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4 Patologia renal

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Manifestaciones clínicas de las enfermedades renales 
• Azoemia, anomalía bioquímica que refiere al aumento de las 
concentraciones de nitrógeno ureico sanguíneo (BUN) y está relacionado 
principalmente con la reducción del FG. Cuando se asocia a una serie de 
signos y síntomas clínicos + anomalías bioquímicas se denomina uremia 
→ donde no sólo hay fracaso de la función renal, sino que ha progresado 
a una serie de alteraciones metabólicas y endócrinas que se producen 
como consecuencia del daño renal (ej. Pericarditis fibrinosa, neuropatía 
periférica, gastroenteritis urémica). 
• Síndrome nefrítico, entidad clínica causada por la enfermedad 
glomerular, dominada por una hematuria de inicio agudo y visible 
macroscópicamente, o hematuria microscópica con eritrocitos 
dismórficos + cilindros eritrocíticos, FG ↓, proteinuria leve/moderada, 
HTA. Es la presentación clásica de la glomerulonefritis post 
estreptocócica. La glomerulonefritis rápidamente progresiva se 
caracteriza por un síndrome nefrítico con deterioro rápido (horas-días) 
del FG. 
• Síndrome nefrótico, entidad causada por la afectación glomerular, 
presenta una proteinuria importante (> 3,5 g/día), hipoalbuminemia, 
edema intenso, hiperlipidemia y lipiduria. 
• Hematuria o proteinuria asintomáticas, suelen ser manifestación de 
anomalías glomerulares sutiles o leves. 
• Insuficiencia renal aguda, se caracteriza por una rápida disminución de 
FG (horas-días), con desregulación del equilibrio hidroeléctrico y 
retención de productos metabólicos residuales, como la creatinina y la 
urea. En algunos casos se manifiesta como oliguria y con menor 
frecuencia, anuria. 
• Enfermedad renal crónica, se define como la presencia de un FG 
disminuido persistentemente inferior a 60ml/min/1,73 m2 por 3 meses, 
y/o albuminuria persistente. Es el resultado final de todas las 
enfermedades parenquimatosas renales crónicas. 
• Nefropatía terminal, el FG < 5% de lo normal, es la fase terminal de la 
uremia. 
• Defectos tubulares renales, están dominados por poliuria, nicturia y 
trastornos electrolíticos (ej. Acidosis metabólica). 
• Obstrucción de las vías urinarias, se asocian a distintas manifestaciones 
clínicas dependiendo de su localización anatómica y la naturaleza de la 
lesión. 
• Infección de las vías urinarias, se caracteriza por bacteriuria y piuria; la 
infección puede ser sintomática o asintomática, y puede afectar al riñón 
(pielonefritis) o a la vejiga (cistitis). 
• Nefrolitiasis, se manifiesta como espasmos de dolor intenso (cólico renal) 
y hematuria, a menudo con formación repetida de cálculos. 
 
Los glomérulos se pueden lesionar por varios factores en el transcurso de varias enfermedades sistémicas (LES, HTA, DBT, enfermedad de Fabry) → glomerulopatías 
secundarias VS aquellos trastornos donde el riñón es el único órgano afectado → glomerulonefritis primaria, o si no hay inflamación, glomerulopatía. 
Patogenia de la lesión glomerular 
Los mecanismos inmunitarios se asocian a la mayoría de las formas de glomerulopatías 
primarias y muchos de los trastornos glomerulares secundarios. Se han establecido dos 
formas de lesiones asociadas a anticuerpos: 
(1) lesión mediada por anticuerpos que reaccionan in situ dentro de los glomérulos por la 
reacción de los anticuerpos con antígenos tisulares intrínsecos o con antígenos extrínsecos 
“implantados” en los glomérulos desde la circulación. Con el ME, se observa que el patrón de 
depósito inmunitario es granular → refleja una interacción antígeno-anticuerpo muy 
localizada. 
• Nefropatía membranosa primaria, enfermedad autoinmune donde se forman 
anticuerpos que reconocen componentes tisulares endógenos. Si bien no se tiene 
mucho conocimiento respecto a qué desencadena la formación de estos anticuerpos, 
algunas formas secundarias de nefropatía membranosa pueden ser inducidas por 
fármacos y en la enfermedad de injerto contra anfitrión 
• Anticuerpos frente a antígenos implantados → estos son moléculas catiónicas que se 
unen a los componentes aniónicos del glomérulo 
• Anticuerpos dirigidos contra la MBG → los anticuerpos se unen a antígenos 
intrínsecos distribuidos de manera homogénea a lo largo de toda la longitud de la 
MBG, generando un patrón lineal difuso en técnicas de inmunofluorescencia. 
(2) la lesión que aparece como consecuencia del depósito de complejos inmunes circulantes 
en los glomérulos. Los anticuerpos no tienen una especificidad inmunitaria por los 
componentes glomerulares, sino que se sitúan allí por sus propiedades fisicoquímicas y por los 
factores hemodinámicos propios de los glomérulos. Los antígenos en cuestión pueden tener 
un origen endógeno (glomerulonefritis asociada a LES o nefropatía IgA), o pueden ser 
exógenos → glomerulonefritis post estreptocócicas, VHB, VHC, T. pallidum, P. falciparum, etc. 
La principal causa de glomerulonefritis por IC es la formación in situ, y no el depósito de 
inmunocomplejos circulantes. 
 
Respuestas patológicas del glomérulo a la lesión 
1- Hipercelularidad, resulta de una o más de los siguientes eventos 
producidos durante la inflamación glomerular: 
a. Proliferación de células mesangiales o endoteliales 
b. Infiltrado leucocítico. 
c. Formación de semilunas, son acumulaciones de células 
epiteliales glomerulares (predominantemente parietales) y 
leucocitos infiltrantes. Por lo general se ve tras una lesión 
inmunitaria/inflamatoria que afecta las paredes de los 
capilares → la extravasación de factores procoagulantes y 
citoquinas proinflamatorias al espacio urinario de Bowman 
podría ser clave en la proliferación celular epitelial. 
2- Engrosamiento de la membrana basal. Comprobable con la tintura 
PAS + al MO; al ME se pueden distinguir 3 formas: 
a. Depósito de material amorfo electrodenso, a menudo IC en 
la vertiente epitelial/endotelial de la membrana basal o 
dentro de la MBG. 
b. Engrosamiento por aumento de la síntesis de sus 
componentes proteicos 
c. Formación de capas adicionales de matriz a la membrana 
basal, que puede ir desde una MEC escasamente organizada, 
a una duplicación de la lámina densa → glomerulonefritis 
membranoproliferativa. 
3- Hialinosis y esclerosis. La hialinosis refiere a la acumulación de un 
material de aspecto homogéneo y eosinófilo al MO, que se debe al 
paso de proteínas plasmáticas desde la circulación a las estructuras 
glomerulares. Suele ser consecuencia de una lesión de la pared 
endotelial, y es resultado final de varias formas de daño glomerular. 
La esclerosis se caracteriza por un depósito de colágeno en la MEC, en 
las áreas mesangiales, en las asas capilares o en ambas. 
Independientemente del antígeno, los inmunocomplejos formados o 
depositados en los glomérulos pueden causar una reacción inflamatoria 
local generadora de la lesión. Cuando la exposición al antígeno es de corta 
duración y limitada, los inmunocomplejos presentes en el glomérulo serán 
degradadas eventualmente, y la reacción inflamatoria cesará. Sin 
embargo, si los IC se depositan durante períodos prolongados (LES, 
infección por VHB/VHC) es posible que se generen ciclos repetidos de 
lesión, lo que provoca una glomerulonefritis de tipo más crónico, 
membranosa o membranoproliferativa. 
La localización glomerular de los antígenos/anticuerpos/inmunocomplejos 
dependerá de la carga, tamaño molecular, cambios en la hemodinamia 
glomerular, función mesangial y la integridad de la barrera selectiva de los 
glomérulos: 
- Antígenos altamente catiónicos tienden a atravesar la MBG, y los 
complejos resultantes suelen tener una localización subepitelial. 
- Macromoléculas altamente aniónicas quedan excluidas de la MBG, 
atrapadas en el espacio subendotelial. 
- Moléculas de carga neutra y los IC que contienen dichas 
moléculas, tienden a acumularse en el mesangio. 
- Grandes complejos no tienen una acción nefritógena dado que por lo general fue eliminado por el sistema reticulo endotelial.A su vez, los distintos patrones de localización de los IC son un determinante clave de la respuesta frente a la lesión y de las características histológicas que se 
desarrollan luego → IC de localización subendotelial o mesangial son accesibles a la circulación y es más probable que estén implicados en procesos inflamatorios que 
requieren de la participación de los leucocitos circulantes; en cambio, en aquellas patologías donde los IC se depositan de manera subepitelial, es característica la 
patología no inflamatoria. 
Una vez que cualquier nefropatía destruye nefronas funcionantes y reduce el FG hasta el 30-50% de lo normal, la progresión hacia la insuficiencia renal terminal 
evoluciona a una velocidad constante, independiente del estímulo original o de la actividad de la enfermedad subyacente. Las dos principales características de este 
daño renal progresivo son: 
a. Glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS), parece inciarse como un cambio adaptativo que se produce en los glomérulos relativamente no afectados de 
los riñones enfermos → se produce una hipertrofia compensadora de los glomérulos que permite mantener la función renal, pero que también implica 
hipertensión glomerular, hipertensión sistémica → lesión epitelial/endotelial que llevan a la proteinuria → la acumulación de proteinas en el mesangio induce 
la proliferación de células mesangiales, aumento de la producción de MEC, favorece la infiltración linfocitaria y termina causando la glomeruloesclerosis. Este 
proceso da lugar a una mayor pérdida de las nefronas funcionantes ya un círculo visioso de glomeruloesclerosis progresiva. 
b. Fibrosis tubulointersticial, se manifiesta por el daño tubular y la inflamación intersticial. A saber, el correlato entre la reducción de la función renal y la 
extensión del taño tubulointersticial es mucho mayor que la intensidad de la lesión glomerular. Son varios los factores involucrados en la lesión 
tubulointersticial: isquemia, inflamación aguda/crónica, proteinuria (citocinas, C’, Hb, IgG, estructuras lipídicas, proteínas plasmáticas oxidadas). 
El cuadro clínico de la enfermedad glomerular se agrupa en 5 síndromes glomerulares mayores que pueden ser causadas por glomerulopatías primarias o secundarias. 
SÍNDROME NEFRÍTICO. El paciente nefrítico se presenta normalmente con hematuria, cilindros hemáticos en orina, azoemia, oliguria e hipertensión leve/moderada. La 
proteinuria y edema son frecuentes pero no son tan significativos como en el sme nefrótico. Se puede presentar en enfermedades multisistémicas (LES, polivasculitis 
microscópica), pero la alteración más característica de este cuadro es la glomerulonefritis aguda proliferativa y la GNRP. 
• Glomerulonefritis aguda proliferativa. Abarca un grupo de enfermedades que se caracterizan histológicamente por la proliferación difusa de las células del 
glomérulo, asociada a la entrada de leucocitos (exudado). El patrón prototípico de la enfermedad inducida por antígenos exógenos es la glomerulonefritis post 
infecciosa, donde las infecciones más frecuentes son por estreptococos. 
Glomerulonefritis post estreptocócica. Se presenta 1-4 semanas después de una infección estreptocócica de faringe o en la piel (impétigo); es más frecuente en 
niños de 6-10 años de edad, pero podría afectar a cualquier grupo etario. 
- Etiología y patogenia. Es causada por IC que contienen antígenos estreptocócicos y anticuerpos específicos, formados in situ. Se trata de la exotoxina 
piógena estreptocócica B (SpeB) que es secretada por las cepas nefritógenas de estreptococos, y que se implantan en la cara subendotelial de la MBG, lo 
que lleva a la formación in situ de inmunocomplejos→rta inflamatoria. Posteriormente, a través de mecanismos no del todo dilucidados, los complejos se 
disocian, migran a través de la MBG, y se reconstituyen en el lado subepitelial de la MBG. 
- Morfología. MICRO: glomérulos hipercelulares aumentados de tamaño (por la infiltración leucocitaria, proliferación de células mesangiales y formación de 
semilunas en los casos graves). La proliferación y el infiltrado leucocitario suelen ser globales y difusos (afectan a todos los lóbulos y todos los glomérulos). 
Puede haber edema e inflamación en el intersitico y los túbulos contienen a menudo cilindros hemáticos. IF: hay depósitos granulares de IgG, C3 y avecez 
IgM en el mesangio y a lo largo de la MBG; aunque se reconocen de forma casi universal depósitos de IC, a menudo son focales y están dispersos. MET: hay 
depósitos definidos, amorfos y electrodensos en la vertiende epitelial de la membrana, a menudo con aspecto de “jorobas”. En el comienzo de la 
enfermedad es posible encontrar depósitos subendoteliales. 
- Evolución clínica. El caso típico es dl de un niño pequelo que desarrolla de manera brusca malestar, fiebre, náuseas, oliguria y hematuria, 1 o 2 semanas tras 
haberse recuperado de un catarro. En orina se encuentran ertitrocitos dismórficos o cilindros hemáticos, proteinuria leve, edema periorbitario e 
hipertensión leve/moderada. En adultos el inicio puede ser atípico, con aparición brusca de HTA o edema y elevación de BUN. En ambos casos, el 
laboratorio arroja valores de altos del título de Ac anti estreptocócicos, y descenso de la mayoría de los componentes del C’. Más del 95% de los niños 
afectados podrán recuperar su función renal normal con el tratamiento conservador, en el caso de los adultos, el curso de la enfermedad puede no ser tan 
benigna, dado que en el 40% las lesiones no resuelven con rapidez, que se ve reflejado en la persistencia de la proteinuria, hematuria e hipertensión. 
Glomerulonefritis aguda no estreptocócica. Se presenta en relación a otras infecciones bacterianas (endocarditis estafilocócicaa, neumonía neumocócica y 
meningococcemia), víricas (VHB, VHC, parotiditis, varicela y mononucleosis infecciosa), y parasitarias (paludismo, toxoplasmosis). En estos casos se aprecian 
depósitos granulares inmunofluorescentes y jorobas subepiteliales. Se distinguen de las post estreptocócicas ya que a veces se producen depósitos inmunitarios 
que contienn IgA en vez de IgG. 
Glomerulonefritis rápidamente progresiva (GNRP). Es un síndrome asociado a una lesión glomerular importante, pero no denota una etiología específica. Se caracteriza 
por la pérdida rápida y progresiva de la función renal asociada a oliguria intensa y signos de síndrome nefrítico. El cuadro histológico más frecuente es la presencia de 
semilunas en la mayoría de los glomérulos. 
- Patogenia. La GNRP puede deberse a múltiples 
enfermedades y si bien no existe un 
mecanismo único que pueda explicar todos los 
casos, en la mayoría de ellos la lesión se 
produce por un mecanismo autoinmune. En 
base a la inmunopatogenia, es posible 
clasificar la GNRP en tres grupos, cabe recordar 
que el denominador común para todos los 
casos es la presencia de una lesión glomerular 
grave. 
- Morfología. MACRO: riñones aumentados de 
tamaño y pálidos, a menudo con hemorragias petequiales en la superficie. MICRO: el cuadro histológico está dominado por la presencia de semilunas formadas por 
la proliferación de las células parietales y la migración de monocitos/macrófagos hacia el espacio urinario; las semilunas pueden obliterar el espacio urinario y 
comprimir el ovillo glomerular. Las hebras de fibrina son con frecuencia prominentes entre las capas de celulares de las semilunas (recordar que el escape de 
factores procoagulantes, fibrina y citoquinas al espacio de Bowman contribuye a la formación de las semilunas). IF: los casos mediados por IC muestran depósitos 
granulares, los casos de sme de Goodpasture muestran un depósito lineal de IgG y C’, mientras que en la GNRP pauciinmunitaria el depósito de reactantes 
inmunitarios es escaso o ausente. 
Con independencia del tipo, el MET muestra roturas en la MBG → leucocitos, proteínas plasmáticas y mediadores de la inflamación podrán llegar al espacio 
urinario, donde activan la formaciónde semilunas. Con el tiempo, la mayoría de las semilinas sufren organización y los focos de necrosis segmentaria remiten como 
cicatrices. 
- Evolución clínica. Las manifestaciones renales de todas las formas de GNRP consisten en hematuria con cilindros hemáticos, proteinuria moderada (en ocasiones 
puede alcanzar valores nefróticos) e hipertensión y edemas variables. En el sme de Goodpasture el cuadro puede estar dominada por la hemoptisis recurrente. El 
análisis sérico anti-MBG, anticuerpos antinucleares y ANCA es putil para establecer el diagnóstico de los subtipos específicos. 
SÍNDROME NEFRÓTICO. Es causado por una alteración de las paredes capilares glomerulares que produce aumento de la permeabilidad a las proteínas plasmáticas. Sus 
manifestaciones son: 
- Proteinuria masiva (pérdidas diarias > 3,5 mg) → consecuencia del 
aumento de la permeabilidad como consecuencia de las alteraciones 
estructurales o fisicoquímicas en la barrera de filtración, que permite a las 
proteínas escapar hacia esl espacio urinario, lo que lleva a una proteinuria 
masiva. 
- Hipoalbuminemia (concentraciones plasmáticas < 3g/dl) → la intensa 
proteinuria agota las concentraciones séricas de albúmina. 
- Edema generalizado→ es consecuencia directa de la disminución de la 
presión coloidosmótica del plasma. El edema es blando, deja fóvea y es 
mpas marcado en las regiones periorbitarias y partes declives del cuerpo; 
de ser intenso, puede producir derrame pleural y ascitis. 
Tipo I Donde la GNRP se debe a la formación de anticuerpos anti-MBG (dirigidos contra la cadena α del colágeno tipo 
IV). Se caracteriza por depósitos lineales de IgG, y en muchos casos C3. Puede limitarse al riñón, o bien presentar 
reacción cruzada con las membranas basales de los alvéolos pulmonares para producir el cuadro clínico de 
hemorragia pulmonar asociada a insuficiencia renal → Síndrome de Goodpasture. 
Tipo II La GNRP se desarrolla como complicación de cualquiera de las nefritis por depósito de inmunocomplejos → 
glomerulonefritis post infecciosa, nefritis lúpica, púrbura de Schonlein-Henoch, nefropatía IgA, etc. En todos 
estos casos, la IF pone de manifiesto un patrón granular en la tinción de los IC. 
Tipo III Es la GNRP pauciintuminaria que se 
define como tal por la ausencia de Ac 
anti-MBG o inmunocomplejos en la 
inmunofluorescencia y el MET. 
- Asociada a ANCA 
- Idiopática 
- Secundaria a una granulomatosis con polivasculitis 
(granulomatosis de Wegener). 
- Idiopática 
- Hieprlipidemia y lipiduria → pareciera deberse al aumento de la síntesis 
de lipoproteinas en el hígado, trasnporte anómalo de partículas lipídicas 
circulantes y descneso del catabolismo lipídico. La lipiduria se presenta 
como consecuencia de la hiperlipidemia dado que estas partículas 
también acceden al espacio urinario tras la injuria de la barrera de 
filtración. Los lípidos aparecen en la orina como grasa libre o cuerpos 
grasos ovales. 
Además, los pacientes nefróticos son particularmente vulnerables a la infección, probablemente debido a la pérdida de inmunoglobulinas por orina. Las complicaciones 
trombóticas y tromboembólicas también son frecuentes debido a la érdida de anticoagulantes endígenos en orina. Las causas sistémicas más frecuentes del sme 
nefrótico son la DBT, amiloidosis y LES; las lesiones glomerulares primarias más importantes son: 
Nefropatía membranosa. Se caracteriza por el engrosamiento difuso de la pared capilar glomerular debido a la acumulación de Ig siguiendo la vertiente subepitelual de 
la membrana basal. Alrededor del 75% es una enfermedad primaria, el resto de los casos se asocian a: fármacos (penicilamina, AINE, etc), tumores malignos de 
pulmón/colon/melanoma, LES, infecciones (VHB, VHC, esquistosomiasis, paludismo), otros trastornos autoinmunes (tiroiditis). 
- Patogenia. En la nefropatía secundaria, se debe al depósito de IC con antígenos endógenos o exógenos. En la nefropatía primaria, se trata de una enfermedad 
autoinmunitaria causada en la mayoría de los casos por anticuerpos frente a un autoantígeno renal, se cree que el receptor de la fosfolipasa A2 de los podocitos 
→ dada la escasez de LPMN, monocitos o plaquetas en los glomérulos se ha propuesto al complejo de ataque a membrana C5b-C9 como principal mediador del 
daño: activa a las células epiteliales glomerulares y mesangiales, induciendo la liberación de proteasas y oxidantes que causan la lesión de la pared capilar y 
aumento de la pérdida de proteínas. 
- Morfología. MACRO: en los primeros estadios los glomérulos tienen un aspecto normal o muestran un engrosamiento uniforme difuso de la pared capilar 
glomerular → con el SE ME confirma que el engrosamiento se debe a depósitos electrodensos e irregulares que contienen IC en el espacio subepitelial, con 
afectación de los podocitos. El material de membrana basal que se localiza entre esos depósitos toma el aspecto de espículas evidenciables con tinciones de 
plata que tiñe la MBG pero no los depósitos, negros. Con el tiempo, dichas espiculas terminarán por cerrarse sobre los depósitos inmunitarios y los enterrarán 
dentro de la MBG irregular y engrosada. A medida que avanza la enfermedad, se puede producir esclerosis segmentaria, y posteriormente, los glomérulos 
pueden esclerosarse por completo. 
- Características clínicas. Su inicio suele ser insidioso, no presente una proteinuria selectiva y no responde bien a los corticoides. La progresión se asocia a un 
aumento de la esclerosis de los glomérulos y el incremento de la creatinina sérica refleja la insuficiencia renal y el desarrollo de la hipertensión. Aunque la 
proteinuria persiste en más del 60% de los pacientes, sólo el 10% fallecen o progresan a una IRC. La evolución relativamente benigna suele verse en mujeres y 
en sujetos con proteinuria en rangos no nefróticos. 
Enfermedad con cambios mínimos. Trastorno relativamente benigno que se caracteriza por el borramiento difuso de las prolongaciones de los podocitos, detectables 
sólo con el ME, pero que al MO el glomérulo presenta un aspecto prácticamente normal. Es la causa más frecuente de síndrome nefrótico en niños, pero no es tan 
común en adultos → la incidencia máxima es a los 2-6 años. La enfermedad a veces se presenta después de una infección respiratoria o de una vacunación profiláctica. 
- Etiología + patogenia. La hipótesis vigente es que la enfermedad implica cierta disfunción inmunitaria, que da lugar a la elaboración de factores que dañan las 
células epiteliales viscerales (PODOCITOPATÍA) y causan proteinuria. 
- Morfología. MICRO: los glomérulos se ven normales y con el ME la MBG se ve normal (sin depósitos de material electrodenso), la principal lesión se encuentra en 
las células epiteliales viscerales, que muestran un borramiento uniforme y difuso de los podocitos, que quedan reducitos a un ribete de citoplasma con pérdida de 
lso diafragmas de hendidura interpuestos. En definitiva, se produce la simplificación de la estructura de la célula epitelial, con aplanamiento, retracción y 
tumefacción de lso podocitos. El diagnóstico de la enfermedad con cambios mínimos se establece únicamente cuando el borramiento se asocia a glomérulos 
normales al MO. Las células tubulares frecuentemente están cargadas con lípidos y proteínas /refleja la reabsorción tubular de las lipoproteínas que atraviesan los 
glomérulos enfermos). En la IF no se aprecian depósitos de Ig o C’. 
- Características clínicas. A pesar de la proteinuria masiva, la función renal sigue siendo buena y no es frecuente encontrar hipertensión o hematuria. La proteinuria 
es muy selectiva, siendo la mayoría de las proteínas filtradas, albúmina. Un rasgo caracteristico es la buena respuesta al tratamiento con corticoides. Aunque los 
adultos responden más lentamente, su pronóstico a largo plazo es igual de luminoso que para los niños. 
La enfermedad de cambios mínimos puede asociarse al linfoma de Hodgkin, tratamiento con AINE y otros linfomas y leucemias.Glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS). Es la principal causa de síndrome nefrótico en adultos. Esta entidad se caracteriza por la esclerosis de algunos 
glomerulos (es focal) y en aquellos glomerulos afectados sólo se ve comprometida una porción del ovillo capilar (es segmentaria). A menudo se manifiesta 
clínicamente por inicio agudo o subagudo de síndrome nefrótico o protenuria no nefrótica, siendo habitual el reconocimiento de hipertensión, hematuria microscópica 
y cierto grado de azoemia. Se distingue de la enfermedad de cambios mínicmos en que: (1) tiene una mayor incidencia de hematuria, hipertensión y descenso del FG, 
(2) proteinuria no selectiva, (3) rta al tratamiento con corticoides insuficente, (4) progresa a nefropatía crónica, desarrollándose una nefropatía terminal en al menos 
50% de los casos antes de los 10 años. 
- Clasificación y tipos 
▪ Glomeruloesclerosis focal y segmentaria idiopática. Es 
responsable del 10-35% de los casos de síndrome nefrótico en 
niños y adultos, respectivamente. 
▪ En asociación con otras enfermedades, como infección por HIV, 
adicción a la heroína, enfermedad de células falciformes y 
obesidad masiva. 
▪ Como reflejo de la cicatrización de lesiones necrozantes 
previamente activas en casos de glomerulonefritis focal 
▪ Como componente de la respuesta adaptativa a la pérdida de 
tejido renal, por anomalías congenitas o por causas adquiridas, en 
los estadios avanzados de otras enfermedades renales (ej 
nefropatía hipertensiva). 
▪ En las formas hereditarias infrecuentes del síndrome nefrótico → 
mutaciones en los genes que codifican para las proteínas del 
diafragma de filtración. 
- Patogenia. Constituye su rasgo característico la degeneración, alteración focal y borramiento de podocitos que se asemeja a un cambio celular epitelial difuso. La 
hialinosis y esclerosis derivan del atrapamiento de las proteínas plasmáticas en focos extremadamente permeables y potencian el depósito en la MEC. 
- Morfología. MICRO: las lesiones focales y segmentarias pueden afectar a una minoría de los glomérulos; en los segmentos escleróticos hay colapso de las asas 
capilares y aumento de la MEC con depósito segmentarios de proteínas plasmáticas a lo largo de la pared capilar (hialinosis), que puede llegar a ser tan pronunicado 
como para ocluir las luces de los capilares. Aquellos glomérulos no afectados suelen tener una apariencia normal. ME: los glomerulos que no presentan lesiones 
segmentarias pueden mostrar incremento de la MEC mesangial, y tanto las áreas escleróticas como las no escleróticas presentan borramiento difuso de los 
podocitos. IF: es posible ver IgM y C3 en las áreas escleróticas y/o mesangio. 
Con la progresión de la enfermedad, aumenta el número de glomérulos afectados y la esclerosis se extiende dentro de cada uno de ellos; posteriormente se 
observa una esclerosis total, con atrofia tubular y fibrosis intersticial muy marcadas. 
- Glomeruloesclerosis colapsante, es una variante morfológica de la GEFS que se caracteriza por retracción y/o colapso de todo el ovillo glomerular, con o sin nuevas, 
farmacológicas adversas (pamidronato), y es la lesión más característica de la nefropatía relacionada con HIV. Es de mal pronóstico.} 
- Evolución clínica. La respuesta al tratamiento con corticoides es variable. En general los niños tienen un mejor pronóstico que lso adultos, y la progresión a la IR se 
produce a velocidades variables (el 20% tiene una evolución rápida, con proteinuria masiva intratable que culmina en una IR antes de los 2 años). 
Glomerulonefritis membranoproliferativa (GNMP). Es consideara más una pauta de lesión inmunomediada que una enfermedad específica. Se caracteriza por 
alteraciones de la MBG, proliferación de las células del glomérulo, infiltrado leucocítico y presencia de depósitos en las regiones mesangiales y las paredes de los 
capilares glomerulares. En la GNMP de tipo I estos depósitos están formados por IC, mientras que en la de tipo II es material desconocido. De todas formas en ambos 
casos hay una proliferación mesangial prominente que puede afectar a los capilares, por lo que es frecuente que también se la denomine glomerulonefritis 
mesangiocapilar. La GNMP es responsable del 10% de los casos de síndrome nefrótico en niños y adultos jóvenes. 
- Etiología. Puede ser idiopática (GNMP primaria) o asociada a otras enfermedades sistémicas/agentes etiológicos conocidos →como son los trastornos crónicos por 
IC (LES, VHC, VHB, HIV, endocarditis), deficiencia de α1-antitripsina, tumores linfoides. Las GNMP secundarias son invariablemente, de tipo I. 
- Patogenia. En la GNMP de tipo I hay indicios de IC en los glomérulos y activación de las vías clásica y alternativa del C’. 
- Morfología. Los glomérulos son grandes e hipercelulares; tienen un aspecto lobulado debido a la proliferación de las células mesangiales y al aumento de MEC 
mesangial. La MBG está engrosada y a menudo, muestra el aspecto de “doble contorno” o en “vía de tren”, evidenciable en las tinciones PAS. Esta mrofología se 
debe a la duplicación de la membrana basal como consecuencia de la síntesis de una nueva membrana basal en respuesta a los depósitos subendoteluales de los IC. 
La GNMP de tipo I se caracteriza por la presencia de depósitos electrodensos subendoteliales delimitados, y mediante IF se observa el depósito de IgG y C3 en un 
patrón granular. 
- Características clínicas. Aquellos con GNMP primaria debutan con un síndrome nefrótico y un componente nefrítico (hematuria) en la adolescencia. En algunos 
pcientes se desarrollan numerosas semilunas y un cuadro clínico de GNRP; el 50% desarrolla una insuficiencia renal crónica antes de los 10 años. No se ha 
demostrado de el tto con cortidoides/inmunodepresores sea eficaz. 
Enfermedad por depósitos densos. Antes llamada GNMP de tipo II, se caracteriza por presentar anomalías que dan lugar a una activación excesiva de la vía alternativa 
del C’ → en el laboratorio se comprueban reducción sistemática del C3 sérico, pero concentraciones normales de los componentes iniciales del C’. En los glomerulos se 
deposita el factor C3 y la propperdina, pero no IgG. 
- Morfología. Comparte características histológicas con la GNMP, pero el rasgo definitorio se observa al ME, que pone de manifiesto la permeación de la lámina 
densa de la MBG por un material electrodenso, homogéneo, dispuesto a modo de cinta de composición desoconocida. Por IF se observa que C3 se encuentra en 
focos irregulares granulares o lineales a ambos lados de la membrana basal, pero no en los depósitos densos; asimismo se reconoce C3 en el mesangio, en forma de 
anillos mesangiales. 
- Características clínicas. Afecta sobre todo a niños y adultos jóvenes. La presentación clínica es la de un síndrome nefrítico con hematuria y/o síndrome nefrótico con 
protinuria. El pronósito es malo, y la mitad de los pacientes afectados progresan a una nefropatía terminal. 
Nefropatía IgA (enfermedad de Berger). Se caracteriza por la presencia de depósitos de IgA en las reginoes mesangial y hematuria de repetición. Es el tipo de 
glomerulonefritis más común a nivel mundial. La enfermedad se puede sospechar por el estudio al MO, pero el diagnóstico se establece únicamente por la detección de 
IgA en los glomérulos. 
- Patogenia. En estos pacientes la IgA plasmática se encuentra elevada, y que esta IgA, sea por un defecto heditario o adquirido, se encuentra glucosilada de forma 
aberrante → se deposita por sí misma, o forma IC en la circulación con IgG que reconocen la inmunoglobulina aberrante, que terminan por asentarse en el 
mesangio. A continuación, los depositos mesangiales activan a las células residentes para que proliferen, produzcan mayores cantidades de MEC y secreten 
numerosas citoquinas y factores de crecimiento. Los leucocitos reclutados y el complemento activado también contribuyen a la lesión. 
- Epidemiología. Son más propensos a desarrollar esta enfermedad pacientesexpuestos a determinados agentes ambientales (virus, bacterias, proteínas 
alimentarias); de hecho, la nefropatía IgA se produce con creciente frecuencia en celíacos, o en pacientes con enfermedad hepática donde hay una eliminación 
hepática deficiente de IgA. 
- Morfología. Los glomérulos pueden tener un aspecto normal, o bien pueden mostrar ensanchamiento mesangial y proliferación endocapilar, proliferación 
segmentaria confinada a algunos glomérulos. IF: es caracterpistico el depósito mesangial de IgA, a menudo con C3, properdina y cantidades menores de IgG o IgM. 
Con el ME se confirma la presencia de depósitos electrodensos en mesangio. 
- Características clínicas. Afecta principalmente a niños y adultos jóvenes; se presenta como hematuria macroscópica después de una infección de vías respiratorias, 
o con menor frecuencia, digestiva o urinaria. La hematuria dura varios días y después remite, pero solo para reaparecer cada pocos meses. Se produce la progresión 
a la IRC en el 15-40% de los casos en un período de 20 años. El inicio en una edad más avanzada y la presencia de proteinuria intensia o HTA y al extensión de la 
glomeruloesclerosis en la biopsia son claves para detectar el aumento de riesgo de progresión. 
Nefritis hereditaria. Refiere a un grupo de nefropatías familiares heterogéneas asociadas a mutaciones en los genes del colágeno que se manifiestan principalmente 
con una lesión glomerular. 
a. Síndrome de Alport, de herencia ligada al X en el 85% de los casos, por lo que los hombres expresan el síndrome completo mientras que las mujeres heterocigotas 
suelen sólo expresar hematuria. Cuando se desarrolla en su plenitud, se manifiesta como hematuria que progresa a una IRC, acompañada por sordera de 
conducción y varios trastornos oculares (cataratas posteriores y distrofia corneal). 
- Patogenia. Las manifestaciones de la enfermedad se deben a mutaciones en uno de los genes que codifican para una de las subunidades del colágeno tipo 
IV. 
- Morfología. La MBG muestra focos irregulares de engrosamiento que se alternan con adelgazamiento, escición y laminación pronunciada de la lámina 
densa, dando lugar a un aspecto “en red de mimbre”. Se pueden ver alteraciones similares en las membranas basales tubulares. A medida que la 
enfermedad evoluciona, se desarrolla una glomeruloesclerosis focal y segmentaria, y otros cambios propios de la lesión renal progresiva (Esclerosis 
vascular, atrofia tubular y fibrosis intersticial). 
- Características clínicas. El signo de presentación más frecuente es la hematuria macro o microscópica, acompañada por cilindros hemáticos. La proteinuria 
puede aparecer más tarde, pero raramente se desarrolla un síndrome nefrótico. Los síntomas aparecen entre los 5-20 años, y el inicio de la IR franca tiene 
lugar entre los 20-50 años. Los defectos auditivos pueden ser muy sutiles. 
b. Hematuria familiar benigna. Se trata de una entidad hereditaria bastante frecuente que se manifiesta clínicamente por hematuria familiar asintomática (que 
constituye un hallazgo en exámenes de rutina) y morfológicamente por el adelgazamiento difuso de la MBG; si bien también puede aparecer una proteinuria leve, 
la función renal es normal, y el pronóstico muy positivo. La enfermedad obedece a un patrón de herencia autosómico dominante. 
Glomerulonefritis crónica. Refiere a una glomerulopatía terminal ocasionada por varios tipos específicos de glomerulonefritis o que puede desarrollarse sin antecedentes 
de ninguna de las formas reconocidas de glomerulonefritis aguda. 
- Morfología. MACRO: los riñones muestran una reducción asimétrica del tamaño y superficies coticales con granulado difuso. Al corte, la corteza se observa 
adelgazada con un incremento de la grasa peripélvica. MICRO: en etapas más tempranas, los glomérulos aún pueden mostrar indicios de la enfermedad primaria, 
pero eventualmente en todos los casos se produce la obliteración de los glomérulos → se convierten en masas eosinófilas acelulares = proteínas plasmáticas + 
aumento de la MEC mesangial + proteínas de la MB y colágeno. Al ser la hipertensión un acompañante casi obligado de la glomerulonefritis crónica, la esclerosis 
arterial y arteriolar puede ser evidente. También hay atrofia de los túbulos asociados, fibrosis intersticial irregular e infiltrado mononuclear del intersticio. 
- Evolución clínica. En la mayoría de los casos se desarrolla insidiosamente, y evoluciona de forma lenta a IR o muerte por uremia durante un período de años, o 
posiblemente décadas. No es infrecuente que el paciente refiera molestias inespecíficas, pero en la mayoría de los pacientes hay HTA, por lo que el cuadro clínico 
dominantes el el cerebral o cardiovascular. En los pacientes nefróticos, la pérdida de proteínas disminuye cuando los glomérulos van obliterándose, dado que esto 
reduce el FG. 
La mayoría de las formas de lesión tubular afectan también al intersticio, y los principales mecanismos relacionados con la injuria a estos components son: la isquemia, 
nefrotoxinas y reacciones inflamatorias de los túbulos y el intersticio. 
Lesión/necrosis tubular aguda (LTA). Es una entidad clínico patológica caracterizada por IRA, y con frecuencia pero no invariablemente, por evidencias morfológicas de 
lesión tubular en forma de necrosis de las células epiteliales tubulares. Es la causa más frecuente de injuria renal aguda y es responsable del 50% de los casos de IRA en ptes 
hospitalzados. Además de su frecuencia, la posible reversibilidad de la LTA aumenta su imporancia clínica → resultan clave la detección y tratamiento precoces. Sus causas 
más frecuentes: 
a. Isquemia, producto de la reducción o interrupción del flujo sanguíneo → polivasculitis microscópica, hipertensión maligna, microangiopatías, SHU, púrpura 
trombocitopénica trombótica, CID, shock hipovolémico. 
b. Lesión tóxica directa por agentes endógenos (Mb, Hb, cadenas ligeras monoclonales, bilirrubina) o exógenos ( fármacos, contrastes radiológicos, metales pesados, 
etc.) 
El carácter parcheado de la necrosis tubular y el 
mantenimiento de la integridad de la membrana basal en 
muchos segmentos permiten reparar con facilidad los focos 
necróticos y recuperar la función su se elimina la causa. La 
reparación dependerá de la capacidad de las células 
indemnes para proliferar y diferenciarse. 
- Morfología 
LTA ISQUÉMICA. se caracteriza por necrosis epitelial 
tubular focal, con grandes zonas intactas entre ellas, a 
menudo acompañada por la rotura de las membranas 
basales y oclusión de las luces tubulares con cilindros. 
Es frecuente encontrar cilindros hialinos eosinófilos, as´ci como cilindros granulares pigmentados → contienen la proteína de Tamm-Horsfall (glucorpoteína urinaria 
segregada normalmente por células de la RAG y TD). Otras características son el edema intersticial y las acumulaciones de leucocitos dentro de los vasos rectos 
dilatados. Hay evidencias de regeneración epitelial tubular → celulas aplandas con núcleos hipergromáticos y figuras mitóticas. 
Patogenia 
Lesión tubular Trastornos del flujo sanguíneo 
Estas células son especialmente sensibles a la isquemia, hecho que se 
manifiesta en una serie de cambios morfológicos/funcionales que sufre 
la célula en estos casos → pérdida reversible de la polaridad celular 
debido a una redistribución de las proteínas de membrana, lo que altera 
el transporte iónico, aumentando la liberación de sodio hacua los 
túbulos distales. Esto último provoca la vasoconstricción mediante la 
retroalimentación tubuloglomerular. Además, las células tubulares 
iquémicas liberan citoquinas, moléculas de adhesión (que favorecen la 
infiltración de leucocitos), y eventualmente se desprenden de las 
membranas basales, causando obstrucción luminal →aumento de la 
presión intratubular → disminución del FG. 
La principal alteración que disminuye 
el FG es la vasoconstricción intrarrenal, 
que reduce el flujo sanguíneo 
glomerular y el aporte de oxígeno a los 
túbulos.Se ha implicado al SRAA, 
estimulado el aumento del aporte 
distal de sodio y por la lesión vascular 
subletal, que aumenta la secreción de 
endotelina (vasoconstrictora) y 
disminuye la producción de ON. 
LTA TÓXICA. Se manifiesta por una lesión tubular aguda que histológicamente puede ser inespecífica, pero con algunos fármacos el evenenamiento puede ser muy 
evidente. 
- Evolución clínica. Si bien es muy variable, es posible dividirla en 3 estadíos: 
o Fase de inicio, está dominada por el episodio médico, quirúrgico u obstétrico desencadenante. El único signo de afectación renal es un leve descenso en al 
diuresis y aumento del BUN. La oliguria sólo podría explicarse por un descenso del flujo sanguíneo y consecuentemente, del FG. 
o Fase de mantenimiento, se caracteriza por el descenso mantenido de la diuresis entre 40-400 ml/día (oliguria), sobrecarga de sal y agua, aumento del BUN, 
hiperpotasemia, acidosis metabólica y otras manifestaciones de la uremia. 
o Fase de recuperación, se manifiesta como el incremento paulatino de la diuresis. Los tubulos aún están dañados, por lo que pierden por orina grandes 
cantidades de agua, sodio y potasio. El deterioro funcional tubular persiste durante meses, pero la amyoría de los pacientes que llegan a esta fase se 
recuperarán por completo al final. 
Con el tratamiento sintomático actual se recuperan el 95% de los casos que no sucumben a la causa precipitante. 
Nefropatía tubulointersticial. Engloba a un grupo de nefropatías que se caracterizan por lesiones inflamatorias de los túbulos y el intersticio, de inicio gradual y que se 
manifiestan principalmente por azoemia. Cuando es de carácter agudo, tiene un incio rápido y presenta edema intersticial acompañado por infiltrado leucocítico y necrosis 
tubular; cuando es crónica, se produce un infiltrado predominantemente mononuclear acompañado de fibrosis intersticial y atrofia tubular diseminada. Se distinguen 
clínicamente de las glomerulopatías por: 
▪ Ausencia de síndrom nefrítico o enfrótico 
▪ La presencia de defectos en la función tubular → deterioro en la capacidad para concentrar orina, pérdida de sal, disminución de la capacidad para eliminar ácidos 
(acidosis metabólica), etc. 
Pielonefritis. Es una de las enfermedades renales más comunes, y se define como inflamación que afecta a los túbulos, intersticio y pelvis renal. Es una complicación grave 
de las infecciones de la cistitis. 
- Etiología y patogenia. Más del 85% de los casos de infección de vías urinarias están producidos por bacilos grammnegativos, es decir, organismos provenientes de la 
propia materia fecal del paciente, como E. coli, Proteus, Klebsiella y Enterobacter. Hay dos vías por las cuales las bacterias pueden llegar a los riñones: 1) por vía 
hematógena y 2) por vía ascendente, a través de las vías urinarias bajas. La primera es la vía menos frecuente, y es consecuencia de la siembra en los riñones de 
bacterias desde focos a distancia en el curso de una septicemia o infecciones localizadas. Es la infección ascendente la causa más frecuente de pielonefritis clínica; 
los mecanismos más frecuentemente involucrados en este último caso son: 
o Obstrucción de vías urinarias → da lugar a la estasis de orina y a la posibilidad del establecimiento y multiplicación de las bacterias de la flora coliforme. Tal 
es el caso de la hipertrofia prostática benigna, tumores, cálculos o disfunción de la vejiga neurógena causada por DBT. 
o Reflujo vesicoureteral→ permite el reflujo de la orina desde la vejiga hacia los uréteres 
o Reflujo intrarrenal→ facilita la llegada de la orina infectada al parénquima renal; el reflujo es más frecuente en los polos superior e inferior del riñón, donde 
las papilas tienden a mostrar unas puntas aplanadas. El reflujo puede demostrarse radiológicamente mediante la cistouretrografía miccional. 
En ausencia de reflujo vesicoureteral, la infección se mantiene localizada en la vejiga; por lo tanto, la mayoría de los sujetos con colonización bacteriana 
repetida o persistente de las vías urinarias padecen cistitis y uretritis en lugar de pielonefritis. 
 Pielonefritis aguda Pielonefritis crónica 
 Es una inflamación supurativa del riñón causada por una infección bacteriana (a veces vírica), 
que puede alcanzar el riñón por diseminación hematógena, o más frecuentemente, por vía 
ascendente asociado a reflejo vesicoureteral. 
Solo la pielonefritis crónica y la nefropatía por AINES afectan a los 
cálices → la afectación pielocalicial es un dato importante en el dx. 
Se divide en dos formas: 
a. Nefropatía por reflujo, es la forma más frecuente de 
cicatrización por pielonefritis crónica. Se produce durante la 
infancia por la superposición de una IU en un reflujo 
vesicoureteral congénito + reflejo intrarrenal. El reflujo 
puede causar lesiones renales crónicas en ausencia de 
infección, pero sólo si ésta es muy grave. 
b. Obstructiva, pues generan brotes repetidos de inflamación 
y cicatrización en el riñón, con pielonefritis crónica. 
M
o
rfo
lo
gía 
Se caracteriza por la inflamación supurativa intersticial parcheada, agregados intratubulares 
de LMPN, tubulitis neutrófila y necrosis tubular. La supuración se produce de manera focal o 
afectando zonas grandes en forma de cuña, de manera bilateral o no. En los primeros 
estadios el infiltrado neutrófilo se limita a los túbulos, pero luego se extiende al intersticio y 
produce abscesos, con la destrucción de los túbulos implicados. Debe recordarse que en 
última instancia los glomérulos también se ven comprometidos. Se pueden desarrollar las 
siguientes complicaciones: 
• Necrosis papilar, puede afectar una o todas las pirámides del riñón. MACRO: al corte 
las puntas o 1/3 distal de las pirámides muestran áreas de necrosis blanca grisácea. 
MICRO: el tejido necrótico muestra necrosis coagulativa isquémica con conservación 
de los esbozos tubulares. La respuesta leucocítica se limita a la frontera entre tejido 
conservado y destruido. 
• Pionefrosis, ocurre cuando la obstrucción es total o casi completa → el exudado 
supurativo no puede drenarse, por lo que se acumula en la pelvis renal, cálices y 
uréter. 
• Absceso perinéfrico, es una extensión de la inflamación supurada a través de la 
cápsula hacua el tejido perinéfrico. 
Una vez resuelta la infección, los focos inflamatorios son reemplazados con cicatrices 
irregulares que desde la superficie se observan como depresiones fibrosas. 
MACRO: los riñones muestran cicatrices irregulares, y si es bilateral, 
se verán asimétricos (≠ glomerulonefritis crónica, donde ambos 
riñones presentan una cicatrización difusa y simétrica). Al corte se 
ven cicatrices groseras y definidas que recubren los cálices 
dilatados, cortados o deformados con aplanamiento de las papilas, 
principalmente en los polos superior e inferior (recordar la mayor 
tendencia al reflujo de estas regiones). MICRO: la afectación es 
predominantemente tubulointersticial→ los túbulos se encuentran 
atrofiados en algunas regiones y dilatados en otras (que parecen 
estar llenose de cilindros que parecen coloides tiroides= 
tiroidización). Hay grados variables de inflamación intersticial 
crónica y fibrosis en corteza y médula. Al igual que en la 
pielonefritis aguda, la glomeruloesclerosis sobreviene 
eventualmente. 
C
lín
ica
 
Se presenta con dolor de inicio súbito en el ángulo costovertebral y evidencias sistémicas de 
infección (urosepsis). La orina contiene muchos leucocitos (> 10/campo) procedentes del 
infiltrado inflamatorio y cilíndros leucocíticos. Cuando se trata de una IU no complicada, 
sigue un curso benigno y los síntomas desaparecen a los pocos días de empezado el 
tratamiento; no es así en los casos de pacientes con obstrucción urinaria no aliviada, DBT o 
inmunodeficiencia. A saber, la superposición de una necrosis papilar provocará una IRA. 
Puede ser de inicio silente o manifestarse con un cuadro clínico de 
pielonefritis aguda recurrente. Los pacientes suelen recibi ayuda en 
fasestardías por el inicio gradual de la IR e HTA. La pérdida de la 
función tubular (como la concentración de orina) provoca poliuria y 
nicturia. Aunque la proteinuria es leve, en algunos casos donde se 
ha desarrollado una glomeruloesclerosis focal y segmentaria, la 
proteinuria puede llegar a rangos nefróticos. 
Nefritis aguda intesticial medicamentosa. Sigue a la administración sulfonamidas, penicilinas sintéticas, rifampicina, tiazidas, AINE, alopurinol, cimetidina, etc. La 
enfermedad comienza 15 días después de la exposición al fármaco y se caracteriza por fiebre, eosinofilia y exantema (tríada clínica altamente específica, pero no tan 
frecuente, dado que sólo en el 25% de los casos se presentan todas juntas) + alteraciones renales → hematuria, proteinuria leve y leucocituria estéril (a veces eosinófilos). 
- Patogenia. Probablemente se deba a que los fármacos funcionan como haptenos al unirse covalentemente a algunos de los componentes de las células 
tubulares, convirtiéndolos en inmunogénicos → la lesión resultante se debe a las IgE o a las reacciones inmunes celulares frente a las células tubulares o sus 
membranas basales. 
- Morfología. Se observa edema variable y pronunciado infltrado mononuclear, principalmente linfocitario + macrófagos. La inflamación suele ser más 
manifiesta en médula, donde se suele concentrar el agente causal. Hay grados variables de necrosis y regeneración tubular. Los glomérulos son normales, 
excepto por los casos causados por AINES, donde la enfermedad con cambios mínimos y el sme nefrótico se desarrollan conjuntamente + en la nefropatía 
por AINES las papilas muestran diversas fases de necrosis, calcificación y fragmentación. 
- Clínica. De ser reconocida como tal, se procede a la retirada del fármaco, que se sigue de la recuperación. En ocasiones las papilas necróticas son excretadas 
y pueden producir una hematuria macroscópica o un cólico renal por obstrucción → la necrosis papilar no es exclusiva de la nefropatía por AINES, sino que 
también se puede ver en DBT, obstrucción de vías urinarias, drepanocitosis o rasg falciforme; en todos los casos, se debe a la isquemia derivada de la 
compresión u obstrucción de los vasos que irrigan la médula. Un pequeñp porcentaje de pacientes con nefropatía por AINES desarrolla carcinoma urotelial 
de la pelvis renal. 
Nefropatía por uratos. En pacientes con hiperuricemia es posible el desarrollo de: (1) nefropatía aguda por ácido úrico → debida a la precipitación de ácido úrico en los 
túbulos renales vista en el síndrome de lisis tumoral, lo que provoca la obstrucción de la nefrona y desarrollo de IRA, (2) nefropatía crónica por uratos/nefropatía gotosa→ 
se produce el depósito de urato monosódico en el intersticio/luz tubular que generan una respuesta mononuclear que contiene a células de cuerpo extraño; y 
(3)Nefrolitiasis →se forman piedras de ácido úrico en el 22% de los sujetos con gota y en el 42% de aquellos con hiperuricemia secundaria. 
Hipercalcemia y nefrocalcinosis. Los trastornos asociados a la hipercalcemia (hipervitaminosis D, hiperparatiroidismo 1, mieloma múltiple, etc.) inducen la formación de 
cálculos y depósitos de calcio en el riñón (nefrocalcinosis). El defecto funcional más precoz es la incapacidad de concentrar la orina, pero también pueden apreciarse otros 
defectos tubulares (acidosis tubular y pérdida de sales). 
Riñón de mieloma. La IR se manifiesta en la mitad de los casos de mieloma múltiple y trastornos linfoplasmocitarios asociados. Contribuyen al daño renal: proteinuria de 
Bence-Jones (cadenas ligeras que son filtradas e inducen daño directo sobre las células tubulares) + formación de cilindros tubulares por la combinación proteínas Bence-
Jones + proteínas Tamm-Horsfall, que obstruyen la luz e inducen una respuesta inflamatoria característica + amiloidosis tipo AL + enfermedad por depósito de cadenas 
ligeras, que se insertan en la MBG y MB tubular + hipercalcemia e hiperuricemia. 
- Morfología. Los cilindros tubulares aparecen como masas amorfas rosas o azules que llenan y distienden las luces tubulares; algunos cilindros están rodeados por 
células gigantes multinucleadas. El tejido intersticial adyacente muestra una respuesta inflamatoria y fibrosis. También puede haber amiloidosis, nefrocalcinosis e 
infección. 
- Características clínicas. Por lo general, la nefropatía crónica se desarrolla de manera insidiosa y lenta, hasta llegar. Otras formas son de presentación mas brisca y se 
manifiestan con una nefropatía aguda con oliguria. 
Nefropatía por cilindros biliares. El síndrome hepatorrenal alude al deterioro de la función renal en pacientes con una hepatopatía aguda/crónica con insuficiencia hepática 
avanzada. Los elevados niveles de bilirrubina sérica dan lugar a la formación de cilindros biliares en los segmentos más distales de la nefrona, que inducen lesión tubular por 
mecanismos homólogos a los del mieloma múltiple y cilindros de Mb. 
Adenoma papilar renal. Son tumores pequeños que se presentan en la corteza, que en MACRO aparecen como nódulos pálidos amarillos/grices, bien definidos y 
delimitados. MICRO: están formados por estructuras ramificadas papilomatosas con numerosas ramas complejas, y las células tienen una forma cúbica o poligonal, y 
nucleos centrales y pequeños, con citoplasma escaso y sin atipias. Su tamaño se emplea como característica pronóstica: un valor umbral de 3 cm separa los tumores que 
MTT de los que menor probablemente lo hagan → de todas formas, independientemente de su tamaño, deberán ser considerados potencialmente malignos. Según los 
criterios histológicos, estos tumores no difieren del carcinoma papilar de células renales de bajo grado. 
Angiomiolipoma. Neoplasia benigna formada por vasos, músculo liso y grasa que se origina a partir de las células epitelioides perivasculares. Su importancia clínica radica 
en su tendencia a la hemorragia espontánea. Cabe agregar, que el 25-50% de ellos aparecen en pacientes con esclerosis tuberosa (lesiones de la corteza cerebral que 
producen epilepsia y retraso, anomalías cutáneas y tumores benignos infrecuentes. 
Oncocitoma. Neoplasia epitelial compuesta por grandes células eosinófilas con núcleos pequeños, redondos y de aspecto benigno. Se cree que se originan en las células 
itnercaladas de los túbulos colectores y es responsable del 5-15% de las neoplasias renales. MACRO: son marrón claro, relativamente homogéneos y capsulados, pudiendo 
alcanzar un tamaño de hasta 12cm. 
Carcinoma de células renales. Son más frecuentes en sujetos mayores de 60-70 años, con una preponderancia 2:1 a favor de los hombres. Los principales factores de riesgo 
son: tabaco (el más importante), obesidad, HTA, tratamiento con estrógenos sin oposición hormonal y la exposición al amianto, derivados del petróleo y metales pesados. 
Asimismo, la incidencia aumenta en pacientes con nefropatía terminal, nefropatía crónica, enfermedad quística adquirida y en la esclerosis tuberosa. Si bien la gran mayoría 
son tumores esporádicos, existen casos infrecuentes familiares de herencia autosómica dominante que aparecen en sujetos más jóvenes → Síndrome de von Hippel-
Lindau, síndrome de leiomiomatosis hereditaria y carcinoma de células renales, carcinoma papilar hereditario, sínrdome de Birt-Hogg-Dubbé. Las distintas formas 
carcinoma se clasifican en: 
➔ Carcinoma de células claras. Es el tipo más frecuente, responsable del 70-80% de los cánceres de células renales; la mayoría de ellos son esporádicos. MACRO: 
suelen aparecer en los polos, y presentarse como lesiones solitarias unilaterales. Son masas esféricas de tamaño variable, compuestas por tejido brillante amarillo 
(por la concentración de lípidos que acumulan las células tumorales) que distorsiona el perfil del riñón; también es posible reconocer áreas extensas de necrosis y 
focos de coloración hemorrágica. MICRO: el patrón de crecimiento de las células neoplásicas varía desde sólido a trabecular (a modo de cordón)o tubular; las 
células son redondas/poligonales, con un citoplasma claro abundante en glucógeno y lípidos. La mayoría se encuentran buen diferenciados, pero algunos muestran 
atipia nuclear y células gigantes. 
A medida que aumentan de tamaño, pueden protruir hacia los cálices y pelvis, y en última instancia, extenderse a través de las paredes del sistema colector → 
resulta característica su tendencia a invadir la vena renal, en la que crece en forma de columna sólida de células que se extiende hasta la vena cava inferior. 
➔ Carcinoma papilar. Es responsable del 10-15% de los cánceres renales. MACRO: pueden ser multifocales y bilaterales; suelen ser hemorrágicos y quísticos. MICRO: 
el tumor está formado por células cúbicas/cilíndricas bajas, organizadas en formaciones papilares. El estroma es escaso, pero ricamente vascularizado. 
➔ Carcinoma cromófobo. Representa el 5% de los cánceres de células renales. Está compuesto por células con membranas celulares prominentes y un citoplasma 
eosinófilo pálido, con un halo que rodea el núcleo. Se creen derivados de las células intercaladas de los túbulos colectores y su pronóstico es excelente comparado 
con el de los tumores de células claras y papilares. 
➔ Carcinoma del conducto colector, representa <1% de las neoplasias renales epiteliales. Se origina en las células del conducto colector en médula. MICRO: se ven 
células malignas que forman glándulas atrapadas en un estroma fibroso. 
Nefropatía poliquística autosómica dominante (del adulto). El patrón de herencia es autosómico dominante con alta penetrancia, pero la manifestación de la enfermedad 
depende de que los dos alelos de los genes implicados no sean funcionales → los pacientes heredan un alelo disfuncional de la PKD, y la mutación del alelo sano heredado 
es adquirida en las células somáticas del riñón. La enfermedad es bilateral. Como los quistes afectan a una porción minoritaria de las nefronas, la función renal suele 
conservarse hasta los 40-50 años. 
- Patogenia. Una amplia variedad de mutaciones que implican la pérdida de función de PKD1 y PKD2 se encuentran implicadas en el riñón poliquístico del adulto. Se 
cree que dada la estrecha asociación de las proteínas codificadas por estos genes al complejo cilio-centrosoma que normalmente actúa como mecanosensor 
vigilando los cambios en el flujo del líquido y estrés del movimiento y lo traduce a un flujo iónico transmembrana de Ca, explican alteraciones en las 
concentraciones intracelulares de calcio, afectando así directa o indirectamene la proliferación celular, la apoptosis y la polarización celular. De esta forma, podría 
explicarse la formación de quistes. 
- Morfología. MACRO: los riñones están aumentados de tamaño bilateralmente, la superficie externa parece estar formada solamente por una masa de quistes de 
hasta 3-5 cm de diámetro, sin parénquima en su inerior (al MO se comprueba que en realidad hay nefronas funcionantes dispersas). MICRO: los quistes se originan 
a partir de los túbulos en toda la longitud de la nefrona, por lo que su revestimiento epitelial es variable. Las cápsulas glomerulares también pueden participar en la 
formación del quiste, viendose ovillos glomerulares dentro de éste. 
- Clínica. Muchos de ellos se mantienen asintomáticos hasta que la IR anuncia la enfermedad; en otros casos, se hace sugestiva por el dolor producido por la 
dilatación progesiva del riñón, el cólico renal generado por la exceción de cóagulos de sangre, palpación abdominal. La enfermedad debuta con una hematuria de 
comienzo insidioso, seguida por proteinuria, poliuria e HTA. Muchos de los pacientes con poliquistosis renal también presentan malformaciones congénitas 
extrarrenales: quistes hepáticos, aneurismas saculares e intracraneales (en el polígono de Willis), prolapso de válvula mitral. 
Nefropatía poliquística autosómica recesiva (de la infancia). Se definen sus variantes perinatal, neonatal, del lactante y juvenil, en base al momento de su presentación y de 
la presencia de lesiones hepáticas asociadas. Las dos primeras son las más frecuentes. 
- Patogenia. La mayoría de los casos se deben a mutaciones en el gen PKDH, que codifica para la fibrocistina, proteína integral de membrana cuya función se 
desconoce, pero se sospecha que podría ser un receptor que participa en la diferenciación del túbulo colector y biliar. 
- Morfología. MACRO: los riñones están aumentados de tamaño y tienen un aspecto externo normal; al corte se observan pequeños quistes en la corteza y la 
médula, que dan al riñón un aspecto de esponja. MICRO: se observan dilataciones cilíndricas, con menor frecuencia sacular, de todos los conductos colectores. Los 
quistes tienen un revestimiento uniforme de células cúbicas, que refleja su órigen en los TC. 
Displasia renal multiquística. Trastorno esporádico que puede ser unilateral o bilateral y que es casi siempre quístico. MACRO: el riñón suele estar hipertrofiado y ser 
extremadamente irregular y multiquístico. MICRO: los quistes están revestidos por epitelio plano. El rasgo histológico característico es la presencia de islas de mesénquima 
indiferenciado, a menudo con cartílago, y de conductos colectores inmaduros. En la mayoría de los casos se asocia obstrucción pieloureteral, agenesia o atresia ureteral. 
Cuando es unilateral, la displasia puede asemejarse a una neoplasia → nefrectomía con buen prnóstico, dado que el riñón contralateral funciona con normalidad. 
Enfermedad quística adquirida. Vista en los pacientes con nefropatía terminal que reciben diálisis por mucho tiempo; desarrollan quistes de 0,1-4cm de diámetro, 
contienen un líquido claro, están revestidos por un epitelio tubular hiperplásico o aplanado y a menudo contiene cristales de oxalato cálcico. La mayoría de las veces son 
asintomáticos, pero a veces los quistes sangran, causando hematuria. El riesgo de carcinoma de células renales está aumentado de 12-18 veces. 
Quistes simples. Pueden ser múltiples o únicos, normalmente corticales. Suelen medir 1-5cm, son traslúcidos y están rodeados por una membrana lisa, gris brillante y llenos 
de líquido claro. Al MO se aprecia que dichas membranas están compuestas por una sola capa de epitelio cúbico/aplanado, que en muchos casos puede estar 
completamente atrófico. Son hallazgos frecuentes en las autopsias que suelen cursar de manera asintomática, por lo que su importancia radica más bien en su distinción 
frente a tumores renales → tienen contornos lisos, son casi siempre avasculares y tienen contenido líquido. 
Nefroesclerosis. Término utilizado para la patología renal asociada a la esclerosis de las arteriolas y pequeñas arterias renales, estrechamente asociada a la HTA, que puede 
ser tanto causa como consecuencia de la nefroesclerosis. Los vasos afectados se encuentran estrechados, por lo que se produce isquemia parenquimatosa focal → 
glomeruloesclerosus y lesión tubulointersticial crónica, y produce reducción de la masa renal funcional. 
- Patogenia. Hay dos procesos que participan en la lesión vascular: engrosamiento de la media e íntima (por cambios hemodinámicos, envejecimiento, dejectos 
genéticos, etc.) y la hialinización de las apredes arteriolares (causado por la extravasación de proteínas plasmáticas a través de un endotelio lesionado y aumento 
de depósito de matriz en la MB). 
- Morfología. MACRO: los riñones son de tamaño normal, o tamaño modradamente reducido; las superficies corticales muestran una granularidad fina y homogénea. 
MICRO: se aprecia la arterioloesclerosis hialina, coincidendo con las granulaciones superficiales, cicatrices subcapsulares microscópicos con glomérulos escleróticos 
y pérdida tubular, alternado con parénquima mejor conservado. Las arterias interlobulillares presentan una hiperplasia fibroelástica, es decir, replicación de la 
lámina elástica interna y aumento del tejido miofibroblástico en la íntima, que estrecha aún más la luz. De acuerdo con el estrechamiento vascular, se observa unaatrofia isquémica parcheada. 
- Características clínicas. Es infrecuente que la nefroesclerosis no complicada cause IR o uremia; aquellos casos donde hay un riesgo real de que esto último suceda 
son pacientes de ascendencia africana, HTA, DBT. 
Nefroesclerosis maligna. Trastorno vasculorrenal asociado a la hipertensión maligna o a la fase acelerada de la HTA. Puede aparecer en sujetos normotensos, pero por lo 
general se superpone a una HTA preexistente, formas secundarias de HTA o una nefropatía crónica subyacente. 
- Patogenia. Un episodio inicial lesiona el endotelio y orifina un aumento de la permeabilidad de los pequeños vasoa al fibrinógeno y otras proteínas plasmáticas, 
muerte focal de las células de la pared vascular y depósito de plaquetas → necrosis fibrinoide en las arteriolas y pequeñas arterias. Los factores mitógenos liberados 
por plaquetas también promueven la proliferación del m. liso de los vasos, causando arterioloesclerosis hiperplásica, con reducción consiguiente del calibre luminal 
→ isquemia renal. Además, la afectación intensa de las AA condiciona un aumento característico de la renina plasmática. 
- Morfología. MACRO: pueden aparecer hemorragias petequiales puntiformes en la superficie cortical por rotura de arteriolas o capilares glomerulares. MICRO: son 
características dos alteraciones de los vasos sanguíneos 
o Necrosis fibrinoide de las arteriolas, la pared vascular adquiere un aspecto eosinófilo borroso debido al depósito de fibrina. La inflamación es inexistente o 
mínima. 
o Vasos con paredes “en capas de cebolla”, se denomina así al engrosamiento de la íntima causado por proliferación de las células del músculo liso alargadas 
y dispuestas concéntricamente. La lesión también se denomina arteriolitis hiperplásica. 
- Características clínicas. El síndrome de la hipertensión maligna se caracteriza por >200/120 mmHg, papiledema, hemorragias retinianas, encefalopatía, anomalías 
cardiovasculares e IR. Constituye una urgenica médica, que requiere de tratamiento antihipertensivo agresivo y rápido que evite la lesión irreversible de los 
principales órganos afectados. 
Estenosis de la arteria renal. En estos casos, se produce HTA por la liberación de renina del riñón hipoperfundido. La causa más frecuente de estenosis de la arteria renal es 
la oclusión por una placa ateromatosa en el origen de la arteria renal; la lesión se produce con mayor frecuencia en hombres con DBT. La placa tiene una estructura 
concéntrica y es frecuente la presencia de un trombo superpuesto. La segunda causa más frecuente, es la displasia fibromuscular, entidad heterogénea caracterizada por 
un engrosamiento fibroso/fibromuscular que puede afectar cualquiera de las tres túnicas → suelen desarrollarse en mujeres de 20-30 años. En el riñón isquémico se 
observa una atrofia isquémica difusa, mientras que el riñón contralateral puede mostras una arterioloesclerosis grave, dependiendo de la intensidad de la HTA. 
Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) típico. La mayoría de los casos se presentan en niños, tras una infección intestinal con cepas de E.Coli que producen la toxina simil 
Shiga, principalmente por el consumo de carne picada mal cocida, contaminación de agua potable, consumo de leche cruda y la transmisión de persona a persona. 
- Cuadro clínico. Tras un pródromo de tipo gripal o de síntomas diarreicos, se presentan manifestaciones hemorrágicas de inicio súbito (hematemesis y melenas), 
oliguria y meaturia intensas + anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia y, en algunos pacientes, cambios neurológicos. 
- Patogenia. La toxina simil Shiga activaría a las células endoteliales, que responden aumentando la expresión de las moléculas de adhesión a leucocitos y endotelina, 
mientras disminuyen la síntesis de NO → activación plaquetaria y vasconstricción, responsables de la hemólisis microangiopática. 
Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) atípico. Se presenta principalmente en adultos frente a una deficiencia hereditaria de ls proteínas reguladoras del complemento, 
síndrome antifosfolipídico, fármacos quimioterápicos e inmunodepresores, e irradiación del riñón. La evolución de estos pacientes no es tan benigna como los del SUH 
clásico, en gran parte porque las afecciones subyacentes pueden ser crónicas y difíciles de tratar. 
Purpura trombocitopénica trombótica (PTT). Se manifiesta por 5 características: fiebre, síntomas neurológicos, anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia e IR. 
La causa más frecuente es la deficiencia de la actividad de ADAMTS13 por la presencia de autoanticuerpos, y con menor frecuencia se debe a la herencia de alelos mutados 
con pérdida de función de dicha proteína → ésta normalmente escinde los multímeros de vWF, que al acumularse, pueden unirse a as glucoproteínas de la superficie 
plaquetaria y activarlas → formación descontrolada de trombos. 
Por motivos desconocidos, en la PTT la afectación del SNC es la característica dominante, mientras que la afectación renal se presenta sólo en el 50% de los casos. La 
presentación clínica dependerá de la distribución de los microtrombos en el arbol vascular arterial.

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