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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN El Cardenismo ante la mirada de Salvador Novo: Crítica, política y social en la obra La vida en México Seminario Taller Extracurricular Historiografía de México QUE PARA OBTENER EL TITULO DE Licenciado en Historia PRESENTA Eugenia Herlinda Pineda Sánchez Asesor: Mtra. Rosalía Velázquez Estrada Octubre, 2006. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Í N D I C E INTRODUCCIÓN 1 CAPÍTULO 1. SALVADOR NOVO: UNA VIDA UN TIEMPO 6 1.1 Su formación como escritor. 6 1.2 Los Contemporáneos (1920 – 1932). 12 1.3 Novo y la Cultura Cardenista. 15 1.4 Cronista de la Ciudad de México. 18 CAPÍTULO 2. UNA VISION DE LA HISTORIA EN LA OBRA LA VIDA EN 21 MÉXICO EN EL PERIODO PRESIDENCIAL DE LÁZARO CÁRDENAS. 2.1 Crónica e Historia. 23 2.2 Periodismo e Historia; el periodismo como expresión del cronista. 25 2.3 Un acercamiento al periodismo mexicano durante el Cardenismo. 26 2.4 La prensa y Salvador Novo. 30 2.5 La Historia en La vida en México. 31 CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA Y TEMÁTICA DE LA OBRA. 45 3.1 Salvador Novo: Un diálogo público. 45 3.2 Salvador Novo y su mirada del cardenismo (1937 – 1940). 46 CAPÍTULO 4. SALVADOR NOVO Y LA VIDA EN MÉXICO. 61 4.1 El Sentido de la obra. 61 4.1.1 Revista Hoy. 62 4.1.2 José Emilio Pacheco. 66 4.1.3 Martín Luis Guzmán: Primer editor. 67 4.1.4 INAH – CONACULTA: Segundo editor. 68 4.2 Trascendencia de la Obra. 69 4.2.1 Novo en la vida cultural del país. 69 4.2.2 “ La Semana Pasada “ durante el Cardenismo. 73 4.2.3 L a recepción de la Obra. 74 CONCLUSIÓN 75 ABREVIATURAS 78 FUENTES 80 APÉNDICE Cuadro Temático Gráficas INTRODUCCION El presente estudio historiográfico es el resultado de la investigación que se realizó durante el Seminario extracurricular de Historiografía de México, el cual tiene como objetivo principal apoyar a los estudiantes de historia para obtener el título de la licenciatura. El análisis historiográfico es la metodología que a través del estudio del autor y su obra nos permite comprender el porque existen diferentes interpretaciones de un mismo hecho histórico. Algunos estudiosos de la historia, como Carr aconsejan conocer al autor antes que a los hechos a los que se refiere, otros como Humberto Eco sostienen que el autor se irá conociendo conforme se avance en la lectura del texto,1 sea de una u otra forma lo cierto es que al estudiar una obra histórica tenemos que tomar en consideración que los hechos que presenta son producto de la operación histórica, es decir de la interpretación del historiador, por eso la pertinencia de estudiar la obra en relación a éste y a su contexto histórico, sólo así se podrá inferir la posición del historiador respecto al los hechos estudiados, su finalidad al escribir, sus fuentes, su metodología y por ende su objetividad. Es por esto por lo que la historia se tiene que reescribir constantemente, originando la aparición de nuevas obras. En este caso hicimos un análisis de los artículos periodísticos de Salvador Novo, uno de los intelectuales más polifacéticos e importantes que México ha tenido, quien a pesar de no ser un historiador retomó en su obra temas históricos de gran valía para los estudiosos de la historia. Novo el poeta- periodista escribió con un estilo único combinando la crítica política con la ironía, hecho que le permitió ganarse la aceptación de su editores y lectores que semana a semana esperaban sus artículos, convirtiéndolo así en uno de los escritores más leídos de 1 Cárdenas García, Nicolás, ¿ A quién debemos el orden de las palabras? El autor como problema historiográfico, México, UNAM, Fuentes Humanísticas, año 10, Dpto. Humanidades, UAM Atzcapotzálco. 1° semestre, 2000, p. 101 1 su época. Gran parte de su obra ha sido estudiada desde el punto de vista literario, sin embargo también existen trabajos históricos sobre algunas de sus publicaciones como Nueva Grandeza Mexicana y Cocina mexicana o Historia gastronómica de la Ciudad de México. En este análisis se seleccionó parte de su crónica periodística recopilada en su creación La vida en México, por la amplitud de la obra compuesta por once tomos que abarcan los gobiernos de Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz y los primeros años del sexenio de Luis Echeverría, elegimos sólo el primer tomo referente al régimen de Lázaro Cárdenas, el cual por su tendencia populista y reformista fue fuertemente criticado por Novo. Esperamos que este trabajo sea de utilidad para aquellos que están interesados en conocer desde otra perspectiva los acontecimientos ocurridos durante el período cardenista, porque aún cuando la obra que analizamos no es producto del trabajo del historiador es una fuente importante de consulta para la reconstrucción del pasado. El trabajo consta de cuatro capítulos y un apéndice, El capítulo titulado Salvador Novo: una vida, un tiempo es la biobibliografía de autor, es decir, la presentación de Novo en relación a su desarrollo intelectual, su formación como escritor, y a su contexto histórico. Salvador Novo nació en 1904 en la Ciudad de México, poco antes de que se iniciara la Revolución Mexicana, motivo por el cual tiene que trasladarse con su familia al norte del país donde empieza a mostrar interés por el mundo de las letras al dedicarse a la lectura y a escribir sus primeros poemas, es en Torreón donde tiene un encuentro con un grupo de revolucionarios villistas, experiencia que marcaría su posición reaccionaria rechazando cualquier movimiento que represente un cambio. Es durante los últimos años de la Revolución, en 1917,cuando Novo y su familia regresan a la Ciudad de México donde él empezó a asistir a la Escuela Preparatoria Nacional, lugar donde conoce a su amigo inseparable Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, 2 Jaime Torres Bodet y otros, con los que más tarde formaría el grupo de literatos conocido con el nombre de los Contemporáneos, grupo importante para la vida cultural del país. Desde muy joven Novo ocupó cargos públicos, relacionados con la educación, durante los primeros gobiernos posrevolucionarios. En 1921, durante el gobierno de Obregón, entra a la Escuela de Jurisprudencia, pero no concluyó, es en año cuando conoce a Pedro Henríquez Ureña intelectual que fue determinante para su formación como escritor. Fue a partir del gobierno cardenista, cuando Novo queda fuera de la burocracia por sus ideas conservadoras, es entonces, en 1937 cuando acepta colaborar con la revista Hoy, escribiendo la columna “La SemanaPasada” en la que presentaba los acontecimientos más sobresalientes del gobierno de Lázaro Cárdenas. Escribe para esta publicación hasta 1968, para entonces ya tenía varios años escribiendo diferentes secciones para diarios importantes como El Universal, Excélsior y Últimas Noticias y revistas de corte moderno como Hoy, Mañana y Siempre entre otras. Vuelve a ocupar cargos públicos a partir de la década de los cuarenta en el INBA, en La Academia Mexicana de la Lengua y en 1965 el presidente Gustavo Díaz Ordaz lo nombra cronista de la Ciudad de México, a la que Novo consideraba su Ciudad. A partir de entonces el cronista formó parte de un reducido círculo de intelectuales importantes del país como Octavio Paz, Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer, Daniel Cosío Villegas, Edmundo O´Gorman, entre otros. Siempre mantuvo su posición de derecha ante los acontecimientos del país, además fue criticado por su modus vivendi y reconocido por su forma inteligente de escribir, que lo llevó a obtener en 1967 el Premio Nacional de las Letras siendo homenajeado repetidas veces, hasta que deja de escribir pocos semanas antes de su muerte, en enero de 1974. Los trabajos de los módulos de filosofía y teoría de la historia se unieron en el segundo capítulo, bajo el nombre de Una visión de la historia en la obra La vida en México durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas, el capítulo inicia con una breve distinción entre crónica e historia, para después destacar la importancia del periodismo en la sociedad y la relación que tiene con la 3 historia, así como señalar la labor social y la importancia histórica de la crónica periodística. Al final del capítulo se dio respuesta a las preguntas, que consideramos fueron las más importantes que se plantearon en el módulo de teoría de la historia. Preguntas que se refieren al por qué escribe Novo, a quién escribe, cuál es su finalidad al hacerlo, cuales son sus fuentes, su metodología y el concepto que tiene sobre la historia, sus causas y utilidad. En el capítulo tres titulado Estructura y temática de la obra La vida en México en el período presidencial de Lázaro Cárdenas, se da a conocer la estructura de la obra la cual es la compilación cronológica que hizo José Emilio Pacheco en 1964, la cual está integrada por 631 artículos que Novo escribió semanalmente, de 1937 a 1940, durante el régimen cardenista. En ellos el autor dio mayor importancia al aspecto político, al cuestionar las decisiones del Presidente y sus colaboradores por seguir una política radical. Novo le resta importancia al tema económico ya que los artículos que se refieren a este campo son menos en comparación al anterior. Los acontecimientos de política mexicana que más se mencionan son los relacionados con la expropiación petrolera, las elecciones presidenciales organizadas por el nuevo partido, el PRM, las decisiones del presidente en relación a su política de masas y su ideal democrático, Vicente Lombardo Toledano y su hábil manejo de la CTM, así como las actividades de los comunistas mexicanos, el asilo político a Trotsky, la libertad de prensa y los inmigrantes españoles que tanta polémica ocasionaros en el país antes y después de su llegada así como la relación entre México y Estados Unidos.2 El último capítulo Salvador Novo y la vida en México, trata del sentido y trascendencia de la Obra, el sentido se refiere a dos ideas distintas; una el lugar social de enunciación y dos el horizonte de enunciación. El primero es el contexto personal del autor, es el lugar desde donde está escribiendo Salvador Novo, éste nos permite conocer las lecturas que realizó, y la influencia que tuvieron en su 2 Estos datos se pueden consultar en las gráficas que se incluyen en el apéndice de este trabajo. 4 obra, sus autores preferidos, sus saberes, el círculo de amistades, las características de sus primeras obras, los grupos culturales a los que perteneció, las características de la revista Hoy para la que escribió durante muchos años. El horizonte de enunciación muestra el contexto social en el que el autor escribe su obra; los acontecimientos que se están desarrollando en esos momentos en el país y su posición respecto a ellos, explica la finalidad que Novo tuvo al escribir y a dónde quería llegar, también nos da a conocer quién hizo la compilación, quiénes han sido sus editores, las características materiales del texto en sus diferentes ediciones.3 Como podemos observar estas ideas tienen que ver con la historia de la obra, del texto como producto. Mientras que la trascendencia se refiere a la recepción, a la aceptación que tuvo y tiene la obra, quiénes eran sus lectores, el número de ejemplares que se editaban, los comentarios que se hicieron en torno a los artículos publicados semana a semana en la revista y la posición del gobierno frente a las críticas realizadas por Novo. En la actualidad sabemos que el libro fue reeditado por CONACULTA en colaboración con el INAH y que sus lectores son un pequeño grupo de intelectuales, literatos e historiadores que la analizan con diferentes intereses, por ello es necesario hacer una mayor difusión de la obra. El apéndice lo integra un cuadro temático en el que se clasificó cada uno de los 631 artículos de acuerdo a su temática principal, política nacional e internacional, economía, social y cultural al mismo tiempo que se hizo una síntesis de cada uno de ellos. Este cuadro sirvió como referencia para la elaboración del capítulo tres de este trabajo y al final se muestra el contenido temático de la obra a través de unas gráficas. 3 Desafortunadamente no tuvimos acceso a la primer edición de ésta obra , realizada por Empresas Editoriales en 1964. 5 CAPÍTULO I SALVADOR NOVO: UNA VIDA, UN TIEMPO. 1.1. Su formación como escritor Los primeros años del siglo XX marcan el ocaso del Porfiriato; el fin de un régimen de despojo, explotación y represión pero también de un régimen que trajo estabilidad, progreso y crecimiento económico para el país, aun cuando no todos sus habitantes disfrutaron de esa prosperidad. En 1904 se inicio un nuevo período de gobierno de Porfirio Díaz, quien a sus 75 años nuevamente resultó electo Presidente de la República. Este período se extendió a seis años debido a su avanzada edad. Por otro lado la figura de Díaz empezaba a mostrar fragilidad ante la opinión de los extranjeros y de los diferentes grupos sociales del país principalmente entre los jóvenes letrados que aspiraban a formar parte del gobierno.1 Es precisamente en el año de 1904, el 30 de Julio, cuando nace en la ciudad de México, Salvador Novo López, uno de los intelectuales más polifacéticos y contradictorios que México ha tenido. Novo fue hijo único de Andrés Novo Blanco, un comerciante español que después de vivir en Cuba, llega a la ciudad de Zacatecas donde contrae matrimonio con Amelia López Espino, quien ve en ésta unión la oportunidad de emanciparse del seno familiar y de mejorar su posición económica. Sus padres y familia materna se establecen en la ciudad de México, sus tíos trabajaron en el ferrocarril y más adelante uno de ellos, Paulino el mayor, logró obtener un puesto importante en la compañía gracias a la recomendación que un compadre le hizo al presidente Carranza, su tío le daría a 1 Cosío Villegas, Daniel. Historia General de México, México, Colegio de México, 1988, T.2 6 Salvador el apoyo económico para que pudiera continuar sus estudios en la Preparatoria Nacional, ubicada en el edificio de San Idelfonso.2 A pesar de la gran agitación política que se vivía en el país, Salvador vivió una niñez tranquila, de esa tranquilidad que da el pertenecer a la clasemedia, creció solitario bajo el cuidado excesivo de su madre, quien sería su compañera durante casi toda su vida. La imagen dominante que tenía de ella contrastaba con la de su padre a quien recordaba como un hombre débil, melancólico, enfermizo y solitario, al que sólo después de muerto le hace un reconocimiento al escribir “solo ahora comprendo y admiro la fuerza de su voluntad y la dureza de su lucha, mal dotado para sostenerla por el predomino de un hogar subyugado pasivamente por mi madre, y por el éxito en un medio que sobre serle extraño, reservaba sus triunfos a los audaces y vigorosos hombres del norte.”3 En la ciudad de México su padre emprendió, sin éxito, varios negocios hasta que el deseo de hacer fortuna lo animan a marcharse a Chihuahua en el año de 1911, justo cuando el movimiento revolucionario iniciado en el norte se expandía por todo el país, En ese entonces Salvador contaba apenas con siete años, sin embargo él y su madre tuvieron que seguir a su padre a Chihuahua donde vivieron durante un tiempo al lado de un tío paterno con el que su papá trabajaba en una pequeña tienda, mientras él y su madre añoraban el regreso a la ciudad de México, añoranza que despertó en Novo una gran admiración por esa urbe, la cual fue tema central de muchas de sus obras.4 Para 1911 la situación política del país se hacia cada vez más difícil, Madero ocupaba la presidencia provisional de la República y Díaz vivía el exilio, sin embargo la revolución no finalizaba ya que Madero dejo pendientes las reformas políticas, económicas y sociales, declaradas en el Plan de San Luis. Madero, hombre conciliador, conservó en su gabinete y ejército a una mayoría porfirista, ocasionando el descontento de las diferentes facciones revolucionarias, 2 Novo, Salvador, La Estatua de Sal, México, INAH-CONACULTA, 2002 3 Ibid., p. 70 4 Ibid. 7 cuyos caudillos creyeron que una vez que fuera electo presidente de la República actuaría a favor del pueblo el cual esperaba la devolución y reparto de las tierras, mejores salarios y justicia social; desafortunadamente no fue así, ocasionando la rebelión de los diferentes grupos revolucionarios en contra del gobierno de Francisco I. Madero. El primero en hacerlo fue Emiliano Zapata proclamando el plan de Ayala en el que desconocía a Madero y su plan de San Luis; también lo hizo Pascual Orozco, Carranza, Villa y otros grupos que terminarían enfrentándose entre sí, ocasionando un gran caos y destrucción, sin que Madero pudiera lograr la pacificación, perdiendo popularidad y apoyo dentro y fuera del país hasta que finalmente fue hecho prisionero, obligado a renunciar a la presidencia y asesinado en febrero de 1913.5 Debido a la inseguridad que ocasionaban estas revueltas revolucionarias, la familia de Novo se trasladó a Jiménez donde su padre se empleó en el almacén Russek, pero ante el temor de la llegada de las tropas villistas viajan a Torreón a vivir al lado de un tío materno perteneciente a la clase acomodada. En este lugar Novo, siendo un niño, es testigo de los abusos que cometían los grupos revolucionarios: como el asesinato y saqueo de la casa de su tío Francisco, al que confundieron con un general del ejército enemigo y el exilio al que obligaron a vivir a su padre por el hecho de ser un “gachupín”, exilio que vivió en San Antonio Texas, del que regresa cuando se entera que las tropas villistas se han retirado del lugar.6 A partir de estos acontecimientos Novo rechazaría todo lo relacionado con la revolución y sus caudillos, principalmente Villa y Zapata a los que calificaba como “esos brutos hechos hombres y figuras por los novelistas: les concedieron la facultad del raciocinio, la conciencia de clase, la posibilidad de la indignación y el amor ante determinadas circunstancias sociales.”7 Esta experiencia hará de Novo “esencialmente un conservador imperturbable, concebirá el orden y la prosperidad 5 Mason Hart, John, El México revolucionario y proceso de la Revolución Mexicana, Trad. Manuel Arboli, México, Alianza, 1990 6 Novo. op. cit. 7 Sheridan, Guillermo, Los Contemporáneos ayer, México, Fondo de Cultura Económica, 1985, p. 50 8 como atributos irreductibles de la clase social que asciende y se instaura al triunfo del constitucionalismo.”8 Sus primeros estudios los realizó en diferentes escuelas, unas particulares y otras oficiales ya que éstas eran cerradas a cada momento a causa de la revolución. Cuando esto sucedía, sus padres tuvieron la posibilidad de pagarle un maestro particular. Es en la soledad de sus primeros años cuando desarrolla el gusto por la lectura, con gran curiosidad leyó parte de la vasta biblioteca de su tío Francisco, lecturas que le motivaron a escribir sus primeros poemas cuando tenía 11 años, los cuales serían perfeccionados con el paso del tiempo, además de desarrollar otros géneros, como el teatro, la crítica y la crónica siempre con un estilo único.9 En 1917, a los 13 años, Novo y sus padres regresan a la ciudad de México para que pudiera continuar con sus estudios. Una vez instalada la familia, el padre regresó al norte a emprender nuevos negocios donde muere poco después. En ese mismo año Salvador entró a estudiar en la Escuela Preparatoria Nacional, gracias a la ayuda económica de su familia materna, familia costumbrista donde la figura principal era su abuela. Para ese año, la ciudad de México se recuperaba de la destrucción ocasionada por la lucha armada, Carranza como presidente de la República había proclamado la nueva constitución y trataba por todos los medios de establecer el orden en el país; por su parte Villa y Zapata vivían una pequeña tregua que no tardarían en romper. Es entonces cuando Novo “comenzaba a conocer la ciudad de México. Ella su gran pasión servía entonces de escenario a la que, pronto, sería otra [. . .].“10 Durante su primer año en la Preparatoria, dedicó mucho tiempo a recorrer sus calles, edificios, salas de cine, librerías y el bosque de Chapultepec, recorridos que muchas veces hizo acompañado de Xavier Villaurrutia, joven poeta que conoció en la Preparatoria, con el que había iniciado una amistad que duraría toda su vida11 “como pocas entre los contemporáneos [. . .] se fue formando lo que Novo, no sin ironía llamó una generación bicápite.“12 porque juntos realizaron largas caminatas por la ciudad. Villaurrutia, al igual que 8 Monsiváis, Carlos, Amor Perdido, México, ERA, 1982. p. 267 9 Novo. op. cit. 10 Sheridan. op. cit., p.49 11 Novo. op. cit. 12 Sheridan. op. cit., p.54 9 otros compañeros de generación provenía de una familia venida a menos por la revolución, con la diferencia de que él venía de un linaje aristócrata. Para 1917 la escuela Preparatoria todavía tenía residuos del porfiriato, conservaba varios maestros influenciados por el positivismo, los cuales fueron sustituidos por jóvenes intelectuales pertenecientes a dos generaciones distintas: la del Ateneo de la Juventud y la Generación de 1915. El Ateneo de la Juventud apareció desde octubre de 1909 en oposición al Porfiriato y es hasta septiembre de 1910 cuando se convierte en un grupo cultural organizado con un programa a seguir, cuyo objetivo cultural era “destruir las bases sociales y educativas del positivismo y propiciar el retorno al humanismo y a los clásicos.“13 Ellos redescubrieron e hicieron circular autores como Platón, Kant, Bergson, Nietzsche, Schiller, Oscar Wilde, Croce y Hegel. Entre los ateneístas sobresalen José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes, Diego Rivera y Enrique González Martínez. Éste último fue profesor de Novo en la preparatoria y a Pedro Henríquez Ureña lo conoció en la Escuela para extranjeros.14La Generación de 1915, conocida también como la generación de los siete sabios, surgió en la vida política e intelectual del país en medio de la revolución y en un mundo que comenzaba a vivir la experiencia de una Guerra Mundial y la revolución socialista rusa. Integraron esta generación, Alberto Vázquez del Mercado, Vicente Lombardo Toledano, Teófilo Olea y Leyva, Alfonso Caso, Manuel Gómez Morín y Jesús Moreno Baca y erróneamente, personas cercanas a ellos “han incorporado al grupo de los sabios a Miguel Palacios Macedo [. . .] Narciso Bassols [. . .] a Cosío Villegas”15 quienes estudiaron leyes cuando los sabios estaban concluyendo su carrera. Los miembros de esta generación no sólo se desarrollaron como profesores en la escuela Preparatoria Nacional y la Escuela de Leyes, también, a partir de 1921 ocupan puestos administrativos en las diferentes instituciones de los gobiernos posrevolucionarios, considerándose la 13 Krauze, Enrique, Los caudillos culturales de la Revolución Mexicana, México, CONAFE, 1985 14 Sheridan. op. cit. 15 Krauze, Enrique. op. cit., p. 11 10 “punta de lanza” que ayudaría a alcanzar el proyecto educativo nacional iniciado por José Vasconcelos, aunque para ello se tuviese que improvisar más de una vez.16 Mientras en la Preparatoria se daban estos cambios generacionales de profesores, Novo continuaba escribiendo cada vez mejor. Fue uno de los primeros en escribir “caligramas”17 en México y para 1919 sus poemas, en los que ya reflejaba su homosexualidad, que jamás oculta, se publican en la revista de la escuela llamada, Policromias y en diarios como El Universal Ilustrado y en un suplemento del Heraldo de México. Así para 1920 ya se perfilaba como un poeta con gran madurez, utilizando la metáfora y el sentido del humor.18 Para el país, el año de 1920 no fue tan favorable, ya que continuaba la inestabilidad política a causa de la lucha por el poder entre los caudillos revolucionarios; Obregón y la mayor parte del ejército se sublevaban contra el gobierno de Carranza, quien es asesinado en mayo de ese año en Tlaxcalaltongo. A su muerte Adolfo de la Huerta es nombrado presidente interino, quien a su vez nombra a José Vasconcelos rector de la Universidad de México, quien se propuso reconstruir la educación y la cultura mexicana. Para lograrlo se rodeó de sus antiguos compañeros ateneístas, de sus discípulos “los sabios” y de jóvenes estudiantes como Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Novo y otros escritores que tuvieron la oportunidad de que el Estado publicará parte de su obra.19 Adolfo de la Huerta organiza las elecciones presidenciales mediante las cuales Obregón llega a la Presidencia de la República. El nuevo presidente apoya la cruzada de Vasconcelos, creando en septiembre de 1921 la Secretaria de Educación Pública nombrándolo dirigente. A partir de esos momentos, Vasconcelos puso en marcha el proyecto de Educación Nacionalista, para ello llevó a cabo una serie de actividades, como campañas de alfabetización, abrió una 16 Ibid. 17 Poemas ideográficos 18 Sheridan. op. cit. 19 Krauze. op. cit. 11 gran cantidad de bibliotecas públicas, implantó la educación rural, la escuela técnica, la escuela nocturna a cargo de universitarios, apoyó el desarrollo del arte entregando los muros de los edificios públicos a pintores como Diego Rivera, inundó el país con libros de autores clásicos, se esforzó para incorporar a los indígenas al plan del país. Convirtiéndose en el fundador de la educación moderna haciendo realidad uno de los postulados de la Revolución.20 1.2 Los contemporáneos: 1920-1932 Posterior a la generación de los “siete sabios” surge en México un nuevo “grupo” de jóvenes intelectuales llamado los Contemporáneos, los cuales cultivaron todos los géneros; la poesía, el teatro, la narrativa, la crónica y el ensayo, en el que hacían críticas a las letras, las artes, la sociedad y la política. Los contemporáneos tuvieron su auge en la década de los veinte y los primeros años de la subsiguiente; sus miembros fueron Carlos Pellicer, Enrique González Rojo, Bernardo Ortiz de Montellano, Jorge Cuesta, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Javier Villaurrutia, Salvador Novo y Gilberto Owen, quienes se hacían llamar así mismos de diferentes maneras: El archipiélago de las Soledades, El grupo sin grupo, El grupo de los forajidos, esto porque los unían más sus diferencias que sus semejanzas. Sus edades, caracteres e intereses, eran distintos, sin embargo existía un lazo de unión “todos los jóvenes mexicanos de sus edad, nacer en México, crecer en un raquítico medio intelectual; ser autodidactas; conocer la literatura y el arte principalmente en revistas y publicaciones europeas,”21 además de pertenecer a una de las clases sociales más afectadas por la revolución; la media alta que fue despojada de sus bienes. Siendo “niños, habían presenciado las violencias y matanzas revolucionarias; de jóvenes, habían sido testigos de la rápida corrupción de los revolucionarios y su transformación en una plutocracia ávida y zafia [. . .] Los poetas contemporáneos 20 Sheridan. op. cit., p.101 21 Cosío Villegas. op. cit., p. 1435 12 ya no podían creer ni en los revolucionarios ni en sus promesas.”22 Esta condición de venidos a menos, provoca que se conviertan en un grupo aislado, elitista, con una actitud social evasiva, rencorosa y escéptica, se declararon apolíticos, criticaron la revolución. Sin embargo, ocupan puestos administrativos, en los gobiernos posrevolucionarios, que además de ser bien remunerados les daba un lugar privilegiado formando parte de la alta cultura del país. Por ello reciben fuertes ataques de parte de varios grupos culturales del país, de los viejos ateneístas y principalmente de la corriente del estridentismo representado por Manuel Maples Arce; quien criticaba a los procedimientos de los jóvenes contemporáneos “para acomodarse ascender al control del poder cultural y disfrutar de diversos puestos públicos en el gobierno.”23 El estridentismo es un movimiento que dura de 1921 a 1928, se inicia con la publicación de una hoja volante, redactada y formada por Maples Arce y concluye cuando su dirigente ocupa un cargo público en el gobierno de Veracruz. Esta corriente tuvo influencia del futurismo, dadaísmo, creacionismo y ultraísmo “anhelan la muerte de lo convencional y persiguen el cambio a ultranza. Se perciben a sí mismo como la vanguardia y como la condena de quienes (contemporáneos) les significan resistencia o diversidad.”24 A pesar de los ataques que recibían los Contemporáneos continuaron escribiendo, promoviendo la cultura, defendiendo la libertad de expresión y combatiendo el nacionalismo más agudo y fundan su propia revista, Los contemporáneos publicada de 1928 – 1931, hasta que “durante el período Cardenista se abstienen o se vuelven críticos acervos (Novo, Cuesta).”25 Salvador Novo forma parte de este grupo gracias a la intervención de su amigo Xavier Villaurrutia, quien fue el primero en entrar en contacto con los contemporáneos participando en sus tertulias, donde se reunían para leer a 22 Sheridan. op. cit., p. 15 23 Ibid., p. 126 24 Cosío Villegas. op. cit., p. 1442 25 Ibid., p. 1438 13 escritores europeos como André Gide, Oscar Wilde, y leer sus propios escritos, Villaurrutia atrae a Novo a este grupo para que tuviera la oportunidad de publicar sus poemas; Novo acepta aunque nunca tendría una buena relación con Jaime Torres Bodet por la admiración que este manifiesta a Vasconcelos.26 En 1921 Novo ingresó a la Escuela Superior de Jurisprudencia, que dejaría poco tiempo después. Es en estaépoca cuando conoce a Pedro Henríquez Ureña, un ateneísta dominicano que había sido nombrado por Vasconcelos director del Departamento de Intercambio y Extensión Universitaria. Henríquez Ureña ayudó a Novo a desarrollar su capacitad de poeta y escritor, le hace leer varios libros, le exigía tareas, le daba regaños y le ayudó a publicar sus artículos en editoriales sudamericanas, de este ateneísta Novo recibe la influencia de “escribir como se habla y no como se piensa.” Gracias a la ayuda de Henríquez Ureña, Novo empieza a dar clases en la escuela para extranjeros y a publicar sus libros: La Antología de Cuentos mexicanos e hispanoamericanos, en 1923, y la Antología. La poesía norteamericana moderna, en 1924. A partir de entonces su vida como escritor fue prolifera. Escribió artículos y poemas para una gran cantidad de revistas cultas y populares como la Antorcha, México Musical, Revista de Revistas, Revista de nuestra Ciudad, Revista de los Contemporáneos, Revista Hoy, y diarios como el Heraldo, El Universal y Novedades, además de publicar varios libros entre los que destaca El Joven, los novísimos XX poemas y la Diegada “Novo estaba feliz; ganaba mucho dinero se divertía en sus clases [ . . . ] escribía”27 y se le catalogaba como un “vanguardista” palabra de moda en sus años. Mientras tanto, en el ambiente político se vivía una nueva etapa: la institucionalización que ayudaría a someter a las masas al poder recién constituido y legitimízar ante ellas su dominación. Esta fue la tarea del gobierno de Obregón (1920 – 1924) y Calles (1924 – 1928 ). A la muerte de Obregón, en 1928 se 26 Sheridan. op. cit., p.114 27 Ibid., p. 115 14 establece el período conocido como Maximato; en donde el poder lo tenía el jefe máximo y no el presidente de la república. Dice un dicho popular al referirse a esta etapa “aquí vive el presidente el que manda vive enfrente.” Los presidentes que abarcó este período fueron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. Es durante el período de Emilio Portes Gil cuando se crea el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el 19 de Marzo de 1929. Con dicha creación se acabarían las luchas armadas por el poder, también se daría fin al movimiento cristero iniciado durante el gobierno de Calles en 1926. El Maximato ocasiona gran descontento social que trató de aminorarse con la designación de Lázaro Cárdenas como candidato del PNR a la presidencia, pues existía “en la conciencia de la burguesía el temor a las masas y a su lucha revolucionaria.” Su candidatura se presentó como un compromiso entre las dos corrientes existentes dentro del PNR; la de los seguidores del jefe máximo y la de los que buscaban reorientar los principios revolucionarios.28 1.3 Novo y la Cultura Cardenista El período de gobierno de Lázaro Cárdenas sería el primero que duraría seis años de 1934 – 1940. Cárdenas continúo con la creación de instituciones que le permitieran tener el control de los diferente sectores de la población; en 1934 crea la Nacional Financiera donde reunía a los empresarios nacionales y extranjeros; en el ámbito agrario crea el Banco de Crédito Ejidal y la Confederación Nacional Campesina en 1938; también agrupa a los diferentes sindicatos obreros en la Confederación de Trabajadores de México (CTM) creada en 1936 y encabezada por Lombardo Toledano; en ese mismo año expulsa a Calles del País; de tal forma que expresa la independencia de su gobierno iniciando así, lo que más tarde sería la política del presidencialismo. Al mismo tiempo Cárdenas reafirmó el papel del estado como “árbitro regulador de la vida social.”29 Para lograr el 28 Meyer, Lorenzo, Historia de la Revolución Mexicana. Período 1928-1934: los inicios de la institucionalización, la política del maximato, México, Colegio de México, 1978 29 Medín, Tzvi, Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas, México, S. XXI, 1997, 237 p. 15 equilibrio de poder entre las clases sociales transforma el PNR en el Partido de la Revolución Mexicana; establece la educación socialista entendida como un instrumento de cambio social basado en el desarrollo industrial que se quería alcanzar mediante la independencia tecnológica. Por ello crea el Instituto Politécnico Nacional (IPN). En el ámbito de la política exterior, nacionaliza el Ferrocarril en 1937 y hace la expropiación del Petróleo en 1938; se declara en contra del imperialismo norteamericano y fascismo italiano y alemán; su gobierno da asilo político a los republicanos españoles “entre los cuales había eminencias en diversos campos de las ciencias y de las humanidades, con los que se llegaría a crear la Casa de España en México, antecesora de lo que a partir de 1940 fue el Colegio de México;”30 impulsó el rescate de las culturas mesoamericanas financiando varias exploraciones y fundando el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Fue un período de especialización y profesionalismo, de sorpresas y desarrollo económico estable. Es en este sexenio de Cárdenas cuando Novo fue expulsado de los cargos públicos que tuvo desde los primeros años de la década de los veinte. Su posición conservadora no aprobaba la política reformista del Presidente a quién describe “como sensiblero que enternecido a la vista de los indios descalzos no advierte que estos son felices en sus huaraches.”31 Para esta época Novo tenía más de 30 años y una buena posición económica además de que se ganaba la vida con traducciones de obras teatrales y trabajos publicitarios; tal vez por esto a diferencia de otros tiempos, no tuvo que modificar su forma de pensar para conservar un cargo público. Fue un amigo quien lo presentó con los Llergo, editores de la revista Hoy, quienes le pidieron que colaborara con un suplemento en la publicación. En un principio se resistió porque el pago por escribir en una revista era muy bajo, comparado con el de la publicidad. Sin embargo, ante tanta insistencia aceptó 30 González, Luis, Historia de la Revolución Mexicana, 1934- 1940.Los días del Presidente Cárdenas, México, Colegio de México, 1981, T. 15, 381 p. 31 Monsiváis, Carlos, Amor Perdido, México, ERA, 1982, p. 284 16 colaborar en Hoy con un artículo semanal que no iría firmado y que tendría que ser como él quisiera; su columna se llamó “La Semana Pasada,” la cual apareció de 1937 a 1940. En sus escritos reflejó las costumbres de una ciudad en constante cambio y una severa crítica a los acontecimientos políticos y sus protagonistas, con un estilo único “conciso, cortante, venenoso, despiadado, creaba novocablos acuñaba expresiones, [...] tenía conocimiento de sus víctimas que desnudaba, exhibía, documentaba, fichaba.”32 Por su forma de escribir tuvo muchos lectores, lo que le permitió recibir ofertas para escribir en otras secciones como ”Perifonemas,” “Hojas” y mas tarde “Side Car“ todas con gran éxito. Además, en 1938 escribía para el diario Excélsior. Para cumplir con todas sus secciones abrió una oficina a la que llamó “Buro Fantasma,” porque en ella hubo un gran número de jóvenes colaboradores que escribían sin nombre imitando su estilo para crear artículos que él entregaría para su publicación; lo hicieron tan bien, que a veces, el mismo Novo no diferenciaba con precisión cual había sido escrito por él. En muchos de sus artículos deja ver la “nostalgia por lo primitivo y la aversión irónica ante el progreso y el maquinismo[...]”33 Así, de forma involuntaria, sus artículos irían formando día a día, semana a semana, una obra monumental, integrada por once tomos y conocida con el nombre de La Vida en México aludiendo a los regímenes de Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines,Adolfo López Mateos Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. La idea de reunir el material, que anteriormente se publicó en artículos diarios y semanales, en una sola obra fue de Emmanuel Carballo. Él presentó a los editorialistas Martín Luis Guzmán y Rafael Jiménez Siles, el proyecto de recopilación de la obra de Novo, quienes a su vez le asignaron la compilación a José Emilio Pacheco. En 1976 hubo un incendio que acabo con todo el material quedando, sólo algunos de los libros que se convirtieron en joyas bibliográficas, a las que pocos estudiosos han tenido acceso. Hubo varios intentos de continuar la serie pero ninguna editorial lo juzgó oportuno en términos comerciales. En 1994, en memoria a Novo, 32 Novo, Salvador, La vida en México durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas, México, CONACULTA, 1994, p.25 33 Cosío, Villegas. op. cit., p. 1442 17 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Dirección General de Publicaciones, decidieron reimprimir los tomos correspondientes al gobierno de Cárdenas, Ávila Camacho y Alemán y presentar por primera vez los volúmenes que aluden a los sexenios posteriores, hasta llegar a los primeros años del régimen de Luis Echeverría. Su obra La Vida en México es considerada una fuente indispensable para la historia y literatura mexicanas, ya que a través de ella plasma las transformaciones de la sociedad mexicana de su tiempo, siendo a la vez una autobiografía pública donde “con gran honestidad intelectual, realiza la síntesis entre la crónica urbana y el diario, entre el análisis de lo social y la introspección personal.”34 1.4 Cronista de la Ciudad de México. Novo, uno de los renovadores del periodismo en México, fue un hombre que escribió con gran inteligencia. Durante el cardenismo se inicia como crítico político y social, género que seguirá desarrollando en los diferentes sexenios presidenciales hasta pocos meses antes de su muerte, sin embargo, a ninguno de ellos critica tan ferozmente como al régimen cardenista. A lo largo de su vida desarrolló una imagen frívola, tal vez para ocultar sus carencias y su verdadera personalidad como lo deja entrever al escribir: El resto de mi larga existencia estuvo más llena de posibilidades que de realidades, También en la vida pude ser esto, hacer lo otro. Sólo que en la existencia, abstinencia equivale, objetivamente, a frustración o a fracaso. Falta considerar si el balance es más válido que la autoconfesión absolvedora.35 34 Novo Salvador, La Vida en México durante el período presidencial de Luis Echeverría Álvarez, México INAH-CONACULTA, 2000, p. XVI 35 Ibid., p.199 18 Tal vez vio como posibilidades; el hecho de ser padre y de escribir una magnifica obra literaria, anhelos que le fueron vedados por su homosexualidad y por la falta de tiempo ya que tenía que cumplir con los compromisos adquiridos con las diferentes editoriales. Sin embargo eso no le impidió ser uno de los escritores más leídos del país y creador de un sinnúmero de obras que abarcaron los diferentes géneros como la prosa, la narrativa, la poesía y la crítica. Entre sus obras más representativas se encuentran; Amor Perdido (1937), En defensa de lo usado (1938), Nueva Grandeza Mexicana (1946), Cocina mexicana o Historia gastronómica de la Ciudad de México (1967), Historia y Leyenda de Coyoacán (1971) Los paseos de la Ciudad de México (1973) y los diferentes volúmenes de La Vida en México que escribió hasta diciembre de 1973. El tema central de sus obras es la Ciudad de México y sus constantes transformaciones mediante las cuales fue perdiendo sus costumbres originales, para adoptar las extranjeras, dando origen a la aparición de una nueva cultura mexicana, la del “peladito” y el “pachuco” representativos de la clase media; pareciera ser que ésta fue la obra de las compañías extranjeras que perdieron privilegios y poder ante la aparición de un Estado protector de la economía mexicana. Su capacidad creativa lo llevó a participar en programas de radio con la sección “diálogos y comentarios” en 1936 y más tarde a incursionar en la televisión con el programa “Charlas de Salvador Novo” (1968) y a participar en noticieros televisivos dirigidos por Miguel Alemán Velasco. Al mismo tiempo fue fiel promotor del teatro en México, en 1947 fue jefe del Departamento de Teatro en el INBA además traduce varias obras extranjeras y escribe guiones para otras. En 1953 durante el gobierno de Ruiz Cortines funda su propio teatro que llamó “La Capilla” donde estrena una gran cantidad de obras, el cual fue visitado por políticos, artistas, intelectuales y banqueros a los que daba una hospitalaria recepción en esos momentos era el director y cocinero de moda “sólo de chistes fugaces sobreviven a su mala reputación.”36 36 Monsiváis. op. cit., p.289 19 Con el paso del tiempo su figura tan fuertemente criticada por generaciones anteriores es aceptada como resultado de su gran capacidad creadora. Para las décadas posteriores a 1940, Novo forma parte de la alta cultura a tal grado que: en Julio de 1964, Salvador Novo cumple sesenta años. Se organiza un homenaje [...] asisten mas de 500 comensales la lista de oradores es elocuente [...] Carlos Pellicer habla de Novo el contemporáneo [...] Emilio Carballo de Novo y el teatro [...] Francisco de la Maza Novo el cronista [...] José Emilio Pacheco Novo el periodista. 37 En 1954 participó junto con otros intelectuales como Miguel León Portilla y Edmundo O’Gorman en la elaboración del Diccionario Porrúa de Historia, Geografía y Biografías Mexicanas. Fue miembro de la Academia de la Lengua en México y en 1965 Gustavo Díaz Ordaz lo nombra cronista de la Ciudad de México, iniciándose así una serie de conferencias y visitas guiadas a altos personajes por los sitios más representativos de la historia del país; por sus atinadas crónicas en 1967 recibe el Premio Nacional de la Letras. En 1971 muere su madre, Amalia López Espino, compañera de toda su vida. A partir de entonces “Novo se repliega cada vez más en su hogar donde disfrutaba del mayor de sus gustos; ver programas televisivos; el gran chaparral, el agente 005 [...] así mismo también le gustaba verse en televisión.”38 Sin embargo, no se pudo sobreponer a la pérdida de la misma, muriendo poco tiempo después en enero de 1974. 37 Ibid., p. 291 38 Novo. op. cit., p. 18 20 CAPÍTULO 2 UNA VISIÓN DE LA HISTORIA EN LA OBRA LA VIDA EN MÉXICO DURANTE EL PERIODO PRESIDENCIAL DE LÁZARO CÁRDENAS En este capítulo analizaremos la obra de Salvador Novo La vida en México durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas con el objeto de identificar y explicar los fundamentos filosóficos y teóricos de la Historia, otros de los elementos a desarrollar en el análisis historiográfico, tarea un tanto difícil si tomamos en consideración que Novo no fue un historiador de profesión, fue un intelectual de ideología conservadora, un elitista, que a través de su crónica periodística hace una fuerte crítica al régimen, mostrando al lector desde su punto de vista la historia del cardenismo. Fue un observador de su momento que describe a detalle los acontecimientos más relevantes de la vida política y social de México ocurridos durante los últimos años de gobierno del presidente Cárdenas. Novo escribía con un estilo conciso y despiadado, acuñaba expresiones, utilizaba refranes, y abreviaturas, creaba “novocablos,” como él les llamaba, asombrando a sus lectores por el conocimiento que tenía de sus víctimas, a las que documentaba, fichaba y exhibía.1Pocos fueron los que escapaban al comentario mordaz, hacía la crítica humorística de los personajes de la política, la cultura y arte y en general la situación de las diferentes clases sociales. Fue un hombre talentoso y contradictorio, un artista, un homosexual egocentrista y narcisista a quien sus detractores no lograban ofender porque éste hacía públicos sus defectos y debilidades a través de sus sonetos.2 1 Novo, Salvador, La vida en México en el período presidencial de Lázaro Cárdenas, México, CONACULTA INAH, 1994, p.26 2 Monsiváis, Carlos. Amor Pérdido México, ERA, 1982, p. 274 21 En relación al grupo de los Contemporáneos del cual formaba parte, compartió el deseo de establecer un diálogo entre la cultura mexicana con otras como una expresión de lo universal. Cuando se refiere a integrar la cultura nacional a la universal, da prioridad a la cultura del viejo mundo en comparación con la norteamericana.3 En cuanto a la concepción de su realidad es un ecléctico retoma elementos de diferentes tendencias como la vanguardia, el romanticismo, modernismo y simbolismo. Del romanticismo asumía actitudes de inconformidad con el momento histórico en el que vivía, además de plasmar en sus escritos sentimientos de nostalgia e ironía. También retoma obras como El Mío Cid para realizar analogías a lo largo de su obra. Del modernismo asume la posición de inconformidad ante el imperialismo norteamericano que se disfraza bajo la “política del Buen Vecino,” la cual explicaremos más adelante. Del simbolismo y el decadentismo francés desarrolló el gusto por el lujo, el arte, la gastronomía, las apariencias, la bohemia y la vida frívola convirtiéndose en un excéntrico al que se le ridiculizaba por sus actitudes y modales al igual que a Oscar Wilde en su tiempo, hecho por el que Juan Coronado, crítico en literatura le da a Novo el calificativo de el Oscar Wilde de México.4 Las experiencias que tuvo a lo largo de su vida lo llevaron a adoptar una posición reaccionaria, descalificando todo aquel movimiento que rompiera con el orden establecido. Cuando niño presenció el asesinato de su tío a manos de un grupo villista y el exilio de su padre. Más tarde cuando gozaba de la estabilidad económica de los puestos públicos fue sustituido por la izquierda cardenista; y en su madurez, ante el temor de perder su posición privilegiada como cronista de la ciudad de México, aprobó la represión del dos de octubre de 1968.5 La importancia de la obra radica en la información que proporciona sobre uno de los períodos de la Historia de México, es una fuente indispensable para el 3 Conde, Teresa, Del. Historia mínima del arte mexicano en el siglo XX., México, átame,1994, p. 93 4 Ibid., p. 113 5 Monsiváis, Carlos, op. cit., p. 291 22 historiador, el cuál se encargará de dar un significado, un sentido a los acontecimientos. Como dice Danto; las crónicas serían puras narraciones; y la auténtica historia se expresaría en narraciones significativas.6 2.1 Crónica e Historia Cuando se realiza un análisis historiográfico el autor y las características del texto analizado son fundamentales. En este sentido habrá que precisar una vez más que Salvador Novo no es un historiador en el sentido absoluto del término aunque haya abordado en algunas de sus obras problemas históricos. En el caso de la obra que nos ocupa la característica fundamental es que se trata de una crónica del acontecer diario, entre los años de 1937 a 1940, y no de una obra resultado de una investigación histórica. La investigación histórica se ocupa de dar cuenta de lo sucedido en el pasado, tarea nada fácil si tomamos en consideración que la historia va más allá de lo dado, no es imitación o duplicación del pasado. El quehacer del historiador inicia desde el momento en el que selecciona el hecho histórico, esa parte del pasado que ha despertado su interés por conocer, para después elegir sus fuentes e interpretar los datos. Sin embargo el conocimiento del pasado es relativo e imparcial ya que el pasado en su totalidad es incognoscible. Aunque la historia es una sola, el historiador se encuentra con dos problemas que resolver durante su investigación; primero, dar cuenta de lo que sucedió en el pasado y segundo resolver los problemas conceptuales que surgen en la historia durante el proceso.7 En este caso el problema que nos ocupa es hacer la distinción entre historia y crónica. La crónica relata acontecimientos que en realidad sucedieron, en el orden que ocurrieron, es contemporánea porque fue escrita en el presente, en el 6 Danto, Arthur, C. Historia y Narración.Ensayo de Filosofía analítica de la historia. Introd. Fina Burules, España, Piadós, 1989, p.61 7 Ibid., p. 11 23 momento mismo de los hechos sin verlos concluidos, por lo tanto es una narración pura; a diferencia de la historia, que con menos detalles, explica e interpreta los hechos aportados por las crónicas. Entonces la auténtica historia es una narración significativa,8 más compleja, que además de dar a conocer el pasado, trata de dar una explicación de los hechos en conjunto, aunque esto no significa que dé la interpretación del pasado en su totalidad.9 La crónica es un testimonio ocular, su tarea es hacer una relación perfecta, proporciona los datos que fundamentan, en parte, los enunciados verdaderos que el historiador hace sobre el pasado, es decir es un ejercicio preparatorio que sirve al historiador en la medida en que proporciona información con detalle sobre el acontecimiento ocurrido; para que éste a través de su imaginación histórica pueda hacer la recreación del mismo y así dar una explicación en conjunto de la historia, labor que sólo le compete a él, y de esta manera comprobar su tesis. Esto nos viene a confirmar que la crónica y la historia tienen un horizonte temporal distinto.10 Dentro de la historia encontramos elementos de la crónica, elementos siempre superados por el historiador, como la descripción o la narración detallada; ello se debe a que existen preguntas con diferente grado de información previa a las que se les debe dar una respuesta que vaya más allá del simple enunciado, que explique significativamente el acontecimiento, es entonces cuando se pasa de la etapa de la crónica y se entra a la propia historia.11 Aplicando estas propuestas podemos señalar que Novo es un cronista y su texto una crónica, ello no quiere decir que nuestro autor no tuviera una interpretación de la historia, pero en el texto, objeto de este estudio, es el cronista el que está presente. 8 Ibid., p. 61 9 Ibid., p. 29 10 Ibid., p. p. 21, 26 11 Ibidem. 24 2.2 Periodismo e Historia; el periodismo como expresión del cronista Uno de los espacios de la crónica mexicana a partir del siglo XIX ha sido la prensa. Los cronistas se han desempeñado dentro del periodismo convirtiéndose en una fuente importante para la reconstrucción histórica, inclusive en ocasiones se ha llamado al periodista el historiador del momento ya que periodismo significa actualidad, sin embargo ya en el apartado anterior hemos dilucidado que la actividad del cronista y ahora del periodista no es la misma que la labor del historiador, porque a los primeros les falta la perspectiva del tiempo. Los hechos no han tenido su desenlace. Esto nos plantea a la vez ciertas reflexiones como sería el caso de Tucídides quien siendo reconocido como uno de los padres de la historiografía realiza una historia del presente, incluso testimonial. Pero éste no es el caso de Novo quien se encontró atrapado en los límites de su época, además a diferencia de Tucídides no pretendíahistoriar, sino comentar el acontecer de su momento. Lo que Novo hizo en su crónica fue hablar de su presente, a través de ella informó a sus lectores, ante los cuales desacreditó el gobierno de Cárdenas y también contribuyó en su momento a formar la opinión pública, este último punto, es sin duda, una de las funciones de mayor importancia del periodismo de todos los tiempos, por eso es considerado el cuarto poder.12 La labor del periodista es eminentemente social; informa, orienta, educa a la colectividad a la vez que sirve como un medio publicitario y de control. El verdadero periodista no puede mantenerse al margen de la situación que se está viviendo, toma partido y al hacerlo justifica o cuestiona los acontecimientos logrando con ello que los lectores se formen una opinión sobre lo que sucede en su realidad. Por ello el periodista de profesión debe atenerse a ciertas normas de conducta como son el respeto a la verdad, la incorruptibilidad, la defensa de las causas justas, utilizar el humorismo así como hacerse responsable de lo que escribe. 12 Ochoa Campo, Moisés, Reseña histórica del periodismo mexicano, México, Porrúa, 1968, p. 17 25 La crónica periodística de Novo tuvo gran éxito porque escribió sobre diferentes temas; economía, política, teología, ciencia, filosofía, arte, ya que estaba familiarizado con todo lo acontecido. Su prosa exquisita, a diferencia de las crónicas de otros autores contemporáneos, fue escrita para perdurar porque con su comentario mordaz, “la nostalgia embellecedora y las insistencias comparativas entre el ayer Diáfano y el Hoy angustioso”13 de su realidad, ayuda a documentar los acontecimientos ocurridos en el México de ayer, sobre el que se construye el México de hoy. Novo como buen periodista captó los sucesos hasta en sus más mínimos detalles para informar a sus lectores, analizando para los demás, escuchando para los demás y viendo para los demás, razón por la que su obra tiene una gran fuerza histórica. Nos muestra su presente cuando éste aún no era historia, convirtiéndose en un espejo que nos refleja la realidad, aunque parcial y subjetiva, de un período de nuestro pasado. Corresponde ahora al historiador explicar hasta que punto Novo fue capaz de escribir la verdad. 2.3 Un acercamiento al mundo del periodismo mexicano en el cardenismo El artículo 7° de nuestra Constitución de l917 declara que es inviolable la libertad de escribir y de publicar escritos sobre cualquier asunto sin previa censura, teniendo como limites el respeto a la vida privada, la moral, y la paz pública, sin embargo los gobiernos posrevolucionarios se han caracterizado por censurar y controlar a la prensa, en mayor o menor medida, mediante el castigo y la corrupción, presionando a los periodistas a decir la “verdad” de lo que al gobierno le conviene dar a conocer. Afortunadamente no todos los periodistas han cedido a las pretensiones de la autoridad y han dado una versión de los acontecimientos distinta a la versión oficial, a veces, hasta de abierto enfrentamiento, sin temor a padecer los castigos corporales al manifestar la corrupción de la misma. Esto se demuestra con la declaración de Francisco J. Torres: “con el insustituible – 13 Monsiváis, Carlos, A ustedes les consta. Antología de la crónica en México. Crónica. México, ERA, 1985, p. 58 26 cañonazo de cincuenta mil pesos – que muchos aceptaron pero también muchos rechazaron.”14 Durante el gobierno de Obregón la prensa gozo de cierta libertad, “toleró” lo que se publicaba en su contra porque la consideraba inofensiva, sin que por ello dejara de aplicar los castigos a los periodistas más belicosos. Fue durante el régimen callista cuando la prensa estuvo amordazada a través de la represión, lo que llevó a los periódicos a tomar una postura. Los que se decidieron por la versión oficial, no hubo problema, los que no, fueron reprimidos con una ola de atentados personales y asaltos contra sus diarios.15Otros prefirieron mantenerse al margen y no escribir en relación a los asuntos del gobierno como fue el caso del diario La Prensa que no publicó nada respecto al conflicto religioso. Un acto de represión del periodismo mexicano se realizó en 1927, cuando Calles deportó a Estados Unidos a los periodistas Félix F. Palavicini, fundador de El Universal y a José Elguero, junto con Victoriano Salado, editorialistas del Excélsior, por declararse en contra de la reelección de Obregón. Así mismo declaró censura telegráfica en detrimento de la prensa nacional.16 Esta situación prevaleció durante los años que Calles se mantuvo en el poder. Una vez iniciado el gobierno de Lázaro Cárdenas, 1934 – 1940, la prensa empezó a tener mayor apertura en comparación a los regímenes anteriores y por que no decirlo, también en relación a los que le sucedieron. Sin que por ello se pueda hablar de una abierta libertad de prensa. Cárdenas fue un presidente que tuvo un gran acercamiento con la prensa, un día antes anunciaba sus decisiones y al otro salían publicadas; “él inició la era de los comunicados oficiales (antecedente de los boletines de prensa) destinados 14 Torres A., Francisco Javier, El periodismo mexicano una ardua lucha por su integridad, México, Ediciones Coyoacán, 1999, p. 20 15 Reed Torres, Luis. María del Carmen Ruiz Castañeda, El periodismo en México. 500 años de Historia, México, EDAMEX, 1998, p. 295 16 Ibid., p. 298 27 a publicarse en los periódicos.”17 Utilizó a la prensa y a la radio como medios propagandísticos de sus principales acciones de gobierno; como el exilio de Calles, la nacionalización del ferrocarril, la expropiación petrolera y la transformación del PNR en PRM. Entre las publicaciones oficiales de su gobierno encontramos el diario El Popular y la revista Futuro, dirigidos por Vicente Lombardo Toledano, así como El Nacional, Así es México... de hoy, Mañana, Los Doce y un gran número de folletos. También hubo publicaciones de tendencia comunista como La voz de México, El Machete y El Yunque, dirigidos por artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, publicaciones que respaldaban la política de masas del presidente en apoyo a las clases obrera y campesina del país, así como el establecimiento de una educación “socialista.” En estos años también se publicaron revistas modernas a gran formato y rotograbado como Jueves de Excélsior, Revista de Revistas, Redondel´, Sayrols, Sucesos y la revista Hoy, en la que aparecieron artículos de intelectuales anticardenistas, entre ellos Novo y Villaurrutia, que cuestionaban y recriminaban algunas de las decisiones del presidente como el apoyo a España durante la guerra civil, el comunismo y su política de masas entre otras cosas. Sin embargo las acciones políticas del presidente recibieron el apoyo de la mayor parte de la prensa, a través de ésta mantenía informada a la población de los problemas que se presentaban en el país. Por otro lado, cuando era atacado por algunos medios respondía con comunicados oficiales además radiaba un programa semanal a nivel nacional en el que cada secretaría de Estado daba un informe de sus actividades. Cabe mencionar que Cárdenas transmitió por radio sus principales mensajes a la nación; como la expropiación petrolera y sus informes de gobierno.18 En esos momentos El Universal y Excélsior fueron las vanguardias del periodismo mexicano, daban una cobertura total; información local, extranjera, anuncios, editoriales, notas sociales, deportivas incluso cada uno contaba con programas de 17 Barrón, Leopoldo, Historia del periodismo mexicano del ocasoPorfirista al derecho de información, México, UNAM, 1983, p.34 18 Ibid., p.36 28 radio desde 1923. Compitieron entre sí por ser el mejor y en determinado momento Excélsior superó al diario de Palavicini por su mejor información, gran dinamismo y tecnología avanzada. A la muerte de su fundador, Rafael Alducin, el Excélsior se convirtió en una cooperativa. Otro diario importante de la época fue Últimas Noticias, publicación del medio día, creada en 1936 y dirigida por Miguel Ordorica, periodista que siempre se distinguió por escribir la verdad y que logró hacer de esta publicación un gran éxito. Ordorica participó en otros periódicos como El Imparcial, El Diario de la Marina, La Prensa y otros, llevaba al máximo en la práctica la libertad de prensa consignada en la ley, contaba valientemente los sucesos de actualidad y anticipaba lo que podía esperarse en el futuro inmediato, eso le gustaba al público, pero no a aquellos que se sentían aludidos por sus comentarios, por ello más de una vez recibió la consigna de retractarse a lo que él respondía: “sólo podrá impedirme que publique hechos verídicos si manda soldados que me saquen de aquí.”19 Aunque el presidente Cárdenas dio apertura a la prensa pronto encontró los medios para mantenerla bajo control. El 10 de septiembre de 1935 creó la Productora e Importadora de Papel S.A. (PIPSA), con el fin de evitar el monopolio del mismo; esta empresa hasta la actualidad se encarga de la compra-venta, producción e importación del papel y depende directamente de la Secretaría de Gobernación. El 10 de agosto de 1936, el presidente fundó la Dirección de Publicidad y Propaganda, dependiente de Gobernación, fue el antecedente de lo que hoy es Comunicación Social, meses más tarde, en enero de l937, la sustituyó por el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP),20 También con el objetivo de centralizar la información oficial, en 1937 decretó la franquicia postal de publicaciones periódicas porque se consideraba que la prensa era un factor importante para lograr la difusión de la cultura popular, uno de los aspectos a alcanzar en su plan de trabajo. Los organismos creados por Cárdenas entre 1935 y 1937 fueron un medio eficaz que el presidente utilizó para limitar la libertad de 19 Reed Torres, Luis, op. cit., p. 304 20 Torres A.,Francisco Javier, op. cit., p. 25 29 prensa, tan pregonada durante su régimen. Los cuatro sexenios que le sucedieron se siguió una política de mayor control hacia la prensa, hecho que demuestra que la democracia en el país está en desarrollo, ya que como dice el periodista Carlos Marín21 el control de la prensa demuestra hasta que punto México es una nación democrática, y mientras las restricciones a la prensa permanezcan, la democracia será cuestionada y con justa razón. 2.4. La prensa y Salvador Novo Iniciaremos este apartado retomando dos cuestionamientos que Carlos Monsiváis hace en relación a los artículos periodísticos que Novo escribió para la prensa mexicana, ¿Por qué un escritor inteligente y culto como Salvador Novo se dedicó a escribir para la prensa?, ¿Por qué un hombre de letras desgastó su talento poético al escribir la crónica periodística?. Al hacer este cuestionamiento no estamos restando importancia a la labor periodística, por el contrario en los párrafos anteriores ya hemos reconocido la importancia social del periodismo y el papel que desempeña en el quehacer histórico. Nuestra inquietud surge del hecho de que Salvador Novo tuvo la posibilidad escribir una obra literaria de mayor envergadura y no lo hizo por los muchos compromisos que tuvo con las revistas y diarios de la época, como él mismo lo escribió en repetidas ocasiones. Este hecho fue uno de los motivos que ocasionaron en Novo un sentimiento de frustración.22 Es cierto que Novo no realizó una obra de gran envergadura como la que él esperaba de sí mismo, sin embargo su paso por las letras mexicanas es indiscutible, es más, Novo contribuyó a crear su propia leyenda que su público terminaría por difundir y eternizar; sus frases lapidarias, su dandismo, sus epigramas y su homosexualismo. Novo empezó a escribir desde muy joven para revistas culturales y populares con el fin de dar a conocer su poesía; era un joven que prometía mucho como el 21 Ibid., p.149 22 Véase Capítulo 1. p. 16 30 mismo reconoció.23 En 1922 escribió para la revista Contemporáneos, revista que recibió su nombre del mismo grupo de jóvenes literatos al que nuestro autor pertenecía, más tarde se desempeñó como profesor de la Universidad, traductor, publicista, escritor de obras de teatro, al mismo tiempo, que ocupó diferentes cargos públicos, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que Novo no escribió para vivir, vivió para escribir, esa fue otra de sus grandes pasiones.24 Fue en febrero de 1937 cuando aparece la sección “La Semana Pasada” en la revista Hoy, Novo escribe con gran temperamento crónicas y ensayos sobre los personajes del momento; ministros, empresarios, intelectuales, artistas; su tema preferido la política, su blanco perfecto el presidente Cárdenas y sus colaboradores, por su política reformista e ideales “comunistas,” a quienes no da tregua en su fuerte crítica, a la que añade el sarcasmo y la erudición. Una vez que concluyó este sexenio, Novo fue menos severo en su crítica política, ya que no encontró elementos para seguir atacando con la misma fuerza a los gobiernos que le sucedieron. El éxito alcanzado durante el cardenismo con su sección “La Semana Pasada” le dio la oportunidad de seguir escribiendo en otras publicaciones, en las que vierte otras experiencias y nuevas técnicas, secciones como; “perifonemas,” “Diario,” “Side Car” y “Cartas a un amigo” entre otras.25 De este modo de 1940 a 1960, antes de ser nombrado cronista de la Ciudad de México, Novo se dedica a escribir la crónica social; el comentario banal de las cenas diplomáticas, el chisme sobre las celebridades, la vida cotidiana, y la respuesta a los ataques que le hacían sus detractores, así como las anécdotas que reflejan su propia personalidad con sus anhelos, frustraciones, miedos y la nostalgia que sentía ante la trasformación de la gran urbe en la que se había convertido la Ciudad de México. Durante este período Novo se comercializó, permitiendo a través de su obra la convergencia de tres intereses; el de Novo, de tener más lectores, en un país donde existen pocas bibliotecas y librerías; el de los 23 Novo Salvador, La estatua de sal, op. cit., p. 114 24 Véase capítulo 1. p. 6 25 Véase Capítulo 4. p. 5 31 editores, de vender más ejemplares, y el de sus lectores, de tener entre sus manos un texto corto y ameno, sin que por ello abandonara su característica vanguardista y se dejara de reconocer su talento. Así para 1946 Novo ya formaba parte de una elite de intelectuales que compartía espacios con políticos, ministros, artistas, periodistas y empresarios del México moderno. Y partir de 1965, al ser nombrado cronista de la ciudad de México tiene una destacada participación en las instituciones culturales del país como la Universidad Nacional, el INBA, los museos, La Academia Mexicana de la Lengua y bibliotecas. 2.5 La Historia en La vida en México Por su posición anticardenista que se manifiesta a lo largo de la obra analizada se infiere la falta de objetividad, ya que al escribir nuestro autor tenía como propósito poner de manifiesto los errores de la política de Cárdenas. Sin embargo, no por ello deja de ser una fuente importante para el historiador, el cual tendrá que darse a la tarea de seleccionar, confrontar y dar sentido a los hechos que se presentan aquí. Comolo menciona Marc Bloch: Ante todo, estos indicios que sin premeditación, deja caer el pasado a lo largo de su ruta nos permite suplir las narraciones, cuando no las hay, o contrastarlas si su verdad es sospechosa. 26 Sin querer, Novo hizo de su obra un “testigo sin saberlo” es decir, un testimonio involuntario, el cual a pesar de no tener como objetivo la búsqueda de la verdad absoluta, es de gran ayuda para el estudio del pasado por la valiosa información que proporciona para la reconstrucción de los hechos ocurridos en el México de esos momentos. Dentro del análisis historiográfico es importante responder a la pregunta del porqué escribe un autor, esto nos lleva al mundo de la subjetividad en la elección de temas de estudio, en este caso Salvador Novo escribe su obra durante los 26 Bloch, Marc, Introducción a la Historia. México, F. C. E., 1884, p. 52 32 años de l937 a l940, el motivo que lo lleva a escribir sus artículos fue el hecho de que hasta antes de l934 había ocupado diferentes puestos públicos relacionados con la cultura del país, sin embargo en ese año fue expulsado de la burocracia por el aluvión de izquierdistas acarreados por Cárdenas,27 al que calificaba de protagónico, sensiblero, utópico y socialista; que se había propuesto como uno de los objetivos primordiales de su gobierno mejorar la situación de las grandes masas campesinas e indígenas, aunque ellos fueran felices como estaban además las medidas adoptadas por el presidente poco remediaban su situación. Sin duda por su formación conservadora; su objetivo principal al escribir fue descalificar el gobierno de Lázaro Cárdenas: Con maña y talento el presidente Cárdenas ha ido desinflando uno por uno a todos los grandes políticos [...], han bastado meses para que la labor del presidente Cárdenas haga olvidar la de sus secretarios de Estado y deje el horizonte del futuro tan despajado como inquietante.28 Sin embargo existieron otras causas que lo motivaron a escribir como el deseo de participar en la vida pública de México, “de la única manera como le fuera dable hacerlo; con reflejar en un espejo violento, el destello de cada día,”29 además en alguna parte de su obra expresó estar convencido de que su crónica auxiliaría a los futuros historiadores en su labor de escribir la historia;30 otro motivo por el que escribe es para mostrar la grandeza de la Ciudad de México a la que admiró profundamente. También escribe para responder a los ataques y denigraciones de que fue objeto a lo largo de su vida como lo manifiesta en su autobiografía La estatua de Sal.31 27 Novo, Salvador, op. cit., p .25 28 Ibid., p.100 29 Ibid., p. 25 30 Ibid., p. 399 31 Novo, Salvador, La estatua de sal. México, CONACULTA, 2002, p. 70 33 En este caso la obra que hemos analizando pertenece al género periodístico y por tanto fue pensada para los lectores de la revista Hoy, público interesado en el devenir social, político y económico de México. Es decir, escribe para el mexicano de su momento; para todos aquellos que lo quisieran leer y que estuvieran interesados en los acontecimientos que se estaban desarrollando en el país y el mundo. Entre sus lectores hubo hombres de letras, intelectuales y políticos del momento, reaccionarios o radicales, que ya conocían su forma de escribir y que identificaban en sus artículos el estilo poético y laberíntico de Salvador Novo, a pesar de que aparecían sin firma alguna. Su obra también fue leída por la clase media; estudiantes, profesionistas y personas que tenían curiosidad por conocer los acontecimientos del momento, personas a las que sus recursos económicos les permitían comprar la revista que aparecía semana a semana y que entonces tenía un costo de cincuenta centavos. En relación al concepto que el autor tiene sobre la historia es necesario enfatizar que esta compilación de artículos no son de naturaleza histórica, el conocimiento del pasado no es su intención. Es hablar sobre el presente lo que lo motiva a escribir. En esta obra encontramos a Novo el periodista; por lo tanto la obra la definimos como el producto de crónica periodística que, sin ser histórica, nos permite conocer desde un enfoque diferente la historia del cardenismo. La obra es una historia escrita en el momento en el que se desarrollaron los hechos. Por ello no encontramos una definición de la historia como una ciencia que estudia el pasado en función del presente. La definición de historia que se infiere a lo largo de la obra se refiere a la historia como pasado, como un recuento de lo más importante de lo acontecido. Así lo manifiesta cuando escribe sobre la reciente expropiación petrolera, o cuando se refiere al a un discurso que pronunció Lombardo Toledano pronunció en relación a la expropiación petrolera: “Hizo en él historia breve de la expropiación y expresó que la actitud del presidente había sido legal, justa y levantada.”32 32 Novo, Salvador, La vida en México en el período de gobierno de Lázaro Cárdenas. op. cit. p. 222 34 Por tanto, la historia ayuda a recordar las acciones del pasado inmediato, como escribe en el siguiente párrafo: “[... ] pero no fueron esos los únicos acontecimientos ocurridos en el mundo durante la movida semana pasada.”33 Por lo anterior podemos decir que Novo concibe a la historia como pasado aún cuando ese pasado sea inmediato. Además está convencido de que la historia juzga los acontecimientos, pero no los recientes sino aquellos que se encuentran cada vez más alejados de la época actual, así lo expresó cuando escribió sobre la rebelión de Saturnino Cedillo “[...] y esperamos tranquilamente a que a su debido tiempo la historia juzgue.”34 En esta obra, Salvador Novo cuestiona la verdad de la historia al referirse a Cristóbal Colón “[...] según dicen, incurrió en el descubrimiento de América,”35 siempre aparece en sus artículos el comentario mordaz. Así mismo reconoce los cambios en la historia, al citar en su obra al historiador García Cubas, que al final del siglo XIX lamentaba el cambio de los tiempos al referirse a la celebración de las fiestas de Independencia.36 Novo afirmaba que toda conmoción, al sacudir acelera el ritmo de la vida, ocasionando cambios a los que los pueblos, en este caso la Cuidad de México, tienen que adaptarse si quieren sobrevivir.37 En este seminario definir lo que entendemos por pasado ha sido muy importante, ya que éste es la materia que nutre la historia. La historia entendida en sus dos acepciones: como res gestae o como historia rerum gestarum. Adam Shaff nos señala que la res gestae es la historia como proceso, como sucesión de hechos acontecidos y la rerum gestarum es la historia como ciencia que se 33 Ibid., p. 190 34 Ibid., p. 403 35 Ibid., p. 234 36 Ibid., p. 362 37 Novo, Salvador, Nueva Grandeza Mexicana. Ensayo sobre la Ciudad de México y sus alrededores. Pról.. Carlos Monsiváis, México, CONCULTA, 1992, p. 23 35 encarga de interpretar esos hechos.38 Para nosotros hoy, Novo es sujeto de la res gestae y a la vez de la rerum gestarum, muchos investigadores, como se verá en el capítulo cuatro, acuden a Novo para acercarse al mundo que él vivió, para reconstruir los hechos, desde la década de los veinte hasta principios de los años setenta. Así pues, si bien nos hizo muchas reflexiones, sobre el pasado mexicano, su mirada sobre su México, o sea su presente, y la del pasado cercano, son para nosotros, investigadores del siglo XXI, un texto invaluable, porque a través de su mirada podemos reconstruir lo que no vieron