lógico, la nicotina parece haber tenido influencia en el decremento de los puntajes de las pruebas (Snyder, et al. 1989). Desde otra perspectiva pero con el mismo objetivo de definir el efecto de la nicotina sobre la cognición. Waters y Stephen, (2000), afirman que el 43 consumo de nicotina si tiene efectos sobre la cognición y suponen que se hace a través de un mecanismo directo de nicotina-cognición, es decir, posterior al consumo de nicotina puede esperarse un efecto sobre la cognición; sin embargo postulan que el mecanismo puede ser mediado por el estado de ánimo y de alertamiento a través del cual se favorecen los efectos cognoscitivos. En otro estudio Perkins et al. (1994) y Soria, et al. (1996) concluyen que la mejoría en tareas cognoscitivas dependen de la dosis de nicotina. Por otro lado Foulds, et al. (1996) reportan mejoras en la realización de tareas de atención sostenida en individuos que consumieron nicotina previamente a la realización de las pruebas. Otro estudio (Picciotto, Caldarone, King, Zachariou, 2000), se llevó a cabo con ratas que tiene la finalidad de identificar la participación de los núcleos colinérgicos del cerebro basal anterior para lo cual, lesiona dicho núcleo y observa que las ratas mejoran la ejecución en algunos paradigmas de aprendizaje.
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