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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
 
 
 
El Cardenismo ante la mirada de Salvador Novo: Crítica, política y social en la 
obra La vida en México
 
 
Seminario Taller Extracurricular 
Historiografía de México 
 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE 
 
Licenciado en Historia 
 
 
 
PRESENTA 
 
Eugenia Herlinda Pineda Sánchez 
 
 
 
Asesor: Mtra. Rosalía Velázquez Estrada 
 
 
 Octubre, 2006. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 Í N D I C E 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 1 
 
 
 
CAPÍTULO 1. SALVADOR NOVO: UNA VIDA UN TIEMPO 6 
 
1.1 Su formación como escritor. 6 
1.2 Los Contemporáneos (1920 – 1932). 12 
1.3 Novo y la Cultura Cardenista. 15 
1.4 Cronista de la Ciudad de México. 18 
 
 
 
CAPÍTULO 2. UNA VISION DE LA HISTORIA EN LA OBRA LA VIDA EN 21 
MÉXICO EN EL PERIODO PRESIDENCIAL DE LÁZARO CÁRDENAS. 
 
2.1 Crónica e Historia. 23 
2.2 Periodismo e Historia; el periodismo como expresión del cronista. 25 
2.3 Un acercamiento al periodismo mexicano durante el Cardenismo. 26 
2.4 La prensa y Salvador Novo. 30 
2.5 La Historia en La vida en México. 31 
 
 
 
CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA Y TEMÁTICA DE LA OBRA. 45 
 
3.1 Salvador Novo: Un diálogo público. 45 
3.2 Salvador Novo y su mirada del cardenismo (1937 – 1940). 46 
 
 
 
CAPÍTULO 4. SALVADOR NOVO Y LA VIDA EN MÉXICO. 61 
 
4.1 El Sentido de la obra. 61 
 
 4.1.1 Revista Hoy. 62 
 4.1.2 José Emilio Pacheco. 66 
4.1.3 Martín Luis Guzmán: Primer editor. 67 
4.1.4 INAH – CONACULTA: Segundo editor. 68 
 
 
 
 
4.2 Trascendencia de la Obra. 69 
 
4.2.1 Novo en la vida cultural del país. 69 
4.2.2 “ La Semana Pasada “ durante el Cardenismo. 73 
4.2.3 L a recepción de la Obra. 74 
 
 
 
CONCLUSIÓN 75 
 
 
ABREVIATURAS 78 
 
 
FUENTES 80 
 
 
APÉNDICE 
 
 
Cuadro Temático 
 
 
Gráficas 
 
 
 
 
 
 
 
 INTRODUCCION 
 
 
El presente estudio historiográfico es el resultado de la investigación que se 
realizó durante el Seminario extracurricular de Historiografía de México, el cual 
tiene como objetivo principal apoyar a los estudiantes de historia para obtener el 
título de la licenciatura. 
 
El análisis historiográfico es la metodología que a través del estudio del 
autor y su obra nos permite comprender el porque existen diferentes 
interpretaciones de un mismo hecho histórico. Algunos estudiosos de la historia, 
como Carr aconsejan conocer al autor antes que a los hechos a los que se 
refiere, otros como Humberto Eco sostienen que el autor se irá conociendo 
conforme se avance en la lectura del texto,1 sea de una u otra forma lo cierto es 
que al estudiar una obra histórica tenemos que tomar en consideración que los 
hechos que presenta son producto de la operación histórica, es decir de la 
interpretación del historiador, por eso la pertinencia de estudiar la obra en 
relación a éste y a su contexto histórico, sólo así se podrá inferir la posición del 
historiador respecto al los hechos estudiados, su finalidad al escribir, sus fuentes, 
su metodología y por ende su objetividad. Es por esto por lo que la historia se 
tiene que reescribir constantemente, originando la aparición de nuevas obras. 
 
En este caso hicimos un análisis de los artículos periodísticos de Salvador 
Novo, uno de los intelectuales más polifacéticos e importantes que México ha 
tenido, quien a pesar de no ser un historiador retomó en su obra temas históricos 
de gran valía para los estudiosos de la historia. Novo el poeta- periodista escribió 
con un estilo único combinando la crítica política con la ironía, hecho que le 
permitió ganarse la aceptación de su editores y lectores que semana a semana 
esperaban sus artículos, convirtiéndolo así en uno de los escritores más leídos de 
 
1 Cárdenas García, Nicolás, ¿ A quién debemos el orden de las palabras? El autor como problema 
historiográfico, México, UNAM, Fuentes Humanísticas, año 10, Dpto. Humanidades, UAM 
Atzcapotzálco. 1° semestre, 2000, p. 101 
 1
su época. Gran parte de su obra ha sido estudiada desde el punto de vista 
literario, sin embargo también existen trabajos históricos sobre algunas de sus 
publicaciones como Nueva Grandeza Mexicana y Cocina mexicana o Historia 
gastronómica de la Ciudad de México. En este análisis se seleccionó parte de su 
crónica periodística recopilada en su creación La vida en México, por la amplitud 
de la obra compuesta por once tomos que abarcan los gobiernos de Lázaro 
Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Adolfo 
Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz y los primeros años del sexenio de Luis 
Echeverría, elegimos sólo el primer tomo referente al régimen de Lázaro 
Cárdenas, el cual por su tendencia populista y reformista fue fuertemente criticado 
por Novo. 
 
Esperamos que este trabajo sea de utilidad para aquellos que están 
interesados en conocer desde otra perspectiva los acontecimientos ocurridos 
durante el período cardenista, porque aún cuando la obra que analizamos no es 
producto del trabajo del historiador es una fuente importante de consulta para la 
reconstrucción del pasado. 
 
El trabajo consta de cuatro capítulos y un apéndice, El capítulo titulado 
Salvador Novo: una vida, un tiempo es la biobibliografía de autor, es decir, la 
presentación de Novo en relación a su desarrollo intelectual, su formación como 
escritor, y a su contexto histórico. Salvador Novo nació en 1904 en la Ciudad de 
México, poco antes de que se iniciara la Revolución Mexicana, motivo por el cual 
tiene que trasladarse con su familia al norte del país donde empieza a mostrar 
interés por el mundo de las letras al dedicarse a la lectura y a escribir sus 
primeros poemas, es en Torreón donde tiene un encuentro con un grupo de 
revolucionarios villistas, experiencia que marcaría su posición reaccionaria 
rechazando cualquier movimiento que represente un cambio. Es durante los 
últimos años de la Revolución, en 1917,cuando Novo y su familia regresan a la 
Ciudad de México donde él empezó a asistir a la Escuela Preparatoria Nacional, 
lugar donde conoce a su amigo inseparable Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, 
 2
Jaime Torres Bodet y otros, con los que más tarde formaría el grupo de literatos 
conocido con el nombre de los Contemporáneos, grupo importante para la vida 
cultural del país. Desde muy joven Novo ocupó cargos públicos, relacionados con 
la educación, durante los primeros gobiernos posrevolucionarios. En 1921, durante 
el gobierno de Obregón, entra a la Escuela de Jurisprudencia, pero no concluyó, 
es en año cuando conoce a Pedro Henríquez Ureña intelectual que fue 
determinante para su formación como escritor. Fue a partir del gobierno 
cardenista, cuando Novo queda fuera de la burocracia por sus ideas 
conservadoras, es entonces, en 1937 cuando acepta colaborar con la revista Hoy, 
escribiendo la columna “La SemanaPasada” en la que presentaba los 
acontecimientos más sobresalientes del gobierno de Lázaro Cárdenas. Escribe 
para esta publicación hasta 1968, para entonces ya tenía varios años escribiendo 
diferentes secciones para diarios importantes como El Universal, Excélsior y 
Últimas Noticias y revistas de corte moderno como Hoy, Mañana y Siempre entre 
otras. Vuelve a ocupar cargos públicos a partir de la década de los cuarenta en el 
INBA, en La Academia Mexicana de la Lengua y en 1965 el presidente Gustavo 
Díaz Ordaz lo nombra cronista de la Ciudad de México, a la que Novo consideraba 
su Ciudad. A partir de entonces el cronista formó parte de un reducido círculo de 
intelectuales importantes del país como Octavio Paz, Jaime Torres Bodet, Carlos 
Pellicer, Daniel Cosío Villegas, Edmundo O´Gorman, entre otros. Siempre 
mantuvo su posición de derecha ante los acontecimientos del país, además fue 
criticado por su modus vivendi y reconocido por su forma inteligente de escribir, 
que lo llevó a obtener en 1967 el Premio Nacional de las Letras siendo 
homenajeado repetidas veces, hasta que deja de escribir pocos semanas antes de 
su muerte, en enero de 1974. 
 
Los trabajos de los módulos de filosofía y teoría de la historia se unieron en 
el segundo capítulo, bajo el nombre de Una visión de la historia en la obra La 
vida en México durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas, el 
capítulo inicia con una breve distinción entre crónica e historia, para después 
destacar la importancia del periodismo en la sociedad y la relación que tiene con la 
 3
historia, así como señalar la labor social y la importancia histórica de la crónica 
periodística. Al final del capítulo se dio respuesta a las preguntas, que 
consideramos fueron las más importantes que se plantearon en el módulo de 
teoría de la historia. Preguntas que se refieren al por qué escribe Novo, a quién 
escribe, cuál es su finalidad al hacerlo, cuales son sus fuentes, su metodología y 
el concepto que tiene sobre la historia, sus causas y utilidad. 
 
En el capítulo tres titulado Estructura y temática de la obra La vida en 
México en el período presidencial de Lázaro Cárdenas, se da a conocer la 
estructura de la obra la cual es la compilación cronológica que hizo José Emilio 
Pacheco en 1964, la cual está integrada por 631 artículos que Novo escribió 
semanalmente, de 1937 a 1940, durante el régimen cardenista. En ellos el autor 
dio mayor importancia al aspecto político, al cuestionar las decisiones del 
Presidente y sus colaboradores por seguir una política radical. Novo le resta 
importancia al tema económico ya que los artículos que se refieren a este campo 
son menos en comparación al anterior. Los acontecimientos de política mexicana 
que más se mencionan son los relacionados con la expropiación petrolera, las 
elecciones presidenciales organizadas por el nuevo partido, el PRM, las 
decisiones del presidente en relación a su política de masas y su ideal 
democrático, Vicente Lombardo Toledano y su hábil manejo de la CTM, así como 
las actividades de los comunistas mexicanos, el asilo político a Trotsky, la libertad 
de prensa y los inmigrantes españoles que tanta polémica ocasionaros en el país 
antes y después de su llegada así como la relación entre México y Estados 
Unidos.2
 
El último capítulo Salvador Novo y la vida en México, trata del sentido y 
trascendencia de la Obra, el sentido se refiere a dos ideas distintas; una el lugar 
social de enunciación y dos el horizonte de enunciación. El primero es el contexto 
personal del autor, es el lugar desde donde está escribiendo Salvador Novo, éste 
nos permite conocer las lecturas que realizó, y la influencia que tuvieron en su 
 
2 Estos datos se pueden consultar en las gráficas que se incluyen en el apéndice de este trabajo. 
 4
obra, sus autores preferidos, sus saberes, el círculo de amistades, las 
características de sus primeras obras, los grupos culturales a los que perteneció, 
las características de la revista Hoy para la que escribió durante muchos años. 
El horizonte de enunciación muestra el contexto social en el que el autor escribe 
su obra; los acontecimientos que se están desarrollando en esos momentos en el 
país y su posición respecto a ellos, explica la finalidad que Novo tuvo al escribir y 
a dónde quería llegar, también nos da a conocer quién hizo la compilación, 
quiénes han sido sus editores, las características materiales del texto en sus 
diferentes ediciones.3 Como podemos observar estas ideas tienen que ver con la 
historia de la obra, del texto como producto. 
Mientras que la trascendencia se refiere a la recepción, a la aceptación que tuvo y 
tiene la obra, quiénes eran sus lectores, el número de ejemplares que se editaban, 
los comentarios que se hicieron en torno a los artículos publicados semana a 
semana en la revista y la posición del gobierno frente a las críticas realizadas por 
Novo. En la actualidad sabemos que el libro fue reeditado por CONACULTA en 
colaboración con el INAH y que sus lectores son un pequeño grupo de 
intelectuales, literatos e historiadores que la analizan con diferentes intereses, por 
ello es necesario hacer una mayor difusión de la obra. 
 
El apéndice lo integra un cuadro temático en el que se clasificó cada uno de 
los 631 artículos de acuerdo a su temática principal, política nacional e 
internacional, economía, social y cultural al mismo tiempo que se hizo una síntesis 
de cada uno de ellos. Este cuadro sirvió como referencia para la elaboración del 
capítulo tres de este trabajo y al final se muestra el contenido temático de la obra a 
través de unas gráficas. 
 
 
3 Desafortunadamente no tuvimos acceso a la primer edición de ésta obra , realizada por 
Empresas Editoriales en 1964. 
 5
 
CAPÍTULO I 
 
SALVADOR NOVO: UNA VIDA, UN TIEMPO. 
 
 
1.1. Su formación como escritor 
 
Los primeros años del siglo XX marcan el ocaso del Porfiriato; el fin de un régimen 
de despojo, explotación y represión pero también de un régimen que trajo 
estabilidad, progreso y crecimiento económico para el país, aun cuando no todos 
sus habitantes disfrutaron de esa prosperidad. En 1904 se inicio un nuevo período 
de gobierno de Porfirio Díaz, quien a sus 75 años nuevamente resultó electo 
Presidente de la República. Este período se extendió a seis años debido a su 
avanzada edad. Por otro lado la figura de Díaz empezaba a mostrar fragilidad ante 
la opinión de los extranjeros y de los diferentes grupos sociales del país 
principalmente entre los jóvenes letrados que aspiraban a formar parte del 
gobierno.1
 
Es precisamente en el año de 1904, el 30 de Julio, cuando nace en la 
ciudad de México, Salvador Novo López, uno de los intelectuales más 
polifacéticos y contradictorios que México ha tenido. Novo fue hijo único de Andrés 
Novo Blanco, un comerciante español que después de vivir en Cuba, llega a la 
ciudad de Zacatecas donde contrae matrimonio con Amelia López Espino, quien 
ve en ésta unión la oportunidad de emanciparse del seno familiar y de mejorar su 
posición económica. Sus padres y familia materna se establecen en la ciudad de 
México, sus tíos trabajaron en el ferrocarril y más adelante uno de ellos, Paulino el 
mayor, logró obtener un puesto importante en la compañía gracias a la 
recomendación que un compadre le hizo al presidente Carranza, su tío le daría a 
 
1 Cosío Villegas, Daniel. Historia General de México, México, Colegio de México, 1988, T.2 
 
 6
 
Salvador el apoyo económico para que pudiera continuar sus estudios en la 
Preparatoria Nacional, ubicada en el edificio de San Idelfonso.2
A pesar de la gran agitación política que se vivía en el país, Salvador vivió una 
niñez tranquila, de esa tranquilidad que da el pertenecer a la clasemedia, creció 
solitario bajo el cuidado excesivo de su madre, quien sería su compañera durante 
casi toda su vida. La imagen dominante que tenía de ella contrastaba con la de su 
padre a quien recordaba como un hombre débil, melancólico, enfermizo y solitario, 
al que sólo después de muerto le hace un reconocimiento al escribir “solo ahora 
comprendo y admiro la fuerza de su voluntad y la dureza de su lucha, mal dotado 
para sostenerla por el predomino de un hogar subyugado pasivamente por mi 
madre, y por el éxito en un medio que sobre serle extraño, reservaba sus triunfos 
a los audaces y vigorosos hombres del norte.”3
En la ciudad de México su padre emprendió, sin éxito, varios negocios hasta que 
el deseo de hacer fortuna lo animan a marcharse a Chihuahua en el año de 1911, 
justo cuando el movimiento revolucionario iniciado en el norte se expandía por 
todo el país, En ese entonces Salvador contaba apenas con siete años, sin 
embargo él y su madre tuvieron que seguir a su padre a Chihuahua donde 
vivieron durante un tiempo al lado de un tío paterno con el que su papá trabajaba 
en una pequeña tienda, mientras él y su madre añoraban el regreso a la ciudad de 
México, añoranza que despertó en Novo una gran admiración por esa urbe, la 
cual fue tema central de muchas de sus obras.4
 
Para 1911 la situación política del país se hacia cada vez más difícil, 
Madero ocupaba la presidencia provisional de la República y Díaz vivía el exilio, 
sin embargo la revolución no finalizaba ya que Madero dejo pendientes las 
reformas políticas, económicas y sociales, declaradas en el Plan de San Luis. 
Madero, hombre conciliador, conservó en su gabinete y ejército a una mayoría 
porfirista, ocasionando el descontento de las diferentes facciones revolucionarias, 
 
2 Novo, Salvador, La Estatua de Sal, México, INAH-CONACULTA, 2002 
3 Ibid., p. 70 
4 Ibid. 
 
 
 7
 
cuyos caudillos creyeron que una vez que fuera electo presidente de la República 
actuaría a favor del pueblo el cual esperaba la devolución y reparto de las tierras, 
mejores salarios y justicia social; desafortunadamente no fue así, ocasionando la 
rebelión de los diferentes grupos revolucionarios en contra del gobierno de 
Francisco I. Madero. 
El primero en hacerlo fue Emiliano Zapata proclamando el plan de Ayala en el que 
desconocía a Madero y su plan de San Luis; también lo hizo Pascual Orozco, 
Carranza, Villa y otros grupos que terminarían enfrentándose entre sí, 
ocasionando un gran caos y destrucción, sin que Madero pudiera lograr la 
pacificación, perdiendo popularidad y apoyo dentro y fuera del país hasta que 
finalmente fue hecho prisionero, obligado a renunciar a la presidencia y asesinado 
en febrero de 1913.5
 
Debido a la inseguridad que ocasionaban estas revueltas revolucionarias, la 
familia de Novo se trasladó a Jiménez donde su padre se empleó en el almacén 
Russek, pero ante el temor de la llegada de las tropas villistas viajan a Torreón a 
vivir al lado de un tío materno perteneciente a la clase acomodada. En este lugar 
Novo, siendo un niño, es testigo de los abusos que cometían los grupos 
revolucionarios: como el asesinato y saqueo de la casa de su tío Francisco, al que 
confundieron con un general del ejército enemigo y el exilio al que obligaron a vivir 
a su padre por el hecho de ser un “gachupín”, exilio que vivió en San Antonio 
Texas, del que regresa cuando se entera que las tropas villistas se han retirado 
del lugar.6 A partir de estos acontecimientos Novo rechazaría todo lo relacionado 
con la revolución y sus caudillos, principalmente Villa y Zapata a los que calificaba 
como “esos brutos hechos hombres y figuras por los novelistas: les concedieron la 
facultad del raciocinio, la conciencia de clase, la posibilidad de la indignación y el 
amor ante determinadas circunstancias sociales.”7 Esta experiencia hará de Novo 
“esencialmente un conservador imperturbable, concebirá el orden y la prosperidad 
 
5 Mason Hart, John, El México revolucionario y proceso de la Revolución Mexicana, Trad. Manuel 
Arboli, México, Alianza, 1990 
6 Novo. op. cit. 
7 Sheridan, Guillermo, Los Contemporáneos ayer, México, Fondo de Cultura Económica, 1985, p. 
50 
 8
 
como atributos irreductibles de la clase social que asciende y se instaura al triunfo 
del constitucionalismo.”8
Sus primeros estudios los realizó en diferentes escuelas, unas particulares y otras 
oficiales ya que éstas eran cerradas a cada momento a causa de la revolución. 
Cuando esto sucedía, sus padres tuvieron la posibilidad de pagarle un maestro 
particular. Es en la soledad de sus primeros años cuando desarrolla el gusto por la 
lectura, con gran curiosidad leyó parte de la vasta biblioteca de su tío Francisco, 
lecturas que le motivaron a escribir sus primeros poemas cuando tenía 11 años, 
los cuales serían perfeccionados con el paso del tiempo, además de desarrollar 
otros géneros, como el teatro, la crítica y la crónica siempre con un estilo único.9
En 1917, a los 13 años, Novo y sus padres regresan a la ciudad de México para 
que pudiera continuar con sus estudios. Una vez instalada la familia, el padre 
regresó al norte a emprender nuevos negocios donde muere poco después. En 
ese mismo año Salvador entró a estudiar en la Escuela Preparatoria Nacional, 
gracias a la ayuda económica de su familia materna, familia costumbrista donde la 
figura principal era su abuela. Para ese año, la ciudad de México se recuperaba de 
la destrucción ocasionada por la lucha armada, Carranza como presidente de la 
República había proclamado la nueva constitución y trataba por todos los medios 
de establecer el orden en el país; por su parte Villa y Zapata vivían una pequeña 
tregua que no tardarían en romper. Es entonces cuando Novo “comenzaba a 
conocer la ciudad de México. Ella su gran pasión servía entonces de escenario a 
la que, pronto, sería otra [. . .].“10 Durante su primer año en la Preparatoria, dedicó 
mucho tiempo a recorrer sus calles, edificios, salas de cine, librerías y el bosque 
de Chapultepec, recorridos que muchas veces hizo acompañado de Xavier 
Villaurrutia, joven poeta que conoció en la Preparatoria, con el que había iniciado 
una amistad que duraría toda su vida11 “como pocas entre los contemporáneos 
[. . .] se fue formando lo que Novo, no sin ironía llamó una generación bicápite.“12 
porque juntos realizaron largas caminatas por la ciudad. Villaurrutia, al igual que 
 
8 Monsiváis, Carlos, Amor Perdido, México, ERA, 1982. p. 267 
9 Novo. op. cit. 
10 Sheridan. op. cit., p.49 
11 Novo. op. cit. 
12 Sheridan. op. cit., p.54 
 9
 
otros compañeros de generación provenía de una familia venida a menos por la 
revolución, con la diferencia de que él venía de un linaje aristócrata. 
 
Para 1917 la escuela Preparatoria todavía tenía residuos del porfiriato, 
conservaba varios maestros influenciados por el positivismo, los cuales fueron 
sustituidos por jóvenes intelectuales pertenecientes a dos generaciones distintas: 
la del Ateneo de la Juventud y la Generación de 1915. El Ateneo de la Juventud 
apareció desde octubre de 1909 en oposición al Porfiriato y es hasta septiembre 
de 1910 cuando se convierte en un grupo cultural organizado con un programa a 
seguir, cuyo objetivo cultural era “destruir las bases sociales y educativas del 
positivismo y propiciar el retorno al humanismo y a los clásicos.“13 Ellos 
redescubrieron e hicieron circular autores como Platón, Kant, Bergson, Nietzsche, 
Schiller, Oscar Wilde, Croce y Hegel. Entre los ateneístas sobresalen José 
Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes, Diego 
Rivera y Enrique González Martínez. Éste último fue profesor de Novo en la 
preparatoria y a Pedro Henríquez Ureña lo conoció en la Escuela para 
extranjeros.14La Generación de 1915, conocida también como la generación de los siete sabios, 
surgió en la vida política e intelectual del país en medio de la revolución y en un 
mundo que comenzaba a vivir la experiencia de una Guerra Mundial y la 
revolución socialista rusa. Integraron esta generación, Alberto Vázquez del 
Mercado, Vicente Lombardo Toledano, Teófilo Olea y Leyva, Alfonso Caso, 
Manuel Gómez Morín y Jesús Moreno Baca y erróneamente, personas cercanas a 
ellos “han incorporado al grupo de los sabios a Miguel Palacios Macedo [. . .] 
Narciso Bassols [. . .] a Cosío Villegas”15 quienes estudiaron leyes cuando los 
sabios estaban concluyendo su carrera. Los miembros de esta generación no sólo 
se desarrollaron como profesores en la escuela Preparatoria Nacional y la Escuela 
de Leyes, también, a partir de 1921 ocupan puestos administrativos en las 
diferentes instituciones de los gobiernos posrevolucionarios, considerándose la 
 
13 Krauze, Enrique, Los caudillos culturales de la Revolución Mexicana, México, CONAFE, 1985 
14 Sheridan. op. cit. 
15 Krauze, Enrique. op. cit., p. 11 
 10
 
“punta de lanza” que ayudaría a alcanzar el proyecto educativo nacional iniciado 
por José Vasconcelos, aunque para ello se tuviese que improvisar más de una 
vez.16
Mientras en la Preparatoria se daban estos cambios generacionales de 
profesores, Novo continuaba escribiendo cada vez mejor. Fue uno de los primeros 
en escribir “caligramas”17 en México y para 1919 sus poemas, en los que ya 
reflejaba su homosexualidad, que jamás oculta, se publican en la revista de la 
escuela llamada, Policromias y en diarios como El Universal Ilustrado y en un 
suplemento del Heraldo de México. Así para 1920 ya se perfilaba como un poeta 
con gran madurez, utilizando la metáfora y el sentido del humor.18
 
Para el país, el año de 1920 no fue tan favorable, ya que continuaba la 
inestabilidad política a causa de la lucha por el poder entre los caudillos 
revolucionarios; Obregón y la mayor parte del ejército se sublevaban contra el 
gobierno de Carranza, quien es asesinado en mayo de ese año en Tlaxcalaltongo. 
A su muerte Adolfo de la Huerta es nombrado presidente interino, quien a su vez 
nombra a José Vasconcelos rector de la Universidad de México, quien se propuso 
reconstruir la educación y la cultura mexicana. Para lograrlo se rodeó de sus 
antiguos compañeros ateneístas, de sus discípulos “los sabios” y de jóvenes 
estudiantes como Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Novo y 
otros escritores que tuvieron la oportunidad de que el Estado publicará parte de su 
obra.19
Adolfo de la Huerta organiza las elecciones presidenciales mediante las cuales 
Obregón llega a la Presidencia de la República. El nuevo presidente apoya la 
cruzada de Vasconcelos, creando en septiembre de 1921 la Secretaria de 
Educación Pública nombrándolo dirigente. A partir de esos momentos, 
Vasconcelos puso en marcha el proyecto de Educación Nacionalista, para ello 
llevó a cabo una serie de actividades, como campañas de alfabetización, abrió una 
 
16 Ibid. 
17 Poemas ideográficos 
18 Sheridan. op. cit. 
19 Krauze. op. cit. 
 11
 
gran cantidad de bibliotecas públicas, implantó la educación rural, la escuela 
técnica, la escuela nocturna a cargo de universitarios, apoyó el desarrollo del arte 
entregando los muros de los edificios públicos a pintores como Diego Rivera, 
inundó el país con libros de autores clásicos, se esforzó para incorporar a los 
indígenas al plan del país. Convirtiéndose en el fundador de la educación moderna 
haciendo realidad uno de los postulados de la Revolución.20
 
 
1.2 Los contemporáneos: 1920-1932 
 
Posterior a la generación de los “siete sabios” surge en México un nuevo “grupo” 
de jóvenes intelectuales llamado los Contemporáneos, los cuales cultivaron todos 
los géneros; la poesía, el teatro, la narrativa, la crónica y el ensayo, en el que 
hacían críticas a las letras, las artes, la sociedad y la política. 
 Los contemporáneos tuvieron su auge en la década de los veinte y los primeros 
años de la subsiguiente; sus miembros fueron Carlos Pellicer, Enrique González 
Rojo, Bernardo Ortiz de Montellano, Jorge Cuesta, José Gorostiza, Jaime Torres 
Bodet, Javier Villaurrutia, Salvador Novo y Gilberto Owen, quienes se hacían 
llamar así mismos de diferentes maneras: El archipiélago de las Soledades, El 
grupo sin grupo, El grupo de los forajidos, esto porque los unían más sus 
diferencias que sus semejanzas. Sus edades, caracteres e intereses, eran 
distintos, sin embargo existía un lazo de unión “todos los jóvenes mexicanos de 
sus edad, nacer en México, crecer en un raquítico medio intelectual; ser 
autodidactas; conocer la literatura y el arte principalmente en revistas y 
publicaciones europeas,”21 además de pertenecer a una de las clases sociales 
más afectadas por la revolución; la media alta que fue despojada de sus bienes. 
Siendo “niños, habían presenciado las violencias y matanzas revolucionarias; de 
jóvenes, habían sido testigos de la rápida corrupción de los revolucionarios y su 
transformación en una plutocracia ávida y zafia [. . .] Los poetas contemporáneos 
 
20 Sheridan. op. cit., p.101 
21 Cosío Villegas. op. cit., p. 1435 
 12
 
ya no podían creer ni en los revolucionarios ni en sus promesas.”22 Esta condición 
de venidos a menos, provoca que se conviertan en un grupo aislado, elitista, con 
una actitud social evasiva, rencorosa y escéptica, se declararon apolíticos, 
criticaron la revolución. Sin embargo, ocupan puestos administrativos, en los 
gobiernos posrevolucionarios, que además de ser bien remunerados les daba un 
lugar privilegiado formando parte de la alta cultura del país. Por ello reciben 
fuertes ataques de parte de varios grupos culturales del país, de los viejos 
ateneístas y principalmente de la corriente del estridentismo representado por 
Manuel Maples Arce; quien criticaba a los procedimientos de los jóvenes 
contemporáneos “para acomodarse ascender al control del poder cultural y 
disfrutar de diversos puestos públicos en el gobierno.”23
 
El estridentismo es un movimiento que dura de 1921 a 1928, se inicia con la 
publicación de una hoja volante, redactada y formada por Maples Arce y concluye 
cuando su dirigente ocupa un cargo público en el gobierno de Veracruz. Esta 
corriente tuvo influencia del futurismo, dadaísmo, creacionismo y ultraísmo 
“anhelan la muerte de lo convencional y persiguen el cambio a ultranza. Se 
perciben a sí mismo como la vanguardia y como la condena de quienes 
(contemporáneos) les significan resistencia o diversidad.”24 A pesar de los ataques 
que recibían los Contemporáneos continuaron escribiendo, promoviendo la 
cultura, defendiendo la libertad de expresión y combatiendo el nacionalismo más 
agudo y fundan su propia revista, Los contemporáneos publicada de 1928 – 1931, 
hasta que “durante el período Cardenista se abstienen o se vuelven críticos 
acervos (Novo, Cuesta).”25 
 
Salvador Novo forma parte de este grupo gracias a la intervención de su amigo 
Xavier Villaurrutia, quien fue el primero en entrar en contacto con los 
contemporáneos participando en sus tertulias, donde se reunían para leer a 
 
22 Sheridan. op. cit., p. 15 
23 Ibid., p. 126 
24 Cosío Villegas. op. cit., p. 1442 
25 Ibid., p. 1438 
 13
 
escritores europeos como André Gide, Oscar Wilde, y leer sus propios escritos, 
Villaurrutia atrae a Novo a este grupo para que tuviera la oportunidad de publicar 
sus poemas; Novo acepta aunque nunca tendría una buena relación con Jaime 
Torres Bodet por la admiración que este manifiesta a Vasconcelos.26
 
En 1921 Novo ingresó a la Escuela Superior de Jurisprudencia, que dejaría 
poco tiempo después. Es en estaépoca cuando conoce a Pedro Henríquez 
Ureña, un ateneísta dominicano que había sido nombrado por Vasconcelos 
director del Departamento de Intercambio y Extensión Universitaria. Henríquez 
Ureña ayudó a Novo a desarrollar su capacitad de poeta y escritor, le hace leer 
varios libros, le exigía tareas, le daba regaños y le ayudó a publicar sus artículos 
en editoriales sudamericanas, de este ateneísta Novo recibe la influencia de 
“escribir como se habla y no como se piensa.” Gracias a la ayuda de Henríquez 
Ureña, Novo empieza a dar clases en la escuela para extranjeros y a publicar sus 
libros: La Antología de Cuentos mexicanos e hispanoamericanos, en 1923, y la 
Antología. La poesía norteamericana moderna, en 1924. 
A partir de entonces su vida como escritor fue prolifera. Escribió artículos y 
poemas para una gran cantidad de revistas cultas y populares como la Antorcha, 
México Musical, Revista de Revistas, Revista de nuestra Ciudad, Revista de los 
Contemporáneos, Revista Hoy, y diarios como el Heraldo, El Universal y 
Novedades, además de publicar varios libros entre los que destaca El Joven, los 
novísimos XX poemas y la Diegada “Novo estaba feliz; ganaba mucho dinero se 
divertía en sus clases [ . . . ] escribía”27 y se le catalogaba como un “vanguardista” 
palabra de moda en sus años. 
 
Mientras tanto, en el ambiente político se vivía una nueva etapa: la 
institucionalización que ayudaría a someter a las masas al poder recién constituido 
y legitimízar ante ellas su dominación. Esta fue la tarea del gobierno de Obregón 
(1920 – 1924) y Calles (1924 – 1928 ). A la muerte de Obregón, en 1928 se 
 
26 Sheridan. op. cit., p.114 
27 Ibid., p. 115 
 14
 
establece el período conocido como Maximato; en donde el poder lo tenía el jefe 
máximo y no el presidente de la república. Dice un dicho popular al referirse a esta 
etapa “aquí vive el presidente el que manda vive enfrente.” Los presidentes que 
abarcó este período fueron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo 
Rodríguez. Es durante el período de Emilio Portes Gil cuando se crea el Partido 
Nacional Revolucionario (PNR), el 19 de Marzo de 1929. Con dicha creación se 
acabarían las luchas armadas por el poder, también se daría fin al movimiento 
cristero iniciado durante el gobierno de Calles en 1926. El Maximato ocasiona gran 
descontento social que trató de aminorarse con la designación de Lázaro 
Cárdenas como candidato del PNR a la presidencia, pues existía “en la conciencia 
de la burguesía el temor a las masas y a su lucha revolucionaria.” Su candidatura 
se presentó como un compromiso entre las dos corrientes existentes dentro del 
PNR; la de los seguidores del jefe máximo y la de los que buscaban reorientar los 
principios revolucionarios.28
 
 
1.3 Novo y la Cultura Cardenista 
 
El período de gobierno de Lázaro Cárdenas sería el primero que duraría seis años 
de 1934 – 1940. Cárdenas continúo con la creación de instituciones que le 
permitieran tener el control de los diferente sectores de la población; en 1934 crea 
la Nacional Financiera donde reunía a los empresarios nacionales y extranjeros; 
en el ámbito agrario crea el Banco de Crédito Ejidal y la Confederación Nacional 
Campesina en 1938; también agrupa a los diferentes sindicatos obreros en la 
Confederación de Trabajadores de México (CTM) creada en 1936 y encabezada 
por Lombardo Toledano; en ese mismo año expulsa a Calles del País; de tal forma 
que expresa la independencia de su gobierno iniciando así, lo que más tarde 
sería la política del presidencialismo. Al mismo tiempo Cárdenas reafirmó el 
papel del estado como “árbitro regulador de la vida social.”29 Para lograr el 
 
28 Meyer, Lorenzo, Historia de la Revolución Mexicana. Período 1928-1934: los inicios de la 
institucionalización, la política del maximato, México, Colegio de México, 1978 
29 Medín, Tzvi, Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas, México, S. XXI, 1997, 237 p. 
 15
 
equilibrio de poder entre las clases sociales transforma el PNR en el Partido de la 
Revolución Mexicana; establece la educación socialista entendida como un 
instrumento de cambio social basado en el desarrollo industrial que se quería 
alcanzar mediante la independencia tecnológica. Por ello crea el Instituto 
Politécnico Nacional (IPN). En el ámbito de la política exterior, nacionaliza el 
Ferrocarril en 1937 y hace la expropiación del Petróleo en 1938; se declara en 
contra del imperialismo norteamericano y fascismo italiano y alemán; su gobierno 
da asilo político a los republicanos españoles “entre los cuales había eminencias 
en diversos campos de las ciencias y de las humanidades, con los que se llegaría 
a crear la Casa de España en México, antecesora de lo que a partir de 1940 fue el 
Colegio de México;”30 impulsó el rescate de las culturas mesoamericanas 
financiando varias exploraciones y fundando el Instituto Nacional de Antropología 
e Historia. Fue un período de especialización y profesionalismo, de sorpresas y 
desarrollo económico estable. 
 
Es en este sexenio de Cárdenas cuando Novo fue expulsado de los 
cargos públicos que tuvo desde los primeros años de la década de los veinte. Su 
posición conservadora no aprobaba la política reformista del Presidente a quién 
describe “como sensiblero que enternecido a la vista de los indios descalzos no 
advierte que estos son felices en sus huaraches.”31 Para esta época Novo tenía 
más de 30 años y una buena posición económica además de que se ganaba la 
vida con traducciones de obras teatrales y trabajos publicitarios; tal vez por esto a 
diferencia de otros tiempos, no tuvo que modificar su forma de pensar para 
conservar un cargo público. 
 
Fue un amigo quien lo presentó con los Llergo, editores de la revista Hoy, 
quienes le pidieron que colaborara con un suplemento en la publicación. En un 
principio se resistió porque el pago por escribir en una revista era muy bajo, 
comparado con el de la publicidad. Sin embargo, ante tanta insistencia aceptó 
 
30 González, Luis, Historia de la Revolución Mexicana, 1934- 1940.Los días del Presidente 
Cárdenas, México, Colegio de México, 1981, T. 15, 381 p. 
31 Monsiváis, Carlos, Amor Perdido, México, ERA, 1982, p. 284 
 16
 
colaborar en Hoy con un artículo semanal que no iría firmado y que tendría que 
ser como él quisiera; su columna se llamó “La Semana Pasada,” la cual apareció 
de 1937 a 1940. En sus escritos reflejó las costumbres de una ciudad en 
constante cambio y una severa crítica a los acontecimientos políticos y sus 
protagonistas, con un estilo único “conciso, cortante, venenoso, despiadado, 
creaba novocablos acuñaba expresiones, [...] tenía conocimiento de sus víctimas 
que desnudaba, exhibía, documentaba, fichaba.”32 Por su forma de escribir tuvo 
muchos lectores, lo que le permitió recibir ofertas para escribir en otras secciones 
como ”Perifonemas,” “Hojas” y mas tarde “Side Car“ todas con gran éxito. 
Además, en 1938 escribía para el diario Excélsior. Para cumplir con todas sus 
secciones abrió una oficina a la que llamó “Buro Fantasma,” porque en ella hubo 
un gran número de jóvenes colaboradores que escribían sin nombre imitando su 
estilo para crear artículos que él entregaría para su publicación; lo hicieron tan 
bien, que a veces, el mismo Novo no diferenciaba con precisión cual había sido 
escrito por él. En muchos de sus artículos deja ver la “nostalgia por lo primitivo y la 
aversión irónica ante el progreso y el maquinismo[...]”33 
Así, de forma involuntaria, sus artículos irían formando día a día, semana a 
semana, una obra monumental, integrada por once tomos y conocida con el 
nombre de La Vida en México aludiendo a los regímenes de Lázaro Cárdenas, 
Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines,Adolfo López 
Mateos Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. La idea de reunir el material, que 
anteriormente se publicó en artículos diarios y semanales, en una sola obra fue 
de Emmanuel Carballo. Él presentó a los editorialistas Martín Luis Guzmán y 
Rafael Jiménez Siles, el proyecto de recopilación de la obra de Novo, quienes a su 
vez le asignaron la compilación a José Emilio Pacheco. 
 En 1976 hubo un incendio que acabo con todo el material quedando, sólo algunos 
de los libros que se convirtieron en joyas bibliográficas, a las que pocos estudiosos 
han tenido acceso. Hubo varios intentos de continuar la serie pero ninguna 
editorial lo juzgó oportuno en términos comerciales. En 1994, en memoria a Novo, 
 
32 Novo, Salvador, La vida en México durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas, México, 
CONACULTA, 1994, p.25 
33 Cosío, Villegas. op. cit., p. 1442 
 17
 
el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de 
Antropología e Historia y la Dirección General de Publicaciones, decidieron 
reimprimir los tomos correspondientes al gobierno de Cárdenas, Ávila Camacho y 
Alemán y presentar por primera vez los volúmenes que aluden a los sexenios 
posteriores, hasta llegar a los primeros años del régimen de Luis Echeverría. 
 
Su obra La Vida en México es considerada una fuente indispensable para la 
historia y literatura mexicanas, ya que a través de ella plasma las 
transformaciones de la sociedad mexicana de su tiempo, siendo a la vez una 
autobiografía pública donde “con gran honestidad intelectual, realiza la síntesis 
entre la crónica urbana y el diario, entre el análisis de lo social y la introspección 
personal.”34
 
 
1.4 Cronista de la Ciudad de México. 
 
Novo, uno de los renovadores del periodismo en México, fue un hombre que 
escribió con gran inteligencia. Durante el cardenismo se inicia como crítico político 
y social, género que seguirá desarrollando en los diferentes sexenios 
presidenciales hasta pocos meses antes de su muerte, sin embargo, a ninguno 
de ellos critica tan ferozmente como al régimen cardenista. 
A lo largo de su vida desarrolló una imagen frívola, tal vez para ocultar sus 
carencias y su verdadera personalidad como lo deja entrever al escribir: 
 
El resto de mi larga existencia estuvo más llena de posibilidades que 
de realidades, También en la vida pude ser esto, hacer lo otro. Sólo 
que en la existencia, abstinencia equivale, objetivamente, a 
frustración o a fracaso. Falta considerar si el balance es más válido 
que la autoconfesión absolvedora.35 
 
34 Novo Salvador, La Vida en México durante el período presidencial de Luis Echeverría Álvarez, 
México INAH-CONACULTA, 2000, p. XVI 
35 Ibid., p.199 
 18
 
 
Tal vez vio como posibilidades; el hecho de ser padre y de escribir una 
magnifica obra literaria, anhelos que le fueron vedados por su homosexualidad y 
por la falta de tiempo ya que tenía que cumplir con los compromisos adquiridos 
con las diferentes editoriales. Sin embargo eso no le impidió ser uno de los 
escritores más leídos del país y creador de un sinnúmero de obras que abarcaron 
los diferentes géneros como la prosa, la narrativa, la poesía y la crítica. 
Entre sus obras más representativas se encuentran; Amor Perdido (1937), 
En defensa de lo usado (1938), Nueva Grandeza Mexicana (1946), Cocina 
mexicana o Historia gastronómica de la Ciudad de México (1967), Historia y 
Leyenda de Coyoacán (1971) Los paseos de la Ciudad de México (1973) y los 
diferentes volúmenes de La Vida en México que escribió hasta diciembre de 1973. 
El tema central de sus obras es la Ciudad de México y sus constantes 
transformaciones mediante las cuales fue perdiendo sus costumbres originales, 
para adoptar las extranjeras, dando origen a la aparición de una nueva cultura 
mexicana, la del “peladito” y el “pachuco” representativos de la clase media; 
pareciera ser que ésta fue la obra de las compañías extranjeras que perdieron 
privilegios y poder ante la aparición de un Estado protector de la economía 
mexicana. Su capacidad creativa lo llevó a participar en programas de radio con la 
sección “diálogos y comentarios” en 1936 y más tarde a incursionar en la 
televisión con el programa “Charlas de Salvador Novo” (1968) y a participar en 
noticieros televisivos dirigidos por Miguel Alemán Velasco. Al mismo tiempo fue fiel 
promotor del teatro en México, en 1947 fue jefe del Departamento de Teatro en el 
INBA además traduce varias obras extranjeras y escribe guiones para otras. En 
1953 durante el gobierno de Ruiz Cortines funda su propio teatro que llamó “La 
Capilla” donde estrena una gran cantidad de obras, el cual fue visitado por 
políticos, artistas, intelectuales y banqueros a los que daba una hospitalaria 
recepción en esos momentos era el director y cocinero de moda “sólo de chistes 
fugaces sobreviven a su mala reputación.”36
 
36 Monsiváis. op. cit., p.289 
 19
 
Con el paso del tiempo su figura tan fuertemente criticada por generaciones 
anteriores es aceptada como resultado de su gran capacidad creadora. Para las 
décadas posteriores a 1940, Novo forma parte de la alta cultura a tal grado que: 
 
en Julio de 1964, Salvador Novo cumple sesenta años. Se organiza 
un homenaje [...] asisten mas de 500 comensales la lista de oradores 
es elocuente [...] Carlos Pellicer habla de Novo el contemporáneo [...] 
Emilio Carballo de Novo y el teatro [...] Francisco de la Maza Novo el 
cronista [...] José Emilio Pacheco Novo el periodista. 37
 
En 1954 participó junto con otros intelectuales como Miguel León Portilla y 
Edmundo O’Gorman en la elaboración del Diccionario Porrúa de Historia, 
Geografía y Biografías Mexicanas. Fue miembro de la Academia de la Lengua en 
México y en 1965 Gustavo Díaz Ordaz lo nombra cronista de la Ciudad de México, 
iniciándose así una serie de conferencias y visitas guiadas a altos personajes por 
los sitios más representativos de la historia del país; por sus atinadas crónicas en 
1967 recibe el Premio Nacional de la Letras. 
 
En 1971 muere su madre, Amalia López Espino, compañera de toda su 
vida. A partir de entonces “Novo se repliega cada vez más en su hogar donde 
disfrutaba del mayor de sus gustos; ver programas televisivos; el gran chaparral, el 
agente 005 [...] así mismo también le gustaba verse en televisión.”38 Sin embargo, 
no se pudo sobreponer a la pérdida de la misma, muriendo poco tiempo después 
en enero de 1974. 
 
37 Ibid., p. 291 
38 Novo. op. cit., p. 18 
 20
 
CAPÍTULO 2 
 
UNA VISIÓN DE LA HISTORIA EN LA OBRA LA VIDA EN MÉXICO 
DURANTE EL PERIODO PRESIDENCIAL DE LÁZARO CÁRDENAS 
 
 
En este capítulo analizaremos la obra de Salvador Novo La vida en México 
durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas con el objeto de identificar y 
explicar los fundamentos filosóficos y teóricos de la Historia, otros de los 
elementos a desarrollar en el análisis historiográfico, tarea un tanto difícil si 
tomamos en consideración que Novo no fue un historiador de profesión, fue un 
intelectual de ideología conservadora, un elitista, que a través de su crónica 
periodística hace una fuerte crítica al régimen, mostrando al lector desde su punto 
de vista la historia del cardenismo. Fue un observador de su momento que 
describe a detalle los acontecimientos más relevantes de la vida política y social 
de México ocurridos durante los últimos años de gobierno del presidente 
Cárdenas. 
 
Novo escribía con un estilo conciso y despiadado, acuñaba expresiones, 
utilizaba refranes, y abreviaturas, creaba “novocablos,” como él les llamaba, 
asombrando a sus lectores por el conocimiento que tenía de sus víctimas, a las 
que documentaba, fichaba y exhibía.1Pocos fueron los que escapaban al 
comentario mordaz, hacía la crítica humorística de los personajes de la política, la 
cultura y arte y en general la situación de las diferentes clases sociales. 
Fue un hombre talentoso y contradictorio, un artista, un homosexual egocentrista y 
narcisista a quien sus detractores no lograban ofender porque éste hacía públicos 
sus defectos y debilidades a través de sus sonetos.2
 
 
1 Novo, Salvador, La vida en México en el período presidencial de Lázaro Cárdenas, México, 
CONACULTA INAH, 1994, p.26 
2 Monsiváis, Carlos. Amor Pérdido México, ERA, 1982, p. 274 
 21
En relación al grupo de los Contemporáneos del cual formaba parte, 
compartió el deseo de establecer un diálogo entre la cultura mexicana con otras 
como una expresión de lo universal. Cuando se refiere a integrar la cultura 
nacional a la universal, da prioridad a la cultura del viejo mundo en comparación 
con la norteamericana.3
 
En cuanto a la concepción de su realidad es un ecléctico retoma elementos 
de diferentes tendencias como la vanguardia, el romanticismo, modernismo y 
simbolismo. Del romanticismo asumía actitudes de inconformidad con el momento 
histórico en el que vivía, además de plasmar en sus escritos sentimientos de 
nostalgia e ironía. También retoma obras como El Mío Cid para realizar analogías 
a lo largo de su obra. Del modernismo asume la posición de inconformidad ante el 
imperialismo norteamericano que se disfraza bajo la “política del Buen Vecino,” la 
cual explicaremos más adelante. Del simbolismo y el decadentismo francés 
desarrolló el gusto por el lujo, el arte, la gastronomía, las apariencias, la bohemia 
y la vida frívola convirtiéndose en un excéntrico al que se le ridiculizaba por sus 
actitudes y modales al igual que a Oscar Wilde en su tiempo, hecho por el que 
Juan Coronado, crítico en literatura le da a Novo el calificativo de el Oscar Wilde 
de México.4
Las experiencias que tuvo a lo largo de su vida lo llevaron a adoptar una posición 
reaccionaria, descalificando todo aquel movimiento que rompiera con el orden 
establecido. Cuando niño presenció el asesinato de su tío a manos de un grupo 
villista y el exilio de su padre. Más tarde cuando gozaba de la estabilidad 
económica de los puestos públicos fue sustituido por la izquierda cardenista; y en 
su madurez, ante el temor de perder su posición privilegiada como cronista de la 
ciudad de México, aprobó la represión del dos de octubre de 1968.5 
 
La importancia de la obra radica en la información que proporciona sobre 
uno de los períodos de la Historia de México, es una fuente indispensable para el 
 
3 Conde, Teresa, Del. Historia mínima del arte mexicano en el siglo XX., México, átame,1994, p. 93 
4 Ibid., p. 113 
5 Monsiváis, Carlos, op. cit., p. 291 
 22
historiador, el cuál se encargará de dar un significado, un sentido a los 
acontecimientos. Como dice Danto; las crónicas serían puras narraciones; y la 
auténtica historia se expresaría en narraciones significativas.6 
 
 
2.1 Crónica e Historia 
 
Cuando se realiza un análisis historiográfico el autor y las características del texto 
analizado son fundamentales. En este sentido habrá que precisar una vez más 
que Salvador Novo no es un historiador en el sentido absoluto del término aunque 
haya abordado en algunas de sus obras problemas históricos. En el caso de la 
obra que nos ocupa la característica fundamental es que se trata de una crónica 
del acontecer diario, entre los años de 1937 a 1940, y no de una obra resultado de 
una investigación histórica. 
La investigación histórica se ocupa de dar cuenta de lo sucedido en el pasado, 
tarea nada fácil si tomamos en consideración que la historia va más allá de lo 
dado, no es imitación o duplicación del pasado. El quehacer del historiador inicia 
desde el momento en el que selecciona el hecho histórico, esa parte del pasado 
que ha despertado su interés por conocer, para después elegir sus fuentes e 
interpretar los datos. Sin embargo el conocimiento del pasado es relativo e 
imparcial ya que el pasado en su totalidad es incognoscible. 
Aunque la historia es una sola, el historiador se encuentra con dos problemas que 
resolver durante su investigación; primero, dar cuenta de lo que sucedió en el 
pasado y segundo resolver los problemas conceptuales que surgen en la historia 
durante el proceso.7 En este caso el problema que nos ocupa es hacer la 
distinción entre historia y crónica. 
 
La crónica relata acontecimientos que en realidad sucedieron, en el orden 
que ocurrieron, es contemporánea porque fue escrita en el presente, en el 
 
6 Danto, Arthur, C. Historia y Narración.Ensayo de Filosofía analítica de la historia. Introd. Fina 
Burules, España, Piadós, 1989, p.61 
7 Ibid., p. 11 
 23
momento mismo de los hechos sin verlos concluidos, por lo tanto es una narración 
pura; a diferencia de la historia, que con menos detalles, explica e interpreta los 
hechos aportados por las crónicas. Entonces la auténtica historia es una narración 
significativa,8 más compleja, que además de dar a conocer el pasado, trata de dar 
una explicación de los hechos en conjunto, aunque esto no significa que dé la 
interpretación del pasado en su totalidad.9 La crónica es un testimonio ocular, su 
tarea es hacer una relación perfecta, proporciona los datos que fundamentan, en 
parte, los enunciados verdaderos que el historiador hace sobre el pasado, es decir 
es un ejercicio preparatorio que sirve al historiador en la medida en que 
proporciona información con detalle sobre el acontecimiento ocurrido; para que 
éste a través de su imaginación histórica pueda hacer la recreación del mismo y 
así dar una explicación en conjunto de la historia, labor que sólo le compete a él, y 
de esta manera comprobar su tesis. Esto nos viene a confirmar que la crónica y 
la historia tienen un horizonte temporal distinto.10 
 
Dentro de la historia encontramos elementos de la crónica, elementos 
siempre superados por el historiador, como la descripción o la narración detallada; 
ello se debe a que existen preguntas con diferente grado de información previa a 
las que se les debe dar una respuesta que vaya más allá del simple enunciado, 
que explique significativamente el acontecimiento, es entonces cuando se pasa de 
la etapa de la crónica y se entra a la propia historia.11
Aplicando estas propuestas podemos señalar que Novo es un cronista y su texto 
una crónica, ello no quiere decir que nuestro autor no tuviera una interpretación de 
la historia, pero en el texto, objeto de este estudio, es el cronista el que está 
presente. 
 
 
 
 
8 Ibid., p. 61 
9 Ibid., p. 29 
10 Ibid., p. p. 21, 26 
11 Ibidem. 
 24
2.2 Periodismo e Historia; el periodismo como expresión del cronista 
 
Uno de los espacios de la crónica mexicana a partir del siglo XIX ha sido la 
prensa. Los cronistas se han desempeñado dentro del periodismo convirtiéndose 
en una fuente importante para la reconstrucción histórica, inclusive en ocasiones 
se ha llamado al periodista el historiador del momento ya que periodismo significa 
actualidad, sin embargo ya en el apartado anterior hemos dilucidado que la 
actividad del cronista y ahora del periodista no es la misma que la labor del 
historiador, porque a los primeros les falta la perspectiva del tiempo. Los hechos 
no han tenido su desenlace. Esto nos plantea a la vez ciertas reflexiones como 
sería el caso de Tucídides quien siendo reconocido como uno de los padres de la 
historiografía realiza una historia del presente, incluso testimonial. Pero éste no es 
el caso de Novo quien se encontró atrapado en los límites de su época, además a 
diferencia de Tucídides no pretendíahistoriar, sino comentar el acontecer de su 
momento. 
 
Lo que Novo hizo en su crónica fue hablar de su presente, a través de ella 
informó a sus lectores, ante los cuales desacreditó el gobierno de Cárdenas y 
también contribuyó en su momento a formar la opinión pública, este último punto, 
es sin duda, una de las funciones de mayor importancia del periodismo de todos 
los tiempos, por eso es considerado el cuarto poder.12 La labor del periodista es 
eminentemente social; informa, orienta, educa a la colectividad a la vez que sirve 
como un medio publicitario y de control. El verdadero periodista no puede 
mantenerse al margen de la situación que se está viviendo, toma partido y al 
hacerlo justifica o cuestiona los acontecimientos logrando con ello que los lectores 
se formen una opinión sobre lo que sucede en su realidad. Por ello el periodista 
de profesión debe atenerse a ciertas normas de conducta como son el respeto a la 
verdad, la incorruptibilidad, la defensa de las causas justas, utilizar el humorismo 
así como hacerse responsable de lo que escribe. 
 
 
12 Ochoa Campo, Moisés, Reseña histórica del periodismo mexicano, México, Porrúa, 1968, p. 17 
 25
La crónica periodística de Novo tuvo gran éxito porque escribió sobre diferentes 
temas; economía, política, teología, ciencia, filosofía, arte, ya que estaba 
familiarizado con todo lo acontecido. Su prosa exquisita, a diferencia de las 
crónicas de otros autores contemporáneos, fue escrita para perdurar porque con 
su comentario mordaz, “la nostalgia embellecedora y las insistencias comparativas 
entre el ayer Diáfano y el Hoy angustioso”13 de su realidad, ayuda a documentar 
los acontecimientos ocurridos en el México de ayer, sobre el que se construye el 
México de hoy. Novo como buen periodista captó los sucesos hasta en sus más 
mínimos detalles para informar a sus lectores, analizando para los demás, 
escuchando para los demás y viendo para los demás, razón por la que su obra 
tiene una gran fuerza histórica. Nos muestra su presente cuando éste aún no era 
historia, convirtiéndose en un espejo que nos refleja la realidad, aunque parcial y 
subjetiva, de un período de nuestro pasado. Corresponde ahora al historiador 
explicar hasta que punto Novo fue capaz de escribir la verdad. 
 
 
2.3 Un acercamiento al mundo del periodismo mexicano en el cardenismo 
 
El artículo 7° de nuestra Constitución de l917 declara que es inviolable la libertad 
de escribir y de publicar escritos sobre cualquier asunto sin previa censura, 
teniendo como limites el respeto a la vida privada, la moral, y la paz pública, sin 
embargo los gobiernos posrevolucionarios se han caracterizado por censurar y 
controlar a la prensa, en mayor o menor medida, mediante el castigo y la 
corrupción, presionando a los periodistas a decir la “verdad” de lo que al gobierno 
le conviene dar a conocer. Afortunadamente no todos los periodistas han cedido a 
las pretensiones de la autoridad y han dado una versión de los acontecimientos 
distinta a la versión oficial, a veces, hasta de abierto enfrentamiento, sin temor a 
padecer los castigos corporales al manifestar la corrupción de la misma. Esto se 
demuestra con la declaración de Francisco J. Torres: “con el insustituible – 
 
13 Monsiváis, Carlos, A ustedes les consta. Antología de la crónica en México. Crónica. México, 
 ERA, 1985, p. 58 
 26
cañonazo de cincuenta mil pesos – que muchos aceptaron pero también muchos 
rechazaron.”14
 
Durante el gobierno de Obregón la prensa gozo de cierta libertad, “toleró” lo 
que se publicaba en su contra porque la consideraba inofensiva, sin que por ello 
dejara de aplicar los castigos a los periodistas más belicosos. 
Fue durante el régimen callista cuando la prensa estuvo amordazada a través de 
la represión, lo que llevó a los periódicos a tomar una postura. Los que se 
decidieron por la versión oficial, no hubo problema, los que no, fueron reprimidos 
con una ola de atentados personales y asaltos contra sus diarios.15Otros 
prefirieron mantenerse al margen y no escribir en relación a los asuntos del 
gobierno como fue el caso del diario La Prensa que no publicó nada respecto al 
conflicto religioso. Un acto de represión del periodismo mexicano se realizó en 
1927, cuando Calles deportó a Estados Unidos a los periodistas Félix F. Palavicini, 
fundador de El Universal y a José Elguero, junto con Victoriano Salado, 
editorialistas del Excélsior, por declararse en contra de la reelección de Obregón. 
Así mismo declaró censura telegráfica en detrimento de la prensa nacional.16 Esta 
situación prevaleció durante los años que Calles se mantuvo en el poder. 
 Una vez iniciado el gobierno de Lázaro Cárdenas, 1934 – 1940, la prensa empezó 
a tener mayor apertura en comparación a los regímenes anteriores y por que no 
decirlo, también en relación a los que le sucedieron. Sin que por ello se pueda 
hablar de una abierta libertad de prensa. 
 
Cárdenas fue un presidente que tuvo un gran acercamiento con la prensa, 
un día antes anunciaba sus decisiones y al otro salían publicadas; “él inició la era 
de los comunicados oficiales (antecedente de los boletines de prensa) destinados 
 
14 Torres A., Francisco Javier, El periodismo mexicano una ardua lucha por su integridad, México, 
 Ediciones Coyoacán, 1999, p. 20 
15 Reed Torres, Luis. María del Carmen Ruiz Castañeda, El periodismo en México. 500 años de 
 Historia, México, EDAMEX, 1998, p. 295 
16 Ibid., p. 298 
 
 27
a publicarse en los periódicos.”17 Utilizó a la prensa y a la radio como medios 
propagandísticos de sus principales acciones de gobierno; como el exilio de 
Calles, la nacionalización del ferrocarril, la expropiación petrolera y la 
transformación del PNR en PRM. 
Entre las publicaciones oficiales de su gobierno encontramos el diario El Popular y 
la revista Futuro, dirigidos por Vicente Lombardo Toledano, así como El Nacional, 
Así es México... de hoy, Mañana, Los Doce y un gran número de folletos. 
También hubo publicaciones de tendencia comunista como La voz de México, El 
Machete y El Yunque, dirigidos por artistas como Diego Rivera, David Alfaro 
Siqueiros y José Clemente Orozco, publicaciones que respaldaban la política de 
masas del presidente en apoyo a las clases obrera y campesina del país, así 
como el establecimiento de una educación “socialista.” 
En estos años también se publicaron revistas modernas a gran formato y 
rotograbado como Jueves de Excélsior, Revista de Revistas, Redondel´, Sayrols, 
Sucesos y la revista Hoy, en la que aparecieron artículos de intelectuales 
anticardenistas, entre ellos Novo y Villaurrutia, que cuestionaban y recriminaban 
algunas de las decisiones del presidente como el apoyo a España durante la 
guerra civil, el comunismo y su política de masas entre otras cosas. Sin embargo 
las acciones políticas del presidente recibieron el apoyo de la mayor parte de la 
prensa, a través de ésta mantenía informada a la población de los problemas que 
se presentaban en el país. Por otro lado, cuando era atacado por algunos medios 
respondía con comunicados oficiales además radiaba un programa semanal a 
nivel nacional en el que cada secretaría de Estado daba un informe de sus 
actividades. Cabe mencionar que Cárdenas transmitió por radio sus principales 
mensajes a la nación; como la expropiación petrolera y sus informes de 
gobierno.18 
En esos momentos El Universal y Excélsior fueron las vanguardias del periodismo 
mexicano, daban una cobertura total; información local, extranjera, anuncios, 
editoriales, notas sociales, deportivas incluso cada uno contaba con programas de 
 
17 Barrón, Leopoldo, Historia del periodismo mexicano del ocasoPorfirista al derecho de 
 información, México, UNAM, 1983, p.34 
18 Ibid., p.36 
 28
radio desde 1923. Compitieron entre sí por ser el mejor y en determinado 
momento Excélsior superó al diario de Palavicini por su mejor información, gran 
dinamismo y tecnología avanzada. A la muerte de su fundador, Rafael Alducin, el 
Excélsior se convirtió en una cooperativa. 
Otro diario importante de la época fue Últimas Noticias, publicación del medio día, 
creada en 1936 y dirigida por Miguel Ordorica, periodista que siempre se distinguió 
por escribir la verdad y que logró hacer de esta publicación un gran éxito. Ordorica 
participó en otros periódicos como El Imparcial, El Diario de la Marina, La Prensa y 
otros, llevaba al máximo en la práctica la libertad de prensa consignada en la ley, 
contaba valientemente los sucesos de actualidad y anticipaba lo que podía 
esperarse en el futuro inmediato, eso le gustaba al público, pero no a aquellos que 
se sentían aludidos por sus comentarios, por ello más de una vez recibió la 
consigna de retractarse a lo que él respondía: “sólo podrá impedirme que publique 
hechos verídicos si manda soldados que me saquen de aquí.”19
 
Aunque el presidente Cárdenas dio apertura a la prensa pronto encontró 
los medios para mantenerla bajo control. El 10 de septiembre de 1935 creó la 
Productora e Importadora de Papel S.A. (PIPSA), con el fin de evitar el monopolio 
del mismo; esta empresa hasta la actualidad se encarga de la compra-venta, 
producción e importación del papel y depende directamente de la Secretaría de 
Gobernación. El 10 de agosto de 1936, el presidente fundó la Dirección de 
Publicidad y Propaganda, dependiente de Gobernación, fue el antecedente de lo 
que hoy es Comunicación Social, meses más tarde, en enero de l937, la sustituyó 
por el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP),20 También con el 
objetivo de centralizar la información oficial, en 1937 decretó la franquicia postal 
de publicaciones periódicas porque se consideraba que la prensa era un factor 
importante para lograr la difusión de la cultura popular, uno de los aspectos a 
alcanzar en su plan de trabajo. Los organismos creados por Cárdenas entre 1935 
y 1937 fueron un medio eficaz que el presidente utilizó para limitar la libertad de 
 
19 Reed Torres, Luis, op. cit., p. 304 
20 Torres A.,Francisco Javier, op. cit., p. 25 
 29
prensa, tan pregonada durante su régimen. Los cuatro sexenios que le sucedieron 
se siguió una política de mayor control hacia la prensa, hecho que demuestra que 
la democracia en el país está en desarrollo, ya que como dice el periodista Carlos 
Marín21 el control de la prensa demuestra hasta que punto México es una nación 
democrática, y mientras las restricciones a la prensa permanezcan, la democracia 
será cuestionada y con justa razón. 
 
 
2.4. La prensa y Salvador Novo 
 
Iniciaremos este apartado retomando dos cuestionamientos que Carlos Monsiváis 
hace en relación a los artículos periodísticos que Novo escribió para la prensa 
mexicana, ¿Por qué un escritor inteligente y culto como Salvador Novo se dedicó 
a escribir para la prensa?, ¿Por qué un hombre de letras desgastó su talento 
poético al escribir la crónica periodística?. Al hacer este cuestionamiento no 
estamos restando importancia a la labor periodística, por el contrario en los 
párrafos anteriores ya hemos reconocido la importancia social del periodismo y el 
papel que desempeña en el quehacer histórico. Nuestra inquietud surge del hecho 
de que Salvador Novo tuvo la posibilidad escribir una obra literaria de mayor 
envergadura y no lo hizo por los muchos compromisos que tuvo con las revistas y 
diarios de la época, como él mismo lo escribió en repetidas ocasiones. Este hecho 
fue uno de los motivos que ocasionaron en Novo un sentimiento de frustración.22 
Es cierto que Novo no realizó una obra de gran envergadura como la que él 
esperaba de sí mismo, sin embargo su paso por las letras mexicanas es 
indiscutible, es más, Novo contribuyó a crear su propia leyenda que su público 
terminaría por difundir y eternizar; sus frases lapidarias, su dandismo, sus 
epigramas y su homosexualismo. 
Novo empezó a escribir desde muy joven para revistas culturales y populares con 
el fin de dar a conocer su poesía; era un joven que prometía mucho como el 
 
21 Ibid., p.149 
22 Véase Capítulo 1. p. 16 
 30
mismo reconoció.23 En 1922 escribió para la revista Contemporáneos, revista que 
recibió su nombre del mismo grupo de jóvenes literatos al que nuestro autor 
pertenecía, más tarde se desempeñó como profesor de la Universidad, traductor, 
publicista, escritor de obras de teatro, al mismo tiempo, que ocupó diferentes 
cargos públicos, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que Novo no 
escribió para vivir, vivió para escribir, esa fue otra de sus grandes pasiones.24
 
Fue en febrero de 1937 cuando aparece la sección “La Semana Pasada” en 
la revista Hoy, Novo escribe con gran temperamento crónicas y ensayos sobre los 
personajes del momento; ministros, empresarios, intelectuales, artistas; su tema 
preferido la política, su blanco perfecto el presidente Cárdenas y sus 
colaboradores, por su política reformista e ideales “comunistas,” a quienes no da 
tregua en su fuerte crítica, a la que añade el sarcasmo y la erudición. Una vez que 
concluyó este sexenio, Novo fue menos severo en su crítica política, ya que no 
encontró elementos para seguir atacando con la misma fuerza a los gobiernos que 
le sucedieron. El éxito alcanzado durante el cardenismo con su sección “La 
Semana Pasada” le dio la oportunidad de seguir escribiendo en otras 
publicaciones, en las que vierte otras experiencias y nuevas técnicas, secciones 
como; “perifonemas,” “Diario,” “Side Car” y “Cartas a un amigo” entre otras.25
 
De este modo de 1940 a 1960, antes de ser nombrado cronista de la 
Ciudad de México, Novo se dedica a escribir la crónica social; el comentario banal 
de las cenas diplomáticas, el chisme sobre las celebridades, la vida cotidiana, y la 
respuesta a los ataques que le hacían sus detractores, así como las anécdotas 
que reflejan su propia personalidad con sus anhelos, frustraciones, miedos y la 
nostalgia que sentía ante la trasformación de la gran urbe en la que se había 
convertido la Ciudad de México. Durante este período Novo se comercializó, 
permitiendo a través de su obra la convergencia de tres intereses; el de Novo, de 
tener más lectores, en un país donde existen pocas bibliotecas y librerías; el de los 
 
23 Novo Salvador, La estatua de sal, op. cit., p. 114 
24 Véase capítulo 1. p. 6 
25 Véase Capítulo 4. p. 5 
 31
editores, de vender más ejemplares, y el de sus lectores, de tener entre sus 
manos un texto corto y ameno, sin que por ello abandonara su característica 
vanguardista y se dejara de reconocer su talento. Así para 1946 Novo ya formaba 
parte de una elite de intelectuales que compartía espacios con políticos, ministros, 
artistas, periodistas y empresarios del México moderno. Y partir de 1965, al ser 
nombrado cronista de la ciudad de México tiene una destacada participación en 
las instituciones culturales del país como la Universidad Nacional, el INBA, los 
museos, La Academia Mexicana de la Lengua y bibliotecas. 
 
 
2.5 La Historia en La vida en México 
 
Por su posición anticardenista que se manifiesta a lo largo de la obra analizada 
se infiere la falta de objetividad, ya que al escribir nuestro autor tenía como 
propósito poner de manifiesto los errores de la política de Cárdenas. Sin embargo, 
no por ello deja de ser una fuente importante para el historiador, el cual tendrá que 
darse a la tarea de seleccionar, confrontar y dar sentido a los hechos que se 
presentan aquí. Comolo menciona Marc Bloch: Ante todo, estos indicios que sin 
premeditación, deja caer el pasado a lo largo de su ruta nos permite suplir las 
narraciones, cuando no las hay, o contrastarlas si su verdad es sospechosa. 26
Sin querer, Novo hizo de su obra un “testigo sin saberlo” es decir, un testimonio 
involuntario, el cual a pesar de no tener como objetivo la búsqueda de la verdad 
absoluta, es de gran ayuda para el estudio del pasado por la valiosa información 
que proporciona para la reconstrucción de los hechos ocurridos en el México de 
esos momentos. 
 
Dentro del análisis historiográfico es importante responder a la pregunta del 
porqué escribe un autor, esto nos lleva al mundo de la subjetividad en la elección 
de temas de estudio, en este caso Salvador Novo escribe su obra durante los 
 
26 Bloch, Marc, Introducción a la Historia. México, F. C. E., 1884, p. 52 
 
 32
años de l937 a l940, el motivo que lo lleva a escribir sus artículos fue el hecho de 
que hasta antes de l934 había ocupado diferentes puestos públicos relacionados 
con la cultura del país, sin embargo en ese año fue expulsado de la burocracia por 
el aluvión de izquierdistas acarreados por Cárdenas,27 al que calificaba de 
protagónico, sensiblero, utópico y socialista; que se había propuesto como uno de 
los objetivos primordiales de su gobierno mejorar la situación de las grandes 
masas campesinas e indígenas, aunque ellos fueran felices como estaban 
además las medidas adoptadas por el presidente poco remediaban su situación. 
Sin duda por su formación conservadora; su objetivo principal al escribir fue 
descalificar el gobierno de Lázaro Cárdenas: 
 
Con maña y talento el presidente Cárdenas ha ido 
desinflando uno por uno a todos los grandes políticos [...], han 
bastado meses para que la labor del presidente Cárdenas haga 
olvidar la de sus secretarios de Estado y deje el horizonte del futuro 
tan despajado como inquietante.28
 
 Sin embargo existieron otras causas que lo motivaron a escribir como el deseo 
de participar en la vida pública de México, “de la única manera como le fuera dable 
hacerlo; con reflejar en un espejo violento, el destello de cada día,”29 además en 
alguna parte de su obra expresó estar convencido de que su crónica auxiliaría a 
los futuros historiadores en su labor de escribir la historia;30 otro motivo por el que 
escribe es para mostrar la grandeza de la Ciudad de México a la que admiró 
profundamente. También escribe para responder a los ataques y denigraciones de 
que fue objeto a lo largo de su vida como lo manifiesta en su autobiografía La 
estatua de Sal.31
 
 
27 Novo, Salvador, op. cit., p .25 
28 Ibid., p.100 
29 Ibid., p. 25 
30 Ibid., p. 399 
31 Novo, Salvador, La estatua de sal. México, CONACULTA, 2002, p. 70 
 33
En este caso la obra que hemos analizando pertenece al género 
periodístico y por tanto fue pensada para los lectores de la revista Hoy, público 
interesado en el devenir social, político y económico de México. Es decir, escribe 
para el mexicano de su momento; para todos aquellos que lo quisieran leer y que 
estuvieran interesados en los acontecimientos que se estaban desarrollando en el 
país y el mundo. Entre sus lectores hubo hombres de letras, intelectuales y 
políticos del momento, reaccionarios o radicales, que ya conocían su forma de 
escribir y que identificaban en sus artículos el estilo poético y laberíntico de 
Salvador Novo, a pesar de que aparecían sin firma alguna. Su obra también fue 
leída por la clase media; estudiantes, profesionistas y personas que tenían 
curiosidad por conocer los acontecimientos del momento, personas a las que sus 
recursos económicos les permitían comprar la revista que aparecía semana a 
semana y que entonces tenía un costo de cincuenta centavos. 
 
En relación al concepto que el autor tiene sobre la historia es necesario 
enfatizar que esta compilación de artículos no son de naturaleza histórica, el 
conocimiento del pasado no es su intención. Es hablar sobre el presente lo que lo 
motiva a escribir. En esta obra encontramos a Novo el periodista; por lo tanto la 
obra la definimos como el producto de crónica periodística que, sin ser histórica, 
nos permite conocer desde un enfoque diferente la historia del cardenismo. La 
obra es una historia escrita en el momento en el que se desarrollaron los hechos. 
Por ello no encontramos una definición de la historia como una ciencia que estudia 
el pasado en función del presente. La definición de historia que se infiere a lo largo 
de la obra se refiere a la historia como pasado, como un recuento de lo más 
importante de lo acontecido. Así lo manifiesta cuando escribe sobre la reciente 
expropiación petrolera, o cuando se refiere al a un discurso que pronunció 
Lombardo Toledano pronunció en relación a la expropiación petrolera: “Hizo en él 
historia breve de la expropiación y expresó que la actitud del presidente había sido 
legal, justa y levantada.”32
 
32 Novo, Salvador, La vida en México en el período de gobierno de Lázaro Cárdenas. op. cit. p. 222 
 34
Por tanto, la historia ayuda a recordar las acciones del pasado inmediato, como 
escribe en el siguiente párrafo: “[... ] pero no fueron esos los únicos 
acontecimientos ocurridos en el mundo durante la movida semana pasada.”33
Por lo anterior podemos decir que Novo concibe a la historia como pasado aún 
cuando ese pasado sea inmediato. Además está convencido de que la historia 
juzga los acontecimientos, pero no los recientes sino aquellos que se encuentran 
cada vez más alejados de la época actual, así lo expresó cuando escribió sobre la 
rebelión de Saturnino Cedillo “[...] y esperamos tranquilamente a que a su debido 
tiempo la historia juzgue.”34
 
En esta obra, Salvador Novo cuestiona la verdad de la historia al referirse a 
Cristóbal Colón “[...] según dicen, incurrió en el descubrimiento de América,”35 
siempre aparece en sus artículos el comentario mordaz. 
 
Así mismo reconoce los cambios en la historia, al citar en su obra al 
historiador García Cubas, que al final del siglo XIX lamentaba el cambio de los 
tiempos al referirse a la celebración de las fiestas de Independencia.36 Novo 
afirmaba que toda conmoción, al sacudir acelera el ritmo de la vida, ocasionando 
cambios a los que los pueblos, en este caso la Cuidad de México, tienen que 
adaptarse si quieren sobrevivir.37
 
En este seminario definir lo que entendemos por pasado ha sido muy 
importante, ya que éste es la materia que nutre la historia. La historia entendida 
en sus dos acepciones: como res gestae o como historia rerum gestarum. Adam 
Shaff nos señala que la res gestae es la historia como proceso, como sucesión 
de hechos acontecidos y la rerum gestarum es la historia como ciencia que se 
 
33 Ibid., p. 190 
34 Ibid., p. 403 
35 Ibid., p. 234 
36 Ibid., p. 362 
37 Novo, Salvador, Nueva Grandeza Mexicana. Ensayo sobre la Ciudad de México y sus 
 alrededores. Pról.. Carlos Monsiváis, México, CONCULTA, 1992, p. 23 
 35
encarga de interpretar esos hechos.38 Para nosotros hoy, Novo es sujeto de la res 
gestae y a la vez de la rerum gestarum, muchos investigadores, como se verá en 
el capítulo cuatro, acuden a Novo para acercarse al mundo que él vivió, para 
reconstruir los hechos, desde la década de los veinte hasta principios de los años 
setenta. Así pues, si bien nos hizo muchas reflexiones, sobre el pasado mexicano, 
su mirada sobre su México, o sea su presente, y la del pasado cercano, son para 
nosotros, investigadores del siglo XXI, un texto invaluable, porque a través de su 
mirada podemos reconstruir lo que no vieron