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Año 1 · Número 1 · Publicación semestral · Otoño 2021 DIRECTORIO Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Dra. Lilia Cedillo Ramírez Rectora Mtro. José Manuel Alonso Orozco Secretario General Mtro. Luis Antonio Lucio Venegas Director General de Publicaciones Facultad de Filosofía y Letras Dr. Ángel Xolocotzi Yáñez Director Mtro. Francisco Javier Romero Luna Secretario Académico Mtra. Mónica Fernández Álvarez Secretaria Administrativa Dr. Ricardo A. Gibu Shimabukuro Secretario de Investigación y Estudios de Posgrado Dra. Araceli Toledo Olivar Coordinadora de publicaciones Cinco Patios Dr. Miguel Ángel Martínez Barradas Director Dra. Laura Yolanda Cordero Gamboa Dictaminación María José Jean Juárez (Collhi) Alexis Francisco López Hernández (Collhi) Jair Cortés Ramírez (Cohis) Mariana Negrete Prieto (Cohis) Kiara Jissele Hernández Mejía (Filosofía) Ángel Juárez Aguilar (Filosofía) Iris Ivana Figueroa Escobar (Antropología) Xavier Ariel Salazar Tehuitzil (Antropología) Carilú Cruz Islas (Procesos educativos) Josué Miranda Mendoza (Procesos educativos) Consejo editorial estudiantil Cintillo Legal CINCO PATIOS, REVISTA ESTUDIANTIL DE LA FFYL–BUAP, año 1, número 1, Otoño 2021, es una difusión periódica semestral editada en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con domicilio en 4 Sur número 104, Centro Histórico, Puebla, Puebla. C. P. 72000, teléfono (222) 2295500, ext. 5492, https://filosofia.buap.mx/content/ revistas. Director de la revista: Miguel Ángel Martínez Barradas, cincopatios.ffyl@correo. buap.mx. Reserva de derechos al uso exclusivo: (en trámite). Responsable de este número: Coordinación de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, domicilio en Av. Juan de Palafox y Mendoza No. 229, Centro Histórico, Puebla, Puebla., C. P. 72000, publicaciones.ffyl@correo.buap.mx. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación ni de la FFyL. Fotografía de portada: Arquitectura japonesa, María José Jean Juárez. Diseño: Miguel Ángel Martínez Barradas https://filosofia.buap.mx/content/revistas https://filosofia.buap.mx/content/revistas Índice Cuento Ensayo CAPECHE Laura Isabel Medrano Rivera 8 REFLEJO Alexis Francisco López Hernández 10 CUANDO LAS SALAS SE VUELVEN JARDINES Ángel Gabriel Amador Ochoa 11 ESTOCOLMO María Fernanda Agüero Fernández 12 LOS DONES DE ARISH María Belén Sánchez Sánchez 13 ¿CÓMO ENVEJECEN LOS SUPERHÉROES? Diana González Rodríguez 16 EDITORIAL 5 EL HAMBRE COMO CONSECUENCIA DE UN ESCRITOR INSACIABLE Isabel Abril Padilla Meléndez 21 ACERCAMIENTOS AL VIDEOJUEGO COMO OBRA ARTÍSTICA Jorge Eduardo Domínguez Alonso 24 LOS DULCES NOMBRES I ANÁLISIS DE UN POEMA DE ABIGAEL BOHÓRQUEZ Cesar David Álvarez Ledo 27 ¿CONFIAR EN LA VACUNA? SEGUIR EL CONSEJO DE PASCAL José Luis López López 30 LA MOSQUIDAD HUMANA ANÁLISIS FILOSÓFICO Kenneth Jiménez Mejorada 33 Fotografía Poesía MANIFESTACIONES DEL MONSTRUO EN DISTANCIA DE RESCATE DE SAMANTA SCHWEBLIN María Fernanda Camela Flores 35 ESTETIZACIONES EN EL ARTE Y LA POLÍTICA SEGÚN EL PENSAMIENTO DE WALTER BENJAMIN Óscar Daniel Sandoval Flores 39 IDEALIZACIÓN Y SUPLANTACIÓN DEL OTRO A TRAVÉS DE LA TECNOLOGÍA. RELECTURA DE LA EVA FUTURA DE PHILIPPE AGUSTE VILLIERS Y LA INVENCIÓN DE MOREL DE ADOLFO BIOY CASARES Rurik Juárez Rendón 43 LIBERAS MI ALMA Ángel Vargas Cholula 57 AQUÍ ABAJO Irving Bautista Santamaría 58 SOLEMNE REENCUENTRO Mario López Tolentino 59 UN POCO AGITADO Roberto Velasco Bravo 61 UNA FLOR NUNCA SE VUELVE UNA LÁGRIMA DE SOL Sebastian Alexandro Collado Castellanos 62 和からない O EL PAÍS DONDE NO ENTIENDO NADA María José Jean Juárez 47 Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 5 Editorial Este es el primer número de un espacio universitario que buscar convertirse en referente de la libertad de expresión. Las nuevas ideas llegan a darse a luz por la creatividad, el interés y la necesidad de dar a conocer inquietudes, sentimientos y proyectos. Esta entrega nos da la bienvenida con los maravillosos cuentos de estudiantes cuya imaginación nos permite entrar a sus mundos fantásticos, mundos como el de Laura, de Alexis, de Ángel, de María Fernanda y María Belén, así como también de Diana cada uno especial en su originalidad. Ensayos interesantes y llenos de sorpresa nos esperan pues, de las miles de cuestiones del mundo, universitarios entusiastas dan sus puntos de vista con temas pertinentes a su materia: podremos ver las ideas de Isabel y sus apartados relacionados a los escritores; las inquietudes vistas en los videojuegos de Jorge Eduardo; el análisis profundo de la poesía a mano de Cesar David; José Luis nos propone una duda inquietante la cual en fundamento busca aclarar; la filosofía no se puede quedar atrás, Kenneth habla sobre una condición humana que le inquieta; María Fernanda nos expresa algunas vertientes particulares sobre Samantha Schweblin en un interesante ensayo; el arte no se queda atrás y Óscar Daniel hace un ensayo sobre éste y su relación política en la obra de Walter Benjamín; por ultimo, pero no menos importante, Rurik Juárez habla sobre la tecnología, un trabajo imperdible. El arte en la vida del hombre es necesario, por años se trabajaron las grandes artes que dieron gloria y embellecieron a la imagen humana, su mente y su maravilloso ingenio, pero, en los tiempos actuales el arte se expresa en muchas nuevas formas de dar a relucir nuevas perspectivas, las voces sub alternas y visiones que vemos en ocasiones lejanas llegan a nosotros por los ojos de aquellos que en su duda por un maravilloso mundo capturan momentos, momentos que más allá de captar un par de personas o un paisaje, expresan el amor que el artista fotógrafo le tiene al mundo que lo rodea, en esta ocasión María José (continúa→) Jean Juárez nos lleva en un maravilloso viaje al país del sol naciente, una serie de fotografías extraordinarias que tenemos el honor de presentar. El desarrollo humano se ha fijado en los grandes avances tecnológicos, el progreso y el avance con paso firme a un futuro donde la innovación busca perfilarse como el cimiento de la humanidad, los estudiantes como Ángel Vargas, Irving Bautista, Mario López, Roberto Velasco y Sebastián Alexandro nos recuerdan que el hombre, en su infinito ingenio, dentro de su alma conserva esa chispa que lo une a sus emociones, que le recuerda su alma y lo diferencia de una máquina, la poesía es una expresión del alma, de las emociones tan complejas que una computadora jamás podrá igualar, bellos versos que acompañan este número y nos recuerdan que el avance, científico y académico sí es importante, pero también es necesario recordar que en las letras y su belleza nuestras mentes pueden llevarnos a lugares inigualables. Una revista estudiantil no busca únicamente divulgar los trabajos de estudiantes comprometidos y apasionados con su profesión en desarrollo, también busca ser un espacio donde se puede ser libre, donde el interés del conocimiento, el arte, la historia y la filosofía conviven como iguales y se acercan a aquellos que, atraídos por la curiosidad, se acercan a leer un poco, ahí yace el alma de este primer número, reivindicar nuestra labor como agentes de la sociedad que no resguardan el conocimiento en las grandes academias, que lo llevan a todos los rincones, entre estudiantes, amigos, familiares y comunidades. Esperamos que disfruten de esta entrega que ha sido preparada con mucho esfuerzo y dedicación, no solo por el consejo editorial, también por cada uno de sus autores y excelente lectura. Consejo editorial estudiantil. Cuento Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 8 Cuento El ruido de un suave golpeteo contra la ventana me despierta, a pesar de ser navidad: la época más feliz del año; afuera todo se siente triste, como si el llanto de todos los que sufren formase esas nubes y provocaran la lluvia. En la habitación no logrover nada salvo las parpadeantes luces rojas de la radio que marcan las 2:30 a.m., la poca luz que emite me deja apreciar que aún tengo el vestido de fiesta que usé ayer, una botella de vodka junto a la almohada y las cobijas regadas por el piso. Cuando me incorporo un relámpago sube e ilumina la habitación permitiéndome observar una figura encogida que me mira desde el armario. “¿Quién eres?”, susurro mientras me vuelvo a recostar para quedarme dormida, minutos después siento que algo suave toca mi cara, al abrir de nuevo mis ojos sale corriendo fuera de la habitación. Intento levantar mi cuerpo para averiguar quién o qué era, pero siento una terrible pesadez que me impide mantenerme en pie así que vuelvo a caer en la cama, pareciera que anoche haya tenido una gran batalla y las heridas, aún sin sanar, me recordaran cuan etérea e inconsistente es mi vida. «Un último intento, sino me quedo hoy en cama», pienso mientras aplico fuerza en mis brazos, vuelvo a caer y siento como si una parte de mí se desprendiera del cuerpo. Llámese alma o espíritu, pero fue lo único que logró levantarse, la miro y todo lo que ella siente lo siento yo también. Todo nos comienza a dar vueltas y la cabeza punza tan fuerte que pronto nos explotará. Sin energía salimos en dirección a la cocina y bebemos un litro de agua, consumimos unos analgésicos que están bajo el libro en la mesa Capeche Laura Isabel Medrano Rivera Lingüística y literatura hispánica Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 9 Cuento y tomamos un baño tibio. Al salir de la ducha nos ponemos ese hermoso vestido de fiesta que compramos hace unos días, tomamos las llaves del apartamento y nos disponemos a salir, sin embargo, nos detenemos. “¿Hacia dónde irías?”, escuchamos esa voz familiar mientras sujetamos con fuerza la manija de la puerta. -Cualquier lugar es mejor que estar aquí- respondemos con la mirada clavada en el piso y sentimos que el nerviosismo se apodera de cada palabra y de cada entraña en nuestro ser. “No tienes a quien acudir, ¿te la pasarás deambulando como fantasma por las calles?, además está lloviendo”, en ese instante, como una estrella fugaz, viene a nosotras el recuerdo de la navidad de hace diez años. En esa época el árbol tenía esferas de colores: azules y blancas, y en la punta una hermosa estrella de cristal que mi papá había conseguido en una tienda de antigüedades, afuera los niños jugaban y chocaban con los adultos quienes parecían no importarles, pues estaban demasiado ocupados comprando los regalos como para molestarse por pequeñeces. Por lo débil y enfermiza que era no me permitían salir lo único que podía hacer era mirar por la ventana a aquellos niños sonrientes y aquella gente que emocionada se paseaba de tienda en tienda. -¿Quieres qué te lea un cuento? -me preguntó mi hermana mayor mientras se acercaba a la ventana acariciándome la cabeza. Con gran asombro le dije que sí y me acomodé entre sus brazos, ella sacó un pequeño y grueso libro de su saco, lo abrió y comenzó a leer: “Canción de Navidad» de Charles Dickens... “Ibas a salir, ¿qué esperas?” Esa voz que antes me había cuestionado nos trajo a la realidad abruptamente; advertí que el miedo se apoderaba de nosotras, ¿de dónde provenía?, ¿qué es lo que quería? “¿A caso te comieron la lengua los ratones?” volvió a interrumpir con un tono burlón nuestros pensamientos. Para entonces, ambas estábamos paradas frente a la puerta con los ojos fuertemente cerrados e inmóviles, como si una corriente de aire nos hubiera congelado. -Puedo ir con mis compañeros de trabajo a la fiesta de la oficina- le respondí a la voz con seguridad. “¿Para qué?, tú misma lo dijiste la otra vez: todos van a beber y a criticarse los unos a los otros, tras unas copas de vino el ambiente se vuelve rudo y los hombres comienzan a liberar sus deseos carnales con las mujeres. O ya no recuerdas el año pasado, cuando terminado de brindar tu novio te llevó a su departamento para acostarse contigo y como no querías te abofeteó y lo hizo a la fuerza, quedaste en la cama con tu alma hecha un ovillo, cubierta solo con las sábanas blancas y con la mirada perdida y... - ¡Cállate! - le gritamos a la voz. Hubo una pausa y continuó: “Después de eso te corrió de su cama, de su vida, así, sin más.” - ¿Qué quieres? - le preguntamos con lágrimas en los ojos. Aquello no respondió y comenzamos a temblar, las palpitaciones destrozaban el pecho, el aire ya no fluía con naturalidad por los pulmones, y la tensión y el hormigueo por los brazos y las piernas nos tiraron al suelo. “Soy eso”, finalmente me contestó. Cuando comprendimos de qué se trataba, la casa comenzó a moverse suavemente, las fotografías y los libros que estaban sobre los estantes se cayeron al igual que algunos vasos de la cocina, confundidas abrimos la puerta y nos detuvimos. Vimos que mis vecinos salían aterrados de sus casas, el movimiento duró entre treinta segundos y un minuto. “¿No piensas salir?”, volvió a interrumpir. -Ya dejó de temblar, ¿te asusta?, “No, yo los presiento.” Ante esa respuesta bajamos la mirada y junto a mí estaba Capeche nuestro gato, sonreímos y él se lamió los bigotes, aunque siempre tiene una faceta tranquila y unos ojos penetrantes en ese momento parecía ansioso con la mirada perdida. Nos agachamos con los brazos extendidos, sin dudarlo saltó para acurrucarse, cosa extraña en él. Cerramos la puerta, encendimos el radio y estaba sonando la melodía The Nutcracker. “Esa canción...”, -siempre te tranquiliza ¿no es verdad? Así, sentados en el sofá recordamos que Capeche había llegado a mi vida desde hace diez años, en esa lluviosa navidad. -Aunque cada año te cuento la misma historia, cada año te muestras igual de asombrada- me dijo mi hermana mayor al terminar de leer el cuento. -¡Sí, me encanta! -Y aún falta que veas tu regalo, es tan… Mi hermana no terminó su oración, ni si quiera le dio tiempo de reaccionar, pues la puerta se abrió con brutalidad y un ser monstruoso entró hecho una furia. La tomó por la cabeza y la sacó arrastrando, la blanca nieve se volvió roja, sus gritos eran ensordecedores. La subió a su coche antes de que mis padres pudieran detenerlo, llamaron a la policía y horas después el timbre sonó, todos corrimos hacia la puerta y un joven unos años mayor a mi papá con uniforme azul y una placa de policía preguntó: - ¿Es usted la madre de Carla? -Sí, soy yo. -Lamento informar que su hija fue encontrada en un automóvil sin vida, deberán ir a recoger el cuerpo. Mi padre se acercó dónde estaba mi madre y la sostuvo antes de que cayera desmayada; esa noche y bajo las indicaciones del oficial, mis padres se fueron, me dejaron sola ni siquiera me prestaron atención, no se dieron cuenta que me rompía a pedazos y que estaba peor que ellos. La escena se repetía cada que cerraba los ojos, después de analizarla supe que quien arrastraba a mi hermana por la nieve era su novio. Me quedé dormida en el sillón esperando hasta que mis padres volvieran, entonces un suave golpeteo combinado con pequeños maullidos me despertó, me asomé a la ventana en busca de los maullidos y fue cuando me encontré con esa penetrante y azul mirada, sin dudar abrí la puerta, entró corriendo dejando charcos de agua por todo el piso y se dirigió hacia mi habitación para acurrucarse en la cama. -¡Hey, bájate de ahí estás empapado! - le grité, pero pareció no oírme. Atemorizada me acerqué y pude observarlo mejor: su pelaje era de color blanco y esponjado, sus patitas eran color café oscuro al igual que sus orejas y su rostro. Era extraño, pues sentía una fuerte unión a él, después de mirarnos durante tres minutos se levantó y corrió hacia donde estaba la grabadora, me miró y la tocó con su patita. -¿Quieres escuchar música?, le pregunté sorprendida. El gato solo me miró y siguió tocando la grabadora, lo obedecí y la encendí, con The Nutcracker comofondo el gato volvió a la cama y se recostó para quedarse profundamente dormido. -Esa maldita noche... “Oye, ¿desde cuándo hablas entre sueños?, ¿sigues dormida?”, -otra vez esa voz- pensamos aún con los ojos cerrados. “Te estoy hablando, eres tan dormilona como siempre.” En ese momento como impulsadas por un resorte nos levantamos del sillón y miramos a Capeche que solo nos observaba y movía su cola. “¿Qué tienes?” siguió preguntando. Desesperadas nos encerramos en el cuarto y lloramos tiradas en el piso, Capeche nos siguió hasta allá y no dejaba de torturarnos con sus preguntas, entramos en pánico, buscamos una botella de vodka y la bebimos para dejar de escucharlo. Pronto su voz se fue apagando y la bebida se terminó, lo que se desprendió de mí se levantó para acostarse en la cama aún con botella en mano. Todo se volvía oscuridad y completo silencio excepto por el suave golpeteo contra la ventana que poco a poco me fue despertando. Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 10 Cuento Sin vida, abandonada y vacía, había cambiado mucho desde el día que mi padre (en paz descanse) la compró cuando nos mudamos aquí ¿Hace cuánto había sido? ¿Treinta años tal vez? Sinceramente no lo recuerdo, yo era un joven en aquél entonces; a pesar de ello, yacía ahí, frente a mí, esta arcana cruz de plata, casi bermeja por el óxido que la envolvía. A decir verdad, no era lo único decrépito en esa vieja casa, las paredes estaban húmedas; el polvo se había impregnado en los muebles de la casa; y uno que otro vidrio tenía moho producto del mal tiempo de aquel lugar. Recorrí con la mirada el que había sido alguna vez mi cuarto, increíblemente, aún tenía esa esencia hogareña que tanto me gustaba, «algo bueno tenía que quedar después la guerra ¿no?». En ese momento sentí como si alguien me hubiese llamado, no sabría cómo explicarlo a ciencia cierta, pero podría asegurar que escuché gemir mi nombre, como si un pequeño hilo voz saliera de alguna parte, como si alguien quisiese comunicarse conmigo. Di unos pasos hacia adelante y el susurro fue aún más claro que el anterior. Busqué incesantemente con la mirada tratando de encontrar el origen de aquel sonido, y, como si algo me atrajera, mis ojos se posaron inmediatamente en aquella vieja cruz… me estaba llamando. Me acerqué aún más a ella y me incliné para poder agarrarla; le sacudí el polvo y la observé con detenimiento. Vi mis ojos reflejándose en las pequeñas partes que aún no estaban corrompidas y pude sentir cómo mi reflejo me devolvía la mirada; no era como cuando me observaba en un espejo, no, era como una respuesta visual, era como si mi reflejo fuera un ser ajeno, pero semejante a mí, como si otro yo estuviera observándome a través de esa cruz. A pesar de aquella sensación, no pude dejar de contemplarla. Sentía que pasaban los minutos como horas, pero mi vista seguía clavada en aquel ser que venía del reflejo, mis pensamientos sólo giraban en torno a ese hecho, a tratar de explicar por qué sentía ese sentimiento en aquella desgastada cruz. A veces sentía que los ojos que estaban ahí se movían, como si dieran un pequeño desliz para ver algo más allá de mí, pero luego volvían a fijarse en mi persona; otras veces sentía que el movimiento de sus ojos no era simultáneo al movimiento de los míos, en ocasiones sentía como si trataran de perseguir mi vista, pero otras tantas parecía que yo era el que perseguía la mirada de aquellos. El tiempo había pasado (¿Dos horas quizá?) cuando me di cuenta que mi boca se estaba moviendo, era como si estuviera conversando con aquella cruz ¿Acaso le estaba hablando? ¿Estaba conversando? U… ¿Orando? No sabría decir con certeza qué era aquello, pero ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Acaso no lo reflejaba? Bajé la mirada para observar y me di cuenta que mi mano cubría aquella parte de la cruz, vaya suerte… Torné la mirada hacia los ojos y me dieron la impresión de que no se habían movido «me estoy volviendo loco» me dije, pero el hilo de voz, ahora más diáfano, volvió a rezumbar, no sabría explicarlo, pero podría asegurar que era mi propia voz ¿Era el eco de mi pensamiento? ¿Era un pensamiento involuntario? Observé el resto de lo que se podía ver de mi rostro, y, a pesar de que sólo se podían ver ciertas facciones, podría jurar que me veía diferente, podía reconocerme, es cierto, pero con rasgos diferentes, mi tez se veía más oscura, mis ojos más profundos de lo normal, y parecía que tenía una nueva cicatriz, volteé a ver a mi padre que estaba detrás de mí y, como si me hubiese leído el pensamiento, me dijo «Extraño ¿no? Yo también sentí que había alguien más cuando me observé… como otro yo» Torné la mirada a mi reflejo de aquella cruz que apenas había comprado mí padre, una cruz limpia, pura, impecable, como si apenas hubiese sido fabricada. «Es para ti» me dijo, «sé que las mudanzas no son fáciles, y menos cuando hay una guerra de por medio, así que creí que un regalo te vendría bien». «Gracias, papá…» contesté sin apartar la mirada de aquella cruz casi impoluta. «Me veo más viejo…» pensé. Reflejo Alexis Francisco López Hernández Lingüística y literatura hispánica Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 11 Cuento Llevo bastante tiempo sentado en la sala. De vez en cuando, mis tíos y primos, con las manos cargadas de cosas, cruzan la estancia desde la calle hacia la cocina. Cada vez hay más gente, y cuando se aparece alguien nuevo, siempre me dirige una mirada extraña cuando pasa por primera vez junto a mí. Del otro lado del salón, hacia una de las esquinas, el abuelo está arrellanado en su sillón favorito, descansando la cabeza sobre el terciopelo verde del alto respaldo, con las piernas tan rectas que parecen columnas clavadas al suelo. Viste un traje obscuro. En su mano derecha humea un cigarrillo apenas encendido, mientras la izquierda acaricia una y otra vez el posa-brazos. Sonríe. El suelo parece extraño con su madera desnuda, luego de que se han llevado la alfombra sobre la que el sillón ha estado desde siempre. Ahora, el piso no puede evitar crujir en su interminable discurso ante la más mínima presión. —Eso no parece molestarte, ¿eh, abuelo? Pero él no me responde. Parece que no puede. Aun cuando me acerco a él con pasos agigantados, golpeando cada tabla con los tacones de mis zapatos para hacerlas chillar desesperadamente, parece no darse cuenta de nada y continúa durmiendo. Llego a su lado y casi le tomo del brazo. —¿Eso tampoco te ha molestado? Del mismo modo, no responde. «Sigue dormido —pienso—. Pobre de él». Y le dejo en su pasividad para regresar a mi asiento. En aquellas alturas, el hombre parece una estatua con los ojos cerrados, y mi mente espera el momento en que se acabe su cigarrillo y se queme los dedos. «Entonces dará un salto y de sus labios congelados saldrá un grito tan Cuando las salas se vuelven jardines Ángel Gabriel Amador OchoaFilosofía fuerte con el que todos correrán a su auxilio, y reirán ante tal gracia, ahuyentando las penas». El tiempo pasa lentamente. Lo veo dormir, y deseo me contagie de su somnolencia, con la que pueda resistir tan aburrido rato en que mi única distracción ha sido ver la danza de las flamitas de los cabos de vela, que iluminan la estancia con una luz asfixiante. Hace calor, puedo sentirlo. Y si eso no fuera suficiente para demostrarlo, el sol que resplandece como lucero matutino en la parte más baja de su recorrido, se encarga generoso de mostrarme jadeantes a quienes entran por la puerta, mientras el sudor forma diminutas lagunas en sus ropas descoloridas. Pero el abuelo descansa, y no parece afectado. Cuando por fin comienzo a conciliar el sueño, entra una mujer de cabello largo, gritando un saludo. En las manos lleva un ramo de flores que entrega a mi madre tan pronto sale a recibirla, y esta las pone en un florero sobre una mesita junto al brazo delabuelo; luego ambas se marchan al comedor. Al poco tiempo, gentes cada vez más extrañas, llegan con flores que van acomodando por toda la sala. De un momento a otro, el lugar ya no es para recibir visitas, sino que lo han convertido en un verdadero jardín en que lucen tamaños y colores, perfumando de tal manera que ocultan el olor a tabaco impregnado en las paredes. —Eso debe molestarte —dije al abuelo—. Nunca te han gustado los jardines, y la simple idea de estar en uno, siempre te ha fastidiado. Su falta de respuesta comienza a irritarme. Me levanto nuevamente y, casi canturreando, vuelvo a su lado. —Es más —continúo hablando, con los ojos ardiendo tras el cristal que nos separaba—, se han llevado tu sillón y te lo han cambiado por esta cama tan pequeña de la que no te dejarán levantar. Y ya no podrás fumar, estoy seguro. Además... Pero el abuelo no es el mismo... ¡Claro que no! ¡Cómo es posible siquiera pensarlo! No puede ser la misma persona, porque aquel hombre, que descansa en el asiento, está lleno de vitalidad y reboza en juventud. El abuelo no es así, porque los años se han llevado sus fuerzas y pintado sus cabellos. Porque él ahora descansa en su reducida cama después de un día cansado, misma en donde sus achaques y dolencias cotidianas le han dejado. Mamá dice que es el mismo, pero aquel hombre, el de la fotografía, no puede ser el abuelo, porque el verdadero abuelo descansa en un ataúd a sus pies. Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 12 Cuento En aquel abrazo intenté conjurar nuestro pacto secreto, susurro; él me mira y sonríe, qué mirada tan tonta, pienso. Tantas tardes en su casa me empiezan a parecer lejanas, las risas, las caricias, las palabras; ya nada es importante. Mis manos furiosas buscan una tregua con el tiempo sin tiempo que él me ofrece. Tomo entre mis manos su rostro intentando aprehender cada rasgo; toco sus labios, siento su barba, peino sus cejas, sus ojos se cierran, mis manos juegan su cabello y tapan sus oídos, tal vez así no escuche mis pensamientos. Termino y él sonríe, entonces, comienzo a planear mi huida. La puerta está abierta, él duerme sin saber que al despertar ya no estaré ahí. Llegó, mi madre me abraza y me palpa, cree reconocerme. Por la televisión veo su rostro y veo mis manos, las aprieto contra mi cuerpo recordando sus rasgos, suspiro y enjuago mis lágrimas. “Joven vuelve a su casa después de ocho meses secuestrada, aquí el criminal.” No entiendo nada, ¿entonces, no era amor? Estocolmo María Fernanda Agüero Fernández Lingüística y literatura hispánica Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 13 Cuento Los dones de Arish Hace muchos años, los humanos nacían con dones para crear y cada uno tenía una forma y objetivos diferentes. Sin embargo, la codicia y avaricia fueron consumiéndolos poco a poco hasta que los tres guardianes de la tierra decidieron que solo aquellos de corazón puro, mente abierta y ánimo por la vida, los tendrían. Con el tiempo los dones fueron arrancados de cada gremio familiar hasta que perdieron la capacidad de ver lo hermoso de la vida y se enemistaron unos con otros creando grandes guerras, pues su corazón estaba vacío sin los dones. Actualmente, solo pocos podían jactarse de tenerlos y era muy peligroso para ellos, pues en la nación de Arish1, eran considerados inferiores por los guerreros, quienes eran mayoría y tenían el corazón más indiferente y apático de todos. Los dones fueron repartidos de diversas formas; la música, la escritura y la danza. Por desgracia, no había muchas personas que se dejaran llevar por sus dones, algunos se confundían de talento y otros lo ignoraban para “sobrevivir”, nunca entendían que el riesgo, la valentía y la perseverancia harían que su don brillara dentro de su alma eternamente. Adeline era una de las pocas creadoras 1 Nación en donde los guerreros desprecian a los creadores. que existían, todo lo escrito tomaba vida desde el momento en que lo leía en voz alta, lo cual era mal visto para los guerreros quienes consideraban a los creadores como seres inferiores a ellos. Ella lo supo cuando se instaló en el mercado de Arish y un grupo de guerreros tiró todo su escenario para echarla del lugar, por eso se sorprendió cuando uno de los guerreros se acercó a su espectáculo y permaneció en silencio, casi como si disfrutara ver como sus personajes se presentaban ante niños y curiosos. Al final de su lectura, sus manos temblaban demasiado y tenía la garganta seca pues él no se movió en ningún momento, tal vez estuviera esperando a que los espectadores se fueran para sacarla de ahí como la última vez, así que, tratando de ser más veloz que él, comenzó a recoger sus cosas mientras su público se dispersaba y corrió por las largas calles del mercado. — ¡Lo siento! —gritó cuando chocó con una familia que venía distraída y volvió la vista al frente al notar que el guerrero aún la seguía. No se podía permitir perder el dinero de esa semana, así que corrió con todas sus fuerzas y se movió con agilidad por las calles y puestos del mercado tratando de despistar al guardia, no obstante, se llevó una gran sorpresa al María Belén Sánchez Sánchez Lingüística y literatura hispánica Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 14 Cuento observarlo delante de su casa y reconocerlo. —Ni siquiera pienses en correr —le dijo con la molestia reinando en su cara—. Si vuelves a escapar… —No lo haré, aunque ni siquiera das miedo. — ¿Ah no? ¿Entonces por qué corrías de mí? —Es de noche, ¿quién diferencia entre un guerrero del rey y tu vecino con esta oscuridad? —No soy… —se interrumpió al notar su cara burlona— deberíais de tenerme más respeto, ¿no crees? —¿A mi vecino? — ¡Deja de decirlo! —susurró enfadado. —Ah, había olvidado que te molestaba recordarlo. Bueno, entonces vete a hacer tu trabajo. Adeline dejó de caminar cuando él la tomó del brazo. — ¿Quieres llevarte mi brazo o qué? —Estarán haciendo rondas durante la noche, no vayas a hacer una locura ¿quieres?, ellos ya saben que encontrarse con diferentes criaturas no es por colindar con los bosques, sino que es producto de una creadora cerca. —Ay, te preocupas por mí. Muy lindo de tu parte Dante—dijo palmeando su cachete para después separarse y abrir la puerta de su casa. —Adeline, esto es en serio. —Lo sé, lo sé, los guardias deberían de cambiar y ser mejores personas, se los sugeriré más tarde —. A punto de entrar en su casa, Dante apretó de nuevo su brazo y le dirigió una mirada de súplica. Ella suspiró y dijo: — Esta bien, no haré nada malo, no me pondré en riesgo y no leeré ¿de acuerdo? —él asintió—. Genial, ahora, ¿me devuelves mi brazo? — quitó rápidamente su mano y le dio una sonrisa apenada. Mientras Adeline se metía a su casa Dante se alejaba por el callejón en silencio. Ambos habían sido buenos amigos en su infancia, hasta que los dotes habían aparecido en Adeline y su padre lo había alejado de ella, prohibiéndole verla o hablarle pues era el jefe de guerra y segunda mano del rey, no quería que descubrieran su secreto. Aun así, él había buscado la forma de salir del cuidado de su padre y estar cerca de Adeline. Las primeras veces casi lo atrapaban, era por eso por lo que había mantenido silencio o que no la visitaba de manera seguida, no quería hacerle daño pues si alguien se enteraba sería el fin de ambos. A pesar de que Adeline no estudió ni leyó ninguna de sus creaciones, una creadora de su mismo barrio sí lo hizo, por lo que unos días después toda la guardia real estaba verificando que no hubiera más dotados y Adeline se encontraba nerviosa, asustada y estresada. ¿Cómo podría sacar todas sus creaciones? ¿En dónde las escondería? Solo podía hacer un libro general y hacer un sello de bloqueo para que no los utilizaran por lo que se apresuró a hacerlo. No quería terminar arrestada. Dio un brinco en su lugaral oír el sonido del timbre y se quedó observando la puerta deseando que se fueran mientras le daba los últimos retoques a su libro general, no obstante, los guerreros siguieron insistiendo hasta que ella les abrió la puerta. —Venimos en nombre del rey para checar las viviendas. ¿Podría hacerse a un lado para que pasemos? —Ella asintió rápidamente para después caminar al centro de su sala. Observó cómo los guerreros fueron recorriendo todas las partes de su casa sin encontrar nada, estuvo en calma hasta que uno se acercó a su librero. Los libros que se podían obtener solamente podían ser acerca de carreras profesionales, historia de Arish y cultura general, por lo que no era raro encontrarlos en su casa, lo peor sería si se ponían a revisar. Casi se desmaya cuando dos soldados comenzaron a revisar los libros. ¿Tan mala suerte tenía que haber en su vida? — ¿Se encuentra bien, señorita? Se ve un poco pálida —le dijo el líder del grupo y ella tragó saliva al mismo tiempo que comenzaba a mover sus manos por los nervios. —Ah, no se preocupe, es solo que… —¡Es una creadora! —gritó uno de los soldados al encontrar su libro general. Ella dio media vuelta y se echó a correr, no sabía cómo recuperar su libro, pero lo que más le importaba era mantenerse con vida. Corrió todo lo que pudo por calles y callejones, sin embargo, no se había deshecho de ninguno de los guardias. Sus piernas ardían y la noche empezaba a helar, tuvo que pasar por un callejón con mucho cuidado pues la oscuridad era tan densa que no podía ver con claridad. Tal vez por eso dos guardias le salieron de la nada, uno la sostuvo mientras su compañero le tapaba la boca y ponía esposas en sus brazos. Una vez atrapada solo tenía un destino por lo que pataleó durante todo el camino intentando sobrevivir. Dante se presentó a su trabajo a las 8 en punto y se dirigió al área de la prisión para monitorear el trabajo de sus compañeros, revisó la lista de creadores y fue a checar a Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 15 Cuento cada uno en su celda. No pudo evitar tirar su información de los reclusos cuando vio a Adeline en una de las celdas. — ¿Por qué estás aquí? ¿No me habías prometido no hacer nada que llamara la atención? —susurró. Adeline se acercó a los barrotes de la celda y le dio un leve zape para después señalar su boca. —Ok, fue una pregunta tonta, pero no importa la respuesta, solo debo encontrar una forma de sacarte de aquí —Adeline sacudió la cabeza varias veces, sin embargo, Dante se fue de ahí sin hacerle caso alguno. Si ella estaba en peligro, él le ayudaría. Su amiga estaría a salvo, costara lo que le costara. Esa noche el frío atacó a todos en la prisión, los vidrios parecían congelados y todos allí se acomodaban en distintas posiciones con tal de ganar algo de calor. Dante raramente dejaba que los demás supieran como se encontraba, por eso no hubo nadie que hablara sobre su clara falta de frío. Estaba nervioso, sus manos sudaban y el instrumento que llevaba escondido en su bolsillo, le pesaba cada vez más. A él no le importaban los resultados de su misión, su don había permanecido oculto por el deseo de sus padres, ahora que probablemente se convertiría en el enemigo de varios, ya no le importaba lo que dijeran los demás. Su madre había sido una creadora, su padre un guerrero, como resultado, su parte guerrera destacaba más por todos los años que había ocultado su don. Al llegar a la celda de Adeline, revisó que no hubiera nadie mientras sacaba su lapicero, pinchaba su dedo con este y comenzaba a 2 Nación en donde conviven pacíficamente todas las criaturas mágicas y aquellos que estén dotados de dones. escribir “romper” en los barrotes de la celda que fueron cediendo uno por uno. Cuando se deshizo de ellos, se apresuró a sacudir a Adeline y quitarle las esposas y la tela de su boca. — ¿Qué haces aquí? —preguntó ella. —Salvarte. No tenemos tiempo para discutir —dijo mientras remangaba su ropa y escribía “calor” en ella—. Vámonos. — ¿Qué crees que haces? Si te descubren serás enjuiciado y… —Escaparemos. — ¿Qué? —Podemos vivir en la nación de Reylop2, ahí no tienen ningún problema con los creadores, no quiero seguir ocultándome y atacando personas, así como tampoco puedo soportar que te hieran. Eres mi mejor amiga, jamás te dejaré atrás. Adeline lo observó en silencio mientras corrían y la jalaba por los pasillos, hacía mucho tiempo que había dejado de compartir con él, sus padres los habían alejado y el crecer siendo amigos les hubiera hecho daño, sin embargo, saber que aún la consideraba su amiga le dio la suficiente fuerza parar correr más rápido y asegurarse de que ambos salieran vivos de ahí. —Está puerta da afuera, una vez que la rompa se activarán las alarmas, necesito que… —Adeline le quitó el lapicero, pinchó su dedo y comenzó a escribir sobre las paredes. Romper, tiempo y fuerza fueron las palabras que más se repitieron, una vez lista, tomó la mano de Dante y lo miró. —Siempre juntos. Él sonrió y dijo: —Siempre valientes. Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 16 Cuento Esta historia comienza en un pueblo pequeño alejado de la ciudad conocido como Esperanza. Uno se imaginaría que los mayores viven en sus casas, pero este lugar es especial, pues los hombres y mujeres más jóvenes suelen ir a las grandes ciudades por el trabajo. Es por ello que, la gente mayor, se organiza colectivamente y viven en una casa grande de color amarillo con grandes ventanales de flores, este edificio se localiza en el centro del pueblo y es conocida como la Casa Flor de día. Los dueños son el matrimonio de Elisa, una mujer mayor de unos 72 años, y su esposo Gabriel Sánchez, de 74, ambos han vivido mucho tiempo en la comunidad y, luego de que su único hijo muriera en un accidente en la carretera, ellos optaron por compartir su enorme residencia con los habitantes que aún quedan. Elisa fue maestra durante mucho tiempo en la ciudad, mientras que Gabriel era un agricultor que entresemana se iba a la ciudad para vender sus cosechas del campo. Poco tiempo después de conocerse, se casaron, pero tuvieron problemas para tener hijos; a pesar de ello, Elisa siempre se ha caracterizado por ser una mujer muy sociable, divertida y carismática; por otra parte, Gabriel es un hombre mayor que sigue buscando volver al campo y es un poco melancólico sobre el pasado, en cada decisión ellos se han apoyado mutuamente, sobre todo cuando Esteban, su hijo, murió. La casa Flor de día acepta a cualquier persona mayor que necesite un lugar para dormir y, si lo desea, puede quedarse más tiempo, siempre y cuando se acaten las normas dentro de la casa. Elisa, junto con otras mujeres mayores, organiza las actividades, la hora de las comidas y las visitas. Un día como cualquier otro la lluvia caía a cántaros, Elisa junto a todas las personas mayores en la sala compartían un café de olla recién hecho, cuando alguien tocó la puerta. Toc... toc -sonaba la puerta, «¿Quién es?» preguntó Elisa. -Escuché de su casa y me gustaría conocerla -dijo la mujer mayor, con voz bajita, que estaba al otro lado de la puerta. -¡Oh! Claro, enseguida abro -respondió Elisa Dándole una cobija, llevó a la mujer dentro de la casa -¡Oh vaya! tu casa es hermosa -exclamó la mujer que acaba de entrar en la casa. -¿Cuál es tu nombre? -preguntó Elisa. ¿Cómo envejecen los superhéroes? Diana González Rodríguez Antropología social Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 17 Cuento Un poco temerosa, la mujer mayor respondió -Yo soy… Amaru… -¡¿Qué?! No puede ser -irrumpió otra mujer mayor que estaba al lado de Elisa. -¡¿Tu eres Amaru?! -exclamó un hombre mayor acercándose a ella. -Sí, soy yo -dijo una vez más, la mujer mayor mientras sentía un tono de desconfianza. Gabriel la miraba fijamente y sentenció: -¡No eres Amaru! -¡Que sílo soy! -dijo Amaru una vez más. -Si lo eres, dime ¿qué pasó con tu belleza, tu inteligencia, tu virtud? -interrogó una mujer mayor que se encontraba detrás de Gabriel. Soy tan mortal como cualquiera, envejecí como ustedes ¿o acaso ya me olvidaron? -dijo Amaru . Todos sorprendidos, no podían creer lo que veían. -A todo esto, alguien me puede decir ¿quién es Amaru? -preguntó Elisa. -Ejem... ejem... yo lo haré -respondió un hombre mayor que llevaba una andadera-. Con tus respetos, Amaru, voy a contar lo que sé -dijo el hombre mientras Elisa daba a Amaru una taza de café caliente. Alberto comenzó a narrar: -Todos los abuelos y abuelas hablaban de ella: Nacida de las lágrimas caídas por tantas injusticias, creció una joven a la que todos llaman Amaru. Nadie sabe de dónde vino, pero todos concuerdan en que ella había llegado para ser la luz en medio de tanta tristeza. Ella es la protectora de los pueblos, la heroína que todos habían esperado, defensora de la naturaleza. Su poder era conocer los pensamientos de los demás, preservar la vida contra la violencia y compartir toda su sabiduría sobre la madre tierra. Mi abuelo, junto a otros campesinos, conoció a Amaru cuando una empresa trató de extraer el agua del pueblo. Amaru les dio una lección y esos hombres nunca volvieron a presentarse por aquí, así que los mayores llamarón a Amaru como la defensora de los pueblos.- -No te olvides que Amaru era diferente a cualquier otro héroe -dijo una mujer mayor. -A mí las abuelas me contaron que ella era una mujer hermosa con unos cabellos largos y ondulados que tenían el color del agua, de una tez morena como la corteza de los árboles y que tenía unos ojos cafés con una mirada que atemorizaba a cualquiera, llevaba una capa roja que reflejaba la sangre derramada por la violencia y el despojo -comentó la mujer mayor. -Pero, aunque no lo crean, soy mortal, ¡mis enemigos querían verme morir, por eso tengo cicatrices de cuchillos y de balas! -exclamó Amaru. -¡Eso no es cierto! Mis padres te vieron caer y levantarte -dijo Gabriel. -¡¿No me crees?! Mira por ti mismo -dijo Amaru, mientras les mostraba una cicatriz en el cuello. -Ellos me lo hicieron, trataron de matarme, pero no lo lograron -respondió ella. -Entonces dime ¿por qué desapareciste? -preguntó Alberto. Con una mirada de tristeza Amaru dijo -Les contaré lo que ocurrió esa noche… En esta comunidad existía un rumor, se decía que debajo de la única escuela había un tesoro, tal vez oro, o dinero, no lo sé. Muchos intentaron llegar a él, pero ninguno lo logró. Para cuando llegué a este lugar, todo era un desorden, se escuchan disparos y la gente huía de aquel sitio, hice lo que pude para proteger a los niños, pero no fue suficiente. Varios hombres disparaban a la escuela, pero no me rendí, sólo hasta que una de las balas dio en mi pecho y caí. Aún trato de recordar cómo sobreviví, pero aquel ataque fue diferente a los demás, pues nunca más pude volver a defender a nadie. Pasaron años para que me recuperara y, cuando volví, todos decían lo mismo Amaru murió, usted es una farsante. Ya no me necesitaban, habían aprendido a defenderse, conocían otras formas de hacer justicia y, bueno, ya no era la jovencita de antes. -Entonces, ¿si eres mortal? -preguntó Alberto. -Siempre lo he sido, pero ustedes nunca se dan cuenta de nada -expresó Amaru mirando a todas las personas mayores en la sala. -Bueno, eso no importa ya, ahora déjanos ayudarte como lo hiciste tú -dijo Elisa. -¡Claro! eso me encantaría mucho -respondió Amaru con una sonrisa. En efecto, el aspecto de Amaru había cambiado, su piel se había arrugado, sus cabellos ondulados ahora eran grises y sus pasos más cortos, pero ella seguía disfrutando de la vida, peinándose con listones de varios colores y llevando a todos lados su bastón de madera. Ella era una mujer mayor muy habladora, pensativa, pero sobre todo, orgullosa de lo hizo en el pasado. En el transcurso de las semanas, ella se unió a la dinámica de la casa, jugaba con sus compañeros al dominó y, de vez en cuando, Gabriel o Beto volvían a preguntarle sobre sus historias del pasado. Además, Elisa se volvió una amiga cercana. Un día Amaru Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 18 Cuento le confesó un secreto, sus poderes habían acabado con parte de ella, pues otro motivo para no volver es que a veces se confundía, olvidaba nombres o se desorientaba. Esta condición se hizo cada día más presente, pues, cuando Gabriel le volvía a preguntar sobre algo que le habían contado tiempo atrás, Amaru se quedaba sin palabras. Una tarde Elisa, junto con otras mujeres mayores que habían notado la enfermedad de Amaru, decidieron hacer algo por ella. -Tenemos que hacer algo, ella dio toda su vida por nosotros, es hora de devolver un poco de ello -expresó una mujer mayor sentada en el comedor. -Pero ¿qué podemos hacer? -preguntó Beto. -Somos mayores, pero no significa que no podamos cuidar de ella y darle todo lo que tenemos, nuestros recuerdos sobre su historia -comentó Elisa. -Sé que tenemos miedo, pero Amaru fue un ejemplo a seguir, y por eso la debemos apoyar y luchar a su lado contra el olvido -dijo Gabriel mientras tomaba la mano de su esposa Elisa. -Estamos de acuerdo -dijeron varias personas mayores. Así, los residentes de la casa se organizaron para acompañarla durante todo el día, Elisa creó una actividad donde todos compartieran una historia de su amiga y heroína, y, aunque a veces ella no recordaba nada de eso, Elisa trataba de que ella supiera dónde estaba y quién era ella. Había días buenos y malos, por momentos, Amaru recordaba su vida mirando sus fotografías, pero en otros, ella olvidaba su nombre y sólo se contentaba con lo que todos decían. En su habitación, ella tenía una foto de su juventud que Beto le había regalado, era su mayor tesoro, pues, al verla, ella siempre sonreía. -Tiene una sonrisa preciosa -decía Amaru. -Pues claro, si eres tú, ¿apoco no te pareces? -dijo Beto. Sonriendo, Amaru la veía, mientras Beto sacaba una caja donde había más fotos. -A ver, dime ¿quiénes son ellos? – le dijo Beto mientras mostraba la foto a Amaru. -Pues… son… espera, sí los recuerdo... era una comunidad de la montaña. Ellos me dieron una casita para quedarme ¡uf! Aprendí mucho de ellos, pero ya no me acuerdo sus nombres -respondió Amaru. Mirando la foto fijamente, Beto comentó - ¡Oye! Ese es tu bastón -señalándole en la foto. -Sí, ¿verdad? Mira qué curioso -dijo Amaru -Veamos otra foto ¿quién es ella? -dijo Beto. -Mmm… ¡Oh, espera! sí sé quién es… es la abuela Cami -dijo Amaru. -¡Ah, sí! ¿Quién es la abuela Cami? -preguntó Beto. -Una amiga increíble, ella me mostró que la vida es bella mientras uno no dejé de reír. Ella tenía una forma hermosa de envejecer, siempre riendo de la vida y siendo un ejemplo para todos -dijo Amaru. -¡Vaya! Ojalá la hubiese conocido -dijo Beto. -Riéndose, Amaru le dijo –Es cierto, la risa es la mejor medicina. Paso el tiempo y la casa se volvió el hogar de Amaru, su actividad favorita era las visitas dominicales de la escuela local, pues los niños hacían que todos se sintieran felices, con actividades que iban desde pintar hasta los juegos de mesa como la lotería, donde Amaru ganaba dulces y una que otra bufanda. A todo esto, Gabriel comenzó a tener fuertes dolores en el cuerpo que le impedían salir de la cama. Elisa se preocupaba mucho, pero él era testarudo, pues se negaba a ir a ver al médico, por lo que su condición empeoró en poco tiempo y ella comenzó a temer preguntándose qué pasaría si Gabriel se fuera. -Tu y yo hemos vivido mucho, cariño, no tengas miedo, voy a estar bien -dijo Gabriel sentado en la cama, mientras Elisa lo tomaba de la mano. -No estoy lista para esto, no sabría que hacer -dijo Elisa mientras las lágrimas salían de sus ojos. -¿Recuerdas a nuestro pequeño, Esteban? Él Cincopatios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 19 Cuento se fue más joven que nosotros y te repusiste, así que lo volverás a hacer -dijo Gabriel mientras Elisa lo abrazaba muy fuerte. Durante unos segundos de silencio, Elisa y Gabriel se abrazaron, y él comenzó a cantarle su canción favorita -Bésame, bésame mucho… como si fuera esta noche la última vez… bésame, bésame mucho… que tengo miedo a tenerte y perderte después… Con lágrimas, ambos se despidieron. Al día siguiente, él no volvió a despertar esa mañana. Mientras el tiempo transcurría, en la casa se extrañaba la presencia de Gabriel, y Elisa no parecía ser la misma, sufría mucho por su ausencia. Así que Amaru sentada en un sofá junto a la cama de su amiga, se quedó a su lado, escuchando sus silencios y momentos de tristeza, recordando a su esposo y lo mucho que lo amo. -No sé qué decirte, Amaru -dijo Elisa. -Pues no tienes que decir nada, estás sufriendo y eso es parte de la vida, uno debe aprender a lidiar con la muerte -respondió Amaru. Suspirando, Elisa la miraba y le preguntó -¿Qué debo hacer ahora? Amaru se quedó pensativa un tiempo y le respondió -Uno nunca sabe cómo responder a esto, pero créeme, la muerte no es tan mala como crees, ahora Gabriel es libre y debes de dejar de lamentarte por eso, tú estás aquí, debes continuar hasta tu último aliento. Siempre tan reflexiva -comentó Elisa. Y dándole un abrazo, Amaru respondió -No te castigues por esto, si algo sé es que la vida tiene muchos sentidos, pero el mejor de todos es aprender de nuestras experiencias. Durante ese momento profundo, Elisa se levantó una vez más con el apoyo de todos sus amigos que vivían en la casa. Su vida tenía un nuevo sentido, aprender de sus emociones y seguir adelante hasta el momento en que pudiera volver a ver a su amado Gabriel junto con su hijo Esteban. Una tarde, varias mujeres mayores se reunieron para su actividad favorita, el bordado. Amaru acompañaba a sus amigas, pero su condición le impedía tejer, así que, con ayuda de una de sus compañeras, ella hizo un bonito bordado con flores de varios colores. -Mira qué bonito te ha quedado -dijo una mujer mayor. -Y eso que me tiemblan las manos -respondió Amaru mientras miraba su bordado. -¡Pero si están bien bonitas tus flores” -le comentó otra mujer mayor. Durante esta época, comenzaron las lluvias, y Amaru se puso más pensativa, en su habitación miraba su bordado y, tomando una pluma, comenzó a escribir en una hoja de papel… Al día siguiente, ella despertó temprano y salió a caminar, para cuando todos se dieron cuenta, se había ido. Pasaron las horas y ella nunca regresó. Algunos residentes dicen que se perdió, otros que murió, pero en realidad, no sé sabe mucho sobre el día que nuestra heroína fue libre. En la habitación de su amiga, Elisa encontró una caja que tenía adentro el bordado junto con una carta. El bordado ya no tenía flores de colores, sino que se habían convertido en estrellas, y una de ellas llevaba el nombre de Amaru. La nota decía: Mi nombre es Amaru, por años cuidé de mi gente, ellos me llamaban “la defensora de los pueblos”. Ahora que soy mayor entiendo que envejecer es un regalo de la vida, desde nuestros primeros pasos recorridos hasta nuestro presente. A veces la vida trae momentos dolorosos como la pérdida de seres amados, pero lo importante es saber que ellos nunca se irán, pues forman parte de nuestra memoria. Si un día piensas en mí, búscame en la noche y mira al cielo, porque yo seré una estrella más en el firmamento. -Los quiere a todos, Amaru. Después de leer la carta, Elisa salió de la casa y, mirando hacia las estrellas, se preguntaba ¿cuál de todas serás tú? Esta vez no lloraba, sino que sonreía, pues su amiga siempre estaría en sus recuerdos. Ensayo Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 21 Ensayo En el presente ensayo sobre la novela Hambre, del escritor noruego Knut Hamsun, se indaga la mente del personaje principal para llegar a un entendimiento de ser escritor y de esta manera simbolizar la hambruna como consecuencia de un personaje con deseos insaciables de escribir, de lenguaje. A lo largo del libro, el protagonista se muestra antipático, contradictorio y perdido en una lucha constante entre la necesidad de escribir y la necesidad de comer. Tal y como lo expresa el epígrafe de Pessoa, el personaje principal de esta obra es un fingidor, un escritor que tras sumergirse a una vida cíclica de sufrimientos llega a distorsionar la realidad y se crea una historia donde el dolor es componente principal de su narrativa. En la actualidad, el desconocimiento hacía la literatura de Hamsun a comparación de otros autores que exploraron el mismo realismo cruel como Kafka, ha generado en mí el intento de crear dos mundos paralelos en donde el primero está el autor y en el segundo están sus obras, esto debido a que Hamsun demostró tener una filiación con el partido nazi, provocando que su propia nación se sintiera traicionada, por consiguiente, rechazara la narrativa de Hamsun quien murió en un manicomio en 1925, tan solo cinco años después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1920. La historia se sitúa en la ciudad de Cristianía, actualmente Oslo, una urbe donde el personaje principal vive en la pobreza y todos sus objetos atesorados han terminado en la casa de préstamos para sobrevivir al menos por una semana más. Él está hambriento y es Isabel Abril Padilla Meléndez Lingüística y literatura hispánica El hambre como consecuencia El poeta es un fingidor. Finge tan completamente Que hasta finge que es dolor El dolor que verdaderamente siente. Fernando Pessoa de un escritor insaciable Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 22 Ensayo confundido por vagabundo al caminar por las calles y parques de su agrado; la escritura es su único seguro de vida. Soledad Todo artista es un ser observador. Tal característica arrebata la dicha de la compañía, debido a que en el acto de creación solo existe la relación artista-obra. Esta situación es descrita por el pintor mexicano, Rafael Coronel: “hay algunos pintores que nos gusta pintar solos y cuando estamos solos estamos en la gloria (…) cuando uno pinta se olvida todo lo que pasa alrededor incluyendo la pintura y te olvidas de pintar, es un movimiento intuitivo” (Rocha, 1993). Como creador, el protagonista se ha distanciado del contacto humano provocando que la novela se distinga por no tener personajes secundarios, sólo personajes que llegan a intervenir de manera fugaz y se van de la misma forma, sólo nombres. Además de que el protagonista siempre entabla diálogos consigo mismo, siendo prueba del encierro mental que tiene por sobre lo demás. Esta soledad ha sido provocada por él mismo, quien actúa inusualmente según sus emociones. Al vivir pensando en lo que escribirá después, se ve inmerso en una angustia interminable que se refleja en su personalidad y en su cuerpo, como lo describe Wellershoff (2001): “mientras tanto se ha colocado barreras invisibles que le mantienen cercado dentro de un aislamiento que ya no comprende como natural” (p. XIII). Cuando el personaje principal llega a tener contacto con otros personajes, su comportamiento nunca es predecible; mostrándose educado y orgulloso al realizar actos de buena fe por otros hasta tener respuestas ofensivas o ser extrovertido, es decir, su conducta no muestra ningún justo medio. Estas interacciones serán, finalmente, una mera distracción o una fuente de inspiración para la escritura de un próximo artículo. Desconocimiento El uso del recurso literario “dato escondido” dirige la atención de los lectores a datos que comúnmente son otorgados sin ruego en otras novelas, tales como el nombre del protagonista. Llega a ser admirable cómo Knut Hamsun pudo crear un ser sin denominación, es como buscar describir una cosa careciendo de su imagen,el lugar de origen y su edad: un completo desconocido para el lector. Sin embargo, esta falta de información recae en algo más profundo, en una distorsión de la verdad del protagonista al verse inmerso en una historia hecha por él mismo, donde la naturalidad de sus mentiras y el constante cambio entre el mundo literario y el mundo real le ha provocado creer que vive en una historia sin inicio ni fin. Por esta razón, hay eventos fuera de la lógica de la trama, como la mujer de negro que veía al anochecer debajo de una lámpara fuera de su habitación o esa constante tendencia a inventar nombres como Kjaerulf o Andrés Tangen, imaginar a las personas como personajes de una historia como la princesa Ylajali e inventar neologismos como “Bardú”, actitud que, según Aguilera (2016) se asemeja a la inclinación de Shakespeare de inventar palabras que ahora son parte del vocabulario inglés. Hambruna Es claro que, con el paso de los capítulos, pareciera que el propósito del libro es relatar la vida de un hombre hambriento, sin embargo, cabe resaltar que nunca se le muestra en el acto de comer, pareciera que es algo notorio, sin necesidad de aclarar o irrelevante. En cambio, el clímax de la trama se centra en el trance del acto de creación, en la descripción de su búsqueda de la perfección escrita, pareciendo que la escritura no es su medio de supervivencia, sino el fin donde su vida toma vigor: “Todos los días trabajaba mucho, dándome apenas tiempo de tomar mi alimento antes de ponerme a escribir” (Hamsun, 1990, p. 109). A lo largo de la historia se distingue que el personaje se propone escritos que conllevan una exigencia intelectual, como la redacción de tres partes sobre el conocimiento filosófico donde abordaría las ideas kantianas, artículos de más de 15 páginas o tratar temas políticos con el fin de ser publicados en el periódico. El acabar un escrito le concebía confianza, la cual iba perdiendo ante la idea de que sus textos no fueran de calidad, así provocándole una insatisfacción que trasciende a la necesidad de comer, verbigracia, tras rechazar uno de los artículos, el jefe del periódico “El Comendador” le ofrece un anticipo que el protagonista no acepta diciendo “no volveré a verle hasta llevarle un trabajo del que yo estuviera plenamente satisfecho (…) y le hiciera pagarme diez coronas sin vacilar un momento” (op cit. p. 110). Este desprendimiento de mente y cuerpo fue experimentado por el mismo Knut Hamsun, el cual, según el encargado de folletines del periódico Politiken de Copenhague donde se recibió por primera vez el manuscrito de la novela Hambre, Edward Brandes, usó el adjetivo andrajoso para describir la vestidura como el rostro de Hamsun (Wellershoff, 2001, p. X), siendo evidencia de que el autor no puede evitar meterse en el mundo que está creando, reproducir lo que ocurre en su obra. Pobreza La ambientación del libro nos transporta a una atmósfera gris, donde la población rechaza constantemente al protagonista y él se desquita consigo mismo. Es un personaje con un instinto autodestructivo que, a pesar de sufrir las consecuencias de una desnutrición, la escritura lo ha llevado a despertarse a medianoche, perdiendo el sueño, o a escribir con trapos para cubrir las heridas de sus manos huesudas. No se sabe cuándo y porqué la pobreza tocó a su puerta. Sin embargo, la situación ha llegado a exigirle la búsqueda de nuevos trabajos como de bombero o acomodador de libros, mas la escritura es lo único que lo ha hecho mantenerse con una alegría significante. Esta es la razón por la que el lápiz llega a constituir un recurso importante para él, el trozo de madera con grafito simboliza la escritura: “este trozo de lápiz es, sencillamente, el que me ha hecho lo que soy en el mundo; el que, por así decirlo, me ha situado en la vida…” (Hamsun, 1990, p. 18). A partir de lo anteriormente expuesto, se concluye que todo escritor nunca llega a tener una total plenitud, una conformidad del estilo o de los personajes, pareciera que los escritores no tienen el derecho a ese gozo. El personaje podría cambiar su situación, podría alimentar su cuerpo, pero no es comida lo que necesita, busca plenitud, lo cual nunca obtendrá al seguir escribiendo artículos que lo enloquecen o que le otorgan una alegría fugaz hasta enfrentarse al hecho de que aquello que escribe nunca lo volverá conocido, amado o le dirá qué dirección tomar en la vida. Por eso la última parte es significativa, se le nota una transformación dada por la decisión de abandonar la ciudad y con ésta la escritura, se ha rendido en su incesante lucha por escribir obras que le den un reconocimiento o que, simplemente, lo introduzcan al mundo, decidió salir de esa historia que creó para darle sentido a su existencia donde el tener hambre era sólo el centro de su trama. Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 23 Ensayo Bibliografía ը Aguilera, Lidia. ¿Inventó Shakespeare tantas palabras y frases como se afirma? Actualidad Literatura. 2016. Electrónico consultado el 20 de noviembre del 2018. https://www.actualidadliteratura.com/invento-shakespeare-tantas-palabras-dicen/ ը Hamsun, Knut. Hambre. Ciudad de México, México: Factoría Ediciones. 2001. Impreso ը León, Gonzalo. Knut Hamsun, el gran autor que cayó en el olvido por su filiación nazi. Infobae. 2019. Electrónico consultado el 12 de junio del 2019. https://www. infobae.com/america/cultura-america/2019/06/05/knut-hamsun-el-gran-autor- que-cayo-en-el-olvido-por-su-filiacion-nazi/ ը Rocha, Ricardo. Rafael Coronel, un recuerdo. Youtube. 21 de mayo del 2019. Web. 12 de junio del 2019. ը Wellershoff, Dieter. El misterio de los nervios. Prólogo de Hambre. México: Ediciones Factoría. 2001. Impreso. https://www.actualidadliteratura.com/invento-shakespeare-tantas-palabras-dicen/ https://www.actualidadliteratura.com/invento-shakespeare-tantas-palabras-dicen/ https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/06/05/knut-hamsun-el-gran-autor-que-cayo-en-el-olvido-por-su-filiacion-nazi/ https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/06/05/knut-hamsun-el-gran-autor-que-cayo-en-el-olvido-por-su-filiacion-nazi/ https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/06/05/knut-hamsun-el-gran-autor-que-cayo-en-el-olvido-por-su-filiacion-nazi/ Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 24 Ensayo Este escrito busca acercarse a una concepción artística del videojuego, esto a través de la pregunta: ¿qué propone el videojuego?, cuya respuesta se pretende resolver analizando al videojuego en sus partes, como de manera específica, analizando dos videojuegos particulares y el cómo estos transmiten sus intenciones al público por medio de un lenguaje propio. Primera PARTE Estamos, según Arthur Danto, en la era del arte post-histórico, donde el arte ha llegado a su fin, es decir, donde todos los relatos que legitimaban el arte han finalizado gracias a la pluralidad de formas por las cuales este se expresa. Habiendo esta pluralidad, resulta imposible encasillar de manera unidimensional al arte, pues no existe criterio a priori alguno para decir qué puede o qué no puede ser considerado arte. Es en esta era, y sólo en esta era, donde podemos decir que cualquier cosa puede ser considerada como arte. Decir entonces que el fin del arte ha llegado, trae consigo muchas implicaciones, por ejemplo, que “Ningún arte está ya enfrentado históricamente contra ningún otro tipo de arte. Ningún arte es más verdadero que otro, ni más falso históricamente que otro” (Danto, p. 50). Según el autor, debemos no ya pensar que el arte tiene un único camino a seguir, sino que posee una pluralidad de caminos que no llevan necesariamente a algún lado concreto, caminos por los cuales deambular libremente, “El arte puede ser lo que quieran los artistas Jorge Eduardo Domínguez Alonso Filosofía Acercamientos al videojuego como obra artística Cinco patiosRevista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 25 Ensayo y los patrocinadores”(Danto, p. 58). He de aclarar que si bien esto significa que ningún arte lo es menos por ser de determinado estilo o manifiesto, pues todos los estilos, o caminos, tienen igual mérito, esto no significa que todo el arte que se haga sea igualmente bueno, más bien, significa que una obra de arte puede ser buena o mala, independientemente del manifiesto o estilo al que refiera. Para propósitos del texto, presentaremos al videojuego como un camino más en la multiplicidad ya existente de estilos y manifiestos que se desprenden del arte, debido a las intenciones artísticas de las obras así como su gran contenido y facilidad para transmitir sensaciones por medio de su propio lenguaje, el cual veremos más adelante. Segunda PARTE El videojuego, por su parte, es comúnmente identificado como un medio de entretenimiento más, no muy diferente a los juegos de mesa, y quizá fuese cierto en sus primeros momentos, donde efectivamente el sentido de las mismas obras era enteramente lúdico y recreativo. Sin embargo, pareciera erróneo comparar actualmente a todos los videojuegos como simples medios de entretenimiento, pues se han desarrollado y madurado. Las intenciones de un videojuego contemporáneo no son las mismas que las de hace veinte o treinta años, muchos desarrolladores, principalmente independientes, han experimentado con este formato para dar origen a obras de gran valor estético, obras que no solo brillan en apartados visuales y sonoros, sino que destacan especialmente de otras artes tradicionales por su mayor propuesta estética: la interacción. La interacción es la característica esencial del videojuego, es aquello que lo diferencia de otras artes tradicionales como la pintura o la música, bellas artes cuya separación entre obra y espectador es claramente marcada, pues en ambos casos el espectador no afecta de ninguna manera a la obra ya existente y terminada, caso contrario el videojuego depende de un alguien que interactúe con la obra, la línea entre la obra y ese alguien es, entonces, borrosa. En este sentido el videojuego es más cercano al performance que al cine, por poner un ejemplo, pues tanto en el performance como en el videojuego se requiere la presencia de un público que se haga parte de la obra, aunque claro, también hay diferencias, por ejemplo, que en el performance exista un cierto factor de improvisación y libertad, cuando al contrario el videojuego es un sistema cerrado con ciertas reglas y restricciones que pueden ser tanto por limitaciones de hardware como de manera intencional por el desarrollador. Siguiendo con la interacción, esta puede transmitir ciertas sensaciones de una manera mucho más directa, pues lo que acontece en la obra, finalmente, le acontece al espectador. Son diferentes, por ejemplo, las sensaciones que resultan de ver una pintura donde se representa un prado a explorarlo libremente a través del videojuego. Las sensaciones se transmiten de manera más directa cuando las experimentas en persona y tienes cierto control de lo que pasa en la narrativa. En una obra de teatro, por poner otro ejemplo, la narrativa se desarrollará siempre de la misma manera, independientemente de si lo queremos así o no, mientras que en el videojuego, al ser una obra que depende de la interacción y, por lo tanto, de las acciones del público, la narrativa siempre se desenvolverá de manera diferente, ningún instante es exactamente igual, aún si se volviera a reproducir la obra una y otra vez, y es esta característica la que considero es la mayor virtud del videojuego, pues permite extraer de él casi infinitas interpretaciones diferentes de una misma obra. Tercera PARTE Me parece pertinente hacer algunas aclaraciones antes de continuar, pues no todo videojuego puede ser considerado arte. Tal como se dijo anteriormente, el origen de este formato nació del entretenimiento, cosa que muchas obras aún conservan y de manera muy arraigada, tanto así que la única intención de estas producciones es la de servir como medio de ocio, estas obras que en efecto tienen más en común con un partido de fútbol o con un juego de mesa son imposibles de nombrarse arte debido a su clara intencionalidad lúdica y al no utilizar el lenguaje interactivo con fines artísticos. Sin embargo, esto no significa que no contengan cierto valor estético, principalmente en los aspectos visuales y sonoros. Así mismo, existen aquellas obras con más de una intencionalidad, es decir, la artística y la lúdica. Estas son fácilmente comparables a ciertas obras cinematográficas que pretenden entretener al público a la par que se desenvuelven de manera artística, sin embargo, muchos videojuegos separan, en mayor o menor medida, su apartado lúdico y artístico en dos, lo que facilita la comprensión de la obra como pieza de arte. Retomando, podemos identificar al videojuego en tres categorías, a saber, aquellas obras cuya intencionalidad es meramente artística, más cercanas al performance en cuanto lenguaje; aquellas cuya finalidad es enteramente lúdica, más cercanas al deporte o a los juegos de mesa; y, finalmente, aquellas cuya finalidad es mixta, que sirven como medio de entretenimiento pero cuyo uso del lenguaje interactivo con fines artísticos posibilita que se les considere arte. Cuarta PARTE Con la intención de no dejar todo en una generalidad, a continuación expondré, de manera breve, dos producciones. La primera de ellas: That Dragon, Cancer, basada en una historia real, representa al videojuego en su faceta más cruda. En este trabajo de Ryan Green y Amy Green, se narran las experiencias de un padre que sobrelleva el cáncer de su hijo de seis años, transmite a la perfección la sensación de miedo e impotencia que surgen en tal situación. En el clímax de la narración, por ejemplo, el niño se encuentra llorando, moribundo en una cama de hospital. Nosotros, como espectadores, no podemos hacer nada para callar su llanto, solo podemos acompañarlo hasta su pronta muerte. Esa sensación específica de impotencia es especialmente fuerte en el videojuego, pues nos ponemos en los zapatos del padre que nada pudo hacer para salvar a su hijo. Sensación la cual no podría ser tan directa en una pintura o en una cinta cinematográfica, donde si bien podemos empatizar con el padre, no sentimos de primera mano el ver y escuchar al moribundo infante hasta su deceso sin nosotros poder hacer nada más que acompañarlo, tal como el padre en su momento hizo. La interacción en esta obra juega un papel fundamental, pues es por este medio por el cual se transmiten las sensaciones más fuertes, esa sensación de impotencia no es alcanzable sin antes tener una falsa sensación de control, que de pronto es arrebatada. El segundo proyecto lleva por nombre, but that was [yesterday] una obra corta pero muy intensa de Michael Molinari. En ella personificamos a un hombre que se ve incapaz de seguir adelante, resultado de la pérdida de un amigo y el abandono de su pareja. Sin embargo, aprendemos, a través de recuerdos, que las cosas que ellos le enseñaron al protagonista son precisamente las cosas que Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 26 Ensayo necesita para seguir adelante. Hay un muro, de manera metafórica, cuyo propósito es no dejar pasar al protagonista y, por extensión, a nosotros. Este muro es imposible de atravesar, sin embargo, cada vez que le damos la espalda este retrocederá, permitiéndonos el paso. Cada que avanzamos surge un recuerdo diferente, donde se nos enseña tanto los momentos de cariño entre el protagonista, su amigo y su novia, como las maneras por las cuales saltearemos los obstáculos en el camino, cada vez iremos más rápido, apareciendo brevemente, cual fantasmas, el amigo al saltar, y la novia al columpiarse, acciones ambas necesarias para poder avanzar. Finalmente,la barrera se va permanentemente, un perro, compañero fiel del protagonista lo acompaña hasta salir de la toma, donde el protagonista, y quizá nosotros también, escapa de esas trabas que lo mantenían inmóvil. Es un videojuego muy metafórico, que representa el cómo para poder seguir avanzando hay que tomar distancia de los problemas, alejarse y pensar en el qué hacemos aquí y por qué hemos llegado a donde estamos, en el cómo las personas que queremos nos afectan para siempre incluso cuando ya no se encuentren con nosotros, sobre la huella que dejan otros sobre nosotros y cómo esta nos marca. Todo esto es especialmente poderoso utilizando el lenguaje interactivo, pues somos nosotros los que avanzamos con el protagonista, los que aprendemos y practicamos las acciones, somos nosotros como espectadores los que dan cada paso para afrontar los problemas del protagonista y permitirle nuevamente avanzar. Conclusión Finalmente, el videojuego en cuanto que representa un estilo más en la pluralidad que es el arte, resulta especialmente valioso en cuanto su propuesta más virtuosa: la exploración del lenguaje interactivo y de lo que de él se desprende, teniendo diferencias claras que lo separan de otras artes y lo vuelve algo único. Es todo un estilo que, además, se comunica en lenguaje que le es propio y logra transmitir de manera eficaz las intenciones que el artista busca comunicar. Es un estilo que, además, es reciente y está lleno de posibilidades, es aún terreno virgen por el cual experimentar con sentimientos y emociones que, aunque ya hayan sido tratadas en otros estilos, toman un nuevo aire al ser expuestos bajo otro filtro, bajo otra mirada renovadora. Referencia Y BIBLIOGRAFÍA: ը Danto, A. (1997) Despúes del fin del arte. Barcelona: Paidos. Print. ը Baldeón, L. (2014) Espacio de arte interactivo digital. Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador. ը Giannetti, C. (2002). ESTÉTICA DIGITAL Sintopía del arte, la ciencia y la tecnología. Barcelona : L’Angelot. Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 27 Ensayo Dentro de la tradición literaria, el amor, el deseo y la añoranza del ser amado son temas muy recurrentes, que han sido planteados desde los versos de Dante hacia su adorada Beatriz, hasta nuestros días, con los tristes versos de Neruda; sin embargo, Abigael Bohórquez, poeta mexicano nacido en Sonora, decidió ir contracorriente, creando una poesía que se negaba a seguir los cánones de un México en el que se buscaba plasmar la imagen ideal del hombre viril para el progreso y el bienestar de la patria. A pesar de que el autor en vida no contó con el reconocimiento público que su obra merece, lo cierto es que se trata de una de las voces más poderosas dentro de la poesía mexicana del último siglo, que sin temor a las fuertes críticas que en aquella época se hacían hacia cualquier manifestación de homosexualidad, escribió con la libertad que sus pensamientos y su pluma le permitían, permaneciendo, de esa forma, inmortal, vigente e inolvidable hasta nuestros días. En su obra poética, el escritor sonorense exalta y magnifica un deseo prohibido, con poderosas imágenes homoeróticas que demuestran la otra cara de un placer oculto, invisibilizado y estigmatizado por la sociedad. En Los dulces nombres I1, poema que vio la luz en el año de 1985, Bohórquez nos brinda varios elementos para poder constatar este interés que tiene por plasmar sin tapujos las pasiones humanas sentidas a flor de piel y expresadas en todo su esplendor. Uno de los elementos que más sobresalen en el poema, es el poderoso deseo que el autor manifiesta por la juventud, la vitalidad, la plenitud de la vida en su más espléndida etapa, pues, siguiendo a Greimas (1917-1992) y el concepto de las isotopías, en el que se ponen de manifiesto la relevancia de los campos semánticos en los discursos narrativos y poéticos, la aparición constante de palabras con una carga semántica similar me han permitido observar la recurrencia de la idea de la juventud y la pureza en la obra. Para sostenerlo, en el segundo 1 El poema se presenta al final del presente ensayo. Cesar David Álvarez Ledo Lingüística y literatura hispánica Los dulces nombres I Análisis de un poema de Abigael Bohórquez Cinco patios Revista estudiantil de la FFyL–BUAP Otoño 2021 28 Ensayo verso se nos brinda la palabra “mocedades”, que refiere al periodo de la vida comprendido entre la infancia y la madurez, poniendo de manifiesto la presencia de una energía desbordante en el individuo; seguido a ello, tenemos la palabra “feraz”, cuyo significado se remonta a la abundancia, la fertilidad; después, en el décimo noveno verso nos encontramos con una palabra fundamental, que es “doncel” y que alude a la condición de virginidad en un hombre, exaltando con esto la castidad, la pureza; en un aspecto más corpóreo, en el verso veintisiete, como única conformante del mismo, tenemos la sentencia que dirige a su amante, “Oh, Mórbido.” en la que se destacan, por una parte, su significado, que refiere a algo blando, suave y delicado, y por otra, la morfología del adjetivo, que comienza con mayúscula sin haber antes un punto y seguido, mostrando de esta forma que se trata de una palabra mayor, con gran peso en el poema; y no satisfecho con todas estas palabras, Bohórquez ahonda más en el estado de pureza, añadiendo entre sus versos “niño de la siesta” y “tierno”. De este modo, la isotopía en el poema es clara: se exalta la dulzura de la juventud, de la vitalidad y de la pureza. Por otra parte, el estado líquido también tiene una presencia considerable entre los versos de este poema; son múltiples las palabras que aparecen y que poseen una relación, tan directa como indirecta, con lo líquido, como huracánido, diluvial, o marea; sin embargo, entre todas ellas, hay una palabra que sobresale más que cualquier otra, ya que aparece seis veces dentro del poema: mar. Para el análisis del papel de esta palabra en el poema, he recurrido a Yuri Lotman (1922-1993), y su teoría semiótica, en la que se estudia al signo de acuerdo con la función estética que cumple dentro del texto, y junto a ella, su posible significado. Podemos definir a la palabra “mar” como una inmensa masa de agua salada que cubre gran parte del planeta y que es hogar de innumerables especies que habitan en él; con la definición anterior se puede comenzar a asociar el significado cotidiano que tiene, con el que se le otorga en el poema. Por el tono erótico, gran parte de los versos vienen cargados con un sentido sexual, que influye desde luego en el sentido connotativo de la palabra. La primera vez que aparece la palabra, se habla de la falta de la misma, de “sus cómplices azogues”, que no son sino barcos en los que se transporta el mercurio, y que pueden fungir en este discurso poético como los espermatozoides que fluyen en este líquido vital representado por el mar; se prosigue con frases sugerentes: “sus empujes vitales”, haciendo alusión a la cópula, “bramal y salitrado”, hablando sobre el periodo de apareamiento de los animales y sobre una consistencia salina respectivamente, y “entrambaspiernas”, refiriéndose al lugar de procedencia, a la fuente de donde emana dicho mar; todo lo anterior apuntando a una sola dirección significativa: el semen es representado por ese vasto océano, por este mar. Otro elemento sobresaliente es la separación de cada una de las estrofas, que obedece a los momentos del encuentro sexual, dándole así también cierta carga significativa a la propia sintaxis. Una sintaxis rítmica. En la primera estrofa se habla del comienzo tímido, preámbulo de la intimidad, y que a medida que avanza se pierde poco a poco la vergüenza, hasta encontrarse ambos sin ningún atisbo de pena; en un segundo momento, siendo la estrofa más corta, se habla del momento cumbre, de la llegada del orgasmo y la eyaculación, representado
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