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1 Breaking Bad (Primera parte) Francisco Mendoza Breaking Bad es una serie de televisión promovida por Netflix, que se estrenó en 2008. La producción es de Sony Pictures Television. El nombre significada algo así como “portándose mal”. La serie ha sido considerada como la mejor de todos los tiempos. En septiembre de 2013 se incorporó al Libro Guinness de los récords como la serie mejor valorada de la historia, con una puntuación de 99 sobre 100. Narra la historia de Walter White (Bryan Cranston), un modesto profesor de química con problemas económicos a quien le diagnostican un cáncer de pulmón inoperable. Para pagar su tratamiento y asegurar el futuro económico de su familia, comienza a cocinar y vender metanfetamina, junto con Jesse Pinkman (Aaron Paul), un antiguo alumno suyo. La serie, ambientada y producida en Albuquerque (Nuevo México), se caracteriza por sus escenarios desérticos y por la tendencia en la historia de poner a sus personajes en situaciones que aparentemente no tienen salida, lo que llevó a que su creador la describa como un wéstern contemporáneo (Vid. Paula Brown, Studies in Popular Culture, Vol. 40, No. 1 (FALL 2017), pp. 78-101). 2 Hasta donde llega nuestra información, es la primera vez que un “looser” (perdedor) se convierte en un héroe de televisión. Según Stephen King, “Breaking Bad es el mejor drama de la televisión en Estados Unidos de todos los tiempos. (Es) una epopeya sobre el corazón humano, digna de Dostoievski (Vid. PodCast: Gran Angular—‘El legado de Breaking Bad’--- -Oct. 15, 2019). El novelista estadounidense a todas luces exagera al evocar la figura de Dostoievski, pero no deja de tener razón al aseverar que la serie mencionada es “una epopeya del corazón humano”. En cuanto al aserto de que es la mejor serie de televisión en Estados Unidos carecemos de elementos para opinar al respecto, ya que no somos expertos en ese terreno. Pero de lo que sí estamos convencidos es que se trata de una serie fascinante, extraordinaria, que rompe con los cánones que suelen predominar en el género. . Desconocemos la trayectoria profesional de Vince Gilligan, el autor, productor y director de la serie, pero lo que sí parece evidente es que no nos encontramos ante un individuo solamente familiarizado con el mundo de la televisión : todo parece indicar que es alguien que tiene una sólida formación literaria y/o artística. Espero no exagerar pero hay momentos y situaciones que nos hacen evocar El Corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. ¿Recuerdan la exclamación de Kurt, el principal personaje de la novela, una vez que se percata del infierno a que ha sido arrojado? El horror, el horror. Pero Walt no descubre el horror e la jungla, en las profundidades de la selva (del Congo Belga), sino en los laberintos y callejones del mundo del crimen y la droga en los bajos fondos de la urbe. Y, desde luego, en el pasaje agreste de Albuquerque, Texas, con sus montañas y parajes agrestes, semidesérticos. 3 II Walt no es un héroe ni un antihéroe, sino, como señala acertadamente Stephen King, “es un estadounidense común y corriente, que vive en permanente estado de alerta” (Entertaiment Weekly, 11 octubre de 2019). Es un típico looser (perdedor) ---como dicen los americanos—cuya vida transcurre entre la monotonía y la intensa lucha por ganarse la vida a que se ven obligados la mayoría de los estadounidenses. Antes de que se le informe del mal que padece, se limita a ejercer la docencia en una high school, y a trabajar –para complementar sus exiguos ingresos—en un negocio de lavado de autos. A través de Walt, desgarra los entretelones de la (aparente) prosperidad económica de los Estados Unidos, permitiéndonos vislumbrar la devastadora soledad que impera en personas de esa clase, que viven sempiternamente en la zozobra de perder el empleo o de ser arrojados sin piedad a la calle (como los llamados homeless, que se multiplicaron en los Estados Unidos a raíz de la crisis de 2008). No deja de llamar poderosamente la atención que Vince Gilligan, sin proponerse en ningún momento cuestionar la deshumanización de la sociedad norteamericana, logre sin embargo diseccionarla de manera despiadada, revelándonos la “jaula de hierro” del american Way of life. Tal vez ahí se encuentre la clave de la originalidad de Breaking Bad . Al principio de la serie uno está tentado a creer que su atractivo radica en la posibilidad de que Walt se convierta de repente de un héroe que logra remontar la adversidad, a semejanza del personaje de Los Perros de Paja (Straw dogs) de Sam Peckinpah. ¿ La recuerdan? En ambos filmes (en la serie y en la película) vemos cómo unos hombres de ciencia se convierten, no propiamente hablando en asesinos, sino en individuos que no tienen otra opción que recurrir a la violencia para 4 sobrevivir a las circunstancias opresivas que los envuelven. En Los perros de Paja (protagonizado por Dustin Hoffman) un joven científico se las ingenia para acabar con los tipos que violaron a su esposa, y que se burlan inmisericordemente de su ingenuidad. Ante su falta de experiencia en el manejo de las armas, se ve ante la necesidad de idear --valiéndose de su dominio de la química--- artefactos ingeniosos para vencer a sus enemigos. Algo semejante hace Walt : aprovecha sus conocimientos (también químicos) para convertirse en productor de anfetaminas, volviéndose inmensamente rico. Más adelante abordaremos las vicisitudes de la serie. Mientras tanto, nos detendremos en otros aspectos. La situación que enfrenta Walt nos hace recordar –mutatis mutandis—la novela El Amigo Americano (en inglés Ripley’s Game), de Patricia Highsmith, en la que Jonathan Trevenny, hombre honesto, que lleva una existencia tranquila (a pesar de sus limitaciones económicas) al lado de su mujer y su hijo. Cierto día Jonathan –al igual que Walt—se entera de que está enfermo de leucemia, y de que le espera una muerte inminente, sumergiéndose (como era de esperar) en un estado depresivo. La noticia de su padecimiento llega a oídos de un personaje adinerado, Tom Ripley, quien, a sabiendas de que aquél necesita dinero, le propone asesinar a dos mafiosos. En un principio Trevenny se niega de manera tajante, pero poco después acepta, consciente de que su mujer y su hijo corren el riesgo de quedar en el desamparo total. Aunque está muy lejos de ser un asesino (al igual que 5 Walt), la fuerza de las circunstancias lo obliga a tomar tal determinación. Tal vez, piensa, el asesinato de un par de mafiosos no sea un crimen (en 1977 Wim Wenders llevó al cine esa novela, intitulándola El amigo americano, presentándola en el Festival de Cannes). De manera similar Walt, a efecto de superar su atingencia económica y brindarle seguridad a su esposa e hijo (joven minusválido) decide convertirse en “cocinero” (así se les denomina en la jerga del bajo mundo a quienes producen metanfetaminas). Curiosamente, ni Walt ni Jonathan morirán a causa de sus padecimientos. El primero fallece en balacera organizara por él mismo, y el segundo, como se dice, de “muerte natural”. Estoy muy lejos de insinuar que Vince Gilligan se haya inspirado en los trabajos de referencia. Empero, no pocas veces sucede que determinadas obras alcanzan a influir en ciertos autores, aunque estos no sean conscientes de ello. Por lo demás, hasta donde llega nuestra información, ningún destacado director de cine acepta haber recibido la influencia de Sam Peckinpah, por más que sea fácil detectarla en hombres como Tarantino (Pulp Fiction) oRobert Rodríguez (Sin City). Hay escenas tremendamente violentas en Breaking Bad –en su momento haremos referencia a algunas de las más destacadas--, aunque Gilligan, a diferencia de Peckinpah, no parece dejarse envolver por la misma. 6 BREAKING BAD (Segunda Parte) Francisco Mendoza Vince Gilligan, el director de Breaking Bad –decíamos---, disecciona de manera despiadada la deshumanización de la sociedad norteamericana. Desgarra los entretelones de la prosperidad económica que caracteriza en apariencia a la misma, permitiéndonos vislumbrar la devastadora soledad que aprisiona a la gente de ese país, quien vive sempiternamente en la zozobra de perder el empleo o de descender en la escala social. Una de las mayores angustias del ciudadano norteamericano promedio es el de no estar en condiciones de sufragar el ominoso gasto que implica el seguro médico. Una vez que Walt se entera del mal que padece, como era de esperar, le arrebata la angustia de dejar en el desamparo total a su esposa e hijo. Por ello decide convertirse en “cocinero”, esto es, en productor de metanfetaminas (en unión con Jessy, un ex alumno suyo. Más adelante hablaremos de este, y de las circunstancias que envuelven sus relaciones con los bajos mundos de la droga en Albuquerque). Gilligan maneja con una maestría extraordinaria las situaciones que se desprenden de la decisión de Walt, comenzando por la audacia y la sangre fría con que emprende su proyecto. En contrapunto, maneja con habilidad pasmosa las argucias a que recurre para ocultar sus actividades a su familia, incluyendo a su cuñado Hank y a su esposa de éste Marie. Hank es un destacado agente de la DEA (Drug Enforcement Administration) en Albuquerque, agencia que, como es del conocimiento público, tiene a su cargo la tarea de investigar delitos de orden federal relacionados con la producción, transporte y consumo de drogas. La relación entre ambos personajes es uno de los aspectos más sobresalientes de la serie, ya que constituye un verdadero tour de force el hecho de que sean 7 parientes cercanos un productor de metanfetaminas y un policía de alto nivel. Esto conduce en no pocos momentos a situaciones que rozan el paroxismo y la comedia. Lo más curioso del caso es que Walt y Hank no sólo son parientes sino excelentes amigos. Acompañados de sus respectivas esposas, suelen reunirse con frecuencia, divirtiéndose hasta el cansancio. Cuando la noticia de la enfermedad de Walt llega a oídos de Hank éste (de consuno con su esposa) le manifiesta toda su solidaridad, desplegando esfuerzos incesantes por infundirle ánimos. Casi desde el inicio de la serie Hank se percata de que en Albuquerque hay señales inequívocas de que se está produciendo una metanfetamina de alta calidad, dándose a la tarea de volcar sus energías a localizar la fuente de tal situación. ¡Ni remotamente se imagina que el principal responsable de ello es su mismísimo cuñado! Este, por cierto, adopta el seudónimo de Heisenberg (en honor, tal vez, del científico alemán que formuló el “principio de incertidumbre o de indeterminación” que lleva su nombre, aportación fundamental para desarrollo de la mecánica cuántica). De ahí que el espectador se mantenga en vilo preguntándose : ¿hasta cuándo logrará Walt ocultarle a su familia (sobre todo a su cuñado) sus actividades en los 8 bajos fondos de Albuquerque?....¿Qué sucederá caso de que algún día se descubra su secreto? Como decíamos, hay momentos en que la situación descrita roza la comedia más hilarante. Un ejemplo lo encontramos cuando Walt decide fingir locura, apareciendo desnudo en un supermarket, cuando Hank está a punto de pillarle. Pero también hay escenas de paroxismo –no encontramos otro vocablo más apropiado--; por ejemplo, en la ocasión en que un par de sicarios (sobrinos de Héctor Salamanca, el principal “Padrino” de la droga en Albuquerque) están a punto de asesinar a Hank en un estacionamiento. Mientras conduce suena su celular, escuchando una voz (sin duda es Walt) que le advierte que su vida está en peligro, sugiriéndole que ponga su camioneta en reversa, a toda la velocidad que le sea posible. Hank –que por cierto se encuentra desarmado-- acepta la indicación, logrando atropellar de manera brutal a uno de los sicarios, empujándolo hacia otro auto, destrozándole las piernas. El otro sicario, mientras tanto, se dispone a atacar a Walt con un hacha pero éste logra apoderarse del arma de su cómplice (quien yace, como dijimos, con las piernas despedazadas) y, en una escena digna del mejor “western” (hasta Peckinpah se hubiese quedado pasmado) , le asesta un disparo en la frente. La escena es realmente escalofriante, ya que Hank tarda una eternidad en apropiarse del arma y, justo en el instante en que el sicario se dispone a darle un hachazo, consigue dispararle). 9 Si la memoria no nos falla (no recuerdo dónde leí esto), creo que fue el mismo Gilligan quien comentó que Breaking Bad era algo así como un “Western moderno”, o un “western urbano”. Y pensamos que no exagera…..hay escenas dignas de John Ford, o del citado Peckinpah y, desde luego, de Sergio Leone (sobre todo de su film “El Bueno, el Malo y el Feo). 10 BREAKING BAD (Tercera parte) Francisco Mendoza Pero la escena más descarnada –y lograda—es, sin duda, la que aparece en el capítulo intitulado “Ozymandias”, tomado de un poema de Percy Shelley. Tal vocablo es la transcripción al griego del nombre de Ramsés El Grande, Ramsés II, faraón de la decimonovena dinastía del antiguo Egipto. Su regencia se prolongó durante 66 años, del 1279 al 1213 a.C. Una de las ruinas de sus estatuas fue precisamente la que inspiró a Shelley a escribir dicho poema (una de las frases más conocidas de este poema es la misma que reposa a los pies de una de las esculturas de Ramsés II: “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!”), en el que habla acerca de la decadencia inevitable de todos los imperios y personajes que han alcanzado la gloria (Vid. https://www.lacasadeel.net/2013/09/analisis-de-ozymandias-ultimo- episodio-emitido-de-breaking-bad.html). Este episodio se presenta cuando las relaciones entre Walter y Jesse están a punto de quebrarse de manera inexorable. Este le tiende una trampa, asegurándole que a través de un GPS que colocaron en su camioneta él y su cuñado Hank lograron encontrar el dinero que había escondido en determinado lugar del desierto (que sólo Walter conocía). 11 Walt, desesperado, se dirige al sitio, descubriendo muy pronto que había sido engañado. Al saberse perdido, se comunica o envía un mensaje a una banda de delincuentes con la que ha sostenido vínculos comerciales (se trata de un tal Jack y su pandilla de neonazis), a los que solicita auxilio. Mientras tanto, arriban Hank, Gómez (su ayudante) y Jesse. Después de esposarlo, lo colocan en la parte trasera de la camioneta en que viajan con el propósito de llevarlo a la comisaría. De repente se acercan dos vehículos, de los que descienden los criminales mencionados, quienes, armados hasta los dientes, le apuntan a Hank y a Gómez ( Jesse logra ocultarse). Al ver que se disponen a matar a su cuñado, Walt les suplica que detengan el tiroteo, pero en vano. Después de varios segundos de una intensa balacera, Gómez es asesinado y Hank, con una de sus piernas sangrando, se parapeta tras su vehículo; arrastrándose, intenta apoderarse de la escopeta de Gómez pero Jack se lo impide. 12 Al descubrir que Hank y Gómez son policías, Jack se dispone a ejecutar al primero de un disparo en la cabezapero Walt, a gritos, le suplica le perdone la vida, ofreciéndole los 80 millones de dólares que tiene escondidos en ese sitio. Hank, a sabiendas de que Jack no aceptará el trato, con el rostro descompuesto le espeta a su cuñado : “ ¡eres el tipo más listo que he conocido, pero a la vez el más estúpido!”. Y, sin pestañear, desafía a Jack diciéndole: “¡Has lo que tengas que hacer!” Jack le dispara en la cabeza. Walt se desmorona, desconsolado. Es en ese episodio donde se pone de relieve que Walt, pese a haberse endurecido en los bajos mundos de la droga, continúa siendo un personaje muy humano….demasiado humano. Más adelante, se las ingeniará para exterminar a Jack y su pandilla de neonazis,
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