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1 Tabla de contenidos PRÓLOGO ......................................................................................................... 2 INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3 LAS IDEAS ECONOMICAS EN LA ANTIGÜEDAD ............................................ 6 EL PENSAMIENTO ECONOMICO EN LA EDAD MEDIA ................................ 18 EL MERCANTILISMO ...................................................................................... 25 PRECURSORES DE LA ECONOMIA CLÁSICA .............................................. 37 EL NACIMIENTO DE LA ECONOMIA COMO DISCIPLINA AUTONOMA ....... 42 LA FISIOCRACIA ............................................................................................. 42 LA ESCUELA CLÁSICA ................................................................................... 53 LAS CRÍTICAS A LA ESCUELA CLASICA ...................................................... 93 LA REVOLUCION NEOCLASICA .................................................................. 114 LA ECONOMÍA DEL SIGLO XX ..................................................................... 143 LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA .................................................................. 147 LAS IDEAS ECONÓMICAS DE FINES DEL SIGLO XX ................................ 157 BIBLIOGRAFIA CITADA ................................................................................ 177 2 PRÓLOGO 3 INTRODUCCIÓN La Historia del Pensamiento Económico es un aspecto muy importante de la Economía, y es a través de ella que se estudian los esfuerzos de muchos pensadores e intelectuales tendientes a comprender los fenómenos de naturaleza económica. El afianzamiento, en la corriente principal de la economía moderna, de aproximaciones teóricas que tienden a dejar de lado la historia de la disciplina1 hace imprescindible formular alguna consideración sobre la importancia de conocer la evolución de las ideas económicas a lo largo del tiempo. Schumpeter, en su magistral Historia2 planteó con claridad la importancia del estudio de la Historia del Pensamiento Económico pudiendo resumirse su argumentación en cuatro aspectos centrales. En primer lugar porque como en cualquier disciplina no es posible “captar la importancia y validez de problemas y métodos sin conocer los anteriores métodos y problemas a los que intentan dar respuesta.” 3 En segundo término porque “el espíritu humano es capaz de obtener nueva inspiración del estudio de la historia de la ciencia.” 4 La tercera razón se refiere al hecho que su estudio “…nos enseña mucho acerca de los modos de proceder del espíritu humano.” 5 Y por último, “…el tema mismo de la economía es un proceso histórico continuado… y la economía científica no carece de continuidad histórica.” 6 Observada retrospectivamente, la sucesión de desarrollos teóricos en economía muestra, además de la incidencia del contexto histórico en la definición del método y objeto de estudio, un sendero en que no se verifica un 1 La creciente formalización matemática de los modelos económicos ha significado en muchos casos no solamente una pérdida de perspectiva histórica del análisis económico, sino que se ha tendido a “naturalizar” las relaciones sociales que caracterizan al sistema económico. La búsqueda de una pretendida neutralidad científica, libre de sesgos ideológicos, ha llevado a muchos teóricos a mutilar a la economía de su dimensión social. 2 Schumpeter, J. A. (1954), [1971]. 3 Schumpeter, J. A. (1954), [1971], página 38. 4 Schumpeter, J. A. (1954), [1971], página 39. 5 Schumpeter, J. A. (1954), [1971], página 39. 6 Schumpeter, J. A. (1954), [1971], página 40. 4 “progreso” lineal del conocimiento. Dicho recorrido indica más bien la aparición de crisis teóricas y el abandono de ciertas explicaciones que son sustituidas por otras que parecen responder mejor a las preguntas que se han formulado. En el sentido definido por Kuhn7, hay periodos de “revoluciones científicas” en los cuales un paradigma8 dominante es sustituido por otro al que se percibe como más completo o con mayor capacidad para explicar los fenómenos bajo estudio. Obviamente un “progreso” científico no lineal ni acumulativo, sino zigzagueante y de “saltos” bruscos hace más importante aún el estudio de las formas en que han evolucionado las ideas económicas. Como lo ha expresado Schumpeter: “El análisis científico es más bien una pugna constante con producciones nuestras y de nuestros predecesores, y solo ‘progresa’, si es que lo hace9, en zigzag, no según los dictados de la lógica, sino bajo el imperio de nuevas ideas, o nuevas necesidades, o nuevas observaciones, e incluso a tenor de las inclinaciones y los temperamentos de nuevos hombres.” 10 Estos permanentes cambios, que significan a veces el abandono de ideas establecidas, o la reivindicación de otras ya olvidadas hacen más apasionante aún el análisis histórico. Ferguson, en la introducción a la edición norteamericana de su libro, destaca ese carácter dinámico cuando afirma que sus páginas “…están animadas por los errores y engaños de famosos economistas,…y por el resurgimiento atrevido de temas que no mueren, sino que se modifican y bullen al amparo de credos políticos.”11 Finalmente resulta pertinente citar el trabajo de Blaug en el que con singular precisión brinda su propio argumento a favor del estudio de la historia: “Ninguna idea o teoría en la economía, física, química, biología, filosofía e incluso matemáticas es bien entendida, salvo como el producto final de un 7 Kuhn, T.S. (1962) [2004] 8 Kuhn define paradigmas científicos como construcciones “…universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica.” Kuhn, T.S. (1962) [2004], página 12. 9 El interrogante sobre si ha habido “progreso” en la economía no es trivial y lleva a una discusión de carácter epistemológico que excede el objetivo de este trabajo. Una respuesta afirmativa a dicha pregunta es la proporcionada por Blaug, M (1968) páginas 13 a 22. 10 Schumpeter, J. (1954), [1971], pagina 38. 11 Ferguson, J.M. (1992), página 8. 5 trozo de la historia, el resultado de un desarrollo intelectual anterior.” 12 Para rematar más adelante expresando que “La Historia del Pensamiento Económico no es una especialización dentro de la economía. Ella es la economía – seccionada en porciones verticales contra el eje horizontal de tiempo.” 13 12 Blaug, M. (2001), pagina 156. (la traducción es propia) 13 Blaug, M. (2001), pagina 157. (la traducción es propia). 6 LAS IDEAS ECONOMICAS EN LA ANTIGÜEDAD Desde el momento que los hombres superaron la fase en que dificultosamente satisfacían sus necesidades orgánicas elementales, aparecen los primeros vestigios de ideas económicas; sin embargo, si nos remontamos a las civilizaciones más antiguas no encontraremos conjuntos de principios económicos estructurados, aunque sí emergen en el horizonte algunos elementos de organización rudimentaria. En algún sentido puede aseverarse que el estudio de la economía es un imperativo que surge definitivamente con el desarrollo y consolidación del capitalismo moderno. Puede afirmarse que “La economía antigua era, por lo general, una economía de marco restringido (principalmente familiar y local),14 mientras que la complejidad de los procesos de producción y cambio, característica de las formas capitalistas, plantean los interrogantes sobre los cuales se va a desarrollar la teoría económica para intentar explicarlos. Al interiorizarnos un poco más sobre la forma en que se vivía y comerciaba en la antigüedad, resulta claro que aquellas formas de organización social y económica no imponían la necesidad de realizar estudios muy complejos delsubsistema económico. 15 El código de Hammurabi y otros antecedentes en la Antigüedad Una de las primeras expresiones en las que se puede encontrar referencias a cuestiones vinculadas al comercio y la economía se remonta al siglo XVIII a.C. en la región de la antigua mesopotamia. De esa época data el conjunto de leyes más antiguo conocido que, por referencia al rey de Babilonia 14 Villey, D. (1960), pagina 57 15 Esta afirmación no supone ignorar o subestimar la importancia que las ideas de la antigüedad han tenido en el desarrollo del pensamiento en siglos posteriores. Un análisis específico de la evolución de las ideas económicas desde la Antigüedad hasta el siglo XVI puede consultarse en Silva Herzog, J.(1961) 7 bajo cuyo reinado vio la luz, es llamado Código de Hammurabi.16 Su texto, en escritura cuneiforme17 e idioma acadio18, se divide en tres partes: a) un prólogo histórico sobre la investidura del rey como "protector de los débiles y los oprimidos" y la formación de su imperio, b) un resumen de su trabajo legal y la preparación su perpetuación y c) casi 300 leyes y decisiones legales que regían la vida en Babilonia. La economía de Babilonia se asentaba básicamente en el sector agrícola que se desarrolló en los valles lindantes con el Eufrates y el Tigris. Los sistemas de riego y de drenaje se desarrollan como una necesidad de esa estructura económica y permitieron un gradual incremento de la productividad del sector. Estas formas de organización económica, basadas en los sistemas de riego, fueron asociadas por Federico Engels a lo que Carlos Marx denominó “modo de producción asiático”.19 El progresivo desarrollo del comercio entre las principales ciudades, fue acompañado también por la evolución de instituciones económicas como prestamos con interés, letras de cambio, entre otras. Por tal razón el código de Hammurabi, regula actividades tales como: intercambio comercial, riego, el monto de arrendamientos, alquileres, salarios, intereses y otros precios. Se ha 16 El Código de Hammurabi, tallado en un trozo de roca (basalto) de más de dos metros de alto, está actualmente en el Museo del Louvre, en París. 17 Inicialmente se usaban para escribir tablillas de arcilla cortadas en columnas verticales. Allí se grababan pictogramas con un punzón afilado que se fabricaba con cáñamo. Lentamente ese sistema se fue perfeccionando, y se empezó a escribir de una manera ordenada, de izquierda a derecha y en filas horizontales, tal como en la actualidad. Las formas pictóricas también se fueron haciéndose más simples, abstractas y fáciles de realizar. De este modo se podía escribir más rápido. El punzón se sustituyó por otro en forma de cuña, que permitía utilizar un mismo instrumento para escribir una enorme variedad de caracteres. Ese punzón es el que pasó a la historia, y por su forma de cuña, a esta escritura se la llama cuneiforme 18 Lengua semítica usada en la antigua Mesopotamia, usada en Asiria y Babilonia. Actualmente extinta. 19 Marx definió este modo de producción como una forma diferente del comunismo de las sociedades tribales y también distinto del feudalismo. La fuerte dependencia que tenía la producción de estas sociedades del sistema de riego, determinaba la necesidad de una regulación centralizada sobre el recurso agua y contribuía a generar sistemas políticos centralizados y despóticos. 8 sugerido que algunos párrafos del Código podrían ser vistos como antecedentes de los debates medievales sobre el justo precio y el préstamo con interés.20 En las cuestiones de justicia y compensaciones por daños el código recurre a la aplicación de la ley del talión.21 Dentro de esta simplicidad de la problemática económica de la antigüedad, también se puede citar a Egipto, del cual sólo diremos que se caracterizó también por la explotación intensiva de la tierra en el marco de un sistema político centralizado. Hacia el siglo XII a.C. algunos grupos de etnia semita se establecieron en zonas cercanas al mar Mediterráneo, entre estos se destacan los fenicios. Las condiciones medioambientales22 los indujeron a desarrollarse como pueblos de comerciantes marítimos y su desarrollo incluyó la producción y venta de artículos de lujo como joyas, perfumes y cosméticos, productos que implicaban un grado de elaboración que permite advertir su preocupación por lo que modernamente denominamos “valor agregado”. El gradual avance del comercio generó la necesidad de una unidad de medida, medio de cambio y representación y depósito de valor: EL DINERO. El nacimiento de la moneda acuñada a su vez contribuiría a la generación de relaciones comerciales y económicas cada vez más sofisticadas que con el tiempo demandarían actitudes intelectuales de mayor contenido analítico frente a los problemas que se iban presentando. 20 Fernández López, M. (1998), Pagina 25. En las paginas 26/28 del mismo libro se puede consultar una trascripción de algunos párrafos del código. 21 En rigor, el Código de Hammurabi constituye el primer registro histórico de este principio jurídico que, ante un crimen, propone una pena que se iguala con el crimen cometido. La expresión más conocida es aquella de “ojo por ojo y diente por diente”. La ley del talión figura también en el Antiguo Testamento (en el Éxodo, el Levítico y el Deuteronomio). En la actualidad aún está presente en las normas de algunas sociedades musulmanas. 22 Fenicia no constituyó un estado en sentido estricto, sino un conjunto de ciudades-estado. Se extendía a lo largo de una franja (al norte de Palestina y al oeste de Siria), de no más de 200 kilómetros de largo y 40 kilómetros de ancho, entre el mar Mediterráneo y las montañas del Líbano. Esta barrera natural condicionó el desarrollo hacia el mar de los fenicios. 9 En el siglo VI a.C., en Lidia (hoy territorio de Turquía) bajo el reinado de Creso 23 se acuñó el “Stratero”, que es la primera moneda con un sello real y que estaba acuñada en oro. El ulterior desarrollo comercial llevó a la rápida adopción de diversas monedas en las ciudades de la Antigüedad. Ideas económicas en las Sagradas Escrituras Cuando se observan los antecedentes de Israel en la antigüedad se percibe con claridad que por las propias características materiales de su historia, y por el carácter esencialmente religioso de esa civilización, la cuestión económica no constituía su ámbito de interés primordial. En lo material, se ha señalado que “En un país de modesta agricultura…sin otros recursos materiales de importancia con excepción de los bosques…, no era posible que se realizara un progreso económico significante.” 24 Además el carácter religioso de esa sociedad se traduce en una particular mirada hacia la riqueza y la acumulación. El estereotipo de hombre que se enaltece es el de aquel que ordena su vida de cara a Jehová y mira lo material solamente como recompensa de su obediencia a Él y a sus leyes. A pesar de esto, y no es paradojal, en la Biblia se encuentran numerosas referencias que tienen un sentido económico. La acumulación de bienes es solamente una manifestación de voluntad divina y no el resultado de cálculo económico racional. Sin embargo estas referencias han influido sobre el pensamiento económico posterior de manera para nada desdeñable. A manera de ejemplo pueden citarse, entre otras, a las siguientes cuestiones presentes en las sagradas escrituras: El trabajo: Si bien la esclavitud era admitida sin mayores consideraciones éticas, existen numerosas prescripciones que acotan esa institución. Entre ellas: liberación de los esclavos judíos al séptimo año de su pérdida de libertad, la indicación que el esclavo que fugaba no debía ser reintegrado 23 Creso fue el último monarca de Lidia, y sus riquezas, obtenidas de ciudades que invadió, dieron origen a la expresión “Rico como un Creso”.24 Silva Herzog, J. (1961), página 15. 10 a su amo25, y la liberación de los esclavos de guerra en el año Sabático. Asimismo, y en el caso del trabajo asalariado se destaca la indicación sobre una jornada laboral que no debía ser excesiva y el descanso del día sábado. El préstamo con interés: “No cobrarás interés a tu hermano: interés sobre dinero, alimento, o cualquier cosa que pueda ser prestado a interés.”, y “No tomes interés y usura de él, pero teme a tu Dios, para que tu hermano viva contigo.” 26 sintetizan la prohibición del préstamo con intereses que durante la edad media será uno de los temas más debatidos por la Escolástica. La propiedad: La propiedad está instituida, se condena no solamente el robo sino también la codicia, pero no es una propiedad absoluta ni perpetua27; en el año Sabático debían cancelarse todas las deudas y los pobres podían comer de los frutos de la tierra ajena. Además cada cincuenta años, el año jubilar, la tierra volvía a sus anteriores dueños. Debe resultar claro que, a pesar del carácter básicamente religioso de de los años Sabático y Jubilar, son instituciones que tienden a morigerar las desigualdades y a reducir las tensiones que provocaban las mismas. Grecia: Una manera sintética de expresar la deuda intelectual de Occidente con Grecia es recordar el párrafo de Sir Henry Sumner Maine que dice: “A un pueblo pequeño, que cubre en su asiento original no más de un palmo de territorio, se le dio crear el principio del progreso, del movimiento hacia adelante y no hacia atrás o hacia abajo… Ese pueblo era el griego. Excepto las 25 Esta prescripción, presente en el Levítico y el Deuteronomio, ha sido considerada como un precedente de la abolición y condena de la esclavitud. 26 Deuteronomio 23:19, y Levítico, 25:36, respectivamente. 27 Será Roma la que, aunque admitiendo algunas restricciones, consagrará la propiedad absoluta. El derecho al uso, usufructo y abuso del propietario sobre la cosa poseída ( “Ius utendi, et fruendi, et abutendi res sua”). 11 fuerzas ciegas de la naturaleza, nada se mueve en este mundo que no es griego en su origen”.28 Sin embargo, la economía griega, cuyo territorio político eran las ciudades-estado (polis), era relativamente primitiva, con preeminencia de productos agrícolas y artesanales. En sus orígenes no existía mucha desigualdad social entre lo ciudadanos; en palabras de Aristóteles: “nadie en Grecia era miserable”. Entre los comentarios económicos de la época, aparecen, en primer lugar, los de Platón (427 a.C.- 347 a.C.)29, que en su obra “La República” describe una ciudad ideal conducida por una monarquía teocrática, en la cual la gran austeridad que debían tener los filósofos no les permitía acceder a la propiedad, pero tenían asegurada la subsistencia a través de los aportes de otros sectores, como los artesanos y comerciantes30. Para los gobernantes recomienda que ninguno tenga nada que les pertenezca, excepto los objetos de primera necesidad; “tampoco tendrán casa donde no puedan entrar todos que quieran hacerlo. Y en cuanto a la alimentación recibirán de los demás ciudadanos aquellos que puedan necesitar como recompensa de la defensa que les prestan, sin que nada les sobre, ni les falte. Harán vida en común y sus comidas serán colectivas, como soldados en campaña”.31 En el esquema platónico, la situación ideal sería una ciudad estado con un número reducido de habitantes, en la que toda la actividad, económica o no, esté regulada. Las diferentes castas, como los agricultores, guerreros y artesanos, se organizarían de manera permanente para evitar los cambios caóticos de la época, lo que puede ser entendido como una referencia implícita a la necesaria división del trabajo, y tanto varones como mujeres serían tratados de manera similar. 28 Sumner Maine, H. (1889), página 238. (la traducción y el subrayado son propios). 29 En realidad, su nombre era Arístocles de Atenas, y su apodo Platón provenía del significado de ese término en griego:”el de anchas espaldas”. Discípulo de Sócrates, maestro de Aristóteles y fundador de la Academia de Atenas, escribió en su juventud, entre otros diálogos, la Apología de Sócrates. Ya en su madurez (a los 40 años) escribió La República; y en su vejez (a los 80 años) escribió Las Leyes. 30 Aparecía como una incipiente expresión de un Estado que solventaba a una clase social a través del aporte de toda la comunidad. 31 CONSIGNAR CITA 12 La sociedad ideal de Platón Rasgos salientes de la Ciudad Ideal: • Población reducida y constante. • Organización social por castas. • Igualdad sexual. Guardianes (Reyes Filósofos) GOBERNANTES Auxiliares (Guerreros) Artesanos GOBERNADOS y Labradores Se pregunta Platón “¿trabajaría mejor una sola persona dedicada a muchos oficios o a uno solamente?”, a lo que responde con solvencia que “serán necesarios más de cuatro ciudadanos para la provisión de los artículos…….. Porque es de suponer que el labriego no se fabricará por sí mismo el arado, si quiere que éste sea bueno, ni el bidente ni los demás aperos que requiere la labranza. Ni tampoco el albañil, que también necesita muchas herramientas. Y lo mismo sucederá con el tejedor y el zapatero”.32 Desde un punto de vista ideológico, algunos sintetizan el pensamiento de Platón con las expresiones “comunista” o “socialista”, por el estilo de ciudad que pregonaba, mientras que otros lo responsabilizan de ser un precursor del 32 (Consignar cita) 13 “fascismo”, básicamente por sus planteos dirigidos a regular estrictamente la vida de las personas, a restringir la libertad de expresión y a limitar la riqueza individual. Cualquiera de estos modos de interpretar sus ideas, supone ponerle una camisa de fuerza a un pensamiento muy rico y poco común para la época. Simplemente diremos que su ideal de ciudad -la polis perfecta- fue una sublime utopía, pero a pesar de ello, tiene el valor de haber puesto en la agenda de las discusiones futuras una temática compleja y amplia, que muy pocos se animaban a abordar en esos momentos. Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.), nacido en Estagira (hoy Stavró), Macedonia, muestra una visión más realista y objetiva33 que su maestro Platón, y lleva a cabo un estudio pormenorizado del Estado, ubicándose por encima de las cuestiones domésticas y con un notable acento en lo ético. Sus principales escritos con referencias a cuestiones económicas son la “Ética a Nicómaco” y “La Política”34 en los cuales se encuentra lo que Schumpeter ha denominado la “embrional economía pura” del filosofo.35 Aristóteles usaba la palabra Economía para referirse a la administración del hogar, y estaba convencido que la adquisición de riquezas debía ser limitada porque el mercado “se encuentra sin abundancia”, y la mesura y la sobriedad eran lo único permitido para el hombre libre, ya que la filosofía moral obligaba a los seres humanos a contentarse con los bienes para su uso personal. Este discurso de fuerte contenido ético partía de la diferenciación entre la necesidad y el deseo de las personas; como se entendía que las necesidades eran moderadas, pero no así los deseos que por su propia naturaleza eran ilimitados, lo natural era producir bienes para cubrir las necesidades, no los deseos. Asimismo consideraba que el nacimiento del Estado estaba asociado y era consecuencia de las ventajas y necesidades de la vida social. Por ese 33 Aristóteles, que perdió sus padres siendo aún muy niño y quedó a cargo de su tutor Próxeno de Atarneo, no acepta que lasideas sean entidades subsistentes en un mundo separado de la realidad sensible; para él las ideas no son sino la esencia de las cosas. 34 Las obras de Aristóteles están disponibles en: http://www.laeditorialvirtual.com.ar/ 35 Cfr. Schumpeter, (1954), [1971].página 96. 14 carácter social del hombre Aristóteles va a afirmar que “…aquel que no puede vivir en sociedad y que en medio de su independencia no tiene necesidades, no puede ser nunca miembro del Estado; es un bruto o un dios...”36 El estagirita rechazaba la crematística, es decir el arte de la acumulación de riqueza, y si el hombre se ocupaba del comercio era indigno. A pesar de que el capital acumulado por la economía griega era pequeño, Aristóteles condenaba el cobro de intereses ya que, a su juicio, la moneda se había creado para facilitar el cambio y no para acumular a través de su préstamo. La condena aristotélica del préstamo a interés, si bien basada en la esterilidad del dinero, es de orden ético por lo cual no se planteó nunca las razones por las cuales era una práctica corriente. En el caso de la propiedad, incorpora al elemento normativo un criterio ético, distinguiendo el “hecho como tal” del “uso” que se haga de la misma. A diferencia de Platón, entiende que el concepto de propiedad privada es superior al de propiedad comunitaria, porque los bienes cuando son comunes reciben menor cuidado que sin son propios. Distingue entre “valor de uso” y “valor de cambio” de los bienes, del mismo modo en que lo hicieron los pensadores posteriores, pero llega sólo hasta allí; su preocupación por el problema ético del “precio justo”, que podría definirse como la equivalencia entre lo que se da y lo que se recibe, limita su penetración analítica en la categoría de “precio de mercado”. Con relación al dinero, Aristóteles lo considera como simple medio de cambio derivado de una convención de la sociedad y condena el préstamo con interés porque la moneda “es estéril”, es decir no se reproduce a si misma. El filósofo afirmará entonces que “El interés es dinero producido por el dinero mismo; y de todas las adquisiciones es esta la más contraria a la naturaleza.” 37 En cuanto a organización económica, aportó muy poco, atribuyéndole a la economía agraria una superioridad moral. Acusado de ateísmo, Aristóteles tuvo que exilarse y se refugió en Calcis, donde moriría en el año 322 a.C., a los 62 años de edad. 36 Aristóteles (330 a.C) Capitulo I. 37 Aristóteles (330 a.C) Capitulo III in fine. 15 Otro autor griego que formuló en sus escritos algunas interesantes ideas económicas es Jenofonte (430 a.C. - 354 a.C.), discípulo de Sócrates e historiador, militar y político de Atenas. A nuestros fines, deben citarse su “Oeconomicus” y “Las formas de aumentar los ingresos de Atenas”38. Jenofonte hace un análisis sobre los bienes que pueden ser considerados como “riquezas”, y plantea algunas normas de administración. También realiza referencias importantes a la agricultura, sosteniendo que la prosperidad depende de la excelencia del entorno agrícola39, junto a valiosos aportes al sistema tributario, a la división del trabajo, a las formas de aumentar el bienestar de los atenienses y a la conveniencia de otorgar ventajas a los mercaderes y marinos extranjeros que llegaran a la polis40. Una mención especial merece la consideración que Jenofonte le dio a la explotación de las minas de plata, que consideraba debía realizar el Estado con mano de obra esclava. Al analizar la forma en que el Estado debía comprar los esclavos formuló rudimentariamente la idea de la oferta y la demanda. Según Jenofonte, la prosperidad está estrechamente vinculada a la paz, ya que de la guerra permanente sólo hay que esperar una catástrofe y desabastecimiento. “Pues sin duda los más prósperos son aquellos estados que permanecen en paz desde hace más tiempo, y de todos, Atenas es el mejor dotado por la naturaleza para florecer durante la paz”41 Finalmente cabe citar a Aristófanes, poeta y comediógrafo, cuyas obras pueden ser consideradas básicamente como escritos de crítica social con algunas consideraciones de naturaleza económica. “Con frecuencia nos parece que a la ciudad le pasa con nuestros mejores ciudadanos lo mismo que con la moneda antigua y el oro nuevo. En 38 Ambos escritos en “Tratado sobre las rentas: orientación para la organización de la hacienda pública en Atenas”. (consignar cita). El segundo trabajo es el que tiene mayor relevancia desde el punto de vista de la economía. “Oeconomicus” (deriva. de “casa” y “norma”) refería a las reglas para el buen gobierno de la economía doméstica. 39 “La agricultura es una ocupación que deleita al mismo tiempo que enriquece.” Jenofonte [1786]. Página 53 (Elogio de la Agricultura) 40 “Los extranjeros se mantienen por si mismos, pueblan y aprovechan infinito a las Ciudades, no sirven de carga al Estado, antes bien aumentan nuestro Erario”. Jenofonte [1786]. Página 235 (Primer medio de enriquecer un Estado) 41 Citado en Galbraith (1990). Página 26. 16 efecto, de estas monedas, que no son falsas sino las más bellas de todas las monedas según parece, y las únicas que están bien acuñadas y son de mejor sonido…, de esas no hacemos uso alguno, pero si de estas detestables piezas de cobre, acuñadas ayer o anteayer con pésimo cuño.”42 Este párrafo sugiere una primitiva e intuitiva presentación de la Ley de Gresham;43 esta “ley” puede resumirse afirmando que, cuando en una economía circulan simultáneamente dos monedas, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala" (o menos confiable), esta última siempre expulsa de la circulación a la buena, porque los agentes económicos utilizan como medio de pago la “moneda mala” y atesoran la buena. Roma: Roma tuvo características particulares, ya que constituyó una yuxtaposición entre las fuerzas económicas de la tierra y el mar. Su espíritu expansionista y el conflicto permanente entre plebeyos y patricios en pro de la igualdad de derechos civiles, políticos y económicos, caracterizaron la época. Las relaciones entre Roma y Cartago eran inicialmente amistosas, pero cuando se puso en juego la hegemonía comercial marítima, que no era otra cosa que la lucha por el dominio económico, los romanos tomaron la decisión de destruir el poderío naval cartaginés y se desato el conflicto bélico que concluiría con el triunfo de Roma.44 En cuanto a la contribución a las ideas económicas por parte de los romanos, hay consenso en los historiadores que la misma fue menor. Los pocos elementos que se rescatan son la sacralización de la agricultura y alguna 42 Aristófanes [1993] Página 249. 43 Este principio lleva el nombre del mercantilista inglés Sir Thomas Gresham (1519 –1579), comerciante y financista que advirtió que las personas preferían desprenderse de la moneda más débil y guardar la más sólida. Si bien este principio se visualizó claramente en periodos de sistemas monetarios bimetálicos, puede hacerse una extensión a situaciones de dinero fiduciario cuando existe más confianza en una moneda que en otra (piénsese por ejemplo en la relación peso-dólar durante muchos periodos de la economía argentina). 44 Cartago fue fundada por los fenicios en norte de África (en el territorio que actualmente pertenece a Túnez), y disputó con Roma la hegemonía económica, militar y política hasta su derrota final en la Tercera Guerra Púnica (149 a.C. al 146 a.C.), luego de lo cual pasó a integrar el Imperio Romano. 17 que otra sugerencia sobre métodos de administración agrícola, aunque referidos a las explotaciones autosuficientes y no a las empresas comerciales. Estos escritores suelen ser referidos como “economistas agrarios” (también como autores de la “re rústica”), siendo los más conocidos Catón, Varrón y Columela. Varrón escribió “De re rustica”,compuesta por tres libros que se refieren, respectivamente a temas de a) Agricultura b) Ganadería y Avicultura c) apicultura y pesca. Columela por su parte, escribió “De re rustica” y “De arboribus” y es el principal autor de los economistas agrarios y abunda en consideraciones sobre técnicas, rendimientos y utilización de la mano de obra en las explotaciones45. Sin embargo, lo más importante del pensamiento romano trasciende el campo de la economía y se refiere al derecho, especialmente a la propiedad privada; de ahí en más, la polémica sobre su límite y apropiación fue el motivo principal de una serie de teorías económicas, y en algunos casos se convirtió en la piedra basal de alguna ideología. Otro elemento sustancial que dejó el período romano fue la aparición del Cristianismo, entendiendo a este fenómeno no sólo como una nueva creencia basada en el ejemplo que inculcó Jesús, sino porque por primera vez, los más humildes rechazaban la riqueza de la monarquía de Herodes, que en definitiva significaba cuestionar la pésima distribución del ingreso de la época. Por entonces el Cristianismo se convirtió en el espejo en el que se miraban los que rechazaban la opresión y la injusticia. Aparecen conceptos claves como la virtud del trabajo y el repudio al cobro de intereses, que constituía una extorsión de los más ricos a los más pobres; el usurero convencional debía mantenerse al margen del respeto de sus conciudadanos y merecía el oprobio moral. Todos estos conceptos de índole moral, si bien no estaban relacionados directamente con la economía, comenzaron a hacer sentir sus efectos en las relaciones entre las personas. 45 Toda referencia a escritores latinos no puede dejar de mencionar a aquellos que escribieron sobre la “Re Pública”, pero en el presente solo se refieren aquellos que formularon consideraciones económicas (agrícolas en ese caso). De los escritores de la “Re pública” se destacan Marco Tulio Cicerón (106 a.C.- 43 a.C.) 18 EL PENSAMIENTO ECONOMICO EN LA EDAD MEDIA Podría pensarse que la caída de Roma en el año 476 y el comienzo de la Edad Media, aparecerían avances sustanciales e inmediatos en el campo de la economía; pero no fue así, y los mil años que siguieron a la disolución del Imperio romano de occidente no aportaron grandes acontecimientos que hayan permitido una transformación del precario sistema que estaba vigente desde la antigüedad. En sentido más estricto la caída del imperio romano significó una reducción de las actividades comerciales muy importante, la conquista musulmana (en el siglo VII) de las costas occidentales, orientales y meridionales del Mediterráneo cortaron las rutas comerciales y las economías del imperio fragmentado pasaron a ser economías cerradas46. Es en este contexto que surge y se consolida una forma de organización social y económica que se conoce como feudalismo. El feudalismo se estructura a partir del proceso de partición del poder político que sobrevino a la caída del Imperio y estaba conformado por un conjunto de instituciones en las que aparecía una relación entre un hombre libre llamado vasallo y otro hombre libre, llamado señor, dentro de un territorio llamado feudo. Este fenómeno generó una estructura social diferente y de carácter piramidal, en cuyo ápice se encontraba el rey y a partir de él se iba ensanchando hacia abajo. El vasallo trabaja la tierra del señor feudal, y estaba obligado a entregarle buena parte de la producción, y recibía a cambio protección para su vida y la de su familia. Desde la perspectiva marxista el feudalismo no fue otra cosa que un modo de producción que se situaba en el medio del esclavismo de la antigüedad y el capitalismo moderno. La relación entre el vasallo y el señor feudal fue un vínculo bilateral, que comprometía a quienes lo contraían pero no a sus herederos. Con el paso del tiempo, esta situación fue evolucionando -o involucionando, según sea la 46 Cfr. Pirenne (1963), paginas 9 a 18. 19 óptica-, ya que era común que los descendientes de los vasallos y de los señores renovaran el vínculo que habían hecho sus ascendientes. La vida económica no era muy distinta a la de la antigüedad. Como ha señalado Pirenne, “…los reinos bárbaros fundados en el siglo V en el suelo de Europa occidental habían conservado el carácter más patente y esencial de la civilización antigua: su carácter mediterráneo”47 Conceptualmente y a pesar de su crecimiento, el mercado era secundario, y la mayoría de los artesanos y pequeños agricultores vivían de lo que producían, entregando una parte a los señores como contraprestación por su protección. Quienes trabajaban las tierras, estaban obligados a atender no sólo a su propio sustento, sino también al de su Señor, prestando su esfuerzo de manera gratuita en las épocas de labranzas, de siembra, de siega y de vendimia. Como contrapartida, también quedaban exentos de pagar sus tributos al monarca. Las reflexiones medievales fueron siempre sobre temas vinculados a los polémicos conceptos de ética, justicia y equidad. Los mercados eran muy pequeños, las ciudades también, y no existía la necesidad de una teoría económica integral como la que surgiría como un imperativo teórico con el advenimiento de la sociedad capitalista. Los primeros padres de la Iglesia En el periodo que transcurre entre el Siglo II d.C. y el siglo IV d.C., y con una marcada influencia de la filosofía griega, los primeros padres de la iglesia elaboraron las bases de la “teología cristiana”, y en esa tarea no podían obviar consideraciones que se vinculan con la realidad económica. Del latín Pater (Padre) deriva el nombre Patrística con el que se denomina a estos esfuerzos por consolidar el cristianismo en la sociedad. En ese proceso, también se encuentran severas críticas tanto a la acumulación de riquezas como al concepto mismo de propiedad. Entre los principales padres de la Iglesia, están Juan Crisóstomo (S. IV d.C.), obispo de Constantinopla que cuestionó a la propiedad privada 47 Pirenne (1963), página 9 20 considerándola una desviación de la economía de Dios, Tertuliano (150 - 222), Clemente de Alejandría (150 - 215), y San Agustín (354 - 430). De ellos el mas importante fue San Agustín (Agustín de Hipona, doctor “in gratia” para la Iglesia), con quien se robustece la idea de que la doctrina cristiana no debe ocuparse de temas terrenales. Entre sus obras merecen citarse el relato autobiográfico Confesiones compuesto por trece libros en los que destaca como fue su juventud y su conversión al cristianismo y La Ciudad de Dios, su obra más importante en la cual desarrolla sus ideas filosóficas y teológicas. Con el correr de los siglos, la Edad Media verá surgir a dos grandes filósofos en las dos comunidades religiosas más importantes en Europa, la judía y la católica. El teólogo judío Maimónides (1135- 1204) y el santo católico Tomás de Aquino (1225-1274), a la sazón el primero del grupo de filósofos religiosos conocidos como los escolásticos48, expresión que proviene del latín Scholasticus, por la cual se referencia a todos aquellos que pertenecen a la escuela. 49 Tomás de Aquino (Doctor Angélico, o Doctor Communis para la Iglesia) nació en el castillo de Rocca Secca, Reino de Nápoles, hijo de Landolfo, Conde de Aquino, y Teodora, Condesa de Teano. A los cinco años, según era costumbre en la época, fue enviado a recibir su primera formación con los monjes Benedictinos de Monte Casino. Diligente en sus estudios, desde muy pequeño se observó su buena disposición para la meditación y la oración, y en 1236 ingresó a la Universidad de Nápoles. Estudió en París y en Colonia, donde fue discípulo de Alberto Magno, quien era el superior de la orden de los dominicos en Alemania. Entre 1240 y 1243 recibió el hábito de la Orden de Santo Domingo, atraídoy dirigido por Juan de San Julián, un conocido 48 La enseñanza escolástica se realizaba a través de la disputa o el dialogo entre discípulo y maestro, con la técnica del pro, el contra y la solución final. Si se quiere, una especie de proceso dialéctico (en el sentido de diálogo). 49 Debe señalarse la enorme influencia que tuvo el “redescubrimiento” de Aristóteles, de la mano de la labor los comentaristas y filósofos árabes. Entre ellos Avicena (980 – 1037), médico y filósofo presentó y discutió el pensamiento aristotélico ante los autores de Occidente; Averroes (1126 – 1198) de origen cordobés (Andalucía) comentó también detalladamente la obra aristotélica. 21 predicador de la época. Descubre los trabajos de Aristóteles, que habían sido conservados por los árabes, y sobre ellos asienta su pensamiento. Sus obras más conocidas, “Summa Theológica” (1266) y “Summa Contra Gentiles” (1273) aborda el tema de la equidad de los precios y, en la misma tónica de Aristóteles, catalogó como pecaminoso vender un bien por encima de su precio justo. Vender más caro o comprar más barato era un acto injusto e ilícito, pues el comerciante debe buscar su utilidad no como un fin en sí mismo sino como una remuneración por su trabajo: “comerciar por simple amor al comercio es vergonzoso porque acrecienta el apego al lucro sin límites”. El problema era determinar cuál era el justo precio, cosa que Santo Tomás no pudo, no supo o no quiso explicar en términos seculares útiles, ya que según él dependía de una estimación común, lo que complica el análisis en virtud de tan vaga expresión (¿cuál es la relación razonable entre el “precio justo” y el costo de producción?, por ejemplo). En lo que es bastante taxativo, es en referencia a la posibilidad de que algún vendedor comercialice, a sabiendas, un producto defectuoso o en mal estado, caso en el cual exige una indemnización al comprador de buena fe. Santo Tomás, en un mismo tenor que Aristóteles, condenaba el cobro de intereses, por ser contrario a la justicia conmutativa, es decir a la equivalencia mediante la cual el que recibe siente la misma satisfacción que el que da; dice que hay “dos clases de intercambios. Una puede denominarse universal y necesaria, y por medio de ella se cambia una cosa por otra, o cosas por dinero, para satisfacer las necesidades de la vida. La otra clase de intercambio es dinero por dinero o cosas por dinero, no para satisfacer las necesidades de la vida sino para obtener un beneficio. La primera clase de intercambios es loable, por servir a las necesidades naturales, mientras la segunda es justamente condenada”. Para él, la propiedad no es contraria al derecho natural y, si bien constituye un invento del hombre, es justificable porque las personas cuidarán con más esmero aquello que poseen para sí mismos que aquello que pertenece a muchos o a todos, que es lo mismo que a nadie. Además, los hombres se esforzarán más si el beneficio es individual, y se evitarán las querellas sobre el uso de las cosas poseídas en común: “La propiedad privada 22 es la mejor garantía para una sociedad pacífica y ordenada debido a que provee los máximos incentivos para un uso responsable de ella”. Estima que el hombre debe estar dispuesto a compartir sus bienes con los más necesitados, y si bien valora la actividad privada, para Santo Tomás el hombre no debe valorar las riquezas más de lo que se valora a Dios, y por ende propuso que desde un punto de vista moral, los cristianos no deben preocuparse en demasía por la existencia o inexistencia de bienes propios, sino más bien de cómo usarlos adecuadamente. También considera, curiosamente -viniendo de uno de los padres de la iglesia-, que “servirse de un bien hurtado a otro en caso de extrema necesidad, no es un robo propiamente dicho”. Mientras se dirigía a participar invitado por el Papa Gregorio X como teólogo en el Concilio de Lyon, Santo Tomás murió en el monasterio de Fossa Nova. Fue canonizado por Juan XXII el 18 de julio de 1323, y declarado Doctor de la Iglesia en 1567 por el Papa Pío V. Otro autor escolástico que se preocupó por el concepto de “precio” fue San Alberto Magno (1196 - 1280) quien, al igual que Santo Tomás, condenaba el cobro de intereses. Para San Alberto Magno el “precio justo” no era otra cosa que el vigente en el mercado, por lo cual se ha sugerido que comprendía mejor que Santo Tomás los conceptos de oferta y demanda. Justamente, y de manera más precisa que su discípulo, sostenía con criterio que para hacer un análisis serio sobre los precios era necesario tener en cuenta el costo de producción. Por su parte, San Bernardino de Siena (1380 – 1444), predicador italiano y misionero franciscano, fue mucho más allá en el análisis de los precios, sosteniendo que era incuestionable el derecho, y aun la obligación, de regular los precios en caso de emergencia, y reconoce tres fuentes de valor: dos objetivas, como la escasez y la utilidad, y una subjetiva, como la estimabilidad. Su obra más importante en el campo económico, es Sobre los contratos y la usura (1433), donde demuestra que comprende muy bien la realidad comercial que lo rodeaba, y en base a ella afirma que el comercio es lícito, honesto, y muy útil para la comunidad en general, tanto para quien compra los bienes como para el comerciante, que por su oficio obtiene un beneficio justo gracias a su industria, esfuerzo, diligencia y ingenio; es decir, a su capacidad, 23 perspicacia y creatividad. En definitiva, Bernardino no cree que el comercio sea intrínsecamente pecaminoso, y advierte que en todas las profesiones hay posibilidad de cometer pecados y delitos; además, considera valiosa y respetable la actividad de transportar bienes desde sitios donde son producidos a lugares donde hay escasez y necesidad de los mismos, o al simple hecho de conservarlos y guardarlos para momentos futuros en los que disminuya la oferta.50 Una adecuada lectura del pensamiento de Santo Tomás, San Alberto Magno y San Bernardino de Siena, permite advertir su alto grado de subjetividad. Aunque parezca contradictorio por su extenso tratamiento la problemática del precio justo fue uno de sus puntos más débiles, lo que les impidió construir un sistema integral de análisis, pues, salvo algunas apreciaciones de San Alberto Magno, nunca se preguntaron cómo funcionaba en realidad el mecanismo de mercado, y sus preocupaciones centrales giraban alrededor de si las operaciones eran lícitas o ilícitas, justas o injustas. La concepción sobre si el precio es justo o injusto depende de apreciaciones subjetivas de quien plantee el tema. Es obvio también que muchos precios de mercado no están al alcance de gran parte de la población, y es justamente allí donde aparece el Estado, garantizando el acceso de toda la población a los bienes esenciales, incluso utilizando la herramienta del subsidio, y acentuado su rol indelegable de redistribuidor de la renta nacional. El debate sobre el préstamo a interés (usura) también estuvo teñido de cuestiones de naturaleza ética. En los primeros escritores escolásticos se mantuvo la condena a dicha práctica (como lo habían planteado los primeros padres de la iglesia) apelando a la opinión de Aristóteles; pero con el correr de los años y el grado creciente de complejidad de las actividades económicas hicieron necesaria la aceptación de distintas formas de compensación51. Esto 50 Según el economista y político norteamericano Murray Newton Rothbard (1926 – 1995), hombre que adhería a la escuela austríaca, San Bernardino debe ser considerado como el “gran sistematizador de la economía escolástica”. 51 Es importante tener presente que la condena a la usura se presentaba mucho mas fundamentada cuando se trataba de prestamos para consumo; cuando el desarrollo comercial comenzó a requerir de prestamos para financiarsus actividades, apareció como más natural (y 24 se hizo recurriendo al concepto de “titulo extrínseco”. Sucesivamente se fueron aceptando como legítimos los resarcimientos por “pagos tardíos” (mora), “daño emergente” y finalmente por “lucro cesante”.52 Con relación a la cuestión de la propiedad privada, Santo Tomás va armonizar el pensamiento crítico hacia esa institución que habían formulado los primeros Padres de la Iglesia con la defensa de esa institución que formuló Aristóteles al criticar el comunismo platónico. Este rápido repaso de las ideas de la escolástica puede cerrarse con una breve referencia Nicolás de Oresme (1320 – 1382) quien escribió un tratado sobre la moneda53 en cual planteó la necesidad de que exista monopolio de la acuñación, se pronunció por un sistema monetario bimetálico, anticipa la idea de la Ley de Gresham y condena severamente la adulteración de la moneda. necesario) reconocer como legítimo el interés que estaba dispuesto a pagar el tomador para obtener un lucro de su actividad. 52 Por supuesto que la aceptación de préstamo con intereses no fue generalizada ni absoluta por parte de todos los doctores escolásticos. Vale la pena señalar que San Cayetano de Thienne (1480 – 1547) fundó dos bancos (montes de piedad – montepío) para préstamos a sectores humildes que no podían pagar intereses. 53 “Tratado sobre el Origen, Naturaleza, Ley y Alteración de las Monedas” 25 EL MERCANTILISMO Hacia el final de la Edad Media los cambios se aceleraron, y surgen indicios de un mayor nivel de comprensión de los problemas económicos, reflejado en cierta capacidad analítica e interés por la recolección de datos. Así, lentamente el comercio y el lucro, que los escolásticos criticaban, comenzaron a reconocerse como hechos positivos, dando lugar a la aparición de una nueva práctica económica conocida como mercantilismo. Uno de los primeros autores que deben citarse es el Conde de Maddaloni y administrador del Reino de Nápoles, Diomede Carafa (1406- 1487), autor de los libros “El perfecto Cortesano” y “El oficio de un buen príncipe”. Carafa aconsejaba en ellos que había que tener un presupuesto estatal equilibrado, sin empréstitos forzosos, tan habituales entre los reyes y grandes señores en esa época, y a los que llamaba banditismo y los comparaba claramente con un robo. Va a plantear la necesidad de “dejar en paz los negocios” y establecer impuestos claros y equitativos que no alejen el capital del país ni opriman a los trabajadores; también sugería créditos de fomento al comercio, la industria y la agricultura. A su juicio, y a diferencia de los mercantilistas posteriores, los comerciantes extranjeros debían ser bienvenidos, ya que sus actividades son muy útiles para un Estado. Por último hay que decir que no hay ningún indicio en Carafa de cualquier deseo de entender o analizar los procesos del mercado; la única cuestión importante para él era cómo podía el gobernante manipularlos. Los mercantilistas desarrollaron sus ideas entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVIII. Su final coincide con la Revolución Industrial, la independencia de los Estados Unidos (4 de julio de 1776) y la publicación por parte de Adam Smith de su famosa obra “Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”. Por la propia naturaleza de las condiciones históricas que dieron lugar a su surgimiento (la descomposición del orden feudal, la gradual decadencia del escolasticismo, el descubrimiento del nuevo mundo y la expansión comercial 26 asociada a ese hecho), el mercantilismo es la doctrina de los Estados-Nación que emergen y tiene características nacionales muy específicas, aunque objetivos que son comunes a todos sus matices. En realidad, el Mercantilismo no puede ser considerado como un sistema económico, sino como un conjunto de prácticas que se expresaban en medidas de política económica y no en el pensamiento de filósofos o economistas. Si bien le correspondió a un mercantilista utilizar por primera vez el término economía política, que será el nombre más difundido de nuestra disciplina hasta finales del siglo XIX, su trabajo no se refería específicamente a la misma. Efectivamente, en 1613, bajo el título Economía Política vio la luz el trabajo de André de Montcretien; pero la expresión Política……??????? Si bien los mercantilistas no formaron una escuela homogénea, combinaron sus observaciones empíricas con algunas reflexiones teóricas que pueden considerarse como pioneras para la época. Los principales objetivos del mercantilismo pueden sintetizarse en el siguiente esquema presentado por Fernández López (1973)54, a partir del modelo del historicista alemán W. Roscher55. 54 Fernández López, (1973), página 70. 55 WG Roscher (1817-1894), Bruno Hildebrand (1813-1878) y Karl Knies (1821-1898), integran el “triunvirato” que fundó la “Vieja Escuela Histórica Alemana” que se verá más adelante. 27 ESQUEMA DEL PROGRAMA MERCANTILISTA I. POBLACION (N) + ΔN II. CANT DE METALICO (D) + ΔD III. COMERCIO EXTERIOR III.1. Balanza comercial (B) B = (X – M ) > 0 III.2. Composición del comercio: Exportación (X) X = manufacturas y servicios Importación (M) M = materias en bruto IV. SECTORES ECONOMICOS IV.1. Manufacturas (YM ) + ΔYM IV.2. Comercio y Transportes (YCT) + Δ YCT Siendo el objetivo principal del mercantilismo enriquecer y fortalecer al Estado-Nación, se establece que es necesario: • Alentar una población numerosa (con elevada tasa de natalidad). • Garantizar un flujo neto de dinero (oro y plata) hacia el interior del país. • Mantener siempre un saldo de balance comercial favorable a partir de exportaciones con alto valor agregado (manufacturas y servicios) e importaciones de materias sin elaborar. 28 • Dar prioridad a las manufacturas y en segundo lugar al comercio y el transporte.56 Una cuestión importante de destacar es que, siendo el mercantilismo una doctrina fuertemente ligada a los intereses de los estados-nación, su lectura de la realidad estaba nítidamente condicionada por las condiciones históricas y materiales de cada uno de ellos. Así por ejemplo en España, potencia colonial que disponía de metales precios en sus dominios de ultramar, las discusiones abordaron los temas monetarios y las opiniones apuntaban a evitar que el reino perdiera en el comercio exterior, los metales que traía de América. En este sentido el carácter “bullionista”57 del mercantilismo español es más marcado.58 Francia, en cambio, careciendo de metales preciosos en sus colonias, desarrollo un mercantilismo “industrialista” que intentaba obtener esos recursos con un balance de comercio siempre favorable. Esta perspectiva, como se verá más adelante, está indisolublemente ligada al nombre de Colbert. Inglaterra por su parte, intentaba potenciar las ventajas de su flota mercante desarrollando un mercantilismo “comercial”. 59 En general los autores mercantilistas tenían una concepción crisohedónica, es decir que sentían complacencia por la acumulación de metales preciosos, y suponían que una nación era más o menos rica según la cantidad de oro y plata que tuviera acumulada; esta noción rompe con la 56 Por las especificidades “nacionales” que caracterizan al mercantilismo, existen excepciones a este orden de prioridades. Ejemplo de ello fue Maximilien de Béthune, Duque de Sully, (1560 – 1641) ) referido siempre como “mercantilista agrario”, fue exitoso superintendente de finanzas del rey Enrique IV de Francia y promovió fuertemente a la agricultura,57 De inglés “bullion” = lingote. 58 Para ser rigurosos debe señalarse que el grado de adhesión a la idea de que la riqueza era exclusivamente la cantidad de metales preciosos acumulados fue muy variable. Por otra parte en los trabajos sobre el mercantilismo español, se suele utilizar el término “metalistas” para referirse a aquellos autores que en el siglo XVI proponían retornar a las restricciones a la exportación de oro y plata del siglo XV. 59 Las Actas de Navegación (1651), limitaron el uso de barcos de otra bandera en el comercio exterior de Inglaterra y prohibía toda actividad económica en sus colonias que fueran competitivas con las de Inglaterra; 29 tradición aristotélica-tomista, ya que buscaban de manera abierta la riqueza de la sociedad, hecho que como se relató anteriormente fue perdiendo su connotación negativa. Progresivamente las reservas que tenían los escolásticos con respecto al comercio y al lucro fueron desapareciendo, y los comerciantes se hicieron dignos del reconocimiento, tanto de la sociedad como del Estado. En líneas generales, significaba la implementación por parte de los Estados de una serie de medidas tendientes a lograr superávit en la balanza de pagos, para lo cual había que trabajar fundamentalmente en la promoción del comercio exterior, exportando mucho e importando poco. En base a ello aparece el concepto de “nacionalismo económico”, que se acercaba bastante a una xenofobia provocadora que subyacía en el talante belicista de la época. Se ha señalado con acierto que “La alta estimación del dinero fue común a todos los mercantilistas. Miraban el proceso económico desde el punto de vista de la etapa primitiva a que había llegado el capitalismo – su etapa comercial – y esto les llevaba a identificar dinero y capital”60 El mercantilista y físico alemán Johann Becher (1635-1682), consejero de Leopoldo I de Austria y director de varias empresas del Estado, sostenía “que siempre es mejor vender mercancías a los demás que comprarlas, pues lo primero otorga ciertas ventajas y lo segundo acarrea inevitables perjuicios”.61 A través de de esta expresión tan simple se puede vislumbrar el espíritu mercantilista que ha sido sintetizado, en la importante obra de Heckscher, como el “horror a los bienes”.62 En esta época, la idea del mercader era aparecer con un perfil bien definido, y cuando alguno de ellos prosperaba económicamente era respetado y hasta prestigiado por la sociedad. En las grandes ciudades mercantiles como Ámsterdam, Londres, Venecia, Brujas o Florencia, los mercaderes fueron adquiriendo poder e influencia a través de la exposición de sus ideas, lo que les permitía manejar la opinión pública y, por ende, influir sobre las decisiones oficiales. 60 Cfr. Roll (1958), página 59. 61 Citado por Roll (1958) página 60. 62 Heckscher (1943) 30 En España, el abundante ingreso de metales preciosos generó un agudo proceso inflacionario, que es conocido como la Revolución de los Precios63. En lugares como Andalucía, los precios se quintuplicaron, y estos aumentos se fueron generalizando posteriormente en toda Europa. El intelectual y jurista francés Jean Bodin (1530-1596), funcionario de Enrique III, es autor de varias obras de carácter político; pero en lo referido a sus ideas económicas se destaca la réplica a Jehan Cherruyt, más conocido como el Señor de Malestroit64. El señor de Malestroit se empeñaba en negar la constante suba de precios, sosteniendo que los aumentos que se registraban en Francia eran debido a la degradación de las monedas locales, y por lo tanto si se expresaban en una moneda fuerte no rebajada, la suba no era tal. En una palabra, para él, aunque los precios nominales aumentaran, la relación de intercambio entre cada uno de los bienes en relación al oro y a la plata permanecía estable. De este modo la "carestía" sería sólo una ilusión, porque si bien los que compran dan más escudos, soles o libras a cambio de los mismos bienes, no da más oro o plata; por ende Malestroit concluye en que, para evitar esta inflación de unidades de cuenta, lo único que hace falta es aplicar una ortodoxia monetaria manteniendo constante el contenido metálico de las monedas. Malestroit subrayaba también en una segunda paradoja, que aferrarse sólo a los valores nominales sin tener en cuenta el contenido metálico que contienen las monedas es arriesgarse a sufrir pérdidas de capital; por eso, que el rey al percibir sus ingresos en monedas depreciadas no recibe la misma cantidad de oro y de plata que obtenían por ejemplo sus predecesores. Al responderle, Bodin analiza detalladamente la situación y llega a la conclusión de que el aumento constante de los precios tenía varias razones: en primer lugar, y como causa principal, la interminable entrada de metales preciosos, lo que lleva a que la inflación sea más alta que la depreciación de la moneda, es decir que a diferencia de Malestroit estima que la inflación no es 63 El término revolución de los precios, para referirse al proceso inflacionario en España (y luego en toda Europa) surgió del trabajo de un historiador estadounidense, Hamilton (1934) 64 "Réponse aux paradoxes de M. De Malestroit touchant le fait des monnaies et le enchérissement de toutes choses", de 1568. 31 solamente "nominal" (en unidades de cuenta), sino también real (en términos de oro y plata). Una vez que demuestra que la inflación era una realidad y un problema económico, Bodin pasa a discutir sus causas que, en su análisis, son: • Abundancia de oro y de plata. Es la principal causa. El mayor crecimiento de la cantidad de metales preciosos en relación con los demás bienes, disminuye los precios relativos del oro y la plata con respecto a los demás bienes, o en otros términos, aumenta los precios de los bienes en términos de oro y plata. • La existencia de algunos monopolios, • Escasez de bienes producida por su exportación • Gastos y derroche de los reyes y la nobleza. • Adulteración de la moneda. Como anécdota que guardaba un fuerte contenido irónico, comenta que dado el exceso de metales preciosos, las personas estaban usando cubiertos de plata y no de hierro, y cucharas de plata y no de madera. Este análisis de Bodin se encuentra en sus “Six livres de la Republiqué”65, y si bien el valor del mismo no se encuentra por encima de otras obras de la época, significó una primera exposición sobre lo que se llamaría en el futuro “teoría cuantitativa del dinero”66. Otro importante aporte del francés estaría referido a un tema relativamente novedoso y que él llamaba “principios de la fiscalidad”, y que hacia referencia a los pilares sobre los que debía basarse un sistema impositivo justo. Un aspecto que no se puede olvidar de los mercantilistas, es que sentían verdadero desprecio por la competencia, insistían sobre el acuerdo entre 65 “Les six livres de la République”, 1576 66 La ecuación cuantitativa del dinero muestra que cuando la demanda agregada aumenta más rápido que la oferta agregada debido a un exceso en la cantidad de moneda circulante, suben los precios. Este reconocimiento lo comparte con Martín de Azpilicueta (1492 – 1586), de la Escuela de Salamanca, que también es considerado un precursor de la idea de que existe una relación entre el aumento de los medios de pago y el aumento de los precios. 32 vendedores para fijar los precios del mercado, lo que hoy llamamos “colusión monopólica”67, y defendían el otorgamiento privilegios de monopolio y de patentes por parte de la Corona, como así también la prohibición de importar cualquier bien competitivo que los afectara. En España, uno de los más importantes mercantilistas fue el Duque Damián de Olivares (1587-1645), que puso en marcha una reorganización de los recursos, de tal manera que los gastos derivados de la acción política fueransufragados igualmente por todos los territorios vinculados a la Corona, y no sólo por Castilla. Para superar esta situación, propuso la uniformidad legal en los diversos reinos, y para alcanzarla planteó un plan de reformas encaminadas a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba con vistas a un mejor aprovechamiento de los recursos al servicio de la política exterior. Miguel Caxa de Leruela, mercantilista español del siglo XVII, merece ser citado por haber sido quizás el primero en formular la ley de los rendimientos decrecientes que, mucho tiempo después, enunciará Turgot.68 Aunque algunos historiadores no lo consideran como mercantilista, también debe mencionarse al cura Juan de Mariana (1535 – 1624); teólogo e historiador que analizó y critico la práctica de adulterar la moneda por parte de los monarcas.69 En Francia, además del ya citado Jean Bodin, se destacó Jean Baptiste Colbert (1619-1683), quien con toda justicia puede ser considerado el político mercantilista más destacado de aquel país. Colbert comenzó su carrera como administrador privado de la fortuna del Cardenal Mazarino y su eficacia le llevó a ser recomendado a Luis XIV. En 1661 entró a formar parte del Consejo de Finanzas, cargo desde donde acusó de malversación de fondos al superintendente financiero Nicolás Fouquet quien fue destituido y arrestado por orden de Luis XIV. Lo sucedió Colbert, logrando 67 Acuerdo tácito entre vendedores de un producto homogéneo para fijar su precio, y determinar la cantidad que se enviará al mercado. 68 Otros mercantilistas españoles relevantes que merecen citarse son: Luis Ortiz (S. XVI), Sancho de Moncada (S. XVII) y Jerónimo de Urtariz (S. XVII). 69 Quizás por la severidad de sus críticas Mariana terminó siendo juzgado (aunque finalmente absuelto) por un tribunal de la Inquisición. 33 en poco tiempo aumentar significativamente la recaudación de impuestos y reducir significativamente la deuda del Estado. El “colbertismo” significó la consolidación de la doctrina mercantilista en poder de Francia; organizó la economía gala fomentando la autosuficiencia y el autoabastecimiento. Fueron esos los rasgos salientes de un mercantilismo industrial que le permitió a Francia hacerse de metales a través de la exportación de manufacturas. De esta manera lograba una balanza de pagos superavitaria, lo que le permitía a su país la independencia económica tan anhelada. Como ya se señaló, en Inglaterra debido a sus características económicas y a su situación geográfica, se estableció un mercantilismo comercial que aprovechó las ventajas de la flota. Uno de los principales defensores de estas ideas fue el mercader y consejero de “Isabel I”, Gerald de Malynes70 (1586 – 1641), quien realizó estudios que le permitieron distinguir entre interés y usura, y planteaba como receta mágica para lograr la riqueza el aumento de los derechos de importación71 y la prohibición de la exportación de oro y plata en barras. A su juicio, Inglaterra debía mantener un tipo de cambio estricto para las monedas, y el mismo debía estar directamente relacionado con la cantidad de metal precioso de los mismos. Un gran mérito de Malynes es haber explicado el mecanismo de equilibrio automático del mercado internacional de los metales preciosos: si la moneda de un país cae por debajo de la paridad metálica, aquélla irá saliendo de esa nación para pagar importaciones, por lo cual, al existir menos circulante en el mercado local, caerán sus precios internos; a raíz de ello, mejorarán su competitividad y sus exportaciones, las cuales pasarán a ser más baratas en comparación con aquellas ofrecidas por los países que aumentaron sus tenencias en oro y plata, ya que en ellos se han incrementado los precios internos por la mayor abundancia de dichas tenencias. En definitiva, la cantidad de metales preciosos que inicialmente salen de un país por un aumento de las 70 “A Treatise of the Canker of England’s Commonwealth” (1601) o “Un Tratado sobre el desequilibrio del Commonwealth” 71 Lo que hoy se conocen más comúnmente como aranceles o impuestos a la importación 34 importaciones, termina regresando posteriormente por el crecimiento de las exportaciones. Otro aporte importante de la teoría de Malynes es el “sofisma de la baratura”, que planteaba que una competencia excesiva podía hacer que la relación de intercambio se volviera en contra de un país. Para evitar esto, Malynes aconseja “no competir con otros malbaratando para daño de la república, con el pretexto de aumentar el comercio; porque el comercio no aumenta cuando los bienes son muy baratos, porque la baratura procede de la corta demanda y la escasez de dinero, que hace las cosas baratas; de tal manera que lo contrario aumenta el comercio, cuando hay abundancia de dinero y los bienes se vuelven más caros al ser demandados”72. También se destacaron el economista inglés Charles Davenant (1656 – 1714), para quien el comercio interior no enriquecía a la nación en general, puesto que sólo tenía lugar una transferencia en la riqueza relativa de los individuos, mientras que el comercio exterior aumentaba sin lugar a dudas la riqueza de un país; las exportaciones eran la mejor manera de soportar los costos de las guerras, y era mucho mejor ese camino que el de tomar deuda a largo plazo o cobrar más impuestos a los terratenientes. Sostenía que no debían restringirse las importaciones provenientes de la India, ya que Inglaterra las requería como insumos indispensables para sus exportaciones. También hay que mencionar al mercader y economista londinense Thomas Mun (1571 – 1641), quien escribió que “el camino normal para aumentar la riqueza y el poder nacional es a través del comercio exterior y con la observancia de la siguiente regla: vender a los extranjeros más de lo que se les compra”73, para lo cual había que desestimular la importación a través de una pesada carga tributaria. De ese modo Inglaterra sería rica, aunque había que establecer algunas medidas adicionales, como el transporte de la mercadería en barcos ingleses, construidos por ingleses, y asegurados por compañías inglesas. 72 Citado por Heckscher (1943) pág. 671. 73 “England’s Treasure by Foreign Trade" o “La Riqueza de Inglaterra por el Comercio Exterior“. Obra escrita presumiblemente en 1630, pero publicada póstumamente por su hijo John en 1664. 35 Mun ubicó al comercio en el plano más alto de las actividades económicas, y sugirió que el número de la población debía ser lo más grande posible, aunque los salarios tendrían que ser de subsistencia para que los trabajadores sean laboriosos y no se dejen tentar por los vicios. En el análisis de algunas de sus propuestas no pueden soslayarle las críticas que recibió porque siendo un importante directivo de la East India Company, se lo acusaba de querer favorecer los intereses de su empresa. En Italia, el economista napolitano Antonio Serra (1580 – 1650) expresaba lo que para él eran las claves de la riqueza de un país: muchas industrias, buena calidad de la población, operaciones comerciales exitosas y reglamentación de las políticas por parte del soberano. Serra, que escribió su obra más importante74 en una cárcel debido a que se vio involucrado en una conjura para liberar Calabria del dominio español, explica que la abundancia de bienes depende precisamente de los recursos naturales, de la calidad y capacitación de los recursos humanos, y del desarrollo de la industria y el comercio. Al explicar la salida del oro y la plata de Nápoles, planteó la posibilidad de un equilibrio automática de la balanza comercial. Asimismo, Serra intenta demostrar que la única manera de poseer dinero en abundancia, cuando no se dispone de minas de oro y plata, es haciendo que la balanza de pagos sea favorable, estimulando lasexportaciones directas y las prestaciones de servicios y transportes hacia el exterior. Alemania75 tuvo entre sus exponentes mercantilistas a Ludwig von Seckendorff (1626-1692), quien pensaba que las prácticas mercantilistas eran una buena forma para superar la descomposición económica y social germana posterior a la guerra de los treinta años76. 74 Breve trattato delle cause che possono far abbondare li regni d’oro e d’argento dove non sono miniere o "Breve tratado de las causas que pueden hacer abundar el oro y la plata en los reinos que no tienen minas", del año 1613. 75 El mercantilismo alemán es habitualmente mencionado con el nombre de Cameralismo. El vocablo deriva del alemán “kammer” (cámara), que se refería al lugar en que se guardaba el tesoro y expresa la idea de administración de la Hacienda Pública. 76 Inicialmente la guerra de los 30 años tuvo como causa visible el conflicto religioso entre Estados que eran partidarios de la reforma y de la contrarreforma dentro del Sacro Imperio http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_protestante http://es.wikipedia.org/wiki/Contrarreforma http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico 36 Uno de los cameralistas más destacados fue Johann Heinrich Gottlob von Justi (1705 – 1771)77. La preocupación por la Hacienda pública de los cameralistas les llevo a afirmar que la riqueza de un país dependía de la cantidad de impuestos que se podía recaudar a favor del monarca. Así es como desarrollaron estudios sobre sistemas de tributación y control para la percepción de impuestos y por ello los cameralistas han sido considerados entre los primeros que profundizaron en materia de organización del Estado y sobre lo que hoy se denomina teoría de las Finanzas Públicas. En síntesis, este conjunto de autores, que además de económico fue político e intelectual, buscó fortalecer al Estado Absolutista Germano, y se conformó en base al poder de la administración pública en la dirección y el control de los territorios que estaban bajo el poder de los príncipes. De Austria debe citarse a Philipp Wilhelm von Hörnigk (1638 – 1712), quien llegó a justificar que se pagara en el país hasta el doble por un producto manufacturado internamente, antes de adquirirlo en el exterior a mitad de su precio local. Además, von Hörnigk planteó las que a su juicio eran las nueve reglas básicas para engrandecer a su país78 y que constituye un excelente ejemplo de la doctrina mercantilista, particularmente de los “industrialistas79: 1. Inspeccionar los suelos del país con el mayor cuidado, y no dejar las posibilidades agrícolas de una sola esquina o terrón de tierra sin considerar. 2. Todos los productos del país, que no pueden ser utilizados en su estado natural, se deben manufacturar dentro del país. Romano Germánico, pero la intervención paulatina de las distintas potencias europeas convirtió el conflicto en una guerra general por toda Europa. 77 Sus obras son “Tratado sistemático de las ciencias económicas y comerciales” (1755) y “Hacienda pública” (1766). 78 Von Hörnigk denominó a estas indicaciones como las Nueve Reglas Principales de la Economía Nacional. [Cfr. von Hörnigk (1924), página 223]. 79 El sugerente título del trabajo de von Hörnigk es “Österreich uber alles wann es nur will", que puede ser traducido, según Fernández López (1973). pagina 61, como “Austria, la primera, con solo proponérselo; o alternativamente: “Austria sobre todo, si ella solo lo quiere”, traducción propia a partir de la publicación en ingles. [von Hörnigk (1924)]. http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico 37 3. Fomentar el crecimiento de la población, que puede ser tan grande como el país pueda soportar. 4. Deben prohibirse todas las exportaciones de oro y plata, y todo el dinero nacional se debe mantener en circulación 5. Obstaculizar tanto cuanto sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros. 6. Los productos extranjeros no deben ser obtenidos a cambio de oro o plata, sino a cambio de otros artículos domésticos 7. En la medida que sea posible las importaciones deben limitarse a materias primas que puedan elaborarse en el país. 8. Buscar, noche y día, las oportunidades para vender a los extranjeros los bienes superfluos del país en forma manufacturada. 9. No permitir ninguna importación de bienes que existan en el país, de modo suficiente y adecuado. PRECURSORES DE LA ECONOMIA CLÁSICA El surgimiento de la economía como disciplina autónoma, con objeto propio y sus correspondientes debates metodológicos, se ubica en la segunda mitad del siglo XVIII cuando la complejidad del sistema económico plantea los primeros interrogantes específicos que van a caracterizar el desarrollo de las ideas en el capitalismo moderno. Sin embargo ese camino tuvo muchas estaciones intermedias y antes de surgir la que sería la primera escuela de economía, la fisiocracia, numerosos autores precedieron al nacimiento de la “nueva ciencia”. Entre esos autores hay tres que no pueden dejar de ser citados.80 80 Si bien mencionaremos solamente a Petty, Cantillon y Boisguillebert, podrían incluirse también, con diferentes grados de matices mercantilistas, a Gregory King (1648 – 1712), Dudley North (1641 – 1691), y a David Hume (1771 – 1776). 38 Sir William Petty 1623 – 1687) fue sin dudas el más importante de los precursores ingleses de la escuela clásica y en su Political Arithmetick (escrita en 1672 y publicada en 1690) formula el primer alegato contundente en favor de la investigación empírica de los temas económicos. En ese trabajo puede leerse “En lugar de emplear solo palabras comparativas y superlativas,…, he tomado el camino…de expresarme en términos de Número, Peso y Medida;”.81 Los temas más importantes de economía en los cuales Petty incursionó fueron básicamente los siguientes: • Valor de los bienes y riqueza: diferenciándose de la tradición mercantilista, va a sostener que “el trabajo es el padre y la tierra es la madre de la riqueza”82. Aunque puede percibirse como una teoría del valor basada en el costo de producción, como va a considerar que lo más importante es el trabajo, se constituye en un precedente importante de la teoría del valor-cantidad de trabajo de la economía clásica. • División del trabajo: desarrolló un análisis de las ventajas de la división del trabajo, con un ejemplo que es la fabricación de relojes.83 • Teoría de la renta de la tierra: enunció una teoría de la renta diferencial como excedente, básicamente igual a la de Malthus- Ricardo, aunque no basada en las diferentes calidades de tierra sino en las distintas distancias entre el lugar de producción y el mercado. • En lo referido a dinero y precios, no solamente adhirió a la idea de su vinculación, sino que definió la velocidad de circulación de la moneda y planteo la equivalencia existente entre un aumento en la misma y un aumento en la cantidad de dinero. 81 Citado por Roll (1958) página 92. 82 Citado por Roll (1958) página 95. 83 En este tema se acerca a lo que será el análisis del tema de Adam Smith y su ejemplo de la fabricación de alfileres. 39 • Teoría de la distribución: consideró que la riqueza se distribuía entre renta, salarios e interés del capital (al que definía como trabajo acumulado). Sobre el salario sostenía que había una ley natural que lo fijaba al nivel de subsistencia; sobre el interés se expedía en contra de los límites legales por considerar que la ley positiva era estéril si se oponía a la ley natural. Además del ya citado Political Arithmetick, los aportes de Petty a la economía se encuentran en su Tratado de Impuestos y Contribuciones (1662), en Verbum Sapienti (1664) y en la Anatomía Política de Irlanda (1691). A manera de consideración final sobre la relevancia de Petty en la historia de
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